CAMBIOS CUALITATIVOS Y CUANTITATIVOS OCURRIDOS A
PARTIR DE LA MIGRACIÓN
HACIA LA ACTUAL CIUDAD DE LA COSTA DE
URUGUAY
Prof. Lic. Sylvia Hernández Camacho*
Resumen
La Ciudad de la Costa, legalmente denominada así desde 1994, es
un reflejo de las consecuencias del fenómeno de migración, urbanización y
metropolización que se dieron en este espacio, ubicado en la costa, continuando
así hacia el Este la mancha urbana de la ciudad capital.
Se trata de conocer aspectos cualitativos y cuantitativos de
uno de los procesos de movilidad interna más destacados en el Uruguay y en
América Latina en los últimos años (1963 a 1996). Es así que se trata de
comprobar que el cambio de dirección de los flujos migratorios experimentados,
han influido en los patrones de crecimiento de la población. De esta manera se
busca analizar los cambios socio-espaciales que la migración ha generado,
teniendo en cuenta que el desequilibrio de oportunidades y la segregación urbana
es un factor explicativo de dicho fenómeno.
Para analizar los procesos ocurridos, se trabajó con datos
censales ( 1963 - 1975 -1985 - 1996 ). Se realizaron entrevistas a los agentes
inmobiliarios ( muestras zonales fortuitas aleatorias ) y, encuestas a los
habitantes del lugar ( muestra estratificada sistemática no alineada ). El
método con que se trató el fenómeno de la migración es dialéctico, con un
enfoque neomarxista.
Los problemas que se suscitan se dan tanto a nivel de las áreas
emisoras como receptoras, pues quedaron en la capital espacios segregados para
algunos sectores de la población que, fundamentalmente por motivos económicos,
debieron migrar. Las localidades que recibieron esta población, debieron
enfrentar un deficiencia en los servicios y, una posterior desigual
implementación.
CAMBIOS CUALITATIVOS Y CUANTITATIVOS OCURRIDOS A PARTIR DE LA
MIGRACIÓN HACIA LA ACTUAL CIUDAD DE LA COSTA DE URUGUAY
Prof. Lic. Sylvia Hernández Camacho*
1.- Introducción.
El fenómeno que nos ocupa se enmarca dentro de un
macro-fenómeno común a muchos países subdesarrollados, como lo es la expansión
horizontal de las ciudades, vinculado a la incapacidad de generar recursos para
asentar a la población en su lugar de origen, o proporcionar trabajo.
En el Uruguay, a partir de la Ley de Alquileres de 1974, se da
una liberación del mercado inmobiliario con libre contratación, que lleva a un
aumento excesivo de los alquileres primero y a un aumento de la oferta después,
por la baja relativa de la demanda, sobre todo en los barrios tradicionales de
la ciudad capital. Esto lleva a una expansión y una presión inmobiliaria hacia
otras áreas, generalmente periféricas, dentro del propio departamento de
Montevideo y además costeras, en este caso en particular, traspasando una
jurisdicción que incluso tiene otra filosofía política. Se trata de un especial
caso de migración ciudad-ciudad.
Es en este marco que vamos a analizar al fenómeno elegido. El
propio soporte físico-natural no es algo inmóvil ni estancado, tiene la propia
dinámica y fragilidad de todas las áreas costeras. Estamos ante un escenario
natural delicado, por el intenso daño que le significa cualquier transformación.
La costa ha visto desaparecer o transformar médanos, barrancos, vegetación
natural, fauna, entre otros aspectos.
Los cambios que surgen de la oposición, se da en los diferentes
campos: entre el nivel de ingresos de algunos sectores de la población
montevideana y sus aspiraciones de acceder a la vivienda propia; entre el
crecimiento truncado de la ciudad de Montevideo en sus áreas centrales y la
disponibilidad de viviendas influido por las dificultades encontradas por los
arrendatarios; entre las necesidades de vivienda de los montevideanos y las
políticas inmobiliarias y crediticias para obtenerlas; entre los hábitos de los
pobladores, que incluyen la idea de la casa individual y la incapacidad de
satisfacer esa necesidad; entre la toma de decisión de migrar hacia la costa
Este de Canelones y el trabajo en la capital; entre la Costa de Oro turística
como residencia temporaria o estacional y la Costa de Oro como residencia
permanente.
Estas contradicciones y otras que aparecen en este espacio y en
estos procesos de migración, urbanización y metropolización , -teniendo en
cuenta que ellos varían con el tiempo, históricamente- le dan un fundamento
dialéctico al tema de estudio.
A los efectos de hacer este análisis se procedió a analizar los
datos de los cuatro últimos censos de población, vivienda y hogares: 1963 1975,
1985 y 1996.
Se entrevistó a agentes destacados de la zona ( informantes
calificados e inmobiliarias ) y, se encuestó a los propios habitantes de la
ciudad.
En el caso de las entrevistas a las inmobiliarias se efectuaron
muestras zonales fortuitas aleatorias. Para las encuestas a los habitantes de la
llamada Ciudad de la Costa, se siguió el modelo de una muestra estratificada
sistemática no alineada (Berry, B - Baker, A, 1987)
Se buscó que las encuestas quedaran lo más equiparadas posibles
en cuanto a la localización con respecto a la Avenida Giannattasio, dadas las
grandes diferencias entre el Norte y el Sur.
Esta encuesta ( tamaño de población aproximado al rango 75.000,
determina un tamaño de la muestra de 382 según Krejcie y Morgan, 1970, tomado
por Oliveira Gerardi, 1981 ), pretende fundamentalmente verificar o rechazar la
hipótesis principal de trabajo y otras hipótesis secundarias, referidas a las
motivaciones que condujeron a los actuales habitantes de esta ciudad a
trasladarse hacia ella, algunas de sus características y condiciones creadas
luego de ocurrido el proceso de ocupación.
El fenómeno de metropolización de la capital, que
tradicionalmente afectara a las ciudades del Norte del departamento de
Montevideo, ya en jurisdicción del departamento de Canelones, fue extendiéndose
a partir de una notoria migración interna a los balnearios de la costa Este,
desde mediados de la década del ’60 con cierta lentitud, y con mayor dinamismo
desde la mitad de la siguiente década, hasta alcanzar su máximo en los años ’80
y, continuando con diferente ritmo hasta la actualidad.
Constituyéndose así en uno de los fenómenos demográficos más
destacados que viene aconteciendo en el Uruguay, en la que se presenta como
quinta ciudad del país según el Censo de 1996 y, segunda de su departamento (con
66.402 habitantes en aquel momento).
Se destaca la importancia dada a la migración por sus efectos
en un sector del Área Metropolitana de Montevideo: la "llamada" Ciudad de la
Costa. Fue denominada así por ley, no obedeciendo a ningún factor histórico,
geográfico o de otro tipo.
El período considerado para realizar la investigación está
comprendido entre 1963 y 1996. La razón fundamental, es que a partir de entonces
y hasta hoy, es que comienza a visualizarse claramente esa tendencia migratoria
desde Montevideo hacia los balnearios del Este del departamento limítrofe,
fenómeno que llevó a convertir de una manera vertiginosa, un área de residencia
temporal en un área de residencia permanente, que por la Ley 16.610 del 19 de
octubre de 1994, se transformó en una "ciudad", aspecto claramente cuestionable
por diferentes motivos.
Sin duda la desigual distribución y/o la carencia de servicios
básicos, al punto de aparecer áreas sin características urbanas; la incompleta
infraestructura; la continuación de la dependencia de Montevideo; la falta de
fuentes de trabajo propias; y sobre todo la falta de conciencia de núcleo urbano
de muchos de sus pobladores, hacen de este espacio una clara mancha urbana
metropolizada, pero no una ciudad como tal.
Hoy, sin embargo, ostenta uno de los primeros lugares -teniendo
en cuenta la lenta dinámica poblacional de nuestro país-, dentro de América
Latina, en lo que respecta a dicho crecimiento.
Uno de los más recientes fenómenos es la relocalización al
interior del Área Metropolitana de Montevideo, con el crecimiento de centros
periféricos a la ciudad y la especulación inmobiliaria al interior de la misma
que expulsó a la población hacia una nueva periferia. Parte de esta nueva
periferia es precisamente la actual "ciudad dormitorio", la Ciudad de la
Costa.
En nuestro trabajo, llamaremos localidad a cada uno de esas
áreas en que se subdivide la Ciudad de la Costa, ya que si tomamos estrictamente
la definición de balneario, algunos lugares no son tales, ya que no presentan
costa, si bien están próximos geográficamente a ella y, además, la falta de
locomoción y la barrera que supone Avenida Giannattasio, la hacen "alejarse" de
la misma.
Es importante destacar que esta ciudad es, después de
Montevideo, la más extendida en su dimensión longitudinal, por su propia
delimitación y forma. Tiene una clara disposición lineal, siguiendo tres ejes
principales: la Av. Giannattassio al centro, la Ruta Interbalnearia ( Ruta 34 )
al Norte y la Rambla costera al Sur.
Asimismo constituye un raro caso de metropolización costera a
partir de balnearios contiguos a la capital del país en dirección al Este, que
no ha sufrido hasta ahora ningún fenómeno de verticalización, respetándose, con
cierta tolerancia las disposiciones legales de planta baja y un piso. Tiene sin
embargo la influencia de la "cultura de costa" del montevideano.
Estamos ante un caso de extensión horizontal de la mancha
urbana, aquí coincidente con un sector de dicha área metropolitana. Se trata de
un crecimiento propio de Montevideo, de forma paulatina2, que
necesitó de más espacio construido, dejando abandonados servicios e
infraestructuras urbanas al interior de la capital, sobre todo en el caso de los
tradicionales barrios costeros del Este de la capital, donde lo que estaba
construido y funcionando, como son los servicios, fue sustituido por lo
inexistente o en vías de implementación .
El cese de los subsidios obligatorios, aprobado por sucesivas
leyes, hizo que las familias de menores ingresos, se vieran imposibilitadas de
continuar alquilando fincas en estas zonas, debiendo emigrar hacia la periferia
de la ciudad.
Cada localidad presenta características que la distinguen de
las otras, pero la ciudad como un todo no tiene un centro identificatorio claro,
ya que la Av. Giannattasio que funciona como eje y, a su vez como uno de los
corredores hacia el Este del país, puede visualizarse apenas como un "centro" de
disposición lineal, que actúa más como una barrera de separación que de
unificación entre las áreas norteña y sureña. Este eje funcionó antes del
período estudiado y durante los primeros años de él, como primera franja de
tránsito de las residencias secundarias. Luego pasó a ser una avenida
comercial.
Se busca hacer un estudio integrado del área, con el objetivo
de ver a la movilidad territorial de población, como el resultado de la
conjunción de dos hechos: el cambio de dirección de los flujos migratorios
experimentados por el país en las últimas décadas y, la transformación de los
patrones de distribución geográfica del crecimiento de la población. Esto se da
en el marco de un fenómeno de redistribución de la población, una vez que
Montevideo dejó de ser el polo atractor por excelencia.
2.- Aspectos teóricos a considerar.
2.1- Hipótesis de trabajo.
2.1.1- Principal.
La hipótesis central de este trabajo es que el desequilibrio de
oportunidades y la segregación urbana, motivada por el modelo socio-económico
adoptado por los gobiernos que se sucedieron en el periodo considerado por el
trabajo, y acelerados por la Ley de Alquileres de 19743, son quienes
dieron lugar al fenómeno de metropolización costero Este de la ciudad de
Montevideo, en una primera fase, con la consecuente movilidad interna. La
segunda responde a causales con una componente más voluntaria.
La primera ola migratoria, que ocurrió principalmente en la
década del ´70 e incluso inicios de los ´80, surge claramente como respuesta a
un fenómeno de urgencia, provocado por la desaparición de la oferta de inmuebles
para alquilar en Montevideo, los altos precios de lo poco que se ofrecía en el
mercado y, la necesidad de la población de buscar nuevas alternativas para
solucionar este problema habitacional.
La segunda generación, ya en la década del ´80 y la siguiente,
tiene causales con una manifestación más voluntaria. Podemos afirmar esto, en el
sentido de que si bien las familias que se trasladaron, veían valores razonables
y a su alcance en el mercado de viviendas de los balnearios, también elegían la
zona por agrado del entorno para radicar allí sus residencias permanentes.
2.1.2- Accesoria
La actualmente denominada Ciudad de la Costa es una mancha
urbana que fue creciendo por el aporte de los emigrantes referidos. Hoy, como
consecuencia del crecimiento, tanto en volumen de población, como de viviendas y
servicios, es prácticamente una prolongación de Montevideo -como manifestación
metropolitana-.
Sin embargo, la mayoría de la población cree que es una ciudad,
pero no tiene una clara percepción de que vive en un centro urbano de esa
categoría, aunque la mayoría sí tiene bien presente que no modificarían su
actual lugar de residencia.
El principal motivo es la posibilidad de ser propietario, que
no fue posible en la capital. A ello se adicionan posteriormente otros motivos
menos perentorios.
- Reflexiones sobre el fenómeno urbano.
Corresponde aquí definir algunos conceptos básicos que son
manejados en el desarrollo de la investigación y, que son claves en la misma:
URBANIZACIÓN, METROPOLIZACIÓN y MOVILIDAD INTERNA.
Compartimos con Lombardi ( 1986 ) que "lo urbano es una
manifestación del intrincado proceso social de elaboración de decisiones, bienes
e ideas que se realizan en el Estado Nacional y explican parte del
funcionamiento del territorio".
La ciudad no es homogénea en sí misma y eso lo afirmamos
siguiendo a este último autor, quien considera a la ciudad "como una forma
particular de la organización sociocultural, caracterizada por la concentración
territorial relativa de su población y por la especificidad de sus actividades e
instituciones".
Según Martorelli ( 1978 ) "la urbanización supone la
concentración de población, de roles sociales y de funciones sociales en ciertos
puntos del espacio geográfico, acompañada de la multiplicación de dichos puntos
de concentración". "La concentración de personas, roles, organizaciones y
funciones implica un incremento de la densidad de las interacciones sociales.
Por tanto, el proceso de urbanización conlleva un incremento de la densidad de
las interacciones, principalmente en los centros urbanos".
Las áreas metropolitanas se caracterizan por su heterogeneidad,
donde los fenómenos espaciales no tienen continuidad, ni presentan límites
fijos. Además la gran ciudad continúa siendo concentradora de poder. La
metrópoli crece y paralelamente expulsa gente, pero no a las empresas, que son
precisamente agentes de poder. El poder está en este caso en las iniciativas
privadas, ya que la Ciudad de la Costa se formó casi sin participación estatal,
aunque estuvo presente. El poder siempre está, sea con una o
más dimensiones, sea en forma visible o no visible.
Una metrópoli es la concentración de población urbana en una
ciudad de gran tamaño, quien actúa como un verdadero "centro nervioso" del
espacio donde ella está inserta, organizando la actividad económica, social y
cultural dentro y fuera de ella. Está conectada entre sí y con sus alrededores
por múltiples lazos funcionales muy interrelacionados, que crean redes
jerarquizadas o centralizadas en su área de influencia. Son a su vez punto de
convergencia de flujos de bienes, de capitales y de ideas y, lugares donde se
ejercen los poderes económico y político.
Las metrópolis son asiento de centros financieros, bancarios,
administrativos, culturales y otros, teniendo por ello un gran significado la
actividad terciaria y cuando no hay descentralización o políticas
descentralizadoras también se destaca la actividad industrial. Por ello es que
en general emigran de las áreas rurales y de ciudades de menor jerarquía dentro
del sistema, lo cual muchas veces lleva a una notable concentración de la
población en una escasa superficie, o sea densidades muy altas. Esta
concentración obedece, en nuestro país, a factores derivados de un marco
histórico. Entre 1930 y 1960 se extiende la red carretera, siguiendo el esquema
radial de la colonización: el de la ciudad puerto. "Éste acompaña a la ya
existente red ferroviaria, desarrollada por compañías inglesas en función de las
exportaciones de productos agropecuarios y que afirma el predominio de la
capital sobre el país. Ninguna de ambas permiten un fácil acceso al noreste de
Canelones, lo cual facilita la escasa extensión en esa dirección". ( López, 1997
)
La ciudad metrópoli, junto con el área o áreas exteriores
densamente pobladas, contiguas a la zona central o como una prolongación de
ésta, guarda una relación funcional con ella. Estas áreas aglomeradas
metropolitanas están sujetas a cambios, dado el dinamismo de estos particulares
fenómenos urbanos.
Un gran problema, relacionado con la concentración, es el de la
segregación espacial. La competencia por la tierra y la especulación de precios
produce segregación y formación de barrios "excluyentes".
Sin duda la urbanización y la metropolización
tienen clara incidencia en la localización geográfica. Las metrópolis son
verdaderos "centros de gestión del territorio" (Lobato Corrêa, 1997). Ellas
ejercen un papel de control de las actividades que varía según su intensidad, la
naturaleza de las actividades económicas controladas o el espacio donde le toca
actuar.
El desarrollo y la diferenciación de barrios nuevos , en muchos
casos marginales, en la periferia de las metrópolis de Latinoamérica y, el
vaciamiento y deterioro de las áreas centrales y costeros, hay que interpretarlo
y entenderlo desde el trasfondo de bien definidos procesos de
migración.
Visualizada desde ese ángulo, "la migración pasa a ser
concebida como una movilidad forzada por las necesidades del capital y no más
como un acto soberano de voluntad personal, en respuesta a las diferencias de la
renta urbana esperada" (Todaro, 1970). Esta migración es pues el resultado de un
proceso global de cambios y una expresión de una creciente subordinación del
trabajo al capital, ya que es éste el que en definitiva define la orientación de
los trabajadores y, en consecuencia, su lugar de residencia o movilidad.
Las causas de la movilidad, al margen de lo estrictamente
metropolitano, son diferentes. Cabe citar la situación deficiente de la vivienda
y las incomodidades en el entorno residencial; el deseo muy marcado de una casa
propia, no importando tanto el tamaño y la calidad, mayoritariamente en familias
jóvenes. La idea motivante es seguir ampliando más tarde y en forma paulatina,
con el ahorro de los anteriores gastos de alquiler, en muchos casos muy altos e
inaccesibles y, aplicando la fuerza de trabajo propia.
2.3- El marco en que se encuentra esta ciudad.
Características generales del área.
La Ciudad de la Costa, situada en el departamento de
Canelones, está comprendida entre dos arroyos: el Carrasco y el Pando, que son
sus límites Oeste y Este, respectivamente y, tiene al Río de la Plata como
límite Sur.
Se extiende desde el km. 15 al 32 por la Av. Giannattasio y la
Ruta Interbalnearia (Ruta Nº 34). En 1994 no se fijó límite Norte a dicho centro
urbano, presuponiéndolo de hecho que lo era la Ruta Interbalnearia. Recién el 29
de abril de 1997 la Intendencia Municipal de Canelones definió su borde Norte,
aunque no de forma definitiva, ya que la Junta Departamental aún no se ha
pronunciado al respecto. De hecho, el límite tomado es una franja de 200 m. al
Norte de la mencionada ruta, incluyendo urbanizaciones inmediatas.
La ciudad es, como ya lo mencionamos antes, la más extensa en
longitud luego de Montevideo. En esa gran extensión comprende las localidades de
Barra de Carrasco, Parque Carrasco, Shangrilá, San José de Carrasco, Lagomar, El
Bosque, Solymar (incluyendo a Parque de Solymar), Lomas de Solymar (incluyendo a
Montes de Solymar y a Pinares de Solymar al Norte y a Médanos de Solymar al Sur)
y, El Pinar.
Los 66.402 habitantes que presentaba la Ciudad de la Costa, en
oportunidad de la realización del último censo, estaban desigualmente
distribuidos, -debiendo tenerse en cuenta que cada una de las localidades
también tienen muy diferente superficie-, pero el número de habitantes guarda
cierta relación con la antigüedad del poblamiento, aunque no es el único factor
que determina la distribución, ya que también influye la dinámica reciente, la
relativa saturación de algunas localidades y los precios de los terrenos, entre
otros.
Barra de Carrasco representa el 6,5% del total de la población
de este centro urbano, Parque Carrasco 12,3%, Shangrilá 4,5%, San José de
Carrasco 9,2%, Lagomar 10,6%, El Bosque 1,3%, Solymar 21,0%, Lomas de Solymar
16,3%, Colinas de Solymar 2,7%, y El Pinar 15,6%.
Recientemente, la valorización de la costa modificó la
estructura de las áreas balnearias, transformándolas así en zonas urbanas de
máximo crecimiento de población estable, decreciendo la temporal. Un indicador
muy relevante para definir si una zona es de uso estacional o permanente, lo
ofrece el número de habitantes por vivienda que posee. El caso más extremo lo
tenemos, para el año 1996 en Colinas de Solymar, donde la relación es de 3,4
habitantes por cada vivienda, valor que supera incluso al de todo Montevideo (
3,0 para el mismo año ). Es de hacer notar que esta relación decrece a medida
que nos alejamos del arroyo Carrasco (con la excepción mencionada de Colinas de
Solymar).
La extensa franja de balnearios de fin de semana o de veraneo,
ubicada entre los arroyos Carrasco y Pando, tenía en 1963 una relación de 0,5
habitantes por vivienda, mientras que hoy muestra un promedio cercano al de
Montevideo ( 2,6 para la Ciudad de la Costa, y 3,0 para Montevideo ).
La primacía de Montevideo, primera ciudad
del país y centralizadora de poder, de funciones y de población, se ha
mantenido. La población se desplaza en forma radial y, en
muchos casos, a excepción de la zona costera, son antecedidos por carreteras que
posibilitan o facilitan el desplazamiento.
En el caso de las localidades balnearias ubicadas al Este de
Montevideo, han aumentado su población., pasando de 4.576 habitantes en 1963 a
66.402 habitantes en 1996, lo que supone un incremento absoluto del 1451,0% en
dicho período.
Los servicios de transporte han precedido a la población en
muchos casos y, tuvo hasta los años ’80 un gran movimiento turístico en la
temporada estival. El fenómeno turístico no desapareció totalmente, pero sin
duda ha disminuido y tiene algunas dificultades para desarrollarse.
Un efecto resultante de este proceso es el "aumento de la
segregación urbana entre grupos sociales, como consecuencia del crecimiento de
las diferencias de calidad de vida, entendida en sentido amplio de calidad
ambiental, accesibilidad y dotación de servicios, de sus respectivos
asentamientos" (Lombardi,1989 ).
Se constituye así un área heterogénea con una intensa dinámica,
dada por los flujos diarios de personas, mercaderías, capitales e información.
En este espacio es que precisamente se extiende la llamada Ciudad de la Costa. En el caso particular de la zona de estudio, el precio de
la vivienda y el transporte fueron factores claves en el fenómeno de
diferenciación espacial y de los asentamientos. El fenómeno del automóvil tuvo
una gran trascendencia. La apertura del mercado automotor, iniciada en 1991 y
profundizada en 1992, facilitó sin duda la movilidad en un espacio donde el
transporte es fundamental, dada las distancias entre los distintos puntos de
atracción de la ciudad, asumiendo asimismo que complementa la insuficiencia del
transporte colectivo para algunas áreas y algunos sectores sociales.
El ingreso real de la población montevideana se deterioró
fuertemente, originando importantes procesos de relocalización y complejos
movimientos migratorios interurbanos -hacia la periferia del departamento de
Montevideo- e interdepartamentales, trasladándose paulatinamente primero y
masivamente después, hacia los balnearios del Este.
En la actualidad, sin embargo, el mercado de casas y de
terrenos está saturado, sobre todo donde primero llegaron los servicios,
aumentando muchísimo el valor inmobiliario, como era lógico de esperar. Perdura
sólo el alquiler por todo el año.
El aumento del valor de los terrenos en el período 1975-84
estuvo en un orden promedio aproximado del 2.100%. Entre 1984 y 1996 se situó en
alrededor del 500%, pero si se considera todo el período se ven subas de hasta
un 4.250%4.
En 1996, era posible constatar muy claramente la relación
inversamente proporcional entre la distancia de Montevideo y el valor de las
viviendas; a menor distancia con la capital, mayor precio.
Al posicionarnos frente a la realidad histórica y legal de la
hoy llamada Ciudad de la Costa, vemos que hasta 1963 o incluso 1975, los
balnearios de este espacio eran el lugar de descanso de la clase media
montevideana.
En el período comprendido entre 1963 y 1996, se da el fenómeno
de migración interna más importante ocurrido en nuestro país en la segunda mitad
del siglo. En ese período intercensal la población de los balnearios ubicados
antes del peaje del arroyo Pando, tiene un incremento poblacional del orden del
1351,0%, porcentaje muy superior al de la propia ciudad de Montevideo.
El propio marco legal elevó a estos balnearios a la
categoría de ciudad en 1994. Luego surgieron en forma lenta primero y
vertiginosa después, toda una avalancha de servicios ( comercios, bancos,
servicios de emergencia médico móvil, etc. ), en forma desigual en cuanto a su
distribución.
3.- Análisis de elementos cuantitativos de la Ciudad de la
Costa.
3.1- Manejo y estudio de los datos censales de 1963 - 1975 -
1985 - 1996.
Pasaremos ahora a analizar los datos aportados por los censos,
para posteriormente compararlos y/o complementarlos con los datos obtenidos de
las encuestas realizadas con la gente del lugar.
La población de la actual ciudad ha tenido un crecimiento
explosivo. En 1963 el conjunto de balnearios que desde 1994 conforman la Ciudad
de la Costa, totalizaban 4.576 habitantes. En 1975 el volumen de población
asciende a 19.578 habitantes, en 1985 a 34.483 y, en 1996 a 66.402.
El número de hogares también tuvo una variación digna de
destacar. Según el censo de 1975, había en lo que actualmente es la Ciudad de la
Costa 5.864 hogares. Una década después ascendían a 10.160 y, en 1996 alcanzaron
los 19.949; aumento del 240% para todo el periodo. Esto sin duda concuerda con
el aumento de la población permanente en la zona, o el cambio de residencia
temporal a residencia permanente.
Con el número de viviendas podemos visualizar una asombrosa
falta de datos con respecto al total para el año 1975, ya que fue un censo de
viviendas y no fueron consideradas por localidad aquellas que no estaban
ocupadas. Por este motivo, no es posible comparar todos los años censales
tomados. En 1963 había en total 5.749 viviendas, en esta zona costera. En 1975
se registran 5.782 (solamente ocupadas, por lo que puede suponerse que el total
ascendía a una cifra mucho mayor si se aprecia el dato del censo anterior) . En
1985, ascendían a 17.387, en tanto en 1996 llegan a las 25.472.
En 1985 la diferencia entre viviendas y hogares es de 7.229 (
41,5% ) y, en 1996 de 5.523 ( 21,6% ). Esta gran diferencia en el último periodo
intercensal nos permite argumentar a favor del aumento del estiramiento de la
mancha urbana con viviendas de tipo permanente, en detrimento de la vivienda
estacional.
Tomaremos a la población de la Ciudad de la Costa por grupo de
edades. El grupo de población más joven, que incluye a niños y adolescentes
(entre 0 y 19 años), constituye una parte muy importante de la población, pero
no representa el sector predominante. El grupo que abarca la población joven,
comprendida entre los 20 y los 29 años, sin duda fue el grupo que tuvo mayor
crecimiento relativo, reafirmando la juventud de esta ciudad en lo que a
población se refiere. La población adulta ( 30-60/64 años ) es el que tiene
mayor peso significativo en valores absolutos. El último grupo (60/65 y más
años), es el que más estable permanece en términos relativos.
Las variaciones ocurridas son muy claras en forma siempre
ascendente, en términos absolutos, pero la relación de cada grupo de edad con
respecto a los otros es mínima, manteniéndose casi las mismas proporciones entre
ellos en veintiún años. En la actualidad predominan grupos de gente
adulta-joven.
Por ser esta una "ciudad dormitorio" se trasladan diariamente
una cantidad muy significativa de personas hacia Montevideo. La Dirección
Nacional de Transporte registró para el corredor costero hasta el arroyo Pando (
para el año 1996 ), unos veinticinco millones de pasajeros anuales. Los motivos
de estos traslados son muy variados, pero típicamente metropolitanos: trabajo,
negocios, estudio, salud, recreación, entre otros.
No puede desconocerse, sin embargo, la larga lista de empleos
surgidos de los desplazamientos realizados dos veces al día en sentido opuesto (
de commuting, movimientos pendulares, journey to work, etc ), consecuencia
lógica de un asentamiento con estas dinámicas características.
Su carácter de área balnearia hace pensar en un mayor
desarrollo de los servicios turísticos, actividad que sin embargo, se ha ido
desdibujando paulatinamente en los últimos años ( sin que ello signifique en
ningún momento su desaparición ).
La población económicamente activa ( P.E.A. ) de doce años y
más, ha ido acompañando el gran crecimiento de la zona. Las razones de este
aumento son variadas. En un primer grupo podría aludirse a factores de índole
cultural, como es el caso del cambio en el papel social de la mujer, que le
permite entrar al mercado de trabajo en otras condiciones. En un segundo grupo
estarían las causas que surgen de disposiciones legales relativas al mercado de
trabajo, que elevaron los topes de edad para la jubilación. En tercer lugar, se
ubicarían los factores de índole económica. Si se tiene en cuenta la innegable
baja en los ingresos familiares en los últimos años, puede deducirse claramente
cómo la fuerza de trabajo de las mujeres y de los jóvenes se ha visto obligada a
incorporarse al mercado laboral, para equilibrar así el presupuesto familiar.
También está el caso de las personas de edad más avanzada, que permanecen o se
reintegran a este mercado, ya que, en muchos casos los bajos beneficios
jubilatorios no son suficientes para mantener un hogar.
Al analizar a la población según sector de ocupación, vemos
que, en el periodo considerado, el sector primario y el secundario tienen
fluctuaciones, pero se evidencia un claro descenso en términos relativos. El
sector terciario en cambio, con motivo del aumento explosivo de los servicios,
demuestra un notorio incremento, tanto en valores absolutos como relativos.
Pasamos ahora a analizar los hogares particulares según su
tenencia: es muy evidente el predominio y progresivo aumento de los propietarios
entre 1975 y 1996. Esto no resulta extraño, dado que un 39,6% de la población,
tuvo como motivo para el traslado la posibilidad de ser propietario.
Al considerar la condición de ocupación de las viviendas,
apreciamos que el crecimiento de éstas, teniendo en cuenta que ese traslado fue
mayoritariamente de núcleos familiares, acompaña al de la población. La
tradicional casa de veraneo y/o fin de semana, se ha transformado en vivienda
permanente de jubilados que vivían en Montevideo básicamente; de sus hijos al
formar un nuevo hogar, o en una casa de alquiler anual, ya que el alquiler por
temporada es hoy casi una excepción, dada la expansión de la residencia
permanente en esta mancha urbana.
- Análisis de las encuestas realizadas.
Seguidamente procedemos al análisis de las 382 encuestas
efectuadas a los propios habitantes de esta ciudad, verdaderos protagonistas de
su dinámica cotidiana.
Los resultados obtenidos son los siguientes:
Hasta 30 años: 17,9% _ 30-40 años: 38,4% _ 41-50
años: 28,4% _
51-60 años: 7,9% _ Más de 60 años: 7,4%
El último nivel de estudios cursados fue una variable que se
consideró de gran importancia para conocer el perfil de la población. Si bien la
información se discriminó por niveles, al final se consideró en tres grandes
grupos: Primario, Secundario y Terciario.
Lo importante a destacar aquí es el gran peso que tiene en casi
todas las localidades y, para la Ciudad de la Costa en su conjunto, las personas
que han alcanzado como último nivel de estudios el terciario. Al tomar la Ciudad
de la Costa en su conjunto, los valores relativos son respectivamente: 13,7%,
44,5% y 41,8%. Sin duda la gente que inmigró a la costa es población joven y
madura que tiene un elevado nivel educativo. Es mínimo el porcentaje que
solamente cuenta con primaria, casi la mitad cursó la enseñanza media y, hay un
muy elevado volumen de personas que efectuaron estudios terciarios. Sin duda
este perfil influye en las características de la población en general, en todos
los niveles: social, económico, político, etc., así como en sus expectativas por
mejorar su calidad de vida.
Un punto fundamental, es conocer la opinión de la gente en lo
referente a si la Ciudad de la Costa es o no verdaderamente una ciudad. Su
percepción en forma directa resulta de sumo interés, más allá de que a veces
puede no coincidir con su propia conciencia ciudadana. En conjunto, para toda la
zona, por la opción de que sí es una ciudad tenemos un 59,4% y por la opción
contraria un 40,5%.
Una variable muy valiosa en el momento de tratar temas como la
movilidad interna de la población es su lugar de nacimiento. En mayor grado esto
se acentúa en nuestra área de estudio por ser una "tierra de inmigrantes". Del
total de la población encuestada, un 56,4% nació en Montevideo, en una enorme
variedad de barrios ( treinta y nueve en total, sin que se note ninguna
tendencia bien definida al respecto ).
A partir de ahora entramos en uno de los aspectos más
interesantes de nuestra encuesta y, en consecuencia de nuestro trabajo. A través
de la pregunta que recoge los datos de localización de la vivienda anterior,
podemos identificar claramente los flujos emisores y receptores de la población
movilizada hacia la Ciudad de la Costa.
Dada la enorme variedad de barrios desde los que proviene la
población montevideana, y las dificultades que ello supone para procesar la
información y para cartografiarla, la hemos agrupado en seis grandes zonas. Para
efectuar este procedimiento tomamos la división territorial realizada por la
Intendencia Municipal de Montevideo para aplicar en el transporte urbano, la que
toma como límites interzonales las principales vías de circulación de la
ciudad.
Las seis zonas son las siguientes:
ZONA 1- Cerro - Belvedere - Paso de la Arena
ZONA 2- Colón - Lezica - Peñarol
ZONA 3- Manga - Cementerio del Norte - Hipódromo
ZONA 4- Camino Maldonado - Maroñas - Unión
ZONA 5- Pocitos - Malvín - Carrasco
ZONA 6- Centro - Cordón - Aguada
La zona que mayor número de personas expulsó hacia la Ciudad de
la Costa fue la 5 ( 32,5% ). Sigue a ésta la zona 6 ( 30,6% ). En orden
decreciente, continuamos con la zona 2 ( 12,7% ). A continuación, con valores
notoriamente menores con respecto a las anteriores, tenemos la zona 3 ( 8,3% ) y
la 4 ( 8,3% ). Finalmente vemos lo que sucede con la zona 1 ( 7,6% ) con
respecto a esta parte de la faja costera del departamento de Canelones. Dentro
de Montevideo, sin duda, la principal área emisora fue la costera Este y Sur y,
la Central.
Pasamos ahora a ver cuáles son, en la Ciudad de la Costa, las
áreas receptoras de este enorme flujo de población, permitiéndonos saber cuáles
eran los lugares donde se ubicaba la residencia de los encuestados antes de
llegar a esta área.
Sin duda la población proveniente de la zona 6 prefirió las
localidades de San José de Carrasco, El Pinar y Solymar en primer término, así
como la que procede de la zona 5 optó por Parque Carrasco, Lagomar y Barra de
Carrasco en los tres primeros lugares. La preferencia de la zona 4 estuvo en
Colinas de Solymar, El Pinar y Solymar, en orden decreciente. La zona 3 se
dirigió básicamente a El Bosque, Lagomar y Shangrilá. En el caso de la zona 2 la
movilidad estuvo dirigida principalmente a El Bosque y, secundariamente a Lomas
de Solymar. Por último, la zona 1 expulsó población hacia Colinas de Solymar, El
Pinar, y Solymar.
Hipotéticamente, a partir de los datos recogidos y, del
conocimiento general del área, podemos afirmar la gran importancia que tiene la
semejanza de los costos del mercado inmobiliario (tanto del lugar de origen como
de destino), en el momento de tomar la decisión de migrar hacia la Ciudad de la
Costa. No olvidamos por ello el papel de los factores históricos.
Pasamos ahora a considerar el año de instalación de los
habitantes en cada balneario, o sea la antigüedad. Para toda la Ciudad de la
Costa el promedio asciende a 11,8 años. Si bien el último crecimiento
intercensal es del 92,6%, el promedio de instalación en cada balneario es
relativamente alto debido al aporte que significan en este aspecto las primeras
localidades cuyo fraccionamiento fue aprobado: Shangrilá, San José de Carrasco,
Lagomar, Solymar y El Pinar.
Tomando toda la Ciudad de la Costa, tenemos un 23,9% que si
tuviera posibilidades retornaría al lugar anterior de residencia, contra un
76,1% que niega esto. La conclusión parece a primera vista bastante obvia. Las
personas que manifiestan su voluntad de volver es porque en esta área no
encontraron lo que buscaban, o se les presentaron dificultades que no cubrieron
sus expectativas. Las que no desean retornar es porque pudieron mejorar su
calidad de vida y, se sienten más cómodos en el lugar hacia el cual emigraron,
tal vez por el logro de más o mejores posibilidades.
El estudio de los motivos que impulsaron a los pobladores a
trasladarse a esta área nos permiten apreciar las variables que dinamizaron el
proceso. Al analizar el total de la Ciudad de la Costa constatamos que la
posibilidad de ser propietarios ocupa el primer lugar ( 39,6% ), seguido por muy
poca diferencia por el gusto por la naturaleza y la tranquilidad (38,1%). Los
motivos familiares representan un 25,9%, los económicos un 14,5%, los enlaces un
5,3%, el alquiler un 4,5% y el retiro jubilatorio un 1,5%.
No deja de tener importancia la causal dada por el gusto por la
naturaleza y la tranquilidad, siendo más fuerte en la gente que migró más
tardíamente y, a la que el alquiler ya no asfixiaba tanto. Esto se advierte al
comparar los valores de los terrenos y de las viviendas treinta y cinco años
atrás y, los valores actuales, de las distintas localidades de la Ciudad de la
Costa y de algunos barrios de Montevideo.
Con respecto al sector en que trabaja actualmente la
población y, al lugar donde se desempeña, los resultados obtenidos son los que
se detallan a continuación. Las personas ocupadas en el sector primario son muy
pocas, salvo en algunas chacras al Norte de la Ruta Interbalnearia. El sector
secundario da trabajo a casi un tercio de la población activa (30,9%), pero
salvo pequeñas industrias básicas, ellas se localizan principalmente en
Montevideo. La industria de la construcción, es una importante fuente de trabajo
en la zona y, en cada uno de los censos representa aproximadamente la mitad de
los trabajadores que operan en la industria manufacturera. El que sí aparece muy
abultado es el sector terciario, porque se trata de un lugar que genera
servicios en el propio entorno, especialmente en los últimos tiempos.
El caso de los jubilados merece se reanalizado. Antes de
instalarse en forma permanente en la Ciudad de la Costa, según datos censales,
ellos significaban apenas un 1,0%. En la actualidad y, según la encuesta
realizada, esa cifra llega al 10,2%. Esa jubilación parece haber sido otorgada
cuando ya estaban viviendo en esta zona costera, debido a que, ante la pregunta
del motivo que los llevó a trasladarse hasta allí, la causal jubilatoria apenas
alcanza un 1,5%.
Lo que más llama la atención es el cambio del lugar de
trabajo, ya que la rama de actividad no parece tener mayores variaciones al
cambiar el lugar de residencia. Antes del traslado, el 80,5% de los trabajadores
se desempeñaba en la ciudad capital. Actualmente ese porcentaje ha descendido a
un 56,7%. El tradicional rol de Montevideo como polo atractor de los
trabajadores ha cambiado, siendo sustituido fundamentalmente por el sector
servicios en la propia Ciudad de la Costa.
En síntesis, se trata de una ciudad de reciente conformación
legal, pero con una antigua vocación turística, con características muy
particulares de linealidad, discontinuidad y no verticalidad, que la convierten
actualmente en el punto más dinámico del país en todo lo que tiene que ver con
la población, su movilidad y su calidad de vida.
4.- Conclusiones.
Los movimientos territoriales de población ocurridos
entre 1963 y 1996, son un proceso que, con diferente ritmo, continúa hasta la
actualidad. Estos movimientos se visualizan espacialmente como una extensión de
la mancha urbana de Montevideo hacia los balnearios de la costa Este.
Este corrimiento, de gran dinámica, tuvo como uno de los
propulsores la fuerte presión inmobiliaria que se produjo desde mediados de la
década del ’70 por la Ley de Alquileres. Las familias de más bajos ingresos, que
venían pagando alquileres que se mantenían bajos por una enorme sucesión de
leyes, no pudieron hacer frente a la renta y, optaron por el cinturón
metropolitano.
En todo este proceso son bien reconocidas dos etapas
migratorias: la primera, con una clara componente de expulsión no siempre
buscada y, la segunda, con una menor presión que en el caso anterior y, una
decisión más deseada.
Los problemas se dan tanto a nivel de las áreas emisoras
como receptoras, pues quedó en la capital toda una infraestructura montada en
vías de degradación, con espacios segregados para algunos sectores de la
población que, fundamentalmente por motivos económicos ( posibilidad de ser
propietario, incapacidad de permanecer en su lugar de residencia habitual por el
alquiler, netamente económicos ), debieron migrar.
Tampoco puede descartarse la búsqueda de una mejor
calidad de vida, en un lugar que ofrecía la posibilidad de ser propietario (
fenómeno en parte revertido hoy por el aumento de los costos inmobiliarios en
esta área ), de contar con más espacio, de esta en mayor contacto con la
naturaleza, a pesar de que supone un gran costo la deficiencia de servicios, en
algunos casos. Precisamente esa deficiencia en los servicios y su desigual
implementación, que en muchos casos fue anterior a su categoría de ciudad, así
como su propia conformación y la falta de conciencia ciudadana, es lo que nos
lleva a cuestionar su grado de urbanismo.
Los problemas a los que los pobladores de esta joven ciudad
deben atenerse se van solucionando paulatinamente, en tanto aparecen otros
propios de la urbanización. No puede olvidarse, sin embargo, que no se ha
aplicado aún ningún Plan Local, ni ninguna Ley de Ordenamiento Territorial, por
lo que las soluciones van surgiendo fortuitamente.
Lo concreto -como resultado de todos estos factores- es que la
movilidad poblacional que viene ocurriendo, no hace desaparecer el desequilibrio
de oportunidades, ya que la segregación urbana también se da en la Ciudad de la
Costa, en forma muy evidente. El Norte y el Sur, así como el Oeste y el Este de
esta mancha urbana son realidades muy distintas y, complejas en muchos casos,
por el propio proceso histórico vivido y por la dinámica del mercado
inmobiliario, entre otros factores.
El fenómeno de metropolización, junto con la urbanización, son
una evidente consecuencia de la migración producida en el lapso considerado.
Estamos ante todo, frente a un fenómeno complejo de movilidad de la población,
porque en un espacio único se funden una gran cantidad de tipos de movimientos,
que dan como resultado una de las caras de la impresionante dinámica de esta
área.
Podemos concluir, con total seguridad, que la mayoría de las
personas de este espacio creen que viven en una ciudad, pero su percepción de lo
urbano es muy escasa.
La mayor parte de los actuales residentes nació y vivió en
Montevideo antes de llegar a la costa, pero, si bien el predominio y la
influencia capitalina es indudable, la tendencia es a una paulatina
diferenciación con respecto a la capital. Ello ya se ve en rubros como el
trabajo y los servicios.
Estamos ante un área donde se encuentra una parte importante de
la población económicamente activa de nuestro país. Dentro de las actividades,
los servicios ocupan un lugar destacado, concordando así perfectamente con dos
realidades: la que surge de un fenómeno típico de metropolización y, la
emergente de un país que apuesta precisamente a los servicios, en desmedro de
las actividades primarias y secundarias.
El ser propietario o el haber encontrado un lugar agradable
para vivir no son los únicos motivos atractores. El primer lugar le cabe a los
económicos ( ante todo precisamente por la posibilidad de ser propietarios ),
seguido del gusto por la naturaleza y la tranquilidad y, por razones familiares.
Sin embargo, cabe destacar que la población inmigrante no proviene de los
barrios más deprimidos económicamente de la capital. Los primeros lugares
corresponden a barrios con niveles de ingresos medios y altos.
Podemos afirmar que la migración que se produjo entre 1963 y
1996 obedeció fundamentalmente a un desequilibrio de oportunidades y, a una
consecuente segregación espacial que se dio en pro de no bajar la calidad de
vida. El fenómeno fue creciendo con un ritmo no siempre regular pero sí
constante y rápido, dando lugar a una extendida área urbanizada, con muchas
carencias aún por resolver, porque la gente vino antes de toda infraestructura
mínima como población estable. Si bien legalmente es ciudad desde 1994, sin duda
se trata de una concentración que se formó sola, con muy escaso aporte de las
autoridades y del poder estatal.
A partir de lo local, es a nosotros, los geógrafos, junto con
otros especialistas de disciplinas afines, que nos compete parte de la tarea de
luchar por llegar a un efectivo y eficiente Plan de Ordenamiento Territorial,
semejante al aprobado para el departamento de Montevideo.
Pretendemos asimismo que, la investigación realizada sirva para
sensibilizar a aquellos agentes que sustentan el poder y, por ende, aquéllos que
tienen la capacidad de realizar gestiones de interés público que sirvan para
mejorar la calidad de vida de la población, en esta atípica ciudad.
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