1. Luis Gajardo González es un militante del pueblo
desde cuando La Tierra era plana. Tiene 80 años. Luchó y lucha, fue perseguido,
dirigente sindical de los trabajadores de la salud, en su frente brilla la
voluntad de los imprescindibles y en sus ojos se reúnen todos los compañeros
muertos y todos los compañeros vivos. Así se le confunden como en una asamblea
única, generaciones repetidas con distintos fondos históricos. Luis Gajardo
anima a los más jóvenes –es decir, a casi todo el mundo- y los emplaza
cariñosamente mientras pelea secretamente para no verse pequeño, mota estelar en
la mitad de un Chile difícil de sobrellevar, más difícil todavía en la soledad
de una pieza modesta, sin quejarse de los dolores de hueso que se le adivinan en
las rodillas. Luis no se victimiza nunca.
El decoro de su presencia en cualquier marcha, protesta o
concentración por causas justicieras revela sin que él se percate ni se lo
proponga, la vergüenza de tantos que sufren más, que saben de dónde proviene ese
sufrimiento social, pero raramente están. Por eso el emputecimiento se vuelve
superlativo cuando, como el lunes 11 de julio en la tarde anochecida del ombligo
de Santiago de Chile, en tanto estudiantes y trabajadores conmemoraban los 40
años de la nacionalización del cobre y exigían su renacionalización, envuelto
por los gases lacrimógenos que según los personeros grises del poder ‘no
provocan daño alguno a la salud’, fue apresado por carabineros de las Fuerzas
Especiales. Nadie salió de la vereda ni lanzó una sola piedra hasta que la
violencia policial actuó ofensivamente. El reverso del valor condujo a los
funcionarios de la represión protegida y alentada por las leyes a arrestar a
Luis Gajardo, compañero viejo. En el bus policial Luis sufrió un pre infarto al
corazón por los gases y el maltrato de carabineros. Sólo lo soltaron por miedo a
que a Luis le ocurriera algo peor que pusiera en peligro sus carreras
funcionarias. En las Posta Central fue bien atendido por médicos y trabajadores,
y escoltado por mujeres y hombres de rojo.
En el contexto de la temporada de protestas masivas que
despercuden por fin el territorio más estrecho y austral del planeta, la
represión estatal se había limitado a reprimir bestial y preventivamente a los
jóvenes y a intentar sin éxito, usando agentes de civil, amedrentar a dirigentes
menores de edad, intervenir teléfonos y celulares, computadores, a realizar
seguimientos solapados y evidentes. Ahora casi matan al militante del pueblo de
80 años, Luis Gajardo González. El miedo de los de arriba vuelve más viles sus
procedimientos y medios. Menores de edad y ancianos. Esa es la tónica ahora. Es
verdad, la fuerza de los justos todavía no es suficiente. Pero la acumulación de
razones alcanza de sobra para multiplicar la lucha social necesaria para cambiar
la vida.
2. Autocráticamente, el Presidente Sebastián Piñera
impuso un salario mínimo de $ 182 mil pesos mensuales (US$ 385 dólares). De
acuerdo al economista Hugo Fazio, Director del Centro de Estudios Nacionales de
Desarrollo Alternativo (CENDA), “el Ejecutivo impuso un reajuste nominal de los
salarios mínimos lo cual disminuye el poder adquisitivo de quienes lo perciben.
Ello se produce porque el índice de la canasta de alimentos en doce meses
aumentó en un porcentaje mayor a dicho incremento nominal, afectando
proporcionalmente con mayor fuerza a los sectores de la población de menores
ingresos que deben dedicar un alto porcentaje de ellos a su adquisición. Se
confirma así que el país cuenta con un gobierno que se encuentra en oposición a
los intereses de las grandes mayorías”.
El paro nacional de 24 horas de los trabajadores de la
Corporación del Cobre (Codelco) del 11 de julio, que todavía mantiene el 28 % de
la propiedad del metal rojo en poder del Estado chileno, mientras el 62 % es
propiedad de privadas multinacionales mineras, resultó todo un éxito. El
histórico paro –cuya última versión se realizó en los últimos tiempos de la
tiranía pinochetista- tuvo como razones la intensificación de la privatización
vía tercerización de funciones y subcontratismo, destrucción de empleo y venta
de propiedad de Codelco pura y dura (como en los años de la Concertación). El
angustiado candidato a la sucesión de Piñera, el biministro de Energía y
Minería, Laurence Golborne, tuvo que mentir descaradamente afirmando que no
había ninguna intención de privatizar lo que queda del cobre chileno. Pero
apenas, según encuestas del propio poder, el 31 % le cree al
gobierno.
3. En otro escándalo que lleva tiempo, quien
suscribe tuvo la oportunidad de entrevistar al director de la Fundación Chile
Ciudadano, el abogado Tomás Fabres, que lleva adelante una acción judicial de
miles de clientes birlados por la multitienda La Polar. El crimen está asociado
a una burbuja crediticia que estalló hace alrededor de dos meses y que no sólo
tendrán que pagar los endeudados directos, sino que todos los chilenos por medio
del salvataje de la empresa por el Fisco, doblemente castigados por el efecto en
la baja de los ahorros previsionales de los trabajadores jugados en el casino
especulativo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs).
-¿Qué ocurrió y ocurre en el caso de La
Polar?
“La Polar es un caso clásico de organización delictual al
interior de una compañía. La diferencia con otros casos, es que aquí los
bandoleros dañaron los intereses de otros bandoleros. Hasta la ministra del
Trabajo, Evelyn Matthei, dijo que ‘nuestros hijos van a los mismos colegios,
¿cómo pudo haber ocurrido esto?’.”
-¿Y cuál fue el procedimiento empleado?
“Haciendo una aplicación abusiva de una cláusula del
contrato de los clientes en materia de línea de crédito, donde la persona
mandata a la empresa para documentar deuda. Y los tipos, muy ingeniosamente,
entendieron que con eso también estaban facultados para decir cuál era la deuda.
Todo esto viene de la conducción de La Polar desde los tiempos de Norberto
Morita y Raúl Sotomayor, quienes se lanzaron sobre un segmento de la población
intocado por el negocio del crédito de consumo en el retailer: las dueñas de
casa, estudiantes, etc. Entonces realizaron una política totalmente imprudente
de créditos, es decir, donde hay evaluación de riesgo cero. En medio de ese plan
de expansión de tiendas, de clientes y colocaciones ocurre la morosidad masiva.
La Polar resuelve que ya no importa el monto de la deuda, sino que se concentra
en mostrar la deuda como saludable. Así comienzan las repactaciones, que no son
más que la refinanciación de una deuda vencida. En Chile las repactaciones
producen la capitalización de los intereses y todos los accesorios, y ello
implica la curva de aumento de la deuda. De ese modo, cada deudor era cada vez
más deudor de montos superiores. Ello se combinó con auditores externos que
negociaron las notas de los estados financieros. Es decir, fallaron también los
sistemas de control interno de la corporación.”
-Lo importante es la apariencia, la sensación de
confianza…
“En La Polar, la remuneración por el desempeño de los
grandes ejecutivos está asociada al precio de la acción. Si se ve bien por
fuera, entonces hay mayor demanda.”
-¿En qué situación se encuentra el caso?
“En resumen, existe una oferta unilateral de La Polar
avalada por el Estado y que se implementará hasta el 31 de agosto de 2011.
Sabemos que será un gran fracaso, en todo caso. Asimismo, hay un juicio
colectivo que inició el Servivio Nacional del Consumidor (Sernac), del cual esa
entidad se va a retraer, pero que nosotros sostendremos. En los hechos, serán
los ciudadanos afectados con nuestra asesoría. Y quienes determinan el monto de
la compensación son, obviamente las personas dañadas. En paralelo hay acciones
criminales para evitar la impunidad.”
-¿Cuáles son los accionistas más poderosos de La Polar
y cuáles los acreedores más golpeados, además de los clientes
individuales?
“Los principales accionistas de La Polar son las
Corredoras de Bolsa. Por otra parte, entre los acreedores también castigados, se
encuentra el Banco de Crédito e Inversiones (BCI); los Tenedores de Bonos y las
Afp’s con un 25 %.”
-¿Qué pasará con La Polar?
“Creemos que la experiencia se va a repetir. Una gran
cantidad de clientes será birlado nuevamente. Por falta de información correcta
y clara para las personas. Y La Polar no tiene la capacidad de
producirla.”
-¿Hay posibilidad de que la empresa
quiebre?
“Es altamente improbable que dejen caer a La Polar porque
hay demasiado dinero involucrado. Ya saldrá el BancoEstado (que vive de dineros
públicos) con una línea de crédito para salvarlos también. Sin embargo, la Polar
perderá miles de clientes y un grupo pequeño, más paciente, recibirá una
retribución más justa que la miseria ofrecida hasta ahora como
compensación.”
4. Al regreso de su viaje a México, Sebastián
Piñera se golpeó contra los resultados de la encuesta Adimark de junio de 2011.
La consulta hunde al mal gobierno con velocidad lumínica y el cambio de gabinete
en el corto plazo se torna inminente. El mandatario se desplomó hasta un 31 % de
aprobación (5 puntos menos que en mayo) y a un 62 % de desaprobación. En junio
fue el ministro de Educación, Joaquín Lavín, quien sufrió el mayor impacto en su
aprobación. De un 70% en mayo se desbarrancó al 46% en junio. De hecho, “la
educación” fue el área de gestión de gobierno qué más sufrió. Cayó al 26% de
aprobación desde un 44% en mayo (18 puntos porcentuales). Por su parte la
aprobación del ministro Hinzpeter (Interior) cayó al 54% (era 59% en mayo). El
titular de Hacienda, Felipe Larraín, jibarizó su aprobación en 9 puntos respecto
de mayo (60%) y quedó con un 51% de aprobación. La ministra vocera Ena von Baer
padeció una debacle en su nivel de aprobación (8 puntos porcentuales),
alcanzando un 50% de respaldo (58% en mayo).
Probablemente, la senadora de Renovación Nacional (partido
de Piñera) Lily Pérez quedará de vocera de gobierno o del Interior (al UDI Pablo
Nogueira no le faltan ganas) y Lavín renuncie. Por su costado, la Concertación
(que tiene un escuálido 22 % de aprobación y un 68 % de desaprobación) intenta
confundirse con las fuerzas sociales reales en pugna con las formas más feroces
y explícitas de acumulación del capital: el descontento y lucha contra la
voracidad irregulada del sistema financiero, los derechos sociales básicos
privatizados, el despojo de recursos naturales incluyendo el agua, y la
sobreexplotación en su momento contractual y real. Las instituciones tutelares
del capital están diariamente cuestionadas, lo que no significa una crisis de
gobernabilidad (que está caracterizada por otras determinaciones).
Las encuestas también encumbran a Michelle Bachelet como
el "mal menor" para los consultados frente a eventuales candidatos a la
presidencia como Joaquín Lavín o Laurence Golborne, si las elecciones fueran
estos días y no en noviembre del 2013. ¿Pero si gana Bachelet las próximas
presidenciales podría implementar un programa sustantivamente distinto al que
administra Sebastián Piñera, considerando su beatificación por el imperialismo
norteamericano y lo que hizo durante su propio gobierno? ¿Bachelet
renacionalizará el cobre, terminará con la autonomía del Banco Central, regulará
firmemente el hegemónico capital financiero, aumentará significativamente los
impuestos a los ricos y al capital, modificará el Código Laboral, convocará a
una Asamblea Constituyente, fortalecerá los sistemas públicos de salud,
educación y seguridad social, establecerá una economía mixta, sentará las bases
de un nuevo ciclo de industrialización camino a la independencia de los precios
internacionales del cobre y la celulosa? En fin, Bachelet (o el mismo Marco
Enríquez-Ominami) es apenas un estilo que una política. Una expresión edulcorada
publicitariamente del programa impuesto por el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional, la Organización Mundial de Comercio.
Y es normal que la gente la prefiera en vez de la presente
administración del Estado si en el horizonte no se advierten alternativas
contundentes, seguras, poderosas. ¿Cuánta inteligencia, voluntad de poder,
coherencia, generosidad, análisis concreto de la realidad concreta y la más
acertada calibración de las correlaciones de fuerzas precisan las expresiones
políticas y sociales de los intereses de los trabajadores y el pueblo, por lo
menos para dejar sentado en el mediano plazo un referente, bloque, movimiento, o
como se quiera llamar, que sea una promesa de alternativa política que tercie
entre la Alianza y la Concertación? ¿Cuántas fuerzas se necesitan? ¿Cuáles
fuerzas? ¿Cuáles son los límites de la más amplia alianza cuyo objetivo
estratégico -y no fin acotado a un puro gobierno de turno, por más popular y
‘revolucionario’ que pudiera llegar a ser- se sintetice en el socialismo
entendido como la socialización y control por las grandes mayorías del excedente
producido socialmente, hoy apropiado privadamente? ¿Es posible avances
sustantivos hacia el objetivo estratégico sin reformas, sin correlaciones de
fuerzas mundiales y continentales favorables?
El futuro es abierto y complejo. Es puro movimiento,
flexibilidad táctica y pupila armada de socialismo en tanto punto de llegada a
largo plazo, de acuerdo al temple de las relaciones de fuerza que superan de
modo determinante las fronteras menudas de Chile. Lo demás es nostalgia,
incomprensión de las formas de lucha predominantes según el período y el estado
de la propia lucha de clases y de la conciencia de los asalariados y el pueblo;
puro testimonio de las injusticias del capital, ausencia de voluntad de poder,
doctrinarismo, falsa conciencia, ideologismo.
¿Ollanta Humala, Hugo Chávez, Evo Morales (y las fuerzas
que los hacen posibles) serán unos sucios traidores de sus pueblos, unos agentes
del imperialismo norteamericano, unos claudicantes de los intereses profundos de
las grandes mayorías de sus países, o están marcando el camino más adelantado de
acuerdo a las coordenadas determinadas por las condiciones concretas que impone
el dominio mundial del capitalismo?
Julio 12 de 2011
La Haine