LOS ESTUDIOS DEL ESPACIO GEOGRÁFICO Y LA
ORDENACIÓN DEL TERRITORIO
EN EL CONTEXTO DE LAS
TRANSFORMACIONES GLOBALES ACTUALES.
Pablo BIONDI
Alejandro MC CASKILL
Particularmente para el presente trabajo, no consideramos
que desde la temática a desarrollar existan diferencias sustanciales en el modo
de abordaje, entre las disciplinas enmarcadas en las ciencias sociales, al menos
contemporáneamente.
El supuesto histórico tradicional señala que la geografía
habitualmente es la porción de la ciencia encargada de testimoniar
multidimensionalmente, factores y elementos que conforman un espacio
determinado, desde entonces puede responder al menos provisoriamente, a una de
las curiosidades más elementales del hombre: situar y situarse. Así la revisión
de la versión tradicional de la “geografía enseñada” pone de manifiesto que en
la mayoría de los casos la visión social de estas narraciones no sobrepasan la
simple descripción inventarial de objetos, hechos y fenómenos visibles o
figurables.
Aunque estas consideraciones, tan básicas como
imprescindibles, solo refieren a parte al quehacer geográfico, consideramos
necesario entonces el aproximarnos a una instancia superadora de estas ideas que
tienen casi cuatro siglos. Pero este acercamiento colisiona al menos con dos
circunstancias que a la vez definen en parte, el estado interior de esta
ciencia.
El primer detalle insoslayable es el de la valoración
social antes señalada, que se tiene sobre este saber, que entre otras premisas
contiene la adjudicación de un rol
específico: que es el de encargarse de la recolección de datos cuantitativos y
cualitativos en menor medida, sobre las distintas geoformas de los espacios del
mundo. Y una segunda valoración, que es aquella vinculada con cuestiones
asociadas a la geopolítica, o para ser más precisos a la geografía política.
En la actualidad los elementos que hoy se conocen de la
geografía, no desbaratan en gran medida aquellos vinculados a las viejas
tradiciones, y solo desde lo institucional y lo académico emergieron y
adquirieron nuevas concepciones, que en su gran mayoría, no han podido ser
incorporados masivamente en distintos ámbitos.
Luego de estos catárticos
párrafos de crítica interna es dable mencionar que, en realidad variados
proyectos del quehacer geográfico también se han ocupado de cuestiones como las
que aquí intentaremos desarrollar.
En cada momento histórico, los
distintos interpretes del mismo han cualificado el vocablo “espacio” al interior
de un sistema de ideas. El “tiempo” en el mismo sentido ha adoptado
caracterizaciones que le otorgaban la más de las veces un sentido asociado a una
linealidad imperturbable y por ende estática. Es por ello que el recorrido
conceptual para el presente trabajo estará asociado a la idea de considerar el
“espacio geográfico” como una
categoría teórica, y así pretender un análisis compresivo de los niveles
políticos e ideológicos en la edificación de los territorios.
La idea que el espacio en una primera aproximación laxa sea
entendido como territorio, es una percepción común dentro del conjunto de las
ciencias humanas, y dado que cada disciplina aborda este inmenso dominio
reconociendo distintas áreas de intercomunicación, consideramos que se hace
necesario en primera instancia
avanzar sobre este concepto en forma detallada. Creemos también que
incorporar teóricamente la idea de niveles temporales desiguales, nos permitirá
en la esfera de nuestro estudio visualizar distintas circunstancias, en
distintos momentos de la historia (fecundos o estériles) en el que estas
aceleraciones y desaceleraciones, fueron parte esencial del proceso de
articulación espacial y un reflejo plausible de la cultura dominante.
EL SIGNO
ESPACIO-TEMPORAL.
Desde las diversas tendencias historiográficas y culturales
el discurso científico, entre ellos el geográfico, no siempre fue considerado
como uno de los principales ejes para analizar la configuración ideológica e
histórica de las sociedades. Es por ello
y con el afán de avanzar sobre ese postulado algunos filósofos y
científicos desde las postrimerías de la década del 40 del siglo que pasó,
especialmente en el caso de América Latina, se han preocupado por conocer la
estructura de ese conocimiento y en precisar sus alcances y
desarrollos.
Aunque en el “mundo central” el nudo detallado de esta
problemática, desde el siglo XIX tiene una fuerte significancia, la evolución de ese conocimiento en
muchos casos resultó una especie de piedra de toque para comprender la
coherencia modélica de los territorios y las características que arquitecturaron
transformaciones políticas, sociales, étnicas y sobretodo
culturales.
Más allá de las polémicas entre las
distintas corrientes analíticas, tanto para nuestro caso particular, como para
gran parte de los procesos sociales, pueden reconocerse entonces dos grupos de
cuestiones a ser consideradas epistemológicamente para la ordenación del
territorio.
I.
La primera cuestión esta
asociada a los denominados Aspectos
Estructurales: Referida a los componentes y relaciones internas del objeto
de estudio y que se encuentra en estrecha relación con la teoría y sus
referentes externos.
II.
El segundo grupo de
cuestiones, tiene que ver con el surgimiento de las distintas “creencias” y sus
cambios en el tiempo y sus “productos” resultantes, a estos los
denominaremos: Aspectos
Dinámicos.
I. LA
REPRESENTACIÓN ESPACIO-TEMPORAL – Aspectos
Estructurales
Milton Santos, sin duda una de las personalidades con más
lustre en la última centuria para la geografía, en uno de sus últimos trabajos
impeló a trabajar las racionalidades del sistema mundo, para poder así
comprender la coherencia del espacio geográfico a cualquier
escala.
Aunque siempre el geógrafo brasilero se interesó por los
procesos seculares que dieron origen al “medio técnico-científico –
informacional” que hoy domina nuestra cotidianeidades, Santos, proponía
reconocer la estructura fundante que promovió la emergencia del actual orden
social, su edificio discursivo con respecto y desde el Estado, serán entonces
apuntes que se intentarán pergeñar desde la presente
propuesta.
Hoy por hoy, la constante reedificación de las bases
empíricas del orden capitalista, hace que la inseparable díada “espacio –
tiempo” tenga que ser ponderada sistémicamente, pero no de manera unívoca, pues
considerar esta relación dialéctica de manera estática y sin reconocer la
estructura que la sustenta, reduce cualquier intento analítico. Así la cognición
de las características evolutivas diacrónicas de este proceso, serán parte de
este esfuerzo, el de acercarnos a los procedimientos totalizadores que le dieron
“un” sentido al mundo, y cuya inercia y dinámica están sustentados en los
términos evolutivos del capitalismo.
Las implicancias que contiene un estudio a nivel global,
nos convocan a un minucioso reconocimiento del actual sistema-mundo, señalando
sus condiciones tanto de producción
como de validación, para aprehender así las múltiples formas del actual orden y
así poder entender los extremos del actual momento histórico que nos toca, el de
una actualidad desafiante y el de un futuro lleno de
dudas.
Elementos Estructurantes del
actual Sistema-Mundo
La idea de “sistema-mundo” que en 1974 acuñó, Inmanuel
Wallerstein al dar a conocer su tesis sobre la formación de la “economía-mundo”
capitalista ,
será analíticamente referencial para la comprensión de una propuesta para
la ordenación del
territorio en el contexto de las transformaciones globales
actuales.
Enfrentando las ideas clásicas dominantes basadas en el
estudio de los fenómenos económico-sociales a partir de las sociedades
nacionales o, cuanto más, de áreas continentales o subcontinentales, Wallerstein
estudió el moderno sistema mundial a partir de la reconstrucción de la historia
de la actual sociedad capitalista, partiendo desde sus mismos orígenes, pero
desde una perspectiva global.
En sus distintos trabajos, el autor trazó la aparición en
Europa, de lo que denominó “economía-mundo” capitalista, basada en una única
división internacional del trabajo; cuya evolución se ha desplegado de manera tal, que
llegó a constituirse en un único régimen, y ha persistido gracias a un modelo cíclico de expansión y
contracción, con una localización geográfica variable de sus actores económicos
.
Wallerstein, reordena el actual sistema-mundo, considerando
que en lo que respecta a la geografía general
del sistema capitalista, las fronteras creadas hacia 1500 no variaron de forma
significativa hasta después de 1750 y en cuanto a los procesos seculares de
cambio, no observo ningún salto cualitativo entre 1600-1750, por lo que planteo
la existencia de una continuidad
entre el siglo XVI y el XVII.
Capitalismo primitivo -
reconversiones
Las contradicciones internas de este ciclo han sido
largamente analizadas por muchos autores a lo largo de los últimos siglos,
pero para centrarnos en la idea de sistema mundo de Wallerstein, resulta
ineludible hacer hincapié en la idea del objetivo colectivo del sistema: la
acumulación de capital.
El mercado libre como la gran insignia de la economía-mundo
capitalista, es su supuesta característica definitoria. Pero como lo sabe cada
trabajador, si el mercado fuese verdaderamente libre, en el sentido en que Adam
Smith definió dicha libertad, - como una multitud de vendedores, y una multitud
de compradores, junto a una total transparencia de las operaciones, si ese
mercado fuese libre, sería absolutamente imposible para cualquiera obtener algún
beneficio del modo que fuere. Visto así, el mercado realmente juega un papel
importante en el funcionamiento del capitalismo, pero solo como un mecanismo por
medio del cual algunos productores / vendedores buscan constantemente anular el
monopolio de otros. En este sentido haremos especial hincapié, dado que nos
parece central para nuestro tema de estudio, en los ciclos
económicos.
Los ciclos económicos representan una especie de imagen
instantánea del estado de situación en un espacio dado. Estos cíclicos
escenarios y sus efectos territoriales son el producto de acciones previas,
tanto de los propios Estados como de los capitales en expansión, es por ello que
nos interesa su idea de que: Los momentos económicos y sus consecuencias
espaciales, si se quiere son previsibles, si es que primero se parte del
reconocimiento de las maniobras antecedentes y de los actores
involucrados.
Nicholas
Kondratieff fue un economista ruso que desarrolló la teoría de los ciclos de
largo plazo en la economía. Entre otra muchas acciones tanto políticas como
académicas, se lo destaca mundialmente por ser el artífice del primer plan
quinquenal ruso, posteriormente terminó encarcelado en los campos Stalinistas
en Siberia, como lo cuenta
Solzhenitsyn en "Archipiélago
Gulag", donde
murió al principio de los años 30.
Los ciclos económicos largos de
Kondratieff.
En la actividad económica de los países, es fácil observar la existencia de
períodos en los que las sociedades progresan en función de su economía y a
satisfacción de muchos se ofrecen empleos nuevos y el sistema productivo es el
que dinamiza el eventual progreso, contrapuestos a otros períodos, en los que
muchos sectores sufren pérdidas y el Estado reduce sus obligaciones. Para
acercarnos un poco más esta cíclica historia, es que recurrimos al análisis de
los denominados ciclos de Kondratieff.
La gráfica muestra
la evolución de la tasa de crecimiento económico a lo largo del tiempo en
un país
imaginario.
|
El economista ruso propone para el entendimiento de lo que
el denominó “ciclos largos”, la utilización como indicador del proceso, la tasa
de crecimiento del producto nacional.
Así, podríamos observar períodos
de algunos años en los que esa tasa es positiva y superior, digamos por ejemplo
a un 3%, seguidos por otros períodos en los que la tasa de crecimiento es más
baja e incluso pude llegar a ser negativa. En cada ciclo pueden distinguirse cuatro fases: expansión,
cima, recesión y fondo.
En el argot económico hay un gran número de términos para
describir de forma matizada, la fase del ciclo en la que se encuentra la
situación económica de un determinado espacio. Así, por ejemplo, si la expansión
es muy fuerte, se habla de un "boom" (los tigres asiáticos, las economías
emergentes latinoamericanas de
principios de los 90´,etc.), si se sospecha que se está llegando a una
cima, a esto se lo denomina "techo”. Los momentos pobres de la
economía parecen querer compensarse con una gran riqueza terminológica; así, la
palabra recesión suele solo reservarse para los descensos de la tasa de
crecimiento no muy prolongados, estableciendo una diferencia con la llamada
depresión, entendida para los períodos más largos.
En este sentido un gran número de economistas han dedicado
considerables esfuerzos al estudio de estos ciclos. Uno de los más
prestigiosos fue Schumpeter quien
recopiló la labor de todos sus predecesores, clasificando los ciclos según su
duración en tres tipos, largo, medio y corto, a los que dio los nombres de los
economistas que más se habían distinguido en su estudio: Kondratieff para los
ciclos de 40-50 años, Juglar para los ciclos de 5-10 años y Kitchin para los de
duración inferior .
Hay diversas razones que pueden explicar la
existencia de estos ciclos. Para nuestro objeto de estudio nos interesan estacar
dos: Razones internas y Razones
externas .
·
Entre las Razones Externas podemos
señalar las del ciclo político y las del ciclo tecnológico.
·
Entre las Razones Internas la más
conocida es la que define las aceleraciones cíclicas de las utilidades, en
función de presiones ejercidas por los sectores dominantes de las economías
locales.
La teoría del ciclo político argumenta que la periodicidad
de las elecciones en los sistemas democráticos, unida al poder de los gobiernos
para estimular la economía, provocan ciclos económicos de duración ajustada a la
de los períodos legislativos “Esa expansión artificial provocará un exceso de
demanda y tensiones inflacionarias que deberán ser corregidos mediante medidas
impopulares, que serán adoptadas poco después de las elecciones, cuando los
gobiernos puedan dejar pasar mucho
tiempo, antes de someterse de nuevo a la aprobación popular ”.
La teoría del ciclo tecnológico explica en parte la
existencia de los ciclos largos de Kondratieff donde se presupone que, al
existir momentos en los que la conjunción de algunos descubrimientos científicos
clave permiten la aparición de un grupo de nuevas tecnologías, y esto estimula
fuertemente la inversión, la demanda y el empleo.
Esta teoría
sostiene básicamente que la historia económica de los espacios del mundo se
repite invariablemente, y que cada 50 o 60 años entramos en un nuevo ciclo, que
se subdivide en dos fases: una fase alcista de aproximadamente 30 años y una en
baja de 25 años. El argumento para estos ciclos de Kondratieff también puede
desagregarse en tres elementos que lo caracterizan: las cantidades, los precios
y la deuda, desagregados en varias etapas.
Por ejemplo
entre los máximos de las cantidades y los máximos de los precios se sitúa la
“estanflación” (estancamiento acompañado de inflación, la España actual). La
estanflación surge cuando el crecimiento disminuye y la inflación se acelera
como ocurrió a nivel mundial en los años 1973-1980.
La segunda
etapa corresponde a una fase de falsa prosperidad y de burbuja financiera. En
este tiempo histórico se registra una inflación en baja y una deuda en alza
(periodo 1990-2000 para el caso Argentino). Cuando la economía se encuentra en
esta fase depresiva se observa lo que se denomina “una prosperidad de papel”
(generalmente asociada a cuestiones solamente de índole financiera) – como
ocurrió por ejemplo en los años 20 en los Estados Unidos o en los años 80 en
Japón, en América Latina estos fenómenos fueron conocidos con el nombre de
“efectos”, tequila en México, Caiphirinia en Brasil y Tango en la
Argentina.
En la tercera
etapa todo este apalancamiento (préstamos) acaba en un “crash” porque llega un
momento en que los organismos financieros internacionales dejan de prestar
dinero. Y cuando no conceden préstamos, es el fin de la película. Básicamente es
lo que ocurrió en Wall Street en 1929 y actualmente en la Argentina, con el
agravante señalado para nuestro caso de la
estanflación.
En esta
tercera etapa si no se resuelven rápidamente los problemas del sistema
financiero y productivo, el camino conduce directamente hacia la depresión. Si
se acude a tiempo al rescate de ambos sistemas, puede entonces que el tránsito
este preparado para un siguiente ciclo alcista, de no ser así, los elementos
estructurales de la economía caen en picada y se desvanece la burbuja de
crecimiento en la que se sustento el ciclo alcista.
.
De acuerdo a la idea de los ciclos económicos, la economía
mundial se encuentra desde finales de los años setenta en una más de sus largas
etapas de estancamiento relativo, “ a
semejanza de las habidas de 1825 a 1848, de 1873 a 1893 y la de 1913 a
1938/45 ”;
pero en el periodo actual, las crisis se distinguen por ser más severas, amplias
y prolongadas, así como los auges más débiles, reducidos, superficiales y
breves, dado que se han trastocado estructuras sustanciales, nunca antes
remozadas, a todo nivel.
La teoría de los ciclos económicos, resulta entonces
contundente para referirnos a dos de los aspectos que más nos interesaba señalar
en estos parágrafos. Por un lado, la desmitificación de la “libre” actuación de
los capitales, y por el otro lo necesario de la interpretación del actual ciclo,
desde la concepción de Wallerstein de sistema-mundo.
Con esto podemos alegar que: La
fase actual de ciclo económico mundial, muchas veces denominada como
“Globalización”, no promueve de ninguna manera formas transparentes de
unificación internacional, por el contrario, la tendencia actual es generar
economías segmentadas que dividen a las sociedades y por ende a sus respectivos
espacios, y que probablemente ningún ciclo alcista nuevo de la economía mundial,
recomponga fácilmente a las masas marginadas de la sociedad civil y mucho menos
restaure la caótica situación ecológica y medioambiental.
Los
Estados Centrales, Semiperiféricos y Periféricos del Sistema-Mundo.
No caben dudas a esta altura que para comprender el real
proceso histórico de esa conjetura
designada como “Globalización”, resulta preciso un análisis del Estado y de sus
relaciones con el capital, tanto para los países del norte como para los del
sur.
Tampoco es novedad que los protagonistas históricos
esenciales del sistema-mundo son y fueron los países de las economías centrales
u “ascendentes”. Este grupo de no más de 10 países, de manera regular favorecen
la “Globalización” irrestricta, cerrando sus economías al mismo tiempo que
exigen la apertura de las otras.
Un segundo grupo de países, que necesariamente adhieren y
bregan por la “Globalización” entusiasta de sus economías y mercados, son los
“minoristas” de los países centrales, y son aquellos que intentan especializarse
en algún tipo específico de exportación, ya sea agrícola, minera, forestal o
marítima (siempre materias primas), las cuales ofrecen grandes beneficios al ser
industrializados a muchos miles de kilómetros de su origen. A estos terruños se
los denomina como semi-periféricos. Por último encontramos las economías
periféricas, que si se quiere abarcan un continente entero, como África, y
distintos manchones pretéritos del resto del mundo, en donde los sesgos
positivos de sus precedentes, apenas si son proyectos y los caracteres
negativos, rasgos distintivos de un estado de realidad inmutable.
Así la economía-mundo está dividida en: Estados del centro,
áreas periféricas y semiperiféricas. Estas últimas están entre la primera y la
periferia y quedan señaladas por unas sutiles serie de dimensiones, tales como
la complejidad de sus actividades económicas, la fuerza del aparato de Estado,
la integridad cultural, etc.
La periferia del sistema-mundo es aquel sector geográfico,
en donde la producción es preponderantemente de bienes de variables categorías,
pero que a su vez, es parte integrante del sistema global de la división del
trabajo, dado que algunas de las mercancías implicadas son
esenciales.
El
Estado-Nación como recurso. La reinvención de los gobiernos.
A medida que la mecánica de los mercados
verdaderamente mundiales de capital, reducen casi a la nada la capacidad de los
Estados-Nación para controlar los tipos de cambio o para proteger su divisa, el
resultado emergente no es otro que su creciente vulnerabilidad a la disciplina
impuesta por las elecciones tomadas en otros lugares, ya sea por personas o
instituciones, sobre las que no tienen control práctico. Es por ello que en una
economía mundial que se dice sin fronteras, cualquier teoría o sistema
estadístico que tenga el Estado-Nación como unidad principal de análisis, está
al menos parcialmente desfasado.
En función de lo anterior, la mayor parte de los gobiernos
en pos de la modernización han tomado una actitud y un modo de desenvolverse
"empresarial", promoviendo la competencia entre los proveedores de servicios en
lugar de eficientizarlos, controlando el rendimiento de sus agencias de
desarrollo no en función de futuro, sino de los gastos, y esto en definitiva ha
provocado la redefinición de sus “ciudadanos”, en usuarios o consumidores. Claro esta que
el gobierno no puede funcionar como una empresa, en primer lugar por que no lo
es, y en segundo por que no fue creado con ese fin y mucho menos elegidos con
ese propósito quienes son los encargados de llevar a cabo la tarea de
administrarlo.
La imagen descrita sugiere en términos geográficos o
espaciales, antes que una convergencia que implique expansión, que la economía
formal mundial en realidad esta contrayéndose y circunscribiéndose cada vez más
a escenarios muy precisos. Para las regiones que están fuera de, o sólo
parcialmente integradas a estas alianzas, las relaciones económicas formales y
las estructuras de negocios son entonces casi una utopía.
II. LA
REPRESENTACIÓN ESPACIO-TEMPORAL - Aspectos
dinámicos.
Las
nuevas ¿Economías Regionales?
La economía del sistema-mundo y la desregulación del
mercado han incrementado la penetración regional y los vínculos
transcontinentales del comercio fronterizo de todo tipo. Pero al mismo tiempo,
existe una similitud estructural entre este comercio fronterizo en general y las
relaciones y modos de organización que constituyen las economías regionales en
particular. Dicho de otra manera, es factible observar que este fenómeno antes
que favorecer el desarrollo de estos segmentos espaciales “puros”, la extensión
mundial de la "Globalización" ha terminado favorecido la expansión de las formas
no-liberales y casi feudales de la economía política.
Algunas de las características de las economías regionales
modernas permiten un comentario interesante sobre las dinámicas locales. Estas
dinámicas, evidentemente contrastantes con las ideas “centrales” del
sistema-mundo, se observan claramente desde la economía política, es decir,
existe una tendencia hacia una mayor integración en las zonas principales,
mientras que evidentemente fuera de estas regiones, la integración es
controversial y problemática y rara vez siguen los designios otorgados
exógenamente. Es decir que mientras que el liberalismo y las tendencias
integracionistas pueden ser propias de las regiones centrales, a través de una
combinación de crisis económicas, cambios políticos y liberalización, (como una
especie de contrastación empírica de los ciclos de Kondratieff), solo algunos
circuitos extra fronterizos particulares y no liberales, han crecido en
importancia en la periferia del centro y menos aún en el resto del
globo.
Con este esquema, la competencia entre regiones del mundo
para el establecimiento, decididamente coyuntural, de las empresas en su espacio
es despiadado y solo genera fantasías momentáneas, ya que siempre existirá otra
región del mundo más genuflexa a las peticiones. La idea de la independencia de
las regiones resulta entonces, solo otro talismán con pies de barro, una especie
de zanahoria que se les ofrece a los espacios del mundo para que los grandes
capitales, sigan diseñando su estrategia de acumulación.
Simultáneamente a lo antedicho y teniendo en cuenta el
actual potencial para rediseñar los sistemas operativos que ofrece la tecnología
de la información, debemos considerar que las "soluciones" regionales siguen
siendo a pesar de todo un mecanismo para el desarrollo, no de la forma
presentada más arriba, sino como un potente instrumento para tergiversar la
vieja noción de desarrollo, y para darles especialmente a las regiones del mundo, el valor real
de ser uno de los ejes estratégicos
del siglo XXI y no el montaje especulativo y circunstancial, que el capitulante
rol de unos pocos, últimamente les han otorgado.
La Díada:
Tecnología / Medio Ambiente.
El considerable aumento de la
actividad económica internacional, llamado generalmente “Globalización”, ha sido
interpretado por la mayoría de los especialistas y sobretodo por los medios de
comunicación, como la “nueva era” del comercio internacional. Se afirma que las
transformaciones revolucionarias en las tecnologías de la comunicación y el
transporte, son paralelas a la reestructuración de las finanzas y la
organización de la producción, más allá de las fronteras nacionales, y que
contribuyen a la reconfiguración de las Naciones.
Las nuevas tecnologías basadas en la informática facilitan
la circulación de la información, aumentan la velocidad de las transferencias y
los aumentos de capital y proveen una red para la toma de decisiones. Pero de
ninguna manera la tecnología determina, la localización de las inversiones, el
presupuesto para educción, los programas sociales, en fin la política
territorial de un país.
La tecnología por si misma no constituye una fuerza social
autónoma, dado que en definitiva, actualmente son las tasas de beneficio las que
determinan el modo, la forma y la territorialización en que esta información
tendrá su impronta de signos en el espacio.
Así la competitividad ha adquirido la categoría de credo
universal, el rango de ideología, proclamándose a los cuatro vientos que se está
incubando una nueva economía global. En base a esta idea, ya sea mediante la
localización o el traslado de instalaciones productivas, o a través de
sólidas alianzas para competir con mayores posibilidades de éxito a escala
mundial, las redes mundiales de las empresas multinacionales están
reestructurando la configuración sectorial y territorial en todos los
ámbitos de la economía y de la industria.
Pero de todas maneras en el actual orden, tanto los
capitales transnacionales y esencialmente las empresas multimodales
cosmopolitas, experimentan y colisionan con un dilemas muy difícil de resolver:
la crisis ecológica .
La
naturaleza, como el último de los recursos.
Con el fin de maximizar los beneficios, sistémicamente los
capitales en expansión, apelan en especial
a dos recursos: No gastar demasiado en los salarios obreros y no pagar
demasiado por el proceso de producción.
Eufemísticamente a este proceso se lo conoce como
“externalización de costes”, y hay dos métodos principales de externalizar
costos. Uno es esperar que el Estado pague por la infraestructura necesaria para
la producción y la venta de los productos.
El segundo y más importante método es no pagar los costes
denominados como ecológicos: No reemplazar los bosques cortados o reemplazarlos
con especies no autóctonas con el consecuente desequilibrio ecológico ,
y aunque el ejemplo citado en la nota al pie resulte casi naif, dadas las nuevas
formas de arrebato ambiental que hoy sufren los espacios del mundo, las
derivaciones ambientales de los territorios perjudicados son tan nefastas que
cada situación merece un análisis particular.
La canadiense Patricia Adams en su trabajo “Deudas odiosas,
insensatez económica y saqueo ambiental”
realiza un muy detallado informe acerca de las nuevas y sutiles formas de
expoliación económica y ambiental de los países de la periferia, que abarcan
desde el canje de naturaleza por deuda, hasta las forzadas orientaciones
agrícolas impuestas a sectores del mundo.
Una de las mayores pruebas a la
que se verá sometida la sociedad en el siglo XXI consistirá en el modo de
utilizar "el poder de la tecnología" para satisfacer las demandas planteadas por
“el poder de la población” esto es, como encontrar soluciones globales eficaces,
con el fin de librar a las tres cuartas partes más pobres de la humanidad de la
creciente trampa malthusiana de la malnutrición, agotamiento de los recursos,
emigración forzosa y los conflictos armados; consecuencias que, aunque menos
directamente, también pondrán en peligro a los países
ricos.
Por todas estas razones, el período frente a
nosotros, los próximos 30-40 años, será un momento de transición masiva hacia
algo distinto, hacia un sistema (o unos sistemas) nuevo(s). Quienes vienen en
ayuda de esta idea para profundizar, son Jean-Paul Fitoussi y Pierre
Rosanvallon, cuando argumentan que “Vivimos ciertamente una mutación
económica decisiva (la de la globalización) y vemos con claridad el agotamiento
de cierto tipo de regulación económica. Pero al mismo tiempo sentimos que
el problema es más amplio. Todos comprueban que, con el desarrollo
de la globalización, surgen relaciones inéditas entre economía, política y
sociedad. Vivimos a la vez el agotamiento de un modelo y el final de un antiguo
marco de inteligibilidad del mundo. Nos encontramos por eso ante un gran
punto de inflexión de la modernidad, que no debe ser desaprovechado
LAS FORMAS-CONTENIDO
RESULTANTES.
Históricamente la acumulación de capital ha requerido como
condición sine quanon una relativa armonía entre las fuerzas productivas y las
relaciones sociales de producción. Estos dos elementos constituyen una unidad; y
sin dudas se trata de una unidad dialéctica, pues su evolución obedece a causas
distintas y tiene ritmos simultáneos diferentes .
La actual fase descendente de los ciclos largos lo que en
definitiva manifiesta, es la readecuación de estos dos aspectos de indisoluble
unidad. “Readecuación que ha tenido lugar, sobre la base de una redefinición
radical de las relaciones sociales, con el fin último de reestablecer la tasa
media de ganancia de las fracciones dominantes del capital ”.
Para responder a los distintos interrogantes planteados
durante el desarrollo del presente documento, fue necesario acercarnos a una
determinada unidad de análisis, la escala global, desde una perspectiva teórica
que se imbuyó para la comprensión de la realidad, con la idea del
“sistema-mundo” y sus tendencias seculares.
Por ello consideramos que
actualmente esta tendencia se caracteriza por una onda larga descendente, pero
mientras tanto, el rumbo de las relaciones sociales y productivas básicas es mucho más
difuso. Sin embargo, un horizonte se revela, si primeramente tenemos en cuenta
que la actual situación, es el producto de una larga fase expansiva previa, y
que dadas las leyes a que está sujeta la acumulación de capital, resulta
entonces inevitable que hoy prevalezcan, varios elementos relacionados.
En este contexto, las características
específicas que se desprenden de la actual onda larga descendente las podemos
definir, sin pretender establecer ninguna jerarquía, ni darle un carácter
exhaustivo, por las siguientes variables:
Temporalidad.
La onda larga ascendente más prolongada en la historia del capitalismo
industrial, tuvo una duración de unos treinta años. Quizá por ello no sea de
extrañar que en los albores del siglo XXI aún no sea posible afirmar que la fase
descendente haya sido superada.
Transnacionalismo. La “vieja” noción de la modernidad del Estado Nacional ha
sido interpelada bajo un profundo y radical cuestionamiento en los ámbitos
económico, político, social, cultural e ideológico. Conceptos otrora impulsados
por las burguesías nacionales y asimilados por el conjunto de clases sociales
como parte de la ideología y la cultura mismas como, por ejemplo, el de
“soberanía”, son hoy seriamente cuestionados (aunque no abandonados) tanto en
los países centrales como en los periféricos..
Reconceptualización de lo Estatal.
Particularmente desde el inicio de la década del 80 ha tenido lugar un
cambio muy significativo en lo relativo a las funciones del Estado, a la
ideología en que se sustenta y a su participación en la actividad económica. No
solo por su “achicamiento”, sino que estamos ante una transformación cualitativa
de importancia que, por un lado, ha sido impulsada por las fracciones dominantes
del capital en respuesta a sus necesidades e intereses y que, por otro lado, ha
venido a alterar los acuerdos sociales explícitos e implícitos sobre los que
basaba su funcionamiento.
Sectorización del área decisional. Se definen nuevos órganos de gestión mundial y otros ya
existentes asumen nuevas funciones. Los cambios a los que hemos aludido, han
tenido como consecuencia necesaria (es más, inevitable) la readecuación de las
reglas del juego de las instituciones gestoras al modo de producción capitalista
a nivel mundial.
Rotación
tecnológica. Luego de una amplia
difusión de la aplicación de invenciones tecnológicas y de productos que habían
permanecido sin aplicación comercial generalizada durante largos años, esto dio
lugar a que se hable de una nueva “revolución tecnológica” del capitalismo
industrial. Provocando dos efectos sustanciales: por un lado, ha sido un factor
primordial en el fuerte incremento del ejército industrial de reserva y, por
otro lado, ha implicado la necesidad de una readecuación en la capacitación de
sectores importantes de la fuerza de trabajo .
Nueva
división internacional del trabajo. El desarrollo tecnológico en la producción, transporte,
comunicaciones y, en general en los servicios, ha posibilitado la división del
proceso de producción de una manera tal que hoy pueden producirse
simultáneamente diversos componentes del mismo producto en diferentes países,
para ser después ensamblados en cualquier otro lugar y vendidos en todo el
planeta. De esta manera, el capital aprovecha de mejor manera que antes las
posibles ventajas laborales, legislativas y de comunicación, en la búsqueda de
las mayores ganancias. Con ello, se ha redefinido la división internacional del
trabajo, trasladando a la Periferia del sistema las actividades industriales con
mayor intensidad de mano de obra y esto mismo puede decirse a su vez de las
actividades más contaminantes.
Complementariedad capitalista. El proceso de centralización del capital avanza
sustancialmente a través de diversas fusiones y absorciones. Esto significa que
un menor número de empresarios (e, incluso, de empresas) posee los medios de
producción y compra la fuerza de trabajo necesarios para abastecer al mercado
mundial gracias a la desaparición de competidores.
Globalizaciones parciales. El proceso de internacionalización del capital ha dado un
salto cualitativo con la liberalización económica y la formación de bloques
(MERCOSUR, NAFTA, UE, etc.), estableciendo con ello nuevas condiciones para la
operación a nivel mundial. Es cada vez más claro que hoy la producción,
circulación, distribución y consumo de mercancías tiene lugar a escala mundial.
“Pero de ninguna manera debe inferirse que todas las formaciones sociales que
integran el sistema tengan igual participación en estas actividades; ya que este
proceso de internacionalización ha seguido teniendo lugar sobre las bases del ya
conocido desarrollo desigual, el cual se manifiesta en que el puñado de
formaciones que constituyen el Centro, se apropian de la mayor parte del
excedente, siendo allí, además, donde se realiza la mayor parte del consumo
(productivo y no productivo)” .
Precarización segmentada. En las últimas décadas ha habido una profunda y radical
redefinición de las relaciones sociales de producción con claro perjuicio a las
clases trabajadoras y a algunos sectores de capitalistas marginales, que se han
visto perjudicados con la redefinición de los términos de la competencia
producida con la apertura del flujo comercial y de
servicios.
Heterogeneidad conductiva. Con la aceleración de la pérdida de la hegemonía mundial
de los Estados Unidos, tanto en lo económico como en lo tecnológico, y ante el
avance en la productividad del trabajo en las economías europeas y japonesa, y
su consiguiente mayor peso en sus respectivas áreas de influencia; se ha
producido un quiebre muy importante y esperado. Pero esa pérdida es menos
significativa en lo político, sobre todo por las dificultades de cohesión de los
Estados que conforman la Unión Europea y el Mercosur por solo nombrar algunos de
los bloques económicos existentes. “Debe tenerse en consideración que la
existencia de una potencia hegemónica reduce o impide la exacerbación de las
rivalidades intercapitalistas, la irrupción de guerras comerciales, el
proteccionismo, la aparición de bloques semiautárquicos y se encarga de la
represión de los posibles movimientos antisistémicos de países de la
Periferia”.
No obstante, es de esperar que a largo plazo haya una nueva forma de gestión y
resolución de los problemas mundiales, que para algunos casos se ha ido
mostrando ya a partir del mayor peso del Consejo de Seguridad de la ONU y de la
OTAN como instancias decisoras supranacionales, sobre todo en los aspectos
bélico militar .
Concentración ideológica. La desaparición de los regímenes de Europa del Este y su
absorción por el sistema capitalista no significa solamente una ampliación
geográfica del ámbito de actuación del capital, sino que ha tenido varios
efectos relevantes que interesa destacar: 1) La posibilidad de expansión de la
geocultura del sistema. 2) El debilitamiento sustancial de las estructuras
políticas “progresistas”, y 3) La aparición del capitalismo como el modo de
producción, si no único, sí claramente hegemónico a nivel
mundial.
Feudalización. Producto del avance económico, político e ideológico de
los sectores de clase dominantes, pero agudizado por lo acontecido en los países
de Europa del Este y China, amplios sectores de la izquierda parecen mover sus
posiciones políticas hacia el centro; ante ello, la misma derecha busca
desplazarse en la misma dirección. “Aunado a lo anterior y agudizado por la
penetración de la ideología y la política contemporáneas del capitalismo (o sea,
el neoliberalismo), cambian los marcos de referencia ideológicos y políticos,
abandonándose categorías y métodos: ya no se habla de clase sociales sino de
sociedad civil, ya no de socialismo sino de democracia, ya no de lucha de clases
sino de participación ciudadana”,
etc.
Consideramos que lo antedicho se presenta ante todo, como
una aproximación teórica válida para avanzar en el estudio del espacio
geográfico en general y la ordenación del territorio. Esta propuesta si bien no
es decididamente novedosa, pretendemos sea un avance en la búsqueda de otros
horizontes analíticos , dentro de una ciencia como la geografía que se ha
presentado históricamente como remisa a otras concepciones, y otras veces
simplemente como simbiótica.
Bibliografía
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económico en la revalorización del espacio. Instituto de Geografía, Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (Serie
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Romero, José Luis:
Latinoamérica: Las ciudades y las ideas. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires.
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Halperín Donghi Tulio.
Historia Contemporánea de América Latina. Alianza editorial, Madrid.
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