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ENTREVISTA: PANKAJ
GHEMAWAT (Experto en globalización)
"Decir que el mundo es plano es exagerar"
MANUEL ÁNGEL MÉNDEZ
El
País
Madrid, 03/07/2011
Pocas frases como "el mundo
es plano" han calado tanto en la jerga empresarial moderna. Thomas Friedman,
columnista estrella en The New York Times metido a economista
improvisado, la utilizó en 2005 para titular su libro, The world is flat,
y no hubo vuelta atrás. El argumento era pegadizo: vivimos en un planeta
globalizado, las fronteras ya no importan y externalizar a India y China es el
nuevo mantra. El libro se vendió como rosquillas. "Más de 450 páginas sin una
sola cifra, tabla, gráfico o referencia a pie de página", resopla con ironía
Pankaj Ghemawat.
Ghemawat, de 51 años,
profesor durante más de dos décadas en la Harvard Business School y hoy en el
IESE, ha intentado desde entonces desmontar una tesis devenida casi en falacia.
"Si analizas los datos, es muy, muy difícil afirmar que las fronteras no
importan, que la economía está globalizada". En su último libro, World
3.0, hace precisamente eso, volcar un mar de estadísticas en 15 capítulos
para argumentar que el mundo en realidad está semiglobalizado. Un aperitivo: las
exportaciones suponen apenas un 20% del PIB mundial; solo un 5% de la producción
global de arroz se vende internacionalmente; menos de un 20% del tráfico de
datos en Internet es entre países.
Pregunta.
Nos hemos pasado los últimos seis años creyendo que el mundo es plano y
ahora resulta que no es verdad. ¿Cómo es posible?
Respuesta.
Fuera del mundo académico se tiende a exagerar. Primero, por una ausencia de
datos. Mucha gente ha aprendido qué es la globalización leyendo a Tom Friedman y
a otros autores que apenas utilizan cifras para demostrar sus teorías. Y
segundo, por la propia psicología del ser humano. Si estás convencido de que tu
trabajo se irá a China, no te importa lo que digan los datos. Se dice que el
nivel de globalización es del 80% o el 100%. En realidad, está entre un 10% y un
20%.
P. Su
argumento es que estamos en un mundo semiglobalizado. ¿Por
qué?
R. Decir que
el mundo es plano es exagerar, es lo típico que alguien suelta en una fiesta
para hacerse el moderno. Las diferencias entre países son todavía muy
persistentes y tendemos a simplificarlas. Por ejemplo, muchos directivos que
quieren irse a China se olvidan de que la renta per cápita allí es una décima
parte de la española. La distancia geográfica es más importante de lo que
parece: algunas empresas textiles fabrican ahora en Marruecos y no en China para
estar más cerca de Europa. Los aspectos culturales y administrativos son también
grandes obstáculos.
P. Pero
algunos mercados, como el financiero, están más globalizados. La última crisis
es una prueba, ¿no?
R. Sí, están
más globalizados que el resto, pero si miramos al capital riesgo o a los
depósitos en bancos extranjeros, estamos hablando de entre un 20% y un 30% de
globalización, en lugar de globalización completa. Que la última crisis
financiera haya sido global no cambia nada. Los shocks financieros llevan
siendo globales durante los últimos 200 años. El miedo siempre vuela entre
fronteras más rápido que ninguna otra cosa.
P.
Argumenta también que el sector de la información, de Internet, tampoco
está plenamente globalizado.
R. Google, el
negocio prototípico de empresa global, tiene problemas en Rusia, China, Brasil e
India. En Rusia, Yandex, su competidor, acaba de salir a Bolsa y tiene un 60%
del mercado. Su algoritmo funciona mejor para búsquedas en ruso y la
Administración local desconfía de Google. eBay, Yahoo o Amazon tienen problemas
similares de internacionalización. ¿Cómo puede decir alguien que la web hace las
cosas instantáneamente globales?
P.
¿Cree que avanzar en la globalización es una salida para los problemas
económicos actuales?
R. Para salir
del desastre económico en el que estamos metidos se suelen postular tres
opciones: mayor regulación, mayor libertad para las empresas y mayor
integración. No creo que las dos primeras sean la solución. La opción con más
ventajas es aumentar la integración internacional, tanto en comercio como en
población. En 2050, Europa tendrá una estructura demográfica insostenible y la
inmigración es la respuesta a ese problema.
P. ¿Qué
medidas echa de menos para conseguir mayor
integración?
R. Hay una
urgencia inmediata: controlar el problema del paro. Si las economías
occidentales no son capaces de frenar el desempleo, no veremos mucho progreso. Y
luego hay un requisito más a largo plazo que tiene que ver con la educación.
Mucha gente todavía sospecha de aquellos que no son como ellos. La educación
puede hacer el mundo más seguro para la globalización logrando que la gente
desconfíe menos de los demás.