La anfitriona, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, invitó a los
gobernantes a una cena privada en la residencia de verano presidencial, de Cerro
Castillo, a pocos metros del hotel Miramar, donde se reunirá hoy la Cumbre
Progresista, con una custodia de unos 3.000 policías.
De la reunión se espera que surja un mensaje orientador de estos líderes
hacia las filas progresistas, en una declaración de la reunión en vísperas de la
reunión del G-20.
Con el telón de fondo de una crisis que muchos consideran como la más severa
del capitalismo desde los años treinta, los gobernantes podrán dialogar en
público y en privado -incluso sin la presencia de sus asesores más cercanos, que
entre sí se llaman familiarmente sherpas- para apuntar hacia una
recuperación de las economías que incorpore la preocupación medioambiental, con
políticas contracíclicas desde el Estado que aminoren los costes sociales de la
recesión y eludan las tentaciones proteccionistas y populistas, según fuentes de
la cumbre.
Cambios a Bretton Woods
Entre las reformas globales que se han discutido en los días previos y en el
seminario de Policy Network e Instituto Igualdad, Respuesta a una crisis
global: hacia un futuro progresista, que ayer reunió en Viña del Mar a unas
250 personas de la red progresista mundial que acompaña la cumbre, figuran
propuestas de cambios a las instituciones surgidas en Bretton Woods. La mayoría
de los asistentes a este seminario, cuyas ponencias y conclusiones se entregarán
a los líderes que acudieron a la cumbre, son intelectuales, ministros, asesores
y ex autoridades de Gobiernos de centro-izquierda de 17 países y cuatro
continentes.
Aunque el progresismo vive un momento único en su historia, con el Gobierno
demócrata de Barack Obama en Estados Unidos y presidentes de signo progresista
en la mayoría de los países de América Latina y algunos de Europa, esto no
significa que tenga su garantizado su futuro. Al inaugurar el seminario previo,
lord Giles Radice, presidente de Policy Network, llamó a los progresistas a
evitar caer "en la autocomplacencia porque se han caído los mercados", porque
esto no significa "que nos votarán al centro-izquierda", y recordó que en el
siglo pasado la crisis del treinta condujo a Gobiernos como el de Hitler.
También los chilenos que intervinieron llamaron a la prudencia. El secretario
general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza,
pidió no apresurarse a festejar "el fin de una era (...) porque puede volver",
sino se realizan cambios estructurales.
Hacia un capitalismo igualitario
Para el secretario de Estado de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, James
Purnell, que también intervino en el seminario, nuevamente "la socialdemocracia
tiene que salvar al capitalismo del capitalismo". Pidió no enterrarlo ni
elogiarlo, sino cambiarlo, apuntando hacia un capitalismo más igualitario y
donde el poder se distribuya.
El asesor del presidente Lula, Marco Aurelio García, se refirió a los
progresistas ausentes en esta cumbre -la mayoría latinoamericanos- y pidió
"respetar nuestras diferencias", que consideró como un síntoma de "diversidad".
El progresismo, sostuvo, debe respetar, dialogar y entender a "los otros
progresismos". También puso sobre la mesa otro concepto clave para los
latinoamericanos que asisten a la cumbre, la integración.
La visión que predominó en el seminario progresista es que la crisis es más
amplia que una recesión económica, porque se sumó a los efectos previos del
sobrecalentamiento global y al déficit de gobernabilidad de la globalización.
Más claros en el diagnóstico que en las respuestas, existía consenso en que la
crisis es una oportunidad para la construcción de respuestas globales y
concertadas.
Las cumbres progresistas, que comenzaron en 1999 por el entonces presidente
Bill Clinton, se han transformado en el mayor foro mundial de las corrientes
progresistas, un concepto flexible, que abarca desde las socialdemocracias hasta
las coaliciones de centro-izquierda. Esta cumbre es la primera de este foro que
se realiza en América Latina.
Dos de los visitantes, Gordon Brown y Joseph Biden, realizarán visitas de
Estado a Chile, además de participar en la Cumbre Progresista.