El Agua,
Recurso
Vital Escaso.

María Edit L.
García
Profesora de la cátedra de
Estructura Económica Argentina y Mundial.
Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales, Universidad de
Morón
Resumen
Según el historiador Fernand Braudel, desde el
siglo XV la mundialización se inscribe en el capitalismo, la economía
–mundo-capitalista, al extenderse al planeta entero, enfrenta el límite del
ecosistema planetario, desestabilizado por un productivismo desenfrenado. En la
actualidad, el crecimiento económico neoliberal se lleva a cabo principalmente
en los términos de una contradicción creciente entre el capitalismo-imperialista
y el medio ambiente; una contradicción que se vuelve más evidente a medida que
el tamaño de la economía capitalista globalizada comienza a rivalizar con los
procesos básicos biogeoquímicos del planeta. Vivimos la fase del "capitalismo
del desastre", debido a su doble crisis económica y ecológica. La menor
disponibilidad de agua dulce a nivel mundial, y la privatización de los recursos
acuíferos, se está convirtiendo en una crisis social- ambiental de proporciones
espantosas. La superación de estas crisis, debe partir de nuevas relaciones
sociales, construidas a partir de las resistencias y el cuestionamiento, la
crítica intelectual y política y nuevas prácticas que anticipen la superación de
las relaciones existentes.
Resumen en
ingles
According to historian Fernand Braudel, since the
15th century, globalization is part of capitalism, the economy -
mundo-capitalista, to extend to the whole planet, facing the edge of the
planetary ecosystem, destabilized by a rampant productivism. At present, the
neo-liberal economic growth is carried out mainly in terms of a growing
contradiction between the capitalismo-imperialista and the environment; a
contradiction that becomes more apparent as the size of the global capitalist
economy begins to rival the planet biogeochemical basic processes. Live the
phase of "disaster capitalism", due to its dual economic and ecological crisis.
Lower availability of fresh water around the world, and the privatization of
water resources is becoming a social crisis - environmental of appalling
proportions.
Economía, Recursos,
Ecología
Desde sus orígenes, el futuro del
hombre está ligado a su modo de producción y reproducción, al crecimiento
económico. Durante muchos siglos de historia, ese proceso fue muy lento. Pero a
mediados del siglo XVIII, en los albores de la revolución industrial, la
cuestión sobre si el crecimiento
sería o no indefinido y sobre sus consecuencias, se convirtió en uno de los
temas fundamentales de la incipiente ciencia económica. Adam Smith en
la “Riqueza
de las Naciones” se preguntó sobre la forma en que el dividendo nacional podría
expandirse con mayor rapidez, y con ese objetivo, preconizó la división del
trabajo, la libertad de comercio y el máximo posible de población ocupándose de
trabajos productivos. Desde su perspectiva supo prever un cambio revolucionario,
el paso desde el más rígido mercantilismo a un orden económico flexible, de
librecambio internacional, de libre contratación, de rápida acumulación. Cambio
que logró su triunfo definitivo en Inglaterra en 1846, a impulsos de la
tenacidad de Robert Peel que redujo drásticamente la protección aduanera del
cereal, a fin de llevar a cabo una política de pan barato para las nuevas masas
industriales
Comenzó así una era de optimismo, de confianza en la
actividad creadora del hombre, de crecimiento, teóricamente sin límites. El
campo de la teoría económica se dividió entre pesimistas, que vaticinaban la
catástrofe por sobrepoblación y los optimistas, que afirmaban que la tecnología
aplicada a la producción solucionaría todos los problemas.
Robert Thomas Malthus había planteado en
1798 en su obra más conocida “Un ensayo sobre el principio de la población” que
los efectivos demográficos se desarrollaban en progresión geométrica y la
producción de alimentos tendía a hacerlo en progresión aritmética. La
consecuencia era previsible, en un momento dado, los recursos alimenticios
resultarían insuficientes y los salarios llegarían a situarse por debajo del
nivel de subsistencia. La única manera de evitar esa situación era reducir la
natalidad.
Para Marx, la miseria no provenía del
aumento de la población, sino del modo de
producción capitalista, y del régimen de propiedad privada. Sin embargo,
ni Marx ni Engels ignoraron las consecuencias del sistema de producción
capitalista y crecimiento económico acelerado sobre la población trabajadora y
el medio.
Engels, puso de relieve las consecuencias
del maquinismo y del hacinamiento en el deterioro de las condiciones de vida en
los barrios obreros de Manchester.
Marx denunció los vertidos de
excretas de más de 4.000.000 de hombres en el río Támesis, mediante gastos
gigantescos, para convertirlo en un foco pestilente e infeccioso.
Expresó, además, desde el comienzo de “El
Capital” el doble carácter del trabajo, según se
expresara en valor de uso o valor de cambio. El valor de uso y su importancia
social tendrá que tenerse muy en cuenta en la sociedad, de modo que regule, de
manera integral y no fragmentaria, las consecuencias más remotas de los actos
dirigidos a la producción y a la satisfacción de nuestras necesidades, velando
por proteger las dos fuentes originales de toda producción humana: la tierra y
el hombre
El historiador Fernand Braudel
creó un concepto que permite pensar la mundialización: el de “economía
mundo” desde el siglo XV, la
mundialización se inscribe en el capitalismo. La economía mundo capitalista al
extenderse al planeta entero, enfrenta un límite que cuestiona la idea de un
mercado ilimitado, indispensable para su expansión. Ese límite, el del
ecosistema planetario, desestabilizado por un productivismo desenfrenado, ya
había sido presagiado y analizado, por varios autores marxistas del siglo XIX.
Rosa Luxemburgo le adjudicará además en sus análisis un papel protagónico en la
evolución de la crisis.
Después de la segunda postguerra,
los grandes problemas a enfrentar por la población del mundo eran: La explosión
demográfica.
La contaminación
ambiental.
La escasez de los
recursos.
A
partir de los años setenta se inicia una fase cualitativamente nueva
transnacional global del
capitalismo mundial que se caracteriza por el aumento de
capital y por una clase capitalista
transnacional. El capital transnacional ha logrado liberarse de las
restricciones de la
nación Estado de la época anterior, y con ello, a cambiar
fuertemente a su favor la correlación de las fuerzas de clase y sociales, a
menoscabar la fuerza de los movimientos populares y de la clase trabajadora en
todo el mundo.
En 1972, un informe del MIT, “Los
límites del Crecimiento” solicitado por el Club de Roma, reabrió la discusión
sobre la inminencia del desastre, el agotamiento de las tierras arables, del
agua potable y los recursos minerales. El informe del MIT recomendó el
crecimiento cero, de la población y de la economía, esto originó numerosas
estrategias de regulación de la población, inclusive prácticas de esterilización
compulsiva en poblaciones en Bolivia, Puerto Rico y la India. Algunas
agencias internacionales condicionaron el otorgamiento de préstamos a que el
país receptor aplicara políticas de control de natalidad. Se desataron violentas
polémicas, en las que se acusó a dirigentes del Norte de provocar genocidios
entre los pueblos del sur para reservarse para si el uso de los escasos recursos
naturales.
Si bien la conciencia ambiental emerge a
finales de los años sesenta, se vuelve materia política en los años setenta,
luego de la Conferencia sobre Medio Ambiente Humano ( Estocolmo,
1972).
El
tema del agua está presente en la mayoría de los encuentros sobre aspectos
sociales, ambientales y económicos, como la reducción de la pobreza, el acceso a
la vivienda, el cuidado de la salud, la planificación urbana, las posibilidades
de recreación y todo aquello que implique una mejora en la calidad de vida de
las poblaciones.
Ante los cambios globales, como el crecimiento de
la población, el incremento de la urbanización, el aumento de la demanda de
alimentos, el cambio climático y las crisis económicas, el tema del agua ocupa
un lugar de preeminencia en las discusiones.
En marzo de 1977, se llevó a cabo,
en la Ciudad de mar del Plata, Argentina la primer
Conferencia de las Naciones Unidas por el
Agua.
Hasta 1980, no se había planteado
considerar al agua una mercancía, sujeta a leyes del mercado.
La Carta de la Naturaleza,
adoptada por las Naciones Unidas en octubre de 1982, establece claramente la
soberanía de los países sobre sus recursos naturales.
A partir de 1990, dentro del
marco de la globalización neoliberal y la desregulación de los Estados, se dio
apertura a las inversiones de las corporaciones transnacionales y las privatizaciones, con lo cual se inicia
un nuevo ciclo de dominación y apropiación de los recursos en Latinoamérica.
El Agua, recurso vital
escaso
El capítulo 18 de la Agenda 21, de
la Cumbre Río 1992, resaltó la
necesidad de protección del agua dulce y la aplicación de criterios integrados
de planificación y gerenciamiento de las aguas superficiales y
subterráneas.
Según investigaciones del fundador del Comité para
el Contrato Mundial del Agua y autor del Manifiesto del Agua, el
italiano Ricardo Petrella, debido
a los informes de las Naciones Unidas, acerca de la escasez de agua, pocos años
después de esta Cumbre, se puso en marcha una verdadera conquista del agua por
parte de los sectores concentrados de la economía, a partir de su tratamiento
como un bien comercial.
Causas de la Crisis
del Agua.
ü
La creciente
necesidad por aumento de la Población Mundial.
La cantidad de agua
utilizada por la población mundial se multiplicó por seis entre 1900 y 1995, más
del doble de la población mundial, y por dos, desde 1995. Según informes de las UN, en 1998,
1.400 millones de personas de los 5.800 millones de habitantes del planeta no
tiene acceso al agua potable.Las estimaciones para el 2020, teniendo en cuenta
una población mundial de 8.000 millones de personas, 3.000 no tendrán acceso al
agua potable. Para el año 2025
la demanda mundial de agua superará en un 57% el suministro actual. En el informe de la ONU (2003) se
advierte que para el año 2050, 7.000.000.000 de personas en 60 países podrían
enfrentarse a la falta de agua, si la tendencia de uso continúa como hasta
ahora.
ü
La
sobreexplotación agrícola, industrial y una falta de planeamiento equitativo y
sustentable del recurso.
Una de las condiciones para que
el recurso natural Agua, siga siéndolo es utilizarla a un ritmo tal que le
permita regenerarse. Cuando es sobreexplotado, el recurso se vuelve escaso. El
70% del agua dulce en el planeta es usada para riego en la agricultura, el resto
se destina a la actividad industrial y el consumo humano. La principal fuente de
alimentos es la agricultura, el riego consume el 70% del insumo total del agua,
la práctica más frecuente es la utilización de aguas profundas, lo que produce
impactos muy negativos, ya que se extrae a velocidades superiores a la de
recarga.
Las ciudades, cada vez más grandes conglomerados de población, son un
sumidero para cualquier sistema hídrico y al mismo tiempo, foco de infecciones,
que afectan todo el ambiente.
La actividad minera a cielo abierto, que dinamita
glaciares, fuentes de agua en zonas
áridas de montañas, es otro de los
flagelos de la explotación de los recursos naturales como mercancías, en un
sistema neoliberal puramente extractivo, donde la racionalidad pasa por la
obtención de ganancias, mientras en los Foros Internacionales del Agua, se
insiste en la “sustentabilidad” de los
mismos.
ü
La menor
disponibilidad por falta de tiempo de recarga de los acuíferos naturales,
relacionado con la sobreexplotación, los cambios climáticos mundiales y la
alteración del ciclo del agua en la Naturaleza.
Los acuíferos, se han trasformado en la última esperanza, en ellos se
almacena sólo el 0,6% de la totalidad
del agua del planeta, que equivale al 95% del agua disponible para el ser
humano. Un acuífero es una formación geológica subterránea compuesta de grava,
arena o piedra porosa, capaz de almacenar agua, que fluye a una velocidad máxima
de aproximadamente 350
metros por año. Tardan siglos en formarse. Inclusive en el
Acuífero Guaraní, se encuentran aguas de hasta 20.000
años.
ü
La
contaminación de las aguas.
La paulatina
degradación del agua en el planeta, no es exclusiva de los países pobres.En EEUU más de la mitad de los acuíferos
están contaminados con pesticidas y nitratos. En los países en vías de
desarrollo, el 90% de las aguas residuales y el 70% de los desechos industriales
se vierten a las aguas de superficie sin tratamiento previo. El 50% de
las poblaciones de los países pobres están expuestos a aguas contaminadas. Mil
cien millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable. Más de
un millón seiscientos mil niños mueren por año por causa de infecciones causadas
por el agua contaminada, el 75% de las infecciones podrían evitarse si
accedieran al agua potable. En Latinoamérica, a pesar de poseer tres de las
mayores cuencas hídricas del mundo, el acceso al agua potable no es equitativo
para toda la
población. Aunque es la región con mayor
volumen de agua dulce per cápita, con el 30% del total mundial, 80 millones de
personas no tienen acceso al líquido vital en América latina.
ü
La
privatización de los recursos acuíferos.
La escasez de agua, la
transforma en recurso estratégico, no solo por su indisoluble relación con la
vida en el planeta, sino por ser objeto de políticas económicas neoliberales de
apropiación de los recursos naturales. En 1997, Ismael Serageldín, ex presidente
del Banco Mundial, manifestó: “Así como el siglo XX es el siglo de las Guerras
por el petróleo, las guerras del siglo XXI serán por el Agua” La consumación del
agua como bien económico se realiza a través de la privatización, llevada a cabo
en forma acelerada, desde los años noventa, especialmente en lo relativo a
servicios de distribución. El
Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas Para el
Desarrollo, ya en 1998, informa que la quinta parte más rica de la población
mundial, poco más de 1.000 millones de personas, consume el 86% del agua del
mundo.Las grandes corporaciones como Vivendi-Suez, Veolina-Water,
Bougues-Saur (francesas) RWE
(alemana) Thames Water (británica) Bechtel (estadounidense) tienen el 70% de los
sistemas de servicio de red de agua privatizados en todo el mundo. Los mercados
de agua embotellada, han sido absorbidos por corporaciones como, Nestlé, Danone,
Coca Cola y Pepsi.
El Banco Mundial, juega un papel clave en
el contexto de la fase neoliberal del Sistema Capitalista, primero, fomentando
la privatización, posibilitando las inversiones de las corporaciones, luego
otorgando préstamos para las “reformas en el sistema de aguas” a los gobiernos,
cuyo sistema de distribución pública de agua potable ha colapsado, lo que
explícitamente requiere de la “privatización del suministro de agua”, y
finalmente como juez, en caso de reyertas entre inversionistas y el Estado, en
la Corte
Penal de Nueva York.
El Acuífero Guaraní se
convirtió en objeto de atención de investigadores, políticos, trabajadores,
empresarios y activistas socio ambientales durante los primeros años de la
década del 90, coincidiendo con el proceso de integración regional del
MERCOSUR.
Desde
1994 las universidades de Buenos Aires y del Litoral por Argentina, las de
Paraná y de Sao Paulo por Brasil, la de la República por Uruguay y
la de
Asunción por Paraguay, realizaron intentos conjuntos para
mejorar el conocimiento del acuífero, pero el avance no fue significativo,
debido al alto costo de los estudios. Las Universidades iniciaron la
investigación pensando encontrar petróleo, pero se encontró a mil metros de
profundidad, agua caliente de buena calidad y de poder energético para
la industria.
A partir de entonces los cuatro países miembros del MERCOSUR,
firmaron el Acta de Paysandú, para
desarrollar un marco normativo para la gestión y preservación del SAG.
El marco normativo comprende
convenios sobre medidas para controlar el uso del recurso, la ampliación de
mecanismos preventivos respecto de la contaminación de las aguas y partidas de
dinero, de los Estados Miembros a las Universidades locales, para el estudio y
prospección geológica del reservorio.
Miguel Auge, hidrólogo e investigador del CONICET, dice que el
Acuífero Guaraní tiene capacidad
para abastecer a la población mundial durante los próximos dos siglos. Auge fue
uno de los encargados de estudiar el potencial de esta reserva entre 1994 y
2000.
En 1997 se elaboró el Acta de Paysandú,
solicitando a las cancillerías de los cuatro países apoyo para la continuación
de los trabajos, pero no se tuvo respuesta al
pedido.
En el año 2000, apareció el Banco
Mundial ofreciendo un subsidio del GEF (Global Environment Facility) de USD 13
millones, para organizar un proyecto de investigación hidrogeológico-ambiental
destinado a lograr un manejo sostenible del AG. Dicho proyecto cuenta además con
el aporte de otros USD 14 millones por parte de los gobiernos de los cuatro
países.
El origen de la mercantilización oficial del agua, puede rastrearse
en noviembre del 2001, cuando los recursos naturales comienzan a ser objeto de
negociaciones en la OMC.
La meta final es la liberalización de los servicios públicos,
que hasta entonces eran regulados por el Estado, y ahora pasarán a ser de libre
comercio. AGCS Acuerdo General sobre comercio de Servicios de la
OMC
El Banco Mundial aprueba el proyecto en 2001, a partir de entonces,
el BM, El Departamento de Desarrollo Sustentable de la OEA, El Fondo Mundial
para Medio Ambiente, (GEF). Apoyo financiero de Vigilancia Geológica Germana,
(BGR) y el Programa Asociado del Agua de los Países Bajos, (Patronato del Agua),
se hacen cargo del PSAG. Es uno de los reservorios subterráneos
de agua potable más importantes del mundo, con una reserva estimada de 55 mil
kilómetros cúbicos, volumen suficiente para abastecer a la población mundial
actual (7.000 millones) a razón de 100 Litros/día por persona. Para entender la
importancia de este verdadero océano de agua dulce, Miguel Auge señala dos
puntos cruciales: «Los países
desarrollados, como los europeos, están seriamente limitados en la
disponibilidad de sus recursos naturales, y, como no los tienen, se los apropian
en nuestros países, hecho que pueden consumar con la anuencia de funcionarios y
legisladores". Como solución a la problemática, el investigador propone
que los estados del MERCOSUR asuman la potestad de la investigación, exploración
y explotación de los recursos
naturales: «En nuestro país, ya ha sucedido: el ejemplo más nefasto fue la
venta de YPF”
El BM terminó de armar el proyecto en diciembre de 2001 y desde marzo de
2003 funciona en Montevideo el Proyecto Sistema Acuífero Guaraní
(SAG)
Prácticamente la totalidad de los fondos
asignados al SAG se emplearán en gastos operativos y en la contratación de
grupos consultores liderados por firmas extranjeras. El Proyecto para
la Protección
Ambiental y desarrollo Sostenible del Sistema Acuífero Guaraní
(PSAG), acordado entre los cuatro países y con financiamiento principal del
Banco Mundial (2003 –2009), se convirtió
en un factor a enfrentar en materia de gestión del conocimiento
y en cómo elaborar un acuerdo
compartido para el uso racional del acuífero. Una cuestión política enraizada es
la dificultad de acceder a los resultados de los estudios del proyecto, pero
sobre todo, en la dificultad de participación real en instancias de decisión
sobre su rumbo.
El MERCOSUR aparecía como el
espacio político donde, el Movimiento por el Agua, podría tener más incidencia
en políticas ambientales regionales.En
el marco de la llamada crisis global del agua y los procesos de integración
regional, el AG será de manera creciente un recurso de enorme importancia estratégica para la producción y la vida
misma en la región, hecho que no escapa a las consideraciones de los gobiernos
del MERCOSUR, gobiernos extra-regionales, organismos multilaterales, empresas
trasnacionales y movimientos sociales defensores del agua como bien público y el
derecho humano de acceso al agua. La buena gestión de este recurso,
depende de las políticas de los Estados que poseen la soberanía territorial,
para proteger un recurso geopolíticamente estratégico.
Sin embargo, entidades como
la Agencia
Internacional de Energía Atómica , el Servicio Geológico Alemán
y el Programa Asociado al Agua del Banco de los Países Bajos, serán los
encargados del gerenciamiento y la investigación del Proyecto Sistema Acuífero
Guaraní (PSAG) por el tratado firmado en Montevideo el 22 de mayo de 2003, con
los países que integran el MERCOSUR
y bajo la custodia del Banco Mundial y la Organización de Estados Americanos,
quienes proponen la desregulación de los servicios estatales con el fin de
comercializar el agua como un bien económico.
Un alto porcentaje de los
estudios es ejecutado por el Banco Mundial, conjuntamente al proyecto Desarrollo
de una Agenda de Investigación Multidisciplinaria en la Cuenca del Plata, de
la National
Science Foundation de los Estados Unidos para
la Cuenca del Plata, financiada por Rockefeller, Ford, IBM, Kellog, Kodak, y
Coca-Cola, empresas que tienen acceso directo a los resultados de las
investigaciones, muchas de las cuales fueron emprendidas con recursos públicos.
La magnitud del acuífero, explica la insistencia de los Estados Unidos sobre la
presencia de células terroristas, lo que en su lógica imperial justifica el
despliegue militar tanto como una posible intervención en la zona.
Una característica distintiva del imperialismo contemporáneo es la
gestión colectiva. Estados Unidos ejercita su superioridad militar, a través de
acciones coordinadas con las principales potencias. Mantiene una asociación
estratégica en la tríada y actúa en sintonía con sus aliados de Europa y
Japón. Habitualmente las
incursiones pretenden garantizar la apropiación de los recursos naturales de la
periferia y asegurar el control de las principales vías del comercio
internacional,
para lo que necesita asegurar el suministro de agua potable delegando al mercado
la asignación del recurso, transformándolo en mercancía. El motivo dominante
será mantener alta la capacidad de oferta de agua, ya que la demanda está
destinada a aumentar. Desde el año 2000 se ha dado una escalada en fondos de
inversión internacionales especializados en Aguas, se aúnan capitales públicos y
privados para invertirlos en grandes grupos como Suez, Veolina, Thames Water
etc. con ganancias millonarias. En la gestión del agua embotellada están
interesados grupos como Nestlé, Danone o Coca-Cola. Cada año se producen 130
billones de botellas de Coca-Cola, lo que significa un enorme uso de agua, por
lo que se entiende el interés por adquirir terrenos donde hay acuíferos, con la
excusa de la calidad del agua.
Otra cara de esta gran sociedad
transnacional es el Consejo Mundial
del Agua, organización teóricamente
independiente formada por tecnócratas expertos en temas hídricos que busca
soluciones a los problemas globales relacionados con el agua. Aunque asegura que
su financiación es independiente y sólo recibe fondos de la Ciudad de Marsella
(donde se encuentra su sede) y donaciones altruistas, tras el World Water
Council están multinacionales como Evian, Suez, Mitsubishi, Price Watehouse
Coopers, Générale des Eaux/Vivendi Water y otras, además del Banco
Mundial.
El Consejo Mundial del Agua
(World Water Council)
conjuntamente con el B.M. y los gobiernos de Japón y Holanda han organizado
desde la década del 90, los
Foro Mundial del Agua (FMA), reunión trienal en la que participan jefes de estado,
representantes técnicos y ministeriales de diversos países, empresas y ONGs de
diversa índole (tanto proclives como contrarias al Foro) para discutir
diferentes temas en relación con el agua: desde la gestión de los recursos al
calentamiento global, pasando por soluciones a la desecación de los ríos, la
construcción de presas, etc. Los críticos con este evento, denuncian que, a
pesar de su formato pseudo-ecologista, el único objetivo es cerrar contratos respecto a la
privatización y comercialización de los recursos hídricos y la construcción de
embalses y ponen como muestra que en ninguno de los foros se ha aceptado la
propuesta de las asociaciones ecologistas de reconocer el acceso al agua como un
derecho humano básico que evite su comercialización. Los FMA, hasta el
momento, han tenido lugar en
Marrakech (1997), La Haya (2000), Kyoto (2003) y Ciudad de México (2006).
Estambul (2009) Marsella (2012)
En México, 2006 el FMA fue un
auténtico fracaso al no alcanzarse una decisión conjunta, por parte de los
ministros y altos dignatarios de los países presentes, y rechazar la petición de
algunos gobiernos de considerar el agua como un ‘derecho humano básico’.Si bien
los participantes se reafirmaron ‘en la importancia crítica del agua’ y tomaron
nota ‘de las acciones de la ONU’, fueron únicamente los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Guatemala, México,
Uruguay y Venezuela quienes consensuaron una declaración complementaria,
a la que acompañó otra de la sociedad civil (más de 300 organizaciones de más de 40 países de todo el mundo),
que enfatizaba el reconocimiento del agua como derecho humano, la gestión
pública de ésta con control y participación social, la urgencia de fortalecer
las colaboraciones e inversiones público-público y la necesidad de que el FMA
sea convocado por los gobiernos y las Naciones Unidas y no por el Consejo
Mundial del Agua.
La quinta edición, en Estambul 2009, fue
un encuentro marcado por la crítica y el disenso entre quienes consideran el
agua un bien con el que hacer negocio y quienes luchan porque sea reconocido
como un derecho humano básico. La participación de altos funcionarios y
representantes de Naciones Unidas en el encuentro es una evidencia de que algo
ha cambiado. Hay un traslado tangible y simbólico de legitimidad: desde el Foro
Oficial, organizado por intereses privados y por el Consejo Mundial del Agua,
hacia el Foro del Agua de los Pueblos, organizado por la sociedad civil mundial
que incluye a campesinos, indígenas, activistas, movimientos sociales,
sindicatos, ONGs y redes que luchan en todo el mundo en defensa del agua, del
territorio y de la
colectividad. Además, el modelo dominante de agricultura
industrial intensiva contamina y destruye recursos hídricos, empobrece terrenos
de cultivo y acaba con la soberanía alimentaria. Esto tiene un enorme impacto
sobre la vida y la salud pública.
En el VI Foro Mundial del Agua, Marsella
2012 más de 20 000 personas, procedentes de más de 170
países y en representación de gobiernos, parlamentos, colectividades
territoriales, organizaciones internacionales, empresas y centros de
investigación públicos y privados de la sociedad civil participaron en numerosas
sesiones de trabajo temáticas y regionales. Nunca había sido tan importante en
un Foro
la participación de las autoridades locales y regionales: casi 500
representantes de elección popular se sumaron a un mensaje político común. La
fuerte movilización de la juventud, de las mujeres y de las organizaciones no
gubernamentales dio a este Foro
una imagen diferente y apoyó la articulación de debates sobre el agua con los grandes retos societales e
internacionales.
Algunas
de las conclusiones de las Organizaciones Sociales se refieren a la crisis
de la globalización económica, que está haciendo replantear a los
organismos de crédito, mega-proyectos de represas, explotaciones mineras o grandes
infraestructuras turísticas. Este freno a las políticas desarrollistas va a
permitir un respiro para la organización y el debate social, la búsqueda de
normativas legales que ampare el derecho a la vida por sobre el beneficio
económico y la depredación del ecosistema planetario. Sin embargo, si se
estudian las legislaciones de manera general se observa que la protección del
agua, como parte del derecho a la vida o a la salud, está contemplada en
constituciones e, incluso, en otras leyes de carácter orgánico. El problema se
da en la eficacia de la ley, incluso en el cumplimiento de convenios
internacionales que son frecuentemente vulnerados por empresas transnacionales
para las que el ambiente es un negocio. Se da una ruptura con la legalidad, por
corrupción, por ineficacia o por ignorancia. Actualmente los ministerios de
medio ambiente se han convertido en ministerios de desarrollo para los que la
naturaleza se define como un bien productivo o, incluso, abiertamente comercial
como en el caso de Chile. En América Latina esto está sucediendo cada vez más
debido, fundamentalmente, a los TLC. Hay países en situación de estrés hídrico
como es el caso de Haití, República Dominicana, México, Perú y El Salvador.
Podríamos decir que se hallan en alerta verde, pero este estrés no se debe a una
carencia de agua sino a la mala utilización de los recursos y al absoluto
descontrol del desarrollo turístico, inmobiliario o industrial, que sobrepasan
las capacidades de los territorios sin posibilidad de ser sostenibles. Una
circunstancia a tener en cuenta de cara al futuro se refiere a la necesidad de revisar la agenda
ambiental incluida en los TLC. Reivindicada por el movimiento alter mundialista a través
de los Foros Sociales Mundiales, con cada vez mayor participación confrontativa
con los FMA. Este movimiento antimundialistas, antiglobalización nació de la
oposición al neoliberalismo y se fue construyendo, a inicios de los años
ochenta, en medio de las luchas y resistencias a las políticas neoliberales.
Es un movimiento histórico de
emancipación, que hace hincapié en la liberación, social, democrática, política
y ecológica, explora una nueva situación: la comprobación de los límites del
ecosistema planetario, cuestiona la necesidad del mercado ilimitado
(globalizado) e interpela los proyectos de transformación social enfrentados al
productivismo y a la ideología del crecimiento.
Las grandes etapas del movimiento
antimundialistas: de 1980
a 1989, luchas contra la deuda, las hambrunas y el ajuste
estructural. Desde 1989
a 1999, la oposición contra las instituciones
internacionales y la globalización. Desde 2000 a 2008, el protagonismo
de los Foros Sociales y el pasaje al alter mundialismo.
El movimiento alter
mundialista sigue ampliándose geográficamente, como lo prueban los Foros
Sociales Mundiales de 2001
a 2003 y 2005 en Porto Alegre (Brasil) de 2004, en Bombay
(India) de 2007 en Nairobi (Kenia); de 2009, en Belem (Brasil), pero
también los Foros Sociales
Regionales :
Seminario Internacional sobre el Acuífero Guaraní, en octubre de 2004, en asociación con la Comisión
Parlamentaria conjunta del MERCOSUR, formulaba la Carta de Foz
do Iguaçú sobre el Acuífero Guaraní, colocando el tema en la agenda del
MERCOSUR. El desafío concreto
en la Red Brasilera por la
Integración de los pueblos – REBRIP, era hacer que las conquistas
de los pueblos latinoamericanos en relación al agua, especialmente del pueblo
uruguayo y del pueblo boliviano, sean mantenidas y ampliadas para otras
naciones.
El Foro Social de la Triple Frontera,
llevado a cabo en Foz de Iguazú – Brasil entre el 12 y el 15 de junio de 2005,
propone la Defensa Activa del Acuífero
Guaraní bajo el lema “El agua es de
todos”. ONG organizan campañas de recolección de firmas, para
que el agua sea reconocida como un “derecho humano fundamental” y declarada bien
público no sujeto a privatización alguna. “El agua no es una mercancía” Esta
propuesta se inscribe en la línea del plebiscito realizado en el Uruguay el 31
de octubre 2005, donde se registró un pronunciamiento masivo de la población a
favor de la propiedad, el control y la gestión estatal del agua. Se busca
asimismo poner un freno a las presiones privatizadoras de las multinacionales
del sector.
El
4 de Mayo de 2006, en Corrientes, Argentina. Los pobladores autoconvocados,
llamados a defender Los Esteros del Ibera (zona de descarga del Acuífero
Guaraní) y los recursos naturales de la Nación.
El II Foro Social de la Triple Frontera,
realizado en Ciudad del Este, Paraguay, los días 21, 22, 23 de julio de 2006,
las organizaciones sociales, reclaman por la Vida, la Soberanía y
la
Integración
Soberana de los Pueblos, contra la militarización, el
pago de la deuda externa, el ALCA y los Tratados de Libre
Comercio.
Los
días 27 y 28 de octubre de 2006, la Casa Bertolt
Brecht, la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida y
el Ateneo Rosa Luxemburgo de Salto, realizaron en la ciudad de Salto, Uruguay,
un Foro Regional denominado «Acuífero Guaraní: por una gestión participativa».
El Foro dio inicio a las actividades desarrolladas en el país en el marco del
«Octubre Azul: Encuentro regional de aguas» que fue parte de una movilización
internacional bajo la consigna: «El
Agua es de Todos». La actividad contó con el auspicio de la Fundación Rosa
Luxemburgo y el apoyo de la Red Temática del Medio
Ambiente y la Regional
Norte de la Universidad de la República, la Federación
Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM),
la Federación de Funcionarios de las Obras Sanitarias del Estado (FFOSE) y
Redes-Amigos de la Tierra.
Una de las peculiaridades de este
encuentro, fue la posibilidad de contrastar las visiones y discursos de las
organizaciones sociales que integran el movimiento regional por la defensa del
agua como bien público, con la mirada de funcionarios gubernamentales y técnicos
que vienen colaborando con el Proyecto Sistema Acuífero Guaraní del Banco
Mundial/GEF (Fondo Global para el Medio Ambiente)/OEA. Este último ha sido uno de los
principales focos de cuestionamiento por parte del Movimiento del Agua, acerca
de cómo se viene gestionando el conocimiento e institucionalización del acuífero
como recurso transfronterizo.
En este sentido, quedó clara la intención
del Movimiento del Agua de reubicar la investigación y gestión del AG en el
ámbito del MERCOSUR donde se identifican más espacios, actuales o a crear, para
una real gestión participativa y una defensa de la soberanía de los territorios
y las aguas superficiales y subterráneas. A partir del 2008, se inicia una nueva
fase del alter mundialismo y un nuevo ciclo de los Foros Sociales. En 2009, el
FSM de Belem, se convirtió en un hito histórico, debido al número de personas
que participaron, por su localización en la Amazonía; por el contexto mundial
ligado al impacto de la
crisis. El FSM se celebró en el corazón de los límites del
ecosistema planetario, y plantea la cuestión esencial de las contradicciones
entre la crisis ecológica y la crisis social. Estuvo marcado por la
participación de un nuevo movimiento social y ciudadano en América Latina, la
alianza entre los pueblos originarios, las mujeres, los obreros, los campesinos
y los “sin tierra”, de la economía social y
solidaria.
En 2010, el encuentro fue en Porto
Alegre, para celebrar el décimo aniversario de los FSM. Tres nuevos enfoques
llamaron la atención en Porto Alegre, en primer lugar, las políticas de
reactivación mostraron que los gobiernos del G8 y los países emergentes tomaron
conciencia de la envergadura de la crisis y liberaron cuantiosos recursos, pero
estos recursos sirvieron para salvar bancos y acentuaron las desigualdades. Las
clases dominantes pretenden reproducir el sistema, más que modificarlo en
profundidad. En segundo lugar, la crisis de la hegemonía de Estados Unidos y las
nuevas alianzas comerciales Sur-Sur, ha variado la situación geopolítica. Por
último, el paradigma ecológico, es uno de los elementos determinantes de la
naturaleza estructural de la crisis del neoliberalismo y del capitalismo. El
paradigma ecológico, legitima la necesidad de transformaciones radicales. El
cuestionamiento al productivismo aclara la perspectiva de una crisis de
civilización.
Este año, en Río de Janeiro, del 20 al 22
de junio 2012, se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas para el
Desarrollo Sostenible, también llamada “Río+20”, porque se celebra dos décadas después de la
primera gran Cumbre de la Tierra en 1992. Asistieron, a ella, más de 80 jefes de
Estado. Las discusiones se centrarán en dos temas: Una “economía verde” en el
contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Un
“enverdecimiento“, del capitalismo especulativo cuyo objetivo principal, es
crear, para la inversión privada, un mercado del agua, de la biodiversidad, de
los océanos, etc. Conjuntamente al evento oficial, también se celebra la Cumbre
de los Pueblos, que congrega a los movimientos sociales y ecologistas del mundo,
en defensa de los “bienes comunes de la humanidad”, producidos por la naturaleza
o por grupos humanos, a nivel local, nacional o global. Estos bienes deben ser
de propiedad colectiva, entre ellos está el agua, los acuíferos, el aire y la
atmósfera, ríos, océanos y lagos, las tierras comunales, las semillas, la
biodiversidad, el paisaje, la memoria, el conocimiento.Las cuestiones ambientales y los desafíos del cambio climático
mundial, siguen constituyendo urgencias mayores en la agenda internacional, pero
esta realidad es ocultada por la crisis económica y financiera. Así, en Europa,
los ciudadanos reclaman más crecimiento para salir de la crisis; pero en Río,
los ecologistas advertirán que el crecimiento si no es sostenible, significa
siempre mayor deterioro del ambiente y mayor peligro de agotamiento de los
limitados recursos del planeta. El agua dulce empieza a ser vista como el bien
común por excelencia, y las luchas contra su privatización, en varios Estados
han tenido notable éxito.
El
agua es un problema de ciudadanía, la gestión integrada, sustentable y solidaria
del agua es dominio de la democracia participativa. El desafío es elaborar un
proyecto alternativo construido desde las necesidades y propuestas de los
pueblos y comunidades y no desde las tecnocracias nacionales e internacionales,
que terminan generalmente favoreciendo a grupos corporativos privatizadores del recurso.
Conclusión
Vivimos en una sociedad capitalista, lo
que significa la acumulación de capital
En un sistema en el que se acumula capital en una fase, simplemente, para
que se pueda acumular , aún más, en la siguiente fase ; siempre en una escala
mayor. No existe un mecanismo de frenado de tal sistema y no hay ninguna entidad
social en el control. Si por alguna razón el sistema se ralentiza (debido a sus
propias contradicciones internas) entra en una crisis económica. Eso puede ser,
temporalmente, beneficioso para el medio ambiente, pero contribuye al aumento
del desempleo y la disminución de los ingresos. Hay una contradicción directa y
creciente entre el capitalismo y el medio ambiente, una contradicción que se
vuelve más y más evidente a medida que el tamaño de la economía capitalista
comienza a rivalizar con los procesos básicos biogeoquímicos del planeta. Naomi
Klein ha caracterizado justamente la edad en que
vivimos como "capitalismo del desastre", debido a su doble crisis económica y
ecológica.
Desde los movimientos sociales alter mundialistas intentar
revertir la crisis ecológica, significa impulsar el reordenamiento de la
producción capitalista, cambiar el objetivo: búsqueda de ganancia, por el de crecimiento sostenible,
mediante una planificación democrática, participativa, ecológica y social. La
superación de estas crisis, debe partir de nuevas relaciones sociales,
construidas a partir de las resistencias, el cuestionamiento, la crítica
intelectual y política; y nuevas prácticas que anticipen la superación de las
relaciones existentes.
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