Geopolítica,
geoeconomía y prospectiva en torno al conflicto de las Islas
Malvinas
Decio Machado
18/04/2012
Antecedentes
históricos
El Imperio británico[1] se
extendió por dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o
administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y
XX.
Durante las primeras décadas
del siglo XX, los británicos llegaron a tener bajo su control una población
cercana a 458 millones de personas y unos 31.700.000 km2, lo que significaba
aproximadamente una cuarta parte de la población mundial de entonces, así como
una quinta parte del territorio terrestre del
planeta[2].
En el Cono Sur[3] los
antecedentes de intentos de dominación por parte del Imperio británico datan de
principios del siglo XIX, cuantos los ingleses pretendieron dominar la zona del
Río de la Plata (Buenos Aires y Montevideo), a
través de dos malogradas invasiones: la primera, se realizó en el año 1806 con
la ocupación de Buenos Aires, siendo los británicos expulsados posteriormente
con tropas llegadas desde Montevideo, lo que le valió a esta última ciudad el
recibir el título de “Muy fiel y Reconquistadora” por parte de la
corona española; la segunda, se inició en la Banda Oriental (actual
territorio de la
República Oriental del Uruguay) al ocupar los británicos
Maldonado y luego Montevideo en enero de 1807, siendo finalmente rechazados a
mediados del mismo año en Buenos Aires, lo que propició la retirada inglesa del
Río de la
Plata.
En el caso de las Islas
Malvinas, la primera presencia británica esta fechada en 1765, cuando una
expedición inglesa izó su bandera tomando posesión de este territorio en nombre
del Rey de Inglaterra.
En 1825, nueve años después
de su independencia[4] [5], el Reino Unido reconocía el estatus soberano de
Argentina, firmando un tratado de amistad, navegación y comercio. Sin embargo,
el 2 de enero de 1833 una fragata inglesa llegaba al Puerto Soledad, izando, un
día después, la bandera británica en desmedro de la argentina, y extendiendo su
dominio sobre las islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur y Aurora (ubicadas al
sudeste de las Malvinas). Hasta entonces las islas habían sido administradas por
una autoridad de Inglaterra y otra de Argentina.
A partir de entonces
comenzaron las reclamaciones argentinas, las cuales obtuvieron como respuesta
británica que estos nunca habían renunciado a su soberanía sobre las Islas
Malvinas. Todos los gobiernos argentinos, independientemente de sus tendencias
políticas, han reclamado desde aquel momento su soberanía sobre
Malvinas.
Malvinas y su interés geopolítico y
geoeconómico
En la actualidad, las Islas
Malvinas tienen una población estimada de apenas tres mil habitantes, estando
situadas en el océano Atlántico, a 550 km de la entrada del estrecho de
Magallanes.
Dentro del Archipiélago, se
distinguen dos grandes Islas: la de la Soledad, o Malvinas Oriental; y
la Gran
Malvinas, o Malvinas Occidental, separadas por el estrecho de
San Carlos (ver mapa 1).
Los principales recursos
económicos del archipiélago han provenido históricamente de la exportación de
lana[6] y de aceite de ballena. Sin embargo, en 1993, estudios de prospección
sugieren que las islas son ricas en petróleo. La economía actual se basa
principalmente en el ganado ovino, el cual abunda, aunque también existe el
bovino y el equino. La tierra resulta apta para la producción en pequeña escala
de legumbres y existe abundante turba[7] que ha sido utilizada durante años como
combustible principal.
Mapa 1

Fuente:
http://www.cescem.org.ar
También destacan en su
aspecto económico la caza de focas y ballenas, pero su punto más importante ha
pasado a ser la presencia de cuencas sedimentarias aptas para la obtención de
hidrocarburos en los entornos de las Islas.
En este sentido, desde
finales del mes de marzo de 2010 y pese a los reclamos argentinos, la empresa
Desire Petroleum realiza tareas de prospección de crudo en la plataforma Ocean
Guardian, que fue trasladada a la zona con este fin. Esta petrolera fue la
primera en comenzar con este tipo de trabajos en la cuenca norte de las
Malvinas.
La empresa pretende fijar ocho pozos,
situados a unos 150
kilómetros al norte de las costas malvinenses. A ella se
sumaron otras cuatro empresas, todas ellas también de capital británico y de una
u otra forma involucradas fuertemente en la economía argentina. Estas son:
Argos, Falkland Oil & Gas Limited (FOGL)[8], Rockhopper Exploration[9], y
Borders & Southern Petroleum (ver mapa 2).
Desire Petroleum y Borders
& Southern Petroleum tienen como accionista a la financiera británica
Barclays Bank, que a su vez forma parte de una de las principales empresas que
operan en Argentina: Minera Alumbrera, cuyo principal yacimiento se encuentra en
la provincia de Catamarca.
La Falkland
Oil &
Gas Limited está controlada por la mayor minera del mundo, la australiana BHP
Billiton, que desde 2008 busca cobre y oro en 40 mil hectáreas ubicadas en la
provincia de Salta. Por su parte, Rockhopper Exploration, de capital alemán, es
asesorada por el banco HSBC[10].
Para muchos analistas
petroleros, la Desire
Petroleum no es más que una pantalla de Shell[11], y de hecho
su fundación en 1996 estuvo capitaneada por un ex geólogo de la Royal Dutch Shell. Su
principal accionista es el banco inglés Barclays Bank PLC, el cual tiene un
porcentaje de BlackRock, el segundo capital de Xstrata (extractiva que explota
Minera Alumbrera en Catamarca) y una de las compañías que controla
la Borders
& Southerns Petroleum.
Las compañías llegaron a las
islas con la intención de descubrir si en su lecho submarino se albergan unos
60.000 millones de barriles de petróleo[12], tal como lo promocionan las
autoridades isleñas. De ser así, el nivel de recursos existentes en las Malvinas
superaría con creces las reservas estimadas en Argentina y Gran
Bretaña[13].
La empresa Minera Alumbrera
es considerada por las comunidades víctimas de su explotación como responsable
de graves daños ambientales en Catamarca y está acusada judicialmente por
envenenar con metales pesados las aguas de la cuenca Salí-Dulce (zona compartida
entre las provincias de Tucumán y Santiago del Estero). Dicha minera está
gerenciada por Xstrata PlC (controlada por el Barclays Bank a través de la
propiedad del 50% de su accionario)[14].
Por otro lado, uno de los
fondos de inversión más importantes del mundo, el Blackrock Group (propiedad del
Bank of América[15]), además de ser accionista de la Barrick Gold – megayacimientos
Veladero y Pascua Lama-, tiene participación en las petroleras Rockhopper,
Desire Petroleum y en Falkland Oil and Gas Limited, siendo propietaria del 49%
del capital accionarial de esta última. De igual manera, TD Asset Management,
fondo de inversión americano accionista de la Barrick Gold y de Goldcorp
(concesionaria minera del Cerro Negro, en Santa Cruz) tiene el 7,4% de las
acciones de Rockhopper y el 7.5 % de Desire
Petroleum.
Mapa 2

Fuente:
ttp://diariopregon.blogspot.com
Las expectativas de estas
transnacionales petroleras son reales, el petróleo existe en el subsuelo
marítimo de las Malvinas. En esta tercera ronda de exploración petrolera sobre
el Atlántico Sur -que se inició en 1997-, las cinco compañías petroleras
adquirieron sus licencias al ridículo costo de 30 mil dólares anuales. Hasta
ahora, sólo una de ellas, Rockhopper[16], ha descubierto reservas de crudo a
300
metros de profundidad, aunque para el resto de estas
transnacionales el rendimiento de sus inversiones es apenas una cuestión de
tiempo[17].
Dado que las Islas Malvinas
no cuentan con refinerías, el crudo será exportado directamente sin utilizar la
infraestructura del continente. La exploración se realiza en un radio de
250
millas sobre el mar, extensión que definió el Reino Unido,
de manera unilateral, en 1986.
En marzo del presente año,
Argentina amenazó con llevar a tribunales internacionales a las empresas que
prestaran, directa o indirectamente, algún tipo de colaboración con las
petroleras[18], a fin de obligar a Londres a iniciar el diálogo que ordenó
la Naciones
Unidas.
La distancia entre Londres y
las Islas Malvinas es de aproximadamente 12.700 kilómetros (ver mapa
3). La explotación de crudo en las Malvinas generará posiblemente una nueva ruta
marítima petróleo con sus consiguientes riesgos. Se estima que entre el 0,1 y
0,2% de la producción mundial de petróleo acaba vertido al mar. Aunque el
porcentaje puede parecer bajo, su cuantificación es de casi 3 millones de
toneladas anuales, las cuales además de contaminar las aguas provocan graves
daños en el ecosistema marino.
Mapa 3

Fuente:
http://www.cescem.org.ar
Con referencia a los campos
científicos y técnicos, las Islas Malvinas poseen una magnifica ubicación para
el rastreo de satélites, o establecimiento de estaciones de investigación
espaciales, ionosféricas, meteorológicas, y oceanográficas. Su desarrollo
económico vía explotación de crudo reforzará este territorio como plataforma de
investigación británica en estos campos.
En lo que respecta al factor
político, las Malvinas posibilitan la injerencia de Gran Bretaña en el Atlántico
Sur, la cual se materializa a través de su presencia en las Islas Georgias del
Sur, Sándwich del Sur, Aurora, Santa Elena o Tristan da Cunha. En consecuencia
las Malvinas constituyen un punto de recalada obligado de las expediciones
antárticas británicas[19], que tienen a su vez un punto de apoyo en Grytviken en
las Georgias del Sur.
En el ámbito militar, las
islas cuentan con más de una decena de polígonos de tiro, una pista de
aterrizaje para aviones de guerra y dieciocho estaciones repetidoras de señal de
radio. Esta situación la convierte en una plataforma de operaciones de
la OTAN en el
caso improbable pero no por ello descartable de conflicto
militar.
El apoyo político a la reivindicación
argentina
El conjunto de factores
referenciados con anterioridad hace que se reproduzca un foco de inestabilidad
en la zona, dado que el reclamo de soberanía argentino hacia la administración
británica de las islas ahora se multiplica.
Por un lado, la disputa por
la soberanía de las Malvinas, tuvo su desenlace fatal el 2 de abril de 1982, día
del desembarco militar argentino en las islas, desarrollándose una guerra que
culminó el 14 de junio del mismo año, y que conllevó la derrota militar de
Argentina y la consiguiente reconquista de los tres archipiélagos (Malvinas,
Georgias del Sur y Sándwich del Sur) por parte del Reino Unido[20], generando un
trauma no superado en el subconciente colectivo argentino. Por otro, el interés
en el área petrolera que rodea las islas despierta con nuevos ánimos el reclamo
de soberanía por parte del gobierno kirchnerista.
Sin embargo, y más allá de
las retóricas altisonantes, el nacionalismo territorial y una simplista pero
efectiva estrategia que busca la seducción de la ciudadanía bajo criterios
políticos de corte patriótico-republicano, queda por ver cual es el
posicionamiento real en lo político de los diferentes países latinoamericanos al
respecto.
El realismo de los negocios,
la realpolitik[21] y la llamada diplomacia petrolera hace que no esté
tan claro cual es la posición de determinados países del continente hacia las
soflamas argentinas respecto a las Malvinas.
El caso de Brasil
Según los correos
electrónicos de StratFor[22], revelados por la agencia Wikileaks[23] (más de
10.000 emails referidos a Argentina), se refleja que el pulso político argentino
con Reino Unido por Malvinas, goza de cierto grado de apoyo brasileño. Según
estos email, Brasil habría mencionado varias veces que el Atlántico Sur es el
“Amazonas azul” y que ningún país del norte debería estar ocupando dicho
territorio marítimo.
Desde que el ex presidente
Lula da Silva llegó al poder, Brasil ha dado señales de apoyo a Argentina en el
tema de las Malvinas, referenciándose en dichos emails que los brasileños no
quieren a Gran Bretaña cerca de sus reservas de crudo (ver mapa
4).
Mapa 4

Fuente:
Info Energía (http://estudiosdelaener.blogspot.com)
Para Brasil, Argentina dejó
de ser una amenaza hace años, temiéndole más a que el Reino Unido esté de una u
otra forma implicado en la zona, dada su asociación con la OTAN y su cercanía en política
internacional con los EEUU. De hecho, el último Plan Nacional de Defensa de
Brasil dice que el Atlántico Sur debería ser una de las prioridades brasileñas
en el área de seguridad.
Es constatable que el apoyo
de Brasil a Argentina tras la
Guerra de las Malvinas (1982) no solo trajo dividendos gracias
al intercambio comercial[24], sino que además transformó una rivalidad histórica
en una sólida alianza que permitió reconducir significativamente sus gastos en
defensa. Cuando los brasileros dejaron de temer una “invasión argentina”,
tuvieron la posibilidad de redireccionar esos recursos hacia la región amazónica
y otras áreas de interés nacional.
Una vez conformado el
Mercosur, esta unión argentino-brasileña también incluyó la venta de equipos
militares por parte de Brasil, en especial de aviones producidos por la firma
Embraer[25] (que comenzó recientemente a incluir partes elaboradas en
la
Argentina)[26].
La alianza entre Brasil y
Argentina ha complicado la estrategia del gobierno de David Cameron a la hora de
incrementar su presencia en territorio brasileño, aunque según los británicos,
“Brasil tendría que realizar sus propios análisis de costo-beneficio en
torno a la
Argentina, al Mercosur y al Reino Unido. Pero, aun existiendo
una política coordinada, dudo que resulte exitosa y, además, tanto a nivel
comercial como económico, todos saldrían perdiendo. Lo que el Mercosur ha
logrado hasta ahora es la parte más sencilla, porque en realidad, el acuerdo que
impide el paso de navíos con bandera de las
Falklands[27] solo afecta a un número reducido
de embarcaciones, que también están habilitadas para navegar con bandera
inglesa, de modo que esa decisión fue más simbólica que
significativa”[28].
Desde la visión de Brasil,
su apoyo a la causa argentina se visualiza a priori como ventajoso, aunque no
está exento de riesgos. El gobierno brasileño, por un lado, desea alejar a sus
competidores británicos de la exploración petrolera en las costas
sudamericanas; pero por otro lado, es consciente de que puede perder una
posición privilegiada entre los inversores del Reino
Unido[29].
También es de destacar que
Brasil anunció en 2009 sus planes para construir una flota de cinco submarinos
nucleares[30], situación que en 2016 (fecha en la que entrarán en servicio)
reducirá de forma notable el desequilibrio actual de poder militar en el
Atlántico Sur.
En este contexto, los
estrategas militares británicos declaran estar preocupados por la aptitud
brasileña, referenciando entre veladamente que Brasil pretende imponer en un
futuro próximo su propia versión de la Doctrina Monroe[31] sobre las
aguas de la región –exigiendo que las potencias extranjeras se alejen de su
“patio trasero”[32] tal y como lo hizo EEUU en los siglos XIX y
XX-.
Sin embargo y a pesar de
todo lo anterior, no podemos olvidar que el mayor reclamo brasileño en política
internacional es obtener un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas[33]. Gran Bretaña apoya ese reclamo, Argentina no. Ante esta
situación, y consciente de las tácticas de negociación brasileñas, Argentina se
verá en la obligación de cambiar de posición, asumiendo su subalternidad
permanente frente a Brasil, a cambio de su apoyo irrestricto a la causa de las
Malvinas. En caso contrario, cabría esperar que el acompañamiento brasileño
quede como una posición meramente diplomática o de utilización táctica
coyuntural.
El caso de MERCOSUR
La cumbre de presidentes de
Mercado Común del Sur celebrada en diciembre del 2011 en Montevideo, permitió
llegar al acuerdo de que a los barcos con bandera de las Malvinas les sean
bloqueados el acceso a los puertos de MERCOSUR (ver mapa
5).
La declaración firmada por
los países del MERCOSUR establece que éstos adoptarán “todas las medidas
susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los
buques que enarbolen la bandera ilegal de las islas Malvinas“. Además,
aquellas embarcaciones que hayan sido rechazadas por ese motivo en algún puerto
de la región “evitarán solicitar el ingreso a otros puertos de los demás
Estados parte del MERCOSUR y Estados asociados mientras sean portadoras de dicha
bandera“.
Mapa 5

Fuente: American Diplomacy (Foreign Service Despatches and Periodic
Reports on U.S. Foreign
Policy)
Además de Argentina, Brasil
y Uruguay, el MERCOSUR incluye a Paraguay (país interior), mientras que sus
asociados con costas son Ecuador, Perú, Colombia y Chile, en tanto Venezuela,
también costero, está en proceso de adhesión.
La presidenta argentina,
durante ese evento indicó: “Quiero agradecerles a todos su inmensa
solidaridad con Malvinas, pero sepan que cuando están firmando algo sobre
Malvinas a favor de la
Argentina lo están haciendo también en defensa propia (…).
Malvinas no es una causa argentina, es una causa global, porque en Malvinas se
nos están llevando recursos petroleros y
pesqueros.”[34]
El propio secretario general
de la
Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José
Miguel Insulza, afirmaba días después que no entendía la posición británica de
enviar barcos con bandera de las Islas Malvinas: “Nunca entendí la porfía de
Reino Unido de mandar barcos que perfectamente puede mandar con bandera
británica“.[35]
En efecto, como indica
Insulza, el bloqueo de MERCOSUR no pasa de ser una posición meramente simbólica,
que tiene su importancia diplomática, pero que afecta muy levemente a los
intereses británicos, teniendo su mayor impacto en el ámbito de la arrogancia y
el ego anglosajón.
Durante su visita a Brasil,
en la segunda quincena del pasado mes de enero, el canciller británico William
Hague, aseguraba que los barcos de las Islas Malvinas pueden cambiar su bandera
por la británica para evitar la restricción. “No hay ninguna barrera legal
para que los buques registrados en Stanley, Islas Malvinas, naveguen con la
bandera británica en lugar de la bandera de las Islas Malvinas”, indicaba
Hague, ofreciendo una sencilla solución al problema, “está claro
que los buques que enarbolen la bandera británica deben tener acceso a los
puertos de América del Sur como sucede en cualquier otra parte del
mundo.”[36]
Más allá de lo coyuntural,
algunos elementos más deben ser analizados en la relación Reino Unido y por
extensión Unión Europea, con Argentina y por extensión
MERCOSUR.
La Unión
Europea
está planteando al MERCOSUR, desde el cuarto trimestre el año pasado, que quiere
cerrar en diciembre de 2012 los 13 años de negociaciones[37] para el acuerdo de
libre comercio, definido eufemísticamente como Acuerdo de Asociación con
la
UE.
En noviembre de 2011,
la UE en una
reunión de negociadores técnicos de ambos bloques en Montevideo, proponía que en
junio próximo, tras las elecciones presidenciales en Francia[38], las partes
presenten sus ofertas de apertura comercial y que seis meses después se cierre
la discusión. Los representantes de los cuatro países de Mercosur enfriaron el
entusiasmo de la
Comisión Europea y les respondieron que tendrían que esperar a
la próxima reunión birregional para aceptar o no ese calendario. Desde entonces
hasta aquí los resultados han sido magros.
En la octava ronda de
negociaciones que se dio en el pasado mes de marzo en Bruselas, no hubo grandes
avances, aduciendo los europeos que Argentina se ha convertido en una “traba” y
encomendándose ha mejor suerte para la próxima ronda de negociaciones que tendrá
lugar en Brasilia el próximo mes de julio.
De hecho Argentina anunció
que comenzará a exigir, desde el presente mes de abril, una declaración jurada a
las empresas que importen servicios por montos superiores a 100.000 dólares
anuales o realicen pagos mensuales de 10.000
dólares.
La medida se suma a otras de
control a las importaciones adoptadas en los últimos meses por el gobierno de
Cristina Fernández Kirchner y cuestionadas por sus socios del bloque
sudamericano. La intención del gobierno argentino es acumular divisas, en un
marco de crisis financiera internacional.
A esto hay que sumar la
reciente nacionalización de la petrolera YPF, lo cual ha conllevado reacciones
de carácter chovinista por parte del Estado español, quien a través de su
secretario de Estado para la
UE, Iñigo Méndez de Vigo, consideró que Argentina se podría
convertir “en un apestado internacional” por romper “las reglas de juego”;
llegando incluso a amenazar con que “no habrá avances” en las negociaciones para
la firma de un acuerdo de asociación entre la UE y el
MERCOSUR.
Algunas reflexiones al
respecto:
La creación del MERCOSUR[39]
permitió expandir fuertemente los intercambios entre los países miembros al
punto de que, desde el ámbito comercial, ha de ser considerado como un gran
éxito. La existencia del MERCOSUR ha incrementado los flujos comerciales de
forma notable, los cuales pasaron de US$4.5 mil millones en 1991 a US$45 mil millones en
2010. También se ha avanzado en el establecimiento de un Fondo de Convergencia
Estructural (FOCEM) para enfrentar las asimetrías con Uruguay y Paraguay. Se ha
conseguido una tarifa externa, un código de aduanas y disciplinas comerciales
comunes.
Desde la perspectiva
brasileña, se triplicó las ganancias en las exportaciones a Argentina, y
modificó desde el 2003, la balanza comercial hacia un saldo notablemente
superavitario. En el caso de Paraguay y Uruguay, aunque la balanza comercial
también es favorable, el enfoque brasileño es diferente, dado que las
inversiones de sus empresas son consideradas desde una perspectiva estratégica
en ambos países.
Para los brasileños, su
mayor preocupación se basa en la competencia con los exportadores chinos, pues
el mayor grado de competitividad para los brasileños esta dado por la reducción
de tarifas para entrar al mercado argentino. En febrero de 2011, el gobierno
argentino elevó el número de productos con licencias no-automáticas lo que según
estimaciones brasileñas ha tenido una afectación de más del 20% en sus
exportaciones hacia el país vecino, sobre todo en materia de textiles y
productos industriales. A esto se sumó la reciente restricción a la importación
de alimentos, por atrasos en la emisión de certificados sanitarios y la
preocupación por las posiciones Argentinas en el ámbito europeo: el caso YPF y
que no se comentan errores de medición en la estrategia desarrollada por
la Kirchner
en la cuestión de las Malvinas.
Desde Itamaraty, bajo el
prisma de una visión panorámica de América del Sur con horizonte en el 2022, se
reitera la importancia de situar a Brasil y su política exterior en
la Región,
comparando la situación sudamericana con la experiencia europea post Segunda
Guerra Mundial: poblaciones excluidas y grandes asimetrías. Sin embargo
Argentina ha dejado de ser considerado como un socio fundamental, ocupando su
lugar las destacadas relaciones con China. Samuel Pinheiro Guimarães[40]
escribiría en 2010: “Para muchos países de América del Sur, la China se convirtió en el
primero o segundo socio comercial (…). La presencia de las grandes empresas
chinas como inversoras se expande
rápidamente…”[41]
Efectivamente, los socios
del MERCOSUR comienzan a perder la paciencia y muestran su malestar con las
medidas proteccionistas de Argentina[42] (ver gráfico 1). Los empresarios de
los países respectivos presionan a sus gobiernos para que protesten a la
presidenta Cristina Fernández Kirchner.
Gráfico 1

Fuente:
Global Trade Alert (GTA)
El conjunto de estas
condiciones fuerza la situación al interior de MERCOSUR, posicionando a
Argentina como el principal generador de conflictos en el ámbito del Mercado
Común del Sur. Este hecho complejiza la adopción de medidas que impacten
realmente a Gran Bretaña en el contexto del litigio por las
Malvinas.
Desde otra perspectiva, es
difícil esperar que organizaciones internacionales tan dispares ideológicamente
y con interés tan diversos entre sus miembros asociados como UNASUR, OEA o el
Grupo de Río, puedan llegar a algo más que el respaldo diplomático a la
iniciativa argentina y la correspondiente adopción de medidas simbólicas como la
expresada por MERCOSUR a través del bloqueo de sus
puertos.
El caso de Chile
En los años posteriores a
la Guerra de
las Malvinas, la versión de que Chile había colaborado con los británicos
siempre estuvo presente, hasta que se convirtió en historia oficial en
1999.
En dicho año, el ex
Comandante de la Fuerza
Aérea de Chile, Fernando Matthei reconoció haber ayudado[43] a
Gran Bretaña y contó detalles de las operaciones, luego de que Margaret Tatcher
agradeciera públicamente la ayuda chilena, develando un secreto a
voces.
El gobierno chileno de
entonces, justificó su actuación bajo criterios defensivos, dado que en el caso
de que Argentina hubiera vencido a los británicos, el próximo objetivo militar
habría sido un Chile indefenso militarmente y con quien se mantenían problemas
limítrofes que estuvieron a punto de convertirse en conflicto armado en
1978[44].
Además, Chile ha sido
históricamente un país tradicionalmente cercano a Gran
Bretaña.
La influencia británica
sobre la Armada
chilena se remonta a 1818, cuando Manuel Blanco Encalada era Comandante General
de la Armada y
la mayoría de sus principales oficiales eran ingleses. Ese mismo año llegó a
Valparaíso Lord Cochrane, proveniente de una estirpe de ilustres marinos
ingleses. Un año después ya al mando de la Escuadra Chilena, todos los
comandantes de buques chilenos eran ingleses, con excepción de un
norteamericano. Esta condición explica los apellidos de todo un linaje de
hombres de mar en la
Armada chilena.
Por su parte, la inmigración
británica en Chile se remonta también al siglo XIX, cuando población de origen
británico se asentaba en territorio chileno entre los años 1840 y 1914. En la
actualidad el número de chilenos con esta ascendencia es cercano a los 700.000,
siendo el país latinoamericano con mayor número de descendientes
británicos.
A pesar de esa cercanía
histórica a los británicos y su participación en el conflicto de 1982, los
chilenos han ido alterando su posición respecto al litigio isleño en base
fundamentalmente a una clave geopolítica: un triunfo definitivo de Londres
podría abrir flancos para en la política exterior de Chile, dado el reclamó del
Reino Unido sobre el territorio antártico[45], tema hasta ahora congelado por
tratados internacionales.
Por otro lado, la tradición
política chilena ha hecho que el país haya buscado históricamente más su
acercamiento a los países del norte que su convivencia e integración regional
con los países de la región. Chile es el país de los TLCs y de otros tipos de
acuerdos comerciales, habiendo firmado 23 de estos entre 1993 y 2009, estrategia
que continúa teniendo los ojos puestos en las grandes potencias económicas
mundiales. De igual manera, los chilenos se convirtieron en enero de 2010 en el
primer país sudamericano miembro de la OCDE, pretendiendo junto con México
desmarcarse de la realidad latinoamericana a la que pertenecen. Sin embargo, la
realidad es terca y Chile sigue siendo el país de la OCDE con mayor desigualdad social[46] a
pesar del impacto de la crisis mundial en los países del
norte.
El posicionamiento
geopolítico de Chile lo convierte en un pieza clave en el conflicto de las
Malvinas. El archipiélago no puede ser aislado por Argentina si no es a través
de la
República de Chile. De igual manera, para el Reino Unido, Chile
es un país vital para el aprovisionamiento de la isla, dado que esta se
suministra a través de la zona austral chilena (ver mapa
6).
Mapa 6

Fuente:
Mapa USGS
Desde una posición táctica,
los chilenos consideran adecuado apoyar las pretensiones argentinas, reforzando
la conciliación vecinal en marcha y solidificando los “nuevos” vínculos entre
ejércitos, dándole así un importante empuje a la coordinación en materia de
seguridad y defensa.
Sin embargo, estas “nuevas”
relaciones de conciliación chileno-argentinas tienen debilidades notables, entre
las que destaca una enorme distancia en el marco de las relaciones políticas a
nivel de gobiernos, explicables en parte por las abismales diferencias
ideológicas entre ambos. Esta situación implica en la práctica, que esta alianza
regional es un acto meramente “instrumental” –por lo tanto débil- tanto para
argentinos como para los chilenos.
Por otro lado, desde una
visión “estratégica”, los intereses chilenos consideran indispensable el
mantenimiento de estrechas relaciones Gran Bretaña, situación que les refuerza
internacionalmente dada su debilidad militar, económica y política con respecto
a su vecino -el segundo país más grande a América Latina y octavo del
mundo-.
Para el gobierno chileno, el
“factor antártico”, referenciado con anterioridad, asume un rol preponderante en
la situación actual y es un factor determinante respecto al alcance final de
este nuevo marco de conciliación entre los dos gobiernos. Es en ese sentido, que
los chilenos ya reclaman al Estado argentino, una política que no ponga en
cuestión los intereses de Chile en el extremo austral, facilitando así su
proyección hegemónica en la Antártida. Si Argentina compite
con Chile en tal cuestión, es fácil prever el deterioro de las relaciones entre
ambos países, lo que tendrá implicaciones en la posición chilena respecto a las
Malvinas.
Es entonces en ese juego,
donde el gobierno de Chile habla de la pretensión argentina de soberanía sobre
las Islas Malvinas, no utilizando el término “derechos de soberanía”,
desarrollando las “artes del funambulista” respecto a los equilibrios y
desequilibrios del poder, así como a la filosofía de las concesiones
mutuas.
En resumen, la lógica
chilena podría describirse a grandes rasgos con un pensamiento pragmático:
“Chile y Argentina para los dos, pero no necesariamente contra los
otros.”[47] Lo que en definitiva vendría a significar que a pesar del apoyo
actual, Chile no está disponible para “cruzadas” contrarias a su interés
nacional y que en esta vida, todo tiene un precio..
Algunas conclusiones
finales
La política argentina está
“malvinizada” desde los años 80, y de hecho se considera que esta causa es la
que más une a los argentinos en torno a una tesis común. Esta realidad se ha
visto agudizada intencionadamente por diferentes de sus mandatarios en los
últimos decenios.
De igual manera, el
altamente cuestionado gobierno conservador de David Cameron, ha intentado hacer
-aunque con poco éxito-, de la administración sobre las Malvinas una estrategia
de distracción de los problemas internos en Reino Unido y una plataforma
nacional sobre la cual aglutinar apoyos políticos hacia su
gestión.
Consciente de la legitimidad
del reclamo argentino y sin olvidar las bacanales propagandísticas
instrumentadas a nivel internacional por el imperialismo, las cuales
“combinan la impudicia, el engaño y la especulación de la ignorancia con la
certeza de su propia impunidad”[48]; conviene reconvertir esta cuestión,
transformada en seña de identidad, en lo que realmente es: un conflicto jurídico
político entre dos países, articulado sobre intereses geopolíticos y
geoeconómicos de gran envergadura bajo lógicas comunes, fruto de una acción de
conquista realizada hace casi doscientos años.
Estas lógicas comunes son:
estrategia para aglutinar o solidificar apoyos políticos al interior de los
respectivos países, intereses económicos respecto a la extracción de recursos
naturales y posicionamientos estratégicos ante el futuro reparto de
la
Antártida.
Ante esto, un antecedente
que también hemos de tener claro: la guerra de 1982 fue un crimen cometido tanto
por el ejército británico –con un poderío militar notablemente superior al de su
adversario- como por la
Junta Militar argentina, la cual según el desclasificado
“Informe Rattenbach”[49], ejecutó una pésima planificación estratégica y
por un infame interés político, hizo creer a sus ciudadanos que Naciones
Unidas condenarían al gobierno de Margaret Thatcher, que Ronald Reagan apoyaría
a Argentina y que la
Junta Militar chilena asumiría el rol de mero observador en el
conflicto militar.
Otro elemento a tener en
cuenta es que las Islas Malvinas no son un territorio sin pueblo, lo que hace
necesario tener en cuenta que los isleños también tienen opinión y sus propias
formas de vida, y que ante esta situación sus deseos deben ser considerados en
una solución global del conflicto. Esta cuestión no debe ser desconsiderada,
dado que todavía pita en nuestros oídos la frase de Rafael Bielsa, quien fuera
ministro de Relaciones Exteriores durante el primer gobierno de Néstor Kirchner,
cuando indicaba: “Las tres mil personas que viven en Malvinas son súbditos
británicos desde el 83. De modo tal que su opinión me importa tanto como la de
los tres mil británicos que viven en Eaton”.
De igual manera opinan
determinados intelectuales defensores del “nuevo populismo”, quienes consideran
que la inexistencia de una étnia propia anula este factor en la temática isleña;
o los que consideran que la población existente en la isla, descendiente de la
ubicada por los británicos hace casi dos siglos, no es merecedora de voz y voto
consecuencia del acto de piratería realizado por el gobierno ocupante hace 179
años (argumento al que se le podrían encontrar algunas similitudes con el
utilizado por el sionismo para justificar la ocupación de
Palestina).
Sin embargo, el concepto
filosófico de la autodeterminación se deriva de la necesidad humana de hacer
realidad sus aspiraciones y de la afirmación de la igualdad intrínseca de todo
ser humano con independencia de su condición étnica y factores históricos como
el referido con anterioridad. En caso contrario, deberíamos localizar a los
tataranietos de la población que fue expulsada de las Islas Malvinas en 1833,
para que sean estos los que decidan cuales deben ser las formas de gobierno
apropiadas para las islas; cual su desarrollo económico, social y cultural; así
como para que tomen las decisiones oportunas que les permitan estructurarse
libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de
igualdad.
La libre determinación ha
sido una reivindicación histórica de la izquierda desde la época de las
colonias[50] hasta nuestros días y este factor no debe ser olvidado. Ahí están
con sus diferentes connotaciones históricas, reclamos actuales como los de
Palestina, Armenia, Kurdistán o Euskal Herría, entre otros. Estos reclamos son
los mismos que no atendió el Reino Unido respecto a Irlanda del Norte, por poner
tan solo un ejemplo.
Más allá de todo esto y
dejando de lado los interés económicos del caso, es evidente que la razón ampara
la posición argentina y que las Islas Malvinas, así como el resto de
archipiélagos demandados en la actualidad por el gobierno de Cristina Fernández
Kirchner, son territorios que deben pertenecer a la soberanía argentina bajo un
criterio de integración nacional.
En este sentido, la
reformulación estratégica articulada desde el gobierno argentino, se muestra
coherente y prudente, a pesar de las problemáticas anteriormente descritas y
sobre las que se deberá interactuar inteligentemente desde una visión de Estado
tanto por parte de la administración Kirchner como de las administraciones que
la sucedan.
La cuestión Malvinas es un
cuestión que abarca de forma amplia al conjunto de la política de integración
regional, afecta al sistema de defensa sudamericano, y los intereses propios
existentes en los diferentes países de la Región deben ser abordados sin
desmedro de la integración nacional argentina.
Con respecto a los
habitantes de las islas, la
República de Argentina esta obligada moral y éticamente a
plantar lógicas de respeto político con determinados sistemas administrativos y
su autonomía respecto al gobierno central, así como con su cultura, idioma y
formas de vida tradicionales.
Todos los indicadores vienen
a determinar que el desenlace de este conflicto no se dará a corto plazo, aunque
si entendemos la política como el “arte de lo posible”[51], Deng Xiaoping
demostró que es “posible” crear fórmulas originales –incluso con los británicos-
que hagan posibles la descolonización de pequeños territorios como fue el caso
de Hong Kong y Macao a través de la fórmula “un país, dos
sistemas”[52].
NOTAS:
[1] El primero en utilizar la expresión «Imperio británico» fue el doctor
John Dee, astrólogo, alquimista y matemático de la reina Isabel I de Inglaterra,
1558-1603.
[2] El punto de máximo del auge imperial británico se sitúa entre 1890 y
1920. Dicha hegemonía imperial contribuyó al crecimiento económico del Reino
Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad
países que son de una gran importancia política mundial provienen del antiguo
imperio británico. Entre estos: Estados Unidos, India, Canadá, Australia,
Sudáfrica o Nueva Zelanda.
[3] Este territorio sudamericano con forma de triángulo escaleno, tiene
como vértice el Cabo de Hornos mientras que sus dos lados más largos corren a lo
largo de las costas de los océanos Atlántico y Pacífico hasta los puntos de
inflexión de las líneas costeras en los que se verificaría el final del área
peninsular que tiene el sur de América: Arica, en el Pacífico, y aproximadamente
el límite septentrional del estado de Paraná, en el
Atlántico.
[4] La declaración de independencia de Argentina fue una decisión tomada
por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de
las entonces Provincias Unidas en Sudamérica. Fue proclamada el martes 9 de
julio de 1816, y con dicha declaración se rompían los vínculos de dependencia
política que los gobiernos locales tenían con la monarquía
española.
[5] Extracto del Acta de Independencia: “Nos los representantes de
las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al
Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que
representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la
justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la
tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los
violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos
de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e
independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en
consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las
formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias.
Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose
por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo el seguro y
garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su
publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en
un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne
declaración.”
[6] La economía de la isla estaba constituida principalmente por ganado
vacuno, comenzando a declinar al final del primer período de ocupación (1866)
para dar paso al ganado lanar.
[7] La turba es un material orgánico, de color pardo oscuro y rico en
carbono. Su formación es el resultado de la putrefacción y carbonificación
parcial de la vegetación en el agua ácida de pantanos, marismas y humedales. Se
emplea como combustible y en la obtención de abonos
orgánicos.
[8] Las Falkland Oil and Gas Limited anunciaban a primeros del 2012 que
habían captado 48,5 millones de libras (74,4 millones de dólares, 58,2 millones
de euros) en una emisión ampliada de acciones, suma que les permitirá perforar
dos pozos de alta complejidad en la Cuenca de Malvinas, uno de ellos en
aguas profundas.
[9] La empresa petrolera británica Rockhopper Exploration pretende
extraer petróleo en las islas Malvinas a partir de 2016. Rockhopper Exploration
realizó ya con éxito las primeras pruebas de prospección, que dieron muestra de
importantes existencias de crudo. La empresa cifró los costes de preparación
para la extracción en 2.000 millones de dólares y estimó que las existencias de
crudo en su área concesionada ascienden a 350 millones de barriles (159
litros/barril).
[10] HSBC Holdings plc (por sus siglas en inglés de The Hong Kong and
Shanghai Banking Corporation) es una de las más grandes organizaciones de
servicios bancarios y financieros del mundo. (Rank # 1 en lista Forbes 2008.)
Tiene su sede central en Londres.
[11] La Royal
Dutch Shell es una de las mayores multinacionales del mundo, y
una de las cuatro más grandes del sector petrolífero junto con BP, ExxonMobil y
Total. En 2009 la revista Fortune la clasificó como la empresa con mayor caudal
monetario del mundo. Y en la edición del 2011, quedó en segundo lugar justo
después de Walmart. La empresa se ha visto involucrada en diversos escándalos a
lo largo y ancho del planeta: desde su implicación en la Guerra del Chaco a violaciones de
derechos humanos en Nigeria, pasando por diversos incidentes en Argentina,
Brasil, Perú, Costa Rica o la misma Europa.
[12] Según un estudio realizado en 1998 por la Geological
Society of London, el mar que rodea a las islas
Falklands podría contener el equivalente a unos 60.000 millones de
barriles de petróleo.
[13] Los británicos disponen hoy en día unos 3.800 millones de
barriles de petróleo mientras que Argentina cuenta con unos 2.600
millones.
[14] A su vez, las empresas canadienses Goldcorp Inc. y Yamana Gold
cuentan con el 37,5% y el 12,5% respectivamente.
[15] El Bank of America (en castellano: Banco de América) es la banca
comercial más grande de los Estados Unidos de América en cuanto a depósitos, y
la compañía más grande del mundo en su categoría.
[16] El gobierno local de las Falklands obtendrá el 9% de las ventas, más
el 26% de las ganancias de Rockhopper, además de los 375.000 mil dólares anuales
que deberá pagar la compañía al fisco cuando ingrese en la etapa de explotación.
En esta fase, la licencia -ahora concedida entre 3 y 8 años- puede llegar a
extenderse hasta 35 años.
[17] Las otras cuatro compañías continúan explorando en el norte, este y
sur del Atlántico Sur. Aunque se han reportado indicios, aun no se ha informado
de nuevos hallazgos de hidrocarburos. Las compañías cuentan con seguir asociando
más capitales con el fin de continuar su
exploración.
[18] El gobierno de Cristina Kirchner adoptó una nueva estrategia frente
a Gran Bretaña, en el conflicto de Malvinas. En lugar de concentrarse en la
pronta recuperación de la soberanía de las islas, estrategia que quedó
postergada a foros internacionales y espacios de integración regional, ahora
trata de impedir que las empresas británicas y los habitantes del archipiélago
exploten los recursos naturales de esa región. Para tal efecto, el ministro de
Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, anunció el lanzamiento de un plan de acción
contra la exploración de hidrocarburos en las plataformas marítimas de Malvinas.
Según el Estado argentino esas operaciones contravienen la resolución 625 de las
Naciones Unidas, que llaman a las partes a buscar una solución pacífica al
conflicto. La ley 26.659/2010 “prohíbe a los estados nacionales,
provinciales y municipales contratar empresas que tienen interés, filiales o
conexiones con empresas que se encuentren explorando por hidrocarburos en
Malvinas”.
[19] Argentina, junto con Chile, Australia, Nueva Zelanda, y aunque
resulte grotesco, Gran Bretaña, Noruega y Francia, comparten reclamos
territoriales, bajo el criterio de la investigación y explotación del territorio
Antártico.
[20] Tras el desembarco argentino en las Malvinas, también estaba
previsto invadir militarmente las islas Picton, Lennox y Nueva y otras hasta
atacar al cabo de Hornos, que formaban parte de discusiones territoriales por
parte de Argentina y Chile (los planes fueron confirmados por Basilio Lami Dozo,
jefe de la Fuerza
Aérea Argentina durante la guerra de las Malvinas, en una
entrevista a la revista Perfil – http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0420/articulo.php?art=18309&ed=0420-). También Oscar Camilión, último ministro de Relaciones Exteriores de
Argentina antes de la guerra (29 marzo 1981 al 11 diciembre 1981), en sus
Memorias Políticas, (Editorial Planeta, Buenos Aires, 1999, pag. 281) confirmó
los planes de ataque: «Los planes militares eran, en la hipótesis de
resolver el caso Malvinas, invadir las islas en disputa en el Beagle. Esa era la
decisión de la
Armada…». El coste final de la guerra de las Malvinas en
vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles
isleños. Políticamente, la derrota en el conflicto precipitó en Argentina la
caída de la Junta
Militar que gobernaba el país; en el Reino Unido, la victoria
en el enfrentamiento ayudó a que el gobierno conservador de Margaret Thatcher
lograra la reelección en las elecciones del año
1983.
[21] Se define como realpolitik («política de la realidad» en
alemán) a la política exterior basada en intereses prácticos y necesidades
inmediatas y concretas, sin atender a la teoría o la ética como elementos
“formadores de políticas”. La realpolitik aboga por el avance en los intereses
nacionales de un país de acuerdo a las circunstancias de su entorno, en lugar de
seguir principios éticos o teóricos.
[22] Strategic Forecasting, Inc. (StratFor) es una empresa privada
estadounidense especializada en servicios de inteligencia y espionaje. Fue
fundada en 1996 en Austin (Texas) por el actual director ejecutivo (CEO) George
Friedman, quien además ha ocupado los cargos de director general y jefe de
inteligencia de la empresa.
[23] WikiLeaks es una organización mediática internacional que publica a
través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido
sensible en materia de interés público. Su creador fue Julian Assange y está
gestionado por The Sunshine Press.
[24] Brasil tiene en la actualidad un superávit comercial de cerca de 6
mil millones de dólares con Argentina, aunque en enero del presente año,
Argentina implementó una serie de nuevas medidas que otorgarán mayor control
sobre las importaciones y se teme por parte brasileña que los nuevos requisitos
sean utilizados como herramientas para frenar el ingreso de sus mercaderías en
el país vecino.
[25] Empresa Brasileira de Aeronáutica S.A. (Embraer) es una fábrica
aeronáutica brasileña que fabrica aviones comerciales, militares y ejecutivos.
Ha sido el mayor exportador del país entre 1999 y 2001, ocupando siempre alguno
de los tres primeros puestos en Brasil. Entre las fábricas aeronáuticas ocupa el
tercer puesto a nivel mundial, en cuanto al número de personas que integran su
fuerza laboral y la cantidad de entregas anuales de aviones (por detrás de
Boeing y Airbus).
[26] Embraer Defense and Security firmó, en abril de 2011, un contrato
comercial con la empresa argentina FAdeA, por el cual la empresa argentina pasa
a ser responsable de la fabricación de spoilers –placas móviles que
complementan el control de las alas– y las puertas del tren de aterrizaje, entre
otras partes del KC-390.
[27] Se hace referencia a la decisión de Brasil, Uruguay y Chile, de
bloquear el paso de barcos con bandera de las Islas Malvinas a sus puertos.
Decisión tomada en diciembre de 2011.
[28] Entrevista con Peter Lee, experto en defensa del King’s College
London http://ronaldolivreiro.blogspot.com/2012/01/agora-e-o-governo-ingles-que-usa-as.html
[29] A finales de marzo del presente año, durante el Congreso
Portugués de Ciencia Política realizado en Lisboa, el ministro consejero
brasileño Paulo Dias Feres dijo en respuesta al embajador paraguayo, quien había
enfatizado el apoyo irrestricto de su país a la posición argentina: “Si
Argentina decide ir a la guerra, Brasil no va a acompañar. Pero antes haríamos
todos los esfuerzos para que tal cosa no ocurra (…). Brasil es un país
grande porque no vocifera. Las declaraciones de la presidenta Kirchner, y esto
no es una crítica, no ayudan a resolver el conflicto. Brasil tiene excelentes
relaciones comerciales con Gran Bretaña y no las va a arriesgar por caprichos
ajenos”. Algunos embajadores asistentes consideraron que el pronunciamiento
del diplomático se debió a la desubicación de un mal profesional, mientras
otros, conocedores de las reglas emanadas desde Itamaraty, sugieren que esta
proclama esconde un recado oficial.
[30] A finales del año 2007, Brasil firmó un acuerdo con un contratista
de defensa francés para la colaboración en la construcción del primero de los
cinco submarinos. Esto vino seguido por un acuerdo (2008) con Argentina para
desarrollar conjuntamente los reactores nucleares que darán potencia a los
buques. Las autoridades brasileñas han tenido mucho cuidado de que dichos
submarinos no sean percibidos como una respuesta hacia posibles amenazas
exteriores. Sin embargo, para muchos analistas brasileños, los submarinos son
una forma de asegurar los enormes campos de petróleo descubiertos en el país en
los últimos años. El ex presidente Lula da Silva, quien encabezó la ofensiva del
programa nuclear, dijo antes de dejar su cargo que los submarinos eran “una
necesidad para un país que no sólo tiene la costa marítima que tenemos, sino que
también tiene la riqueza del petróleo que se descubrió recientemente en las
profundidades del mar”.
[31] La doctrina Monroe, se sintetiza en la frase “América para los
Americanos”. Fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en
el año 1823. Dicha política fue principalmente dirigida hacia las potencias
europeas con la advertencia de que los EEUU no tolerarían ninguna interferencia
o intromisión en América.
[32] “La presencia de una fuerza militar extranjera en la región es
un factor de desequilibrio que nunca es una solución para las
controversias“, advirtió Enio Cordeiro, embajador brasileño en Argentina el
pasado mes de marzo, en alusión a las tropas británicas acantonadas en las Islas
Malvinas.
[33] Brasil tiene dos fundamentos sólidos para ello: el primero,
posiblemente el de menos peso, es su envergadura poblacional y económica; el
segundo, de peso mayor en el mundo de la realpolik, es su capital
político internacional, el cual ha ido incrementándose con el tiempo, mediante
una política exterior continuada y adecuadamente estructurada, que podría
considerarse como sensata desde un punto de vista convencional (cuyos objetivos
son en general congruentes con los recursos de que dispone el país, y bastante
legítimos en términos de la difusa normativa universalista a la que, al menos en
la retórica, se adhieren la inmensa mayoría de los países). Esta apreciación se
sustenta, entre otras cuestiones, en las votaciones favorables que Brasil
siempre ha obtenido para ocupar las plazas rotativas en el Consejo y en los
bloques que ha generado sistemáticamente en los distintos organismos
internacionales con los apoyos de muy diversos
países.
[34]
http://america.infobae.com/notas/40521-Mercosur-impediran-que-barcos-con-bandera-de-Malvinas-recalen-en-puertos
[35]
http://www.sinmordaza.com/noticia/123076-la-oea-avala-decision-del-mercosur-por-malvinas.html
[36]
http://www.lagaceta.com.ar/nota/474085/economia/Sugieren-barcos-Malvinas-usen-bandera-britanica-para-entrar-puertos-Mercosur.html
[37] La UE y
el Mercosur decidieron en 2010 reanudar las negociaciones -suspendidas durante
seis años- para cerrar un acuerdo de asociación, que prevé la liberalización del
comercio.
[38] Ninguna de las partes implicadas quiere que las negociaciones se
vean afectadas por las elecciones presidenciales francesas, uno de los países
donde hay más resistencia a un acuerdo, principalmente a una apertura en el
sector agrícola, el que más interesa a los países del
MERCOSUR.
[39] El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un bloque subregional
integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay. Venezuela se encuentra en
proceso de ser miembro pleno, únicamente pendiente por la ratificación del
congreso paraguayo. Además dispone del estatus de países asociados, donde están
Bolivia, Chile, Colombia, Perú, y Ecuador, además de México en calidad de
observador. El MERCOSUR fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma del
Tratado de Asunción, estableciendo: “La libre circulación de bienes,
servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel
externo común y la adopción de una política comercial común, la coordinación de
políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados partes y la
armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de
integración.”
[40] El 19 de enero del presente año, Samuel Pinheiro Guimarães
(prestigioso escritor y diplomático brasileño) fue designado Alto Representante
General de Mercosur.
[41] Pinheiro Guimarães, Samuel. “A América do Sul em
2022”. Carta Maior. 26-07-2010.
http://www.cartamaior.com.br/templates/materiaMostrar.cfm?materia_id=16822&boletim_id=736&componente_id=12288
[42] La organización Global Trade Alert indicaba en agosto del pasado año
que Argentina es la nación que lidera el ranking de países con proteccionismo,
sumando 140 medidas proteccionista (superando a Rusia, India o los
EEUU).
[43] La ayuda o colaboración chilena con Gran Bretaña consistió en
suministro de información. Dicha información consistía en los movimientos
de tropas y despegues de aviones desde el continente hacia las islas y la
llegada nuevamente de los mismos, lo cual era recogido por algunos aviones
chilenos y por puestos desplegados en la frontera delimitada por la cordillera.
Esos datos eran enviados a Santiago de Chile y luego determinados comandantes de
la Fuerza
Aérea lo hacía a sus superiores con dispositivos de alta
tecnología para la época. Esta ayuda fue recompensada por los británicos con
aviones Hawker Hunters, un radar de larga distancia, misiles antiaéreos, aviones
Camberra de reconocimiento fotogramétrico a gran altura y también
bombarderos.
[44] El propio general argentino Leopoldo Galtieri al comenzar la guerra
de las Malvinas dijo: “este es sólo el primer paso, luego se recuperarán los
demás lugares que le pertenecen al país.”
[45] La futura escasez de recursos hídricos mundiales hacen de las Islas
Falklands una importante plataforma de proyección hacia el ámbito geopolítico
mundial. Las islas no deben ser vistas desde una óptica “asilada”, dado que
constituyen un espacio territorial sobre el que se sostienen las recientes
reclamaciones británicas sobre ciertos límites en la plataforma continental
antártica.
[46] El 10% de la población más rica del conjunto de la OCDE recibía unas nueve veces
más ingresos que el 10% más pobre al terminar la pasada década, mientras que a
mediados de los ochenta la diferencia era de unas siete veces. En ese periodo,
la crisis económica ha tenido impactos generalizados en los países de
la OCDE. En
concreto en 24 de los 33 miembros del conocido como el “Club de los países
desarrollados”, sucediendo esto en Estados que tenían mayor tradición
igualitaria como era el caso de Alemania, Dinamarca o Suecia. En Chile, los
grupos acomodados ganan 27 veces más que los
pobres.
[47] Cita de José Rodríguez Elizondo, director del Programa de Relaciones
Internacionales de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y columnista
del diario chileno La
Segunda.
[48] Trotsky, León. México y el
imperialismo británico (1938). Centro de Estudios, Investigaciones y
Publicaciones “León Trotsky” de Argentina. Marxists
Internet Archive, 2000. http://www.marxists.org/espanol/trotsky/1930s/latin2.htm
[49] Se denomina “Informe Rattenbach” al documento resultante del
trabajo de la comisión creada bajo el gobierno de Reynaldo Bignone, cuyo
objetivo fue la evaluación y análisis del desempeño de las fuerzas armadas
durante la
Guerra de las Malvinas. El informe fue hecho público en 1983
por el Presidente Raúl Alfonsín. El 25 de enero de 2012, la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner anunció la creación de una “comisión que proceda a la
apertura y conocimiento público del Informe Rattenbach“. El 7 de febrero de
ese mismo año, se anunció el levantamiento del secreto sobre dicho informe
mediante un decreto que creó una comisión para su análisis, cual está integrada,
entre otros, por el hijo del Teniente General (R) Benjamín
Rattenbach.
[50] Cabe recordar que ya Lenin defendió el derecho de autodeterminación
de las naciones, aunque subordinándolo a la lucha de clases. Cuando los
bolcheviques alcanzaron el poder tras la Revolución de octubre, el
principio de autodeterminación se proclamó oficialmente en la Declaración de Derechos
de los Pueblos de Rusia –el 15 de noviembre de 1917-, condición por la cual se
reconoció la independencia de Finlandia. Poco después, la Constitución de 1924 de
la Unión
Soviética fue vanguardista en este sentido, siendo la primera
en el mundo que reconoció este derecho para sus repúblicas, aunque no para las
regiones autónomas. Su escasa evolución posterior en la URSS tiene que ver con las derivas del
proceso revolucionario hacia el estalinismo.
[51] Definición de la política realizada por el filósofo, matemático,
jurista, bibliotecario y político alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 –
1716).
[52] Según esta doctrina, si bien se reconoce que China constituye un
sólo país, bajo el régimen de la República Popular China, se
acepta que dentro de ese Estado chino unificado coexistan sistemas económicos y
políticos diferentes en determinadas zonas, inclusive manteniendo el capitalismo
en ciertas regiones del país en paralelo a un el sistema comunista en transición
a finales de los años noventa.