DESDE PULPÍ EN ESPAÑA
Conforme van transcurriendo los días, y
aunque algunos pretendan ignorarlo, va acrecentándose la presencia de los
llamados Ovnis y los avistamientos de naves voladoras no terrestres en todos los
lugares del mundo son cada vez más frecuentes. Pero, las actividades de
manifestación y sensibilización, lenta pero progresiva, por parte de los
Extraterrestres no tienen el fin de volver cerebralmente emotivos de entusiasmo
a la gente de este mundo, ni de proporcionar a muchos una convicción racional
sobre Su presencia real en nuestra dimensión, sino principalmente para
desarrollar y ampliar los conceptos que alimentan los valores eternos de la
hermandad universal y las virtudes espirituales, morales y científicas que
sostiene el continuo proceso evolutivo de la Creación
Divina.
La Misión de los Seres que proceden del
espacio sideral trata, sobre todo, de estimular capacidades superiores
psicofísico-espirituales y a predisponer a todos aquellos que demuestran buena
voluntad para asimilar y practicar algunas coordinaciones válidas, aptos para
desarrollar una unión sintónica con las dimensiones superiores y con las Leyes
Superiores que gobiernan la fuerza creadora en todas sus
manifestaciones.
Los Extraterrestres no están sobre la
Tierra para edificar espectáculos teatrales, ni para exhibir las capacidades de
su alta Ciencia, en contra de la creencia de aquellos que esperan
infructuosamente satisfacer su curiosidad. Se crea esto o no se crea, ello no
les impedirá realizar Su labor, ni provocar el necesario cambio de los actuales
valores cósmicos que operan negativamente en nuestro orbe con repercusiones en
nuestro Sistema Solar. El potencial negativo que se ha acumulado a través de las
nefastas y delictivas obras de la generalidad humana, han provocado desarmonías
seriamente peligrosas para la estabilidad de los elementos primordiales de la
Naturaleza y esa insensibilidad de la mayoría procurará inevitables problemas
que están en fase de desarrollo, sobre un plano extremadamente
hipercaótico.
Además de llevar a cabo lo anteriormente
expuesto, los Mentores Cósmicos tienen el preciso deber de preservar y tutelar a
todos los que, despiertos y conscientes de los valores de la fraternidad
universal y de las leyes que la gobiernan, no deben ser contagiados por el
peligroso morbo de la involución que proponen las vibraciones negativas de
demasiados seres humanos. La gran lucha está en curso y es mayor y más cruenta
que las sostenidas en el pasado. Las fuerzas de las Tinieblas, de la energía
corrompida, no son débiles, y sus partidarios son
numerosos.
Nuestro planeta está sufriendo un
progresivo flujo de energía purificante, no ciertamente útil a los espíritus
perversos, obligados a una forzada e inevitable postura. Toda cosa será renovada
y el Mal definitivamente derrotado. La batalla, repito, será dura y no estará
privada de aguijones para quienes se situen al lado del Bien, del Amor, de la
Justicia y de la Paz. Es inútil decir el destino que espera a los espíritus
bienaventurados, así como también es inútil decir el destino que tendrán los
impíos y los secuaces del Mal.
Que la Paz sea con
todos.
JOSÉ GARCÍA ÁLVAREZ