Los Hijos de Dios hacen
palidecer y enfurecer a los impíos de la Tierra.
Su reacción se reviste de
astucia y su cólera se alimenta de violencia escondida. ¡EL MAL TIENE
MIEDO!
El mal siente que el tiempo
de su fin ha llegado.
El mal y los servidores de su
arte siniestro han percibido claramente la potencia penetrante de los Hijos de
la Luz.
¡EL MAL TIENE
MIEDO!
Los impíos ya vacilan porque
el miedo del Bien, descendido desde lo alto de los Cielos, vuelve rígidas sus
rodillas, embota sus inteligencias, desorienta sus almas perversas. Sólo saben
ya reaccionar con el vituperio, la ofensa y la mofa, totalmente inútiles, porque
sus dardos diabólicos no consiguen acertar en la inmunidad de los
Justos.
¡EL MAL TIENE
MIEDO!
La Luz de la Justicia Celeste
trabaja. El mal y los seres que alimentan esta fuerza perversa, nos temen.
Nosotros lo sabemos, así como que el Bien triunfará, porque Dios así lo
quiere.
JOSÉ GARCÍA
ÁLVAREZ