ATRACTIVIDAD TERRITORIAL Y CEMENTERIOS
INDUSTRIALES.
Fortalezas y debilidades de la reestructuración industrial
en la Región Metropolitana de Buenos Aires
Horacio Bozzano*
El actual contexto de la reestructuración
industrial reposiciona a la metrópolis de Buenos Aires como primer territorio
en Argentina atractor de inversiones industriales, desplazando la tendencia
inducida por medio de políticas de promoción regionales y sectoriales que
durante medio siglo -con intervalos- había intentado reequilibrar trayectorias
territoriales diferentes entre el interior del país, menos atractivo, por un
lado, y las grandes ciudades con la mayor trayectoria industrial, por otro lado;
nos referimos particularmente a Buenos Aires, pero también a Córdoba, Rosario y
Mendoza.
Entre las opciones dominantes de reestructuración
industrial en la Argentina, prevalecen en la Región Metropolitana de Buenos
Aires (RMBA) aquellas de compras, asociaciones y fusiones de empresas
extranjeras, que tienden a agrandar la brecha entre ganadores y
perdedores, reduciendo la competencia y los márgenes de maniobra y
negociación adquiridos por el empresariado Pyme de la región durante una buena
parte de la historia industrial previa.
En este contexto de aparente ventaja de Buenos
Aires, exponemos que al interior de la RMBA no todo es atractividad
territorial para la industria, sino que al menos hay otras tres lógicas de
la reestructuración que coexisten de manera compleja y se yuxtaponen en los
territorios. El despliegue heterogéneo de estas cuatro lógicas nos conduce a
proponer cuatro territorios de la reestructuración industrial dominantes en la
RMBA. Se trata de medios con "atractividad territorial genuina", aquellos
con "pseudo-atractividad", los "territorios mixtos" mas autónomos
en relación al proceso de reestructuración y el "cementerio industrial"
de la primera corona metropolitana.
Como veremos a continuación, al interior de los
territorios subyacen trayectorias industriales, matices de una cultura
industrial, opciones mas o menos genuinas, fusiones y adquisiciones de empresas,
reconversiones en procesos y productos, cambios organizacionales, despliegues
políticas, estrategias económicas, modalidades de inserción en el Mercosur,
conflictos ambientales ... Qué va surgiendo de estas complejas relaciones
frecuentemente ocultas? Ganadores y perdedores, amenazas y oportunidades,
fortalezas y debilidades....
No son todos los ganadores quienes crean
fortalezas genuinas en el territorio, encontramos también "cuasi-enclaves" de
una dudosa atractividad territorial. Los tejidos mixtos se confunden a veces
entre una dificil convivencia vivienda-taller-depósito-industria por una parte,
y la amenaza de desaparecer como tal, por otra. Fecuentemente, éstos se
refuncionalizan hacia el tejido urbano consolidado o bien no devienen una cosa
ni la otra. En el peor de los casos podemos llegar a reconocerlos como
cementerios industriales.
El propósito de la investigación es identificar
las fortalezas y las debilidades de los territorios industriales metropolitanos
a partir de la hipótesis de las cuatro lógicas de ocupación mencionadas. La
intención final es ofrecer opciones de políticas territoriales concretas para
las gestiones locales en el contexto de una estrategia global a nivel nacional,
no solamente orientada a los ganadores sino también a los perdedores.
En este trabajo comenzaremos a analizar los rasgos
significativos de la reestructuración industrial actual, para identificar luego
quienes ganan y quienes pierden. Esto nos permite reconocer fortalezas y
debilidades de la cultura industrial. Y es a partir de allí que comenzaremos a
exponer nuestra "mirada" territorial: la atractividad, los cementerios y otros
medios industriales, para continuar con el territorio y la industria en la
metrópolis a tres escalas: macro, meso y micro. Esquemáticamente, el abordaje
"reestructuración, ganadores-perdedores, fortalezas-debilidades,
atractividad-cementerios, territorio-industria" nos permite introducir
finalmente niveles de propuestas en cuanto a una política territorial para la
industria en una gran metrópolis de un país no central.
RASGOS DE LA REESTRUCTURACION
INDUSTRIAL
Sobre las manifestaciones heterogéneas del actual
proceso de reestructuración industrial surgen disímiles trayectorias
tecno-productivas que nos permiten comprender la diferente inserción de cada
país según se trate de los países llamados "ïnnovadores", "imitadores creativos"
o "de industrialización tardía". Aún considerando que la trayectoria industrial
y el sendero tecnológico de vanguardia en América Latina haya situado a
Argentina -en ciertos nichos- próximo a la frontera de innovación, el despliegue
actual de la reestructuración en Buenos Aires, su región industrial por
excelencia, no parece seguir el mismo camino. El nivel de industrialización
alcanzado por la RMBA en el momento de la reestructuración, no obstante no estar
situado en la vanguardia tecnológica, era muy importante.
Los tiempos de la desindustrialización y los de la
reestructuración industrial han sido breves, crudos, sin transiciones y sin
anestesias porque ellos se han ido gestando por un lado, por la debilidad
-inducida o no inducida- del poder reivindicativo que durante una buena parte de
la trayectoria industrial argentina, han tenido trabajadores y sindicatos; y por
otra parte, por las variaciones en los senderos industriales del empresariado
argentino hacia otras opciones coyunturales más ventajosas. Aún reconoceindo
ensayos exitosos, no observamos todavía una política industrial solida, de apoyo
a todos los sectores reestructurados, los ganadores y los perdedores.
Es probable que la reestructuración económica
global esté dando lugar en Buenos Aires a una reformulación de la "sociedad de
empate" que se produjera entre el modelo agroexportador y el de
industrialización sustitutiva. Mas que una estrategia industrial, genuina y
durable la naturaleza de la reestructuración se aproxima cada vez más a la fase
de un tipo territorial denominado "burbuja" (Nochteff; 1994).
Cuando la reestructuración ingresa en la
Argentina, tiende a dominar la lógica económica de la competitividad, las
políticas económicas de la reestructuración surgen a posteriori, frecuentemente
como paliativos, y las políticas de trabajo son las últimas en incorporarse una
vez que el tema del desempleo se instala como no lo había hecho nunca en la
sociedad. Entre las opciones dominantes de la reestructuración industrial
prevalecen en la RMBA aquellas de compras, asociaciones y fusiones de
empresas extranjeras, que tienden a agrandar la brecha entre ganadores y
perdedores, reduciendo la competencia y el margen de maniobra adquirido por el
empresariado Pyme de la región durante una buena parte de la historia industrial
previa.
La reconversión industrial en procesos y en
cambios organizacionales domina entre las grandes empresas extranjeras, y en
menor medida entre las nacionales. La tendencia incipiente a la reconversión
organizacional en algunos sectores comienza a borrarse, alejando cada vez más la
posibilidad de generar las bases para la difusión de un proceso generalizado de
innovación por reconversión en procesos y productos. Se trata de una de las
opciones mas restrictivas al desarrollo de una cultura industrial local. En lo
concerniente a las Pyme, la lógica de la reestructuración industrial no tiende a
expulsar la mano de obra por cambio tecnológico incorporado, ni a captar
desempleados de grandes empresas; sino -sobre todo con el cierre de empresas
Pyme- a expulsar trabajadores del sector formal. Las microempresas de servicios,
comerciales e industriales son en general el principal refugio, lo que
contribuye a incrementar cada vez más el sector informal urbano.
En este contexto, la reestructuración industrial
contribuye a generar un "efecto de cascada", donde el conflicto generado por la
concentración económica en las grandes empresas influye sobre las Pyme, cuyo
cierre refuerza el rol de refugio de las microempresas. La sociedad adopta una
estrategia económica "dual" y la brecha se agranda entre las lógicas siempre más
competitivas y aquellas de "superviviencia" cada vez más frecuentes.
En esta investigación la reestructuración
industrial más profunda identificada es la del complejo automotríz en la
Argentina. En cinco o seis años se multiplica por cuatro la producción de
automóviles, tres de las seis grandes firmas mundiales se instalan, manteniendo
el mismo nivel de empleo y dos tercios de los establecimientos se fusionan o
bien desaparecen. La reciente convulsión económica en Brasil parece introducir
restricciones al desarrollo del complejo automotriz argentino.
Otro rasgo importante de la reestructuración es el
de las estrategias de implantación de empresas extranjeras.. En lo concerniente
a inversiones directas francesas, éstas son heterogéneas por rama pero con un
rasgo dominante común: los nichos de mayor valor agregado. Entre las 72 empresas
industriales francesas instaladas en Argentina en 1996, no se observa el control
de un sector, siendo importantes aquellas de alto valor agregado -de apoyo a las
telecomunicaciones, la electrónica y los aparatos de precisión-, las intensivas
en recursos naturales -petróleo, alimentos y bebidas- y aquellas del complejo
automotriz: terminales y autopartistas.
QUIENES GANAN Y QUIENEN PIERDEN?
La reestructuración industrial no concierne solo a
los grandes empresarios, sino también a los Pyme, los micro y a todos los
trabajadores industriales. En niveles institucionales se incluyen los
instrumentos de política y aquellas acciones que -frecuentemente por omisión-
marginan otras cuestiones. Es en este contexto que surgen ganadores y
perdedores.
Los ganadores de la reestructuración industrial de
la RMBA son los "comandos"de las empresas transnacionales y las grandes plantas
hiper-competitivas del Mercosur, pero también las Pyme que -eslabonadas a éstas-
luchan por mantenerse en la carrera de la competitividad. Los ganadores de la
reestructuración son las transnacionales que debutan en la Argentina, pero
también son las empresas nacionales que han ido madurando en trayectorias
industriales de dos, tres o cuatro generaciones.
Los perdedores de la reestructuración industrial
de la RMBA son las Pyme que no pueden alcanzar los stándares de calidad
internacional cada vez más competitivos exigidos por la reconversión; éstas
empresas no pueden insertarse siquiera parcialmente en mercados externos. Los
perdedores son también las microempresas que, no siendo competitivas con las
Pyme ni con las grandes, no pueden mantenerse dentro de sus lógicas de
sobrevivencia.
Las ramas y sectores ganadores son la automotriz,
la farmacéutica, las bebidas alcohólicas, algunos sectores intensivos en escala
y en capital, como por ejemplo la siderurgia, la petroquímica, la destilación de
petróleo y el aluminio, y los sectores de tradición agro-exportadora, en
particular los complejos aceitero y harinero y la industria frigorífica. En el
complejo automotriz y en el sector farmacéutico, se distinguen la reconversión
en procesos y la calificación, mientras que en general el resto registra
importantes inversiones en equipos.
Las ramas y sectores perdedores son en general la
metalúrgica y otros bienes de capital, entre los cuales sobresalen algunos
sectores como los de máquinas-herramienta o la micro-electrónica que, habiendo
alcanzado niveles de desarrollo tecnológico local considerables, comienzan a
recibir los efectos del nuevo contexto de apertura de la reestructuración.
Algunos otros sectores, más intensivos en trabajo, como el textil, prendas de
vestir, calzado y algunos nichos de las industrias alimenticias y del mueble,
sufren la competencia, particularmente del Sudeste asíático.
Aún considerando que la mayoría de los territorios
de la reestructuración industrial combinan ganadores y perdedores, los
territorios ganadores en la RMBA dominan en las periferias conectadas con Buenos
Aires y el Mercosur; mientras que los territorios perdedores son los galpones
vacíos del cementerio industrial de la primera corona metropolitana
desarrollados durante las fases de industrialización sustitutiva.
La ola reestructuradora alcanza de manera directa
o indirecta todo el universo industrial. Unos ganan, otros pierden, algunos se
confunden sin alcanzar estos extremos: pero en le fondo encontramos una cultura
industrial. El Estado, los empresarios y los trabajadores, todos articulados
construyen, reconstruyen o bien destruyen la cultura industrial.
FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LA CULTURA
INDUSTRIAL
El contexto social, político y económico anterior
a 1990 contribuye a generar el escenario para que la reestructuración industrial
se incorpore con fuerza y sin transiciones. Se trata de un contexto de
debilidad generalizada de una cultura industrial, manifiesta en sectores
empresarios, en el movimiento obrero, en sindicatos y en las instituciones
encargadas de formular las políticas industriales propiamente dichas. En
contrapartida, la consolidación de una "élite económica" se manifiesta en una
orientación que terminaría privilegiando opciones de inversión en otros
sectores, principalmente comerciales, de servicios e inmobiliarios.
Hoy la consolidación de la cultura industrial
tiene "amenazas y oportunidades" (Jordi Borja) ligadas al despliegue de los
cuatro componentes de la actual reestructuración industrial. A medida que las
amenazas y oportunidades se concretan, se materializan, se van gestando
"fortalezas"y "debilidades" no solamente en los rasgos característicos
dominantes del conjunto de los actores, sino también en los territorios
emergentes.
Las amenazas tienden a concentrarse en el peso que
desde 1994 adquiere en la Argentina una dinámica de fusiones y adquisiciones de
empresas donde la transnacionalización y las grandes firmas extranjeras
prevalecen sobre las líderes del mercado nacional. En la medida que el sendero
industrial de los próximos años consolide estas opciones de reestructuración con
una inserción creciente en la economía global, el margen de maniobra de las
grandes y las Pyme con trayectoria industrial local tenderá a reducirse en
Buenos Aires, provocando debilidades en el núcleo de la cultura
industrial.
Las nuevas oportunidades se presentan a través de
la introducción de capacidades tecnológicas, las cuales con muchas variantes,
incluyen gradualmente Pymes y grandes empresas locales con trayectoria
industrial en términos de reconversión tecnológica en procesos y productos y en
mejoras en la gestión, organización y calificación dentro de la empresa; esta
situación contribuye a mejorar la competitividad, reposicionándose en el mercado
local, estableciendo redes con las grandes y/o ampliando su perfil exportador.
Hoy las fortalezas del núcleo de la cultura industrial se observan en un
conjunto importante de empresas que han mejorado su conducta tecnológica en
ramas y nichos muy heterogéneos.
Las oportunidades se presentan también en las
pequeñas e innumerables mejoras organizacionales -estimuladas indirectamente por
el propio proceso de reestructuración industrial- que gradualmente incorpora, no
sin esfuerzo, a una buena parte de los microempresarios y los pequeños
industriales. Su lógica de funcionamiento está más alejada de la
reestructuración industrial que la del resto de las empresas. Aquí las
fortalezas se orientan particularmente hacia modelos de consumo urbano
generalmente arraigados en la sociedad; ellos no constituyen el núcleo, aunque
sí es posible reconocer el germen de una cultura industrial con fuerte
arraigo.
A un nivel de análisis macro, hay otra amenaza
histórica. Una inercia de dos o tres generaciones, bastante difundida,
manifiesta en un sendero donde el cambio tecnológico no ha sido líder del
proceso sino mas bien secundario; una trayectoria donde el peso de sindicalismo
en el movimiento obrero ha tendido a fragmentar las relaciones de poder de este
movimiento; una cultura donde el empresario no ha podido ni ha sabido
sobrellevar totalmente aquellas restricciones; una cultura que ha reposado
durante largos períodos en la protección nacional de la sustitución de
importaciones. La permanencia de estas dificultades estructurales en lo relativo
a la formación de una cultura industrial no haría sino consolidar las
debilidades.
En el actual contexto de reestructuración
industrial surge una oportunidad histórica para el Estado: la reestructuración
efectiva y no retórica de su política industrial. La superación de políticas de
protección propias de fases sustitutivas y el reposicionamiento de numerosos
programas y regímenes sectoriales en vigencia y en proyecto deberían compartir
en la práctica un supuesto de base común: el rol del Estado como articulador de
competitividad, desencadenando innumerables oportunidades que ofrece la
reestructuración para cada rama y para muchos nichos. Las fortalezas y las
debilidades surgirán en la medida que las políticas se aproximen o se alejen
respectivamente de un sendero industrial mas genuino.
En este complejo contexto de consolidación y
deterioros simultáneos de una cultura industrial genuina, no todos los ganadores
de la reestructuración industrial tenden a general fortalezas genuinas. Los
nuevos gigantes del Mercosur y otras grandes firmas nacionales o internacionales
con trayectoria en Argentina generan "fortalezas intra-firma" priorizando sus
estrategias mundiales al interior de cada empresa por sobre la consolidación de
redes horizontales o verticales con otras empresas en las metrópolis de países
periféricos.
Si las oportunidades emergentes de los intrumentos
de política industrial se orientan crecientemente hacia la consolidación de las
fortalezas "intra-firmas" de los grandes del Mercosur, mas que a consolidar
eslabonamientos con otras grandes y Pyme locales, es probable que veamos abrirse
un cuadro de debilidad más generalizada. Esta situación daría las bases de la
"pseudo-atractividad territorial".
Hoy la reestructuración industrial muestra
claramente todas las opciones: los ganadores y los perdedores, las amenazas y
las oportunidades, las opciones más genuinas y aquellas de grandes firmas que
formulan y ejecutan sus estrategias en países con débiles políticas
industriales. Los supuestos básicos subyacentes de la atractividad territorial y
la pseudo-atractividad están manifiestos, pero también las otras lógicas de
ocupación : los "cementerios industriales" y los "territorios mixtos" más
autónomos a la ola reestructuradora.
ATRACTIVIDAD TERRITORIAL, CEMENTERIOS
INDUSTRIALES
Mientras que la atractividad está ligada a una
industrialización mas arraigada y genuina -hoy competitiva- posicionando de
manera ventajosa a Buenos Aires, las otras lógicas se alejan de ella. Una tiende
a formar los territorios hiper-competitivos de las grandes firmas
internacionales a nivel mundial, pero bastante alejados de los entornos
industriales locales. La otra lógica se mantiene bastante arraigada por su
trayectoria industrial ligada al consumo urbano -el tejido mixto- mientras que
la restante es aquella que, propia al pasaje de modelos más fordistas a modelos
más flexibles, contribuye a generar baldíos industriales en una buena parte de
los territorios: se trata de los "cementerios industriales".
Los ámbitos con mayor atractividad
territorial son aquellos que ofrecen mas oportunidades para la instalación,
el desarrollo, el eslabonamiento y la consolidación de industrias y de
establecimientos asociados. Su territorialidad se define por su medio industrial
local, medido en la presencia de "capitales formales" y "rentas
organizacionales" (Javet; 1993) pero también por la relación con las lógicas de
ocupación vecinas, la conexión con cuencas de empleo y subempleo, la
accesibilidad metropolitana, la accesibilidad a mercados macro-regionales, las
ventajas fiscales y el cuadro legislativo.
Es necesario agregar que, en las condiciones
actuales, la reestructuración industrial en la RMBA, no ofrece atractividad
territorial -ni siquiera las bases necesarias- para generar actualmente un
complejo industrial científico-tecnológico y superar los importantes
casos desarrollados en el primer medio siglo; no hay tampoco condiciones
suficientes para crear polos tecnológicos ni tecnópolis con
atractividad territorial genuina.
Los medios con "pseudo-atractividad
territorial" son los ganadores de hoy que no tienden a desarrollar
conexiones con los medios locales, ni tampoco establecen relaciones
significativas en su entorno, a excepción de las indispensables para lograr una
inserción comercial en los mercados de los países periféricos donde se instalan.
Su territorialidad está cercana a una nueva versión de los antiguos "enclaves
industriales", donde las grandes firmas tienden a establecer sus territorios
mundiales a partir de redes planetarias ligadas en mayor medida a
encadenamientos intra-firma entre sitios distantes que a redes locales de
subcontratación.
Los "territorios mixtos" son -entre los
territorios industriales- los más autónomos al proceso de reestructuración
industrial, considerando que la industria propia de estos lugares sobrevive a
dicho proceso y "cohabita" con los barrios donde se asienta. Ello permitiría
reconocer una fuerte tendencia a la estabilidad tanto en su trayectoria local
como en su perfil industrial. Su territorialidad se define por la coexistencia y
la yuxtaposición de dos espacialidades: una ligada a su consolidación local y la
otra al actual redespliegue de microempresas y Pyme sobre todo pequeñas que,
incorporando algunos cambios en su organización y gestión empresarial, continúan
con sus lógicas de producción ligadas al consumo urbano.
El "cementerio industrial" de la PCM
deviene el mayor perdedor de la reestructuración industrial, donde se produce el
mayor contraste entre el sendero industrial previo y la imposibilidad de
reconvertir la industria. Coincide en general con los medios de mayor pasivo
ambiental, situación que tiende a complejizar su destino urbano. Su
territorialidad se construye, se deconstruye y se reconstruye en no menos de dos
generaciones de implantación industrial de espacialidades industriales desde su
origen.
Estos cuatro tipos territoriales no superan el 1%
de la superficie total de la RMBA, ni tampoco se trata de territorios donde
hemos verificado un patrón territorial determinado; en la mayoría de los casos
estos se presentan mezclados con otras lógicas de ocupación. Pero, en todo caso,
si el objetivo es proponer instrumentos de política territorial para su
ordenamiento es necesario trabajarlos tal cual se presentan. Por lo tanto, es
necesario incorporar los medios donde se insertan: el escenario se llama Buenos
Aires.
BUENOS AIRES: TERRITORIO E INDUSTRIA
Buenos Aires es uno de los tres o cuatro mayores
mercados urbanos del mundo entre los países periféricos, caracterizados por una
importante concentración económica en ramas industriales, comerciales y de
servicios, un descenso generalizado en los niveles de ingreso de la "clase media
argentina", notables desigualdades sociales y económicas, y tendencias
crecientes a la fragmentación territorial.
La RMBA concentra en 4 556 km2, una población de
13.2 millones de habitantes, un universo industrial de 28 400 microempresas, 14
000 Pymes, 1 500 establecimientos grandes y medianos, con un total de 550 000
empleos industriales y un niverso metropolitano de 158 000 manzanas, 4.5
millones de parcelas urbanas y 44 000 fracciones intersticiales y periurbanas,
distribuídas en 41 distritos municipales.
Para alcanzar algunos niveles propositivos de
política territorial concretos, trabajamos desde el comienzo con una concepción
que se sustenta en la gestión del territorio. Ella intenta articular tres
niveles analíticos: macro, meso y micro, a partir del trabajo, la
investigación y la maduración de los mayores niveles de consenso posibles, entre
los principales referentes directos e indirectos del proceso
estudiado.
La escala macro: Definimos al proceso de
organización territorial de la RMBA por cinco instancias dominantes de un
ciclo que desde el origen de la ciudad mantiene en términos generales su
estructura y la reproducción de dicha estructura, es decir ese juego continuo
entre la permanencia y la redefinición permanente del territorio. Referida a
ámbitos urbanos y periurbanos, se trata en síntesis de: 1) la creación y la
expansión, 2) la consolidación, 3) la fortificación, 4) el estancamiento y 5) la
retracción. Hay otras situaciones que, de diversa manera integran estas
instancias; hacemos referencia a la refuncionalización, a la recuperación y a
otras modificaciones de diversos ámbitos metropolitanos. En estos casos se
trataría de lógicas y de formas particulares de ocupación.
Bien o mal hecha, la industrialización ha
construído una cultura industrial en Buenos Aires durante mas de un siglo de su
historia. Solo una década ha bastado para destruir una buena parte de ella… Y
menos tiempo aún para que la industria se reestructure, con ganadores y
perdedores, con una cultura industrial genuina y con estrategias de los grandes
mundiales.
Los territorios de la reestructuración industrial
en la RMBA son nuevos exponentes de espacialidades de cuencas de empleo y
subempleo. En la medida en que se reduce el número de trabajadores, se reduce
también el salario relativo, se incrementa el nivel de calificación al interior
de las plantas y se terciariza el empleo con niveles de calificación
heterogéneos. Se produce un proceso de selección donde los menos calificados y
los menos polivalentes pierden. La reestructuración actual contribuye a
relativizar factores de localización industrial tradicionales. Hoy no es más un
obstáculo localizar una empresa en el extremo de una metrópolis de 160 km de
longitud, lo que no significa que lo sea en términos de un deterioro en las
condiciones de trabajo.
Las normas de calidad en procesos, propias de
empresas reconvertidas, contribuyen notablemente a reducir los conflictos
ambientales. Pero en la medida que los territorios de la reestructuración
industrial en la RMBA son mas sustentables en su dimensión ambiental, son
también socialmente mas "excluyentes" y económicamente mas "inequitativos" que
los anteriores territorios de la industrialización; ello se acentúa desde el
momento que una gran parte de los empresarios no está en condiciones de
incorporarse a la carrera de la competitividad.
La escala meso: Estos territorios de la
reestructuración industrial, en la mayoría de los casos no tienen espacialidades
definidas, sino lógicas de ocupación dominantes. Entre los senderos industriales
de empresarios y la materialización en el territorio de establecimientos de
todos los tamaños hay 13 millones de personas, más de 150 000 manzanas y otras
nueve lógicas de ocupación territorial además de la industrial. En
síntesis de trata de: 1-Centro metropolitano; 2-Subcentros metropolitanos,
urbanos y locales; 3-Corredores; 4-Localidades y barrios consolidados;
5-Agrupamientos zonas industriales; 6-Grandes equipamientos; 7-Ambitos
residenciales no consolidados; 8-Ambitos periurbanos residenciales y de
esparcimiento; 9-Ambitos periurbanos productivos y 10-Ambitos naturales o con
recursos degradados. Una política de ordenamiento territorial para la industria
metropolitana no puede dejar de incorporar las lógicas de ocupación entre las
que se despliega.
Hay "efectos de aglomeración industrial"
con un "capital formal" -servicios de base, equipamientos- pero también hay
mucho trabajo por hacer en términos de "capital organizacional", en particular
la formación y la gestión de la empresa. Asímismo hay "deseconomías de
aglomeración" por congestión, saturación, deterioro del medio e
incompatibilidad entre lógicas de ocupación que Buenos Aires está consolidando
en su centro y en algunos sectores de su primera corona. Emergen claramente
"fortalezas territoriales genuinas" y "fortalezas intra-firma"
desterritorializadas en la escala local; no obstante sus rasgos distintivos
no alcanzan a conformar territorios que respondan exclusivamente a una u otra
"fortaleza".
La escala micro: Los territorios de la
reestructuración industrial identificados en la RMBA constituyen aproximadamente
95 lugares. Concentran en una superficie aproximada del 1% de la región más de
un tercio de lo que ella produce, un sexto de la población activa, la mitad del
transporte automotor pesado de la región y una porción mucho menor de los
conflictos ambientales que la industria provocaba hace una década.
Los rasgos característicos nos permiten definir
estos territorios en términos de patrones territoriales de la industria
en la RMBA. Se trata de territorios a escala barrial o local con caracteres
industriales mas o menos semejantes, definidos a partir de su trayectoria
industrial y de doce rasgos considerados representativos del proceso de
industrialización y de la actual reestructuración.
A partir de la consideración de los rasgos
semejantes, identificamos finalmente trece patrones territoriales de la
industria. Los hay mas ganadores, mas perdedores, pero ninguno de ellos es
campeón ni último. Veremos mas adelante, en que medida cada uno de ellos se
aproxima a los cuatro tipos territoriales que hemos analizado.
Proponemos veinticinco indicadores para evaluar
los territorios de la reestructuración industrial. La matriz que realizamos
intenta sintetizar el comportamiento dominante de cada uno de ellos en los trece
patrones territoriales identificados hasta la actualidad. La complejidad interna
de cada patrón territorial -los trece totalizan casi un centenar de territorios
de la reestructuracion industrial- nos permite operacionalizar cualitativamente
su tratamiento, seleccionando tres valores que representan la intensidad o el
peso relativo de cada indicador.
Finalmente, se establece cual de los cuatro
territorios de la reestructuración se aproxima mejor a cada patrón territorial.
En futuras propuestas, características de estos pesos relativos podrán
interpretarse positiva o negativamente, proporcionándonos elementos que nos
permitirán definir estrategias.
En este contexto, la definición de una política
industrial viable para la industria en reestructuración debe partir del
reconocimiento de los rasgos mas dinámicos inherentes a cada patrón territorial,
tanto los positivos como los negativos, así como los complejos matices que cada
lugar pueda tener en todos o en cualquiera de los cuatro tipos territoriales
reconocidos en la investigación: atractividad, pseudo-atractividad, cementerio
industrial y tejido mixto.
QUE POLITICA TERRITORIAL PARA LA INDUSTRIA
METROPOLITANA.
En la Argentina hay una debilidad notoria e
histórica en materia de políticas territoriales para la industria en los niveles
institucionales, nacional, provincial y municipal. A pesar de la escasa
importancia que tienen frecuentemente las espacialidades y una cierta concepción
subyacente de territorialidad en la elaboración de una política industrial, una
política territorial para la industria en reestructuración debe necesariamente
articularse con el perfil dominante de la política industrial.
Esta política territorial debe orientarse a
encontrar -o bien a generar- las espacialidades mas ventajosas que en
cada caso tienden a producir actualmente todos los territorios de la
reestructuración, los ganadores y los perdedores, los atractivos o los
pseudo-atractivos, los cementerios y los mixtos.
Suponiendo que, al menos, se suceden y/o coexisten
tres criterios de política industrial (Peres Nunes; 1993) estimamos
conveniente profundizar en acciones concretas, analizar el estado de puesta en
marcha de programas asociados en el centenar de territorios estudiados, con sus
espacialidades más salientes. Así aparecerán nuevos instrumentos que permitirán
plantear una estrategia territorial industrial mas genuina que la suma de
Parques Industriales, SIP-Sectores Industriales Planificados y Zonas
Industriales de ordenanzas de usos. No olvidemos que al menos el 80 % de la
industria se encuentra fuera de áreas industriales planificadas reconocidas por
la legislación provincial.
Es válido, según nuestra opinión, considerar la
definición de una política territorial metropolitana para la industria desde el
máximo nivel institucional, en este caso la Secretaría de Industria de la
Nación. Para su concretización y su gestión es mas viable acompañarla con la
participación de los otros niveles de la administración: la Provincia y los
Municipios; en este contexto institucional se sugiere incluir la competencia
provincial, aún considerando que las reparticiones públicas encargadas de normar
sobre Parques, SIP y Zonas Industriales son diferentes.
Hace ya diez años que investigamos los territorios
de la Región Metropolitana. En este marco, qué política territorial de apoyo a
la industria pensamos es favorable para no profundizar el cementerio industrial
de la primera corona metropolitana?. Las microempresas tienen altas tasas de
cierre y de recambio, las pequeñas Pymes vegetan, mueren… Pero muchas luchan y
se esfuerzan por sobrevivir, mientras que otras de debaten para subir al tren de
la competitividad. De qué manera poder ofrecerles una mano en lo concerniente a
la relación territorio-industria ?
En el mundo industrial metropolitano de Buenos
Aires hay ámbitos en los cuales se observa una importante maduración en la
gestión empresarial y pública local que tiende a apoyar la creación de medios
industriales planificados, pero existen dificultades en la detección de los
mejores lugares para la radicación industrial, considerando fundamentalmente las
lógicas de ocupación, la conectividad y la accesibilidad. En la mayoría de los
casos estamos en los núcleos del cementerio industrial y de los tejidos mixtos
mencionados.
No obstante la presencia de lugares en municipios
con una importante trayectoria industrial o con elementos favorables que
permitirían la posibilidad de llegar a promover la creación de agrupamientos
industriales planificados, no hemos verificado en todos los municipios
trayectorias de gestión del empresariado local ni de las instituciones locales
que permitan confirmar la existencia de un medio actualmente favorable para la
instalación.
Considerando inclusive ventajosas trayectorias
industriales y elevadas tasas de accesibilidad y conectividad en relación a
otros agrupamientos, como también compatibilidades entre lógicas de ocupación,
debemos subrayar que si no hay madurez suficiente en la gestión, ni un
interés orientado a la construcción de un mínimo espacio de consenso, los
Parques o SIP corren el riesgo de naufragar totalmente, derivando en una
pseudo-atractividad territorial que finalmente hace fracasar al agrupamiento
industrial. Este argumento tiene un fuerte peso a la hora en que se define una
estrategia de inversión industrial de apoyo a la creación de Parques y
SIP.
En 1999 aun subsisten grandes diferencias entre la
distribución de los agrupamientos oficiales planificados y la repartición real
de las industrias. Hay también diferencias entre aquello que está normado, lo
real investigado y los lugares con mayor atractividad territorial.
En la primera corona metropolitana se
encuentran los lugares potencialemnte mas conflictivos de la RMBA. Considerando
la diferencia que supone en la lógica de ocupación, un tejido microempresarial
en relación a un tejido Pyme -en medios con importante trayectoria barrial-
proponemos la complementariedad de tres estrategias mixtas público-privadas
en relación a la localización industrial. En ellas subyacen políticas
territoriales explícitas de apoyo a la localización industrial. Podemos
resumirlas de la manera siguiente:
1- El apoyo al conjunto del microempresariado y
del empresariado Pyme de Nivel de Complejidad Ambiental 1, que no acarrea
conflictos con el barrio donde se instala, esencialmente en lo relativo a la
oferta de espacio para la expansión de sus procesos productivos.
2- La posibilidad de profundizar la experiencia
-aunque pequeña con éxito- de los casos aislados de incubadoras de microempresas
y de pequeñas Pymes, fundamentalmente para los casos de empresarios con
dificultades por falta de espacio para la realización de procesos productivos en
su propiedad.
3- La posibilidad de concretar la realización de
Parques Industriales Pyme -pequeños y medianos- en una decena de municipios de
la primera corona metropolitana: aquellos con mayor trayectoria industrial.
Proponemos aqui los ámbitos en condiciones de aprovechar las ventajas
comparativas que suponen la proximidad a cuencas de empleo y subempleo con
niveles de calificación medios y altos existentes; pero también reconocer las
ventajas que supone la maduración de políticas y de acuerdos locales,
principalmente en municipios que buscan alternativas para no profundizar la
"sangría industrial" de las últimas dos décadas.
En la segunda y tercera corona metropolitana
los riesgos y las amenazas son diferentes. En estos últimos años se observa
un fuerte impulso dirigido a emprender actividades industriales, comerciales
mayoristas y de distribución. En este contexto consideramos que los territorios
posibles no son solamente aquellos normados por la provincia, es decir Parques,
Sectores y Zonas Industriales, sino también playones de quiebre de cargas,
centros de servicios al transporte y a la industria, parques temáticos, parques
polivalentes y ciertas plataformas logísticas. Sin embargo, no parece aún
posible en Buenos Aires implantar los parques ni los polos tecnológicos, y mas
aún, tampoco encontramos el germen para tecnópolis, al menos con un carácter de
atractividad territorial genuino.
Actualmente los territorios con mayor
atractividad territorial no responden a iniciativas públicas sino privadas.
Encontramos casos de generación de una combinación fortuita de inversones
privadas en corredores rápidos de la segunda corona metropolitana realizados
originalmente por el Estado; también identificamos el importante sendero
industrial de algunos empresarios.
Pero "no todo lo que brilla es oro". Crear un
parque industrial o una plataforma logística es una cosa, pero tener éxito es
algo muy diferente. No alcanza con disponer de terrenos en cantidad
suficiente, tampoco con parcelas con servicios a bajo costo, o incluso
gratuitas. Los empresarios evalúan otros aspectos cuando eligen un sitio para
instalar su empresa. Y parecería que en numerosas oficinas de planificación
municipal, no unicamente de la RMBA, sino de todo el país, los profesionales y
los técnicos no conocen más que una parte de la realidad.
Que queda entonces para los empresarios que hoy
intentan hacer en dos o tres años lo que a otros les llevó veinte o treinta
años?. Cuál es el lugar de la cultura industrial y cuál el de la lógica de la
inversión en los sectores más rentables?. Hoy, empresarios grandes y
medio-grandes, definen en sus estrategias de inversión inmobiliaria, lo
industrial como nicho entre aquellos más dinámicos: torres de departamentos de
lujo, viviendas en copropiedad, edificios inteligentes, clubes de campo, barrios
cerrados, grandes centros comerciales, autopistas con peaje... . Las fortalezas
no se obtienen solamente por la concreción de oportunidades, hay una base más
sólida que motiva el éxito. En lo relativo a la reestructuración industrial,
encontramos aquí, la trayectoria industrial, la aceptación del cambio que
suponen las nuevas formas de producción y de organización en la planta, las
negociaciones organizadas, la creación de entornos locales favorables, los
acuerdos graduales en término de modus operandi, la generación de
espacios comunes de concertación entre el Estado y los grupos empresarios... .
Todos constituyen los nuevos escenarios para los eventuales territorios de la
reestructuración con atractividad genuina.
Una de las formas de operacionalizar esta
concepción para una política territorial, inserta en el tejido institucional y
normativo vigente, es evaluar las condiciones de atractividad territorial
en cada uno de los agrupamientos industriales. Para ello proponemos identificar
las fortalezas y debilidades de lugares a partir de la instalación, el
desarrollo y la consolidación de industrias y de empresas asociadas a los
circuitos mencionados. La intención final es identificar cuales podrían ser las
líneas de inversión a potenciar en cada agrupamiento en función de los grados de
desarrollo, de maduración y de trayectoria registrados.
Los criterios de priorización de la inversión de
apoyo a la creación, consolidación y/o fortalecimiento de agrupamientos
industriales comienzan a surgir de la combinación de al menos cuatro aspectos:
la trayectoria industrial, las lógicas de ocupación, la accesibilidad y
conectividad, y el escenario favorable para la maduración de estos
aspectos.
No creemos conveniente "barajar y dar de nuevo",
tampoco creemos en la improcedencia de lo actualmente regulado en materia de
agrupamientos industriales a nivel provincial. Proponemos una segunda vuelta
en el sendero de apoyo a la creación de Parques y SIP, allí donde las
instituciones competentes al menos hace dos décadas lo realizan. Es conveniente
profundizar la investigación para detectar las posibles líneas de apoyo a
políticas territoriales para la industria en aquellos lugares que tienen mejores
condiciones para la radicación industrial en relación a muchos otros hoy
existentes en las normas provinciales y municipales.
Hace mas de dos décadas se afirmaba, "...ya no es
mas la industria quien crea la ciudad, sino la ciudad la que desarrolla la
industria" (Castells; 1975). Hoy la reestructuración industrial no crea la
ciudad, y ésta tampoco desarrolla la industria: la reestructuración económica
mundial "co-construye" las metrópolis de países periféricos, que se van
transformando en el escenario predilecto de una competencia mas salvaje que en
las metrópolis de países innovadores.
La industria de una metrópolis de un país no
central del mundo globalizado debe ya definir una política territorial que
incluya necesariamente las fortalezas y las debilidades de la reestructuración
industrial. De esta manera podrá amortiguar el impacto ocasionado por el
croupier cuando pone una ficha -en Buenos Aires entre muchas- sobre un
tablero de juego mundial, consolidando las decisiones de gigantes económicos, en
una estrategia dominante alejada del anclaje en cada territorio, y más próxima a
la internacionalización de sus mercados, marginando a medio camino a políticos y
decisores... . Tratamos de responder en particular a ganadores y perdedores, a
atractividades auténticas y a cementerios industriales en la metrópolis con la
más larga historia industrial de América Latina.


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