Siempre ha habido obsesos de diversos
temas, pero ahora comienzan a proliferar en la parcela de los perseguidores de
los Contactados. Estos individuos de aviesas intenciones, generalmente
derivadas de despechos y frustraciones, a los que conocéis bien,
están instalados en su poltrona de incredulidad y desparraman sus ataques
calumniosos, sin que hasta ahora nadie se haya encargado de penalizarlos,
dándoles el escarmiento que merecen. El tiempo venidero se encargará de
ello.
Con respecto a los Contactos, que los hay
muchos y auténticos, yo os invito a meditar, a evaluar los hechos y a
reflexionar para sacar las conclusiones que se imponen y para poder comprender
el real significado de la presencia Extraterrestre, esa gran y fascinante Verdad
de nuestro tiempo.
Aún si estáis en la obligación de
considerar nuevas ideas, que son difíciles de aceptar por vuestra lógica, debéis
intentarlo con fe, inteligencia y valor, si queréis descubrir, sinceramente, el
alcance de esta gran realidad que sólo puede aparecer en su contexto
real.
Vosotros disponéis de miles de hechos, al
alcance de vuestra inteligencia, que pueden ser redimensionados y estudiados con
una nueva óptica y de los cuales vuestro saber puede beneficiarse.
Personalmente, soy perfectamente consciente del malestar psicológico y mental
que impide en algunos creer en un gran acontecimiento de este tipo; sin embargo,
es cierto que no podrá impediros dominar progresivamente una Verdad tan
grande.
Ya sabéis que las grandes Verdades han sido
siempre las víctimas del escepticismo, esta negación de todo lo que escapa a la
comprensión de la inteligencia humana, particularmente cuando ésta prefiere
ceñirse a las concepciones estrechas que le impiden liberarse de las ideas
preconcebidas, ya sobrepasadas por los acontecimientos del nuevo
tiempo.
Muchos hombres, todavía viven sus propia
existencia en los límites estrechos de sus visiones terrestres, prehistóricas y
supersticiosas. Equivocados, prefieren huir la nueva era, el tiempo del nuevo
destino, por miedo de descubrir el abismo oscuro de su ignorancia y de sus
presunciones atávicas.
Pero, por suerte para la humanidad, existe
siempre una minoría de hombres y mujeres de buena voluntad, que han sentido y
sienten interiormente la Luz activa de las Verdades Eternas. A ellos les ha sido
concedido vivir la maravillosa experiencia del contacto personal con Seres de
otros mundos y han aceptado la labor ingrata de divulgarlo, teniendo que pagar
por Amor a la Verdad un precio muy alto. Pero, ellos saben que su humilde acción
hecha de duros sacrificios espirituales, morales y materiales, no será un
trabajo vano, y el tiempo les dará la recompensa que sus Almas hayan
merecido.
Yo no lo digo por presunción profética,
sino a causa de una certeza absoluta.
Un abrazo fraternal,
José García
Álvarez