NCeHu 12/08
Traducción al
castellano del artículo publicado en 8/09. Gentileza de los compañeros de
Rebelión.
Michael Warschawski
“La muerte de una única víctima israelita justifica
el asesinato de centenas de palestinos. Una vida israelita vale un centenar de
vidas palestinas. Es esto lo que el Estado de Israel y los media mundiales más o
menos descuidadamente repiten, con cuestionamientos marginales. Y esta
alegación, que acompañó y justificó la más prolongada ocupación de territorios
extranjeros de la historia del siglo XX, es visceralmente racista. Que el pueblo
judío acepte esto, que el mundo esté de acuerdo, que los palestinos se sometan –
esta es una historia de bromas irónicas. Nadie encuentra la gracia…” John
Berger
Mientras el mundo entero está espantado ante
las terribles imágenes emitidas desde Gaza, la opinión pública israelita apoya
masivamente la sangrienta ofensiva de Barak-Olmert. Esto incluye al Meretz, la
oposición de izquierda parlamentaria. A pesar de haber manifestado preocupación
por las muertes de civiles, el lider del Meretz, Haim Oron, en una entrevista a
la televisión israelita, se adhirió a los argumentos de la propaganda oficial,
responsabilizando a Hamas por el baño de sangre. Un discurso mistificador como
este está siendo copiado por la mayoría de los líderes del mundo occidental, con
el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, superando incluso a la
Secretaria de Estaos de los EE.UU., Condoleezza Rice. Vamos a poner los hechos
como son:
Gaza está siendo el blanco del ejército
israelita desde la victoria de Hamas, y el cerco impuesto sobre más de 1,5
millones de civiles - por Israel, mas también por la llamada comunidad
internacional – es en sí un acto de violencia y un crimen de guerra.
El ataque israelita es una agresión
planificada: de acuerdo con las noticias israelitas, Ehud Barak planificó el
ataque a Gaza ya en Agosto.
Los cohetes lanzados sobre ciudades de Israel
fueron una represalia a agresiones militares anteriores, y no fueron lanzados
por Hamas, sino por la pequeña organización Jihad Islámica;
El ataque a Gaza es parte integral de la guerra
santa neo-conservadora contra el mundo islámico, y la administración
neo-conservadora de los EE.UU., así como Egipto y otros regímenes reaccionarios
árabes, instaron a las autoridades israelitas a desencadenar la ofensiva antes
que Obama entrase en la Casa Blanca.
La intención declarada de Barack Obama de abrir
conversaciones con la República Islámica de Irán es una de las principales
preocupaciones de las administraciones cesantes en Tel Aviv y Washington, y la
ofensiva contra Gaza es una tentativa de provocar una reacción iraní que permita
la represalia israelita y de los EE.UU. En los últimos días, el viceministro de
Defensa israelita, Ephraim Sneh, bien conocido por su obsesión anti-iraní,
vinculó sistemáticamente los cohetes de Hamas (sic) a Irán, evidentemente, sin
presentar ninguna prueba.
Esta estrategia general, basada en la
mistificación del “choque de civilizaciones” y en la guerra global contra el
Islán, es compartida por todos los partidos sionistas de Israel y explica el
apoyo del Meretz a la actual agresión.
A pesar de no ser de esperar un cambio rápido
de la política norteamericana en el Occidente asiático, los líderes israelitas y
sus patrocinadores neo-cons en Washington están preocupados por el cambio en la
administración americana, y temen que una nueva estrategia pueda quebrar la
guerra global preventiva. El ataque a Gaza es una tentativa de última hora de
cambiar las relaciones de fuerza en el Medio Oriente, antes del fin de la era
neoconservadora.
Y antes de concluir, no olvidemos la dimensión
obscena: los centenares de víctimas de los bombardeos israelitas sobre Gaza son
víctimas colaterales de la campaña electoral israelita. Para aumentar su apoyo
popular antes de las elecciones, todos los líderes israelitas están compitiendo
para ver quien es el más duro y quien está dispuesto a matar más. Ehud Barak, no
obstante, tiene una memoria muy corta, y Shimon Peres puede recordarle que este
cálculo cínico no es necesariamente mejor: la masacre de Qana, que supuestamente
hubiese traído la victoria a Shimon Peres, tuvo como consecuencia que centenares
de millares de ciudadanos palestinos volviesen las espaldas al Partido
Laborista.
A pesar de su brutalidad, con todo, Ehud Barak
permanece como uno de los más populares líderes en la arena israelita, y los
millares de manifestantes que han salida a las calles ayer, casi sin ser
convocados, protestando contra la masacre, pueden indicar que todos lo que están
detrás de él, incluyendo el Meretz, no van a recibir sus votos. Es previsible
que el repudio internacional y el relativamente amplio sentimiento antiguerra
entre los electores fuerce al Meretz, una vez más a cambiar de posición. Debían,
por fin, recordarse de la antigua verdad que los electores prefieren siempre el
original: cuando el Meretz sanciona la estrategia de guerra y las mentiras de
Netanyahu, los electores van a preferir votar a Netanyahu en lugar de su pálida
e insípida copia. Notas
Miembro del
Alternative Information Center (AIC) en Israel.
Traducción al español desde el portugués de
José André Lôpez Gonçâlez.