¿“Unidos y organizados”… contra el gobierno kirchnerista?
Está claro: el paro al que convocaron la CGT de Moyano, la “azul y blanca” de Barrionuevo, la CTA-Micheli y diversas organizaciones sociales como el Polo Obrero, Barrios de Pie y la CCC tuvo un alto acatamiento: logró paralizar gran parte del funcionamiento económico y “vació” la Capital Federal.
Fue esencialmente un paro obrero y popular, con participación activa de estatales y desocupados, y “semi-ocupados” de los planes “Argentina trabaja” (exceptuando a organizaciones oficialistas como la FTV de Luis Delía); donde también pararon sectores de la industria (como Siderar, Siderca, Acindar y General Motors); y a lo que se debe sumar (antes mátenme!) la “solidaridad” de la oligarca SR, y la actividad de una (otra) cámara patronal (rural) como es la FAA de Buzzi, quien dijo que los “pequeños productores” cortaron rutas conjuntamente con sus propios empleados, nucleados en la UATRE del Momo Venegas… Como se ve, un amplio arco opositor al gobierno nacional –algunos ex aliados de los K, como Moyano-, que privilegia, pese a las diferencias, lo que llama la “unidad de acción”…
Pese al componente burgués en el paro obrero de hoy (una pequeña “muestra gratis” de la estrategia del “frente popular” de los maoístas de la CCC-PCR-PTP, que quieren unir lo imposible: a trabajadores con patrones), Moyano y Micheli –y más este último que “el Hugo”- tienen que hablar de la “burocracia sindical oficialista” y de la ausencia de “libertad sindical”, de que el 40% de los trabajadores padece alguna forma de precarización laboral, o que el impuesto “a las ganancias” –al salario obrero- es una infamia, para logar conseguir adhesiones y apoyos al paro que llamaron burocráticamente por TV, y donde todos, no sólo los ruralistas, sino también estos burócratas “combativos” juegan en algún lugar de las internas políticas burguesas: Moyano con Scioli, y Micheli con el FAP de Biner y cía.
La mesa de enlace que quiere otra mesa (de negociación con los K)
Buzzi, con instinto y “conciencia de clase” (patronal), admitió que la huelga fue fuerte, repitió el discurso mediático que pretende establecer una seguidilla de hechos con el 13S, el 8N y el 20N, y dijo que ya pensar otra medida de lucha era demasiado (llamó a la espera y tolerancia), ya que era el momento de negociar con el gobierno. Y que haya mesas separadas: una “mesa obrera”, donde la burocracia plantee los reclamos al ministerio de Trabajo; y que a la burguesía del campo, el ministerio de Agricultura la llame para discutir los “reclamos rurales”. En definitiva, montándose en la justa bronca y lucha de los trabajadores los ruralistas pretendan discutir sus business ($$$), y además esmerilar en lo político al gobierno, diciéndole que tiene que escuchar tanta protesta… así sea de sectores tan disímiles como la clase media cacerolera (que tuvo su último reclamo por derecha hace poco) y los trabajadores y compañeros y compañeras de los movimientos sociales. (En el mismo sentido trató a aprovechar el 20N el derechista Macri… aunquecoincidiendo con el gobierno nacional en criticar los piquetes, porque serían “antidemocráticos”…)
El FIT, “unido y organizado”: contra el gobierno nacional, las oposiciones burguesas y (toda) la burocracia sindical
Por nuestra parte, desde el Frente de Izquierda (y desde la Asamblea de intelectuales de apoyo al FIT) participamos de esta jornada, con una política propia, para promover la medida de lucha como un verdadero paro activo. (Y no tienen ningún sentido las críticas –y mucho menos las chicanas- de P y K, quienes dicen, por ejemplo, que habría que “parar otro día”, para “no hacerle el juego a la burocracia”… ¿En serio? ¿O sea que si la burocracia llama a una lucha por justos reclamos lo correcto hubiera sido no participar de la huelga, no ir al paro, carnerear? En fin: está claro que los K y P están nerviosos, y que cada vez que más se les cae la careta “nacional y popular”, como lo demostraron Abal Medina, Aníbal F y Randazzo.)
En decenas de fábricas y empresas (y en las universidades, terciarios y secundarios), impulsamos los días previos asambleas (como la que votaron el paro en la línea B del Subte, contra la política progobierno K de Pianelli y Segovia, los trabajadores con su delegado Claudio Dellecarbonara a la cabeza) para discutir democráticamente la necesidad de luchar y de tomar activamente el paro en nuestras manos. Tal como dice la declaración del FIT, cuando aún la burocracia no le había puesto fecha a la medida, participaríamos (y participamos) de la huelga con el fin de “que la misma sea activa y como parte de un verdadero plan de lucha nacional. Y que se pare con un claro programa obrero frente a la crisis nacional, independiente de cualquier variante patronal: por un salario igual a la canasta familiar (que hoy ronda los 7000 pesos) y su ajuste automático con la inflación; derogación del impuesto al salario y asignaciones familiares para todos; 82% móvil para los jubilados; abajo las ART del gobierno; contra el trabajo en negro y tercerizado y contra la criminalización de la protesta. En definitiva, contra el ajuste de Cristina Kirchner que aplica junto al resto de los gobernadores. Esta lucha debe estar ligada a la necesidad de pelear por un programa obrero y popular de salida a la crisis, que incluya el no pago de la deuda externa; reestatización de todas las privatizadas bajo control y gestión de trabajadores y usuarios; nacionalización de la banca y del comercio exterior, entre otras medidas de fondo.
Con este planteo, llamamos a todo el activismo obrero democrático, combativo y antiburocrático a impulsar en común asambleas y plenarios en fábricas, empresas y establecimientos por el paro nacional activo y exigir la continuidad en un plan de lucha.”
En una declaración posterior llamamos a desarrollar “un verdadero plan de lucha, hasta lograr todas las reivindicaciones planteadas.”
El activismo obrero y el sindicalismo de base
León Trotsky plantea en un texto algo que, no por básico deja de seguir siendo verdad: que “el lugar” de los revolucionarios “está en los sindicatos”. “Deben ingresar en ellos con las banderas plegadas o al viento, para actuar al cubierto o al descubierto, según las condiciones políticas y policiales imperantes en el país. Pero deben actuar, no cruzarse de brazos.” Y agrega: “El revolucionario proletario no inventa ultimátums arrogantes, pero absurdos, para justificar su deserción del sindicato; penetra en éste salvando todas las barreras y obstáculos. (…) no pretende que los burócratas sindicales creen las condiciones favorables para su trabajo; las crea él gradualmente, en la medida en que adquiere influencia dentro del sindicato.”
Y por ello no nos cruzamos de brazos ni nos ocultamos en esta jornada de lucha porque la llamara la burocracia sindical:trabajamos –desde hace años- siguiendo el consejo de Trotsky de no “huir” de los sindicatos porque estén dirigidos por reaccionarios, y peleamos por ganar influencia en esas organizaciones de masas que son los organizaciones obreras: ahí están las acciones que impulsamos desde el PTS en la industrial Zona Norte y en el Oeste del GBA, en el Subte, en Callao y Corrientes, con la juventud combativa y pro-obrera y los docentes universitarios, y por supuesto en las provincias, en diversas acciones y actos: en Córdoba, Rosario, Neuquén (ver acá),Jujuy, Mendoza, Tucumán y otras provincias.
Desde el PTS, con el activismo obrero y el sindicalismo de base dijimos presente.
A negociar, a negociar… (y nosotros, a desarrollar una izquierda de los trabajadores)
Como ya escribimos, ahora estas CGT y CTA, además de la FA, entrarán en la rosca, política y económica, con el gobierno nacional (como dice un bloguero P, viéndose venir las pujas de corporaciones, aparatos y camarillas “Así como Clarín presiona no al gobierno, sino al Poder Judicial y a los sectores políticos que, piensan, podrían estar cerca de ganar las próximas elecciones, Moyano y Micheli se sitúan como actores con poder de veto con los cuales, necesariamente, esta y la próxima generación política deben negociar.”). Y aunque no tiene razón el blog del Ingeniero en que Moyano “golpea por golpear” (al contrario, busca su lugar bajo el sol del aparato pegotista, apoyando a Scioli), sí es cierto que “el Gobierno (no) ha podido hasta ahora reemplazar con éxito la pérdida de este “aliado estratégico” que desde la vereda de enfrente expone su poder de daño más que de construcción” (¿con qué lo iba a “rellenar” el espacio vacío de millones de trabajadores agrupados con la CGT-Moyano, con el joven “funcionariado” de blackberry que vive en Puerto Madero?). Pero también: una cosa es el tren fantasma(donde lamentablemente estuvo el Pollo Sobrero, oyendo –y por suerte no aplaudiendo- la reivindicación de Rucci, Ubaldini y Evita) que hizo la conferencia de prensa pos paro; y otra, el activismo obrero que comienza a reaccionar ante la inflación que deteriora el salario; a cómo sigue el trabajo precario y en negro; a cómo el (mal llamado) “impuesto al salario” se come hasta un sueldo por año, etc.
Ahí, en esos amplios sectores obreros, están las bases (las fuerzas) para convocar una Asamblea Nacional de Trabajadores, y para avanzar en concretar una izquierda de los trabajadores que pueda discutir (y desarrollar) la necesidad de poner en pie un partido de trabajadores sin patrones y sin burócratas.