Ángel Bassols Batalla: Ciencia, humanismo y transformación de la
geografía del siglo XX
Javier Delgadillo
Macías
La vida y obra del geógrafo Ángel Bassols Batalla, quien
nació en 1925, forman parte muy destacada de nuestra historia científica
contemporánea. Su trayectoria polifacética lo ubica como un científico y
humanista que ha transitado del culto por la expresión literaria desde su
niñez y el espíritu viajero y acucioso por la realidad que le ha tocado
explorar, pasando por su formación geográfica multidisciplinar en las
ramas de la geografía socioeconómica, la geografía política, el
conocimiento y valoración del medio ambiente y los recursos naturales y de
manera relevante el amplio reconocimiento que ha tenido su vasta obra
“regionalista” que lo sitúa, sin duda, en la cúspide de los expertos en
temas del desarrollo regional de México y Latinoamérica.
La trayectoria profesional de Ángel
Bassols se hermana con la de notables “descubridores” de nuestra realidad
que abonaron, a través de sus bitácoras, notas, reportes, tablas, croquis,
mapas, ensayos y publicaciones, datos y visiones que han permitido a
través del tiempo, la construcción social del México de Hoy. Sólo
recordemos en esta ocasión a Manuel Orozco y Berra, García Cubas, Carlos
Sigüenza y Góngora, Alejandro Vön Humboldt, el ingeniero Alanís Patiño,
Fernando Zamora Millán, Ramón Alcorta, entre otras celebres científicos
mexicanos.
Al lado de otros ilustres geógrafos
contemporáneos que lo fueron en su momento: Jorge A. Vivó Escoto, Jorge L.
Tamayo y Carlos Sáenz de la Calzada entre otras personalidades ya
fallecidas, participó en la reconstitución de una ciencia del espacio
actualizada y al servicio de los intereses de las mayorías y orientada a
la transformación del territorio bajo principios democráticos y de
justicia social.
Geografía, economía, política y sociedad
han sido los senderos por los que Bassols ha transitado en su devenir
académico. Narrador compulsivo y peregrino ilustrador de la cotidianeidad
regional, nacional y mundial, su espíritu viajero lo ha llevado a
transitar por prácticamente todos los rincones del planeta, dejando no
sólo su presencia y las huellas de su andar por los lugares, también una
numerosa y amplia bibliografía impresa en libros, artículos y textos
diversos que en la actualidad suman cientos de miles de cuartillas
disponibles públicamente en su mayoría: 47 libros personales, 55 libros
colectivos, 13 libros documentales sobre sus propios “hechos y vida”, 270
artículos científicos y más de 300 en revistas y periódicos de interés
general. A ello habrá que agregar los folletos, monografías, ponencias,
entrevistas, discursos, comunicados, cartas y demás textos por él
escritos.
Científico y viajero incansable que ha
requerido de acuerdo a las exigencias de su objeto de estudio, acercarse a
los problemas in situ para sustentar mejor sus aseveraciones,
indudablemente confronta un gran número de realidades distintas, cercanas
y distantes. Esto le ha sido de gran utilidad para reforzar una posición
intelectual objetivamente nacionalista basada en la justicia social, en el
humanismo materialista, pero sin perder de vista la diversidad y
heterogeneidad fisiográfica, biológica, natural y cultural existente entre
las diversas regiones de México. Nacido en la ciudad de México el 7 de
febrero de 1925, desde niño definió su interés por dos grandes campos de
su vida, por un lado la literatura y la narración que le llevó la mayor
parte de su tiempo en la lectura de obras clásicas, literatura diversa y
libros y manuales científicos, junto a la escritura sistemática que
practica con la constancia de quien necesita expresarse a través de las
letras, y por otro, el recorrer caminos de la vida lo cual lo llevó en su
infancia y adolescencia, las más de las veces en compañía de su padre don
Narciso Bassols García, a dibujar los primeros mapas mentales y literarios
sobre la descripción de la contrastante realidad socioeconómica que
siempre ha pormenorizado en su perspicaz observación. Su inquietud por
vivir en carne propia esa realidad le exigió adentrarse en la vida del
Noroeste mexicano y, durante su estancia en que cumplió activamente con su
deber cívico del servicio militar obligatorio, se adentró en la vida de
los pobladores indígenas yaquis en los valles de Sonora, compartiendo
sueños, alegría, realidad y conocimiento mutuo. Algunos de sus primeros
relatos geográfico-literarios que narran experiencias de esta etapa fueron
incluidos incluso en volúmenes antológicos sobre relatos y cuentos de
“jóvenes literatos”, al lado de ilustres escritores como Juan José
Arreola; de esta etapa de su vida sobresalen sus “Relatos Mexicanos” (Los
Presentes, 1954) y el cuento corto “Mi teniente Ambrosio y otros relatos”
(Los Presentes, 1960). Sin duda su estancia en la Universidad Estatal
Lomonósov de Moscú (ex Unión Soviética) donde realizó sus estudios de
licenciatura en Geografía y se adentró en otras disciplinas artísticas y
literarias incluyendo el dominio de lenguas extranjeras, le significaron
la impronta que lo llevó a través del tiempo a convertirse en el
geógrafo mexicano del siglo XX-XXI, una personalidad acuciosa y
centrada en el estudio de la realidad existente en las regiones del país y
uno de los más prolíficos críticos del desarrollo-subdesarrollo mexicanos,
quien en el correr del nuevo milenio profundiza su visión crítica sobre el
subdesarrollo estructural que aqueja a las regiones, señalando a este
proceso como fase antecedente e inequívoca de la actual etapa conocida
como globalización.
Historia y geografía se entrelazan en su
vasta producción escrita a través del método materialista dialéctico para
desembocar en un acercamiento casi completo de la geografía mundial, un
conocimiento profundo de la integración entre países y regiones y
de los sistemas territoriales en que hoy se divide el mundo.
La piedra angular de la obra de Bassols
está representada sin duda por la valorización de la Geografía como
ciencia y como “instrumento transformador de la realidad” [Delgadillo y
Torres, 1990: 14-15], así como de la utilidad que está tiene en el marco
de una sociedad cambiante que requiere obligadamente de la reflexión y de
la investigación para mejorar cuantitativa y cualitativamente su devenir
histórico; ello representa al mismo tiempo el centro de sus preocupaciones
como investigador:
La historia del pensamiento
geográfico siempre me atrajo: ver cómo ha evolucionado el pensamiento
humano, los descubrimientos, los libros a través de la historia. Cómo
el hombre se hizo gigante. Es decir, desde la falta incluso del
lenguaje escrito para dejar testimonio de lo que veía y conocía sobre
la naturaleza y el uso de los recursos"... "No interesa una
Geografía como pasatiempo, para llenar el cerebro de conocimientos más
o menos vastos, sino para aplicarlos al problema central de nuestra
época: el de la desigualdad, la miseria, el hambre y la explotación
humana [Delgadillo y Torres, 1990:
14-15].
Esta relación entre geografía
sociopolítica y geografía socioeconómica y su vinculación con los temas
del desarrollo regional y la planeación territorial asociada al uso de los
recursos naturales, han tenido sus aportes más relevantes a partir de su
incorporación al Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (IIEc)
y a lo que fue la antigua Escuela Nacional de Economía (1957-1974) de la
misma universidad (hoy Facultad de Economía), instituciones en las que
practicó docencia e investigación compartidas. Posteriormente destaca su
paso por el Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de
esta Universidad entre los años 1978-1996, año este último en que una
merma en su salud le impone moderar el uso de la voz por lo cual decide
concentrar su mayor esfuerzo y energía en actividades de investigación al
interior del propio IIEc y ampliar sus etapas de recorridos y viajes
necesarios para su actividad central. Si bien su actividad docente formal
deja de aparecer a partir de este tiempo, no disminuye su participación en
conferencias, mesas redondas, actos y eventos científicos, filosóficos,
culturales, congresos internacionales y participación en eventos
diplomáticos, de cuyas intervenciones quedan testimonios escritos y siguen
acumulando cientos de cuartillas referentes al papel y aportes de
políticos, científicos, diplomáticos, profesores, escritores, etcétera, al
desarrollo de la nación y de las regiones, o los vínculos internacionales
entre países, sociedades y culturas.
De este prolífico periodo de su vida
también quisiera resaltar una característica propia de la obra de Bassols:
la dualidad existencial producto de su formación profesional y los
espacios de trabajo a los cuales ha accedido por circunstancias ajenas a
su interés inicial o propias de su desarrollo científico y profesional. Si
bien la formación que adquirió en la Universidad Lomonósov Estatal de
Moscú le determinó una orientación preferencial por los estudios de la
geografía económica teórica y aplicada, a su regreso a México procuró
acercarse al gremio de geógrafos en ese entonces claramente definidos bajo
el precepto de una geografía claramente institucionalizada, sin lograr
mayor fortuna que el distanciamiento con buen número de ellos y dejar
claro el desprecio del que fue objeto por sus enfoques y métodos de
estudio novedosos que desde entonces le acreditaban. En tal circunstancia
se le presentó la oportunidad de vincularse con economistas reconocidos de
aquel tiempo con quienes compartió y comparte en su cotidianeidad las
discusiones y visión de los grandes -y pequeños pero trascendentes-
problemas nacionales y regionales. Su cercanía con ilustres catedráticos e
investigadores como lo fueron Jesús Silva Hérzog, Diego G. López Rosado,
Benjamín Retchkiman, Fernando Carmona de la Peña, con la socióloga Gloria
González Salazar, con su propio padre Narciso Bassols, abonaron en la
construcción de un posición científica claramente definida por la
interdisciplinariedad producto de su formación geográfica original y el
contacto con prominentes expositores de la economía política nacional, más
que con algún otro gremio. Con todos ellos y con muchos más científicos
sociales compartió tiempo, vida y espacio por décadas en y desde el
Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM del cual actualmente es
decano e investigador emérito, en la Escuela Nacional de Economía, en la
hoy Facultad de Economía, en el Colegio de Geografía, en la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística, en la Academia Mexicana de Economía
Política, en la Unión de Geógrafos Progresistas de México y muchas más de
las que ha sido fundador y/o ha formado parte relevante a lo largo del
tiempo. Su capacidad de trabajo y organización lo llevaron a presidir
Conferencias Regionales de la Unión Geográfica Internacional y ocupar la
Vicepresidencia de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en
momentos en que hubo que ejercer en el país una contundente defensa por la
enseñanza de la geografía como disciplina científica.
A todas estas personalidades arriba
enunciadas, a quienes también recuerdo el día de hoy con mucho cariño y
respeto, el maestro Bassols Batalla les ha guardado memoria a través de
páginas escritas y muchas de ellas leídas en actos públicos celebratorios
sobre su trascendencia humana; seguramente también perviven en algún
rincón de su corazón. Con aquellos que como él aún comparten vida e
ideales, como el querido maestro Ricardo Torres Gaitán y el licenciado
José Luis Ceceña Gámez, habremos de reconocerles su dedicación y
compromiso vigentes por encontrar los fundamentos de un mundo mejor y una
ciencia al servicio de la humanidad.
En el año de 1990, el pensamiento y la
obra de Ángel Bassols Batalla fue resumida en un libro antológico que
publicamos bajo el auspicio del Instituto de Investigaciones Económicas de
la UNAM en reconocimiento por sus “30 años de investigación económica
regional en México” y desde entonces señalábamos cómo El Maestro ha
logrado convertirse indiscutiblemente en un personaje sobresaliente de la
historia científica mexicana contemporánea apoyado en su prolífica obra
escrita como carta de presentación, toda ella de gran solidez teórica y
amplio reconocimiento metodológico, sujeta a la confrontación crítica
donde analiza sistemáticamente los elementos del entorno físico geográfico
(mundial y nacional), la racionalidad de su uso y las repercusiones
sociales de su explotación y distribución. El desarrollo y resultado de su
trabajo se somete a una comprobación abierta con la realidad mediante un
exhaustivo trabajo de campo, empleando una depurada metodología de
investigación sobre el terreno. Hoy, a más de una década de esta
publicación y más de cincuenta años de desempeño profesional que le
reconocemos ampliamente, confirmamos que el resultado de las reflexiones
alcanzadas por este geógrafo social constituyen un auténtico patrimonio
científico y cultural y cada vez un mayor número de estudiantes,
politólogos, maestros, profesionistas, así como instituciones académicas,
públicas y privadas se apoyan en su obra desde diversos ángulos, sea por
su trascendencia histórico-geográfica, metodológica o el insuperable rigor
de la realidad. Esto, a mi entender, constituye el más alto homenaje a una
vida intelectual entregada al injustamente desvalorizado trabajo de la
investigación y la docencia. Sin embargo el esfuerzo del maestro no es de
ninguna manera irrelevante, por el contrario, sus aportes han servido y
sirven a la reflexión y construcción teórica y asumen un compromiso social
cobijado en los preceptos claros de lo que debe ser “una geografía útil”,
amén de que forman toda una escuela de pensamiento económico-geográfico
que se suma en América Latina y México a los aportes de otro gran geógrafo
brasileño recientemente fallecido, Milton Santos. Al respecto me permito
resaltar lo que en mi opinión son dos de sus grandes aportaciones en el
ámbito de las ciencias sociales aplicadas.
La primera de ellas tiene que ver con las
metodologías para regionalizar al país, sus estados y municipios cuyos
resultados hoy los conocemos a través de la cartografía y los libros
publicados al respecto que dan cuenta de La división económica regional
de México, y la Delimitación de regiones medias sobre base municipal,
instrumentos para el ordenamiento del espacio que han sido y siguen siendo
guía a las distintas instancias responsables de la aplicación de políticas
públicas relacionadas con la planeación general y regional de corte
oficial y el desarrollo regional de este país, sin que todavía exista un
reconocimiento suficientemente justo por parte de ellos. La
Regionalización Económico Social representa una contribución pionera, la
cual no ha podido superarse ni a través de gigantescos equipos de
investigación creados para tal fin y apoyados de los más modernos
instrumentales técnicos acompañados de amplios recursos económicos. Lejos
de ello, las nuevas regionalizaciones de carácter operativo se enriquecen
a través de una actualización constante y paciente que realiza el maestro
desde su cubículo en el Área de Economía del Desarrollo Regional y Urbano
del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, y con
perseverancia, desde los rincones de su propio hogar.
La segunda gran aportación tiene que ver
con su visión del mundo como sistema económico integrado pero
desigualmente desarrollado, producto del capitalismo, visión mediante la
cual ha hecho un gran aporte al conocimiento universal al insistir en la
necesidad de que la ciencia social debe reconocer a través de la
evaluación crítica de criterios, variables, factores e indicadores
históricos, geográficos, naturales, sociales, políticos, culturales y
económicos, presentes en todas las regiones, países y comunidades
mundiales, la existencia del “espacio” como soporte insustituible de los
acontecimientos del pasado, presente y futuro del planeta. Esta visión
territorializada sobre los problemas mundiales más acuciantes como la
pobreza, el hambre, la violencia, la discriminación, los conflictos
étnico-religiosos, la devastación natural, las guerras mundiales y los
conflictos armados regionales, los recursos naturales terrestres y
marinos, el narcotráfico, la prostitución, las crisis económicas, la
dependencia, el subdesarrollo, los monopolios económicos, y muchos más,
son estudiados e interpretados por Bassols a través de la construcción de
un campo metodológico propio desde la Geografía, que hoy se actualiza bajo
el concepto de análisis geoeconómico de la globalización y la nueva
“regionalización” geoestratégica planetaria.
Así como Ángel Bassols establece que la
Geografía es una ciencia práctica que debe ser utilizada como una
herramienta de interpretación del desarrollo social, y que es en tal
ejercicio donde esta disciplina entrelaza los hechos de carácter natural
con los de índole demográfica, económica y social, como única forma de
entender a las actividades productivas que no son ni pueden ser resultado
mágico de la voluntad humana, también habremos de reconocer que la ciencia
geográfica mexicana y sus actores, sin la presencia de Bassols no habría
madurado y evolucionado hasta alcanzar el lugar que hoy le corresponde a
México en el panorama mundial. Difícilmente podríamos encontrar en el
país, y aun en el ámbito latinoamericano, algún estudioso especializado en
los problemas territoriales, que no se remita como consulta obligada a las
aportaciones sobre regionalización económica y social planteadas en los
diversos trabajos de Bassols. Porque además los estudios de este singular
autor de ninguna manera se circunscriben sólo al territorio mexicano; son
variadas las investigaciones que ha levado a cabo sobre sitios lejanos y
extraños, tal es el caso de Etiopía, India, Tailandia o Vietnam, o los
escritos de sus experiencias en la ex Unión Soviética al final de la gran
guerra o de su recorrido por regiones de China a finales del siglo
pasado.
Finalmente quisiera expresar que para mi,
y en ello no hay lugar para la duda, la experiencia y la trascendencia de
la vida y obra del geógrafo Ángel Bassols Batalla rebasa los umbrales de
lo académico o lo estrictamente científico, al demostrar con su ejemplo
que el quehacer de investigar y enseñar están indisolublemente unidos a la
forma natural de vivir. Sirvan por tanto estas breves líneas como una
adhesión a la aspiración del geógrafo universal que hoy se pronuncia sin
ambages y con claridad, por la vida, contra la guerra, por un México mejor
y por alternativas dignas para la humanidad.
Bibliografía
Directa
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Bassols
Batalla, Á. (1955). Bibliografía geográfica de
México. Secretaría de Agricultura y Ganadería.
México.
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(1956). El Estado de México. Panorama geoeconómico.
Stylo. México.
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(1967). La división económica regional de México. Universidad
Nacional Autónoma de México. México.
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(1986). Recursos naturales. Nuestro Tiempo. México.
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(1970). Geografía económica de México. Editorial Trillas.
México.
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(1972). Diversidad regional, regiones económicas y regiones agrícolas
de México. Institute of Developing Economies (en
japonés).Tokio.
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________.
(1985). Veinticinco años en la geografía mexicana. Universidad
Nacional Autónoma de México. México.
Indirecta
Javier Delgadillo
Macías Universidad Nacional Autónoma de México Actualizado,
septiembre 2006 |