EDUCACION, TERRITORIO Y DESARROLLO
ENDOGENO.
UN
ESTUDIO DE CASO.
Mg. Silvia Mira de
Navas
Prof. Rosa Fittipaldi
de Nardi
Abstract
Todo proceso de transformación que enfrenta una región, se relaciona
íntimamente con sus aspectos territoriales, en especial los ligados a sus
recursos económicos y humanos organizados por, y para, los miembros de las
comunidades locales que la integran.
El trabajo que presentamos se encuadra en uno de los ejes temáticos más
debatidos en las últimas décadas del siglo XX: el desarrollo regional endógeno,
y el papel que en él desempeñan la formación y la capacitación de los
habitantes. En este sentido, los niveles educativos alcanzados por la población
de una región, se revelan como un factor explicativo de los procesos
predominantes en este tipo de desarrollo.
Esta ponencia pretende enlazar dos cuestiones relevantes: la incidencia que la
educación tiene en la construcción de la región desde adentro, a la vez que
resaltar la operatividad del sistema educativo como agente de transformación
social.
Presentamos aquí, un estudio de caso referido al sur bonaerense, donde la
implementación de todos los niveles educativos permite acercarnos al diagnóstico
de situación de ese espacio, y, sobre todo, a la revalorización del
concepto “región” a la luz de estos nuevos enfoques.
La Educación es fundamental para el crecimiento económico y la disminución
de la pobreza de una comunidad. A través de ella se obtienen conocimientos,
capacidades, actitudes y valores. La evolución tecnológica y las reformas
económicas hacen que las estructuras industriales y los mercados de trabajo,
exijan la formación de trabajadores capacitados que ayuden al crecimiento
económico y sostenido, y por ende, a mejorar los niveles de ingreso de la
población.
El nuevo escenario mundial surgido en las últimas décadas imprime
profundas modificaciones estructurales en los distintos países. Sin duda,
el desplazamiento del rol del Estado-Nación como agente promotor del crecimiento
económico hacia los municipios, es el fenómeno más significativo de
descentralización. Esta implica un trasvasamiento de funciones y
responsabilidades, así como el surgimiento de nuevos desafíos para generar el
crecimiento desde la ciudad misma. Los municipios se transforman en
receptores directos de las demandas de sus habitantes, y paralelamente en
principales motores del desarrollo local-regional.
La escuela debe estar estrechamente vinculada con la comunidad inmediata,
autogestando la vida interior de la misma, pero a su vez creciendo no sólo en la
articulación horizontal, sino también en la vertical, encuadrándose así, dentro
de las normativas existentes en el sistema educativo. De este modo, el
protagonismo de lo local se proyecta hacia la región, dinamizando las redes
educativas para generar proyectos mancomunados, que fortalezcan a la sociedad y
sus organizaciones.
Las propuestas educativas surgen como respuesta a determinados momentos
históricos y sociales, y en la medida que éstos cambien, también la escuela
implementará modificaciones. Es así, que fue necesario imponer la
descentralización para darles oportunidad de desarrollo a las instancias
locales, ya sean comunas, departamentos, regiones. En consecuencia, la escuela
también está involucrada en este proceso de descentralización en cuestiones que
hacen al empleo o al funcionamiento de los mercados locales.
Los acontecimientos sociales, económicos y políticos de los últimos años,
provocaron profundos cambios y desequilibrios en la estructura productiva del
distrito de Bahía Blanca y la región, los cuales afectaron la dinámica del
mercado laboral, generando nuevas modalidades de empleo y un requerimiento de
recursos humanos adaptado al redimensionamiento y modernización del municipio.
En este contexto, el conocimiento es un factor condicionante y motor de
desarrollo. La competitividad está relacionada con la factibilidad de las
personas, regiones y naciones para adaptarse al nuevo escenario. La capacidad
para generar, difundir y utilizar el conocimiento es considerada en la
actualidad, un factor determinante de competitividad. La concreción de este
objetivo requiere de recursos humanos que permitan impulsar los proyectos o
programas de desarrollo, promoción e investigación para generar la
transformación deseada.
Hoy, la formación de los recursos humanos asociada a las necesidades y
requerimientos del desarrollo endógeno, es la clave para lograr el éxito.
Conocer el estado de situación de los niveles educativos de la ciudad y la
región, se revela como factor explicativo de los procesos predominantes en este
tipo de desarrollo.
En este momento nuestra educación está viviendo una etapa de gran movilización y
transformación pedagógica. La misma tiende a preparar al estudiante en tres
sentidos: para continuar estudios superiores, en el campo laboral, pero sobre
todo, en su formación ética ciudadana. Se lo debe dotar de competencias que lo
habiliten para el cambio, poseer autonomía, tomar decisiones, y por último,
tener espíritu crítico; todas ellas, condiciones básicas para entrar en el
mercado de trabajo. Precisamente, en la actualidad, nuestro país está
atravesando una gran problemática: desocupación o desempleo, y ésta también es
parte de la preocupación del sistema educativo.
En relación al campo de las actividades productivas, hemos tenido en
cuenta algunas apreciaciones de especialistas en el tema:...”La formación y
desarrollo de un sistema productivo local obedece a una combinación dinámica de
factores endógenos y exógenos, en un proceso innovador fuertemente articulado al
territorio. Cada región, cada comunidad territorial dispone de un conjunto
de recursos económicos, humanos, institucionales y culturales que constituyen su
potencial desarrollo endógeno. Tal potencial puede ser movilizado por factores
de oferta –estado de necesidades de la comunidad- o por demandas del
mercado”...”Entre fuerzas internas y externas debe existir un equilibrio y mutuo
fortalecimiento”...( Vázquez Barquero, A.: 1993, p.p 58).
Al decir de otro investigador:...”Una correcta política económica
territorial, es lo que identifica núcleos de fortaleza sectorial y los amplía y
refuerza, para fomentar agrupamientos concentrados geográficamente, sin olvidar
un entorno en el que cualquier sector pueda prosperar si sus empresas se
muestran innovadoras y consiguen mejorar su productividad...” ( Madoery, O. , en
Benko y Liepietz: 1998 ,p.p.172).
La educación para el trabajo es un nexo entre dos mundos
encontrados que parecen diferentes, pero que en realidad se complementan. El
desafío está instalado. En el mundo de la educación prima lo subjetivo, se
particulariza la esencia del ser, de su familia o comunidad. En cambio, en el
mundo del trabajo tiene mayor prevalencia lo objetivo, ya que está condicionado
por variables económicas externas, como el mercado, producción, etc. Sin
embargo, tienen de coincidencia que ambos forman parte del mundo del hombre.
Partir de lo educativo hacia lo productivo, significa concretar espacios
disciplinarios e interdisciplinarios al nivel de institución educativa y
comunidad. Por el contrario, si el punto de partida es el mundo
productivo, la educación apunta a la producción concreta de bienes y
servicios.
Aquí se nos presentan ciertos interrogantes: ¿Qué tipos de
tareas y nuevas ocupaciones van a surgir? ¿Qué posibilidades ocupacionales
existirán en el futuro?. Evidentemente, también hay que prever la contingencia
de la falta de empleo, ya que nuestro país no escapa a este fenómeno,
tristemente mundial.
En 1990 un documento de las Naciones Unidas expresaba al respecto:
...”La orientación y los resultados de los esfuerzos internos por superar la
crisis dependerán de manera no despreciable del entorno externo, que influirá
siempre y en forma decisiva en el desempeño de las economías de la región “...”y
la posibilidad que haya de acceder a tecnologías y conocimientos en condiciones
que faciliten una transformación productiva asentada en la
competitividad.”...”Las transformaciones productivas deben ser compatibles con
la conservación del medio físico, y en consecuencia la dimensión ambiental y
geográfico-espacial debe incorporarse plenamente al proceso de desarrollo”...”El
crecimiento sostenido apoyado en la competitividad es incompatible con la
prolongación de rezagos en la relación con la equidad.”...(CEPAL : 1990,
p.p.13-14 ).
En definitiva, estas propuestas apuntan a satisfacer
necesidades socio-económicas con equidad, donde las variables
determinantes para consolidar la región pueden ser tanto exógenas – crisis en
los mercados- como controlables desde el interior del área, es decir que
conforman un desarrollo endógeno.
La educación debe ser integral e integradora frente a una realidad
que simultáneamente comprende: la globalización de la economía a escala
internacional, la integración a escala regional, y por su parte, la importancia
de los espacios locales como ámbitos del desarrollo del individuo en su
comunidad. Esto confirma la necesidad de que exista interrelación entre todas y
cada una de estas escalas, donde la noción de territorialidad debe prevalecer,
en cuanto a rescatar la identidad y amor por la herencia cultural, y de esta
manera, estar preparados para responder a las demandas de marcos regionales más
amplios.
Por este motivo, creímos conveniente realizar un estudio sobre la
realidad educativa del país, región y comunidad que habitamos, partiendo de un
diagnóstico del estado de situación de este sistema. A través del análisis de
las características de la población educativa en los niveles tradicionales (
preescolar, primaria, secundaria, terciaria y universitaria ) que regían a la
fecha del último censo, objeto de nuestra investigación, hemos ponderado datos
relativos a la asistencia escolar, continuidad o cese de estudios, permanencia
en el sistema más allá de las edades naturales, instrucción pública o privada, y
población que nunca accedió a establecimientos educacionales.
Este trabajo es continuación del avance presentado en el
Segundo Encuentro Humboldt, viéndonos ahora abocadas a ampliar la escala
abordada, así como la información acerca de la población escolar de la Región
XIV estudiada para 1991, contando con los datos proporcionados por
el Censo Nacional y los elaborados en el trabajo Red Educativa Regional (
1994 ).
Con el propósito de realizar una minuciosa tarea en el tratamiento de dichos
datos censales, se obtuvieron cuadros estadísticos, graficaciones, mapas, y como
síntesis de todos ellos, importantes conclusiones. Estas nos ayudaron a detectar
la relevancia de la Educación como parámetro fundamental en las cuestiones
regionales.
En todos los casos, se establecieron correlaciones con las escalas nacional,
provincial y una regional más amplia que la considerada, la del sur de la
provincia de Buenos Aires.
Tratamiento de
la problemática.
Cabe aclarar que el área de estudio no surgió arbitrariamente , sino que está
comprendida por las jurisdicciones administrativas de la Región XIV,
definida por la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, y
que está integrada por once distritos escolares coincidentes con los
distritos del sur bonaerense. Estos son : Bahía Blanca, Coronel Dorrego,
Coronel Pringles, Coronel Rosales, Coronel Suárez, Monte Hermoso, Patagones,
Puán, Saavedra, Tornquist y Villarino.
La Argentina ha tenido históricamente un sistema de educación avanzado en la
calidad y cantidad de su matrícula. Pero ésta se ha visto afectada con un
aspecto negativo, dadas las condiciones socioeconómicas generales que en las
últimas décadas están en franco retroceso.
Uno de los aspectos considerados como influyentes en el futuro de la población,
es el de la accesibilidad a la educación, y por supuesto, la permanencia en el
sistema hasta terminar los estudios emprendidos.
Asistencia
escolar.
Si observamos que en 1991 y a escala nacional, el 95 % de la población en edad
escolar ha estado matriculada, podríamos establecer que no existía un problema
de falta de acceso a la educación; dato que es todavía más halagüeño para las
otras escalas provinciales o regionales, en las que se registró un 97 %. No
obstante, al cruzar estos guarismos con los correspondientes a la población
estudiantil que “no asiste pero asistió”, comprobamos que el panorama cambió
negativamente, reflejando para todas las escalas estudiadas porcentajes mayores
del 60 % de la población escolar que abandonó sus estudios.
Los problemas que afectan al sector de la educación, como a otros, se deben a
cuestiones económicas que trascienden el control sectorial y que están
directamente asociadas con la calidad escolar. El traspaso de la responsabilidad
de la educación a las provincias, es decir la descentralización, todavía no ha
encontrado un buen cauce y su desempeño es deficiente.
Al bajar a la escala regional, de los once distritos considerados, se destacan
primacialmente Bahía Blanca y Coronel Rosales con datos que corroboran una buena
asistencia escolar y reducida matrícula que nunca se incorporó al
sistema.
Explica la diferencia que tienen respecto de los demás distritos, el que los
mencionados sean poseedores de las mayores concentraciones poblacionales
de la región, que actúan como polos de atracción por el desarrollo económico e
industrial que se generó en ellos, a expensas del paulatino despoblamiento de
las áreas rurales. Estas últimas, están conformadas por el resto de los
distritos, que acusan cifras inferiores al promedio de toda la región en cuanto
a permanencia o entrada en el sistema.
Evidentemente, los niños no matriculados están representados en las zonas
rurales más alejadas de los centros educacionales o que viven en la pobreza
absoluta, y que deben cooperar con su familia en trabajos que no le
permiten acceder a la educación. O, si lo hacen, es en forma incompleta y con
mucha menor posibilidad de alcanzar estudios secundarios o de mayor
nivel.
Por otra parte, el distrito de Monte Hermoso surge asimilado a las
características de los que manifiestan un panorama más favorable, así como
también presenta alta densidad de población urbana. Pero hay que estar
advertidos que al tratarse de una división administrativa con reducida
superficie, ésta influye en los resultados.
La población mayor de tres años que asistió a establecimientos educacionales
oscila entre el 25 % y 32 % de la población total en edad de asistir. Dichos
guarismos a nivel regional representan el 29.5 %, siendo bastante similares a
los obtenidos en las otras escalas consideradas.
Población de más
de tres años que nunca asistió a establecimientos educacionales.
Bajando la óptica de análisis al grupo de población “mayor de tres años que
nunca asistió a la enseñanza escolar” para 1991,observamos tres zonificaciones
teniendo en cuenta los porcentajes.
De este modo, queda demostrado que los partidos del sur de la provincia de
Buenos Aires, Patagones y Villarino, evidencian los mayores problemas de
acceso a la educación, asociados a la falta de incentivos en las familias pobres
para enviar sus hijos a la escuela. En una franja intermedia, se encuentran la
mayoría de los distritos, que son coincidentes en las actividades agropecuarias
que desarrollan.
La población rural de nuestro país responde demográficamente a las pautas
señaladas por las estructuras agrarias regionales, determinando sistemas de
producción y mercados que en general no ofrecen perspectivas de trabajo, sino
que las demandas laborales son cada vez más reducidas. Y en este caso de
estudio, la población rural, concentrada o dispersa, no escapa a las generales
del país.
Correlacionadamente al aspecto económico se comprueba que en el contexto rural,
los problemas de abandono o inasistencia escolares se ven agravados. Esto deja
entrever, por una parte, que la oferta educativa es inadecuada para las
condiciones rurales, y por otra, que la demanda de esa población se reduce a una
educación elemental a la que le atribuye limitada utilidad.
Esta orla rural rodea al distrito de Bahía Blanca, el que si bien presenta
guarismos menores en cuanto a población que nunca se escolarizó, no posee los
más bajos. Esto se explica por la creciente población con escasos recursos que
constituye el fenómeno “éxodo rural”, y da lugar a este proceso migratorio del
campo a la ciudad de Bahía Blanca. La motivación del mismo tiene como objetivo
conseguir empleo y mejorar su calidad de vida. Pero rara vez lo logran y pasan a
engrosar los grupos marginales, localizados en asentamientos precarios, ilegales
en muchos casos, y muy lejos de alcanzar para ellos y su familia, el bienestar
ansiado. Sus hijos difícilmente pueden concurrir a la escuela, y mucho menos
desarrollar una escolaridad completa. Esta afirmación se ve avalada por el
trabajo publicado acerca de los asentamientos espontáneos carenciados de Bahía
Blanca. ( Ockier, C. y Formiga, N. : 1987).
Por último, en cuanto al análisis de este indicador que toma en cuenta a la
población que nunca asistió a la escuela, se observa que los distritos de Monte
Hermoso, Saavedra y Coronel Rosales son los que se muestran en mejor
posicionamiento respecto a los demás. Influye en tal aspecto, que los tres
distritos concentran población urbana considerable, en divisiones
administrativas de superficie reducidas. Además, se puede acotar que la
presencia de la Base de Marina de Puerto Belgrano en el distrito de
Coronel Rosales, con una población estable calificada incide en los
resultados.
El panorama presente en 1991 era bastante satisfactorio en relación a la
escolaridad de la población y a la permanencia en ella en la mayoría de
los distritos. El mismo será objeto de ajuste con la realidad cuando se pueda
cotejar con los guarismos del próximo censo. Es decir, hasta ese año, se
deberían reforzar sólo algunos distritos con los elementos necesarios para
captar a la población que quedó fuera del sistema por distintos motivos.
Respecto a estos guarismos estudiados para las otras escalas, se comprobó que
los porcentajes promedio de la Región XIV, así como de la provincia de Buenos
Aires en su conjunto, eran similares ( del 3.0 al 3.5 % ), en cambio el país
arrojó el 5.0 % del total de población que nunca asistió a la escuela para
1991. Una vez más, notamos que los valores obtenidos a nivel nacional, pueden
ser otros diferentes en las escalas regionales o locales, cuando se estudia el
fenómeno en más detalle.
Permanencia más
allá de las edades naturales.
Es sabido que la educación, especialmente la básica – primaria y
secundaria del primer ciclo – contribuye a reducir la pobreza, al aumentar la
productividad de la franja de población inmersa en ella, mejorando su calidad de
vida y proporcionándole las aptitudes que necesitan para ser partícipes en la
sociedad y en los lugares de trabajo.
Cada vez más es necesario emprender una ardua tarea para modificar las
desigualdades educacionales y suprimir las discriminaciones en el acceso a las
oportunidades de aprendizaje de los grupos desamparados: los pobres, los niños
de la calle, los que trabajan y los que habitan regiones rurales.
Las estadísticas nos demuestran que existen marcadas diferencias entre la
población de los distritos de prevalencia rural y aquellos que habitan los
más urbanizados, en lo que se refiere al acceso de la educación posprimaria.
Para poder cursar la escuela secundaria, los jóvenes rurales generalmente tienen
que asistir a centros urbanos de tamaño intermedio. Esto significa aumentar
costos, ya sea porque deben alojarse en forma temporaria en dicha ciudad, o
trasladarse diariamente hasta ella, a veces recorriendo grandes distancias.
Lo comprobamos al remitirnos a los datos estudiados para la población “que no
asiste a la escuela, y está en edad de hacerlo”, con los siguientes
porcentajes: Villarino (52.4 %), Coronel Pringles (45.2 %), Patagones (41.9 %) y
Coronel Suárez (40.3 %). Todos ellos se alejan de las cuantías porcentuales para
la región y el total del país, que oscilan entre un 33.5 % y 35.2 %
respectivamente, donde las diferencias son absorbidas y equiparadas ante el
mayor número de casos.
Además, muchos de los estudiantes rurales que logran asistir a la escuela
secundaria, no regresan al campo o a su pueblo de origen. Se produce de esta
manera, un éxodo incentivado por la falta de adecuación al medio rural de las
materias aprendidas, tanto como por la ausencia de perspectivas ocupacionales en
ese sector. Este se controlaría en cuanto se modificaran dichas situaciones.
Los mayores logros educativos en cuanto a captación de estudiantes, es sin
dudas, el que registra la educación primaria en todos los distritos, con un
porcentaje promedio de sólo un 11.2 % que no asistió, al que se acercan todos
los distritos por igual. En este caso, se iguala al porcentaje de la escala
regional del sur bonaerense, pero es inferior al del total del país, donde sólo
el 5.1 % de potenciales escolares no asistieron y estaban en edad de hacerlo. Al
respecto, se recuerda la obligatoriedad existente de concurrencia a la escuela
para la educación básica primaria, que influye obviamente en los resultados.
En relación a la no concurrencia a establecimientos de enseñanza preescolar, los
porcentajes son relativamente significativos en todas las jurisdicciones de la
Región
XIV, con un
promedio del 33.3 %, pero mostrando un mejor estado de situación que la región
de todo el sur bonaerense, con el 40.5 %, e inclusive del país, con el 51.6
%.
El número de niños de tres a cinco años asistente al preescolar fue
incrementándose a partir de la década del ’70 en nuestro país. Pero, como
es notorio, la matrícula de ese nivel, lejos de estar equiparada a la cobertura
de la educación primaria, tiende a concentrarse en las zonas urbanas y en los
sectores de ingresos medios y altos. En los estratos de menores ingresos, está
asociada a la necesidad de las familias de enviar sus hijos al preescolar,
porque las madres deben salir a trabajar, en muchos casos siendo el único sostén
de la familia.
Es indiscutible que el clima educacional de los hogares, influye en gran medida
en los logros escolares de los estudiantes. Y, por ende, ayuda a su futura
integración productiva. Algunos, sin embargo, deben comenzar tempranamente a
trabajar mientras estudian. Por otra parte, y frente al desempleo y subempleo
que enfrentan los mercados de trabajo deprimidos, los jóvenes optan por
prolongar su período de formación, ya sea como necesidad de prepararse para
acceder a exigencias ocupacionales de mayor movilidad social y de ingresos, o
simplemente como un refugio temporal.
Población que
completó sus estudios.
Para obtener conclusiones, establecimos correlaciones entre los grupos de
escolaridad según nivel tradicional – preescolar, primario, secundario,
terciario y universitario - cotejando sus respectivas matrículas que completaron
estudios, con aquellas que no lo hicieron.
A escala nacional, existió una tendencia similar a las proporcionadas por las
escalas regionales, en relación a los estudios primarios y secundarios,
representando variaciones entre el 60 % al 70 % respectivamente, de población
que no completó sus estudios.
No se registraron datos del nivel preescolar a escala nacional, siendo muy baja
la incidencia en las otras escalas.
En cuanto a la distribución por distritos, coincidió coherentemente con lo
expuesto para la caracterización de zonas que evolucionaron según las
necesidades del sector productivo a que pertenecían. Es así, que la orla de
distritos vinculados a la explotación agropecuaria, en general, tienen el mayor
déficit en población que no terminó la escolaridad. Se destacan
favorablemente sólo tres distritos de esas características: Coronel Dorrego
(61.3 %), Saavedra (65.0 %) y Monte Hermoso (66.6 %) por las razones ya
comentadas. El distrito de Bahía Blanca registra valores menores a éstos, porque
capta escolares de la zona que inician estudios en los centros urbanos del
distrito, pero en muchas oportunidades no los completan.
Por último, y en relación a la instrucción terciaria y universitaria, los
guarismos regionales difirieron en forma opuesta a los nacionales, ya que estas
últimas evidenciaron menores cuantías porcentuales para alumnos que completaron
el terciario (5.9 %) respecto de la escala regional (6.3 %); mientras que el
porcentaje de población universitaria que completó estudios fue del 6.4%,
viéndose reducidas entre el 4.4 % al 5.3 % en las regiones estudiadas. Esto se
explica por la presencia de Institutos Terciarios en varias ciudades
cabecera o densamente importantes de la región.
Los costos por estudiante en las enseñanzas primaria y secundaria son
financiados por los gobiernos provinciales, a partir de la descentralización.
Por su parte, la eficiencia económica de las universidades depende del
gobierno nacional. Los grupos de ingresos altos y medios, fueron los que
más se beneficiaron con la expansión de la educación media, terciaria y
universitaria. Esto contribuyó a que varias familias de mejor situación
económica recibieran beneficios proporcionalmente inversos a su representación
demográfica, ya que en esta última década se evidenció cada vez más el retroceso
de la clase media con poder adquisitivo en nuestro país. ( Banco Mundial: 1988
).
La menor efectividad de la educación como motivación de la movilidad
ocupacional, con situaciones de difícil inserción en el mercado de trabajo, ha
generado una creciente frustación, sobre todo en los jóvenes. Esa falta de
expectativas ha influenciado también en la continuidad de las carreras
superiores, y eso se vislumbra al considerar los porcentajes de estudiantes que
iniciaron estudios de grado o posgrado, en relación a aquellos que no los
completaron. Avalamos esta información con las conclusiones expuestas en el
trabajo que nuestro grupo de investigación desarrolló sobre el grado de
influencia y captación de estudiantes, a partir de un ente de servicio, la
Universidad Nacional del Sur. ( Quitarrá, O. y otros: 1996 ).
Tanto en uno como en otro indicador, sobresalieron los porcentajes de los
distritos de Bahía Blanca y Coronel Rosales: 7.4 % y 3.8 % de los que
completaron y 8.2 % y 4.5 % de los que no lo hicieron, respectivamente. Es
decir, existió un porcentaje mayor de desertores , que de alumnos que
completaron carrera.
Con valores mucho más bajos se registraron los demás distritos; reuniendo los
dos porcentajes menores en cada ítem, el distrito de Villarino.
Es evidente que la presencia de la Universidad Nacional del Sur, tanto como la
Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional y la de los Institutos
de Profesorado, han marcado la prevalencia de Bahía Blanca como centro nucleador
de los estudiantes del distrito y de las región considerada. Sobre todo en las
últimas dos décadas, la educación media pasó de ser un nivel educativo orientado
a preparar el tránsito de los alumnos hacia la enseñanza superior, a ser un
punto terminal desde donde la gran mayoría ingresaba al mundo laboral, dadas las
nuevas necesidades económicas.
Por consiguiente, en los diez años posteriores al último censo de población, la
obsolescencia curricular de la enseñanza, se fue gradualmente renovando a
instancias de una sociedad que lo exigía. El sector más perjudicado por ese
deterioro, ha sido el de la educación técnico-profesional, sobre todo en
el nivel secundario. Se le criticó su falta de vinculación con las empresas, la
rigidez para responder a sus requerimientos, la resistencia al cambio, y demás
elementos claves que deberían facilitar la futura inserción de los egresados en
el mercado ocupacional.
También, y corroborado por las estadísticas censales, el acceso a los
centros de estudios superiores quedaba tanto o más marginado, que el expuesto
por los estudiantes secundarios de los distritos aledaños a Bahía Blanca, que
como se verificó, no encontraban oferta de centros educativos en su lugar de
origen.
Por otra parte, merece atención especial, la falta de oportunidades de empleo
para los nuevos egresados de la educación superior, lo cual plantea una
incógnita en su futuro, incidiendo además, en las tasas de deserción en ese
nivel.
Asistencia
escolar según establecimiento público o privado.
El gasto público en educación primaria beneficia principalmente a los estratos
de población más pobre, auque los de la franja media también utilizan una
proporción de este gasto, en forma más o menos equilibrada a su
participación
En cambio, en cuanto a educación secundaria, terciaria y universitaria, la
distribución es marcadamente regresiva, dado que muy pocos jóvenes de familias
pobres logran aprobar los grados mencionados. Más allá de la gratuidad de la
enseñanza, a ésto hay que sumarle la fragilidad de sus niveles de ingresos para
poder afrontarla. ( Banco Mundial: 1988 ).
En cuanto a los guarismos estudiados, existía cierto equilibrio en los
porcentajes del país: 78.1 %, Sur Bonaerense: 82.2 % y Región XIV: 82.0 %, en
relación a una prevalencia de la educación pública sobre la privada, para
1991.
La diferenciación del sistema educacional, tendió a manifestarse en una
segmentación social de la oferta escolar, dando origen así, a
establecimientos del sector público y privado, que dan por resultado
circuitos escolares que atienden a los diferentes grupos sociales según sea su
capital educacional y financiero.
En relación a los distritos de la Región XIV, observamos una fuerte
incidencia de la educación pública y gratuita, con los mayores porcentajes
para los distritos de Monte Hermoso y Coronel Rosales, ambos superando el 90 %;
Bahía Blanca, Patagones, Tornquist y Coronel Pringles formaron una orla
intermedia de alrededor del 80 %, y por último, completaron con las menores
cuantías porcentuales: Puán, Saavedra y Coronel Dorrego, con menos del 65 % de
la población escolar en establecimientos públicos.
Reflexiones
finales.
Comprendiendo que la educación es una condición indispensable para el desarrollo
personal y el mejoramiento social, y recordando que es un derecho para todos,
comprobamos a través de lo expuesto, que la educación básica primaria se ha
convertido en un objetivo alcanzable. Pero, comparando estadísticas vemos que
aunque lleva la delantera en materia de porcentajes a favor - en cuanto a
asistencia y finalización de estudios- , también la lleva en los aspectos
negativos - inasistencia y abandono escolar.
Por lo tanto, se percibe en términos generales, que la educación básica debe ser
más eficiente y mejorar cualitativamente, para rescatar de la deserción a
aquella franja de población que aún queda postergada.
El ciclo secundario ofrece mayores cuantías en el grupo “no
completó estudios que el de “completó”. De igual manera, los estadíos terciario
y universitario quedan muy rezagados en relación a los anteriores, con
porcentajes muy bajos en el último grupo.
Por lo tanto, se deberá reforzar y aumentar la captación de estos tres últimos
niveles, con el objetivo de lograr un individuo capacitado para
emprender futuros estudios, o introducirse en el mercado de trabajo.
Las instituciones deberán tratar de acercarse a los diferentes distritos de la
región ofreciendo “in situ” la posibilidad de brindar estudios superiores. De
alguna manera, esto ya está implementado a través del Programa de Estudios
Universitarios en la Zona de Influencia de la Universidad Nacional del Sur
(PEUZO), en las ciudades de Tres Arroyos, Pigüé, Carmen de Patagones, General
Lamadrid y Punta Alta, las que concentran una importante población urbana
en el sur de la región bonaerense.
Para 1991 existía un predominio de más del 80% de la asistencia de la
población a establecimientos públicos y gratuitos, lo que determinaba una fuerte
prevalencia de la enseñanza sin costo en todos los niveles. Es de esperar que se
mantenga este panorama, para evitar que se configuren circuitos escolares
segmentados, y convertir en realidad el enorme potencial educativo existente. El
progreso, los enfoques participativos y activos, deben llevarse a cabo para
modificar las desigualdades educacionales y dotar a toda la población, de
idéntico acceso al aprendizaje.
Será necesaria la concertación de acciones nuevas y revitalizadoras en todos los
niveles educativos, para que los individuos desarrollen sus capacidades
intelectuales, mejoren la calidad de sus vidas, tomen decisiones responsables,
comprometidas, y continúen aprendiendo. Así, estarán en condiciones de respetar
su herencia común - cultural, ética, idiomática- que refuerza la identidad y
valora el amor por su territorio, aún bajo el marco de patrones regionales,
nacionales , e incluso internacionales.
La complejidad y envergadura de la tarea propuesta, implican períodos arduos y
comprometidos para lograr su concreción. Esto no obsta, para que se la emprenda
con la fortaleza necesaria, sin retrocesos en materia de equidad y con la
suficiente capacidad del sistema educativo para asumir y asimilar los cambios
que surjan del desarrollo endógeno.
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