DESARROLLO REGIONAL Y TURISMO:
EL CASO DE BAHIA DE BANDERAS. MÉXICO

ALFREDO CESAR DACHARY
INTRODUCCION
En México, a partir del gobierno del general Lázaro Cárdenas se comienza a
trabajar con un sistema de planificación sexenal (Plan 1934 - 40), pero es
recién en la década siguiente, cuando en el país se sientan las bases de una
planificación por cuencas hidrológicas, que es el antecedente moderno de las
regionalización nacional.
De estos programas pioneros de la regionalización a partir de
cuencas, una perspectiva muy adelanta a su época, y más acorde con una visión
moderna, como es el ordenamiento ecológico nacional, a la perspectiva actual en
los que cada Estado tiene su propia regionalización, han pasado cinco décadas de
experiencias con resultados muy disímiles.
La mayoría de las experiencias ya han sido analizadas en
diferentes foros y ensayos, pero nos referimos generalmente a las experiencias
de regiones que se desarrollan a partir de dos sectores que históricamente la
economía ha reconocido con capacidad de liderar un proceso de desarrollo
regional. Nos referimos a la industria y al sector agropecuario, forestal y
pesquero (SPP 1985).
El turismo no ha sido considerado en general por la academia o
los centros de análisis y operación en las regiones como un motor de desarrollo,
aunque la realidad sea muy diferente.
En la misma década en que comienzan a implantarse los grandes
programas de desarrollo regional, durante la Presidencia de Ávila Camacho (1940
- 46), el Estado mexicano define una línea estratégica muy precisa, expresada en
la llamada “Marcha al Mar”.
Se trataba de volver a ocupar los casi 12,000 Km. de costas de
un país bioceánico, que se había desarrollado en sus valles centrales luego del
proceso de independencia y pérdida de casi el cincuenta por ciento del
territorio original a manos de Estados Unidos, y las guerras, invasiones y
ocupaciones que estos conflictos significaron durante todo el Siglo XIX,
incluida la invasión francesa, la creación del Imperio y demás secuelas de esta
difícil época.
Esta estrategia nacional tomó al turismo como uno de sus
pilares, pero además de esta actividad, se generaron otras asociadas a la
ocupación de las costas, como fue el caso del puerto y el desarrollo industrial
que se dieron en Lázaro Cárdenas, Michoacán.
En la década de los 60´s, dos hechos impactaron profundamente a
la geopolítica y política interior de México: uno de ellos fue la Revolución
cubana, que llevó a que el país descubriera su amplia frontera sur, la marítima
porque la compartía con Cuba en pleno auge de la guerra fría, y por ser el canal
de Yucatán el paso más importante para Estados Unidos, de petróleo y mercancías
que venían de la gran cuenca del Mississippi; y por el otro, la frontera con
Centroamérica, por el auge de los movimientos insurgentes en Guatemala y luego
en toda la región. (César Dachary y Arnaiz Burne 1998).
El otro hecho, se deriva de las prospecciones de los grandes
yacimientos petroleros, de lo que hoy es la sonda de Campeche, y así el golfo de
México pasaba a ser una frontera estratégica junto al Caribe y
Centroamérica.
En este marco se origino Cancún, y con él, la ocupación de la
costa Caribe de México, hoy la mayor región de desarrollo turístico del país y
una de las más importantes de la cuenca del Caribe.
En estas líneas estratégicas se asientan la política del Estado
mexicano con relación al turismo, y que se expresará en la aplicación de éste
como un modelo de desarrollo en las zonas costeras, aisladas y deshabitadas de
esa época, por ser la única actividad con capacidad de repoblamiento y dinamismo
económico en el mediano plazo.
Así nació primero INFRATUR , que luego se transformó en FONATUR
y con ello la política de los centros íntegramente planeados: Cancún en el
Caribe y en el Pacífico: Loreto, Los Cabos, Ixtapa y Bahías de Huatulco (FONATUR
1996).
Los diferentes destinos tuvieron un desarrollo muy desigual;
Cancún fue el más exitoso y su impacto se amplió al crearse un corredor
turístico, Cancún -Tulum de más de 120 Km.; Los Cabos y Loreto se han
desarrollado en Baja California Sur siguiendo los modelos hoy obsoletos de los
polos turísticos; y los destinos del Pacífico sur: Ixtapa y Bahías de Huatulco
han tenido un crecimiento lento, por estar ubicados fuera de las rutas
comerciales del país y en entidades con un alto nivel de conflicto social y gran
marginación, los Estados de Guerrero y Oaxaca.
Pero además de estos centros planeados, hubo otros que no lo
fueron y que hoy compiten con éstos. De entre ellos destaca Puerto Vallarta, en
el Estado de Jalisco, el centro de la región turística de Bahía de Banderas, que
es la que vamos a analizar a continuación.
ANTECEDENTES
En el Estado de Jalisco, las políticas de colonización tuvieron
vigencia hasta 1964, y uno de los períodos de mayor auge fue la década de los
40´s, la cual se dio dentro del marco de la “Marcha al Mar”, teniendo como marco
de referencia la segunda guerra mundial ( Castillo 1991).
En los 50´s se continuó esta obra a través de la Comisión de
Planeación para la Costa de Jalisco, pero los problemas centrales que limitaban
el desarrollo en la región parecían imposibles de poder superar: el agua en la
costa centro sur y la falta de caminos en toda la región. A ello se le sumaron
una serie de graves desastres naturales que afectaron la economía agraria de
esta región (Rodríguez 1991).
Puerto Vallarta, la población más importante de Jalisco en la
costa y la de mayor tamaño y representatividad en Bahía de Banderas, se inicia a
mediados del Siglo XIX, con el rancho Las Peñas. En 1886 se decretó su erección
como comisaría y en 1918 se creó el Municipio del mismo nombre, que media década
después se abriría al mundo del turismo (Murguía 2000).
En los 60´s comienza a despegar como centro turístico, el cual
combina hechos fortuitos como la filmación de “La Noche de la Iguana” y con
acciones concretas como la erección en ciudad de Puerto Vallarta, lo cual le
permitió ser dotada de importantes obras públicas para dar el salto de una aldea
rural a un sitio turístico que aspiraba a ser internacional.
Del lado de Jalisco está Puerto Vallarta, y junto al mismo se
localiza el Municipio de Cabo Corrientes, la continuidad de Jalisco en la Bahía
de Banderas. El lado norte de la bahía está en el Estado de Nayarit,
administrativamente es el Municipio de Bahía de Banderas, creado en 1991, a
partir de la división del Municipio de Compostela.
Ambas zonas fueron desarrolladas por la Federación en la década
de los 70´s con la creación del Fideicomiso de Bahía de Banderas, y a partir de
esta figura que se forma con las expropiaciones a grandes zonas de propiedad
ejidal y comunal, el Presidente Luis Echeverría Álvarez detonó el desarrollo de
las principales zonas de playa de esta región, que concluye con la apertura del
primer hotel ejidal de la zona en Bucerías, la mayor localidad costera en la
costa nayarita.
Es esta región, que tiene en realidad tres décadas de
desarrollo intensivo del turismo, el objetivo del estudio que se realizó en el
último año, y del cual pretendemos plantear los problemas que debimos enfrentar,
las conclusiones a que arribamos y las principales estrategias que se
recomendaron, dado que el estudio está orientado a formular un plan estratégico
para las primeras dos décadas de este siglo.
LA REGION: LIMITES FORMALES Y PERIMETROS REALES
El primer problema que debimos abordar, y del cual derivaría la
propia viabilidad del estudio, era el saber si Bahía de Banderas, los tres
Municipios que la integran, se podían definir como una región.
El único antecedente que existía era un estudio realizado a
comienzo de los 80´s por el Gobierno Federal, a fin de crear un Plan de
Ordenamiento de la Zona Conurbada de la desembocadura del Río Ameca, que es el
límite entre las dos entidades y está ubicado en el centro de la bahía ( CCDRA
1980).
Definir a la región no fue tarea fácil, ya que sobre esta área
hay diferentes criterios de regionalización, que están limitados por criterios
político -administrativos, y que ello se transforma en el principal escollo para
definirla y la principal barrera para operarla. Pero antes de entrar en esa
discusión, debemos presentar la región, su superficie y proporciones.
MUNICIPIOS DE LA REGION BAHIA DE BANDERAS
MUNICIPIOS |
SUPERFICIE Km2. |
% DE LA REGION |
Puerto Vallarta (Jalisco) |
693.97 |
23.1% |
Cabo Corrientes (Jalisco) |
1,534.57 |
51.1% |
B. de Banderas (Nayarit) |
773.34 |
25.8% |
TOTAL |
3,001.88 |
100.0 % |
Fuente: Plan Regional de Desarrollo Región 09; Plan de
Desarrollo turístico de Bahía de Banderas. 2000.
Dos Estados, tres Municipios, la autoridad federal, seis
niveles de gobierno, ¿es posible coordinar a éstos y así poder operar una región
por encima de los mismos? La tarea fue titánica, pero aún no sabemos si el
tiempo nos dará la razón.
·
Criterio Económico:
regionalización por Estados, los dos Municipios de Jalisco, Cabo
Corrientes y Puerto Vallarta, sumados a un tercero, Tomatlán forman la
región costa norte ( G.E.Jalisco 2000). Bahía de Banderas en Nayarit,
forma parte de la región costa sur ( ACAI 1998).
·
Criterio Turístico: La costa
de Jalisco forma parte del corredor Costa Alegre (SEDUE - SRA - SECTUR
1990). Bahía de Banderas forma parte del corredor San Blas - Vallarta,
promovido por el Gobierno del Estado (FIDEBA
2000).
Los criterios dominantes deberían ser superados por nuevos
conceptos para poder integrar esta región; éste fue el primer reto del
estudio.
El viejo y obsoleto criterio de corredores turísticos
corresponde a un concepto ya superado, que partía de la base que el turismo
masivo de sol y playa era un modelo autónomo, que no requería de otros espacios
y que él sostenía una zona turística.
Esto llevo a la creación de corredores cerrados, de turismo
burbuja, que con los años se volvieron insuficientes ante la necesidad del
turismo moderno de generar nuevos segmentos para ofrecer nuevas alternativas a
los turistas de sol y playa, lo cual hoy es una de las principales
megatendencias mundiales.
De allí que para definir esta región, como una zona de
desarrollo donde el eje es el turismo, debimos partir de los siguientes
criterios:
·
Desarrollo Sustentable:
aplicar el paradigma del desarrollo sustentable a una zona de desarrollo
turístico es algo diferente a lo que se define como turismo sustentable.
Este criterio no es posible en el desarrollo turístico actual, no puede
haber zonas sustentable, hoteles, áreas específicas y el resto de la misma
estar en el caos. La región es sustentable cuando hay un equilibrio tanto
del desarrollo económico como de la distribución de sus beneficios, lo
cual no se da en la mayoría de las zonas de desarrollo turístico, donde
hay una clara división entre la zona turística con todos los servicios y
sin problemas reales y las zonas de las poblaciones de acogida, la
periferia de las mismas donde conviven la marginación social con las
carencias y los conflictos que de éstas se derivan (Universidad de
Guadalajara - Asociación de Empresarios de Bahía de Banderas 2001).
Esto implica diversificación económica, ordenamiento
ecológico, planificación urbana, áreas naturales protegidas y un manejo
integral de la región.
·
Desarrollo turístico
regional: esta segunda vertiente, deriva del actual estado de desarrollo
de la teoría del desarrollo del turismo, partiendo de los criterios
actuales de cluster regionales y no de actividades ( INCAE - HIID 1999) y
las megatendencias mundiales (OMT 1999), que ponen acento en el proceso de
diversificación de la oferta a partir de la apertura de nuevos segmentos,
tomando como eje el denominado turismo alternativo.
Este reciclaje del turismo masivo dentro de un arcoiris
de nuevas opciones, nos permite ampliar la visión limitada de corredor a
una más extensa de región de desarrollo turístico, que serían las zonas
periféricas a las primeras, donde se pueden abrir los nuevos segmentos y
así integrar el área masiva a las alternativas, a partir de los grandes
centros de playa.
A partir de la integración de estos criterios y teorías sobre
el desarrollo sustentable y el desarrollo del turismo, es que pudimos realizar
un primer acercamiento a la definición de esta región, la cual es provisional,
porque aún creemos que la misma debe abarcar otros Municipios de la zona de
montaña y, segundo, porque la integración de ésta entre dos corredores que se
superponen en los límites, nos llevaría a redefinir las áreas de influencia de
Bahía de Banderas.
Así, inicialmente la región se limitó a los tres Municipios que
comparte la bahía, que es una región de desarrollo turístico más amplia que la
propuesta de los 80´s de la zona conurbada de la desembocadura del río Ameca,
que se limitaba a la zona y los valles que atraviesa este río.
Esta región abarca, con un criterio similar aunque diferenciado
al de las reservas de la biosfera, tres grandes áreas: una que sería la zona
núcleo, el gran arco periférico montañoso, donde se prevé una actividad mínima y
conservación, por ser el área forestal, el gran pulmón de la región y la parte
elevada de la cuenca, que juega un papel fundamental en el mantenimiento de la
misma.
Una zona intermedia, que son los valles, donde la actividad es
agropecuaria, pero bajo control, allí el problema es el impacto de los
agroquímicos, que contaminan la cuenca, pero hoy factible de revertir la
tendencia promoviendo una agricultura orgánica.
Una zona de uso turístico, que es la más intensiva y abarca las
áreas costeras, zonas bisagra entre los ecosistemas marinos y continentales, y
el área de mayor atractivo histórico.
Así la conformación de una zona con usos diferenciados,
permitirá revertir las tendencias del uso intensivo de las zonas costeras,
dispersando un importante sector de visitantes entre un sinnúmero de segmentos
que se abrirían en estas dos zonas continentales.
Esta es la diferencia entre el corredor, siempre costero o que
abarca un mismo ecosistema, como podría ser un corredor de la selva, montañoso,
etc., y la región de desarrollo turístico, donde se deben dar las siguientes
características:
·
Diferencia de zonas a partir
de su uso y el papel que las mismas juegan en toda la región.
·
Diferencias de cargas y
combinación de actividades turísticas con otras que no lo son: agricultura
y silvicultura sustentable con turismo rural, ecoturismo y turismo de
aventura, como un ejemplo.
·
Diferenciación al interior
de cada zona dentro de la región, a fin de que existan áreas de uso y
otras de conservación, para poder lograr un desarrollo equilibrado en
relación a los recursos, eficiente en relación a las actividades y
equitativo en referencia a su distribución. En síntesis, un desarrollo
sustentable.
Un ejemplo lo da la zona costera, donde hemos dividido a
la misma según su tipo de uso en zonas de reserva territorial, áreas de
uso mínimo y conservación, zonas de turismo intensivo, zonas de turismo de
intensidad media y otras, baja.
Lograda esta definición de nuestra región, pasamos al
diagnóstico y luego pronóstico, para de allí generar un plan estratégico, que se
prevée tendrá veinticinco años de vigencia.
LOS PROBLEMAS DE UNA REGION TURISTICA
El diagnóstico arrojó cuatro grandes problemas, que sintetizan
la problemática general de la región, y a partir de ellos, se definieron las
líneas estratégicas que serían operadas por proyectos específicos.
·
Problemas
ambientales
La cuenca y sus problemas: la cuenca del río Ameca, concentra
todos los problemas existentes, desde la deforestación al uso intensivo de
agroquímicos; desde las poblaciones sin servicios a la basura en las carreteras
y ríos.
Estos problemas se reflejan al final de la cadena y terminan
impactando en la zona costera y en las aguas de la bahía, que son el producto
bandera de un centro de sol y playa.
Pero no se trata de un problema ecológico sino de un problema
social, que refleja las asimetrías económicas de la región y la búsqueda de
modelos de supervivencia de los menos favorecidos, unido a las carencias que
genera la infraestructura regional por un accionar errático del Estado.
·
Problemas
urbanos
Las ciudades, y muy especialmente Puerto Vallarta, ha crecido
sin planeación, como la mayoría de las ciudades del país, lo que genera una
serie de problemas que en las ciudades turísticas es grave, ya que el turista
debe convivir con ellos en forma directa o indirecta.
El asentamiento poblacional sin orden genera graves problemas
urbanos y ello también se refleja en servicios ineficientes o inexistentes,
todos terminan en un solo lugar, en la bahía, y se expresan como la gran
contaminación las aguas de la misma.
Las ciudades sin planeación crecen caóticamente y allí aparecen
otros problemas, desde la falta de áreas verdes a la de áreas deportivas, a las
de servicios culturales, entre otras. Pero también el caos se refleja en el
transporte y la circulación. Puerto Vallarta tiene, por su orografía, una crisis
de circulación porque es un embudo hacia el sur y tiene una entrada por el
norte, con periférico que ya es una avenida más.
La especulación inmobiliaria cierra el espectro, le da mayor
dinamismo al caos, porque carece la ciudad y el resto de las localidades de
planes de desarrollo urbano viables, ya que no existen las reservas
territoriales para hacerlos posibles.
En la región hay catorce localidades; una sola ciudad (200,000
habitantes) y el resto son poblaciones que tienen una media de entre 5,000 y
10,000 habitantes promedio.
·
Problemas regionales
estructurales
La región creció en forma caótica, sin ninguna distribución de
zonas especializadas por actividad, lo cual hoy se refleja en la distribución
espacial que coloca en un mismo plano a actividades industriales junto a las
turísticas.
Esto se agudiza por la competencia del uso del suelo y los
valores que éste toma a partir de la especulación inmobililiaria. En realidad,
los precios del metro cuadrado de suelo están sirviendo de reguladores del uso
del suelo, aunque éstos estén controlados por una gran especulación que no
siempre refleja estos precios, porque se espera que los mismos aumenten más de
valor.
El problema central está en la falta de vías de comunicación al
interior de la región; la misma tiene un sistema que data desde hace medio
siglo, eso ha hecho que las diferentes actividades se concentren alrededor de la
única carretera federal que va de norte a sur, y sólo integren el resto de la
región por caminos que salen perpendiculares a esta carretera y que terminan en
las faldas de los cerros, donde está el límite de las tierras aptas para la
explotación agropecuaria.
Este caos espacial ya afecta al turismo de dos maneras: por un
lado, al mezclar las vías de transporte lo cual deriva en un riesgo permanente
para el trasporte de los turistas frente a la circulación masiva de transporte
especializado, y por otra, a compartir espacios actividades peligrosas y
contaminantes con zonas de uso turístico o uso residencial. Este modelo caótico
se refleja en la mayoría de las regiones turísticas costeras, incluso en el
corredor Cancún - Tulum.
·
Problemas del
turismo
El turismo, la actividad que genera más del 80% del PIB
regional y crea más del 70% del empleo no rural, está en crisis, porque el
modelo que se desarrolló hoy está en proceso de reconversión, ante las nuevas
tendencias que dominan a esta actividad líder en la globalización .
El modelo de desarrollo del turismo masivo de sol y playa entró
en crisis y ello se refleja de diferentes maneras. Primero, hay una reducción
real de visitantes, que en el caso de Puerto Vallarta el impacto es menor por
tener un 45% de cuartos en tiempo compartido, lo cual reduce el impacto.
Segundo, cambia el tipo de turista, cada vez de menos ingreso y nivel cultural,
con ello se deprime la derrama y la distribución de beneficios. Tercero, ante
esto domina el modelo del todo incluido, que aumenta el porcentaje de dinero que
nunca ingresa al país y queda en manos de los grandes mayoristas y cadenas.
La región ha comenzado un proceso de reconversión y de
diversificación hacia nuevos segmentos, como el golf, náutico, turismo de
aventura, ecoturismo, cultural, entre los principales.
En la capacidad de reciclarse y adecuarse a las nuevas
tendencias mundiales estarán las posibilidades de competitividad y
sostenibilidad que requiere la región para figurar entre los destinos atractivos
a nivel del mercado mundial.
PROPUESTAS PARA UN DESARROLLO REGIONAL
La visión deseada por todos los actores es que “Bahía de
Banderas, epicentro económico del Pacífico medio, tendrá un desarrollo
sustentable y como actividad líder un turismo altamente competitivo, con una
oferta muy amplia, que acelerará el desarrollo de los otros sectores, a fin de
lograr una importante diversificación y un pujante mercado de trabajo que
permitirá una sociedad más equitativa” (Universidad de Guadalajara - Asociación
de Empresarios de Bahía de Banderas 2001).
Esto implica tres acuerdos básicos:
·
Integrar la región a partir
de sus respectivas sociedades, romper con las competencias entre
Municipios y reducir los conflictos entre Estados.
·
Integrar los poderes en
pugna a partir de una organización regional que coordine las acciones,
pero que no reemplace las funciones específicas de cada uno de
ellos.
·
Lograr compromisos entre los
poderes públicos, sectores empresariales y sociedad civil, para operar el
plan y sus mecanismos de gestión.
Esto se reflejará en dos grandes líneas estratégicas: la que se
orienta a solucionar los problemas estructurales regionales, incluido los
urbanos, y la que se dirige a la actividad central de la región: el turismo.
Esto nos llevó a dividir el tiempo del plan, que es de
veinticinco años, en dos partes, una primera de cinco años en la cual se tomarán
las medidas drásticas para evitar que el nivel de problemas regionales afecten
en forma irreversible al turismo; y una segunda parte de dos décadas, en las
cuales se plantean acciones por planes quinquenales, orientados a consolidar y
diversificar el desarrollo de la región.
En este trabajo concluiremos con la respuesta de los primeros
cinco años, que es una propuesta específica basada en el estudio y el sentir de
todos los actores sociales. Son diez líneas de acción, que analizaremos
individualmente.
1. Reordenamiento
territorial:
Consiste en un nuevo ordenamiento ecológico, que ya no es
más por Municipio, sino por región, tomando en consideración el estado
actual de los ecosistemas de la región.
2. Plan maestro de desarrollo
:
El nuevo ordenamiento permite planificar sobre las zonas y
jerarquizar las inversiones a fin de poder superar los problemas antes
detectados.
3. Areas naturales
protegidas:
Como apoyo al ordenamiento y al plan maestro, se prevé una
reserva de la biósfera en toda la periferia montañosa de la región, además
de otras áreas específicas al interior de la misma.
4. Drenajes y plantas:
Eje del conflicto ambiental, se prevé construirlas en los
próximo cinco años.
5. Basura:
Se ordena un área de relleno sanitario común, dos
periféricas y sistemas de reciclado, procesamiento y almacenamiento de la
basura recuperable, la infecto - contagiosa y la tóxica o peligrosa.
6. Reordenamiento
urbano:
A partir de reservas territoriales - planes propios por
localidades y municipios.
7. Comunicaciones
regionales:
Periférico regional para reorganizar los espacios y
carreteras transversales y vías rápidas para mejorar la comunicación
regional.
8. Certificación de la
sustentabilidad:
Se creará una empresa de certificación que opere toda la
región, y a partir de indicadores y modelos, promueva la
sustentabilidad.
9. Diversificación del
turismo:
Como única opción a partir de una nueva zonificación
adecuada para hacer convivir diferentes tipos y segmentos de turismo.
10. Cambios en la estructura
legal:
Para hacer posible estos cambios, se deben crear nuevas
figuras legales, como una Coordinación del Desarrollo Regional de la Bahía y
un sistema de fondos privados para apoyo a proyectos e inversiones (Fondo
Vallarta), además de una asociación civil que va a ser el contralor de las
acciones del Estado y la coordinación de la
región.
La región turística es un reto diferente al corredor turístico,
es buscar un equilibrio en las actividades económicas y una mejor distribución
de sus beneficios en una sociedad polarizada por el tipo de modelo que genera el
turismo. Este reto lleva a la sostenibilidad a enfrentarse con la realidad, el
desarrollo sustentable debe estar basado en una economía diversificada con un
elevado nivel de autosuficiencia, para evitar caer en dependencias mayores y así
tener elevado índice de vulnerabilidad.
Estas propuestas, que salen de una combinación de estudios
técnicos con una planeación participativa, comienza a enfrentarse al juicio de
la aplicación este año y ello implicará para los investigadores, un verdadero
reto, ante la falta de nuevas experiencias en este tipo de desarrollo regional,
el de las regiones turísticas.
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