

Tegucigalpa, 7 de agosto. Todo es
en la Honduras del presidente
de facto, Roberto Micheletti: los candidatos a la presidencia de la
República se lanzan lodo, con excepción de uno, quien convalece con dos
fracturas en un brazo, resultado de la macaniza que le dieron policías. Todo es
. Los hospitales públicos
cumplen cuatro días en paro, con todo y las epidemias de dengue y gripe A/H1N1.
Los maestros completan una semana más sin labores para exigir la restitución del
presidente José Manuel Mel Zelaya.
La vida nocturna se recupera, luego de que el gobierno levantó
el toque de queda, una vez conseguido el objetivo de
. Los restaurantes, sin
embargo, están casi vacíos. Todo en calma. Los cuatro aeropuertos del país
cierran, porque 95 técnicos se suman a la resistencia.
, señala Ramón García,
dirigente de la Asociación Nacional de Meteorólogos.
Aunque las autoridades dicen que sólo se trata de un paro parcial, la aerolínea TACA anuncia la suspensión de sus vuelos nacionales e internacionales. Los trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica también se suman al paro.
Hordas satánicas de Chávez
Es parte de la
que, según los golpistas,
sólo se ha visto ligeramente afectada por
, como los medios locales
suelen llamar a la resistencia. Por ello, resulta
que las autoridades de salud
decidan suspender clases en las escuelas del departamento de Francisco Morazán,
donde se ubica Tegucigalpa, por brotes de la gripe que aquí los medios todavía
llaman porcina. De modo que las escuelas privadas, y las pocas públicas que
tenían labores, se suman al paro. Los trabajadores sanitarios son duramente
criticados en los medios por sumarse a la resistencia (
) y el ejército mantiene el
control de los hospitales.
En contraste, esta semana, al ministro de Salud, Mario
Villafranca, lo pusieron como lazo de cochino en los medios, cuando se atrevió a
sugerir que el encuentro entre las selecciones de Honduras y Costa Rica,
eliminatorio rumbo al Mundial, se efectuara a puerta cerrada.
, se desparramaron los
titulares. El juego está previsto para el próximo miércoles 12, en un estadio de
San Pedro Sula, el corazón de la región del país con más casos del virus
A/H1N1.
Claro, bastó con que el titular de la Federación Hondureña de
Futbol abriera la boca para que el gobierno de facto reculara. Dicho
dirigente se llama Rafael Leonardo Callejas, fue presidente de la República y
todavía es hombre fuerte del Partido Nacional.
, dijo Callejas, y el asunto
se dio por terminado. Con la misma seguridad, el pasado 19 de junio había dicho
a un periódico nacional:
. Es decir, todo
en el país.
El jueves, los medios cacarearon en grande la carta enviada por
el Departamento de Estado al senador Richard Lugar, prueba de que Estados Unidos
su posición frente al
gobierno de facto. Pero este viernes, ni radio ni televisión ni
periódicos mencionan la declaración de Robert Wood, vocero del Departamento de
Estado: “No estamos suavizando nuestra posición… Fue claramente un golpe, y lo
condenamos”.
Es normal en un país donde el chiste (o anécdota) más socorrido sobre los medios de comunicación reza así: “El director del periódico acude a la oficina del dueño con la petición de que en Semana Santa el diario deje de publicarse desde el miércoles, ‘porque ya no hay nada de información’. El dueño del rotativo se niega con el argumento de la publicidad. El periodista insiste: ‘es que no hay material ni para el editorial’. ‘Pues escribe de Dios, al cabo es Semana Santa’. El periodista lo piensa unos segundos y responde: ‘¿A favor o en contra?’”.
“¿Y dónde está Mel?”
“¿Y dónde está Mel?”, pregunta a los
periodistas uno de los líderes de la resistencia. Los periodistas, por supuesto,
le habían hecho la misma pregunta tras la salida del presidente Zelaya de
territorio mexicano. Otro rasgo ya más o menos
de la crisis hondureña: el
teléfono descompuesto entre Zelaya y quienes lo apoyan dentro de su
país.
, dice el líder campesino
Rafael Alegría, quien expresa así la principal objeción del movimiento de
resistencia al Acuerdo de San José.
Ya va siendo
, también, que los partidarios
de Zelaya salgan a las calles. Hoy protagonizan una nueva jornada de marchas, en
el día 41 de la resistencia, mientras varias marchas avanzan por las carreteras,
rumbo a esta ciudad y San Pedro Sula, a donde arribarán el martes.
Alegría dice que esas caminatas, con las que esperan reunir 100
mil personas en ambas ciudades, serán
, porque la resistencia está
empeñada en apretar para impedir que
.
El dirigente campesino habla mientras la marcha –de unas 5 mil personas– arriba al campus de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde hace dos días la policía arremetió contra los estudiantes con gases lacrimógenos y carros lanza agua .
A la universidad llegan juntos y revueltos los contingentes de la resistencia, pues el golpe ha echado en la misma bolsa a grupos y corrientes políticas que ayer se daban de sombrerazos.
Operación Milagro, programa médico financiado por Venezuela
, dice con una gran sonrisa la
profesora de artes plásticas Reyna Centeno, experimentada activista que lo mismo
ha participado en luchas populares que en la Operación Milagro, un
programa médico financiado por el gobierno de Venezuela.
La académica se refiere a las ancestrales disputas de la izquierda hondureña, pero también a los pleitos con los compañeros de partido del presidente Zelaya, los liberales que se quedaron de su lado. “O sea que Mel nos ha unido a todos… o Micheletti”.
La profesora Centeno nunca ha votado, igual que muchos miembros
de la resistencia, para quienes Zelaya era, hace apenas dos años,
.
El terreno electoral en Honduras ha sido desde siempre propiedad de los partidos Liberal y Nacional. Las demás fuerzas políticas nunca han obtenido, juntas, ni 10 por ciento de los votos.
Por eso algunos líderes de la resistencia no confían en la
manzana que les ha puesto el gobierno de facto:
. La contienda está encima
(las elecciones son en noviembre) y la resistencia carece de un aparato
electoral.
Otro problema es unificar en torno a un proyecto y candidato la
energía que ha surgido frente al golpe. Un ministro del gobierno de Zelaya ubica
tres grupos en la resistencia. El primero, los
, que dirigen bases sobre todo
rurales
. El segundo, los grupos que
quieren sacar
utilizando la fuerza de la
resistencia para seguir planteando la asamblea nacional constituyente, una
bandera que choca con el Acuerdo de San José.
En este grupo, que ha sido la piedra angular del Frente de
Resistencia, el mando lo lleva el Bloque Popular, que conducen experimentados
líderes, como Juan Barahona, Rafael Alegría y Carlos H. Reyes. El ministro
advierte la existencia de un tercer grupo, no visible,
.
, dice Centeno.
A 41 días de marchar a diario, la profesora Centeno se dice
feliz. Habla con orgullo de cómo se han sumado más sindicatos y grupos a la
resistencia; refiere las columnas que avanzan hacia la capital, goza con que el
golpe de Estado
. Quizá lo que más la hace
feliz es la duración de la resistencia.
.
Vuelve a reír Reyna Centeno antes de soltar su conclusión:
.