NCeHu
481/12
Rumbo al XIV Encuentro Humboldt
Reproducido de RGE 1295/11
Desmundialización: el debate
prohibido
Michel
Rogalski
Legrandsoir.info
30/10/11
Traducido para
Rebelión por Susana Merino |
La amplitud del control que se opone al término
"desmundialización" o "desglobalización" proporciona la justa medida de su
lado intolerable para todos aquellos que, desde hace décadas, se ufanaban de la
maravilla de la globalización, aunque los hechos acumularan, día tras día,
síntomas de su fracaso. Es posible juzgarlo por la proliferación de burlas:
absurda, irrealista, reaccionaria, subalterna, acusada de propagar una ilusión
demagógica, un concepto superficial y simplista, una fábula, un tema provocador,
de alentar un retroceso nacional que solo puede conducir al modelo de Corea del
Norte. No se ha ahorrado nada.
La movilización de los think
tanks y de los políticos emergentes en el “Círculo de la razón” no puede
menos que asombrar. Cumplen con su papel para que la alternancia se mantenga en
alternancia y, sobre todo, que no se transforme en alternativa. Las fuerzas que
participan de ese Círculo, como un disco rayado, repiten circularmente, a pesar
de las evidencias, las ventajas de la globalización. Por el contrario, uno no
puede dejar de sorprenderse de que otros, en nombre de la ideología
altermundista, cuyo balance luego de diez años tiende a desvanecerse, por miedo
a perder lo poco que les queda de sus “fondos de comercio”, juntan sus voces a
las de los primeros con bastante mala fe. Pero el debate no se halla ya
confinado a la izquierda de la izquierda puesto que ha sido invitado a la pugna
presidencial. Lo que es normal por cuanto implica el necesario análisis de los
últimos treinta años. Querer sofocar ese debate sería un gran error político.
Sería ocultar la riqueza potencial inherente a todo debate sobre una salida
ordenada del túnel de la austeridad fabricado a golpes de deflación salarial, de
deslocalizaciones, de la invención de “limitaciones externas” buscadas por
nuestras élites y cimentadas sobre una antedicha racionalidad superior de
esencia mundial, de construcción europea a partir de la importación de las
formas más exacerbadas de la globalización, a menudo bajo el pretexto de
resistir y considerándose incapaz de proteger, de promover al sector social o de
controlar las finanzas.
Es lo de lo que se trata actualmente, retomar y
profundizar la oposición a la bifurcación planteada en 1983 que sacrificó los
adelantos sociales en aras de la construcción europea. Magnífico debate cuyo
desafío no se centraba ni sobre personas ni sobre puestos y que ha sido
relanzado hoy en día por las crisis de 2008 y su actual contragolpe alimentado
por las deudas soberanas, la incertidumbre sobre el euro y las preguntas sobre
las formas de imaginar la construcción europea. Y si la desmundialización
interpela fuertemente a Europa, es porque esta región del mundo se
ha convertido en un concentrado –un laboratorio– de la desglobalización, y
en lugar de ser apacible concentra todos sus excesos. No hay lugar
para el asombro. Es en ese espacio donde se ha desarrollado más el comercio de
cercanías. En el que la interdependencia es mayor, en el que se han transferido
fragmentos íntegros de la soberanía nacional, en el que una gran parte de los
países decidieron adoptar una misma moneda y un Banco Central independiente de
los gobiernos y finalmente en el que se han acumulado numerosos instrumentos de
configuración económica (Acta única, Tratado de Maastrich, Pacto de
Estabilidad,etc.) para encorsetarlos finalmente en el Tratado de Lisboa. Al
ampliarse a 27 países, Europa modificó brutalmente las condiciones de
competencia, importó también brutalmente la diversidad de la globalización y se
marginó de la posibilidad de asegurar la menor protección de los pueblos sobre
los que planea la sombra de la austeridad.
Es por todo eso que los
debates que suscita el tema de la desmundialización son esenciales. Están
simplemente relacionados con las condiciones necesarias para llegar a una
ruptura con el neoliberalismo globalizado de los últimos treinta años que como
una aplanadora destruye todo a su paso. Porque, ¿es posible soportar durante más
tiempo la estrategia deliberadamente establecida por el capital de instalar
trabajos precarios y no protegidos y huir de quién había impuesto la “coacción”
de las conquistas sociales? Todo se intentó con las consecuencias
conocidas, desde las deslocalizaciones masivas hasta la organización de
flujos migratorios, pasando por la libre circulación de los capitales
especulativos y desestabilizadores, el generalizado libre comercio de las
mercaderías, la deflación salarial y su corolario con el endeudamiento de
los hogares, la sumisión a las señales de los mercados, de preferencia
internacionales. De este debate surgen con fuerza algunas cuestiones centrales
cuya riqueza se querría sofocar.
- Nos explican que es necesario ser
pacientes y que nuestros males procederían de una situación de entre dos en las
que estaríamos inmersos. El Estado-Nación se halla herido, pero aún respira
mientras que la economía mundial no habría llegado aún a establecerse y estaría
haciendo esfuerzos para dotarse de un gobierno global (o europeo). De modo que
acumularíamos los defectos de la erosión de las fronteras sin estar aún en
condiciones de beneficiarnos de las ventajas de haberlas superado. Esta
“transición” que se viene desarrollando desde hace treinta años por el momento
solo ha alumbrado crisis y cada vez se encuentra menos en condiciones de probar
que la expansión del neoliberalismo a escala mundial sería salvadora. La
expectativa de un gobierno mundial para resolver los problemas engendrados por
su búsqueda corre el riesgo de hundirse. Y es evidentemente insoportable para
los pueblos. Salir de este carril proponiendo una verdadera opción,
significa para todos los países entrar en un proceso de
desmundialización. ¿Es necesario esperar que esto cambie en Europa o en el
mundo para que cambie entre nosotros? O en todo caso, ¿es necesario emprender la
acción de modo unilateral considerando su aspecto conflictivo y prepararse para
ello? No olvidemos que la Europa que se ha construido ha servido siempre
de ganga viscosa destinada a reducir la amplitud de la oscilación de la
balanza de las alternancias y jugar así el papel de Santa Alianza, reemplazando
al Muro de dinero de los años 20. De modo que rechazar la antimundialización,
vendría a subordinar todo cambio en Francia a eventuales e improbables
evoluciones europeas y mundiales. Este planteo conduce a abordar la inevitable
cuestión del ejercicio de la soberanía, es decir de la necesaria
superposición entre el perímetro donde se practica la democracia y el del
dominio de la regulación de los flujos económicos y financieros. Se impone el
marco nacional. ¿Por qué la “relocalización” en la región sería el límite
aceptable, deseada la Europa federal y la soberanía nacional vilipendiada? ¿Por
qué el odio al Estado-Nación que habría que atenazar por arriba y por abajo?. La
izquierdas latinoamericanas han demostrado que el marco nacional pude permitir
sustanciales avances sociales, como una mancha de aceite y hacer posible la
cooperación.
- La sumisión tiene una racionalidad considerada superior
porque es mundial, lo que nuestras élites llaman el “condicionamiento exterior”.
Que no es otra cosa que la consecuencia de lo que fue querido y buscado. La
mundialización que cae sobre nuestras cabezas es la que se difundió a golpes de
desregulaciones, de libre comercio furioso, de privatizaciones, de
deslocalizaciones, de circulación descontrolada de capitales y mercancías, de
financiarización, de endeudamiento de los pueblos y de los Estados. Choca con
las conquistas sociales históricamente logradas que se convierten así para
nuestros globalizadores en “condicionamientos internos” que ponen frenos a sus
objetivos y de los que por lo tanto deben desembarazarse para responder a las
órdenes de los mercados. La competencia internacional se convierte en el arma de
lo antisocial y devasta territorios. El mérito del debate sobre la
desmundialización es mostrar los lógicos enfrentamientos de las lógicas de
las dos condicionantes, una fabricada para luchar mejor con la otra e
identificar a los ganadores (los factores móviles: capital y finanzas, grandes
empresas, mafias) y a los perdedores (los factores fijos: pueblos y
territorios).
- La consecuencias en las políticas económicas que se deben
adoptar se ubican en el corazón del debate. El aumento del pedido de protección
concierne prioritariamente al conjunto de las conquistas sociales archivadas
durante los Treinta Gloriosos, agregadas las del capital nacional maltratado por
la competencia salvaje. Un período que conoció las protecciones
tarifarias, algunos controles de cambio, innumerables devaluaciones que no
significaron repliegue nacional, cierre o adopción de un modelo norcoreano.
Crecimiento, elevación del nivel de vida, pleno empleo estuvieron bien en el
centro de lo que se nos querría hacer ver hoy en día como un horror
“nacional-proteccionista” La crisis actual convoca el regreso del Estado como
principal actor económico. No existe protección posible si no se le confía un
papel acrecentado, tanto en cuanto al perímetro de sus intervenciones como de la
naturaleza de las mismas. En fin, ¿es necesario volver a satisfacer las
necesidades del mercado interno o a la errática deriva del mercado mundial?
¿Adonde se ubican las fuentes del crecimiento de nuestro país? ¿En nuestro
territorio o en la exportación? Un país puede intentarlo pero si todos lo hacen
al mismo tiempo las ventajas desaparecen. Fue esta estrategia que no se puede
generalizar la que se propuso a los países del tercer mundo en los años 70
y provocó las crisis de la deuda y las políticas de austeridad que
sobrevinieron.
- Se argumentará que existe una forma de
globalización deseable, la de los intercambios culturales, el turismo, el
conocimiento, los saberes, la cooperación entre los pueblos, la de todo lo que
hace a la densidad de la vida internacional o de un espacio público de ese nivel
en construcción. Pero no la mezclemos con lo que es el objeto de nuestro actual
debate, el necesario bloqueo de la expansión del neoliberalismo a escala
mundial. No matemos a los mensajeros que nos traen la mala nueva, miremos en
cambio los diferentes signos que atestiguan los límites de la actual fase,
comenzando por el anuncio realizado por la CNUCED sobre una reducción del 8% en
el comercio mundial en el primer trimestre de 2011.
Michel Rogalski, economista del CNRS, director de la revista
Recherches Internationales.
Fuente:
http://www.legrandsoir.info/demondialisation-le-debat-interdit.html
Rumbo al XIV Encuentro Humboldt
1- Ref.: NCeHu 336
/ La ideología del imperialismo
2 - Ref.: NCeHu 365
/ Una nueva etapa de la bancarrota capitalista
3 - Ref.: NCeHu 382
/ El fin del poder
4 - Ref.: NCeHu 400
/ La geografía del desarrollo desigual
5 - Ref.: NCeHu 401 / La lucha de
clases en Europa y las raíces de la crisis económica mundial
6 - Ref.: NCeHu 416
/ El fin de un ciclo. Alcance y rumbo de
la crisis financiera
7 -
Ref.: NCeHu 422 / Una crisis sin fondo
8 - Ref.: NCeHu 431
/ A terceira onda da crise: O capitalismo no olho do
furacão
9 - Ref.: NCeHu 446
/ Entrevista con Robert
Brenner
10 - Ref.: NCeHu 448 / Giovanni Arrighi, la larga duración del
capitalismo geohistórico y la crisis actual
11 - Ref.: NCeHu 449 / El “nuevo” imperialismo: sobre reajustes espacio-temporales y acumulación
mediante desposesión
12 - Ref.: NCeHu 450 / Entrevista a Giovanni
Arrighi
13 - Ref.: NCeHu 451 / Guerra y militarismo en el imperialismo
contemporáneo
14 - Ref.: NCeHu 453 / El neoliberalismo como destrucción
creativa
15 - Ref.: NCeHu 457 / Entrevista
a Fréderic Lordon
16 - Ref.: NCeHu 458 / Compreender a economia
mundial: Desequilíbrios globais e desigualdades
internas
17 -
Ref.: NCeHu 459 / Guerras regionales y declive de EEUU
18 - Ref.: NCeHu
460 / La declinación de la hegemonia estadounidense y sus implicaciones para
America Latina
19 - Ref.: NCeHu 461 / El Presente como historia: Crisis
capitalista, cultura socialista y expansión imperialista
20 - Ref.: NCeHu 462 / A trajetória do capitalismo histórico
e a vocaçao tricontinental do marxismo
21 - Ref.: NCeHu 463 /
Entrevista a István Mészaros
22
- Ref.: NCeHu 464 / Um sistema falhado
23 - Ref.: NCeHu 465 / Uma crise
estrutural exige uma mudança estrutural
24 - Ref.: NCeHu 466 / ¿Comienzo del fin (o fin del
comienzo) de la crisis?
25 - Ref.: NCeHu 467 / O capital-imperialismo: algumas características
26 - Ref.: NCeHu 468/12 / “Globalización” , “nuevo
imperialismo” , y “choque de
civilizaciones”
27 - Ref.: NCeHu 469
/ La larga historia de una crisis
sistémica
28 - Ref.: NCeHu 470 / Crisis en el corazón del
sistema
29 - Ref.: NCeHu 471 / Las metamorfosis del
imperialismo
30 - Ref.: NCeHu 472 / Replanteos marxistas
del imperialismo
31 - Ref.. NCeHu 475 /
El ajedrez global de la crisis
32 - Ref.: NCeHu 476 / Más alla de la
crisis
33 - Ref.: NCeHu 477 / Entrevista a Aymeric Chauparade
34 - Ref.: NCeHu 479 / La gran cuestión: la
desglobalización
35 - Ref.:
NCeHu 480 / Ha llegado la hora de la
"desmundialización"
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