LAS REDES DE CIRCULACIÓN MATERIAL Y SU VINCULACION
CON EL PROCESO DE INTEGRACION REGIONAL
EN EL MARCO DE LA CREACION DEL CORREDOR BIOCEANICO
ARGENTINO-CHILENO SUR
Julio Anguita
Profesor Titular
Oscar Daniel Grasso
Becario de Investigación
Departamento de Geografía- Universidad Nacional del
Comahue
NEUQUEN - ARGENTINA
Resumen
El
objetivo de este trabajo es la indagación del funcionamiento histórico y
probables proyecciones futuras de las redes de circulación material en la
región del Corredor Bioceánico Argentino Chileno Sur y el papel que éste tendrá
en el contexto del Mercosur. El enfoque busca interpretar el proceso de
producción de espacio dentro de un contexto más amplio,
definiendo la evolución y organización del mismo como parte de un complejo
territorial integrado por distintos subsistemas.
Para la
comprensión de esta temática, se tenderá a identificar las actitudes y
estrategias de aquellos agentes sociales públicos y privados con
capacidad de transformación espacial, a través del análisis de las múltiples
relaciones que tienen lugar en el ámbito de dicho territorio.
La meta
final del proyecto consiste no solo profundizar en el conocimiento de
los mecanismos que determinan las características del sistema de
circulación material, sino que a través de esta información táctica descubrir
los engranajes que dan forma a la dinámica global del área.
Asimismo,
y teniendo en cuenta que los Estados Nacionales Argentino y Chilenoelaboraron un
proyecto para convertir a la zona en estudio en un corredor bioceánico, uniendo
los puertos argentinos de Bahía Blanca y San Antonio Este y el chileno de
Talcahuano, será necesario repensar las pautas de ordenamiento territorial del
área y su integración regional en el marco de esta propuesta.
El proceso de regionalización
e integración económica
En la última
década el fenómeno de regionalización ha adquirido una importancia creciente.
Aunque varios factores explican este hecho, es posible que el principal de ellos
sea el giro producido en la política comercial norteamericana. En efecto,
después de varias décadas de haber apoyado enfáticamente el intercambiolibre y
multilateral, desde mediados de los ochenta Estados Unidos ha potenciado la
conformación de bloques regionales, con el fin de aumentar el intercambio de
bienes y servicios.
Así, el
cambio en la posición de Estados Unidos con respecto a la economía mundial desde
principios de los setenta y los temores de constitución de la Unión Europea, a
mediados de los ochenta,modificaron el contexto general en el que se formuló la
política comercial de aquel país.
Además
con la implementación del Acta de Unificación y el Tratado de Maastrich, la
Unión Europea (UE) también dio nuevos pasos hacia un modelo de integración y
consolidación de una unión económica regional. Con la incorporación de Austria,
Finlandia y Suecia y la desintegración de la Unión Soviética se aceleró el
cambio y la dinámica de este proceso.
En los
últimos años también se dieron acuerdos de integración entre países en
desarrollo, aunque sus resultados y grados de consolidación fueron muy diversos.
Un ejemplo destacado ha tenido lugar en América Latina, donde desde comienzos de
los noventa se registraron nuevos acuerdos o se reactivaron entendimientos
preexistentes. La creación del Mercado Común del Sur (Mercosur)es parte de este
proceso, aunque su alcance y evolución, hasta la fecha, ha dependido de los
vaivenes político-económicos de los países que lo integran.
El rol del Mercosur en los países de la
región
La
creación del Mercosur es considerado uno de los hechos más significativos de la
década ya que establece el esquema institucional para la etapa de
complementación de todos los países que lo integran. Nace como estrategia de
crecimiento, basada en la transformación del aparato productivo y la inserción
en el mercado mundial, vía la reducción de aranceles y eliminación de trabas al
comercio internacional.
Además
ha significado una nueva posibilidad para los países que lo integran, ya que el
sistema de relaciones comerciales a nivel mundial se presenta de otra manera y
fundamentalmente, porque las prioridades de inserción internacional están
marcadas de manera profunda por las decisiones políticas que se adopten en
relación con esa forma de inserción. Es decir, el accionar estatal favorecerá o
limitará relacionamientos de mercado y priorizará su actuación sobre la base de
una determinada visión de futuro en la cual el sentido estratégico está dado por
el tipo de integración que se quiere alcanzar, como forma de satisfacción de los
intereses, ya sean propios o de los actores que se relacionan.
El
proceso de globalización ha afectado de manera significativa la forma en que se
llevan adelante los procesos económicos y los impactos que generan en las
actividades regionales. Cabe recordar que los procesos de mundialización han
tenido una incidencia directa desde la economía a la cultura, afectando,
fundamentalmente, a las políticas nacionales, el comercio de bienes y servicios,
las finanzas y la innovación tecnológica.
Además,
la globalización ha generado efectos heterogéneos en las diversas subregiones y
países. En especial por los fenómenos de desarrollo tecnológico, particularmente
en lo referido a los medios de comunicación y la informática.
En este
contexto las decisiones nacionales deberán definir el tipo de inserción global
que se pretende con el sistema internacional. Desde esta perspectiva las
decisiones nacionales definirán el posicionamiento estratégico del país e
incidirán en los espacios y cursos de acción en los cuales se ubiquen los
distintos actores.
Estas
aspiraciones a ser alcanzadas por cada uno de los estados nacionales en el marco
subregional, no aseguran un orden global. De hecho, la generalización mundial de
la globalización no ha producido en forma simultánea procesos de integración y
de fragmentación. Mientras que los procesos de integración tienden a afianzase
en los países más desarrollados, los procesos de fragmentación, por el
contrario, se agudizan en los países más pobres. Así, América Latina aparece
como una región heterogénea pero en donde las tendencias principales apuntan a
la integración y la asociación. No obstante, al existir serios problemas
financieros y económicos aún se generan incertidumbres sobre el futuro de tal
integración. De allí la importancia de establecer políticas y acciones para que
el MERCOSUR tenga laposibilidad de un relacionamiento adecuado con el resto de
las naciones de América y del mundo.
Finalmente, se debe decir que
el Mercosur aparece como un cambio estructural en América Latina. Si bien es una
unión aduanera, su objetivo apunta a la conformación de un espacio de
coordinación y asociación de políticas mayores.
Las
perspectivas de inserción del Mercosur en el comercio internacional
Desde
mediados de los años setenta, además de constituir el inicio de la formación de
bloques económicos también, se fue produciendo una reversión de las tendencias
liberalizantes del comercio mundial. Se inició desde entonces en los países más
ricos un nuevo proteccionismo basado en medidas no arancelarias (acuerdos
voluntarios de exportación, derechos compensatorios, medidas antidumping) que
afectaron especialmente a las exportaciones de los países periféricos altamente
endeudados.
Por otro
lado, el avance en la formación de distintos bloques comerciales ha mostrado una
tendencia hacia la regionalización de los mercados. con un comercio dirigido,
donde los acuerdos administrativos se extendieron a los países que constituyen
estos bloques obteniendo privilegios comerciales especiales no otorgados a
otros.
La
experiencia muestra que la constitución de estos bloques ha llevado en muchos
casos a una consolidación y extensión territorial de medidas proteccionistas.
Con la apertura al comercio mundial el planeta se convirtió en un mercado común,
por lo que aquellos países que empezaron a erosionar su economía, rápidamente
tomaron medidas que coadyuvaran a salvarla. Tales tendencias proteccionistas
tuvieron un marcado impacto sobre la dirección de la inversión extranjera
directa. El aumento de tales tendencias en E.U.A. y Europa incentivó a las
firmas japonesas a intentar contrarrestar ese fenómeno. La misma consistió en el
traslado de la producción desde su país de origen a los mercados finales. Es
decir que se fue desarrollando crecientemente una localización de la producción
orientada hacia el mercado y ubicada dentro del ámbito de los países altamente
tecnificados.
En ese
sentido Berkerman (1995) afirma que "Los Acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT,
alcanzados recientemente, apuntan a eliminar las distintas trabas que afectan
las relaciones económicas multilaterales. Sin embargo las mismas continuarán
mostrando profundas contradicciones y un carácter asimétrico en relación con los
países periféricos que, en ausencia de políticas apropiadas puede llegar a
deteriorar la inserción internacional de los mismos. En este contexto existe
amplio consenso en que la consolidación del Mercosur puede contribuir a aumentar
la capacidad de negociación de sus miembros frente a otros países y bloques
comerciales, y dentro de los foros internacionales."
De tal
modo el Mercosur deberá ser un medio de convergencia regional dentro de un
proceso de articulación con el bloque norteamericano a través de la Iniciativa
para las Américas. Es decir que no debe ser entendido como una unión exclusiva
de los cuatro países del Cono Sur sino como la "formalización de una
convergencia sub - regional para mejorar el poder de negociación futuro en una
eventual adhesión al bloque Panamericano" (Da Fonseca, 1991). Siendo, de esa
manera, el mercado subregional un instrumento para atraer inversiones de los
países asiáticos e intensificar las relaciones con los mismos, lo que mejoraría
el poder de negociación con E.U.A. y permitiría realizar los avances
tecnológicos requeridos para modernizar los sectores productivos nacionales.
En
consecuencia sería conveniente consolidar los vínculos regionales como una forma
de defensa contra escenarios futuros negativos de cualquier tipo. "El deterioro
de la situación externa de América Latina con la emergencia de la Europa del 93
y la Zona de Libre Comercio de América del Norte, tenderá a reforzar la voluntad
política de los gobiernos de la región de profundizar el proceso de integración
y de aproximación económica comercial como forma de aprovechar mejor el entorno
geográfico" (Barboza 1991).
La
aceleración de los acuerdos en la subregión tendría claras ventajas no sólo en
cuanto a mejorar la capacidad de negociación internacional sino también para
atraer inversiones externas ante la emergencia de un mercado mayor. Empresas
americanas y europeas de consultoría empresarial están señalando la importancia
global del área como factor de atracción de capital de riesgo.
Independientemente de las
razones que le dieron origen, el éxito del Mercosur dependerá de la medida en
que pueda sustentarse en la sociedad de los países involucrados, es decir que
aún si inicialmente respondió sobre todo a la voluntad de los gobiernos, pueda
ser asumido también como proyecto propio por los distintos actores sociales de
esos países. En la medida que el proceso de integración avance cabe esperar
apoyos y rechazos de distintos sectores económicos según vaya evolucionando su
situación frente al mismo.
Los apoyos
más fuertes tanto al proceso de integración como al de apertura están
apareciendo desde aquellos sectores que desarrollaron fuertes cadenas de
comercialización interna, supermercados y electrodomésticos, por lo que
empresarios de estas ramas vieron amplias posibilidades de realizar un comercio
cruzado.
El
sector agropecuario de clima templado -granos, lácteos, ciertas frutas- mostró
reservas con respecto al proceso de integración señalando que antes de avanzar
más en esos campos era necesario resolver las distintas asimetrías,
especialmente las de tipo impositivo, que perjudican su posición competitiva.
Algunos sectores de transformación de estos productos aceptaron el proceso de
integración como forma de aumentar su protección efectiva, es decir que han
visto con buenos ojos la importación de sus insumos pero no la del producto
final. Esta sería la posición de la industria molinera y de aceites vegetales de
Brasil que plantean enfrentar una competencia desleal de la industria argentina
dada por la diferencia en calidad y precios de las materias primas.
Pero las
posibilidades potenciales de complementación bilateral no sólo se limitan a los
casos de bienes primarios. En el sector de bienes de capital estas posibilidades
pueden darse tanto en productos finales como en componentes, a través del
aprovechamiento de economías de escala y de especialización que permitirían
elevar la productividad conjunta y reducir costos.
Las
posibilidades del corredor bioceánico en el contexto del Mercosur
La
formación del mercado regional, como ya se ha dicho, favorece el intercambio
entre los cuatro países que lo conforman (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay)
y los posiciona mejor frente a otros estados,actuando en bloque y mejorando la
capacidad de negociación. Además la potencialidad del Mercosur se pone de
relieve si se considera el espacio que abarca (más del 50% de América Latina) y
el mercado que integra (alrededor de 200 millones de personas).
En este
nuevo espacio de integración se concentra el mayor número de actividades
productivas, comerciales, financieras y el poder político más relevante de
América del Sur, donde se establecen las principales articulaciones con el
comercio mundial. La intensidad de las relaciones, la posición de estos países y
las posibilidades que ofrece actualmente el paso interoceánico de Panamá, tornan
al corredor Bahia Blanca-San Antonio Este-Talcahuano como el escenario regional
estratégico que modificará la dinámica de producción de espacio.
Los
efectos en el territorio de los procesos de globalización e integración quedan
evidenciados en las nuevas demandas de infraestructura de transporte que tiendan
a mejorar y tornar más competitivo el traslado de bienes y personas,
localizándose en el área de estudio una serie de actividades, las que pueden
aportar un 20% del volumen total que transite por dicho corredor.
Por otro
lado, con la creación de este paso se busca disminuir el riesgo de transporte y
acortar las distancias a los principales mercadosmundiales, no sólo de los
productos provenientes de la región sino también de los que pasen de Europa,
África y Asia.
En tal
sentido se debe recordar que, los menores costos de seguros al no trasladarse
bienes a través del Cabo de Hornos, la reducción de distancias acercando
notoriamente a Asia de Europa, y el actuar como paso complementario del Canal de
Panamá por un lado, y la producción de la zona, que alcanzaría un 20% del total
de cargas y pasajeros transportados por ese corredor, por el otro, convierten a
dicho proyecto en una alternativa altamente viable y sumamente conveniente.
Por
último y ante las posibilidades de desarrollo que se presentan en este espacio,
se debe plantear la inquietud de aprovechar las reales oportunidades de
crecimiento que se pueden dar para todos los actores y agentes sociales de la
región.
La
situación actual de las economías regionales "periféricas" de Argentina
La
crisis estructural que desde hace casi dos décadas afecta a la mayor parte de
los procesos productivos asentados en las economías regionales extrapampeanas o
"periféricas" no parece vaya a resolverse en un plazo prudencial.
Esto ha
sido más evidente para los pequeños y medianos productores de esas economías
regionales, alejados de los centros de poder y con deficiente información
actualizada sobre los procesos económicos internacionales que los podría,
eventualmente, afectar.
Por otra
parte, la apertura externa apareció mucho más como un instrumento de la política
económica que iba a beneficiar a quienes estuvieran dedicados a la producción
industrial urbana o a los sectores tradicionales de la producción agropecuaria
de la Pampa Húmeda pero que excluía a quienes operaban fuera de tal área.
La
situación, desde entonces, ha cambiado sustancialmente. En primer lugar, el
proceso de apertura externa se ha acentuado, con fuertes rebajas arancelarias,
que han puesto al alcance de los mercados internos numerosos productos
importados, otrora alejados, para la Argentina, de la posibilidad de consumo por
el proteccionismo imperante. En segundo término, las perspectivas de incursionar
en mercados externos, alentadas por una exigencia de participar en la ofensiva
exportadora, impuso una necesaria reconversión de la actividad productiva
asentada fuera de los límites de la Pampa Húmeda a fin de alcanzar niveles de
competitividad suficientes para poder ingresar a tales mercados. Este desafío
alteró radicalmente la histórica modalidad empresarial en gran parte de las
unidades productivas asentadas en las regiones "periféricas", acostumbradas a un
mercado interno cautivo y protegido. En tercer término, como resultado de los
nuevos perfiles de las relaciones económicas internacionales, se acentuó la
velocidad de implementación de los acuerdos para la formación de bloques
económicos regionales. En este caso, la implementación de las regulaciones del
Tratado de Asunción agregaron un nuevo factor inédito a las perspectivas de la
producción regional. La desaparición, de toda barrera arancelaria o
paraarancelaria a los bienes producidos en Brasil implicó, para un segmento muy
importante de productores locales, un desafío adicional a los ya explicitados
que los encuentra con serias dificultades para afrontar, en un plazo cercano e
impostergable.
"En cada
una de las áreas productoras que integran el cuadro de las economías regionales
extrapampeanas, los procesos más relevantes deben ajustar su comportamiento a
las nuevas condiciones contextuales imperantes. Si se observa el modelo de
producción característico, que sustenta en cada provincia gran parte del empleo
y de la circulación de recursos, se aprecia una constante que se repite casi sin
modificación en todas las jurisdicciones analizadas. La explotación agrícola o
pecuaria de alimentos y materias primas genera un volumen de bienes de consumo
final o insumos con bajo nivel de transformación que destinan un muy elevado
porcentual de su oferta anual al consumo interno y solamente orienta sus
excedentes al mercado externo. Este fenómeno se verifica específicamente en las
provincias del Norte y del Oeste del país, debiéndosele incorporar también,
procesos muy relevantes en las provincias patagónicas, donde la actividad
primaria extractiva principal es la vinculada al sector petrogasífero. Este
demanda un escaso nivel de fuerza de trabajo en comparación a la ligada a la
producción agropecuaria y a los procesos ulteriores de transformación,
comercialización y transporte vinculados a dicha producción." (Márquez,
N.,Rofman, A., 1995)
Todas
estas actividades se desarrollan en un marco productivo y tecnológico altamente
heterogéneo. A diferencia de lo que sucede en la producción primaria de la Pampa
Húmeda y en su ulterior proceso de transformación y/o comercialización, los
sectores sociales dedicados a la faena agrícola en las provincias de la
periferia regional Argentina son muy disímiles. Las diferencias entre minifundio
y/o pequeña producción, por un lado, y actividad rural asentada en la mediana y
gran explotación, por el otro, no es solamente cuestión de tamaño. También se
dan formas de propiedad y tenencia de la tierra precarias, modelo tecnológico de
producción obsoleto, actividad asentada en la unidad familiar y, finalmente,
canales de comercialización para la entrega de la producción totalmente
controlados. En tal sentido es preciso reconocer la existencia de submercados
altamente diferenciados donde, en general, predominan en número y en cantidad de
fuerza de trabajo asociado los dedicados a la pequeña producción pero que, a su
vez, participan en forma minoritaria en el volumen total de lo producido. En
este segmento social, las condiciones de subsistencia, la posibilidad de
capitalización y la calidad de vida son, en términos globales, muy deficitarias.
En el otro, un número inferior de explotaciones asociadas a mejores condiciones
de producción y conducción es responsable de la proporción mayoritaria de la
oferta de bienes agropecuarios al mercado, posee capacidad de innovación
tecnológica y de reproducción del capital y transita carriles propios, muy
vinculados a la gran empresa orientada al mercado interno y/o externo.
"Esta
dicotomía fundamental, que admite a su interior posteriores subdivisiones según
los casos específicos, obliga a estudiar los procesos regionales, sus
repercusiones sociales, la incidencia sobre el aparato del Estado, la definición
de las políticas oficiales y los procesos contextuales emergentes desde una
óptica que, desde el principio, descarte toda visión homogénea de los perfiles y
los impactos respectivos." (Márquez, N., Rofman, A., 1995)
La
globalización económica, la libertad en los movimientos de ingresos y egresos de
mercancías de y para el exterior sin tener que afrontar barreras arancelarias y
paraarancelarias, la Revolución Tecnológica asociada a las transformaciones en
los procesos de gestión técnica y del trabajo y la necesaria adopción de pautas
de competitividad, desconocidas previamente, para no quedar fuera del mercado,
son los principales factores estructurales a que se ven sometidos los procesos
productivos a que se hace referencia. Por otra parte, las políticas estatales
vinculadas al Plan de Convertibilidad implantado desde principios de 1991
acentúa, en muchos casos, las dificultades de supervivencia de estos sectores
sociales vulnerables. Entre estas políticas, la de mayor incidencia negativa
está constituida por una necesaria transformación de los aparatos estatales
provinciales, abultados en la nómina de empleados públicos que sostienen y
carentes de sustento fiscal de generación propia.
Finalmente se debe mencionar
que la actual situación a dado lugar a dos tipos de espacios bien diferenciados.
Unos localizados en un “área central” con fuerte inserción en el sistema global
mundial y otros, ubicados en “zonas periféricas” con serios problemas
socio-económicos y de articulación local y mundial.
La
generación del corredor bioceánico sur, más allá de beneficiar directamente a
otras regiones del planeta, también puede generar una integración local que
mejore la calidad de vida de sus habitantes.
Porqué
indagar las redes de circulación material?
El aumento
de la población de los principales núcleos urbanos de la región en las últimas
décadas, generó la expansión de sus plantas urbanas y el surgimiento
de nuevas actividades económicas, juntamente con un proceso de
diferenciación y redistribución espacial de la población.
Este
crecimiento ha dado lugar a la formación, dentro del ámbito interurbano y
regional, de conglomerados de población diferenciados económica y
espacialmente, con la consiguiente necesidad de desplazamientos de
diferentes características. En este contexto la elección del estudio de los
procesos de circulación material y del funcionamiento de la red de
transporte, tiene el propósito de lograr una mayor profundidad en
la investigación existiendo fundamentos que permiten afirmar que el
área en estudio es una de las más demandantes de transporte en términos
relativos, dentro del contexto provincial.
El proceso
de urbanización registrado en la Argentina en las últimas décadas -al igual que
en otros países del continente- ha sido creciente en cuanto a su ritmo y
concentrador en relación a su dinámica espacial.
Si bien
existen en el país áreas que han actuado como polos de mayor atracción,
generando problemas de difícil solución, en este momento algunos de esos
problemas se manifiestan en regiones con importantes índices de crecimiento
y diversificación productiva.
Existe una
considerable cantidad de estudios teóricos y empíricos, los cuales
erróneamente son utilizados para analizar y formular propuestas para
regiones de diversos rangos que presentan realidades diferentes.
Esta
situación, además de responder a mecanismos de planificación y de poder
altamente centralizados, contienen en algunos casos importantes falencias
técnico-metodológicas. Falencias que se traducen en las etapas de
caracterización y diagnóstico, las cuales conducen a propuestas y decisiones
inadecuadas a las necesidades regionales.
Las
políticas regionales y extraregionales adoptadas no han contemplado la
particularidad de las ciudades en cuanto a su tamaño y a los aspectos urbanos
globales y sectoriales.
De lo
anterior se desprenden dos elementos importantes en relación con esta propuesta
de estudio. Por una parte, la necesidad de contar con un marco conceptual
que responda a las características del área de referencia y por otra la de
reconocer al transporte como una variable endógena respecto de la
estructura y crecimiento regional.
La demanda
de transporte es por definición una demanda derivada de necesidades de
movilidad espacial. Si ésta crece en términos absolutos y este crecimiento
va acompañado por un proceso de redistribución espacial, es factible que se
generen variaciones en la demanda global y probablemente en su estructura
espacio-temporal.
El
crecimiento de la población se manifiesta con el surgimiento de nuevas
localidades y centros urbanos, procesos de diferenciación de uso del suelo,
oferta de servicios, provisión de servicios a diferentes sectores de la
sociedad, nuevos centros comerciales y nuevas actividades económicas. Todas
estas manifestaciones producen variaciones significativas sobre la
estructura regional de funcionamiento y por ende sobre los flujos de
circulación.
Las
necesidades de identificación de soluciones que operan sobre demandas
previsibles se hacen más críticas cuando se trata de contemplar los
requerimientos de los habitantes y la responsabilidad pública de regulación y
prestación de servicios; esto se torna más difícil al considerar una oferta que
pretende ser eficiente desde el punto de vista técnico empresarial.
El
estado actual de la infraestructura del corredor bioceánico
La
inminente creación del corredor bioceánico que unirá los puertos de Bahía Blanca
y San Antonio Este en la Argentina y Talcahuano en Chile incidirá notoriamente
sobre la dinámica de toda el área de este corredor.
Si bien
ésta, de acuerdo a las previsiones estimadas, aportará al movimiento de bienes y
personas el 20% del volumen total que se transporte entre ambos puertos, la
infraestructura actual no ofrece posibilidades de un adecuado funcionamiento.
Por un lado, el ferrocarril, hoy en manos privadas, continúa manteniendo vías
que no han sido remozadas y que en algunos tramos no soportan una capacidad de
carga de 20 toneladas por eje. Además, condiciones fundacionales y del material
transportante no permiten mayor velocidad, requisito esencial a la hora de
transportar bienes de paso. Asimismo se debe tener en cuenta que aún no está
construido el tramo de vías férreas que unirá el límite de Chile con la ciudad
de Zapala en Neuquén.
Por otro
lado, la situación del principal competidor, el transporte automotor, no ofrece
mejores condiciones. Las rutas y caminos del área no se han modificado desde la
década del sesenta aunque el parque automotor se ha quintuplicado.En
consecuencia, la capacidad de carga sobre las principales vías de comunicación
ha disminuido y el estado general ha empeorado.
Por
último, si se observa el estado de los puertos de Talcahuano, Bahia Blanca y San
Antonio Este, los mismos necesitarán una remodelación y adecuación general al
nuevo funcionamiento que se pretende establecer. Es necesario que la entrada y
salida de mercaderías se realice con fluidez y sin pérdidas de tiempo.
Que se
debería realizar para alcanzar una efectiva integración
El tema
de la integración de los países del Cono Sur estará supeditado fundamentalmente
a los beneficios económicos que se puedan generar a través de la nueva forma de
comercialización que tiene lugar en el área.
Además,
tal fenómeno ha dejado a una gran mayoría de los actores y agentes sociales
marginados o rezagados del mismo, pero no de sus costos.
Al optar
por una activa inserción internacional, se ha incrementado la dependencia de los
mercados internacionales y esto implica que cualquier crisis en los socios
comerciales, afectará, de algún modo, a todos los países que integran el
Mercosur. Así mismo, la integración se ha restringido fundamentalmente al ámbito
económico. Desde la mirada de los actores se observa que la integración no
incluye las dimensiones social y cultural.
No
obstante, dentro de los acuerdos suscritos recientemente por los gobiernos del
área se consideran instancias de integración más amplias. Así, y en el marco de
estos acuerdos, se ha planteado una estrategia de integración física-los
corredores bioceánicos- que permitirían no sólo que los países del Atlántico
puedan salir con su producción por los puertos del Pacífico, sino que
facilitaría el traslado de bienes, personas y la prestación de servicios.
Por otro
lado, será necesario tener en cuenta que para mejorar el sistema de relaciones y
comunicaciones en la región se deberá mejorar las redes de circulación material,
sobre todo las del corredor bioceánico argentino-chileno sur, ya que si bien
ofrece muy buenas posibilidades, en las condiciones actuales es imposible lograr
una efectiva integración.
Mientras
se sucedían los cambios y transformaciones urbanas y rurales ya mencionados, la
infraestructura de comunicaciones se mantuvo sin alterar. Los fuertes
condicionantes físicos naturales y la falta de recursos económicos sólo
permitieron el desarrollo de una red de circulación material asociada a las
formas del terreno. No obstante, éstas pudieron haberse mejorado mediante la
incorporación de tecnología. El aumento de las operaciones y transacciones se
dio sobre una trama obsoleta. Tal es el caso de las vías del ferrocarril y de
las rutas nacionales y provinciales que surcar la región.
Lo dicho
muestra que si bien la zona requiere de una solución global que contemple los
cambios actuales y las potencialidades futuras, se debe comenzar a tomar algunas
decisiones puntuales tendientes a revertir la situación.
Por un
lado se deberá mejorar la infraestructura y adecuarla a las necesidades actuales
y futuras y por el otro se deberá colaborar en el desarrollo de las actividades
económicas, ya que tanto la primera medida como la segunda, posibilitarán una
mayor participación e integración dentro del contexto de la globalización
mundial.
Para que
ello sea posible se deberá actuar con medidas correctivas, de apoyo a las
actividades motoras o dominantes, reinvirtiendo en nuevas tecnologías y
mejorando el sistema de comercialización de los productos zonales. Además de
participar en el proceso de exportación, sobre todo si se tiene en cuenta el
nuevo rol que se debe jugar dentro del Mercosur.
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