NCeHu
725/12
Argentina
Prensa
Obrera
BUenos Aires, 15
noviembre, 2012
Coloquemos a la clase obrera al frente del descontento
popular

El próximo martes 20, finalmente se concretará el
primer paro general contra el gobierno kirchnerista. El paro llega después de
varias movilizaciones obreras (contra el impuesto al salario y a las ART), de
los choques y fracturas de una parte de la CGT con el gobierno, así como de dos
cacerolazos de alcance nacional. Hace pocos días, Cristina Kirchner presentó
como un acto de determinación nacional al pago integral de la deuda externa,
“peso por peso”. Naturalmente, la Presidenta no dijo que ese rescate -junto al
de las privatizadas- se está pagando con el vaciamiento del Banco Central, de la
Anses y el hundimiento presupuestario del Estado nacional, las provincias y los
municipios. Pero, por esa vía, se opera una fantástica exacción contra los
trabajadores, en beneficio del capital. La inflación galopante financia al
Estado a costa de la liquidación del poder de compra del salario. Por eso, las
paritarias cerradas en la primera mitad de este año ya fueron superadas por la
carestía. El impuesto al salario, por su parte, afecta a dos millones de
trabajadores, entre los que incluyen a las capas obreras que se caracterizan por
salarios relativamente más bajos. La sustracción de las asignaciones familiares
es otra confiscación para resarcir a los bonistas, “peso sobre peso”. La
desorganización económica y la recesión se han cobrado miles de puestos de
trabajo en los últimos meses, lo cual refuerza la presión flexibilizadora en las
fábricas. En esa línea, el gobierno ha convalidado un reclamo histórico de la
patronal argentina: la virtual liquidación del derecho a accionar judicialmente
en los accidentes de trabajo. Por cadena nacional, el gobierno respondió a
una de las reivindicaciones del paro -el impuesto al salario- con una extorsión.
Anunció que no cobrará el impuesto a las ganancias en la segunda cuota del
aguinaldo, lo que, en promedio, no implica más que la décima parte de lo que
paga anualmente un trabajador por ese impuesto. Pero a renglón siguiente, pasó
al año que viene la discusión del mínimo no imponible, que “estará articulada
con la política salarial”. En buen romance: si los sindicatos no moderan sus
reclamos, el gobierno rebanará los salarios con el impuestazo. La política
oficial quiere imponerle al salario la “retención móvil” que no pudo aplicarle
al capital sojero. Ha vuelto a quedar de manifiesto que el rescate del
“modelo” es incompatible con conquistas laborales fundamentales. Por eso, el
paro es otro jalón de un proceso político fundamental: la ruptura de la clase
obrera con el gobierno kirchnerista.
El paro y la crisis política El
cacerolazo del 8 de noviembre, que ha precedido al paro, volcó a las calles a
una multitud con reivindicaciones muy diversas, desde la inseguridad hasta la
miseria de los haberes jubilatorios. La movilización -que extendió su base
social- volvió a cargar contra el gobierno kirchnerista. Pero no colocó en el
banquillo a una oposición tradicional cuyo programa de salida a la crisis reposa
en otros agravios a las masas -una devaluación y un ajustazo. Esa oposición
trabaja intensamente para llevar a su campo la insatisfacción popular que emerge
del agotamiento del ‘modelo’ oficial. Por referencia a lo anterior, el paro es
una oportunidad para introducir otra delimitación en la crisis nacional: la que
separa a la clase obrera y sus reivindicaciones, por un lado, de los agentes
-oficialistas u opositores- de los explotadores, por el otro. Un paro
contundente el próximo martes debería servir para atraer al campo de los
trabajadores a muchos de los que participaron del cacerolazo, en oposición a las
salidas antiobreras del gran capital y de sus agentes políticos. Es claro que
los convocantes al paro no han trabajado por esa perspectiva. La medida del 20
carece de continuidad, en términos de un plan de lucha sostenido hasta alcanzar
las reivindicaciones. Tampoco se concretó la convocatoria a la Plaza de Mayo.
Los voceros de la CGT Moyano sostienen que “no querían competir con el 8N” en
cantidad de asistentes. Pero una convocatoria atomizada y con objetivos difusos
jamás puede ser comparada con una movilización obrera en el marco de un paro que
enfrentará, en cada lugar de trabajo y en cada sindicato, la resistencia de los
capitalistas y del Estado. Lo cierto es que Moyano ha dejado la marcha para más
adelante, en el marco no de una lucha obrera, sino de una convocatoria
“justicialista”. La burocracia sindical quiere encauzar la ruptura de los
trabajadores con el gobierno hacia la oposición tradicional. Pero lo último que
quieren los De la Sota, Macri o Binner es agitar la crisis social, en el marco
de los ajustes que ellos mismos aplican en sus distritos. La subordinación a
éstos, en definitiva, es un ataque al propio paro, a su alcance y
continuidad.
Asegurar el paro Cristina
Kirchner suele contraponer la situación nacional con el escenario de los ajustes
y las huelgas europeas. Pero esta vez, a sólo una semana de una huelga que
envolvió a la clase obrera de varios países de Europa -el “14N”-, los
trabajadores de Argentina emprenderán una medida similar. El intervencionismo
oficial no ha podido gambetear la crisis capitalista y la clase obrera argentina
saldrá, este martes 20, a una acción de conjunto. La presión del Estado, de las
burocracias sindicales oficialistas y de las patronales estará volcada contra el
paro. En ese cuadro, se trata de volcar todo el peso de las organizaciones
obreras al cumplimiento del paro, mediante el impulso de asambleas en todos los
lugares de trabajo y sindicatos. Se trata de asegurar la huelga en los gremios
adheridos, de batallar por el paro en los sindicatos que han resuelto
boicotearlo, de asegurar su cumplimiento en todos lados a través de piquetes y
convocar a toda la población a sostenerlo. El paro plantea la oportunidad de
colocar a la clase obrera a la cabeza del descontento popular y, por esa vía,
reforzar una salida de los trabajadores a la crisis nacional. Con esta
orientación, vamos a empeñar todos los esfuerzos en la jornada del 20.
|