En la ascensión al cielo del cuerpo de la virgen María,
madre del divino maestro Jesucristo, algunos de sus discípulos estaban
presentes. Habían sido cogidos y transportados por las "nubes" y desembarcados
ante la casa en donde vivía la madre piadosa del género humano.
¿QUÉ CREÉIS QUE ERAN LAS
NUBES?
Si os lo dijese no me creeríais, porque todavía hoy, el
velo de la ignorancia priva a muchos de ver y oír los prodigios del Espíritu
Santo. También Miguel y Gabriel, Arcángeles de la Luz, llegaron a bordo de las
"nubes"... Pero ¿eran nubes? Esto pregunto, sobre todo a los ciegos y a los
sordos. ¿Qué cosas véis en este tiempo de grandes tribulaciones? ¿Qué vieron los
niños de Fátima y los de San Sebastián de Garabandal? ¿Quién llevó de la Tierra
el batallón entero de Norfolk? Os contesto yo: "Las nubes que descendieron sobre
éste".
¿AÚN NO HABÉIS COMPRENDIDO?
Todo esto ha acaecido para que podáis comprender todo lo
que os ha sido ocultado por el Príncipe de este mundo. Pero, es verdad que todo
lo que ha estado escondido venga a la luz y sea gritado desde los tejados de las
casas. Cuanto ha sido dicho y escrito se realizará. Aquél que ha dicho: "No os
dejaré huérfanos, volveré en medio de vosotros", ya está sobre el camino de
retorno y sus Ángeles Extraterrestres preparan este gran acontecimiento.
Despertaos. Porque es verdad que la salvación vendrá del cielo. El Espíritu
Santo ha sido esparcido sobre la Tierra. La Justicia, el Amor y la Paz entre los
hombres sean vuestra meta y la esperanza de vuestros corazones.
El Hijo del Hombre vendrá sobre las nubes y con Él muchas
legiones de Ángeles, para que cuanto ha sido dicho, escrito y transmitido a la
posteridad se cumpla según la voluntad del Altísimo Regidor del Universo: DIOS.
Alegraos, pues, de lo que os anuncio y teman los espíritus perversos el severo
Juicio que será sentenciado por el Juez infalible. La salvación será fruto del
arrepentimiento y de la obediencia a los deseos del Rey del Amor.
Que la Paz reine en vuestros corazones.
José García Álvarez