JUZGAR NO ES UNA PRESUNCIÓN, SINO UN VICIO
DIABÓLICO.
Yo ofrezco y todos pueden aceptar o
rehusar.
No entra en mis costumbres imponer y respeto con
religiosidad la libertad de pensamiento, porque sé que está en el derecho de
cada hombre.
Yo me considero un Alma libre deseosa de comunicar
con otras Almas sobre nuestro plano, que han desarrollado los valores
indispensables para ser, al menos, buenas y sin prejuicios humanos. Yo deseo
autorrealizarme según la metodología que Jesucristo nos ha enseñado, para poseer
Su Paz, Su Amor y Su Justicia.
Soy un contactado y los platillos volantes, para
mi, no son sólo ingenios mecánicos. También son algo más que puedo comprender y
hacer mío. Los juicios que formulan los otros no me interesan y no me desaniman,
sino que me estimulan en la perseverancia y me hacen sentir la necesidad de ser
libre, verdaderamente libre.
Es cierto que los impíos no estarán de acuerdo ni
tampoco los escépticos, los incrédulos y los especuladores, pero esto no me
interesa, porque Ellos no tienen necesidad de la cantidad, sino de la calidad.
Los incapaces se eliminan ellos mismos.
Yo quiero la Paz, pero también la Justicia, porque
sé que sin Justicia la Paz no podrá existir jamás.
Yo he aprendido de Los que saben más que nosotros
todo lo que Ellos han querido enseñarme para que me sienta, realmente, hombre y
hermano en la Gran Verdad Cósmica. Yo estoy contra la guerra, contra la
desarmonía de la naturaleza, contra el racismo. Yo estoy contra la Ciencia sin
consciencia que quita bienestar y paz a la Humanidad. Yo estoy contra la Ciencia
sin conciencia, sí, y contra la hipocresía religiosa y política.
He ahí las enseñanzas que me han dado Esos a los
que todo el mundo llama "marcianos".
He ahí lo que soy y lo que quiero.
Un saludo cordial,
José García Álvarez