TRANSFORMACIONES EN EL ESPACIO PRODUCTIVO BAHIENSE Y SU
RELACION CON EL MERCOSUR
Formiga, Nidia
Departamento de Geografía
Universidad Nacional del Sur
BAHIA BLANCA
Resumen
En la ciudad de Bahía Blanca se han localizado importantes
inversiones que tienen como consecuencia una transformación de la estructura
económica urbana y en la que también inciden las nuevas oportunidades de
inserción en el mercado ampliado del Mercosur.
Se plantea la conformación de un nuevo espacio productivo con
dos componentes principales: el complejo portuario y el polo petroquímico. Si
bien estos usos han caracterizado la ocupación del área, los cambios que se
están evidenciando, enmarcados en el proceso de globalización, se relacionan con
las nuevas formas de organización y gestión, en las que se destacan las empresas
multinacionales.
La localización de inversiones por más de dos mil millones de
dólares, que se completarán hacia el año 2000, han generado grandes expectativas
respecto al desarrollo de encadenamientos productivos y actividades
complementarias, así como a las posibilidades de generación de empleo. Los
nuevos emprendimientos se concentran en un área limitada, portuaria-industrial,
en la cual las actividades petroquímicas están liderando el proceso de
transformación.
El propósito de este trabajo es poner de manifiesto los cambios
generados en la estructura productiva de Bahía Blanca y sus efectos en la
organización del espacio urbano, como consecuencia de las decisiones de grandes
empresas multinacionales de ampliar y consolidar sus actividades en esta ciudad,
así como de nuevas radicaciones industriales,que resultan en una importante
concentración de inversiones en un área limitada, la cual asume las
características de los modernos espacios productivos.
Los cambios comenzaron a gestarse en 1996, cuando se fue
vislumbrando el interés de varias empresas en efectuar inversiones industriales,
y un nuevo dinamismo se detectó a partir de fines de 1997, cuando se confirmó la
ejecución de las obras. Si bien estos tipos de uso del suelo han sido
característicos en la ocupación de este sector de la ciudad, las
transformaciones en curso se relacionan con las nuevas condiciones en que se
realizan los procesos de producción y gestión, así como en los actores
intervinientes.
El complejo portuario se constituye en un motor fundamental del
cambio en cuanto a dos aspectos fundamentales: a) como nodo importante de
transporte, que forma parte de una red multimodal; y b) en el desarrollo de
actividades productivas, con la realización de varios emprendimientos
industriales en la zona portuaria.
Desde los inicios de la década de los noventa, con la
estabilidad económica y la convertibilidad monetaria, el proceso de
privatización y descentralización del Estado, así como los incentivos a las
nuevas inversiones, en especial extranjeras, se fue conformando un marco
atractivo para las estrategias empresariales globales. Se agrega, además, la
integración regional del MERCOSUR que si bien representa un desafío para los
países integrantes, por las diferencias estructurales, es una gran oportunidad
por la ampliación del mercado. En el caso particular de Bahía Blanca se abre la
perspectiva de una participación más concreta en el mercado internacional. La
ciudad presenta una oferta interesante de recursos para la localización de
actividades globales: disponibilidad de materia prima para la industria
petroquímica, el puerto de aguas profundas, complementado con una adecuada
infraestructura de transportes y comunicaciones, así como recursos humanos
calificados y centros de investigación especializados, además de los servicios
importantes que corresponden a una ciudad intermedia. Estas condiciones
generadoras incidieron en las decisiones de localización y las nuevas
inversiones dan lugar a la formación de un espacio particularizado, donde se
acumulan las modernidades. Es por ello que se aborda, en primer lugar, el
complejo portuario como elemento estructurador del área. Esta base da lugar a la
introducción de los nuevos emprendimientos y las acciones relacionadas con la
gestión local, que se vinculan a la infraestructura de apoyo. Por último, es
interesante considerar los proyectos en vías de realización que potenciarán
estás actividades.
Las verticalidades en el territorio
De acuerdo con la conceptualización de M. Santos se puede decir
que, en el proceso de globalización, los lugares con productividad espacial se
conectan a las redes jerarquizadas, a través de los vectores de modernización.
Se crean así zonas luminosas que corresponden a los espacios de la racionalidad,
caracterizados por la acumulación y renovación continua de técnica, ciencia e
información, las cuales son el dominio del tiempo rápido, que está dado por el
tipo de acciones que se desarrollan en este nuevo medio. De modo que la
globalización imprime pautas territoriales a las organizaciones socio-económicas
y altera los patrones funcionales y espaciales que venían operando hasta
mediados de los años ochenta. El eje de este proceso se encuentra en el cambio
global que implica la economía-mundo, que transforma las condiciones de
actividad y establece nuevos requisitos en su localización. Las nuevas formas de
organización de la actividad industrial y su distribución en el espacio, de
acuerdo a los lineamientos de la economía flexible, se exteriorizan en una
compleja dualidad, dada por la combinación de la dispersión global de la
actividad económica y la integración global – bajo condiciones de continua
concentración de la propiedad y el control económico. (S. Sassen, 1994, pp. 4).
La capacidad de inserción en el nuevo sistema depende de las condiciones
heredadas del anterior proceso de desarrollo, del potencial para establecer las
condiciones requeridas por el nuevo modelo y del liderazgo en las nuevas
estrategias de desarrollo.
Las articulaciones, tanto a nivel de empresas y
establecimientos como de lugares, parecen representar oportunidades para
espacios periféricos, pero no constituyen una opción generalizada y representan
una forma de funcionamiento altamente dependiente. La extensión del espacio
técnico-científico-informacional se realiza en forma discontinua y con variada
intensidad, lo cual da lugar a situaciones que abarcan una variada gama que
comprende desde las zonas luminosas, densas en cuanto a la presencia de esas
variables, hasta las zonas opacas o prácticamente vacías, que han quedado al
margen del proceso de modernización actual. De manera que las ventajas que
ofrezca un lugar estarán dadas por su productividad espacial , es decir, por su
dotación de tecnología e información. Por esta razón se hace referencia al
neodeterminismo del espacio artificial ( Santos, 1996 b, p.135) dado que, cuanto
más moderna es una producción, más exigente es en cuanto a la dotación de estos
contenidos. "En particular para los países subdesarrollados es importante
reconocer que las ventajas comparativas ya no pasan por la posesión de recursos
naturales. En tanto la disputa por el poder económico está signada por el
desarrollo de tecnologías de nuevos procesos y no de nuevos productos, pierde
peso relativo la importancia de las materias primas en general."(Acosta, 1996,
p.7) El resultado es la conformación de los espacios de la racionalidad,
caracterizados por las horizontalidades y las verticalidades. En tanto las
horizontalidades están ligadas al cotidiano del lugar, las verticalidades
representan los vectores de la racionalización. La producción globalizada
requiere una organización de la actividad integrada en forma jerárquica, que se
realiza a través de las redes que conforman el espacio global, en las cuales los
vectores de la verticalidad constituyen los canales de los flujos provenientes
de los sectores hegemónicos, que es "con frecuencia el mundo, transportado a los
lugares por las firmas trasnacionales". (Santos, 1996 b, pp.137)
Acosta señala que el sistema productivo mundial esta compuesto
por un complejo sistema de "racimos tecnológicos" cuyas unidades productivas o
"uvas" se encuentran distribuidas en distintas áreas. "Entonces, más que hablar
de una globalización, desde esta perspectiva de las uvas como componentes de un
racimo y desde los procesos de integración parcial de ciertos segmentos de la
sociedad al mercado mundial, cabría mejos hablar de ‘glocalización’, en tanto
sólo reducidos grupos humanos y empresariales locales, así como determinadas
zonas de un país- a nivel de ciudades, por ejemplo - se integran al proceso de
mundialización. " ( Acosta, 1996, p.8) Es este proceso el que lleva a la
formación de nuevas y modernas áreas de producción y consumo en el espacio
urbano.
El complejo portuario como dinamizador local
Si bien la estructura productiva de la región presenta cierto
grado de diversificación, al ser dependiente del sector agropecuario es muy
vulnerable al comportamiento variable del mismo. Además, dada la relevancia de
esta actividad, está ligada en forma directa a la política económica nacional.
El desarrollo económico de Bahía Blanca ha estado siempre estrechamente
vinculado a las condiciones y transformaciones imperantes en su área de
influencia. Primordial para el desarrollo regional han sido las funciones
agroexportadoras del complejo portuario, el que adquiere mayor significación
como puerto de aguas profundas y es uno de los pilares fundamentales en que se
apoyan las políticas de desarrollo urbano.
Con los cambios que se iniciaron en 1993, cuando se hizo cargo
el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, se reactivaron las funciones
y comenzó un nuevo dinamismo a partir de la concesión de las terminales
portuarias a empresas privadas. Las importantes inversiones realizadas para el
acondicionamiento de la infraestructura y la incorporación de tecnología de
avanzada, con la modernización de las instalaciones, expresaron el interés por
una nueva proyección del puerto, tanto regional como nacional e internacional,
mediante la promoción de nuevos servicios y la conquista de nuevos mercados. Por
las inversiones realizadas se destacan Cargill , con la planta de producción de
aceite y la maltería, y las ampliaciones de Oleaginosa Moreno que, en conjunto,
han alcanzado los 150 millones de dólares. Es interesante señalar que esta
última, una empresa familiar bahiense, en 1997 vendió el 51% del paquete
accionario a Glencore International, empresa trasnacional que ya estaba operando
una de las terminales cerealeras privadas del Puerto de Ing. White. Las
instalaciones portuarias ofrecen una capacidad instalada que excede , en gran
medida, la demanda actual para el manipuleo de granos, de manera que se cuenta
con un amplio margen para el incremento de estas actividades. Respecto al
movimiento portuario la mayor parte corresponde a exportaciones, con un
predominio neto de commodities y en cuanto a la composición, si bien son
relevantes los combustibles, se destaca la función cerealera a través de las
cuatro terminales privada. El año 1998 representó un record en el movimiento
portuario total, hecho que está relacionado con la gran cosecha que se registró
en la región y su incidencia en la exportación de cereales. De estos resultados
surge que un potencial a desarrollar es la incorporación de valor agregado a los
insumos de exportación y captar parte de las importaciones que tienen como
destino el hinterland bahiense.
Un aspecto pendiente es la incorporación de los contenedores en
forma continua dentro de la operativa portuaria. Aunque se realizaron algunos
servicios desde 1994, es hacia fines de 1998 que se registra un mayor número de
embarques relacionados con la exportación de productos petroquímicos y, de
acuerdo a la producción proyectada para las plantas del Polo, en 1999 se
establecería un servicio regular. En cuanto a su relación con los países
miembros del MERCOSUR, es interesante señalar que Brasil es el principal destino
de las exportaciones realizadas por esta terminal portuaria y, cuando entren en
funcionamiento las nuevas plantas, comenzarán a cobrar mayor importancia los
productos petroquímicos. Con la ocupación de Cangrejales por parte de dos
grandes emprendimientos y las reservas solicitadas por otros proyectos menores,
las autoridades están abocadas a la determinación de un área de expansión de la
zona portuaria. Tanto el Consorcio de Gestión como las empresas privadas han
modernizado sus instalaciones y las han dotado de tecnología de avanzada. Entre
las acciones más recientes se encuentra la informatización de los trámites
aduaneros ( Sistema Maria) y la incorporación de un moderno y complejo sistema
de radarización para ordenar el tráfico de embarcaciones, que estaría en pleno
funcionamiento a mediados de 1999. Es posible que el hecho de formar parte del
Corredor Atlántico del Mercosur, orientado a dinamizar el intercambio comercial
por vía marítima, fomentando el crecimiento económico regional, también
contribuya a una mayor proyección de este complejo portuario.
Los nuevos emprendimientos y la gestión local
Como segundo aspecto a destacar, de importancia no sólo en este
nuevo espacio productivo sino en la jerarquización de la ciudad, es el hecho de
que Bahía Blanca se está constituyendo en uno de los principales centros
petroquímicos a nivel internacional, en particular del Mercosur, dotado de la
tecnología de última generación. En funcionamiento se encuentra el Polo
Petroquímico, complejo con más de quince años de antigüedad, que requirió un
proceso de reestructuración y privatización para lograr condiciones de
producción competitivas en el mercado mundial. La reorganización empresarial se
inició en diciembre de 1995 y, luego de varias operaciones, se concentró,
básicamente, en dos empresas multinacionales: Dow Chemical Co, que controla
Petroquímica Bahía Blanca y Polisur, y Solvay que adquirió el 51% de acciones de
Indupa. Para el incremento de la capacidad de producción se determinó la
ampliación de Petroquímica Bahía Blanca y de las plantas satélites, así como la
construcción de nuevas plantas.
La importancia asignada a la producción local se evidencia en
que, de las inversiones previstas para la industria petroquímica hasta el año
2000 ( alrededor de 1200 millones de dólares), 770 millones serían invertidos en
el complejo bahiense. Los planes de expansión de Petroquímica Bahía Blanca
tienen como objetivo una producción anual de etileno de 700.000 toneladas a
mediados del año 2000. Para alcanzar esta meta dependen de la provisión de
materia prima etano/propano que será provista por el Proyecto Mega, que está en
construcción. El Polo Petroquímico se identifica como uno de los pilares del
desarrollo bahiense, a partir de la puesta en funcionamiento de las
ampliaciones, en 1999, y de las nuevas plantas, en el tercer cuatrimestre del
año 2000. Las perspectivas en el comercio internacional son muy buenas para
estas actividades, en particular en el ámbito del Mercosur. Como un requisito
indispensable, representantes de estas empresas han señalado la necesidad de la
capacitación permanente de los técnicos. En el caso de Polisur, la existencia de
centros semejantes en distintas partes del mundo y su sinergia, requieren
mantener un nivel tecnológico de primer nivel y de calificación homogéneo. Un
vínculo significativo de I + D es el Programa PIDCOP entre la Universidad
Nacional del Sur y el Polo, orientado a investigación aplicada, desarrollo
tecnológico, asistencia técnica y capacitación.
También en el área de estudio opera la firma Eg3, con sus
plantas de refinería de petróleo y de producción de membranas asfálticas, como
proceso complementario al de la refinería y de aprovechamiento de residuos, que
han sido ampliadas y dotadas de la más moderna tecnología. Desde 1997 la mayor
parte de las acciones pertenecen a Repsol, de manera que el funcionamiento de
este establecimiento está ligado a la petrolera española.
En cuanto a las nuevas plantas en construcción, que se
localizan en el sector portuario de Cangrejales, el Proyecto Mega, en el que
participan YPF, Petrobras y Dow Chemical, instalará una planta separadora de
gases, con una inversión aproximada a los 340 millones de dólares.Su puesta en
marcha es fundamental, dado que suministrará la materia prima a las nuevas
instalaciones del Polo Petroquímico así como a otras plantas, entre ellas a la
de fertilizantes. El excedente de propano, butano y gasolina se exportará a
Brasil, que es de interés para Petrobras. En cuanto a la planta de fertilizantes
de Profertil (emprendimiento conjunto de las empresas YPF y la canadiense
Agrium) ), cuya inversión prevista es de 500 millones de dólares, comenzará a
operar en el año 2000. La capacidad de producción de la planta es de 1 millón de
tn anuales de urea, para responder a la demanda creciente de fertilizantes.
En forma complementaria, es preocupación de la gestión local la
provisión de la infraestructura de apoyo a este sector. Ante la ocupación del
sitio correspondiente al Parque Industrial y la demanda de varias empresas para
instalarse en el lugar, las autoridades municipales han procedido a acondicionar
una segunda etapa en el área de reserva . En relación a la importancia del
tránsito y del movimiento de carga de los distintos medios de transporte, así
como por el incremento generado por los nuevos emprendimientos, se han
determinado como prioritarias las inversiones en infraestructura vial, para
dotar de accesos adecuados al Puerto de Bahía Blanca y al área industrial, a lo
que se agrega la necesidad de mantenimiento y mejora de la parrilla ferroviaria.
Si bien ya existen un eje de circulación periférica y accesos viales a la zona
portuaria y al área industrial, la capacidad de estas vías ha sido superada, por
lo tanto es imprescindible realizar algunas construcciones y ampliar las
trochas. Ya se han iniciado algunas de las obras viales, como el tramo
correspondiente a los nuevos puentes en el Complejo La Niña, en la entrada al
puerto. Además, se están llevando a cabo las gestiones para establecer, en el
área, una Terminal de Transferencia de Cargas.
Encadenamientos productivos y proyectos relacionados
Vinculadas directamente con las plantas petroquímicas se están
generando una gran cantidad de propuestas , en distintos niveles de realización,
que evidencian el rol de comando de esta actividad. Lo importante es que se
generen los encadenamientos productivos que implicarán nuevas plantas y mayor
demanda de mano de obra. La empresa Air Liquide de Argentina anunció una segunda
planta en Bahía Blanca para la separación de gases de aire, que entraría en
funcionamiento a mediados de 1999, con una producción de más de 500 tn diarias
de nitrógeno y oxígeno, para satisfacer la demanda del Polo Petroquímico y el
mercado del sur del país.
También se observa la incidencia en la demanda de servicios,
relacionados con la producción, que resulta atractiva para firmas
internacionales. Por ejemplo, la empresa Ecopolo S.A se dedicará al tratamiento
de residuos industriales especiales. Participan en este emprendimiento
Environmental Quality de Michigan ,USA, que aporta el "know how" y Environmental
de Argentina, que provee especialmente el capital. Se estima que la planta
estará lista cuando comience la producción de fertilizantes y las ampliaciones
del Polo Petroquímico. En el área de estudio se ubicará la planta de
tratamiento, que es el núcleo de procesamiento, a construirse en el Parque
Industrial.
Como proyectos que tendrán incidencia en el crecimiento
económico de la ciudad, y en el desarrollo de las actividades consideradas, se
destacan la Zona Franca y el Ferrocarril Trasandino del Sur-Corredor Bioceánico.
En 1996 se aprobó la creación de una zona franca conjunta para los Partidos de
Bahía Blanca y Coronel Rosales, que está compuesta por dos unidades de negocios.
La unidad correspondiente a Bahía Blanca formará parte de este nuevo espacio
productivo y es un emprendimiento de relevancia que se suma a los proyectos
anteriormente considerados. Las gestiones están muy avanzadas y se espera poder
materializarla muy pronto. En cuanto al Ferrocarril Trasandino del Sur, que
unirá Bahía Blanca con Talcahuano ( Chile), se requiere la construcción de
aproximadamente 200 km de vías ( 64 km en Chile y 133 km en Argentina), para
conectar tramos ya existentes y otras obras complementarias. En abril de 1999 se
firmó el Decreto para iniciar acciones en el tramo argentino. Como Corredor
Bioceánico comenzó a funcionar a fines de marzo de 1998, por medio de un enlace
ferro-vial, con el envío de contenedores de soda cáustica granulada producida
por Indupa, con destino a Santiago de Chile y ha continuado, aunque no de manera
regular. Las empresas ferroviarias privadas que realizan los servicios, a ambos
lados de la frontera, se muestran muy interesadas en que continúe funcionando
como un corredor multimodal hasta tanto se pueda concretar la obra ferroviaria.
Este Proyecto se relaciona con el del Ferrocarril Transpatagónico, de interés
nacional, dado que Bahía Blanca se encuentra en el extremo de ambas iniciativas
regionales, con conexión al Area Metropolitana de Buenos Aires y otras regiones
importantes.
Consideraciones finales
Las acciones en curso y los actores intervinientes ponen de
manifiesto que la ciudad de Bahía Blanca es atractiva para nuevas radicaciones
industriales en el espacio global. El conjunto de inversiones previstas, de más
de 2 mil millones de dólares, imprimen una nueva dinámica en la economía local y
fortalecerán el rol que desempeña Bahía Blanca en el sector petroquímico. De
acuerdo a la distinción establecida por Castells, en cuanto a la nueva división
internacional del trabajo, el caso en estudio se ubica entre los productores de
materias primas, al tomar en consideración que se trata de actividades
económicas basadas en recursos naturales por estar referidas, fundamentalmente,
al procesamiento y distribución de productos agrícolas , petrolíferos y sus
derivados. (Castells, 1997, pp.174)
Evidentemente, se conforma un nuevo espacio productivo, dadas
las características de las empresas involucradas y la introducción de modernas
tecnologías, por lo cual se convierte en el núcleo generador de la actividad
económica de la ciudad, tanto de aquellos procesos directamente vinculados o
complementarios, como por la demanda de servicios en general, que tiene sus
proyecciones en el espacio de consumo. Las actividades que toman impulso
presentan un importante componente de inversiones extranjeras y están basadas en
el procesamiento de recursos naturales no locales, que se destacan por la
incorporación de modernas tecnologías así como por la exigencia de calificación
y capacitación de los recursos humanos. En cuanto a sus efectos ambientales, se
están evaluando y tomando en consideración los impactos de los procesos
industriales.
Es notorio el cambio registrado en cuanto a la situación
prevaleciente a mediados de los noventa en Bahía Blanca, que estaba marcada por
la recesión y el desempleo. Este proceso de reactivación es, en parte, resultado
de las acciones llevadas a cabo por el gobierno local y entidades empresariales,
de las cuales se pueden destacar las realizadas junto con la gestión provincial
para promover inversiones, la asignación de la zona franca y la obtención de
fondos para infraestructura, como es el caso del dragado.
La ciudad es, entonces, uno de los lugares elegidos por las
grandes empresas que pertenecen al espacio global, con la consiguiente
deslocalización de las actividad, en relación a los cambios empresariales y que
han llevado a la fusión o la desaparición de firmas de origen local. Estos
nuevos emprendimientos están liderando el proceso de transformación económica y
han generado grandes expectativas. Con el transcurso del tiempo se podrá
analizar si se dan las condiciones para el desarrollo de las actividades
vinculadas al complejo petroquímico y una diversificación productiva, así como
los efectos en el mercado laboral. El Plan Estratégico, que se está elaborando
para la ciudad, puede constituir un instrumento adecuado para el seguimiento del
proceso y la toma de decisiones a nivel local.
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