El
diálogo político para la solución de conflictos en la UNASUR
(2008-2009)
Profesor Javier Luchetti
Resumen.
La
Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) conformada por Argentina, Brasil,
Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela
firmó el Tratado Constitutivo en Brasilia el 23 de mayo de 2008. El Tratado
debía ser confirmado por nueve países firmantes para entrar en vigencia. En su
preámbulo, el Tratado Constitutivo de la UNASUR mencionaba como principios
rectores el irrestricto respeto a la soberanía, la integridad e inviolabilidad
territorial de los Estados, la autodeterminación de los pueblos, la solidaridad,
la cooperación, la paz, la democracia, la participación ciudadana, el
pluralismo, los derechos humanos universales, indivisibles e interdependientes,
la reducción de las asimetrías y la armonía con la naturaleza para un desarrollo
sostenible.
En el
siguiente trabajo se podrá analizar como la UNASUR se ha convertido durante los
años 2008 y 2009, en un factor de estabilidad política regional ante las
intervenciones que ha debido realizar para evitar un escalamiento de los
conflictos que se presentan tanto al interior de los países como entre países
fronterizos. La pronta respuesta diplomática y política ha significado una gran
ayuda para esos países al mismo tiempo que encarna a nivel internacional una
carta de presentación muy importante para sentarse a negociar con las grandes
potencias. El trabajo considera que el nuevo emprendimiento es una apuesta
geopolítica brasileña pero con objetivos que traspasan la frontera regional,
para alcanzar metas a nivel internacional con voz sudamericana
propia.
La
región estaba preocupada por lo acontecido con el ataque colombiano a un
campamento de las FARC en territorio ecuatoriano. El 1° de marzo de 2008, tropas
colombianas atacaron por aire y tierra a un campamento de las FARC que se
encontraba en territorio ecuatoriano, lo que ocasionó varios muertos en las FARC
y como correlato la ruptura de relaciones entre Quito y Bogotá. UNASUR intervino
para calmar los ánimos y para que las relaciones diplomáticas volvieran a
restablecerse.
A fines
del 2008, se produjo una dura pelea entre los bandos en que se encuentra
dividida Bolivia. El país se encuentra fraccionado por proyectos políticos muy
distintos y enfrenta por un lado, a los empresarios de la región oriental que
buscan insertarse en el mercado internacional mediante la exportación de
alimentos y energéticos y por otro lado, a la población indígena, los cocaleros
y los sindicatos. Los prefectos opositores reclamaban que se les devolvieran los
cientos de millones de dólares de regalías petroleras que el gobierno usaba para
pagar un bono vitalicio a los jubilados, se oponían a la reforma constitucional
porque argumentaban que solo servía para la reelección de Evo Morales,
pretendían mejorar sus autonomías departamentales para controlar los impuestos,
a educación y la seguridad y se oponían a la política gubernamental con respecto
al cultivo de la coca exigiendo un mayor control del
narcotráfico.
Ante la
complicada situación que vivía la República de Bolivia donde se encontraba
amenazada la integridad territorial de un país de América del Sur, los países de
la UNASUR, llamaron a retomar el diálogo para solucionar los problemas dentro
del marco de la democracia.
En el
2009, los norteamericanos habían firmado un convenio con Colombia el principal
país aliado en la región por el cual se le otorgaban bases colombianas para la
presencia de militares estadounidenses que supuestamente venían a combatir al
narcotráfico y al terrorismo. En una reunión realizada en Argentina, los
mandatarios de la UNASUR se obligaron a “fortalecer a Suramérica como zona de
paz, comprometiéndonos a establecer un mecanismo de confianza mutua en materia
de defensa y seguridad, sosteniendo nuestra decisión de abstenernos de recurrir
a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial de otro
Estado de la UNASUR”. Además, ratificaron su “compromiso de fortalecer la lucha
y cooperación contra el terrorismo y la delincuencia transnacional organizada y
sus delitos conexos: el narcotráfico, el tráfico de armas pequeñas y ligeras,
así como el rechazo a la presencia o acción de grupos armados al margen de la
ley”.
Con la
UNASUR, los gobiernos vuelven a tener mayor preponderancia en la integración,
pero la misma no es estrictamente económica, sino que el diálogo político es una
de sus mayores fortalezas para solucionar los problemas
regionales.
Summary.
The Union of South American Nations (UNASUR) formed by Argentina,
Brazil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Peru, Suriname, Uruguay and
Venezuela signed the Treaty Establishing in Brasilia on 23 May 2008. The Treaty
should be confirmed by nine signatory countries to enter into force.
In its preamble, the Treaty establishing the UNASUR mentioned as
guiding principles the unconditional respect for the sovereignty, territorial
integrity and inviolability of States, the self-determination of peoples,
solidarity, cooperation, peace, democracy, citizen participation, pluralism,
human rights universal, indivisible and interdependent, the reduction of
asymmetries and harmony with nature for a sustainable development.
In the next word will be able to analyze how the UNASUR has become
during the years 2008 and 2009, by a factor of regional political stability to
the interventions that have been done to prevent an escalation of conflicts that
are presented to both within countries and between countries border.
The prompt response and diplomatic policy has meant a great aid to
those countries at the same time that embodies an international letter of very
important presentation to sit down and negotiate with the major powers. The work
considers that the new venture is a geopolitical bet brazilian but with
objectives that cross the border regional, to achieve goals at the international
level with south american voice itself.
The region was concerned by what has happened
with the Colombian attack on a FARC camp in Ecuadorian territory. On 1 March
2008, Colombian troops attacked by air and ground to a camp of the FARC that was
in Ecuadorian territory, resulting in several deaths in the FARC as a
correlative and the breakdown in relations between Quito and Bogota. UNASUR
intervened to defuse the situation and for diplomatic relations to be restored
again.
At the end of 2008, there was a hard fight
between the sides in which Bolivia is divided. The country is fractionated by
very different political projects and faces on the one hand, to entrepreneurs in
the eastern region seeking be inserted in the international market through the
export of food and energy, and on the other hand, the indigenous population, the
coca growers and the trade unions. The prefects opponents they claimed to return
the hundreds of millions of dollars in oil royalties that the government used to
pay for a bond for life to retirees, were opposed to the constitutional reform
because they argued that only served to the election of Evo Morales, aimed at
improving their departmental autonomy to control taxes, education and security
and is opposed to government policy with regard to cultivation of coca by
requiring a greater control of drug trafficking.
Given the complex situation that lived the
Republic of Bolivia where he was threatened the territorial integrity of a
country in South America, the countries of the UNASUR, called to resume the
dialog to resolve the problems within the framework of
democracy.
In 2009, the Americans had signed an agreement
with Colombia is the principal ally in the region for which he was granted
Colombian bases for the presence of the US military that allegedly came to
combat drug trafficking and terrorism. In a meeting held in Argentina, the
leaders of the UNASUR is forced to "strengthen to South America as a zone of
peace, striving to establish a mechanism for mutual confidence in defense and
security matters, supporting our decision to refrain from the threat or use of
force against the territorial integrity of another State of the UNASUR". In
addition, ratified their "commitment to strengthen the struggle and cooperation
against terrorism and transnational organized crime and its related offenses:
drug trafficking, trafficking in small arms and light weapons, as well as the
rejection of the presence or actions of armed groups outside the
law".
With the UNASUR, governments are once again to
have greater prominence in the integration, but the same is not purely economic,
but political dialog is one of its greatest strengths to solve regional
problems.
Profesor de la Licenciatura en Relaciones Internacionales,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de
Buenos Aires. El presente trabajo corresponde al proyecto de investigación
“Políticas Exteriores Comparadas de América Latina, Regionalismo y Sistema
Mundial (2005-2009/11)” SECAT-UNICEN.