La crisis y una nueva era
(Tercera de cinco partes)
Alfredo César
Dachary
La década de los 90´se inicia con dos situaciones opuestas y, a la
vez, contraproducentes: la caída del denominado Socialismo Real, que se completa
con los países de la Europa del Este y, por otro lado, con un Estados Unidos
aparentemente en la cima, sin competencia, pero con una economía cuyas crisis
desde los 70´ a los 90´ han ido minado su poder, situación compleja ¿hegemonía e
incapacidad de dirigirla?
Pero no es todo lineal como parece. China ya llevaba una década a
un crecimiento del PIB de un 10% medio anual y Rusia, derrotada y saqueada,
empieza a revivir a partir de un nacionalismo alimentado por una actitud
permanente de hostilidad de su antiguo enemigo: Estados Unidos.
En los 90´se da la primera guerra del golfo por un Bush, el padre,
un ejercicio con limitaciones, que luego se repetiría por Bush hijo, parte de
una nueva guerra global de baja intensidad, pero con grandes pérdidas civiles,
en un mundo multipolar y cada vez más competitivo.
Al comenzar la década estalla la tristemente famosa burbuja
financiera en Japón, la segunda potencia mundial del ya capitalismo hegemónico,
a consecuencia de una década, la de los 80´, de revalorización de sus grandes
ganancias en inversiones inmobiliarias.
El Japón de la posguerra se tuvo que rehacer a partir de ciudades
en ruinas, lo cual sirvió para modernizar y adecuar las grandes ciudades
principalmente Tokio, generando una especulación inmobiliaria de tal magnitud
que en tres décadas los valores de los inmuebles crecieron 75 veces, algo no
visto hasta ese momento.
Al finalizar la
década de los 80´ante la caída del yen frente al dólar, el Banco Central de
Japón decidió aumentar el tipo de interés bancario que pasó de 2.5% al 6%,
comenzando un proceso que fue seguido por un descenso del valor de las acciones
y, con ello, el valor inflado de los inmuebles empezó a caer, lo cual terminó de
arrasar con la economía por ser éstos
las garantías de las acciones.
Esta grave crisis generó para el Japón algo similar a lo que se
dice de los países emergentes, los 90´ como la década perdida, pero se agrava
para el caso de esta potencia mundial porque los efectos de la crisis siguieron
varios años más en el nuevo siglo.
Los efectos inmediatos eran tanto económicos como sociales, ya que
el desempleo a comienzos del nuevo siglo era de cerca del 6%, algo no visto en
Japón, los valores inmobiliarios demoraron una década y media en recuperase a
niveles aceptables.
A nivel social, la crisis hizo caer el modelo arraigado de
recompensas y fidelidad a las empresas, generando una situación difícil por el
agudizamiento de las asimetrías sociales, que cambiaron parte de los principios
centrales de la moral japonesa.
En 1994, la crisis o efecto Tequila que estalla en México, luego
de terminar la primera década de implantación y consolidación del neoliberalismo
y en momentos en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio y en que
estalla el alzamiento zapatista, que inicialmente es frenado a sangre y balas,
pero luego se llega por presión externa a una negociación.
El efecto Tequila hace despertar de un sueño a la clase media que
no lo era tanto, porque vivía de la deuda que significaba el dinero plástico, en
una sociedad donde el consumo era el principal indicador de estatus. Pero el
Estado no falló a la cita y salvó, a través de un intrincado proceso de uso de
los fondos públicos, a los grandes empresarios mientras la clase media en crisis
y los pobres tuvieron que perder sus casas y tierras, automóviles y máquinas en
un proceso de resistencia que lideró “El Barzón”.
En 1997, se inicia una crisis en Asia afectando inicialmente a los
famosos “tigres asiáticos”, ésta afecta a las principales economías de la
región, incluido Japón, y en menor medida a la emergente economía de la
República Popular China aunque si afectó a Taiwán.
Esta crisis se enmarca en un mundo sin “enemigos” para el sistema,
es una crisis de la emergente globalización y como tal tiende a expandirse a
otros continentes, y su origen muestra un manejo muy poco medido de capitales
que se acumularon en inversiones ociosas, mal calculadas o de poca utilidad,
como los grandes préstamos de la década de los 80´ para América Latina.
Esta fue la primera crisis global del sistema, que llega con
antecedentes de la crisis japonesa y el llamado efecto Tequila, entre los
cercanos, más una serie de situaciones que se vienen dando desde los
70´.
Esta crisis generada
por la presión de los capitales en busca de una nueva y mayor rentabilidad
amplía la geografía del mundo económico con la integración de la periferia
financiera global.
La crisis se expandió a Rusia, que estaba intentando remontar un
nuevo modelo dentro del capitalismo y a Brasil, una de las grandes potencias
emergentes del nuevo siglo.
En medio de ésta se dio otro fenómeno que también puede
caracterizarse como una micro crisis por la magnitud de lo impactado y fue el colapso del Fondo Financiero, o sea,
Long -Term Capital Market , creado por los premios Nobel de Economía de 1987,
Robert C. Merton y Myron Acholes, debido a sus trabajos para calcular el precio
de las opciones financieras.
El Fondo dedicado a la compra y venta de bonos empezó a sufrir
presión en 1998 cuando la crisis de Rusia, impedido de pagar los bonos, lo que
generó una corrida de inversionistas de bonos externos a los de Estados Unidos,
lo cual generó diferencias de tasas de interés entre los bonos, por lo que el
Fondo se vería obligado a vender bonos de la Tesorería.
Ante esta situación que estaba afectando a diferentes grupos de
inversionistas no sólo grandes sino medianos y que generaría un grave problema
en la economía de Estados Unidos en medio de la crisis asiática, y de otros
países, la FED decidió un rescate, a través de varios bancos que habían
invertido en este fondo y les pidió que invirtieran 3,654 millones de dólares
para evitar el colapso y sus serias consecuencias.
El fin de siglo y el comienzo de la nueva era denominada
post-industrial, se inició con otra crisis, la de las denominadas “punto com.”,
un nuevo tipo de empresas que se basan en el uso intensivo de la informática y
más específicamente de Internet.
Al igual que la crisis de “los tulipanes”, la gente pensó que el
Internet era la puerta a todo tipo de empresas y ello llevó a que nacieran miles
de pequeños emprendimientos junto a otros más amplios. El auge, la esperanza de
algo nuevo y la necesidad de tomar distancia de otros tipos de empresas hicieron
de éstas un gran boom, que se terminó transformando en una burbuja que al final
estalló.
Los “nuevos empresarios”, la gran mayoría jóvenes con un gran
entusiasmo arrancan los diferentes tipos de portales y otros servicios sin un
verdadero plan de negocios y sin dimensionar los volúmenes del mismo y las
competencias de otros similares.
El índice NASDAQ muestra desde 1995 hasta cerca de la mitad del
año 2000 un crecimiento espectacular al llegar a cotizar por sobre los 5,000
puntos para que dos años después, en el 2002, sea de 1,300 puntos como al
comienzo de la época del auge en 1995.
La crisis generó cierres masivos, despidos, fusiones y
consolidación de los grupos más fuertes y la eliminación de los más pequeños, y
a principios del 2001, Yahoo estaba perdiendo más del 19% del valor en bolsa al
igual que otros portales mundiales
como Terra que perdieron el 10% de su cotización.
Pero esta crisis va a
abrir el camino al capital de riesgo que ve ahora en este tipo de empresas un
gran futuro, y no se equivocó, ya que hoy en día Yahoo, EBay, Amazon y E*Trade,
entre las más conocidas, tienen un valor muy elevado, muy por encima de las
empresas tradicionales en relación a la inversión y beneficio y al valor mismo
que detentan.
Pero las punto com., llegaron para quedarse como vanguardia de un
tiempo nuevo, el ocaso de la economía de la producción y el ascenso de la
economía de los servicios, el fin del ahorro y el auge del consumo, todos ellos
fruto de una sociedad que ha cambiado radicalmente y que las crisis se han
transformado en puentes a nuevos tiempos.
Altos costos, grandes sectores de la sociedad relegados u
olvidados, son parte de la cara oculta de la crisis, pero atrás de ello hay un
modelo capitalista global, que se va transformando para tener cada vez más poder
y así el mundo llega al nuevo siglo con una sociedad tan polarizada que
difícilmente se pueda superar sin cambiar el modelo.
alfredocesar7@yahoo.com.mx