La Jornada
México, 4/3/12
El pasado miércoles 29 de febrero mi viejo amigo
José Steinsleger publicó en estas páginas un artículo titulado “La Argentina de
‘los K’ y Miguel Bonasso, el novelista”, en el cual, tras elogiarme mucho más
allá de mis merecimientos, me regaña con cariño
por un comentario
atroz
vertido en una entrevista anterior con este diario (La
Jornada, 25/2/12) y sostiene que en periodismo y literatura me ha ido muy
bien, pero en la política no, porque mis diferencias con los K
me habrían
cegado
.
Creo, con todo respeto, que está equivocado y su error no
merecería esta aclaración si su cariñoso recordatorio estuviera limitado a mi
actuación personal y no contuviera una visión idílica sobre el proyecto
político, económico y social del finado Néstor Carlos Kirchner y su viuda, la
presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Proyecto que apoyé al
principio, cuando proponía algunas herramientas válidas para salir de la
terrible crisis de 2001 y dejé de apoyar cuando se hizo evidente –más allá de la
retórica progresista– que entregaba todos los recursos naturales de Argentina
(glaciares, bosques, campo y plataforma marítima patagónica) a trasnacionales de
prosapia filantrópica como Monsanto, Barrick Gold o las petroleras británicas
que devastan las islas Malvinas. Proceso entreguista que detallo
pormenorizadamente en el libro que he venido a presentar en México (El mal.
El modelo K y la Barrick Gold: amos y servidores en el saqueo de la
Argentina) que Steinsleger considera –paradójicamente– como un texto de
consulta ineludible
.
En la entrevista que lo desconcertó
, afirmé
efectivamente que las economías de México y Argentina están desna-
cionalizadas
y agregué que la entrega de soberanía avanzaba como un cáncer
sobre todo el lomo de América (desde el sagrado Wirikuta de los huicholes hasta
el Esquel de los mapuches) con las exponenciales inversiones de la megaminería a
cielo abierto, que constituyen el Potosí del siglo XXI, en perjuicio directo de
los más desamparados: campesinos y pueblos originarios. Lo reitero aquí, como la
denuncia judicial por tráfico de influencias que interpuse ante la justicia
federal argentina contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el
secretario de Minería Jorge Mayoral, el secretario de Hacienda Juan Carlos Pezoa
y el gobernador de la provincia de San Juan, José Luis Gioja. Todos ellos
vinculados dolosamente a Barrick Gold, empresa fachada de la CIA que fue creada
por George Herbert Walker Bush, el traficante de armas saudita Adnan Kashoggi y
el front man de la minera canadiense Peter Munk para financiar el
Irán-Contras.
Cuando dije que el presidente Felipe Calderón no ocultaba
su ideología derechista y Cristina –en cambio– se presentaba como adalid del
progresismo, de ninguna manera lo hice para ocultar la ordalía de sangre que
padece México o para igualar los crímenes inenarrables
o la política
de limpieza étnica
a la que alude el viejo amigo con la situación imperante
en Argentina.
Pero tampoco el estado de derecho
bonaerense que
Steinsleger presenta con perfiles nórdicos es ajeno a la criminalización del
conflicto social. Las guardias blancas de los terratenientes soyeros asesinan
líderes campesinos como Cristian Ferreyra; las guardias urbanas de los
charros sindicales de la Unión Ferroviaria ultiman activistas de
izquierda, como Mariano Ferreyra; los represores solapados por gobernadores
corruptos como Gioja han producido el primer desaparecido en democracia, que es
Jorge Julio López; el Congreso (con mayoría oficialista) ha votado en diciembre
una siniestra Ley Antiterrorista, que ya aplican algunos jueces y fiscales
contra las asambleas ciudadanas que luchan por el agua en provincias como La
Rioja y Catamarca; hay más de 5 mil activistas sociales procesados; se ha
descubierto un tenebroso Proyecto X de la gendarmería para espiar militantes
populares y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel tiene que recordar
cada tanto a la presidenta que los derechos humanos no son cosa del
pasado.
El reciente accidente ferroviario en la estación de Once,
que costó 51 muertos y 700 heridos, demuestra que la corrupción mata. Entregados
a concesionarios privados que no invierten pero sobornan a los funcionarios del
ramo, los trenes que diariamente transportan como ganado a millón y medio de
ciudadanos constituyen una de las mayores pruebas de cargo contra el modelo K.
En ocho años el matrimonio Kirchner dispuso de una caja
de 400 mil
millones de dólares que fueron usados para asistencialismo y no para obras de
infraestructura, como la reconstrucción de los ferrocarriles, destruidos por su
actual aliado Carlos Saúl Menem.
Finalmente, el recordatorio de Steinsleger comienza con
una cita del economista belga Eric Toussaint, en la cual éste pone a los
Kirchner como modelo de patriotas que se rehúsan a pagar la deuda externa. Es
curioso, porque el 2 de mayo de 2011 Toussaint participó en una audiencia
pública en el Congreso argentino, donde se denunció al gobierno K por pretender
pagar la deuda con el Club de París usando reservas del banco central y
estafar al pueblo
diciendo que el pago por adelantado al FMI de 9 mil 810
millones de dólares (efectuado en enero de 2006), más la negociación de una
quita con los acreedores privados, había resuelto para siempre el problema de la
deuda.
La verdad es que siguieron reconociendo hasta el
endeudamiento contraído por los militares. Más allá de la deuda que permaneció
en default, como la de los llamados fondos buitres
, los K
pagaron 50 por ciento de intereses y fueron renegociando el otro 50 por ciento,
con lo que se acumularon intereses sobre intereses, en un fenómeno usurero e
ilegal que los jueces llaman anatocismo
.
Por si alguien tiene dudas, conviene citar lo que dijo
Cristina Kirchner en una reunión con empresarios realizada en Nueva York el 27
de septiembre de 2010 y organizada por el Council of the Americas, que preside
el filántropo David Rockefeller: Es la primera vez desde que me entrevisto
con empresarios que veo este cambio de actitud. Obviamente ha tenido que ver la
restructuración de la deuda: cuando uno paga lo que debe te miran más
lindo
.