NCeHu 381/08
Bolivia Nuestra
14/9/08
Nadie espere que la clase dominante
ceda mansamente su poder político y económico. Nadie imagine que se quedarán
quietos o que no abandonarán su batalla terrorista y nazi acostumbrada. Ya nos
la mostraron en Santa Cruz y la repetirán con todos los medios de que dispongan.
Cuentan con pandillas fascistas, con sabotaje económico, con terrorismo
mediático y con intentos renovados de golpe de estado.
Están en pie la
clase obrera y los campesinos bolivianos listos para avanzar y profundizar su
proceso revolucionario que han defendido en ocasiones numerosas con una voluntad
inquebrantable de lucha contra el capitalismo, el imperialismo y el
latifundismo. No olvidemos la "guerra del agua" en Cochabamba, ni los
levantamientos de febrero y octubre de 2003, tampoco mayo-junio de 2005 ni la
elección de Evo en diciembre de 2005. La voz revolucionaria de Bolivia esta
íntegra y su mensaje es cada día más claro. Nadie dijo "perfecto" y nadie dijo
"terminado".
Una oportunidad nueva se presenta a los trabajadores
y los campesinos bolivianos para derrotar definitivamente a la clase
dominante.
Pero ya sabemos que con eso no basta. No hay
negociación posible ni reconciliación de clase que valga con las fuerzas de la
oligarquía. Toda tibieza y toda vacilación sólo sirve para envalentonar y
fortalecer a los capitalistas y confundir y desorientar al movimiento de los
trabajadores y campesinos. Hay profundizar la lucha revolucionaria y socialista
de la clase trabajadora, tomar el poder económico y político, que por seguir en
manos de la burguesía y el imperialismo constituyen la amenaza más terrible
contra el pueblo Boliviano. Hay que expropiar la tierra y nacionalizar los
bancos, las grandes industrias y ponerlos de inmediato bajo el control
democrático de los trabajadores. Hay que organizar la solidaridad mundial con la
revolución boliviana. Nacionalizar la banca, las grandes empresas, las
multinacionales y los latifundios. Todo el poder a los trabajadores y
campesinos. Ni una concesión al nazi-fascismo boliviano, aunque salgan y lloren
en la tele.
"El Evo" sabe, con la claridad de Bolivia en lucha,
que la clase saqueadora y explotadora no está dispuesta a perder sus privilegios
ni a permitir que la clase trabajadora humillada, empobrecida y golpeada
conquiste sus más justos derechos y construya una sociedad distinta al horror
capitalista. Bolivia vive un proceso revolucionario impulsado por su clase
trabajadora contra la putrefacción burguesa. Los trabajadores, campesinos y
estudiantes revolucionarios avanzan pese a muchos frenos de propios y extraños,
hacia el triunfo de su lucha revolucionaria y se disponen, cada día con más
claridad, a enterrar el capitalismo y construir el socialismo. Sin
romanticismos, sin tapujos... no sin contradicciones y lentitudes
diversas.
La burguesía, sus parásitos, manipulan mecanismos muy diversos
para la traición y el crimen, por ejemplo, el terrorismo mediático, la guerra
ideológica, la hipocresía y la demagogia. Guerra fascista financiada por
pandillas de asesinos que golpean, reprimen, humillan y asesinan a los
trabajadores para silenciarlos. Pero han fracasado, nadie ha de permitirse
abandonar el proceso revolucionario que acuna Bolivia... y nadie está dispuesto
a soportar ninguna treta de "dialogo", "reconciliación", ni foco reformista como
los que tantos tropiezos y descalabros que perjudican la continuidad y
profundización del proceso revolucionario. Basta ya cualquier tibieza, los
trabajadores, los campesinos y los estudiantes revolucionarios sabemos, y lo
debe saber bien "el Evo", que ninguna batalla se gana sin lucha, que debemos
luchar unidos contra la ofensiva reaccionaria de la oligarquía. "El Evo" sabe
que esta es hora de quitarle a la oligarquía el poder político y económico, que
es impostergable una reforma agraria radical, que no puede esperar más la
expropiación de todas las empresas que saboteen la economía, que el único camino
es la nacionalización, bajo control obrero, de los sectores estratégicos de la
economía del país. Expropiar los medios de comunicación y fortalecer los medios
alternativos y comunitarios revolucionarios. Que debemos organizarnos abierta,
conciente, democráticamente y decididamente con nuestras fuerzas propias que no
son pocas. Formemos con Evo, nuestras propias policías y ejercito
revolucionarios y multitudinarios. No esperemos a ver qué deciden ellos para
asesinarnos.