El largo 2011 y las grandes
caídas
“Si
ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”
Confucio.
Alfredo César
Dachary
El 2001 pasó a la historia por la tragedia de las
Torres Gemelas; la primera década del siglo XXI será recordada porque se inicia
una crisis de la que aún no hay visos de salir y, mientras unos creen que es
económica, otros consideran que es
mayor, es del sistema.
El siglo XXI en su primera década será recordado
por el regreso de las invasiones militares a países, la mayoría de ellos, muy
pobres y atrasados, aunque ello no significó grandes triunfos sino largas
guerras, con un alto costo de vidas humanas.
Pero nada es más importante en este nuevo siglo
que el 2001, el año en que empezaron a caer las máscaras que durante un siglo
habían quedado fijas mostrando a los ricos y a los pobres, a los poderosos y a
los débiles, el mundo bipolar empieza a caerse, los que ayer eran el ejemplo o
el camino a seguir, hoy son “la ruta equivocada”.
En el 2011, las crisis de los países que siempre
estaban en primer turno se transformaron en economías no afectadas por la
profunda crisis de los desarrollados, por ello fue el año del
cambio.
Los países ejemplares para el FMI y Estados
Unidos, como es el caso de Chile, quedan al descubierto, se caen las máscaras de
la falsa democracia y el éxito económico y descubrimos que es el país donde
educar es más caro que en Estados Unidos, o sea, una educación clasista y
racista que niega el acceso a los pobres.
También sale con más fuerza el conflicto minero,
ya no se puede controlar a un movimiento social con grandes carencias y que son
los constructores de gran parte de la riqueza de Chile. Por último, los mapuches
siguen resistiendo a las provocaciones y acciones directas del Estado para
terminar de despojarlos de sus tierras, para ampliar presas hidroeléctricas o
zonas de conservación en manos de extranjeros.
En el 2011 en Sudamérica, el proceso de una
década de búsqueda de una salida propia a esta región se termina de consolidar
con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe
(CELAC), que propuso Lula da Silva en el 2010 y que se llevó adelante en el 2011
en Venezuela con la presencia de todos los países de América y el Caribe, salvo
Estados Unidos y Canadá.
En el 2011 se eligieron presidentes claves en
este proceso; Ollanta Humala triunfa en Perú frente a la derecha impulsada por
Fujimori desde la prisión por delitos de lesa humanidad; en Brasil, Dilma
Rousseff reemplaza a Lula con su apoyo y, en Argentina, Cristina Fernández de
Kirchner logra la reelección con el mayor número de votos de una elección desde
que volvió la democracia.
Lo interesante es que este nuevo organismo, la CELAC, no sustituye
a la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) creada en 2004, y es más, políticamente la UNASUR fue el núcleo
homogéneo y el motor de la CELAC, y tampoco esta organización afectó sino que
apoyó al Mercosur.
La UNASUR aprobó este 2011 un proyecto
estratégico que comienza a cortar
la dependencia con Estados Unidos y es la creación de un mega-anillo, de 10,000
km de extensión, de fibra óptica que hará que las comunicaciones internas de la
región no pasen más por suelo estadounidense. Hasta ahora los correos y demás
mensajes por Internet pasan por ese país, donde hay un control, y este comienza
a cerrase, ¿habíamos pensado antes en algo así?
Así mismo, el Consejo Suramericano de
Infraestructura y Planeamiento aprobó 31 proyectos de infraestructura para
2012-2022, con un costo de 14,000 millones de dólares. Los cuatro más
importantes son: corredor ferroviario entre los puertos de Paranagua (Brasil) y
Antofagasta (Chile), con un costo de 3,700 millones de dólares; carretera
Caracas-Bogotá-Buenaventura-Quito, o sea, con salida al Pacífico, con un costo
de 3,350 millones de dólares; ferrocarril bioceánico Santos-Arica, trecho
boliviano, que costará 3,100 millones, y la carretera Callao-La Oroya-Pucallpa,
que costará 2,500 millones de dólares. En su mayor parte serán financiados por
el BANDES de Brasil, pero podrán participar el BANDES de Venezuela, el Banco de
Inversión y Comercio Exterior de Argentina y el Regional Banco del
Sur.
Mientras en América triunfan los partidos de
centro izquierda, en Europa ocurre todo lo contrario y se da un regreso de la
derecha, cada vez más xenofóbica y racista, a fin de poder echar a alguien la
culpa de la crisis, aunque la inmigración es un mal necesario a una sociedad que
ha envejecido y en el mediano plazo deberá enfrentar lo que vive Japón: importar
trabajadores porque la pirámide se ha invertido.
En 2011, es un año de carnaval, porque las cosas
que han ocurrido, parece que son en broma, aunque en realidad son muy en serio,
y los ejemplos son cada vez más fuertes y están envueltos entre la comedia y la
tragedia.
Un ejemplo de ello lo da la poderosa China, que
aconseja a Estados Unidos que deje de hacer críticas imprudentes a otros países
y piense más en el problema de derechos humanos en su propia nación, indicó Liu
Weimin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China. En Estados
Unidos se puede detener a una persona sin más con plantear que es un peligro
para el país y tenerlo detenido sin el derecho del habeas corpus, un derecho
básico cuando se habla de una democracia. Además tiene el triste record de ser
el país que tiene más presos del mundo, la mayoría afroamericanos o latinos.
Brasil y Rusia están ofreciendo junto a China
fondos a la Unión Europea para poder ayudar en el rescate de las economías de
estos países, justamente los tres países son miembros del BRIC, la tercera
potencia emergente formada por Brasil, Rusia, India y China, a la que hoy se
agrega Sudáfrica.
El 2011 no nos deja de sorprender a partir de
febrero cuando comienza la Primavera árabe, que abarca toda la parte norte de
África y termina cambiando desde Marruecos, que tiene un primer ministro de un
partido de oposición al rey y religioso; a Egipto que va camino a tener un
gobierno también de base religiosa,los salafistas, pasando por Túnez y Libia,
donde Al Qaeda termina siendo aliado de Estados Unidos e Inglaterra, que explica
en parte lo que ocurrió antes o durante el 11-S, algo muy cuestionado hoy.
Israel, la potencia militar y política aliada
fundamental de Estados Unidos en Medio Oriente también ha comenzado a caminar el
trayecto de los indignados, grupos sociales que están en contra de seguir el
estado guerra, que tanto afecta ese país.
La otra parte de las rebeliones de Yemen a Arabia Saudita se han ahogado
en el silencio de la prensa y la sangre que han derramado los ejércitos en
contra de la sociedad; son todos gobiernos corruptos y feudales, manejados por
un sistema casi feudal, pero aliados incondicionales y prestadores de recursos a
Estados Unidos, que los protege de su potencial enemigo, las revoluciones
religiosas y sociales desde Marruecos a Irán.
Así el 2011 acabó con los mitos y más, dejó sin
tema al 2012, salvo el de las encaradas e interpretadas profecías mayas, que
forman parte de la política de miedo que nos ha comenzado a ser algo normal a
través de Hollywood, y que quieren esconder en amenazas inexistentes problemas
urgentes, como la pobreza y la injusticia.
La propia reunión de Durban en Sudáfrica,
realizada en estos días del final del 2011, fue un fracaso, porque los grandes
países centrales han utilizado el tema ambiental para ocultar otros que son la
base de éste y en medio de la crisis que se vive no hay opciones para recortes
de gases ni otras políticas en una sociedad donde el consumo no puede frenarse.
El 2011 fue un año especial, se rompieron mitos,
se hundieron monumentos, en síntesis, hubo una gran transformación, un largo
camino que llevará décadas mientras se consolidan las nuevas hegemonías, de un
mundo que dejó de ser unipolar.
¡Feliz 2012!, y no tengamos miedo, los cambios no
son para temerles, sólo los errores de opciones son peligrosos, porque los toman
unos pocos y nos afectan a todos. Muchas felicidades, la fiesta recién empezó.
alfredocesar7@yahoo.com.mx