Dentro del programa de celebraciones de su 30
aniversario, la Universidad Nacional de Luján llevó a cabo una serie de
reuniones académicas con invitados especiales del exterior.
Una de esas
reuniones se realizó en la sede porteña de la Universidad, donde se presentó el
libro que editó la Universidad de Guadalajara, México, junto con la Unesco. El
tema del estudio, Latinoamérica: países abiertos, ciudades cerradas, convocó a
varios profesionales argentinos, entre ellos la profesora Teresa Cristina
Carballo, quien organizó el diálogo realizado el martes de 12 de
noviembre.
Estuvo presente el coordinador de la obra, doctor Luis Felipe
Cabrales Barajas, quien se refirió a la tarea y al equipo de expertos convocados
para realizarla a su paso previo por las aulas de la Universidad de Luján y a
los planes para continuar con la investigación.
La mesa del día 12, ante un
salón colmado por una asistencia calificada, fue presidida por la rectora de laa
Universidad, licenciada Amalia Estela Testa, quien abrió el acto, y fue
moderadora la Prof. Cristina Carballo. Se refirieron al libro, además del Dr.
Cabrales Barajas, el arquitecto Luis Grossman y la doctora Elena Chiozza del
Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján.
Como
una suerte de crónica de la reunión, sazonada por el interés que manifiesta por
la temática abordada en el libro que le dio origen, el arquitecto Luis Grossman
nos hizo llegar el texto que se reproduce a continuación.
Un libro que vale la pena
Latinoamérica: países abiertos, ciudades
cerradas
Por Luis Felipe Cabrales Barajas (coordinador)
621
páginas
Universidad de Guadalajara – Unesco
Por Luis J. Grossman
El
encabezado intenta transmitir una valoración literal, sobre todo a los
estudiantes (más habituados a “bajar” textos que a leerlos), y lo utilizo
precisamente en el sitio arqa.com –por el que tengo particular aprecio- en la
idea de interesar a muchos de sus visitantes.
Porque si uno, que es un lector
inveterado e incurable, se siente intimidado por un grueso volumen de tipografía
prieta (cosa que me ocurrió incluso con novelas de Eco o de Mailer), qué no
ocurrirá con los jóvenes de hoy, para muchos de los cuales cualquier lectura es
todo un desafío. Bueno, debo decirles que el libro que nos ocupa fue para mí una
experiencia gratificante. Y en eso le cabe el mayor mérito al doctor Cabrales
Barajas, un joven intelectual mejicano que tuvo a su cargo, además de la
selección de los veinte trabajos que componen el libro, su inteligente
ordenamiento en una secuencia casi rítmica de enfoques y estilos en una
composición que es polifónica por su propia naturaleza.
Porque hay entre los
autores tanto geógrafos como arquitectos y urbanistas, catedráticos en ciencias
políticas y sociales, antropólogos y sociólogos. Por eso es interesante que el
libro se lea con una atracción que no declina y que resulte en extremo
gratificante.
Me pareció poco feliz –y así lo dije- la elección de una frase
que se atribuye a Gaston Bachelard y que se colocó a modo de epígrafe para el
primero de los trabajos de le sección Guadalajara. Como soy un admirador del
libro en el que se encontró la expresión (La poética del espacio, Brevarios 183
del Fondo de la Cultura Económica), aclaro que Bachelard nunca dijo que “El
espacio no es más que un horrible afuera-adentro”. El pensador cita la frase,
que es de Henri Michaux, y que entre nosotros, no puede ser admitida con
facilidad por un arquitecto.
En el conjunto hay que celebrar la participación
eficiente de colegas argentinos d prestigio y seriedad, lo que se ve reflejado
en sus respectivos trabajos. Así acontece con Guillermo Tella y Max Welch Guerra
(el estudioso chileno alemán que trabaja con nosotros), Sonia Vidal-Koppmann,
Silvia Pontoni, Alicia Mateos y Cristina Carballo.
Esta última aborda las
nuevas formas de apropiación y fragmentación del espacio urbano bajo el rótulo
de “Buenos Aires y urbanización cerrada”.
En un estudio que se centra en las
ciudades de Rosario, los arquitectos Oscar Bragos, Alicia Mateos y Silvina
Pontoni citan a Alain Touraine (1998) cuando se refiere a “una tendencia fuerte
en la historia urbana: tendencia hacia la segregación y, por qué no, una
tendencia hacia la guetización”. Y los autores, con agudeza, ingresan en el
análisis de enclaves urbanos que incluyen a los sectores de más altos ingresos
y, además, a los de mayor pobreza que son de carácter marginal. Esta creciente
formación de “enclaves para ricos y de enclaves para pobres” da origen a un
status de le ciudad actual que contrasta en alto grado con la ciudad de apenas
treinta años atrás.
Si uno examina los datos del último censo en el marco de
la capital y el conurbano, con la reducción de la población en los barrios
(emigrantes a barrios cerrados) y el aumento en las villas, se ve con claridad
la amenaza que tiende a destruir el tejido urbano y a anular la vigencia de la
calle como espacio público por excelencia.
Como se habla en el libro de
“política de lugares” sería del caso examinar qué son los lugares y retomar una
teoría de la que hablé reiteradamente: la teoría del no-lugar. Ya que eso es lo
que malogra muchos de los asentamientos que se tratan en el libro. No es sólo el
maligno contraste que señala Andres Thompson (Así, creamos paraísos artificiales
para no ver los infiernos verdaderos) y que se aprecia en América Latina. Por
algo la iconografía moderna registra ejemplos como los de Truman Show y de
Belleza Americana, donde no son tan elocuentes los contrates sino los efectos de
muerte progresiva de la idea misma de ciudad.
Porque la ciudad, desde su
propio origen, es una contradicción que ofrece la posibilidad espontánea del
encuentro y, por otra parte, fija las codificaciones que tienden a impedir los
peligros. Los barrios cerrados establecen lo último sin facilitar lo primero, y
ésta es una pérdida lamentable. Es la renuncia de la civitas en tanto se
conserva solo la urbs, y parcialmente.
Son por igual lamentables los barrios
cerrados de la burguesía como la villas miseria, y es por eso que me opuse a la
idea de “barrio cerrado” que piensa hacer el doctor Ibarra en el enclave de la
Villa 31 de Retiro.
Como se advierte, recibimos con entusiasmo el libro de
Guadalajara, porque avivará un debate vital: el que determine el futuro de la
ciudad cuando comienza lo que el arquitecto Jaime Lerner postula como “El siglo
de las ciudades”.
En este contexto polémico y controversial para definir
posibles nuevas formas urbanas, propongo hablar de CIUDADES PARA ESPIRITUS
ABIERTOS, que es a lo que debiera aspirar la sociedad del tercer milenio. A mi
modo de ver.
Fuente: www.arqa.com