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Asunto: | NoticiasdelCeHu 436/08 - LA PROBLEMÁTICA DEL TURISMO DE PLAYA EN MAR D EL PLATA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI: "EL BALNEARIO DE LOS DOCTORES CROTOS" | Fecha: | Domingo, 26 de Octubre, 2008 13:55:59 (-0300) | Autor: | Noticias del CeHu <ncehu @..................ar>
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NCeHu 436/08
LA PROBLEMÁTICA DEL TURISMO DE
PLAYA EN MAR DEL PLATA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI: "EL BALNEARIO DE LOS DOCTORES
CROTOS"
Javier Martín Ordoqui
Universidad Nacional de Mar
del Plata y Universidad Atlántida Argentina
Introducción:
En el desarrollo de esta investigación
se procurará establecer como las nuevas prácticas y formas del turismo de playa
incorporan en la franja de playas privadas ubicadas entre el Faro de Punta
Mogotes y Playa La Serena en una extensión de 2,5 kilómetros sobre la Ruta
Provincial Nº 11, una tendencia creciente de paradores temáticos.
La aparición de los paradores se ha dado
sobre el sector de playas donde se ha dado una reorganización espacial de la
actividad turística de playa bajo un nuevo modelo de explotación: los paradores;
que han avanzado sobre las arenas del Sur, pero aún conviven con los
tradicionales y clásicos balnearios.
El nuevo modelo de explotación de las
playas sureñas se inserta dentro del esquema histórico, desde su aparición como
sitio de ocio de las clases privilegiadas hacia fines del Siglo XIX, pasando por
su masificación realizada con la implementación del modelo de Estado de
Bienestar en la Argentina a mediados del Siglo XX y por la segmentación y
fragmentación de la oferta de los espacios de playa marplatenses ocurrida en las
últimas décadas del siglo pasado y estos primeros años del Siglo XXI.
Mar del Plata ha sido el escenario
central de los espacios turísticos de playa donde se han desarrollado múltiples
cambios: desde la consolidación de la ciudad como sitio paradigmático del
turismo de playa en la Argentina y dinamizador del corredor turístico del
litoral atlántico de la región del sudeste bonaerense, demarcado desde cuando se
dio la planificación de la infraestructura de la ciudad para la llegada del
turismo masivo, término definido como "un modelo macro de desarrollo social
inclusivo que permitió a las clases emergentes del capitalismo industrial
integrarse al trabajo y la recreación" (Cicalese, 2000). La implementación de
las políticas de Bienestar desde la década del ´30 del pasado Siglo XX amplió el
espectro de turistas que llegaban a la ciudad que se fue conformando en "un
núcleo donde poco a poco, la atracción del turista ha ido moviéndose desde su
atractivo natural original (las playas) a otra forma de atracción más difusa
donde a la anterior, se agregan diversiones urbanas" (Reboratti, 1994).
En la franja de playas donde se ubican
los paradores se da el contraste entre el mayor espacio de playa en contacto con
variables "naturales", dado por la presencia de médanos, playas extensas,
sectores de bosques, morros, restingas y acantilados en algo más de 2,5
kilómetros y el traspaso durante la temporada veraniega de prácticas sociales
definitivamente urbanas a las playas supuestamente "cuidadas" de la urbanización
y ubicadas fuera del área de los conflictos y problemáticas de la ciudad. La
ausencia de un criterio de explotación que respete el equilibrio ecológico de
las playas no se da desde la aparición de los paradores sino que esa falta se
viene desarrollando desde que "el turismo masivo aceleró el desarrollo regional
y jerarquizó ciudades con la creación de estructuras sobre el espacio, en estas
intervenciones territoriales, generalmente la variable ambiental no fue tomada
en cuenta" (Cicalese, op. Cit).
Pero la problemática se torna más aguda
en las playas del sur dada su posesión privada, siendo las únicas playas que no
se encuentran bajo el dominio de un ente estatal (ya sea provincial o municipal)
y este factor atenta sobre el control y observación que debe ejercerse sobre
estos espacios de arena, ya que estas playas puestas en producción como
"postmodernos" paradores son las playas en mayor grado de resguardo "natural",
en relación con la extendida urbanización de Mar del Plata que ha insertado
dentro de su espacio urbano a las playas ubicadas desde los sectores céntricos
hasta las cercanías del Faro de Punta Mogotes, sumado a que la extensión de la
zona de playas del Partido de General Pueyrredón no puede seguir creciendo más
hacia el sector Sur debido a la gran actividad erosiva del mar sobre esas
playas.
La puesta en valor de las playas del
sur:
El espacio costero sureño ya en la
década del ’30 se encontraba aferrado a intereses de una futura valorización de
la zona. En los primeros años de los treinta, el Ministerio de Asuntos Agrarios
de la Nación llevo a cabo una extensa fijación de médanos logrando un bosque
marítimo de arbustos, pinos y eucaliptos. La obra pública siguió actuando con la
construcción de la ruta 11 en su tramo Mar del Plata- Miramar, escenificando
sobre este sitio el hoy denominado Paseo Costanero Sud. Las características del
paseo estaban supeditadas a la descripción que hiciese el por entonces
gobernador bonaerense Manuel Fresco: " esta clase de caminos que los ingleses llaman
parkways
y para lo que en
castellano no hay todavía una expresión bien definida son de un carácter
completamente distinto a un camino común" (Cicalese, 1996).
El plan a desarrollar en esta
obra consistió "en la construcción
de vías verdes
complementadas con paseos peatonales,
parquización de banquinas, sendas para equitación, caminos para ciclistas,
emplazamiento de balnearios, clubes de campo, restaurantes y confiterías de alta
calidad. Marshall Berman define a los parkways: su belleza no emana del entorno
natural que rodea la ruta: surge del ambiente creado artificialmente por la
propia ruta" (Cicalese, op. Cit ). El Paseo Costanero Sud tomó el concepto de parkways, pero la
artificialización espacial, llevada a cabo con la fijación de médanos, el bosque
y la construcción de la Ruta 11, potenció la belleza paisajística que ya poseían
estas arenas.
En ese momento se hizo la primera
valoración espacial de las playas sureñas del Partido de General Pueyrredón, con
la finalización de la Ruta 11 entre Mar del Plata y Miramar y con la
parquización boscosa realizada en la zona del Faro de Punta
Mogotes .
El decreto de Fresco
admitía que "cuando la distancia entre la ruta provincial
11 y la ribera supere los cien metros, permite un plan de urbanización adecuado
a la naturaleza del paraje y que no perjudique la vista panorámica del lugar"
(Cicalese, op. Cit). Estos
proyectos que se remitían a la creación de nuevos espacios y valorizarlos
positivamente conducían siempre al crecimiento de la frontera de arena en
dirección sur, factor denotado claramente desde la llegada masiva de
contingentes medios y populares a las playas ubicadas en la urbe:
"Las aristocracias huyen ante el avance de los nuevos
ricos hacia Playa Grande trasladando sus villas bucólicas en el barrio Los
Troncos... Y los recién llegados se instalan en Playa Bristol, el núcleo del
veraneo aristocrático que se desvanecía" (Pastoriza, 2003)
El camino recorrido por las arenas
privadas:
El paso definitivo del goce y uso de las
playas y riberas al Partido de General Pueyrredón ocurrió cuando la historia
argentina comenzó a recorrer sus años más trágicos y sangrientos. El 24 de marzo
de 1976 se instauró en el poder la última dictadura cívico- militar que además
de realizar una fuerte opresión política con un saldo de 30.000 desaparecidos,
también significó el comienzo de la desaparición del incipiente Estado de
Bienestar que había sido instalado en el país luego de la crisis mundial de
1930. La dictadura impulsó políticas ligadas al neoliberalismo económico,
conllevando a una descentralización de las funciones del Estado. El traspaso de
las arenas fue garantizado por el decreto provincial 1362/ 76.
"Por esa misma norma, la
comuna quedaba encargada del cobro de cánones e imposición de multas y se
comprometía a invertir en infraestructura y promoción turística..." (Cicalese,
op. Cit).
Pero la historia y los conflictos por la
posesión de las playas del sur iban a recorrer un largo camino. El fundador
Peralta Ramos era quien poseía la estancia Cabo Corrientes con un extenso frente
marítimo que fue expropiado por la provincia de Buenos Aires en 1937 para poder
construir la ruta 11 en su conexión Mar del Plata- Miramar, obra culminada hacia
1939. El Estado Provincial tomó posesión de las 214 hectáreas necesarias para la
obra y que incluían a la zona costera bajo estudio. En 1938 se materializó la
desposesión oficial y la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires aceptó
satisfacer los daños y perjuicios a los primitivos dueños, pero recién en 1942
se dictó sentencia a la expropiación.
En 1958 los descendientes de Peralta
Ramos hicieron una presentación judicial para recuperar la franja costera que
había pasado a ser de la provincia. El mismo apellido volvía a la escena de las
playas y otra vez con el único motivo de valorizar espacios para su usufructo,
ellos argumentaron que la provincia en la expropiación dejó en desuso una franja
adyacente de 102 hectáreas de playas boscosas que había sido expropiada junto a
los terrenos utilizados para la construcción de la Ruta 11. La Corte Suprema de
la Nación en 1970 emitió un fallo en el cuál hace referencia al total de 214
hectáreas y como expropiadas solamente a 112 y que el excedente de 102
pertenecían a los demandantes. " La provincia no pudo demostrar que se encontraba en posesión de
la franja este, limitada por la ribera, ni haber realizado actos posesorios;
empero la Corte habilitó el camino para que se reclame por las mejores útiles
efectuadas (Cicalese, 1997).
Con la vuelta a la vida democrática
suscitada brevemente en 1973 en Argentina, hubo un proyecto que emergió del
Concejo Deliberante desde las bancadas justicialistas haciendo un pedido de
expropiación de estos espacios de playas. El reclamo contaba con el apoyo del
gobierno provincial y también tomó buena acogida por la comuna bajo gestión
socialista. Pero el gobierno local a la vez que apoyaba la moción de una nueva
expropiación, también negociaba con los nuevos propietarios de las playas
(Compañía Playas del Faro Sociedad Anónima Inmobiliaria) para el otorgamiento de
las licencias necesarias para la explotación económica del lugar.
"La inmediata puesta en
valor del predio consistió en destinarlo a la extracción minera de arenas con
destino a la construcción y a la producción de servicios turísticos recreativos,
mediante la concesión de las unidades balnearias" (Cicalese, op. cit).
Los conflictos no sólo se dieron en la
lucha de intereses entre los gobiernos y el sector privado: La lucha por el
mantenimiento de las características geofísicas diferenciales junto a las
características artificiales como la forestación, que valorizaron positivamente
el paisaje de estos espacios de playas fue llevada a cabo también por los
vecinos del lugar. La extracción de arenas para la construcción fue realizada
por Playas del Faro Sociedad Anónima, la misma empresa que explotaba los
balnearios; ellos mismos estaban dañando los cimientos del lugar que explotaban
en los veranos. La degradación realizada por la minería puede ejemplificarse en
" la intensa explotación que
lleva a cabo la compañía en la década del ´70, mediante el
otorgamiento de permisos precarios para
la extracción de arena, genera procesos erosivos sobre médanos forestados y la
desaparición de las terrazas marinas (Cicalese, 2001).
Los fomentistas del sur volvieron a
realizar sus reclamos sociales luego de finalizada la dictadura militar y
lograron que en 1985 el gobierno provincial emitiese un decreto en el cual se
prohibió la extracción de arena en el Partido de General Pueyrredón, aclarando
que la extracción por parte de Playas del Faro Sociedad Anónima había sido
realizado fuera de su propiedad, ya que al traspasar la línea de ribera y luego
de haber sacado arena hasta del mar, invadieron la propiedad pública provincial.
"El problema de la
explotación minera ponía sobre el tapete otro conflicto... que era el avance de
la línea de ribera adentro, línea que marca el deslinde entre la propiedad
privada y el dominio público provincial. Este límite que separa la escasa playa
pública de las playas privadas... cobra relevancia en el derecho esbozado por
los vecinos al acceso y uso de la ribera" (Cicalese, op. Cit).
Nuevos proyectos para el sur en los
"turbios" noventas:
La lucha entre los vecinos fomentistas y
Playas del Faro S. A. cambió de ribetes a finales de la década del ´80 cuando la
empresa arremetió con un proyecto de instalaciones sumamente jerarquizadas. La
sociedad " propondría un
complejo de residencias de jerarquías y servicios de calidad exclusivo para
propietarios y accionistas, retomando de esta forma algunas de las ideas del
"plan histórico" pensado para la región desde las elites conservadoras
(Cicalese, op. Cit) En
1989 el proyecto fue elevado a la Comuna para su aprobación y en 1991 logró
conseguir su habilitación para iniciar las construcciones en el área de las 102
hectáreas apropiadas como consecuencia directa del desuso que efectuó el
gobierno provincial al no realizar actividades de protección ni de recreación
sobre las playas.
La construcción se inició en 1994 y
previó la edificación de 156.556 metros cuadrados. La nueva oferta turística
dada sobre esta zona está claramente vinculada a esa expansión hacia el sur de
la frontera de arena, buscando alejarse del centro urbano de Mar del Plata,
continuando con la lógica seguida desde la masificación del turismo, tratando de
lograr la concreción de espacios exclusivos alejados de las playas urbanizadas,
espacios que fueron destinados a públicos de ingresos más dispares y
pertenecientes a sectores sociales más bajos.
La estructura que se montó definió
claramente a que sectores sociales iban dirigidos los proyectos balnearios de la
zona y más fuerte se hizo el conflicto con los vecinos por la garantía de
circulación descripta. " Los
accesos determinan en gran medida las características de los espacios de ocio y
recreación. Un espacio destinado a la masividad requiere de espacios
complementarios adicionales, con entradas que se caractericen por su fluidez; en
cambio, un espacio para recreación exclusiva de sectores sociales de altos
ingresos carga... con impedimentos materiales y culturales que convoquen flujos
de poca magnitud pero de calidad turística en términos de mercado" (Cicalese,
op. Cit).
El legado de los noventa en el turismo
marplatense:
Un gran punto de quiebre en la historia
de la Argentina fue establecido en 1991 a partir de la ejecución del decreto de
desregulación económica 2284, junto a un paquete de medidas que incluyó la ley
de emergencia económica, la ley de reforma del Estado y la ley de
flexibilización laboral. Estas medidas estuvieron orientadas a la desregulación
y liberalización de los mercados, lo que implicó un profundo cambio en el rol
que había jugado el Estado en los procesos económicos visualizado en
"el explosivo crecimiento
del desempleo y el subempleo estructural aún en medio de una expansión
productiva en el período 1991- 1994, las tendencias cada vez más desalentadoras
en las condiciones de vida de la población y una distribución del ingreso con un
perfil de creciente regresividad" (Rofman, A. y Romero, L. , 1997).
Durante los primeros años
de la década se profundizó el "ajuste estructural" al que fue sometida la
economía mundial desde mediados de la década del ´70 y que tuvo su impacto
geográfico tanto en los países centrales como en los periféricos.
"La frase "programas de "ajuste estructural" aparece en
las recomendaciones del FMI y el BM tanto para los países industrializados del
Tercer Mundo, como países del otrora mundo socialista. La ola neoliberal
promueve un conjunto más o menos homogéneo de recetas. En el Norte se trata de
romper barreras institucionales y disminuir conquistas sociales que habían
acompañado el "éxito" de la posguerra... en el Sur, la intervención del Estado
bajo todas sus formas se transforma en el blanco de las "cartas de intención"
discutidas por el FMI con los países endeudados que reclaman arreglos muy a
menudo conocidos como renegociaciones" (Morina, J. Goldwaser, B, Gejo, O; 2006).
Con la reconversión de sectores de la
producción y los cambios en el modelo de producción y trabajo con el paso al
Posfordismo, crisis del Petróleo mediante, se produjeron grandes cambios en la
geografía mundial y con impactos profundos en los países de la Periferia: el
modo de implantarlo en Sudamérica fue con dictaduras. En ese marco se fueron
dando los pasos de apertura de la economía nacional bajo la impronta del
neoliberalismo, denotándose un gran proceso de concentración de capital, en
manos extranjeras y locales. Esto implicó una disminución del consumo de los
sectores mayoritarios de la población, teniendo en cuenta el gran porcentaje de
población que cayó en su nivel de ingresos, encontrándose esta antigua "clase
media" bajo un proceso de fragmentación muy profundo, denotándose este
efecto como un proceso desde 1975 en
adelante, profundizado en 1991 y con un nuevo re- impacto luego de la crisis de
la Argentina en diciembre de 2001 y verano 2002. "El deterioro padecido por
sectores cada vez más amplios de la población, es consecuencia directa de las
sucesivas rondas de ajustes aplicados en razón de los requerimientos del FMI en
asociación con el poder económico de los consorcios empresariales nacionales y
extranjeros que prohijaron la última dictadura y que han acrecentado sus
prebendas desde el regreso de las instituciones de la democracia formal (Morina,
J, Goldwaser, B, Gejo, O; op cit).
Estas consecuencias tienen un impacto
negativo en la actividad turística marplatense, además de tener un impacto
negativo en la población en general, dado que la oferta de servicios turísticos
estuvo orientada a este sector perjudicado ampliamente por estas políticas. El
gasto en servicios como el turismo se vio lógicamente perjudicado,
convirtiéndose en uso exclusivo del sector con mayor poder adquisitivo.
"La reestructuración
económica afectó al mercado de trabajo en términos de una significativa
expansión del desempleo y una sensible caída de los salarios. El desempleo
creció más de 350 % desde mediados de la década de 1970 hasta 2001 inclusive. En
cuanto a los salarios, si consideramos una base 100 en 1975, en 2001 el promedio
salarial sería 38, implicando una caída del 62 % en términos reales"
(Morina, J, Goldwaser, B,
Gejo, O, op. Cit)
El turismo exclusivo para las clases
altas en esos años se había redirigido: durante gran parte de la década del ´90
esos sectores dirigieron su consumo de espacios turísticos hacia los sitios más
selectos de Mar del Plata y la costa atlántica bonaerense (se denota la
aparición como enclaves del nuevo estereotipo a Cariló y Pinamar). Pero hubo una
gran apertura hacia otros destinos como Punta del Este, sectores del sudeste
atlántico de Brasil, el Caribe o Miami en Estados Unidos. Estos sectores (vieja
aristocracia, antigua burguesía y el fenómeno de "nuevos ricos", teniendo en
cuenta la concentración de la riqueza que se dio en los primeros años de los
noventa) son los que se vieron beneficiados por la política cambiaria
establecida por la Ley de Convertibilidad dictada en 1991 y que a largo plazo
significaría la entrada de Argentina en su peor crisis socio- económica, así
como también político- institucional, con la caída de un presidente y su equipo
de gobierno (De la Rúa) y una gran represión con escenario central en la Plaza
de Mayo de la ciudad de Buenos Aires. (Ver Ordoqui, 2004).
Con la devaluación de la moneda ocurrida
en enero de 2002 realizada por el senador convertido en presidente, Eduardo
Duhalde y la Asamblea Legislativa que "convalidaba una rebaja del 63 % de los niveles salariales"
(Morina, J, Goldwaser, B,
Gejo, O, op. Cit) los destinos que eran elegidos lejos de Mar del Plata tuvieron
que ser prácticamente eliminados. Se había caído el "primer mundo de cartón"
fabricado social y culturalmente bajo la creciente frivolización de la sociedad
argentina y las implicancias culturales fuertemente denotadas por los cambios
que se habían dado en sus componentes (desde la educación formal, la influencia
de los medios masivos de comunicación y el fin de la familia tradicional). Estos
sectores que vieron como se les cerraban las puertas de los espacios de ocio del
¿primer mundo? tuvieron que elegir nuevamente a Mar del Plata como lugar
vacacional. Muchos de los productores turísticos tuvieron que redirigir sus
inversiones a sitios como nuestra ciudad (ver Ordoqui, 2003) en el marco de un
país signado por una fuerte desocupación de su fuerza de trabajo, con
porcentajes muy grandes de población bajo la línea de pobreza e indigencia, con
sus economías regionales desarticuladas y con producciones de enclave, pero con
cambios en el modelo luego del fin de la Convertibilidad peso- dólar, que
permitió un boom de exportaciones de materias primas, seguido de un superávit
fiscal logrado por el Estado, con un fuerte crecimiento del consumo en las
principales ciudades por la aparente recuperación de ciertos sectores medios y
por la mayor concentración de la riqueza también dada luego de 2002, dinamizando
actividades como el turismo interno, sumado a una mayor presencia de extranjeros
beneficiados por el situación cambiaria de las monedas, vertebrado
principalmente en puntos como la ciudad de Buenos Aires, el eje lacustre
Bariloche- San Martín de los Andes, El Calafate, Cataratas del Iguazú y Mar del
Plata y el resto de los balnearios de la costa atlántica bonaerense.
Implicancias del paso de balnearios a
paradores:
Luego de la salida cambiaria
devaluatoria del verano 2002, el empresariado dinamizador del turismo de playa
tuvo que re- configurar muchas de sus estrategias adoptadas en la explotación de
los espacios de playa. La concepción tradicional del balneario con su espacio de
carpas y de arena para sus veraneantes, restaurantes, comercios, etc; fue
cambiando durante los últimos año de la década de 1990 y los primeros años del
Siglo XXI. La unificación de capitales provenientes de diversos eslabones
comerciales surgió como motor de trabajo en las playas y la figura de los
paradores fue creciendo lentamente. El sector privado ha sido el dinamizador de
estos espacios de playa, recordando la posesión privada de las mismas. Las arcas
estatales no poseen entradas por la explotación de estas, solamente ha dejado
denotado que actividades y proyectos pueden establecerse allí mediante la Ley
Provincial 8912 y el Código de Ordenamiento Territorial del Partido de General
Pueyrredón. (Ver Ordoqui, 2004)
La nueva estrategia comercial se vino
implementando a lo largo de la década del ´90, pero su crecimiento fue avanzando
desde la temporada 2002- 2003 en adelante. Las empresas que se unieron fueron
variadas: los dueños y concesionarios de los balnearios, ahora
denominados "Paradores", aunque aún
sobreviven y conviven en el mismo espacio de playa algunos balnearios en la zona
de estudio que mantienen la estructura de balneario tradicional, otorgan
concesiones en sus playas a radios FM pertenecientes a grandes grupos económicos
nacionales e internacionales, a marcas de bebidas (desde aguas a gaseosas,
cervezas, champagne, vinos, energizantes, etc.), marcas de ropa informal y
deportiva, telefonía celular, servidores de Internet, etc. (ver Ordoqui, 2002).
El sistema se basa en que los dueños de
los espacios de playa de la mano de Playas del Faro Sociedad Anónima, alquilan
los espacios de ocio a concesionarios. La empresa ve su ganancia reflejada en la
renta del alquiler a quienes alquilan las arenas durante la temporada. Esta
producción de espacios de ocio en la playa por parte de la empresa Playas del
Faro S. A parte de que "el
beneficio de la apropiación del territorio para una función de tiempo libre, se
asemeja al concepto marxista de renta, considerada como una forma de ganancia
que no se origina en la explotación del trabajador por extracción de plusvalía,
sino por el hecho de poseer el suelo... la "renta turística" debe ser pagada al
dueño tanto por el consumidor del espacio como por el inversor en el sitio"
(Daniel Hiernaux, 1989). Los beneficios económicos son muy fuertes tanto para quienes
poseen las playas, tanto dentro de la modalidad balnearia como paradores, la
reconversión de las playas reasegura el éxito para ellos, así como también para
los inversores debido a la masividad selectiva planificada.
Una parte importante de este éxito se
debe al paso de balnearios a paradores: Durante más de veinte años, las playas
del sur fueron promocionadas por sus concesionarios y su éxito momentáneo se
basaba en estar en un espacio de playa en mayor contacto con la "naturaleza" por
la presencia de los grandes médanos, sectores de bosques, además de ofrecer
"tranquilidad" para sus veraneantes al estar tan alejadas de la urbe y de sus
masificadas playas. Se denota un cambio sustancial en el modo en que se pone a
la producción el espacio de playa, impulsado por los mismos factores de la
producción del espacio urbano. El traspaso de actividades, formas sociales y
normas de sociabilidad desde la ciudad a la playa así lo define, entendiendo a
la producción de espacio como "al proceso mediante el cual los actores sociales de la ciudad
incorporan a esta nuevas fracciones de tierra y/ o crean o modifican las
condiciones de habitabilidad en el suelo urbano preexistente"
(Mantobani, 2004). Lo que
ocurre en las playas tiene su punto de contacto con "lo urbano", no solo por el
traslado de prácticas sociales de la vida urbana a las arenas, sin también
porque las playas han sido puestas a la producción en un momento como playas
exclusivas y promovidas desde el marketing por ese mayor contacto con variables
"naturales". Esta idea fue mutando a lo largo de los noventa, encontrándose ya
en los primeros años del Siglo XXI la convivencia de dos modelos de producción
de las playas dada la coexistencia de balnearios y paradores, pero con la
tendencia creciente de configuración bajo la idea de estos últimos y con
perspectivas de hegemonía sobre las arenas sureñas.
La mutación de la configuración de esta
franja de playas fue tomando forma en los últimos años de los noventa y sigue
una tendencia extensiva en los primeros años del Siglo XXI. Las mismas arenas
que poseían pocos veraneantes y en su gran mayoría de clase alta que alcanzaban
allí la exclusividad de tener su espacio de playa propio alejado de las masas,
se fueron transformando en un sector de playas con características muy
distintas. La inserción de la modalidad "parador" cambió la escena que se
componía en los veranos en las exclusivas playas privadas. En los paradores se
encuentran una densidad y estilo de servicios que se asemejan a los de los
epicentros urbanos de Mar del Plata ligados a la actividad comercial y de la
nocturnidad y las diversiones propias de la ciudad. Otra característica de
importancia es la postura que toma el visitante hacia el espacio de playa. Desde
que se montó la estructura balnearia en Mar del Plata a fines del Siglo XIX, el
veraneo frente al mar de las clases altas, entre la década del ´30 y ´40 del
Siglo XX, el motivo central de la visita por los turistas era ya una ciudad
turística, un balneario de masas.
Postmodernidad: cambios y continuidades:
En estos nuevos tiempos, la costumbre
parece ser otra: la gran mayoría de las personas se encuentran de espaldas al
mar, porque el escenario ya no está frente al mar como lo estaban los
balnearios; los paradores se tornaron el centro de la escena en la playa; los
visitantes clavan sus miradas hacia el interior del espacio de playa, hacia la
contemplación de la persona y de lo construido y materializado y no de la playa;
abrigar la seguridad de estar en el lugar donde hay que estar, el lugar "de
onda". Los paradores cuentan con todas las herramientas para captar la atención
a través de sus grandes emprendimientos, como los recitales de las figuras más
importantes de la música rock nacional; de la mano de que la gran mayoría de
quienes visitan el parador en las fechas de los conciertos suele ser una clase
media joven que consume rock y obviamente, consume parador, que se encuentran
signados por nuevos patrones culturales ligados a la "postmodernidad". La
constante mutación y la supuesta sofisticación de los consumos y de las propias
personas parecen ser ejes de importancia en estas playas y veraneantes
postmodernos.
Las implicancias de la postmodernidad
que se demarcan en el estado actual de la sociedad son aquellas que vislumbran
transformaciones profundas en los principales sitios de construcción de los
lazos sociales característicos de la sociedad moderna: la familia, la escuela
y el trabajo. "El postmodernismo presenta una nueva manera de
plantear y de entender dicha cuestión a través de una reformulación de la
naturaleza del lazo social bajo la "condición" postmoderna"
(Mantobani, op. Cit). Las
nuevas formas de sociabilidad asignadas al postmodernismo atraviesan todos los
espacios de construcción de lazos sociales entre los individuos, incluyendo los
ámbitos de diversión, de nocturnidad y por supuesto a los espacios de playa,
teniendo a los paradores como emergentes mismos de sus características
centrales.
Estos cambios no deben ser entendidos
simplemente como nuevos comportamientos culturales y sociales de la población,
sino que estos mismos se correlacionan con los cambios que principalmente se han
dado en lo económico y en lo político en todo el mundo. "La sociedad está en crisis (la crisis por la que
atraviesa el capitalismo y sus dispositivos de legitimación) y la ciudad
experimenta las transformaciones o las distorsiones por las que atraviesa la
sociedad urbana global y capitalista" (Mantobani, op. Cit). Si los cambios se dan en la ciudad, las
playas de una urbe como Mar del Plata no serán indistintas con los nuevos
parámetros. La postmodernidad atraviesa los ámbitos culturales y los lugares de
generación de lazos provocando nuevas dinámicas en los grupos humanos, dinámicas
mundiales que también se impregnan en lo político: la vuelta de la hegemonía de
las ideas liberales, ahora bajo el nombre de neoliberalismo; configurándose
estos vectores en la nueva fase que atraviesa el Capitalismo bajo el nombre de
"Globalización" o "Sistema Capitalista Global".
Los ámbitos de sociabilidad han tomado
nuevas características y las playas no han sido ajenas al cambio, si han mutado
espacios de sociabilidad ligados a la lógica del trabajo y de la educación,
obviamente que los espacios ligados al ocio iban a sentir las alteraciones. Y
los paradores son el escenario "postmo" donde se denotan con mayor claridad los
vectores de cambio. "El
"descubrimiento" de la playa fue el primer ejemplo de valorización diferencial
del espacio relacionado con el veraneo frente al mar… cada espacio que se
valorizaba se convertía en un nuevo escenario de sociabilidad (como las playas)
o era dotado de soportes materiales que lo complementaban y facilitaban su
apropiación y consumo (como las ramblas y balnearios) dando lugar a las
correspondientes prácticas de sociabilidad" (Mantobani, 2004). En las décadas pasadas comenzó a cambiar la
importancia que se lo otorga a los soportes materiales que se presentan en una
playa, vislumbrado en un consumo acelerado, factor característico del
empobrecimiento cultural sobre todo de las clases medias del turismo masivo. Los
soportes materiales se han transformado en el nuevo escenario central de la
sociabilidad en los espacios de playa y la tendencia creciente de los paradores
sobre los balnearios genera una contradicción de importancia: Las playas sureñas
de Mar del Plata son las que presentan la mayor dotación de variables
"naturales", pero su pertenencia al sector privado sumado a las nuevas lógicas
de consumo de los espacios de ocio, las convierten en la franja de playas donde
se presentan en mayor grado las nuevas pautas culturales y de sociabilidad de
los espacios de playa.
Masividades selectivas y masividades
segregadas:
Aquellas playas tiempo atrás eran
promocionadas por la exclusividad que presentaban y por la tranquilidad que iba
a poder disfrutar el veraneante eran claramente un escenario de exclusividad.
Este factor ha mutado desde la presencia de los paradores en esas arenas, donde
gran parte de su éxito se mantiene en el acceso al lugar durante los días de
playa y los grandes eventos que allí se organizan de grandes grupos
poblacionales, diferenciado entre quienes acceden no sólo al parador y al
consumo en el mismo sino también al balneario y entre quienes acceden a pie y
viajan desde el centro de la ciudad en líneas de transporte público y consumen
parcialmente el parador para presenciar de los eventos y también de la belleza
paisajística de estas playas. Se denota muy fuertemente la presencia de una
masividad selectiva, ya que se promueve el acceso de grandes grupos a la playa,
pero no son todos quienes pueden sentirse identificados con este nuevo concepto.
Esos grupos masivos elegidos selectivamente están compuestos por grupos de alto
poder adquisitivo, personajes del espectáculo y el gran grupo de jóvenes de
clase media o de una "nueva" clase media, que son quienes transforman a estas
playas definitivamente en un escenario de masividad selectiva, que contrasta muy
fuertemente con otras playas que funcionan también como escenarios de una
masividad segregada compuesta en las playas céntricas por las clases populares y
una clase media empobrecida, quienes han sido las grandes víctimas de las
políticas aplicadas en la Argentina en los últimos treinta años.
Desde la década del ´70 hasta la
actualidad se incorporan nuevas prácticas, se produce un proceso de quiebre:
surge un nuevo turismo dentro de una sociedad post- industrial. Las diversiones
urbanas y el crecimiento de la nocturnidad en la ciudad impactarán sobre las
prácticas sociales de los turistas y los locales. Pero esto no ocurrió nada más
que en "La ciudad feliz" sino que son vectores que van introduciéndose en gran
parte de las ciudades balnearias del mundo y con similitudes en su impacto en
los principales sitios dedicados a un turismo de playa masivo: Acapulco en
México, Río de Janeiro en Brasil y Mar del Plata en Argentina, con
características muy distintas dadas por algunas determinantes geográficas y por
cuestiones propias de su formación espacial y social. "En los años cuarenta, México entró en la era del
turismo masivo, justo cuando éste se basaba en la existencia y disfrute del
binomio sol- playa, ascendido, decenios después, a trinomio (sol, playa, sexo)"
(Sánchez Crispín, 2005).
El paso
del binomio a trinomio se dio también
aquí, aunque en Acapulco por la determinante geográfica dada la cercanía a los
Estados Unidos que provoca una presencia muy fuerte de turismo extranjero. En
los últimos años se podría hablar de la incorporación de nuevos factores al
trinomio que serían las drogas y el alcohol.
En Argentina en los últimos treinta años
se ha observado el derrumbe de su clase media, gran protagonista del fenómeno
del turismo de masas, y esto tuvo sus repercusiones en lo económico sobre una
ciudad turística como Mar del Plata, pero los cambios también se observan en los
cambios en comportamientos sociales y la adopción de nuevas costumbres y hábitos
culturales, adoptados también por sectores poblaciones que crecieron
económicamente bajo la idea de "nuevos ricos" o el surgimiento de una nueva
clase media, vertebrada culturalmente por los nuevos parámetros signados por la
cuestión posmoderna. Estos sectores no son un fenómeno nacional sino que tiene
su correlato muy fuerte con otros espacios turísticos de América Latina y del
mundo. "El mundo cambia
rápidamente, se diversifica pero a la vez se homogeniza, un doble juego de
libertad y miedo maneja a los consumidores y los encamina hacia el consumo
controlado por un sistema común de alojamientos, de alimentos, de servicios
diversos, pero todos basados en franquicias, esas marcas para ciegos consumistas
que no tienen el referente cultural que los incita a conocer nuevas
experiencias… una nueva clase media de muy bajo nivel cultural se apropia del
mundo de la masividad...." (Dachary, A; Arnaiz Burne, S; 2006).
Estos factores son
importantes en las grandes sociedades de consumo como la estadounidense y la
europea, pero sin duda se encuentran presentes dentro de las distintas
geografías que ofrecen las grandes ciudades y espacios turísticos de la
periferia y definitivamente Mar del Plata no es ajena a estas problemáticas.
Descripción y ubicación de los
paradores:
Los casos encontrados en la zona de
estudio son (nombrados en su aparición Norte- Sur de sus accesos sobre la ruta
11) Horizonte del Sol, Arena Beach, La Morocha, La Reserva, Mirador 9, La
Caseta, Abracadabra, El Taino, Piedra Marina, Playa Peralta Ramos, Aguamarina,
Parador Coca Cola, El Chiringo, La Restinga y Tamarindo. El nuevo modelo de
explotación de las playas se manifiesta muy fuerte en el nuevo parador Arena
Beach donde desde la temporada 2007 funcionan los paradores de la FM Rock &
Pop Beach y FM La Metro y donde se desarrollan los eventos y recitales más
masivos del verano con recitales con figuras del rock como Gustavo Cerati,
Catupecu Machu y Divididos. Entre las temporadas 98/ 99 y verano 2006, Rock
& Pop Beach había mantenido su parador en Playa La Serena en "Tamarindo"
siempre contando con el soporte de la estructura de Rock & Pop Buenos Aires
(en manos de un grupo empresarial mexicano) y de las marcas auspiciantes,
mientras que FM La Metro (dedicada a la música dance) estaba instalada en el
Parador "La Restinga", a pocos metros de Tamarindo.
El Parador La Morocha fue este verano el
escenario de la fiesta de música electrónica más importante de la costa
bonaerense, organizado por la empresa de telefonía celular Nokia y que se viene
realizando desde el verano 2005, al mismo tiempo que Coca Cola decidió montar su
propio parador luego de trabajar en conjunto con otras empresas en "La Caseta",
parador donde también se encuentran vinculados en la organización del lugar
empresas como el Grupo Ser, Movicom, Quilmes, Manolo, O2, etc. En "El Taino" se
desarrolló en la temporada 2003- 2004 el parador de Sprite y del canal musical
Much Music (de capitales canadienses). Además en la zona también operó el Mega
Parador, regenteado por la FM Mega y asociado con marcas como Quilmes y Levis,
por ejemplo.
Estos diversos espacios de ocio
mantienen una característica en común: todos se encuentran concentrados sobre la
zona del Paseo Costanero Sud Arturo Illia, que se encuentra más densamente
forestado y donde la erosión y el creciente paso de zona de playas a acantilados
es mucho menor o prácticamente imperceptible por el común denominador de la
población. El proyecto idealizado por los gobernantes conservadores en la década
del ´30 encontró luego su concreción a lo largo de la década del ´90 pero recién
en el verano de 2002 se consagró como el nuevo enclave de playa de Mar del
Plata.
Aguas sofisticadas en las playas del
sur:
Desde la temporada 2005 han comenzado a
hacer pie en las playas del sur los paradores temáticos y tienen perspectivas de
expansión para los próximos veranos. Los más destacados han sido aquellos
dedicados al agua mineral embotellada y sus productos derivados como las
saborizadas o las finamente gasificadas, etc. La primera en llegar a las arenas
marplatenses se montó en el parador La Caseta, como el espacio de Agua Ser, el
primer bar de agua de la Argentina, perteneciente a la empresa Ser del grupo
económico Danone, unos de los principales capitales de aguas sofisticadas,
productos frescos y galletitas y que trabaja desde los últimos años en la
preparación de sus productos alimenticios bajo los nuevos patrones culturales de
la vida "light", "cero grasa", de la vida "Ser".
Las características de este espacio es
que allí se insertó la idea del agua como consumo gourmet y se exponen aguas de
todo el mundo y actividades dentro del parador con el agua como foco principal,
así como la ambientación y la decoración, allí el agua es el objeto no solo de
deseo sino también de adoración. "La posibilidad de descubrir que tomar agua además de
ser saludable puede ser muy placentero.
Las aguas no son todas iguales, más de 100 variedades de todo el mundo para
conocer y degustar dan prueba de esto" (Sitio Hostnews). Y el lugar que ofrece las características
para que se puedan desarrollar los paradores y bares temáticos de agua son las
playas del sur, allí se da el marco adecuado para que estas propuestas sean
efectivas, a través del consumo alimenticio de la población ligado a nuevas
pautas desde lo nutricional, con el agua como producto de uso gourmet, siguiendo
las tendencias de la "life food" y la cocina vegetariana y macrobiótica. El
espacio Ser cuenta con 260 metros cuadrados y está diseñado con decks (sitios en
los paradores diseñados para el rélax y el goce del lugar), un sitio de atención
con información acerca de más de 50 aguas de "todo el mundo", clases de yoga,
masajes orientales, una barra acuática en un yacuzzi donde se preparan tragos
realizados con las aguas sofisticadas y una pileta para que utilicen los
turistas y donde se dictan clases de "water gym".
Desde el verano 2007 apareció el segundo
parador temático de agua con el "Dasani Art Beach", perteneciente al grupo Coca
Cola y que tiene en Dasani su marca de agua sofisticada, que se ubicó en el
parador La Morocha, conocido por ser la playa que más convoca a personajes
pertenecientes a la farándula y muchos programas veraniegos transmiten desde
allí durante el verano. Este espacio no está destinado sólo al consumo de agua y
de promoción de las bondades que supuestamente implica, sino que intenta una
apuesta artística que incluye una galería abierta con exposiciones de
fotografía, arte digital, esculturas y diseño gráfico. La diferencia que ofrece
Dasani en relación a Ser es que sus productos están más destinados a la mejora
en la calidad de vida que en el consumo de agua saborizada, ya que sus aguas
contienen antioxidantes y minerales esenciales en la hidratación del cuerpo.
Estas bebidas han ganado un sitio con el boom de lo light y saludable, ganando
espacio sobre las bebidas gaseosas, las isotónicas y los jugos y se han
insertado en la Argentina desde 2002, pero su impactó creciente en las ventas
sucedió entre 2004 y 2005. Danone fue la primera a través de su empresa en el
país, Villavicencio, al introducir las aguas Ser saborizadas y luego con otra de
sus empresas como Villa del Sur y sus propias aguas sofisticadas. Coca Cola
lanzó Dasani en 2005 y el grupo Pepsi se sumó luego a través de su empresa 7Up
con su agua "H2Oh!".
Los bares de agua tuvieron su nacimiento
en París, Francia, con el Water Bar de Colette que ofrece en su carta más de 60
aguas distintas. La expansión por todo Europa se sucedió durante la última
década del Siglo XX. Nestlé tiene su propio instituto del agua, San Pellegrino
es líder en Italia, Perrier es del sur de Francia, Apollinaris en Alemania y
Highland Spring, obviamente en Escocia. Otros de los bares de agua más conocidos
del mundo son el Water Bar de Sydney y el Aqua Bar de Tokio donde hasta hay
colas para comprar un vaso de agua y ofrecen aguas de más de 20 tipos de
diferentes países y en Estados Unidos la empresa líder es Evian, que se
comercializa muy poco en nuestro país.
El Grupo Ser tiene otros proyectos
planificados en Argentina para expandir sus actividades de propagación del
consumo de agua sofisticada. "Ya hay compromisos para el proyecto de reapertura del Hotel
Villavicencio, a 50 kilómetros de la ciudad de Mendoza y que forma parte de una
reserva natural, de donde justamente, viene el agua mineral. Para dar
continuidad al fenómeno de las aguas, el hotel contará con un centro de
hidroterapias, tratamientos de salud y estética" (Sección Conexiones, Clarín Digital). Esto
clarifica que los proyectos urbanos dedicados temáticamente al agua están en
expansión en Argentina, impactando geográficamente en zonas como Mendoza y Mar
del Plata que mantienen importantes problemáticas en relación con el agua y su
acceso a los grupos poblacionales más bajos. Esta sofisticación con el uso y la
mercantilización de un recurso de vital importancia para la vida humana como
para sus actividades económicas y el impacto que tiene su manejo en cuestiones
ambientales, resulta de las nuevas modas culturales que atentan definitivamente
sobre un uso adecuado de un recurso finito como el agua, además de denotarse
como un claro traspaso de formas de consumo de los países centrales hacia la
periferia.
Consideraciones finales
La evolución de la ocupación del suelo
que se viene desarrollando en Mar del Plata desde fines del Siglo XIX hasta la
actualidad mantiene procesos urbanos profundos y diversos que marcan una
impronta sobre la geografía del lugar, desde las distintas formaciones sociales
que ha tomado la ciudad y su región, entrelazadas desde la generación de esa
conexión funcional con la zona del Río de la Plata y los primeros pasos del
balneario. Esa formación repercutió sobre los fenómenos urbanos, sociales y
económicos que se dieron en toda la región del Sudeste Bonaerense.
A mediados del Siglo XX la ciudad ya
había cambiado de la mano del turismo masivo, originando cambios en toda la
subregión bonaerense y su corredor turístico litoral, provocando cambios no sólo
en la actividad turística de playa, sino también en la dinámica interna del
turismo en la Argentina. La explotación balnearia y luego turística en Mar del
Plata se instaló diversificando y montando nuevos espacios de ocio para el
turismo de playa y en ese crecimiento de la frontera de arena se fueron
degradando los sectores céntricos, epicentro original del turismo de playa en la
Argentina, dejados para el uso de los veraneantes de las clases medias y
populares.
Se suma el factor de que la zona costera
norte (desde playa La Perla hacia el Norte) nunca fue jerarquizada hacia
proyectos exclusivos por su menor valoración visual y estética de sus
características geofísicas. Así se fueron creando nuevos espacios de playa
destinados a los sectores privilegiados y exclusivos siempre hacia el sur de la
ciudad: Playa Grande en la década del ´30 y desde la década de los ´90, los
balnearios de las playas del sur, reconvertidos a "paradores" ya en los
comienzos del Siglo XXI.
La ciudad siempre siguió su extensión
urbanizadora de playas hacia el sur, pero este crecimiento encuentra su límite
en las playas ubicadas en las postrimerías del Faro de Punta Mogotes: las playas
arenas no puede seguir creciendo más hacia el sur debido a que la propia
geografía de la costa lo evita, sumado a la preocupante erosión de las playas
ubicadas entre Playa Serena y la zona de Acantilados, factor que se da en
realidad en todo el sector litoral del Partido de General Pueyrredón.
Bajo la implementación y el proceso de
reconversión de los balnearios a paradores, se ha profundizado a la vez
relaciones sociales de la vida urbana dentro de sectores de playas no
urbanizados, produciéndose un grave contraste: las playas que antes eran
promocionadas por su mayor contacto con variables "naturales", ahora son
demandadas por el tipo de actividades "urbanas" que se realizan allí. Ese
traslado de formas modificó a las playas como escenario de sociabilidad,
vertebrado por lo "posmoderno", como la presencia de los paradores temáticos y
el traslado no solo de pautas de consumo sino hasta de espacios como los bares
de agua.
La segmentación y fragmentación de la
oferta de los espacios de playa en Mar del Plata se fueron dando como un proceso
desde mediados de la década del ´70 en íntima relación con los nuevos momentos
que estaba viviendo el país y el mundo, con la fuerte caída de las capas medias
y populares, grandes protagonistas de la Mar del Plata veraniego de gran parte
del Siglo XX. El impacto de las políticas económicas y la profundización de la
caída en lo social del país registrada durante el período del "retorno
democrático" obtuvo su producto: surgen espacios supuestamente más homogéneos
que los que caracterizaba la Modernidad, los conflictos se hacen más difusos y
las problemáticas se vuelven más profundas aún.
Surge también la dicotomía de cómo un
espacio local debe "solucionar" sus inconvenientes en relación a las
problemáticas históricas y actuales que vive el turismo de playa en un lugar
como Mar del Plata, así como sus problemas integrales y como se dirimen los
conflictos de escala nacional, sumamente permeados por el traslado de formas
desde los espacios mundiales centrales a los periféricos, ya sea bajo modelos,
pautas o requerimientos desde lo político- económico, sino también desde el
traslado de pautas culturales y de consumo que vuelven más difusos aún los
conflictos que se viven al interior de esta parte del mundo y cuando estos
procesos se vuelven más violentos.
El destino de la Argentina y Mar del
Plata y sus playas mantienen aspectos claves que promulgan un estudio combinado
de los procesos que ocurren dentro de la ciudad, en la región, en el país,
definitivamente profundizados desde la apertura a la supuesta "Globalización" de
la economías rezagadas y periféricas y cómo se ha dado localmente el crecimiento
y la aparición de nuevos espacios de playa que mantienen el mismo lazo histórico
con esas formaciones construidas en cada una de las etapas vividas por el país y
Mar del Plata, con características actuales más difusas dentro de ese nuevo
marco de homogeneización posmoderno, provocando que se deban observar estos
nuevos procesos y fenómenos de un modo realmente integral para poder observar
detrás de la bruma en el mar, en la ciudad, en la Argentina y el mundo.
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Centro de Estudios Alexander Von Humboldt. Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística. Unión Geográfica de América Latina. Buenos Aires. México.
ANEXO FOTOGRÁFICO
La franja de paradores. Vista desde
Playa La Serena hacia el norte
Ordoqui 2004.
Parador Arena Beach en la zona de
estudio en plena temporada veraniega. Verano 2007
Foto: Javier Ordoqui, enero 2007.
Vista de las playas del sur en plena
temporada. Arena Beach.
Ordoqui 2007.
Los paradores a la hora en que
los turistas emprenden la retirada, cerca del parador La Restinga.
Foto: Javier Ordoqui, enero 2006
Playas ubicadas más hacia el sur
de Playa Serena, sumamente erosionadas.
Fuente: www.mdp.com.ar. Enero
2004
Toma desde un médano donde la franja
de playa es más extensa, entre los paradores Arena Beach y La Morocha. Febrero
de 2008.
Foto: Javier Ordoqui
Anexo cartográfico
Mar del Plata. Partido de General
Pueyrredón. Fuente: Google Earth 2008.
Franja de balnearios y paradores al
sur del Faro de Punta Mogotes. Fuente: Google Earth 2008.
Otros anexos
El balneario de los doctores crotos
Los Piojos
Aia ia io pague io Aia ia io pague
Iba confiado el linyera a la playa donde ninguno se baña, sabés salud querida,
querida eminencia la diferencia esta en el jackel. Es conocida la vida de este
croto su nombre es Iseka e ignora la ley lo indemnizaron con unos porotos se
volvió loco y dice que es Baley.
Algunos dicen que era maestro otros
afirman que era doctor no hubo dinero para su genio la cretinada privatizó.
Ahora la yuta a veces lo encierra y escucha la lucha del Globo Campeón el
profesor y arquero Iseka seca su frente y renuncia al dolor.
Dale a tus ojos rojos para que baile
para que baile siempre el gran corazón... para que baile siempre el gran
corazón... para que baile siempre el gran corazón... para que baile siempre el
gran corazón...
El sol corona de espinas de oro la playa roñosa
al amanecer mira, los crotos fuman fasos rotos se ríen y toman un mate también A
veces gritan, escupen, putean, se quejan, les pegan, se dejan de joder después
se toman un vino en la arena se duermen sin pena hasta el amanecer. El croto no
es dueño del tinto que toma, de la nafta que lo lleva, ni del camión, ni del
tren, ni del pucho que se fuma, ni de la lámpara que le cuelga, ni del gas, ni
del agua, ni del querosen, ni las gallinas, las vacas, la tierra, las latas, ni
de los aviones que ve, las rutas que recorre, teléfonos que ignora, ni de las
voces en la radio, ni las noticias de ayer.
Ponencia presentada en las X Jornadas
Cuyanas La geografía frente a la
necesidad de integrar territorios y voluntades, realizadas en Mendoza, Argentina
entre el 28 y el 31 de mayo de 2008.
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