PLANIFICACION Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL
EN
AMBIENTES DE FLEXIBILIDAD Y GLOBALIZACION.
ADRIANO
ROVIRA PINTO
La creciente
globalización a que hoy están expuestos nuestros países, lleva a que los
procesos que se desenvuelven en un territorio, esten sujetos a los vaivenes de
las economías internacionales. Así los equipos nacionales o subnacionales de
planificación, no tienen todas la variables controladas, puesto que quedan a
merced de los comportamientos de variables externas.
En estas
condiciones, lo que le cabe a los equipos de planificación es aprovechar al
máximo todas las posibilidades que le ofrece el sistema. Las regiones pueden
verse favorecidas por acciones o desarrollos derivados de la globalización
económica. por eso mismo, los equipos planificadores deben ser capaces de prever
y minimizar los efectos negativos que tienen esas acciones o
desarrollos.
La
flexibilidad por su parte, se refiere a características internas y se derivan
del modelo económico que es practicado en nuestros países. El modelo neoliberal
entrega al mercado la tarea de asignar los recursos y el espacio, por lo que las
decisiones son tomadas casi exclusivamente por los empresarios, en tanto al
Estado le corresponde tan solo un supuesto rol regulador. En este escenario, la
planificación es casi imposible, por cuanto las decisiones empresariales
presentan un muy alto grado de impredicción. La incerteza llega en estas
condiciones a ser una seria dificultad para la organización social, para la
definición de escenarios futuros y para la predicción del curso que tomarán los
acontecimientos.
En este
escenario, la planificación, entendida como una ingeniería social, dotada de una
serie de técnicas que permiten alcanzar un futuro deseado por el grupo social
que se da una imagen objetivo y un camino para alcanzarlo, se ve afectada
seriamente por la globalización y por la flexibilización de la sociedad. Bajo
las condiciones existentes en el sistema económico neo-liberal imperante, cabe
hacerse la pregunta acerca de la validez de la planificación como teoría y
práctica, en una sociedad flexible y regida por los principios del libre
mercado. Por ello que Friedman (1992) afirma que “necesitamos concebir una forma
de planificación que sea capaz de funcionar dentro de un desorden y una
complejidad crecientes”, que son las características de la sociedad post
moderna.
Desde los
comienzos del siglo XIX que la planificación y su proceso de toma de decisiones
ha estado sesgado fuertemente al positivismo lógico. La facultad de
predecir basándose en leyes
naturales y sociales se convirtió
en la base de una compensación entre acción y control. Sin embargo, hoy en día
existen condiciones que determinan que el proceso de planificación y toma de
decisiones derive en una nueva aproximación epistemológica.
Por lo demás,
las epistemologías postpositivas han abandonado la búsqueda de la verdad
absoluta simple. Esta búsqueda ha sido remplazada por múltiples perspectivas,
una preocupación renovada por el trabajo científico interpretativo, la
validación del conocimiento experimental y la sustitución de la acción
comunicativa por los procedimiento del análisis objetivo.
Esa
planificación, cuya orientación era hacia una ingeniería social, es la que se
refleja en la práctica de la planificación en Chile. En este sentido es que Lira
(1997) indica que “en la documentación elaborada por las administraciones y
gobiernos subnacionales, abunda la información, pero se carece de conocimiento
sobre su realidad” y agrega que esa información no sirve de alimento al proceso
de toma de decisiones. El énfasis puesto en la información tipo inventario que
caracteriza a los planes regionales, se une a un enfoque de carácter
sectorialista, todo lo cual confabula para restar aplicabilidad a estos
documentos que reúnen - sin conseguir amalgamar - el inventario de los
componentes de la unidad a planificar, con un plan de inversiones destinado a
incentivar al sector privado a implementar proyectos de inversión.
El espacio
regional, la unidad administrativa sujeto de la planificación, es visto como un
continente lleno de objetos, respecto de los cuales se hace el inventario y en
el mejor de los casos se llega a identificar algunas interacciones. O bien es
tratado como una matriz a-espacial de flujos entre sectores, dejando fuera todos
los componentes de proximidad, distancia y localización.
En la
actualidad se requiere pensar en modelos nuevos y más adecuados de hacer
planificación. Este nuevo modelo deberá basarse en el aprendizaje social, con un
fuerte énfasis en la participación de no expertos, a diferencia del modelo
antiguo que se basaba en documentos técnicos y que se caracterizaba por una
condición eminentemente cerrada al público, hermética y destinada a
especialistas. Esta nueva planificación, además, es descentralizada, porque
privilegia las regiones y las localidades como una forma de comprometer a la
población afectada con el proceso de planificación. Junto a lo anterior, esta
nueva planificación funciona en el tiempo real, uniendo conocimiento y acción y
situando al planificador en el centro de la actividad (Friedman,
1992).
En este plano
es que se entiende la incorporación del concepto de planificación territorial,
en reemplazo de la planificación espacial o regional, de corte tradicional,
moderno, racionalista y positivista. Esta nueva planificación tiene al
territorio como su sujeto de acción y está fuertemente vinculada a los problemas
de la planificación para el desarrollo local. Pero para que ello sea realidad,
es necesarrio entender el territorio como la identidad manifiesta de la relación
sociedad-naturaleza. Crevoisier (1996) en este sentido afirma que “el espacio
territorial debe entenderse como la unión de la proximidad física de varios
elementos y de las relaciones socioeconómicas entre esos elementos”. El
territorio, así entendido, funciona entonces sobre la base de la
multidimensionalidad y la interdependencia y, consecuentemente, de relaciones de
alta complejidad. No es posible concebir un sistema territorial sin tomar en
cuenta estas múltiples interdependencias.
La idea de
planificación fundamentada sobre el concepto de sistema implica un cambio en las
operaciones relacionadas con la toma de decisiones. Esto es así porque se
entiende que la unidad administrativa reside en un contexto comunicacional
dentro del cual es posible describir su organización. El modelo de organización
emergente y la estructura que la realiza, permite entender a la
planificación no como una serie de
operaciones o métodos prescriptivos, sino más bien como la enunciación de
criterios que permiten generar una
estrategia abierta al cambio, es decir proscriptiva. Se trata en última
instancia de proyectar las tomas de decisión, para generar y/o simular los
procesos que se desencadenan en la planificación. Consecuentemente con lo
anterior, el proceso de planificación y toma de decisiones debe ser apoyado a
través de tecnologías que soporten las epistemologías propuestas. insertas en
contextos de no equilibrio y de complejidad creciente.
Precisamente,
frente al problema de trabajar con
sistemas territoriales, es que se ha planteado el problema de la
complejidad que ellos tienen, por lo cual
los modelos que se construyen en el enfoque positivista reduccionista,
buscan simplificar esa realidad. A este respecto White y Engelen (1994) plantean
el problema que se deriva del hecho de que se ha pensado tradicionalmente que el
desorden que parece reinar en el mundo real, se debe a un alto monto de azar que
oscurece una realidad simple que le subyace, por lo que el esfuerzo debe
orientarse a remover ese desorden permitiendo que aflore la simpleza subyacente.
Actualmente y como resultado de los conceptos derivados de los fractales, de la
teoría del caos y de la evolución estructural (Kay, 1996), parece ser mucho mas
razonable suponer que la complejidad constituye de hecho el orden real inherente
al sistema. Gould et al (1997) afirman a este respecto, que en años recientes ha
existido un importante movimiento “desde la parsimonia - tan simple como sea
posible- a la complejidad realista - tan complejo como necesita ser”.
En resumen,
existe a nivel mundial una preocupación por desarrollar un nuevo modelo de
planificación, acorde con la realidad de una sociedad flexible. En este contexto
es que como ya se dijo anteriormente, se comienza a hablar del ordenamiento
territorial, como una de las estrategias de llevar la planificación hacia una
posición de gran dinamismo y de profundas vinculaciones con las realidades
locales y en tiempo real. De esa forma se busca asegurar el compromiso de las
comunidades con el proceso planificador y la incorporación del conocimiento
social a la generación de las soluciones de desarrollo. Se trata finalmente de
la construcción del territorio por las comunidades locales.
En este
artículo se analiza la condición en que enfrentan esta realidad, tres regiones
de Chile, cada una con una problemática diferente. Así por ejemplo, la Región de
Valparaíso se enfrenta a la proximidad de Santiago y a una condición de corredor
de personas y bienes, al interior del país y con el extranjero. La Región de Los
Lagos por su parte, pertenece al grupo de regiones que se preparan para
enfrentar los efectos negativos de la inserción en los mercados mundiales,
particularmente en el MERCOSUR. Por último la Región de Aysén representa un
espacio de frontera de recursos que debe incorporarse a la economía
moderna.
El sistema
nacional de planificación en Chile ha optado por un cambio sustancial en sus
instrumentos. Se trata de perfeccionar los Planes de Desarrollo Regional, que
por décadas sirvieron de base para la toma de decisiones en las inversiones
públicas en las regiones. Sin embargo estos Planes se trataban más bien de un
conjunto de antecedentes sobre el sistema regional, seguido de una serie de
proyectos de inversión, no siempre derivados de los antecedentes que les
servían, supuestamente, de respaldo. Por otra parte, las posibilidades de las
regiones de poder definir sus destinos, están muy lejos de lo deseable. Y esto
no sólo se trata de problemas derivados de condiciones adversas en términos
generales, sino que particularmente, en el contexto interno, no se percibe una
clara voluntad ni los instrumentos para alcanzar este objetivo. Para comprobar
esto, basta con ver los programas de incentivos para la inversión privada y el
desarrollo productivo, y las facultades legales que tienen los Gobiernos
regionales para estos fines (Lira, 1997).
Como una respuesta a la flexibilidad de la sociedad actual, el
sistema ha establecido las Estrategias de Desarrollo Regional, un instrumento
que es concebido como una carta de navegación para todos los actores del proceso
de desarrollo regional. En la medida en que se la entiende como un proceso
gestado por actores sociales concretos circunscritos a un territorio delimitado
y diferenciado, es conceptualizada como “un conjunto de proposiciones y vía de
actuación institucional, destinadas a modificar el funcionamiento del sistema
regional, pero teniendo particular cuidado de incorporar la dimensión
territorial de dicho sistema, es decir, tanto la estructura territorial de las
actividades económicas, como la organización social y cultural del espacio
regional” (MIDEPLAN - PNUD, 1995). Así pues, la Estrategia de Desarrollo Regional es un
instrumento orientador de carácter global que, a partir del diagnóstico de la
situación, permite determinar capacidades, tendencias y problemas con el fin de
disponer de un proyecto regional factible para el largo
plazo.
La Región de Valparaíso
En el caso de
la región de Valparaíso, los desafíos provienen de la necesidad de adecuación de
un espacio afectado por la cercanía a la Metrópolis capital nacional y cruzado
por numerosos corredores de tráfico nacional e internacional. Un espacio portuario abierto a los
intercambios entre América Latina y la cuenca del Pacífico.
Debido a esto,
numerosos aspectos de la organización del territorio regional quedan afectos a
decisiones externas a los agentes locales. Esto trae como consecuencia, la
necesaria adecuación de la estrategia regional, a las nuevas y cambiantes
condiciones del entorno. Por lo demás la definición que la anterior Estrategia
hacía de esta Región como una Región Portuaria, encontró la oposición de ámbitos
territoriales que si bien forman partede ella, no basan su potencial de
desarrollo en la existencia del puerto, sino en sectores como la minería, la
industria y la agricultura.
Para cumplir
con este requerimiento de modificación, el organismo de planificación de la
Región, inició un proyecto de actualización de la Estrategia Regional de
Desarrollo, planteándose como horizonte temporal el año 2010. Esta actualización
se plantea como criterio fundamental el desarrollo de un análisis regional
prospectivo, así como una interpretación territorial de la realidad regional.
Este instrumento deberá servir de orientador de la acción de la sociedad
regional en pos de objetivos de desarrollo socioeconómico y cultural, teniendo
eso sí en cuenta, todos los cambios políticos, económicos y sociales, tanto
internos como externos a la Región.
Con el
propósito de construir el referido instrumento, el Gobierno Regional ha optado
por aplicar la metodología de la planificación prospectiva. Se ha considerado
pertinente generar espacios de discusión a escala regional y sub regional, con
el objetivo de que las apuestas de futuro surjan de la discusión y el consenso
de los agentes y actores regionales. De esta manera, a la planificación
prospectiva se le agrega un componente de planificación participativa. Se
incorporan al proceso a representantes del ámbito público y privado,
organizaciones sociales, académicas y de los organismos comunales, provinciales
y regionales.
De esta forma,
el Gobierno regional espera generar instancias técnicas y políticas adecuadas,
que respondan al espíritu de construir una visión compartida del desarrollo
regional, así como un proyecto de región que se sustente en sólidos
consensos.
La Región de Los
Lagos
En el caso de la Región de Los Lagos se presenta la necesidad de
readecuar los territorios para hacer frente a las condiciones negativas que le
creará la entrada en vigor de los acuerdos económicos del MERCOSUR, debido a que
su base productiva agropecuaria, no está en condiciones de competir
ventajosamente y es necesario encontrar otras estrategias de desarrollo
económico.
Esta Región es productora de trigo y productos derivados de la
ganadería (carne y lácteos), por lo cual recibirá uno de los efectos más
importantes de la entrada de Chile al MERCOSUR. Situación que se agrega a los problemas de
rentabilidad que afecta a buena parte de los cultivos tradicionales. Debe tenerse presente que en el período
1989 - 1993 la economía, como un todo creció al 6.1% anual y el sector
silvoagropecuario lo hizo sólo al 3.0%. Todo esto ha llevado a que la región
aporte aproximadamente un 4% al Producto Interno Bruto del país, lo que se ha
mantenido estable en los últimos años, demostrando la poca presencia de la
región en la economía nacional.
Frente a esta situación, la Región
se ha formulado un conjunto de objetivos, teniendo como horizonte el año 2005.
Un grupo de objetivos corresponden a objetivos estratégicos globales para las areas
productivas; un segundo conunto, a objetivos
estratégicos globales para las areas sociales; y en tercer lugar, un conjunto de
objetivos estratégicos globales para el conjunto de la sociedad regional, como
son los de: Consolidar, en el período, el
proceso de descentralización en la región, dando forma a una sociedad regional
articulada, participativa y comprometida con el interés de la región; disponer
de una empresa privada regional competitiva, bien insertada en el comercio
internacional, con una participación creciente en los mercados nacionales, y
debidamente respaldada por las entidades creadoras de ciencia, tecnología, y
capacitación; disponer de un sector público profesional moderno con capacidad de
conducción interna y de negociación con el nivel central, además de eficiencia y
eficacia en la asignación y administración de los recursos
públicos.
8
Frente a la
problemática que se le presenta en cuanto a su desarrollo futuro, la Región ha
definido además, como parte de la Estrategia de Desarrollo Regional, un Proyecto
Regional, el cual se entiende como una imagen factible y deseable
para la Región, construido mirando la evolución a largo plazo de las
potencialidades existentes y desarrollables.
El Proyecto Regional se obtiene
como resultado del proceso de planificación estratégica y constituye un marco
orientador, para lograr los objetivos que de ese mismo proceso se desprenden.
La Estrategia de Desarrollo
Regional, fuente del Proyecto Regional,
está inserta en el marco de
las políticas nacionales.
Pero además, los encargados de la
planificación del desarrollo en la Región, han incorporado dentro de los
criterios para de la toma de decisiones, características del escenario mundial,
como la creciente dinámica de los procesos económico-sociales, cada vez más
complejos y que por lo tanto crean condiciones de mayor incertidumbre. Esto exige una mayor velocidad de
respuesta y también de una mayor flexibilidad, requisitos que sólo pueden ser
satisfechos mediante mejores niveles de calidad (modernización) de las
estructuras y de los recursos humanos que la componen.
También se ha incorporado los
aspectos relacionados con la globalización de la economía que impone nuevos
esfuerzos exportadores a las naciones, esfuerzos que deben superar elevadas
barreras de productividad, de calidad y de requisitos de protección a los
ecosistemas.
La imagen factible de la Región, esto es el Proyecto Regional, que se
propone por parte del Gobierno regional, está compuesto por los siguientes
componentes:
- La
producción regional esperada,
- La
proyección ajustada de las exportaciones regionales,
- La
inversión pública regional y su proyección probable,
- Los
objetivos sectoriales que se intentan alcanzar con dicha
inversión.
Todo lo anterior como resultado de la acción de una sociedad regional
articulada y participativa, que se desenvuelve en un esquema de creciente
descentralización y modernización, particularmente interesada en la recuperación
y enriquecimiento de los recursos naturales básicos sujetos a una explotación
sustentable, por esa misma sociedad que mejora sostenidamente su calidad de
vida.
Para hacer operativos tanto la
Estrategia como el Proyecto Regional, se definen una serie de Programas
Estratégicos Regionales, que cubren áreas como: educacion y capacitacion laboral; desarrollo
cientifico-tecnológico; superación de la pobreza; desarrollo productivo y
ordenamiento territorial
De esta manera se hace explícito
que la principal dificultad no radica en la elaboración del documento Estrategia
de Desarrollo Regional, sino en la creación y funcionamiento de estructuras
comprometidas, que cuenten con los procedimientos apropiados, para dar expresión
concreta a los Programas Estratégicos, y por ende al Proyecto Regional, a través
de acciones coordinadas y coherentes que se ejecutan en anualidades
sucesivas.
La Región trata entonces de
responder a los desafíos que le presentan los nuevos escenarios nacionales e
internacionales, particularmente lo que dice relación con la globalización de la
economía y específicamente lo que resulta de la incorporación a tratados de
libre comercio, como es el caso del MERCOSUR.
Con estos propósitos, la Región se
ha planteado una serie de proyectos específicos en el ámbito productivo. En
todos los casos para el logro de niveles internacionalmente competitivos, en el
rubro específico, se plantea como necesario promover la articulación metódica de
los agentes del sector con la universidades, centros de investigación y
capacitación, y con el sector público; estimular una participación creciente de
las entidades productivas en la formulación de políticas y programas que
convengan al crecimiento del subsector; y generar condiciones para que estos
grupos organizados tiendan a formar parte de una Corporación de la Producción a
nivel regional.
Un primer sector productivo identificado es el
desarrollo integrado de cuencas hidrográficas. La Región, tiene una considerable
fracción de su superficie erosionada, importantes áreas con problemas de
drenaje, zonas con riesgo de inundación y grandes extensiones susceptibles de
ser regadas, además de un considerable potencial energético, todo lo cual lleva
a la preocupación e interés por orientar esfuerzos en esta temática, como una de
las piezas claves para potenciar el desarrollo productivo y la organización
espacial de la región.
Tratándose de una región con una
importante base ganadera, se ha identificado como una de las áreas prioritarias
de acción, la que dice relación con la producción e industrialización de la
leche. En este sentido se postula la posibilidad de aumentar la producción y la
productividad de este subsector, con la participación fundamental de las
Asociaciones Gremiales y los industriales, incorporando los resguardos
ecológicos.
Otra área que se considera
estratégica, debido al gran potencial agroecológico que ofrece la región es la
relacionada con la producción e industrialización de la papa. En este ámbito la
región se propone el objetivo de aumentar la producción y la productividad en la
obtención de papas y derivados , basado en las ventajas comparativas existentes
para consolidar una posición internacionalmente competitiva en semilla botánica
y tubérculo - semilla certificado, así como resolver los principales problemas,
que caracterizan la comercialización del recurso.
Otra de las bases productivas
regionales la constituye el subsector forestal, por ello se plantea una
estrategia para asegurar su crecimiento . En este sentido se pretende incorporar
definitivamente al recurso nativo a la producción regional de modo sustentable,
con productos internacionalmente competitivos; generar exportaciones regionales
de celulosa y papel de diario; y contribuir, a través del Programa de Superación
de la Pobreza, a la solución del problema socioeconómico que afecta al segmento
de pequeños propietarios, a través de la generación de excedentes productivos.
Todo lo anterior, con el propósito de aumentar la producción y la productividad
del sector forestal regional.
En los últimos años la Región ha
experimentado un notable incremento en las actividades relacionadas con la pesca
y los cultivos acuícolas, por lo que la estrategia regional no podía dejar de
preocuparse, dentro de los temas productivos, por el desarrollo del sector
hidrobiológico regional. En este sector se pretende propender a una reconversión
del sector a través de un énfasis especial en el desarrollo de cultivos
acuícolas; la incorporación creciente de la pesca de altamar; y la atención
preferente a los segmentos pobres del subsector pesca artesanal a través del
Programa de Superación de la Pobreza.
Una de las características de la
Región de Los Lagos, ha sido una tradición turística, basada en la belleza
escénica y en una amplia base de recursos turísticos naturales y culturales. Por
esta razón, el desarrollo turístico también forma parte integrante de los
proyectos de desarrollo productivo.
Para los efectos de desarrollo
turístico regional, cabe al sector público regional, la tarea principal de crear
las condiciones adecuadas para facilitar la afluencia de proyectos de inversión
privada, tendientes a ampliar la oferta turística. En dicho sentido actúan iniciativas como
las de perfeccionar su rol como principal agente articulador de los actores
relevantes que dan forma a la oferta turística regional; perfeccionar el
ordenamiento del territorio turístico; colaborar en la protección del patrimonio
histórico cultural; evaluar el impacto ambiental de los proyectos turísticos y
corregir los actuales síntomas del deterioro del medio ambiente que afectan al
sector; incrementar la asistencia técnica a los operadores turísticos; proponer
y velar por la realización de un programa de obras públicas y por la dotación de
los servicios básicos y el equipamiento urbano-rural que dé adecuado respaldo a
las inversiones privadas.
La región de
Aysén
El tercer caso
de estudio corresponde a la Región de Aysén y el énfasis está puesto en la forma
en que una región que ha sido marginal a los procesos de crecimiento y
desarrollo en Chile puede integrarse a esta nueva etapa de la economía. La
Región se encuentra en un proceso de busqueda de la competitividad que le
permita acceder a los mercados internacionales y aprovechar las oportunidades
que le ofrece el mercado a una región frontera, en que el marco natural
condiciona de gran forma las posibilidades de desarrollar actividades
económicas.
De los
estudios y documentos generados por parte del Gobierno Regional de Aysén, se
desprende que esta Región tiene como aspiración y deseo, el de llegar a ser
reserva y fuente de vida para Chile, y quizás para el planeta y se cree que es
posible alcanzar tal aspiración propuesta o imagen objetivo futura, a través de
una adecuada estrategia.
En este
sentido, la Estrategia de Desarrollo Regional de Aysén, formulada en 1995, con
horizonte de 10 años, plantea como objetivos estratégicos, el ordenamiento
territorial, el desarrollo económico sustentable, el desarrollo social, la
modernización del sector público y la protección ambiental. Como se puede
apreciar, existe un marcado énfasis en los temas ambientales, lo que concuerda
con el lema definido para esta Región : “Aysén, reserva de vida”.
Por ello es
que, por ejemplo, en el objetivo de ordenamiento territorial se precisan
objetivos intermedios, como la estructuración y consolidación de un sistema
regional y superar el aislamiento extrarregional. Por su parte el objetivo de
desarrollo económico sustentable se desagrega en objetivos intermedios de
concertación público-privada, apoyo a las pymes, desarrollo del sector
hidroenergético y valoración de la vocación marítima regional en materia
turística, manejo de recursos naturales y planificación del uso litoral con
fines múltiples.
Respecto del
objetivo de protección ambiental, la Estrategia de Desarrollo Regional
especifica la necesidad de garantizar el cuidado de las condiciones ambientales
especiales de la región y mantener y reforzar una imagen de región libre de
contaminación. Este planteamiento se relaciona con el propósito de lograr una
política de “sello verde” para las producciones regionales.
Tal como
ocurre en casi todas las regiones, esta estrategia ha resultado de difícil
operacionalización, lo que junto a la fuerte dependencia de los niveles
centrales de administración, una alta rotación en las autoridades regionales y
una notable dependencia de la inversión pública, hacen que se esté en un proceso
de reformulación de ella.
No obstante
todo esto, la Región de Aysén ha logrado imprimir un sello medioambiental en sus
habitantes, culminando en la aprobación, por parte de la comunidad, de una
Política Ambiental Regional, que plantea como objetivo general “Respetar al ser
humano y la naturaleza, propiciando que el desarrollo económico y de los
asentamientos humanos e infraestructura asociada, se realice bajo condiciones de
sustentabilidad”.
Este anhelo se
ve en situación de crisis cuando se manifiesta la posibilidad de una gran
inversión privada, con fuertes implicancias ambientales. Ante una situación de
estas características se generan fuertes polémicas entre diversos actores
regionales, situación que se ve agravada debido a que estas decisiones de
inversión tienen una alta componente de carácter externo a la Región, tanto por
parte de los inversionistas privados, como del sector público
central.
En estos
momentos se encuentran en realización, en diferentes etapas de desarrollo,
varios estudios destinados a generar un ordenamiento territorial para la Región
de Aysén. Ellos apuntan básicamente al deseo de las autoridades locales de
disponer de instrumentos de toma de decisión en materias de localización de
inversiones y áreas a proteger, antes de la llegada de los mega proyectos, para
así contar con una posición clara y establecida, respecto a lo que la Región
quiere para sí.
Al respecto,
el Anteproyecto de Ordenamiento Territorial en la Región de Aysén, señala que
“la ocupación de zonas adecuadas para la salmonicultura, el otorgamiento de
áreas de manejo, el desarrollo cada vez mayor de la actividad turística y la
explotación minera en la zona del lago General Carrera, hacen necesario tener
una definición que permita aminorar los conflictos, y/o competencias por las
zonas de uso potencial presentes en el territorio regional”. Se estima que para
el caso de Aysén, un proyecto de esta naturaleza no es una simple utopía, dado
que la mayor parte del territorio de la región es de propiedad fiscal (80%
aproximadamente), lo que hace que la viabilidad de este proyecto dependa casi
exclusivamente de la existencia de voluntad política para usarlo como
instrumento ordenador del desarrollo regional.
Entre los
objetivos que se establecen en el Plan de Ordenamiento Territorial, destacan:
Hacer una zonificación con áreas aptas para el uso de determinadas actividades
económicas, especialmente en materia de recursos del mar, forestales,
turísticos, mineros y energéticos; Realizar una jerarquización de los centros
poblados, asociando a ello niveles de infraestructura; Estructurar un plan de
desarrollo que incorpore los aspectos económicos, sociales y ambientales;
Definir criterios de protección para el medio ambiente natural y establecer
áreas de protección; Elaborar una propuesta de reglamento regional sobre el uso
de las áreas fiscales, basado en el plan de ordenamiento; Promover la
capacitación y el perfeccionamiento del recurso humano regional, en el ámbito
del proyecto.
Cabe hacer
notar que este Plan de Ordenamiento Territorial se encuentra en desarrollo y ha
contado con el entusiasta apoyo de todos los sectores del quehacer regional.
Ahora es necesario esperar el grado de aplicabilidad que él alcanzará,
particularmente en este caso en que se trata de una Región que registra un
notorio atraso respecto a la marcha de la economía nacional y un alto grado de
desvinculación territorial con elresto del país.
La escala provincial de
planificación
Por último, se
quiere presentar un instrumento de planificación generado en una provincia de la
Región de Los Lagos, la Provincia de Valdivia. Una provincia, en el sistema
nacional de Chile, es una subdivisión de la región y está compuesta por un
conjunto de comunas. Esta escala de administración no posee atribuciones claras
respecto a la planificación del territorio bajo su jurisdicción y se atiene a
los planes de carácter regional.
Sin embargo,
una política del Gobierno Nacional otorgó facultades especiales a algunas
provincias, las cuales presentaban algún grado de movimientos de tipo
reivindicatorios de la independencia en la gestión de su destino,
particularmente asociados a problemas con las capitales regionales. En el caso
de Valdivia, esto se encarna en el Movimiento Nueva Región, que impulsa la
creación de una nueva entidad administrativa en el espacio norte de la actual
Región de Los Lagos.
Al amparo de
esta política, la Gobernación provincial generó la denominada “Agenda Pactada de
Desarrollo”, la cual “representa el escenario de esfuerzos y de compromisos al
que podrán integrarse todos aquellos que deseen promover el desarrollo
provincial” . Este instrumento fue
formulado con participación de los principales actores provinciales y reconocido
públicamente por organismos nacionales e internacionales, como un novedoso y
promisoprio referente acordado entre los sectores público y privado (Marinovic,
2000).
El compromiso
adequirido en esta Agenda, se expresa en un acuerdo político que involucra a
muchas instituciones y personas claves para el desarrollo provincial, sobre todo
al sector empresarial, que ha reconocido en este instrumento, el medio más
adecuado para hacer patente el papel que le cabe en las actuales condiciones
económicas del país, en que el sector privado ha asumido funciones que
tradicionalmente correspondieron al Estado (Marinovic, 2000).
Entre los
objetivos que la Agenda Pactada se ha trazado, se destaca el dar “una señal
esperanzadora de la decisión de los sectores público y privado para enfrentar de
una manera renovada y pactada los problemas que han impedido o frenado el
desarrollo provincial”. A este se agrega el de crear las condiciones para
incrementar la interlocución de los actores del desarrollo provincial,
asegurando su integración y coordinación. Un tercer objetivo señala el propósito
de construir una propuesta colectiva que refleje un acuerdo provincial en torno
a un “Proyecto de futuro”, adoptando una “carta de navegación” común y
compartida.
A lo anterior
se agrega el objetivo de “fortalecer la capacidad de gerencia estratégica del
Gobierno Provincial y su capacidad de negociación en las instancias regionales,
nacionales e internacionales”. El objetivo final, resume el afan por potenciar
la malla social provincial y su imagen corporativa, asumiendo mancomunadamente
las tareas y compromisos conducentes al desarrollo del territorio y su gente y
demostrando, por esa vía, colateralmente, la renovada y fortalecida capacidad de
autogestión provincial” (Gobernación Provincial de Valdivia, 1997).
En el diseño
de este instrumento de planificación, de alta flexibilidad, se tomó en
consideración las múltiples potencialidades, ventajas y fortalezas que posee la
provincia de Valdivia, junto a los factores que limitan sus posibilidades de
desarrollo y que son fundamentalmente de carácter externo. De esta manera, la
provincia dispone de una herramienta que orienta su gestión y que permite ir
construyendo un futuro, de manera concertada entre el sector público y el
privado, en un escenario altamente flexible y acorde con las características
indicativas que requiere un modelo macro económico como el establecido en
Chile.
Referencias
Bibliográficas
Crevoisier. Oliver. 1996. Proximity and territory versus
space in regional science. Environment and Planning A 28 (9): 1683-
1697.
Friedman, John. 1992. Planificación para el siglo XXI: el desafío del
posmodernismo. Revista EURE, 18(55): 79-89.
Gobernación Provincial de Valdivia, 1997. Agenda Pactada de Desarrollo
Provincia de Valdivia. Gobernación Provincial - CODEPROVAL. Valdivia, 49
pág.
Gould, M., Jones, K. Y Moon, G. 1997. The scope of mulilevel models.
Environment and Planning A 29 : 581 - 584.
Kay, J. 1996. The “new science” of
complex systems, hierarchy theory, catastrophe theory, chaos theory,
multi-attractor theory, and self-organization theory and the paradigm shift
these entail. Bi-annual Meeting of yhe International Society for Eclogical
Economics.
Lira, Luis. 1997. Información y conocimiento para el análisis
regional conducente a la toma de decisiones. Serie Ensayos Documento 97/38.
ILPES. 29 pag.
Santiago.
Marinovic, Esteban. 2000. Desarrollo integral cuenca bioceánica Lacar -
Valdivia. Agenda Pactada como marco de referencia. Seminario Internacional de
Gestión de la Cuenca Lácar - Valdivia. Valdivia (Chile), 23 - 24 de Junio,
2000.
White, R. y Engelen, G. 1994. Cellular dynamics and GIS: Modelling spatial
complexity. Geographical Systems. 1: 237 -
253.