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Más de 100.000
indignados se echan a la calle por todo Israel
Es la crisis interna más
grave de los tres años de legislatura de Benjamín Netanyahu. Ni sus promesas de
reformas, ni los incentivos a la vivienda prometidas por el Gobierno contentan a
estudiantes y jóvenes profesionales que piden "justicia social y no caridad"
ANA GARRALDA
El
País
Jerusalén,
31/07/2011
Una masa de gente de unas
100.000 personas tomó ayer las calles de varias ciudades de Israel para exigir
un cambio radical en las políticas sociales y económicas del Ejecutivo de
Benjamín Netanyahu, e incluso un relevo del primer ministro.
Bibi, como se
conoce a Netanyahu, fue el protagonista de muchas de las pancartas que pudieron
verse anoche en las siete ciudades del país que atendieron la convocatoria
realizada a través de Facebook por una estudiante desahuciada de su vivienda.
Desde la enorme Tel Aviv, pasado por la norteña Haifa (con entre 8.000 y 10.000
manifestantes, según las diferentes fuentes) hasta la urbe más desértica del
país, Beer?sheva, que protestaba hasta "siete veces", según rezaban algunos
carteles, sirviéndose del nombre de la ciudad para hacer un juego de palabras
(sheva significa "siete" en hebreo)
Netanyahu no da con la
fórmula; tampoco su ministro de Hacienda, Yuval Steiniz, que ya ha recibido las
reprimendas del primer ministro, que no cesa de pedir a su Gabinete fórmulas
infalibles y rápidas para terminar con la crisis interna más grave que vive
desde que asumió el cargo en 2006. Ni las 10.000 nuevas viviendas para
estudiantes prometidas por el Ejecutivo, ni la rebaja del 50% en el precio de
los terrenos públicos que salgan a concurso, parecen contentar a los
indignados. En este fin de semana de
protestas se les unieron en Jerusalén, además, los gays, que celebraron su
desfile anual, y los médicos, que mantienen su propia batalla con el Gobierno
debido a la creciente precariedad de la sanidad pública.
"Los servicios sociales no
son un lujo", se leía en una de las pancartas en Tel Aviv, mientras se oía de
fondo el escenario donde actuaban músicos y cantantes de renombre. Exigía lo que
para muchos ciudadanos israelíes es un derecho en una sociedad acostumbrada
históricamente a una política intervencionista y que observa, impotente, cómo se
dispara el precio de la gasolina o de productos básicos como la leche, la
mantequilla o los yogures (su precio es un 36% más caro que en Estados Unidos,
Reino Unido o Australia, según un estudio publicado en julio por la organización
de consumidores israelí, Imán Hatzibur)
Pero el caso más sangrante
es el de la vivienda. En los últimos tres años, su incremento ha sido del 250%
en ciudades como Tel Aviv frente a una subida salarial irrisoria del 1%. "La
economía crecerá este año un 5%, nos dicen, pero nosotros, la clase media, no
sabemos dónde va", comenta Gabriel, un universitario que asegura estar decidido
a no cerrar su tienda, en Jerusalén, hasta que el Gobierno le dé una
solución.
Marchas multitudinarias por
todo el país a las que por primera vez en
16 días se les unieron ciudadanos árabe-israelíes y donde empiezan a tomar
fuerza lemas contra la ocupación militar de Cisjordania y a favor de la solución
de dos Estados.
Una protesta convocada
por Facebook
Ninguno de los miembros del
Ejecutivo israelí ni de la oposición imaginaron hace dos semanas que una
protesta que empezó con una convocatoria en Facebook de una estudiante
desahuciada de su vivienda se convertiría en el quebradero de cabeza más
importante para el Ejecutivo.
La jefa de la oposición y
líder del partido Kadima le pedía este sábado al presidente de la Knesset, Rubén
Rivlin, que cancelara el tradicional periodo vacacional de agosto. "No está el
horno para bollos" decía Livni en el Canal 10. Rivlin anunció que la comisión
parlamentaria de vivienda e infraestructuras debatirá la conveniencia de
prorrogar el período de sesiones estival mientras duran las
protestas.
Y, mientras tanto,
comienzan las primeras bajas en el Gabinete de Netanyahu. Hoy domingo ha
dimitido el director general del Ministerio de Hacienda, Haim Shani, por
desavenencias con el ministro Steiniz. Incluso, el reputado presidente del Banco
Central de Israel, Stanley Fisher ha dicho que mañana lunes comparecerá ante los
medios para analizar la situación y ofrecer posible soluciones.