Turismo cultural e
Identidades nacionales:
La Feria de
Colectividades en Córdoba
Lic Laura
Misetich
Museo de
Antropología
Universidad
Nacional de Córdoba
l
Resumen
La provincia de
Córdoba forma parte de una de las áreas del Estado Argentino de alto desarrollo
turístico vinculado tanto a sus atractivos naturales como históricos y
culturales. A escala mundial y nacional, se revela como un polo de atracción del turismo
que ofrece en sus variados paisajes urbanos y rurales,
un conjunto de diversas posibilidades de esparcimiento y ocio recreativo que la
posicionan junto a otros puntos clave del país, entre las opciones
preferenciales de los consumidores de este tipo de productos insoslayables de
nuestras sociedades.
Agentes públicos, oficiales y privados,
promocionan diversos 'bienes' -en un sentido no meramente económico del
término- que forman parte de lo que
se clasifica como un turismo recreativo, de aventura o cultural. En este
sentido, el llamado turismo cultural
enmarca un calendario
anual de actividades, lugares y
fechas que son identificados como 'fiestas', 'encuentros' o 'ferias' realizados
tanto en los períodos vacacionales -invernales y estivales- como durante el año,
consagrando una serie de fechas ya tradicionalmente instituídas.
en este trabajo abordo el análisis de la
denominada Ferias de las Colectividades en Córdoba, un mercado, plaza y espacio
de socialización de identidades
nacionales en el contexto del estado-nación argentino contemporáneo. Las ferias
de las colectividades en Córdoba
Capital es realizada en los períodos de las vacaciones, de invierno (en julio). La realización de este evento organizado
desde los años '70, moviliza un
sinnúmero de recursos materiales y humanos, tanto gubernamentales -provincial y
municipio- como no gubernamentales -las
asociaciones de inmigrantes nucleadas en la Unión de Colectividades de
Inmigrantes de Córdoba, dando
cuenta su continuidad, de la relevancia atribuido al mismo tanto por productores
como por consumidores
Nos
interesa analizar cómo se ponen en juego y articulan, culturas nacionales,
memoria colectiva y políticas turísticas en un territorio material y simbólico
que recrean, memorias e identidades colectivas, a la vez que revelan los alcances y
tensiones entre lo local y lo
global en cuanto a posibilidades de reconocimiento y diferenciación desde
ciertos rasgos 'culturales'.
Se aspira a contribuir
a repensar los alcances y límites de las políticas
gubernamentales respecto a las identidades de minorías nacionales encuadrados
como 'turismo cultural'. De este modo, reflexionar sobre los contextos y
procesos locales a la luz del análisis de disposiciones vigentes y/o necesarios
que propicien el desarrollo de programas económicos y culturales respecto
al patrimonio cultural de grupos y
minorías étnicos nacionales en un contexto contemporáneo signado por
luchas y conflictos de bases
identitarias y culturales.
Introducción
Se puede referenciar
Córdoba desde un vasto espectro de representaciones, algunas de las cuales
sobrepasan los límites de su territorio y
del Estado Argentino, y que visibilizan y combinan, rasgos relativos a
sus recursos, población, historia y
cultura. Tal es el caso de La Manzana de las Luces y Las Estancias Jesuitas -
declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, la Universidad
Nacional de Córdoba, los hitos desde los cuales se dan cuenta de
transformaciones políticas y sociales de alta densidad, como la Reforma
Universitaria o el Cordobazo, los mitos universales y globales que como 'el Che
Guevara'.
Es, desde un punto de vista geográfico e
histórico, un espacio de articulación regional del Atlántico y el Pacífico, del norte y
el sur del país, un ambiente 'amigable' -como suele ser clasificada-, un área
tradicionalmente agro-exportadora e industrial, polo de desarrollo traducido en
su infraestructura y la atracción
de mano de obra de migrantes extranjeros -limítrofes y de ultramar- a sus
tierras, lo cual delineó los contornos singulares de su sociedad moderna. Una provincia mediterránea que
observada a grandes escalas físicas y simbólicas, está inserta en la periferia de un mundo
pretendidamente más global, lo cual junto a otros aspectos mencionados y
omitidos, conforman "nuestra
identidad mediterránea" contemporánea.
Como C. Buchrunker advierte, la identidad, en referencia a la identidad nacional
argentina, se puede definir como la idea
que alguien tiene de sí mismo caracterizándola como una triple conciencia de pertenencia:
pertenencia a una unidad socio-cultural, a un espacio geográfico asociado a
dicho conjunto, a un pasado histórico que no sólo explica el surgimiento de las
otras dos, sino que también se encuentra cargado de valores, los cuales
constituirían un entramado de representaciones y lealtades compartidas que
identificarían la Nación (1994: 311-312).
Las pertenencias
y formas de exclusión/inclusión social son siempre construcciones
socio-históricas. Los inmigrantes
arribados al país en diferentes contextos, produjeron diversas redes sociales y
formas de institucionalización que dan cuenta de estas identidades que crearon
un mosaico de culturas con mayores o menores grados de pemeabilidad e
integración. El arribo a nuestro país de millones de inmigrantes -casi tres
millones y medio que se asentaron definitivamente- constituye uno de los aspectos
sobresalientes de las políticas del estado-nación como lo entendieron los
sectores hegemónicos de Argentina en el contexto de la modernidad mundial del
siglo XIX. La "aluvionalidad" del fenómeno migratorio - en el
sentido dado por J. L Romero, impactó
de diversas maneras y en diferentes dimensiones y escalas los procesos sociales
argentinos. En Córdoba como en el resto de la región central/pampa húmeda, el
fenómeno migratorio de más de un siglo, plasmó especificidades locales tanto el
ámbito rural como urbano.. Una de las
formas de organización que mayor visibilidad lo constituyen las
denominadas asociaciones de inmigrantes,
núcleo de una comunidad vinculada a partir de lazos morales y acciones
colectivas definida por su pertenencia a un origen etnonacional. .
En el seno de estas
asociaciones, una memoria
colectiva -oficializada y legitimada - es
trasmitida y gerenciada a través de diversos canales y modos para procurar
la conservación y transmisión de
esa cultura "transnacional" entendida como propia y heredada a través de lazos
primordiales. yo soy argentino porque
nací acá , pero también italiano, por mi abuelo. Ius sanguinis y ius soldis,
viejas claves para disputar ciudadanías, se yuxtaponen si producir quiebres sino
flexibilizando las posibilidades de identificación, de identidades adscriptivas
y atribuidas.
Las colectividades se constituyen
en los portavoces
públicos y guardianas comunitarias de un pasado y una cultura que aspira
conservarse y trasmitirse entre los inmigrantes y sus descendientes; la misma se
hace pública y visible en la sociedad argentina a través de ciertas prácticas
comunes: participación en los eventos públicos - día del inmigrante, fiestas
patrias argentina, ferias y fiestas locales, regionales, y
nacionales.
En este sentido,
se sigue las afirmaciones de M. Rotman, Paradójicamente, en un contexto globalizado,
donde los países se homogeneizan (hacia al exterior) pero se fragmentan (hacia
el interior), tienen lugar y se han revitalizado en nuestro país fenómenos
culturales que plantean la reivindicación de una "identidad nacional". Nos
referimos concretamente a Ferias y fiestas o eventos de carácter periódico
organizados desde el Estado. Dichos fenómenos culturales se fundan en la
recuperación/ recreación de tal "identidad nacional.
En estas prácticas, la identidad colectiva e individual centrada en
la transmisión de tradiciones vehiculizarían - yuxtaponiendo y contraponiendo-
diversas representaciones a partir de lo
típico y lo artesanal (cfr. M. Rotman, 2001), lo exótico/local, lo
extranjero/nativo, inmigrante/argentino, cultura foráneas/cultura nacional. En este sentido, "lo nacional" -inter e
intra- se presenta institucionalizado como patrimonio cultural, vertebrador de
políticas de Estado en relación a la Cultura. Cada verano, cada invierno, se ritualizan ciertas tradiciones
selectivas (B. Stoeltje, 2000).
Unas tradiciones
entre otras se presentan en las Ferias de Colectividades, una práctica
recurrente observable en diversas
localidades y provincias del
país como fuera de él., formando
parte de programas turísticos, económicos, culturales. Las mismas, son
programadas con regularidad por lo gobiernos (municipales y/o provinciales) y
entidades civiles que confluyen, desde distintas experiencias e intereses, en
proyectos comunes -agendados y organizados
anualmente- en torno a las identidades, la cultura, la tradición. De este modo, se
territorializa, tanto material
-espacio físico y social- como simbólicamente, las marcas de una memoria
colectiva ligada a la inmigración.
En el caso
cordobés, estas "ferias", "encuentros", "fiestas" son presentadas al público en
general y promocionadas tanto por los gobiernos como por las asociaciones que
representan a los inmigrantes. Así,
se producen, ponen en circulación, difunden y "venden" bienes ligados a un "origen"
vinculado a una minoría cultural. En este sentido, la identidad nacional
portada, se constituye en un "objeto de consumo" (M. Rotman,1996:177) que
revelan una herencia migratoria, extranjera, exótica por partida doble: por una
parte, respecto a otras culturas nacionales/colectividades.
Por otra, en relación a una
identidad "autóctona y
nacional".
Los discursos públicos
encuadran estas "fiestas" en el paradigma del "crisol de razas argentino", desde
donde se referencia al inmigrante y por ende, a las colectividades, como "hacedoras" del
progreso, el desarrollo económico, de la argentinidad, un "tipo argentino"
entendido como producto de la fusión de razas y culturas, y en la memoria
colectiva de la nación argentina y su historia oficial. A la vez, se
disipó, silenció o manipuló, la heterogeneidad de la población, su
diversidad étnica, las estrategias y modos de aglutinación de las minorías
nacionales ligadas a identidades y culturas transnacionales.
A partir de la etnografía realizada en la ciudad de Córdoba de Feria de las colectividades y del análisis de documentos audiovisuales
y gráficos
se dará cuenta en este trabajo de
eventos que
cruzan prácticas y representaciones sociales de diversos agentes sociales. En estos
eventos donde se producen y circulan bienes, se condensan y trasmiten ciertas ideas, imágenes, sentidos a
través de actividades y objetos que vehiculizan y reproducen sentidos de
pertenencia con los cuales poder o no, identificarse. Así, se entiende que la "ferialización" de
bienes culturales no puede ser comprendido fuera de un proceso social más amplio
y en articulación con distintos planos.
Inmigración y turismo
cultural
En la provincia
de Córdoba distintas localidades del interior, así
como en la capital, promocionan eventos con fines turísticos y de desarrollo
regional, tal como las Fiestas de
la Cerveza, del Chocolate Alpino, de la Masa Vienesa, todas relacionadas a un
origen alemán y realizadas en Villa General Belgrano. En el
caso de otras fiestas, como la de Comida Típica Caroyense" (localidad de Colonia
Caroya), la Fiesta de la Vendimia (Colonia Caroya), del Salame Casero (localidades de
Oncativo y Colonia Caroya), etc se vinculan a productos y tradiciones
gastronómicas, en este caso,
italianas. Estas
prácticas extendidas en la actualidad entre comunidades locales y nacionales,
presenta un itinerario que centrarían en la gastronomía una cierta "tipicidad"
para distinguir ciertos bienes en relación a su origen y a tradiciones
vinculadas una cultura nacional o nacional/regional
particular.
Publicitadas por gobierno provincial y las
municipalidades o comunas locales, los agentes involucrados procuran atraer el público hacia el
consumo de estos productos revestidos de "identidad", una identidad a la vez
local y transnacional como así también nacional y regional. Esto puede observarse
también en la feria de colectividades de la ciudad de Córdoba, en la cual se
incorporan productores regionales provinciales que ofertan ciertos bienes
incorporados a la feria y promocionados por su "autenticidad" y "tradición
vinculadas a la conservación y transmisión de modos de hacer legados
por los inmigrantes. Tal es el caso
del "salame" este tipo de alimento tiene sus fiestas tanto en Oncativo como en
Colonia Caroya , las
cuales rivalizan por la "tradición"
en la elaboración, el cual es preparado según recetas traídas por primeros
migrantes italianos arribados a esas zonas, el sur y el norte respectivamente,
desde regiones diferentes de Italia a Córdoba. Hoy los productos se procesan en
frigoríficos, mas continúan siendo etiquetados como artesanales.
Las denominadas Ferias de Colectividades -realizadas en
Córdoba capital y en la ciudad de Alta Gracias, constituyen mercados y
plazas, donde convergen y se
tensionan, exhiben, intercambian y consumen, bienes de valor material y simbólico que conforman
un conglomerado de posibilidades de identificaciones; pertenencias y sentidos se
sustentan en tradiciones que se reactualizan con aspirada atemporalidad por
parte de diversos grupos -miembros de las colectividades, agentes del Estado
provincial y municipales, así como los medios de comunicación (con alcance
provincial y nacional) que privilegian su información y difusión. Así se
remarcan su relevancia por un lado, como fenómeno turístico y económico, y por otro, como legado cultural y
evento tradicional para la sociedad.
En este
sentido, como señala Dolores Comas d' Árgemis: La cultura sólo puede entenderse en su
relación con procesos económicos, políticos y sociales de carácter más
amplio. Esto no niega la
especificidad de cada cultura, pero sí niega que las culturas sean entidades
delimitables o totalidades independientes. Lo relevante es su conexión, su
articulación, suele decirse, con procesos históricos que no son particulares,
sino globales, que no son de corto alcance, sino de larga duración (....)
Esta orientación integra la identidad
como un elemento constitutivo en la definición de la cultura. Y es que los
rasgos que definen una cultura no son separables de la manera en que son
seleccionados por los miembros de un grupo como factores de diferenciación
respecto a otros grupos, y por tanto, de especificidad. (1998: 36).
Desde
esta perspectiva es que se analizan estos eventos públicos, en tanto productos
culturales articulados a procesos históricos de este país, en los cuales el
papel de la inmigración es insoslayable. Por eso, forman parte del conjunto de
prácticas y representaciones a partir de los cuales unos grupos humanos se
identifican entre otros como "naciones".
Estas
entidades construidas temporalmente, dinámicas, sometidas a cambios, ligadas a
tradiciones, se comprenden a partir del reconocimiento de los agentes que
producen y legitiman una versiones de la nación por sobre otras, produciendo
memorias colectivas que encuadran otras memorias posibles tras esta oficial y
legítima. Esto productores de memorias
producen y ponen en circulación este tipo de bienes de carácter
simbólico, promocionan y "venden" objetos que poseen un valor agregado en tanto
posibilita al "consumidor" -a
través del plus que porta como "rasgo de cultura"- la articulación,
contraposición y/o yuxtaposición, de diversas posibilidades de identificación
social en el marco de un determinado Estado- Nación. De este modo, en estos escenarios sociales se
evidenciarían flujos y dinámicas podríamos decir, globales, como lo son las
transnacionalizaciones culturales, los fenómenos diaspóricos, las nuevas
fronteras culturales e identidades que se visibilizan en el contexto
contemporáneo.
En
este sentido, los límites y posibilidades de clasificación de "lo nacional" y
las formas de memorias al interior de los actuales Estado-nación -donde se
producen y reproducen identificaciones-,
revelan un entramado y
complejidad de lo social apenas vislumbrado tras el slogan homogeneizador
de la fusión/crisol de razas.
En Córdoba, el
impacto de la inmigración tradujo la aceleración y continuidad de cambios y
transformaciones demográficas, económicas, políticas, vinculadas a la expansión
del sector agrícola ganadero como al desarrollo industrial por años ´30. La
proliferación de vías férreas, caminos, diques y embalses, traducen la
transformación estructural de vastas áreas rurales y urbanas que dieron cabida a
los miles de inmigrantes y migrantes internos en el país. Su asentamiento y las
organizaciones devenidas, configuraron un escenario en el cual italianos,
españoles, armenios, franceses, suizos, croatas, alemanes, eslovenos marcaron
con su impronta etnonacional lo que hoy en cierto modo diferencia y referencia
ciertas localidades a partir de fiestas/ferias que las encuadran en cierta
identidad. Así en Villa general Belgrano, la cerveza, la masa vienesa, el
chocolate alpino, dinamizan el desarrollo económico atrayendo con esto eventos,
cierto turismo hacia este departamento del valle de
Calamuchita.
Un esfuerzo por permanecer
en la tradición , (E. Hobsbawn, 1984: 9) de ciertas comunidades a partir de la
ritualización de ciertos aspectos ligados a un pasado, a orígenes nacionales y
culturales diferenciados al Estado argentino.
Una aproximación etnográfica a
la FERIA DE COLECTIVIDADES y de comidas
típicas y artesanías
El
gobierno provincial así lo presenta en el sitio oficial de Córdoba en la
WEB: "Una vez más, las vacaciones de invierno
servirán de marco para este importante evento que reunirá en los más de 10.000
metros cuadrados de exposición, a integrantes de delegaciones, artesanos,
comerciantes y artistas. Cerca de 500 personas, 35 ballets y 12 grupos
musicales, aportarán los sonidos, el colorido y las danzas tradicionales de
distintos países en un escenario de 150 metros. En el Patio de Comidas los
visitantes podrán degustar comidas típicas de la colectividad Árabe Musulmana,
Armenia, Bolivia, Brasil, Corea, Chile, Croacia, España, Grecia, Italia, Perú,
Japón, México, Paraguay, Polonia y Siria Líbano.
Por su
parte, en los Pabellones Verde y Naranja, mas de 250 artesanos nacionales y del
exterior presentarán sus trabajos en cerámica, madera, cuero, metales, cestería,
tela, papel y resinas.
En esta descripción presentada como promoción, se ponderan infraestructura, cantidad y tipo
de organizaciones, una serie de eventos a realizar, el origen de los grupos
colectividades, y como al pasar, entre delegaciones ballets y conjuntos
musicales, se mencionan a otro grupos que podría pasar desapercibido entre
nacionalidades y dimensiones mencionadas. Los artesanos -nacionales y
extranjeros- y los comerciantes, un
grupo apenas diferenciado por el tipo de actividad económica; en el caso de los
artesanos, se referencian los
materiales de sus productos. En este caso, el artesano se identifica entre los
otros grupos y entre sí: es nacional o extranjero, mas por ser extranjero no
pertenece al rango de lo "típico" ni de la "colectividad".
Su presencia,
notable en número y en ocupación de instalaciones obedecería según informaban
los organizadores "... a haberlos invitado especialmente ya que ellos participan
en la feria de artesanías que se hace en abril. Así es posible financiar la
ocupación de este predio ya que se paga por stand. De otro modo sería difícil
que la Unión de Colectividades
pudiera afrontar sola los costos".
En el recorrido por
las amplias instalaciones compuestas de varias cúpulas destinadas
específicamente para cada actividad propuestas (patio de comidas, exposición,
venta de productos), las áreas más delimitadas desde el punto de vista de lo que
se denomina de manera incompleta de manera general "feria de las colectividades"
entre el público, los organizadores y medios de comunicación (omitiéndose en
todos los casos a los comerciantes, los cuales se nombran en este aviso de
internet).
Así, si bien
como "público general" he asistido en otras ocasiones a esta feria, en julio del
año 2002 comienzo a desarrollar en ella un trabajo exploratorio de tipo
etnográfico en un espacio físico conocido en la ciudad por ser utilizado
para la realización de
macro-eventos vinculados principalmente a la promoción y venta de productos, la
realización de espectáculos artísticos, conferencias, etc en los diversos
pabellones de múltiples usos con los que cuenta.
Este complejo se utiliza
como marco para la realización anual de esta feria, un hito en el calendario turístico invernal y en las
actividades de la UCIC la cual conforma el plantel organizador del evento a
través de su presidentes y delgados comisionados en distintas tarea y áreas
(comidas, espectáculos, exhibiciones, relaciones públicas y prensa, etc).
En el interior de esta asociación nucleadora de cerca de 30 asociaciones
de inmigrantes, se definen la modalidad de participación de aquellas
colectividades que puedan afrontar los costos ya sea del montaje y mantenimiento
de stands en la plaza de comida, en la exhibición y en los espectáculos
folclóricos. En las diversas
“cúpulas” y salones con los que cuenta el predio Ferial Córdoba –ubicado hacia
el Noreste del centro de la ciudad, y a unos 15 minutos de éste- se disponen en
estas amplias instalaciones con capacidad de hasta 30000 personas, 4 áreas
netamente diferenciadas.
Un área de comidas,
otra de venta de artículos “típicos”,
una tercera instalada en una carpa al aire libre y un pabellón de uso
mixto para espectáculos y ventas de productos artesanales cierra el predio que
finaliza en una de las amplias playas de estacionamiento con las que cuenta
Ferial.
Desde
hace más de 15 años la Unión de Colectividades junto a los funcionarios públicos
de turno, promueven la realización de estas actividades en el marco de una
feria. Unos procuran un desarrollo turístico y económico a nivel local . Otros,
promover la difusión de las culturas y asegurar ingresos para las asociaciones.
La conjunción de estos intereses y la búsqueda de estrategias para sostener por
espacio de 15 días esta feria,
delinea una serie de políticas que mixturizan este evento con la
participación de diversos grupos: identitarios, comerciales,
artesanales.
Como evento turístico y económico posee una trayectoria reconocida entere
la población local que accede a un programa y recorrido de varias horas de
duración y diversas propuestas al interior del mismo. " A la gente le gusta
comer algo fuera de lo común, ver bailar a los grupos. Muchos se acercan a
conversar a los stands y quieren saber algo más de sus raíces o buscan
información sobre la ciudadanía y esas cosas".
Precisamente, uno de los "ganchos" publicitarios y eje del evento es la
gastronomía "étnica". En el predio lo que efectivamente cobra más visibilidad
son los patios de comidas ubicados en dos pabellones donde participan cerca de
20 colectividades.
El espacio más
novedoso ofertado por los organizadores lo constituye la galería montada al aire libre en una
especie de carpa que comunica dos pabellones, donde se exhiben "stands
culturales" de diversas colectividades. Como explicaran uno de los organizadores
"este año -por el 2002- se implementó este sector que ha dado muy buen resultado
y que quiere anticipar la creación más adelante de un museo del
inmigrante". Su
localización en un espacio de tránsito obligado al pabellón donde se se
desarrollan los espectáculos y venden su productos los artesanos, permite la exhibición en los stands por
colectividad de trajes folclóricos, banderas, escudos, diversos artefactos
"típicos", folletería turística, mapas, croquis, etc presentados por los
encargados de los stands
(aquellos que los poseen) o simplemente se exhiben los objetos En general, se
destacaba en los stands una misma iconografía, que como explicaran varios
encargados, hacen a la " cultura de
un pueblo, su arte, su lengua, su pasado".
En el pabellón
destinado como sector más "comercial", en el sentido que ahí se venden
productos y entremezclan una amplia
gama de bienes que venden productos importados desde ciertos países -como Croacia que con el nombre de
Embajada de Croacia vende productos importados-alimenticios, adornos y souvenirs
con las insignias de su país- sin que los responsables guarden relación con la
colectividad local- , o
Grecia -que como nos explicara un organizador vende artículos "parecidos" a la
cultura de ese país (trabajos en piedra, reproducciones de esculturas, textos,
etc), hasta stands de embutidos ligados a localidades que tradicionalmente se
distinguen en su elaboración -el caso de Oncativo y Colonia Caroya; localidades
que promocionan artículos regionales -como San Marcos Sierra y su venta de miel
y derivados- y la misma Colonia Caroya en otro stands que remite también en el cartel identificatorio al
nombre de los productores (vendiendo vino, miel, quesos y salames).
En algunos de los casos de estos
stands como en los de comidas, era frecuente que funcionara una asociación de
productores y comerciantes que financiaban el alquiler del espacio como
estrategia para poder estar en la feria. Vinos, cosméticos, textiles, ropa
importadas, trabajos en madera, cerámica, etc se intercalaban en este pabellón
en principio de un mixtura notable y caótica. Una especie de "mercado persa"
donde de entremezclaban productos, olores, sabores, colores, procedencias de
artículos y múltiples y variados
sentidos sobre lo local, lo regional, lo nacional, lo artesanal. Un popurrí que
revelaba con total crudeza el aspecto más comercial y menos eufemizado de la
feria.
El mercado y plaza adquieren
contornos más definidos a la vez que se desdibujan identificaciones nacionales
como las ofertadas y difundidas en el nombre dado a la feria. Los artesanos, son incluidos como
explicaron los organizadores, como invitados a participar del hecho comercial,
ya que un buen número son participantes de las Ferias de Artesanías que se
realiza en el mes de abril en Córdoba todos los años, y así se les ofrece el
alquiler de un espacio en esta feria. Como una artesana de productos cerámicos
relatara esta es la parte menos grasa de
la feria, no tiene nada que ver con la de abril. Diversas perspectivas sobre la sociedad
y la cultura, intereses económicos comunes que los reúne en un espacio
reproduciendo de algún modo en este microuniverso, la
diversidad.
En este pabellón
compartido, el gran escenario es la tarima de exhibición masiva para el público
que luego de recorrer las cúpulas, puede tomar asiento y presenciar un
espectáculo del que participan protagónicamente, las delegaciones de las
colectividades que presentan
números folclóricos, hacen desfilar a sus abanderados, ponen música y ritmos a
danzas de la "tierra de origen". En este espacio participan colectividades o
países (como en el caso de Estados Unidos o Cuba) que no tienen otra presencia
en la feria. En estos casos particulares, la participación de estos países
corren cuenta de los organizadores de Feriar mientras que UCIC garantiza la
participación de sus miembros, aún de aquellos que no montaron stands, los cuales forman parte del espectáculo
iconográfico compuesto por trajes típicos e instrumentos, escudos y banderas
animando por varias horas cada día estos.
La programación
preparada por los directores del predio y la comisión de la UCIC presenta cada
jornada en este espacio también a otros números artísticos. Como parte del
espectáculo, se realiza el último día el
sorteos por el auto O KM con los números introducidos en las urnas de los
talones de la entradas, y se elige la Reina, "broche de oro donde la belleza de
las mujeres corona la tarea de los miles de inmigrantes y de las
colectividades", como lo anunciara el conductor desde el
escenario
El
gobierno provincial integra estos eventos en un conjunto de actividades
programadas que al mismo tiempo,
saltan a escala nacional promocionándose entre una serie de fiestas “típicas
“ donde se cruzan diversas
jerarquías y formas de clasificación para referenciar lo local, lo regional, lo
nacional, lo nativo, lo artesanal, lo típico según las distribuciones y
posibilidades de presencia en los tres espacios. En ese sentido, Polonia,
Brasil, Italia, Croacia, España se posicionaron como las colectividades más
"fuertes" en términos difusión y atracción de público.
A otras escalas,
la ferias exponen y exhiben a naciones que se identifican entre otras,
compitiendo mediante la oferta de ciertos bienes, con otras en un plano material
y simbólico. Así, los stands
preparados aluden a las imágenes que cada colectividad proyecta de sí misma,
proponen colores, sabores, olores,
ritmos, cadencias y acentos para dibujar los contornos y el volumen perceptibles para trasmitir lengua,
historia, arte. En la feria se actualizan y potencian lo etno-nacional y
"típico" como ejes del evento
comercial, así como García Canclini reflexiona en torno a estos fenómenos, se
produce la unificación mercantil de lo
étnico a lo típico (1986: 126)
.
Como
común denominador de las ferias, la
gastronomía y el folclore, canalizan la iconografía y plasman sensorialmente
unos rasgos elegidos como representativos de las culturas nacionales, la cuales son exotizadas cuando son puestas en
relación a la "cultura nacional argentina" delineada desde esos mismos tópicos
con lo "gauchezco", tal como se pudiera observar con claridad en el el caso de
la feria de Alta Gracia.
En este sentido, podemos concluir que
unos rasgos entre otros se seleccionan y se ponen de relieve para singularizar
una identidad -en este caso la identidad nacional esgrimida por asociaciones y
grupos denominados "colectividades"-, una forma de diferenciación y cohesión
entre otras. En la
modernidad, la organización económica, un sistema de comunicaciones y la
centralización burocrática cumplen un importante rol en el desarrollo de las
estados-naciones, en ellas se comienzan a distinguir las cualidades del carácter
de la comunidad nacional que emerge y cobra una estructura y atmósfera de
comunidad distinguida en tradiciones.
Como
B. Anderson (1999, 71ss) explica, la identidad nacional cumple el relevante
papel de difusión de sentimientos identitarios, basado en una lengua vernácula común, principio y
facilitador de identificación, de códigos comunes, de lectura y conocimiento de
los acontecimientos políticos, de promoción de la discusión ideológica y de la
formación de una opinión pública entre sus lectores; en suma, un espacio común
en el que concurren -y al que exceden- las experiencias personales y
profesionales de los agentes. (1999, pág 71ss).
M Billig la
identidades refieren a, o se constituyen
en, formas de vida con ubicación social e histórica (1998: 45); R. Oliven
(1999:17)) recupera la idea de M.
Weber sobre la nación como una comunidad
de sentimientos... para dar cuenta de la relación entre tradición y nación
para comprender las identidades nacionales en la cuales se demarcan fronteras
culturales que son tanto inclusivas
como excluyentes.
En este sentido, la feria como analizan M. Rotman (2001) y G. Sorá (2000) como
mercado, encuentro, fiesta y ritual,
producen y reproducen prácticas y sentidos en torno a lo "nacional",
ideas relativas a lo “real y
verdadero” que son tanto teatralizaciones como proyecciones (Vugman 1995:
70) de las naciones que compiten en el plano
simbólico culturas a través de una serie de cuadros clasificatorios de "lo
nacional" donde interjuegan lo
"intra" y lo "inter", lo local y lo foráneo, lo nativo y lo exótico,
según se propone y define por los
agentes constituidos en representantes de la/s colectividad/es y el
Estado.
En estos eventos la diversidad naturalizada en el mito del crisol de
razas, es exotizado en rituales y
en momentos privilegiados del calendario turístico, donde la capital viene al
interior, donde la nación se concentra en las provincias. Forman parte de un
circuito anual para los agentes de las colectividades institucionalizadas donde
se promocionan y recrean tradiciones y memorias emblemáticas en torno a la
Nación para generaciones de
inmigrantes y sus descendientes que adscriben a dicha nacionalidad y construyen
su identidad, construidas a partir de la transmisión de ciertas tradiciones que al interior
de las "colectividades"
homogeinizan e internalizan
a partir de las fuerzas en
tensión - cohesión y conflicto- de unos grupos sobre otros que se disputan la
legitimidad sobre lo "representativo" en tanto identidad nacional.
De este modo, lo individual y lo colectivo se construye a partir y a
través de ciertas marcas o cuadros
sociales tal como analizaron M.
Halbawchs (1986), M. Pollak (1989).
Hitos, lugares y personas fijan y
encuadran unas memorias entre y sobre otras, crean cohesión entre la comunidad afectiva. En
este punto, Oliven siguiendo a
P. Bourdieu define la memoria nacional como la más completa forma de memoria
colectiva Las diversas y múltiples conmemoraciones realizadas son públicas -y
para el pueblo- y a la vez que selectivas -en eligen unos íconos-, como señala
J. Gillis (1996). En este sentido, las ferias -como hito y conmemoración- son reveladoras de las políticas de la
identidad nacional a partir de la confrontación con otras identidades
nacionales.
En ese sentido, el apoyo a
estos eventos de diversos organismos oficiales de Estado como así también de los países
representados a través de consulados y embajadas, de los medios de comunicación
y de la respuesta masiva del
público, despiertan y profundizan interrogantes en relación a las identidades
nacionales, y como el caso que me interesa, de las diásporas como comunidades
transnacionales.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Como señalara C. Geertz, la cultura ese documento activo, es pública
(1987:24) y se accede a través de sus "guiños". Banderas y manos unidas,
trajes típicos y comidas, son los
elementos que diversas agrupaciones
muestran como marcas identitarias nacionales, a partir de las cuales se ofrece
para el consumo, bienes revestidos
de tipicidad en espacios
conmemorativos y actualizadores de una cultura muchas veces mitificada por los
descendientes de aquellos inmigrantes arribados a este país. La sociedad
argentina, desde un discurso oficial e histórico de valorización del inmigrante -de su aporte, y contribución
a la "grandeza nacional"- lo remite a un
pasado en el cual no son incluidos grupos migratorios limítrofes o
migraciones internacionales más recientes. El inmigrante se transforma así en
una imagen, un hito, un paradigma historizado e interpretado desde un cierto
contexto, aquél de la construcción y modernización del estado argentino a fines
del siglo XIX y principios del XX.
En Córdoba, la huellas de ese proceso
iniciado en el siglo XIX, se observan en los modos humanizados de su paisaje, y
particularmente, en la ciudad capital, en
las numerosas asociaciones de inmigrantes creadas y hoy la mayoría
vinculadas en la UCIC. Distintos eventos públicos dan cuenta de las actividades
ininterrumpidas y nuevas formas de expresión de identidades y culturas en su
mayoría, reivindicadas y conservadas por segundas y terceras generaciones. Como
se analiza, en los espacios feriales se aglutinan, contrastan, promocionan y
circulan diversas identidades nacionales vinculadas a un pasado de inmigración
que reactualizan y exhiben, diversas y múltiples formas de identificación individual y
social.
Así,
las Feria de Colectividades en la ciudad de Cba, es parte de un turismo cultural
vinculado a lo conocido y a lo exótico, a lo local y a lo global, a lo nacional
y a lo transnacional. En ellos, el público participa y consume diversas memorias
colectivas, la historia de argentina encuadra estas otras memorias integrándolas
al territorio material y simbólico de la Nación. De este modo, la exhibición y
oferta para el consumo de determinados bienes 'culturales' constituyen uno de
los atractivos para el esparcimiento y la recreación de un público que se gusta
de una vasta oferta en la que se incluyen tangencialmente, artesanías y otros
productos revestidos de un plus ya sea por su procedencia como por las formas de
producción de los mismos.
La
mixtura de bienes y los espacios previstos para su presentanción, crean un
cuadro general para la memoria colectiva en la cual cada individuo puede
encontrar un punto de identificación o diferenciación con una colectividad a la
cual se accede mediante valoraciones personales, prescripciones linásicas, deseo
o voluntad. Un mercado de lo
exótico enmarca los tiempos contemporáneos facilitando la persuasión y tendencia
hacia nuevos gustos, estilos, modos de hacer.
Gastronomía,
folclore, artesanías constituyen un stock entendido como 'cutlural' por los
agentes emprendedores de estas formas de memoria y socialización que subyacen
tras el apeltivo de 'turismo cultural'. En ese sentido, las ferias contribuirían
a la conservación y trasmisión de bienes tangibles e intangibles que formas
parte de un patrimonio grupal y nacional expuestos y comercializados por
uncionarios y empresarios vinculados tanto al desarrollo económico y turístico
como a las organizaciones de inmigrantes.
Entre otras
fiestas, las de las colectividades condensa la fuerza de su representación pública y
visible como una fiestas que reúne diversas agrupaciones identificadas desde un
origen migratorio determinado; los bienes vehiculizan y producen ciertos
sentidos desde donde se refiere a la nacionalidad representada
escenográficamente e idealizada desde las recreaciones geográficas, históricas,
folclóricas propuestas. Como otros fenómenos
contemporáneos, estarían dando cuenta de
procesos complejos, aparentemente paradójicos, vinculados por una parte,
a la internacionalización/globalización y,
por otro, a un reavival de los localismos.
En este
sentido, esta oferta
ritualizada por los gobiernos y entidades migratorias, vehiculizan a la vez que
reproducen entre los grupos humanos, nuevas fronteras culturales que se revelan
como dinámicas, flexibles y permeables a la luz de los procesos contemporáneos
observados.
Las denominadas "identidades exóticas y transnacionales",
contrapuestas a la "identidad nacional argentina", son productos también de la
creación y promoción de políticas consumo
"exótico" y lo "típico" como parte un mercado turístico cultural
internacional.
Así,
estos fenómenos culturales permiten el análisis e interpretación de ciertas
categorías y los mecanismos de reproducción sobre lo nacional/exótico, tradición, identidad los cuales recortan
la realidad, revelan fronteras, indican
puntos de referencias territoriales desde donde es posible analizar e
interpretar formas de ver y clasificar el mundo. A través de estas prácticas se
producen y reproducen modos de
entender el hombre, la sociedad, la cultura, la historia y se generan
espacios de formación de
identidades individuales y colectivas
Desde esta
perspectiva es posible preguntarse respecto a las políticas culturales de los
gobiernos: ¿qué concepciones sobre la cultura e la identidad enmarcan las
acciones del Estado?, ¿qué objetivos se formulan al programar esta clase de
eventos?, ¿qué valores, conocimientos, imágenes los encuadran?, ¿se los
jerarquiza a la luz de su potencial como espacios de aprendizajes y
socialización de diferencias?. ¿Qué objetivos y acciones orientan a las autoridades locales
respecto del turismo cultural?, ¿ economías regionales y turismo cultural?. ¿Se
abordan de manera participativa, integral y crítica las diversas propuestas que
conforman los calendarios turísticos? Las organizaciones de inmigrantes, ¿son
concientes del ejercicio del poder simbólico que supone elegir los modos de
representarse?, ¿qué tradiciones,
memorias, historias se legitiman y cuáles se olvidan o silencian?. ¿En qué
medida estos eventos públicos contribuyen a la concientización acerca de la
identidad y de los procesos
históricos involucrados?.
En líneas generales, el turismo cultural así como las denominadas
'políticas culturales', se integran a otro conjunto de planificaciones y
acciones enmarcadas en la explotación económica de la región y/o localidad.
Desde esa perspectiva, las discusiones y debates que torno a los
principios, estructuras y recursos
que sostienen el llamado 'patrimonio cultural', deberían sobrepasar los límites
jurídicos-administrativos para involucrar de manera contundente a los diversos
agentes sociales y el conjunto de las llamadas 'fuerzas vivas': empresarios, colectividades, museos,
escuelas y funcionarios del gobierno., comprendidos de manera directa e
indirecta, en alguno de los tópicos
de este fenómeno.
De este modo, al mismo tiempo que se problematiza las formas de
transmisión y dominación de estos territorios de poder simbólico (Bourdieu,
1999) se logra una mayor comprensión acerca de los alcances de los procesos
históricos y sociales en la que estamos inmersos.
Así,
a partir de la desbanalización o desnaturalización de las 'ferias', las tensiones entre modernidad y
progreso cobran peso y volumen histórico, tornando visibles los las múltiples y
complejas relaciones que entraman lo 'nacional'.
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El mismo forma parte de la etnografía
realizada del proyecto de
investigación "Política, tradiciones e identidad entre los Croatas de Argentina" El
título aún es tentativo, se lo cita a modo de síntesis de los ejes de análisis e
interpretación de esta comunidad nacional considerada. Como parte de un trabajo
iniciado sobre las prácticas de inmigrantes -eslavos del sur- en el siglo
XX, la formación en la maestría en
Antropología fue suscitando relecturas y nuevas preguntas que permitió el
planteo de nuevo objeto de estudio para la tesis final. Curiosamente, el primer
espacio curricular y el último de la maestría, presentaron las experiencia de campo y los ángulos
de análisis sobre " ferias" de los profesores a cargo. Desde el año pasado,
inicié el trabajo de campo
seleccionando las ferias en Córdoba como singulares escenarios para
aproximarme a los diversos modos de expresión, sentir, trasmitir, imaginar,
narrar, la identidad croata.
En la línea que explica la autora y
docente de la cátedra, considera también que: "Y sería precisamente (aunque no
exclusivamente) esta peculiaridad de la Feria en cuanto a participación y
comunicación entre los feriantes y los visitantes la que adquiere carácter
explicativo respecto de la asistencia y asiduidad de concurrencia del público
local.