Organizaciones de derechos humanos, sindicales y
políticas anunciaron que se movilizarán este jueves a las 17 desde avenida de
Mayo y 9 de julio hasta la Plaza de Mayo para exigir el veto de la Ley
Antiterrorista.
Luego de que la presidenta Cristina Kirchner
promulgara este miércoles la cuestionada norma, representantes de la CTA, Madres
de Plaza de Mayo Línea Fundadora y organizaciones sociales realizaron una
conferencia de prensa en la que expresaron sus críticas a la ley y precisaron
detalles sobre la marcha.
"La criminalización de la protesta no es un
fenómeno nuevo.Tuvo en épocas recientes, en el menemismo, la Alianza, momentos
de intensificación, ahora el gobierno se ufana de no reprimir pero pretende
ajustar aún más la legislación represiva, para que penda como una amenaza sobre
los sectores populares", advirtieron.
Según la Federación Judicial, el Gobierno "está
privilegiando sus relaciones con el poder financiero internacional, por sobre
elejercicio de las acciones de protesta social que puedan llevar adelante todo
tipo de organizaciones sociales en nuestro país".
Alejandro Bodart (MST en Proyecto Sur) señaló que
"esta ley anti-luchas es un quiebre para el kirchnerismo, que
va a empezar a pagar el costo político por su doble discurso de los derechos
humanos".
En tanto Vilma Ripoll, del mismo partido, agregó
que "el gobierno endurece la criminalización porque sabe que, con la crisis que
se viene, el 2012 será un año de gran conflictividad social".
La norma, sancionada la semana pasada por el
Congreso controlado por el oficialismo, fue criticada por
juristas, que la consideran anticonstitucional
debido a su amplia definición de terrorismo.
La ley impone penas de hasta 15 años de cárcel a
cualquiera que "aterrorice" a la población u obligue al Estado a abstenerse de
realizar un acto.
"El problema que tiene es la ambigüedad de la
expresión "terrorismo". Se podría (considerar como terrorista a) la
protesta social o un titular de un diario (...) Una corrida bancaria
podría ser considerada un acto de terrorismo", aseguro a Reuters el abogado
constitucionalista Felix Lon.
El Gobierno justificó la medida en la necesidad de
adaptar la legislación local a las normas antiterroristas internacionales como
demanda el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que tiene a
Argentina bajo observación por fallas en el combate al lavado de
activos.
Sin embago, la iniciativa también despertó
críticas en los organismos de derechos humanos aliados del Gobierno
y en el ministro de la Corte Suprema de Justicia
Eugenio Zaffaroni, de estrecha relación con la mandataria.
"El GAFI es un organismo que se toma atribuciones
que no tiene y extorsiona a nuestro país. Su objetivo no es evitar el lavado ni
prevenir el terrorismo, sino controlar todo el movimiento financiero", aseguró
el jurista citado por medios locales.
En tanto, Estela de Carlotto,
presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, se mostró
"preocupada" por la nueva norma que endurece lo dispuesto por la Ley
antiterrorista aprobada en el 2007 por iniciativa del Gobierno nacional, en ese
entonces encabezado por Néstor Kirchner.
En un comunicado previo a la aprobación del
proyecto de ley, las Abuelas señalaron que el mismo "tiene algunas deficiencias
legales e imprecisiones en sus definiciones que podrían generar
un impacto muy distinto al que se proclama y derivar, así, en
la criminalización de la protesta social".
El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia efectuó una
crítica más dura contra el Gobierno por considerar que, a través del GAFI, se
impulsa una ley promovida por el Departamento de Estado de EE.UU. para "castigar
con penas altísimas a cualquier acto político, social o individual que bajo la
decisión arbitraria de un juez".
"Es decir, que transforma en "terrorista" a
cualquier movimiento de trabajadores, estudiantes, pueblos originarios, derechos
humanos, vecino o ciudadano que intente reclamar por sus derechos", señaló la
organización.
El espacio, integrado por la Asociación de
ex detenidos y desaparecidos, Asociación de Profesionales en Lucha,
Centro de Abogados por los Derechos Humanos, Centro de Profesionales por los
Derechos Humanos, Coordinadora Antirepresiva por los Derechos del Pueblo y
Liberpueblo, denunció así el carácter "represivo" de la iniciativa del
Ejecutivo.
"Con una realidad actual donde cada vez son
más los ciudadanos asesinados en el marco de protestas sociales que
reclaman tierra para vivir o condiciones de trabajo y cuando aumentan
peligrosamente los delitos imputados a quienes participan de esas protestas no
es difícil imaginar a quienes está dirigido el presente proyecto de ley",
concluyeron.
La norma en discusión advierte que el agravante no
se aplicaría cuando "el o los hechos de que se traten tuvieren lugar en ocasión
del ejercicio de derechos humanos y/o sociales o de cualquier otro derecho
constitucional".
Sin embargo, la Asociación por los Derechos Civiles
(ADC) alertó que "la vaguedad de los términos utilizados en la norma no impedirá
la apertura de procesos penales bajo las nuevas figuras que se
establecen".
"En conclusión, el proyecto representa -por lo
menos- un claro retroceso en materia de legislación penal y una restricción
indebida a la libertad de expresión. El hecho de que el mismo sea, además,
escasamente discutido en el Congreso, sólo empeora la situación", concluyó a
través de un comunicado.