NCeHu 116/12
Reproducido de RGE
339, 10/3/12
Argentina: Las patas cortas de
la sintonía fina
Mariano
Féliz
www.lahaine.org
10/3/12
Los límites son propios
del proyecto estratégico neodesarrollista que el kirchnerismo impulsa, ahora en
un marco internacional menos favorable
En la
apertura número 130 de las sesiones del Congreso Nacional, la presidenta
Cristina Fernández pretendió hacer una balance objetivo sin “… soberbia”
presentando “simplemente los números y los datos de la realidad”. A través de
una catarata de “datos duros” pretendió mostrar cómo todo es mejor, todo es más,
todo es superior. Los problemas irresueltos son, claro está, producto de la
pesada herencia de los gobiernos anteriores; no ya del suyo propio o el de
Néstor Kirchner (quienes gobernaron los últimos 8 años) sino del gobierno de la
Alianza o anteriores. En el caso de los ferrocarriles, se atrevió a señalar que
la responsabilidad por la actual situación proviene del Plan Larkin… de los años
60 ! Luego de más de 3 horas de un discurso plagado de imprecisiones
conceptuales, simplificaciones, chicanas y golpes bajos, si algo quedó en claro
es que lo que sigue para los próximos años será más de lo mismo con sintonía
fina.
BODEN
2012. Unos de los puntos señalados en más oportunidades fue que este año se
pagará la última cuota del BODEN 2012. Estos son los bonos emitidos por el
Estado en 2002 para que toda la población absorbiera el costo de la salida de la
Convertibilidad. La presidenta remarcó varias veces todas las cosas que le
hubiera gustado hacer con esos recursos. Sin embargo, decir que en los últimos 8
años se pagaron más de 19641 millones de dólares, no exime del hecho concreto de
que el kirchnerismo forzó al conjunto del pueblo trabajador a pagar aquello que
los bancos (privados y estatales) deberían haber devuelto. Esos bancos que desde
2003 han ganado miles de millones de dólares y siguen teniendo elevadas
exenciones impositivas en sus ganancias financieras. ¿No es tiempo de gravar
adecuadamente las ganancias financieras que provienen fundamentalmente de la
especulación y el poder de mercado? La reforma de fondo a la legislación
financiera (que en la actualidad combina resabios de la dictadura y del
menemismo) para quitarle poder a los bancos, terminar con la concentración y
condiciones usurarias para acceder al crédito, son acciones arto postergadas que
-a juzgar por los dichos de la presidenta- seguirán esperando el sueño de los
justos. La propuesta de reforma a la Carta Orgánica del Banco Central -con todos
sus puntos positivos- es una medida totalmente insuficiente.
PETROLEO. La presidenta señaló que
en la última década la producción de hidrocarburos se ha reducido
sistemáticamente, llevando a un déficit multimillonario en el comercio de
combustibles. Lo que no dijo, tal vez por obvio, es que fue durante su
presidencia y la de Néstor Kirchner que esto sucedió. Nuevamente remitir a los
noventa, a la privatización/desnacionalización de YPF (que -aunque la presidenta
no lo recordó- los Kirchner apoyaron) y la provincialización de los recursos del
subsuelo, no exime de responsabilidades a la fuerza política en el gobierno
nacional durante casi una década. El kirchnerismo se convierte cada vez más en
su propia pesada herencia. Ni que decir del pobre papel que ENARSA ha tenido en
ese proceso. ¿Será hora de revisar el marco constitucional que descentralizó el
control sobre los recursos del subsuelo, en el marco del proceso neoliberal de
destrucción del Estado? ¿Será hora de pensar una estrategia energética integral
que tome en cuenta tanto la producción de energía, en sus diferentes
modalidades, como el uso racional de la misma? ¿Será hora de revisar todo el
proceso de privatizaciones en el sistema de producción, transporte y
distribución de energía?
FERROCARRILES. El discurso de
Cristina Fernández remarcó el volumen de inversiones en el sistema ferroviario
realizado durante la última década y señaló que en “2003 se estableció como
política de Estado la reconstrucción del sistema ferroviario nacional”. La
paradoja que surge es que en su discurso de pocos días antes proponía como una
novedad “tenemos que volver a tener un sistema de ferrocarriles en la República
Argentina”. La pregunta obligada es: ¿qué han estado haciendo desde 2003? ¿Qué
pasó con la reconstrucción del sistema? ¿El SUBE es el punto más alto del “nuevo
sistema de transporte ferroviario”? La respuesta es casi obvia a la luz de lo
ocurrido en los últimos días: subsidiando a través de inversiones y recursos
directos un modelo ferroviario -en el marco de un sistema de transporte de
pasajeros y cargas- completamente inadecuado para las necesidades del pueblo. En
sintonía con la línea argumentativa de la presidenta, ¿cuánto podría haberse
hecho con los miles de millones de dólares en subsidios e inversiones
dilapidados en 8 años en sostener ese sistema? El problema no era simplemente
invertir más (en su discurso la presidenta vuelve a cargar las tintas sobre los
BODEN 2012) sino invertir mejor, en el marco de un programa estratégico de
cambio estructural, hoy totalmente ausente.
DOCENTES. La sintonía fina fue uno
de los ejes del discurso. En lo que hace a los trabajadores y trabajadoras ello
se expresó en la frase “creo que sinceramente de corazón han quedado atrapados
en una lógica que era la lógica de otro país”, dirigida a los/as docentes pero
extensible al conjunto del pueblo trabajador. En un cinismo absoluto, refirió a
la Carpa Blanca como si la lucha docente por la educación pública se condensara
en ese sólo momento: los trabajadores/as docentes han históricamente dado una
lucha sin pausa por la educación de nuestros pibes. La presidenta señaló -en un
vano intento de deslegitimar las demandas docentes- que el pedido de salarios
iniciales por encima de los 3000 mil pesos es un reclamo excesivo. Se nota que
“no sabe” que la canasta familiar supera hoy los 6000 pesos. Se nota que no sabe
que los legisladores de su fuerza política duplicaron sus salarios, cobrando hoy
en día más de 30 mil pesos por mes y que sus funcionarios cobran sueldos aún
mayores. Por otra parte, las afirmaciones respecto a la tarea docente da cuenta
de una ignorancia supina sobre la realidad del esfuerzo que estos/as hacen día a
día para sacar la escuela pública adelante. Además, decir que el problema
salarial docente es de las provincias simplemente significa reconocer que su
gobierno no ha hecho nada en 8 años para desmontar el proyecto neoliberal en la
educación, que tuvo como uno de sus puntos básicos la descentralización
educativa y que se expresa en el creciente avance de las escuelas privadas sobre
las públicas (proceso que se ha profundizado durante el kirchnerismo).
JUBILADOS/AS. Al hablar de los/as
jubilados/as, la presidenta tomó como un punto fuerte el que 80% de los/as
mismos/as estén cobrando la jubilación o pensión mínima. ¿Le parece digno de
celebrar? A pesar de los aumentos de los últimos años, las pensiones y
jubilaciones mínimas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza (media
según la verdadera inflación). Por otra parte, si bien hoy 95% de las personas
en edad de jubilarse tienen alguna prestación (un gran logro, sin dudas) qué
pasará en los próximos años con tasas de informalidad laboral que rondan el 50%
en el conjunto de los/as asalariados del sector privado, y niveles mayores entre
quienes son cuentapropistas. Las bondades de la re-estatización del sistema de
seguridad social son limitadas si se mantienen sus restricciones estructurales:
la rebaja de aportes patronales de los años noventa y la precarización sistémica
de las relaciones laborales. Precarización a la cual el propio Estado aporta en
su rol de empleador: como muestra se puede mencionar que en el propio Ministerio
de Trabajo de la Nación existen un 70% de trabajadoras y trabajadores que no
están en planta permanente.
El
discurso fue extenso y mucho más puede decirse y analizarse. Podría uno
preguntarse por qué no se pretende avanzar en una reforma integral del sistema
financiero y aparentemente se mantendrá la “autonomía” del Banco Central.
Podríamos profundizar sobre las afirmaciones respecto a las características del
modelo de desarrollo, de la señalada re-industrialización y la estrategia
minera. Podríamos pensar porque ya no se habla más del fifty-fifty pero
sí del coeficiente de Gini para medir la desigualdad. Eso quedará para otra vez.
Por ahora, cerramos esta nota señalando que no siempre más es mejor, ni mucho es
bueno. Que una catarata de números o frases altisonantes no hacen una estadista,
ni algunas anécdotas (pautadas en el discurso) dan cuenta de un interés real en
los problemas concretos del pueblo. Hoy más que nunca queda claro que los
límites del gobierno kirchnerista no provienen de la falta de apoyo electoral,
ni vendrán del Congreso o los gobernadores (mayoritariamente alineados con el
gobierno nacional). Los límites son propios del proyecto estratégico
neodesarrollista que el kirchnerismo impulsa, ahora en un marco internacional
menos favorable.
* Economista, miembro del Centro de Estudios para el Cambio Social
www.marcha.org.ar / La Haine