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Asunto: | NoticiasdelCeHu 284/10 - Mandela y la falsificación de la historia ( Ángel Guerra Cabrera) | Fecha: | Jueves, 22 de Julio, 2010 21:43:02 (-0300) | Autor: | Noticias del CeHu <noticias @..............org>
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NCeHu 284/10
Mandela y la falsificación de la historia
Ángel Guerra Cabrera
La Jornada
México, 22/7/10
La hipocresía de Estados Unidos y sus aliados se ha podido
corroborar en toda su magnitud al proclamar la Asamblea General de la ONU el 18
de julio como Día Internacional de Nelson Mandela, fecha del natalicio del
legendario dirigente sudafricano. Lo ejemplificaba espléndidamente el
insustituible corresponsal de La Jornada en Estados Unidos, David
Brooks, al contrastar los encendidos elogios de ocasión a Mandela de la
secretaria de Estado Hillary Clinton con el testimonio de un veterano de la
lucha contra el apartheid en ese país, quien recordaba que el
prestigioso líder y su organización, el Congreso Nacional Africano (CNA), fueron
mantenidos en la lista oficial de terroristas por el gobierno estadunidense nada
menos que durante toda la presidencia de Bill Clinton, años después de que
Mandela fuera electo presidente de Sudáfrica (1994). Pretenden que olvidemos el
apoyo económico, político y militar a los racistas blancos de Washington y sus
aliados de la OTAN y, por supuesto, de Israel, que dotó a Pretoria del arma
nuclear por encargo de la Casa Blanca.
Mandela, por cierto, no fue el pacifista descafeinado inventado por la mafia
mediática sino, desde su juventud, un recio combatiente por la liberación de su
pueblo que cuando vio ahogados en sangre por el régimen de minoría blanca sus
intentos de luchar por medios pacíficos no vaciló en encabezar y organizar la
Umkhonto we Size (La lanza de la Nación, en lengua xosa), brazo militar
del CNA que realizó riesgosas y audaces acciones armadas hasta que el
apartheid entró en fase agónica. Tampoco su excarcelación obedeció a
ningún milagro ni el fin del odioso régimen se consiguió simplemente mediante un
diálogo y unas elecciones, como afirma hoy la fábula mediática. El diálogo y las
elecciones fueron la conclusión de un prolongado ciclo de lucha del pueblo negro
y de algunos blancos revolucionarios o progresistas de Sudáfrica –entre ellos
líderes veteranos del CNA como Joe Slovo, presidente del Partido Comunista de
Sudáfrica– cuya última etapa va de los años 20 a los 90 del siglo XX, reprimida
sin piedad por los racistas blancos. La lucha contra el apartheid
experimentó un gran impulso y levantó una enorme solidaridad internacional a
tenor de la descolonización de África y, por último, de la liberación de las
colonias portuguesas y el ascenso de la SWAPO (por su sigla en inglés),
movimiento de liberación de la entonces colonia sudafricana de Namibia
En este panorama se inserta otro dato fundamental que omite o falsea la
historia oficial: las acciones internacionalistas de la revolución cubana en
África. Éstas se extienden de tal manera en tiempo y espacio que sólo refiero
sintéticamente lo relacionado con este artículo. A solicitud del gobierno de
Agostinho Neto, del Movimiento Popular para la Liberación de Angola, La Habana
envió en 1975 un contingente de tropas que destrozó el plan de Estados Unidos,
la Sudáfrica racista y el Zaire de Mobutu para tronchar la flamante
independencia y saquear en grande a ese país. Una vez derrotada la invasión de
Sudáfrica, de los mercenarios europeos y las facciones angolanas a su servicio,
quedaron en Angola suficientes fuerzas cubanas para preservar su soberanía. Sin
embargo, en 1988, después de constante incursiones sudafricanas a territorio
angolano y una grave amenaza militar de los racistas, nuevamente a pedido de
Luanda cruzó el Atlántico una fuerte agrupación de fuerzas cubanas, con aviación
de combate, tanques y artillería pesada, que en la batalla de Cuito Cuanavale,
librada muy al sur del territorio angolano, infligieron una derrota aplastante a
los racistas, los forzaron a retirarse a sus bases y avanzaron hacia Namibia.
Como escribió el subsecretario de Estado Chester Crocker a su jefe George
Shultz: …el avance cubano en el suroeste de Angola ha creado una dinámica
militar impredecible . Lo impredecible era que la acción de las fuerzas
cubanas en cooperación con las angolanas y namibias había obligado a Estados
Unidos y a los racistas sudafricanos a sentarse en la mesa de negociaciones y a
aceptar la independencia de Namibia. El fin del apartheid se habría
prolongado quien sabe hasta cuándo sin la derrota del ejército de Pretoria en
Cuito Cuanavale y la amenaza de insurrección del pueblo negro de Sudáfrica
inspirado por ésta. Nelson Mandela lo dijo así: Cuito Canavale marca el viraje
en la lucha para librar al continente y a nuestro país del flagelo del
apartheid.
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