2012
“(…) y el pueblo llene las calles
vacías
con sus frescas y firmes dimensiones.
Aquí está mi ternura para
entonces.
La conocéis. No tengo otra
bandera.”
Ricardo
Eliecer Neftalí Reyes Basoalto
Que desde la madrugada de
2012 la lucha de clases no nos sea extraña, que las fronteras se vuelvan
invisibles, que los cabros chicos y los cabros grandes explotados sean
prehistoria y álbum de daguerrotipos, puro registro en sepia;
que las mujeres sean igualitas a los hombres en derechos y oportunidades, que
las condiciones materiales y culturales para que todos tengan esos mismos
derechos y oportunidades se hagan realidad por combate y encanto; que el
imperialismo y las clases dominantes cedan, los ganemos para la causa o se
suiciden razonablemente ante la justicia de nuestros argumentos o, de lo
contrario, apuremos el tranco para la creación del medio político independiente
desde y con y para poner en su lugar los intereses históricos de los
trabajadores y el pueblo; que los días duren por lo menos el doble y la mitad de
tiempo el trabajo; que uno de los buenos descubra el remedio para el cáncer y
otras maldiciones; que nunca seamos eternos, pero que al menos el turno que nos
tocó por ventura, accidente y misterio en esta ínfima piedra galáctica sea más
decentito; que si por alguna situación no habida en nuestras cuentas cortas
llegamos al poder, el tramo del control estatal de la economía, la sociedad y la
defensa del triunfo demore menos que un suspiro y rápidamente manden todos y así
desaparezca la palabra Estado y su materia amarga. En fin, que el 2012 nos
sorprenda un par de palmos más cerca del hombre nuevo que del viejo
simio.
Andrés Figueroa
Cornejo
Diciembre 31 de 2011