Nuevos tiempos: escenario de pobreza en los “ricos”
Alfredo César
Dachary
Al final del siglo XV, con el advenimiento en la
Europa Atlántica de la modernidad e impulsada también por el “descubrimiento de
América” -en realidad ésta había sido visitada a fines del siglo X por los
vikingos y unos ochenta años antes por una gran flota china- empieza a
configurarse la ideología más poderosa que regirá a esta zona del mundo y sus
colonias por cinco siglos: la era de occidente.
Ésta es el eurocentrismo, que es una ideología
racista y, por ende, basada en ideas y no en fundamentos científicos, de que los
europeos blancos son la raza superior llamada a imponer una forma de vida y
modelo de desarrollo que pocos siglos después emergerá y será conocido como el
capitalismo.
Hoy frente al ocaso de occidente, que ha entrado
no sólo en una crisis económica sino en un deterioro moral sin límites a
consecuencia del dominio total del capitalismo global, todo es mercancía y, por
ello, todo tiene valor incluido las cuestiones más elementales para la
supervivencia humana, los europeos y sus descendientes en América del Norte, los
norteamericanos, no pueden asumir este profundo cambio de era.
En realidad, la gente mide las cuestiones
históricas -salvo que sea un experto- en la medida de su vida y, por ello, no
entiende lo que pasó hace más de cinco siglos ni lo que viene al final de éste,
muchos no lo aceptan y creen que el capitalismo es el modelo final de
organización de la especie humana y otros se sorprenden al ver este fenómeno y
se indignan; a ambos les falta conocer la historia universal y no la que nos
enseñaron que se limitaba a Europa y el resto era el “mundo salvaje”.
En este nuevo tiempo, en que los chinos están
encabezando el modelo económico y avanzando hasta el segundo lugar en el
científico, hay hechos que empiezan a hacernos pensar y uno de ellos es ¿por qué
si la Europa occidental y cristiana era rica y tenía un gran porvenir se empieza
a caer y la pobreza comienza a crecer como en los países
pobres?
En la emblemática Inglaterra, el primer imperio
moderno que se desarrolló y comenzó su ocaso en el largo reinado de Victoria,
conocido como la era Victoriana, hoy transformado en el fiel escudero de Estados
Unidos y el portavoz del neoliberalismo, el hambre ha comenzado a expandirse,
porque antes si lo había era más controlado.
Según el diario The Independent aumentan de forma
alarmante el hambre entre los niños en el Reino Unido a consecuencia de la grave
crisis económica. Según datos que aporta Kids Company, la cual ayuda a 17,000
niños en Londres, se está dando un dramático aumento del número de niños que
acuden a sus centros de acogida no para solicitar techo o seguridad, sino
comida.
Esta grave situación se reproduce con la misma
intensidad en todo el país, así por ejemplo en la ciudad de Barnsley,
organizaciones benéficas de apoyo a la infancia trabajan para ayudar a los
padres que luchan para mantener sus alacenas surtidas de alimentos básicos como
leche, pan y pasta; y en Bristol, un proyecto juvenil ha pasado de ofrecer un
espacio a adolescentes que solicitaban asesoramiento y apoyo a convertirse en un
lugar donde ingerir comida básica.
La organización de beneficencia Fare Share, un grupo que distribuye excedentes alimenticios procedentes de
supermercados, afirma que los comedores populares, los albergues y los grupos
comunitarios trabajan a marchas forzadas para satisfacer la demanda de padres y
jóvenes "desesperados" por obtener alimentos gratuitos, y desde el mes de
octubre del año pasado, el 42% de los colectivos con los que opera han
experimentado una demanda creciente de alimentos.
La ONG Kids Company es una organización fundada en 1996 para ofrecer apoyo práctico,
emocional y educativo a los niños más vulnerables de Londres, y ha podido ver
con impotencia como muchos jóvenes se han visto reducidos a robar en tiendas y
contenedores y a comer carne cruda, acosados por el hambre, lo que ratifica el
hecho de que cada semana 70 nuevos niños acuden a la organización benéfica en
busca de apoyo y de una comida, comparados con los 30 semanales que lo hacían el
año pasado.
La gran mayoría de los niños hambrientos proceden
de familias de inmigrantes cuyos padres no tienen permisos de trabajo o no
pueden percibir beneficios sociales, aunque también hay padres con empleo y
receptores de beneficios estatales que luchan mientras el coste de vida se
dispara y el mercado laboral continúa estancado.
El problema es tal vez más visible en las
escuelas. Kids Company menciona
cinco escuelas del interior de Londres cuyo personal asegura que entre el 70% y
el 80% de los alumnos padecen inseguridad alimentaria, es decir, que en casa no
siempre tienen alimentos y no saben de donde saldrá la próxima
comida.
En una encuesta realizada en febrero por Netmums,
el mayor foro de Internet para progenitores, descubrió que una de cada cinco
madres se salta habitualmente una comida para que sus hijos puedan comer y según
los datos recogidos por Trussell Trust -una organización que ayuda a bancos de
alimentos que distribuyen comida a 120,000 personas en todo el país- indican que
el problema está aumentando.
El aumento la pobreza en el caso español también
es alarmante, y en este caso los datos se desprenden del informe
“Exclusión
y Desarrollo Social. Análisis y Perspectivas 2012″ elaborado por Cáritas, una organización mundial
que responde a la iglesia católica.
Según este informe, un 22 % de los hogares
españoles vive por debajo del umbral de la pobreza, situándose así entre
los países con las tasas más elevadas, dentro de la Unión Europea, siendo lo
grave que el aumento, en más de dos puntos en menos de dos años (2009 a 2011),
se da sobre todo en hogares con menores, cuyos sustentadores principales son en
muchos casos, jóvenes parejas.
El aumento de la pobreza está íntimamente relacionado con el aumento
de la desigualdad, y así tenemos que en España nos encontramos con que el aumento de
la desigualdad entre el 20% de las rentas más pequeñas y el 20% de las rentas
más altas es superior al de los países de su entorno, siendo casi cinco veces
mayor que la media de países de la Unión Europea.
Hace ya algunos días que Eurostat publicó un
estudio sobre los índices de pobreza en los estados miembros, concluyendo que el
15% (aproximadamente 56 millones de personas) viven en Europa en situación de
pobreza, aunque es necesario aclarar que en el caso europeo el concepto es
relativo, ya que se calcula en función de la renta media, no de la europea, sino
de la de cada país, con lo que se puede dar la circunstancia de que alguien
considerado pobre en Suecia o en Alemania disponga de más renta que otros que no
tienen tal condición en Grecia, Portugal o España. El estudio señala también
para cada país el efecto que sobre el índice de pobreza tiene la actuación
estatal mediante transferencias sociales.
Una vez más se pone de manifiesto, hasta en la
forma de elaborar las estadísticas, la falta de cohesión social en la Unión
Europea. Ésta, por más voluntarismo que algunos adopten y pronunciamientos
triunfalistas que realicen, no pasa de ser un mercado más o menos unido, y a la
hora de la verdad, de la distribución de la renta, cada país tiene que apañarse
por sí mismo.
Tal falta de integración contrasta con la
dinámica frenética de ampliar más y más sus límites geográficos, incorporando
nuevos países. Ya ha llegado a veinticinco. Aplicando a la Unión Europea los
atributos que la lingüística define para los conceptos, diríamos que gana en
extensión lo que pierde en comprensión.
Pero retornando al tema de la pobreza y a las
cifras del Eurostat, la comparación del porcentaje entre países resulta ser una
aproximación al grado de desigualdad con que las rentas se reparten en cada uno
de ellos y, en especial, la mayor o menor intensidad que también en cada uno de
ellos tienen las políticas sociales para corregirla.
Llama la atención de que los países más pobres de
la Comunidad son también los que distribuyen peor la renta, presentando tasas
más altas de pobreza relativa, Grecia y Portugal 21% y España 19%. La crisis
está generando un escenario no esperado o quizás previsto por los verdaderos
responsables: el capital financiero, que es el único beneficiado de ésta.
alfredocesar7@yahoo.com.mx