ESPACIOS
PUBLICOS Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL.
ANTOFAGASTA Y
SUS AREAS VERDES
VLADIMIR MISETIC
YURAC
Geógrafo, Mg. en Planificación Urbana y
Regional
Académico Facultad de Arquitectura,
Construcción e Ingeniería Civil.
Universidad Católica del Norte.
RESUMEN
La presente ponencia
tiene por objeto, a partir del ordenamiento territorial, contribuir al estudio
de optimización en la localización, distribución y uso de los espacios
públicos en los centros urbanos,
enfatizando en esta oportunidad las áreas verdes, con el propósito de mejorar
las condiciones ambientales y calidad de vida de la población.
La importancia de este tema se encuentra avalado ante el
vertiginoso crecimiento que han experimentado nuestras ciudades y los problemas
ambientales inherentes a esta expansión urbana. El proceso de urbanización trae
consigo el florecimiento de “selvas de cemento” y la consecuente pérdida de
espacios verdes, desapareciendo paulatinamente su rol funcional como espacios de
recreación, esparcimiento y lugares de encuentro para la población. Además,
desde el punto de vista climático y ambiental, se impide la regulación
microclimática y provoca un aumento de la contaminación atmosférica.
INTRODUCCION
La importancia de las áreas verdes
y sus implicancias ambientales ha cobrado vigor ante el vertiginoso crecimiento
que han experimentado las ciudades en la actualidad. Este proceso de
urbanización ha traído consigo la configuración de verdaderas selvas de cemento,
con la consecuente pérdida de elementos naturales, desapareciendo así
paulatinamente el rol funcional de las áreas verdes como espacios de recreación,
esparcimiento y lugares de encuentro para la población. Además, esta situación
vista desde el punto de vista climático y ambiental, impide la natural
regulación microclimática y genera un gran aumento de problemas ambientales a
nivel atmosférico: contaminación del aire por gases tóxicos y partículas, más la
suma y amplificación del ruido ante la caja de resonancia que conforma el
hábitat urbano.
Producto de este escenario, en el caso de
Antofagasta, es necesario analizar su particular situación como ciudad inserta
en un medio árido donde es necesario proponer medidas que tiendan a organizar un
plan de creación y readecuación de áreas verdes, ya sea en barrios o sectores
urbanos carentes de este equipamiento y, también, en aquellos afectados por
problemas de alta densidad de población o limitaciones de normativa urbana.
Además, para compatibilizar las características climáticas áridas y el suelo
salino de este territorio, deben formularse algunas propuestas que incorporen
una adecuada selección de especies vegetales que puedan adaptarse a estas
condiciones ambientales.
ANTECEDENTES
GENERALES
ORDENAMIENTO TERRITORIAL LOS ESPACIOS PUBLICOS
La estructura urbana de
una ciudad indica, de
alguna manera, las características de
sus
habitantes y de la
forma que ellos habitan. Se asume que es una estructura en constante
transformación y que posee múltiples manifestaciones. Por lo tanto, la manera de
habitar la ciudad depende de muchos factores, por ejemplo, de carácter
geográfico, climático, político, social, cultural, económico e históricos.,
moldeándose según la importancia de ellos, una cierta identidad en la forma como
se habita la ciudad.
Dentro de esta
estructura, los espacios públicos tienen la gran misión de ser los lugares desde
los cuales distintas estructuras urbanas se relacionan, depositando en ellos los
elementos más significativos de cada una de ellas, para así generar un continuo
de integración, a nivel de la
ciudad toda. Así, en la medida que la ciudad genera diversas estructuras
urbanas, también debe ser capaz de potenciar espacios públicos que integren las
nuevas estructuras de crecimiento, para evitar la marginación y desintegración
social.
Desde este punto de
vista, los nuevos modelos de espacios públicos , producto de nuestra sociedad
actual, no son capaces por sí mismos de generar esta continuidad en la trama
urbana por dos razones fundamentales.
Primero, al querer
establecer la ubicación de estos lugares de encuentro, ya sea un centro
comercial, un supermercado cualquier actividad que se les parezca, los criterios
que se utilizan no tienen relación alguna con querer establecer las relaciones
urbanas que un espacio público pudiera reunir, sino más bien se utilizan
criterios de mercado, para determinar qué áreas dentro de la ciudad resultan
favorables para asegurar un buen funcionamiento, ya sea por accesibilidad, poder
de consumo o disponibilidad de oferta del mercado inmobiliario.
Segundo, estos
lugares de encuentro no establecen , por sí solos, relaciones con las
estructuras urbanas existentes, insertando modelos autosuficientes en materia de
seguridad, climatización y de ambientación, no sintonizando con la identidad del
lugar donde se insertan.
Una ciudad que va
perdiendo su identidad, va perdiendo también el sentido colectivo que la
construye y, con ello, la integración de sus habitantes, generando un desuso de
ellas y una despreocupación de estos espacios públicos tradicionales.. Por lo
tanto, en el ordenamiento territorial, se debe considerar como tarea
primordial el estudio y la
existencia de espacios públicos, desde los cuales, las áreas de expansión puedan
integrarse y evitar problemas de marginación.
Para poder
revalorizar los espacios públicos tradicionales en cuanto a su uso y rol en la
ciudad, se deben de considerar los siguientes factores: tener políticas claras
que resguarden, en alguna medida, los intereses colectivos de una ciudad, que le
dan identidad y las integran; en segundo lugar, se debe considerar que los
nuevos lugares de encuentro, propuestos por la fuerza del mercado, no son
capaces por sí sólos de generar espacios públicos, deben implementarse
estrategias que puedan insertarlos
adecuadamente, para potenciar y no deteriorar estructuras tradicionales
preexistentes. Por último, como tercera consideración, deben de reconocerse las
estructuras que dan identidad a una ciudad, es primordial saber que se debe
potenciar , transformar o eliminar para poder generar espacios que le den
continuidad al colectivo ciudad.
LAS AREAS VERDES COMO ESPACIO PUBLICO
Una de las principales motivaciones que
impulsaron a desarrollar el presente estudio fue el analizar los beneficios y
potencialidades de los espacios verdes en áreas urbanas y plantear algunas
propuestas de ordenamiento territorial que
permitan mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad de
Antofagasta.
Tal preocupación se encuentra sustentada dado que el crecimiento de las ciudades, la urbanización y la
industrialización han traído consigo la degradación del medio ambiente y la
pérdida del equilibrio ecológico. Varios estudios urbanísticos han establecido
la influencia y la importancia de las áreas verdes en la calidad de vida de los
habitantes, protegiéndolas básicamente contra la contaminación del aire y la
contaminación acústica.
En primer lugar,
las áreas verdes son fundamentales para regular el clima. Los árboles absorben –
mediante la capa externa de follaje – el 90% de la energía solar que reciben,
bajando la temperatura ambiente en las horas de mayor calor y luego, al
atardecer, devolviendo este calor a la atmósfera. Las áreas verdes ubicadas al
interior de las ciudades interceptan la propagación del sonido, el que se va
reduciendo proporcionalmente a la superficie ocupada por las plantas; también
las plazas y jardines reducen los ruidos irritantes, proporcionando a los
habitantes urbanos un ambiente más grato.
Es importante tratar de lograr
una distribución armónica de las áreas verdes al interior de la ciudad,
situación que en general no es común en nuestras ciudades, de manera que es muy importante no
solamente las especies recomendables que ornamentarían mejor el paisaje, sino en
primera instancia estudiar, igualmente, la distribución de las áreas verdes, de
manera que sus densidades resulten armónicamente distribuidas en el espacio. El
promedio ideal urbanístico a nivel internacional se ha establecido entre 7 y 10
m2/habitante, cantidad muy difícil de alcanzar en nuestra realidad
regional, de manera que es fundamental encontrar estándares que permitan rebajar
este déficit, planteando una adecuada planificación del sector
Cabe destacar que
una problemática de esta naturaleza involucra diferentes aspectos , tales como:
problemas de regadío, medio ambiente, desarrollo urbano, calidad de vida, etc.
debido a que cualquier proyecto de esta índole es de naturaleza
multidisciplinaria,por lo tanto, es imprescindible no perder de vista el rol y
la función del geógrafo como planificador e investigador del ordenamiento
territorial.
ANTOFAGASTA.
CARACTERIZACION DE SUS AREAS VERDES.
Las áreas verdes de la
ciudad de Antofagasta se pueden dividir en:”consolidadas con mantención”, “no
consolidadas sin mantención” y “potenciales o disponibles”. Entre las primeras
se mencionan los parques, paseos, rotondas, plazoletas, arboledas y bandejones.
Las no consolidades sin mantención son aquellas que están definidas como áreas
verdes en los instrumentos de planificación del territorio, pero que no cumplen
tal función. Por último, las potenciales o disponibles son todas aquellas áreas
de uso público que no están definidas como tales en los instrumentos de
planificación territorial.
De manera gráfica,
el cuadro Nº 1 muestra la superficie de las áreas verdes existentes en
Antofagasta de acuerdo a los tipos señalados.
Cuadro
nº. 1. Superficie y Tipología de Areas Verdes
Ciudad de Antofagasta. 2000.
Areas Verdes
Superficie m2
Consolidadas con
mantención
433.600.-
No consolidadas sin
mantención
103.406.-
Potenciales disponibles
183.362.-
Fuente : I. Municipalidad de Antofagasta,
2002.
Esta superficie en cualquier ciudad, según
cantidad total de m2 de áreas verdes, no indica nada si no existe una
relación directa con el tamaño de la ciudad y ,sobre todo, la cantidad de
población que alberga.
La forma más simple de cuantificar las áreas
verdes de una ciudad, es la aplicación de un índice de densidad
(m2/hab.). en el caso de Antofagasta, este valor arroja un promedio
de 1,79 m2 por habitante, muy por debajo de la media internacional y
nacional. Además, en el caso de esta ciudad, se puede observar una gran
asimetría en la distribución de las áreas verdes en el espacio urbano, en cuanto
un 75% de las unidades vecinales están en un rango de 0 a 1,99
m2/hab.,existiendo menos de un 5% de ellas con valores que sobrepasan
los 20 y 30 m2 por
habitante.
A modo de referencia, el cuadro nº. 2 muestra una comparación de los índices
de áreas verdes en Antofagasta con otras ciudades nacionales y
extranjeras.
Cuadro
No. 2. Densidades de Areas Verdes
Ciudades
Nacionales e Internacionales. 2000.
-
Nacionales
Antofagasta
1,79
Santiago
4,06
Viña del Mar
2,80
-
Internacionales
París
18,00
Washington
50,00
Londres
9,00
Moscú
8,00
Fuente: Minvu
2002.
No es posible en base a este
cuadro comparativo de ciudades, determinar el estándar óptimo para la comuna de
Antofagasta, pues la variación de estos índices está en directa relación con las
características propias de la región y del emplazamiento de cada una de
ellas.
No
obstante esto y la diversidad que expresan las distintas realidades urbanas del
cuadro referido, la norma internacional
establece como un óptimo destinar para áreas verdes un rango entre 7 y 10
m2 por habitante, lo que implica que para una ciudad como Antofagasta
de 242.000 personas, se requieren de 1.700.000 m2 de superficie
destinada a estos fines. (170 há.).
Por otra
parte, si se consideran los requerimientos de estándares nacionales (Minvu,
Matriz Incal 2001), se necesitarían para la ciudad 1.270.000 m2 de superficie,
es decir, 5,2 m2 por persona, índice que se considera más adecuado a
la realidad nacional y al propio emplazamiento de Antofagasta, en una zona desértica.
Utilizando estos parámetros como los más adecuados a nuestro contexto,
se concluye que el déficit existente es del 65,2%. Actualmente, la ciudad sólo
posee 433.600 m2 de
áreas verdes, distribuidas en parques, paseos, plazas, rotondas, plazoletas,
arboledas, bandejones y otros, correspondiente al 34,8% de los requerimientos de
la demanda arrojada.
Haciendo un diagnóstico por tipo de área verde, se
puede comprobar que tan solo el 8,1% corresponde a parques urbanos, y que este
porcentaje se distribuye en áreas pequeñas (9 parques de menos de 20.000
m2 o 2 hás., y tan sólo 2 parques de dimensión intermedia, el Parque
Brasil con 41.957 m2
o 4,2 há., y el Parque Juan López
con 75.545 m2 o
7,5 há.).
Según los
requerimientos establecidos, se necesitan por lo menos 4 parques de 17 hás. cada
uno, no existiendo ninguno con estas características urbanocomunales en la
actualidad.
Lo que puede
fácilmente verificarse en el plano de la ciudad anexado, es que las áreas verdes
se distribuyen en pequeños proyectos, principalmente destinados a plazas (34%),
paseos (21,6%) y bandejones (20,2%), que juntos constituyen el 76% del total de
las áreas de la ciudad.
Por ejemplo, las 28
plazas existentes tienen una superficie promedio de 3.000 m2 (menos
de 1/3 de una manzana tradicional de 10.000 m2), siendo
principalmente de escala barrial. Los nueve paseos se emplazan casi
completamente en la zona del borde costero (Paseo del Mar, Los Héroes, 11 de
Septiembre, Sotomayor, Costero Norte, Trocadero, etc.) y tienen una superficie
promedio de 6.000 m2.
Los paseos mas importantes se ubican en el sector costero sur (Paseo del
Mar 1,9 hás. y Los Héroes con 1,3 hás.)
PROPUESTAS Y
ESTRATEGIAS.
Los antecedentes expuestos
demuestran claramente que las áreas verdes existentes en la ciudad de
Antofagasta son insuficientes para la cantidad de habitantes que agrupa y,
además, presentan una heterogénea
distribución entre sus unidades vecinales.
Para mejorar tales
falencias, se proponen a continuación algunas propuestas que tienen por objetivo
elaborar una estrategia para la creación de nuevas áreas verdes en la ciudad,
reducir los índices deficitarios de densidad y, por último, compatibilizar el tipo de especies
vegetales con las características del clima desértico y salino de la
región.
A.-Respecto al equipamiento y
zonas de bajas densidades en áreas verdes.
Dado que la distribución espacial de los
equipamientos es aleatoria y no responde al reforzamiento de centralidades
barriales o sectoriales y, además, existe un déficit sensible de áreas verdes,
siendo las existentes de pequeña escala y dispersas, se requiere una política de creación de
parques de escala urbana ubicados en puntos estratégicos de la
ciudad.
Para ello se
recomienda priorizar la creación de nuevos parques en aquellos sectores más
desfavorecidos, especialmente las unidades vecinales localizadas en los sectores
norte y centro norte de la ciudad. Además, se propone el aprovechamiento de las
calles y avenidas como espacios recreacionales, ya sea como paseos peatonales
cívicos o estructuración de redes peatonales vecinales, que refuercen puntos o áreas de
convergencia ciudadana.
B.- Respecto a la reserva de
terrenos por expansión urbana.
Se plantea
la necesidad de destinar terrenos de reserva natural, localizados en las áreas
cercanas de la ciudad, con el objeto básico de amortizar el déficit interno
urbano y, de paso, resguardar zonas naturales de valor turístico y recreativo,
preocupándose de conectarlas con redes viales expeditas y sistemas de locomoción
que posibiliten su acceso a toda la comunidad.
C.- Respecto al manejo
ecológico de las áreas verdes.
Una de las limitantes importantes del desarrollo de las áreas verdes son
los recursos hídricos, los cuales por las particulares condiciones climáticas de
la región, resultan escasos y, por
ende, de un alto valor económico y costo de oportunidad en su uso. Con los
antecedentes que la Dirección General de Aguas posee, se plantea la necesidad de
profundizar estudios sobre la materia (tratamiento de aguas residuales, por
ejemplo), dar énfasis a investigaciones sobre optimizar las tasas de riego y
selección de especies vegetales de mayor adaptación al medio árido de la zona,
principalmente todas aquellas del género de las xerófitas (algarrobos, espinos,
pimientos entre las especies arboreas; las buganvilias, granados y corona del
inca entre los arbustos, sin dejar de mencionar a la doca, colas de zorro y
pelargonias, como especies
herbáceas).
D.- Respecto a la
consolidación de una cultura ambientalista.
Por último, resulta de suma importancia incorporar tanto en la educación
formal como informal, programas y contenidos sobre la protección del medio
ambiente, uso racional de los recursos (el agua, especialmente) y el
funcionamiento de los ecosistemas áridos, respecto a mantener un equilibrio
ecológico entre los elementos del sistema natural y las actividades del hombre.
Para ello, la formación de equipos profesionales y brigadas estudiantiles y
vecinales, son iniciativas que pueden reforzar este concepto
ambientalista.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
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: Técnicas del Urbanismo
Ed. Eudeba. Argentina, 1990
CONAMA
: Problemas Ambientales de la Región de Antofagasta.
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: Diagnóstico, análisis y proyecciones sobre la distri-
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la ciudad de Antofagasta.
Memoria de Título
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CIEPLAN.
Santiago de Chile,
1991.
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Edit. Ariel, Madrid,
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SECOPLAC, Antofagasta : Plan de
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I. Municipalidad de Antofagasta, Chile, 2001.
VELASCO,
Margarita
: Areas verdes en las ciudades.
Revista Chilena de Ecología
y Conservación
Año 3, No. 16.
Ponencia presentada en el
Quinto Encuentro Internacional Humboldt. Neuquén, Argentina. Octubre de
2003.