Red de actores
en el control de la fiebre aftosa
María Cristina Nin
Departamento e Instituto de
Geografía
FCH. UNLPam
Resúmen
El propósito de la presente ponencia es analizar el rol de los actores que intervienen en el control de
la fiebre aftosa.
El mercado internacional de carnes vacunas se caracteriza por la
presencia de restricciones comerciales y sanitarias. Los países importadores han
establecido barreras arancelarias y
para-arancelarias a los efectos de proteger su producción.
El mercado de la carne vacuna se encuentra segmentado, ya que los países
productores se dividen en los que pertenecen al circuito de países libre de
aftosa, y los que padecen de este problema sanitario.
La presencia de este virus en el territorio argentino no es reciente, sin
embargo fue en las dos últimas décadas cuando el Estado argentino invirtió
recursos económicos y organizó una red de actores para controlar y erradicar la enfermedad. Se
trata de identificar y analizar las acciones de los actores sociales
involucrados en la tarea de erradicar la enfermedad en la Provincia de
La
Pampa.
Durante el período 1990-2006, la presencia de aftosa afectó el circuito
productivo de la carne vacuna.
El análisis del circuito implica
la identificación de los actores intervinientes, por ello se estudiará el
rol que los distintos actores sociales tuvieron y tienen en la implementación de
programas y políticas para la erradicación de la aftosa.
Abstract
Actors net in the foot and mouth disease
control.
The
purpose of this paper is to analyze the role of actors who take part in the foot
and mouth disease control.
The
international market of bovine beef is characterized by the presence of health
and commercial restrictions. The importing countries established tariff barriers
and “para-tariff” in order to protect its production.
The
market of bovine beef is segmented, because the producer countries are divided
in those which belong to the circuit of foot and mouth disease-free countries
and those which suffer from this sanitary problem.
The
presence of this virus in the Argentinean territory is not new, however it was
in the last two decades when Argentinean State invested economic resources and
organized a actors net to control and eradicate the disease. This is about
identifying and analyzing the actions of the social actors involved in the task
of eradication of the disease in the Province of La
Pampa.
During
the period 1990-2006, the presence of the foot and mouth disease affected the
productive circuit of bovine beef.
The
analysis of the circuit implies the identification of the intervenient actors,
that is the reason why it will be studied the role that the different social
actors had and has in the implementation of programmes and policies to the
eradication of foot and mouth disease.
El
rol del Estado
En las últimas décadas, la
reforma del Estado, el ajuste económico, la renovación tecnológica son algunos
de los cambios que impone el capitalismo avanzado, a los cuales los países
dependientes no han podido escapar, provocando consecuencias negativas en los
distintos sectores de la economía y por lo tanto en la
población.
La adopción de nuevas tecnologías no ha llegado a todos los sectores al
mismo tiempo. En el caso de la producción de carnes este proceso ha sido más
lento que en la producción agrícola. Ello trajo como consecuencia que la primera
sea menos atrayente y competitiva que la segunda, y por consiguiente se traslade
a suelos marginales. Dentro de la ganadería el sector de la cría ha sido el que
más sufrió estas consecuencias.
El aumento del intercambio comercial junto al fenómeno de la
globalización productiva y los procesos de integración regional en el mundo, son
el escenario de riesgos pero a la vez de
oportunidades indispensables para alcanzar la transformación de la
economía nacional. La competencia y el logro de la máxima eficiencia son
preceptos que priman en la organización de la producción actualmente.
Desde los primeros años del siglo XX, el mercado internacional de carnes
vacunas se caracteriza por la presencia de restricciones comerciales y
sanitarias. Los países importadores han establecido barreras arancelarias y
para-arancelarias a los efectos de proteger su producción y reducir los egresos
de divisas por la importación de carnes vacunas. “Una vez instaladas las
primeras plantas frigoríficas en el país, con amplio predominio de capital
inglés, hacia 1900 la aftosa fue utilizada como determinante de la prohibición
impuesta por el Reino Unido a la importación de ganado en pie proveniente de
la Argentina.
Reabiertos en febrero de 1903 los puertos británicos, en junio
del mismo año se cerraron definitivamente luego de anunciarse nuevos casos de
aftosa” (Azcuy Ameghino, 2007:116). Desde hace más de un siglo, la fiebre aftosa
es un obstáculo para la producción bovina en la Argentina.
El mercado internacional de la carne se encuentra segmentado, ya que los
países productores se dividen entre los que se encuentran en el “circuito libre
de aftosa” y los que por el contrario, padecen de este problema sanitario.
Argentina formó parte del primer circuito por escasos meses, para pasar a
integrar parte del segundo circuito, luego del brote de aftosa del año 2001 y
2006.
Los acontecimientos han demostrado que la enfermedad no se erradica, sólo
se controla. En el ejercicio de
este control, el Estado es sin lugar a dudas, el único responsable, debido a que
son los organismos que de él dependen los encargados de llevar adelante los
controles pertinentes. Responsabilidad que llevará a que la producción argentina
pueda crecer y mejorar su calidad o se retraiga perjudicando la economía del país y de miles de productores, que
con sus acciones contribuyen a que el Estado tenga éxito en sus
políticas.
En el presente estudio, el análisis de las condiciones que posibilitan la
complementariedad y la cooperación efectivas entre el Estado y la sociedad
civil, entre los sectores público y privado permite comprender las relaciones Estado-sociedad en los
procesos de puesta en práctica de acciones concretas para resolver el problema
de la fiebre aftosa en los rodeos de ganado.
Instituciones y
sujetos intervinientes
La
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación,
área que depende del Ministerio de Economía y Producción de la Nación, a través del SENASA
(Servicio de Sanidad Animal) ha ideado una estructura organizativa que lleva
adelante las tareas del programa de lucha contra la fiebre aftosa, donde el
Estado y el sector privado actúan en forma coordinada.
Respecto al Senasa,
organismo sanitario nacional, funciona descentralizado dependiente de
la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos
(Sagpya), se encarga de ejecutar las políticas nacionales en materia de sanidad
y calidad animal y vegetal y verificar el cumplimiento de la normativa vigente
en la materia. Este organismo planifica, organiza y ejecuta programas y planes
específicos que reglamentan la producción, orientándola hacia la obtención de
alimentos inocuos para el consumo humano y animal. Entre otras, las acciones del
Senasa son: prevenir, diagnosticar, controlar y erradicar las enfermedades de
los animales y las de origen animal, transmisibles al hombre, así como las
plagas y enfermedades que afecten a los vegetales, instrumentando y promoviendo
la acción sanitaria y fitosanitaria en todo el territorio nacional; emite
certificaciones que correspondan, tanto en el ámbito nacional como en lo
referente a exportaciones e importaciones; establece zonas y fronteras
epidemiológicas cuando lo requiera la salvaguarda del patrimonio sanitario
animal o vegetal, aplicando las medidas necesarias; adopta y ejecuta las medidas
técnicas apropiadas, inclusive el sacrificio de animales y destrucción de
vegetales, para salvaguardad el patrimonio sanitario animal y vegetal.
El supervisor de
la Oficina Regional
La Pampa - San
Luis del SENASA explica que…
“La tarea específica del organismo es la
de controlar y la de realizar
auditorías respecto a la sanidad animal. En 2007 se regionalizó y con
esta medida se descentralizaron las acciones. Cada provincia es la responsable
de aplicar el plan de control de aftosa. En La Pampa existen 24 fundaciones o entes de
aplicación de las vacunas. Entre los objetivos de la Oficina Regional está el de
transformarse en un organismo más abierto, para continuar trabajando en conjunto
con el gobierno provincial, las fundaciones, los productores y la Facultad para lograr
ámbitos de capacitación permanentes.” (A. S.).
Esta estructura participativa está conformada por CONALFA (Comisión
Nacional de Lucha contra la
Fiebre Aftosa) (ley 24305), COPROSAS (ley
23899) y Entes Sanitarios de lucha contra la
Fiebre Aftosa (ley
24305).
Los entes sanitarios constituirán la base de ejecución del programa a
nivel local, su actuación es oficializada por el SENASA. En el caso de
La Pampa están
representados por las fundaciones y la sociedad rural.
Las primeras se encuentran ubicadas en las cabeceras de Departamento en
la Zona este de
la
Provincia, en el oeste una misma fundación se encarga de
organizar dos Departamentos. Respondiendo este nivel organizativo a la
existencia ganadera de cada área.
En el orden provincial se procura el establecimiento de asociaciones de
segundo grado que agrupan a los entes, éstas son las interlocutoras de los
aspectos operativos del programa. Con respecto al funcionamiento de esta
estructura,
“La COPROSA, Comisión
Provincial de Sanidad Animal, está integrada por el sector público y privado. En
ella participan representantes de los productores a través de diferentes
entidades como la Sociedad Rural,
Federación Agraria, Asociación Agrícola Ganadera; por el sector público
participa el INTA, SENASA, la
Dirección de Agricultura y Ganadería (el presidente de COPROSA
es el Director de Agricultura y
Ganadería), el sector académico esta representado por la Facultad de Ciencias Veterinarias y
los profesionales veterinarios con la participación del Colegio que los
agrupa.
Se realizan reuniones
periódicas en las cuales se conversan problemáticas relacionadas con la sanidad
animal, se plantean problemáticas que puedan solucionarse. Se discuten se
proponen ideas y se consensúan las políticas a
implementar.
En la última
reunión se solicitó la modificación del calendario de vacunaciones. Se planteó
la dificultad de vacunar durante el período de destete, entonces se propuso el
calendario de vacunación en los
períodos de mayo - junio y diciembre - enero” (P. G.).
Los Entes Sanitarios realizan tareas referidas a vacunación, registro del
RENSPA (registro nacional sanitario de productores agropecuarios), vacunación
antibrucélica, identificación, vigilancia epidemiológica y control de
movimientos de ganado, incluyendo la emisión de proyectos de
certificaciones.
Las Fundaciones y la Sociedad Rural están
organizadas con un coordinador (profesional médico veterinario) y son
responsables del control y la
vacunación de la hacienda, la que es realizada por vacunadores asignados por
cada coordinador cuando los productores solicitan el turno de
vacunación.
Las vacunaciones, a partir
del brote en el año 2001, son realizadas por profesionales veterinarios, en la
mayoría de los casos, en otros la
ejecuta personal idóneo; antes de
2001 eran realizadas por personal no profesional capacitado para ello.
“En el Departamento
Capital todos los vacunadores son Médicos Veterinarios excepto uno. Las dosis se
compran de manera directa al Laboratorio Biogénesis, que es el único proveedor
de la misma en este Departamento. El responsable técnico de la Fundación Capital
para la Sanidad
Animal (FUNCAP) se encarga de distribuir las dosis a los
vacunadores de acuerdo a la solicitud de los productores. El costo de la vacuna
incluyendo el costo operativo es de $ 2,20. La FUNCAP está integrada por una comisión
directiva formada por cuatro miembros de la Asociación
Agrícola Ganadera y cuatro miembros de la Cooperativa mixta
agrícola ganadera de Anguil; y por una comisión técnica formada por
profesionales representantes de la Facultad de Agronomía , del Colegio de Veterinarios, del Senasa, de
la dirección General de Agricultura y Ganadería, del INTA, de la Asociación
Agrícola de Santa Rosa y de la Cooperativa mixta de Anguil”( D.
D.)
Se puede vincular estas redes de organización con lo planteado por
Coleman (1990), quien considera que el conjunto de jugadores o las formas de
interacción social se pueden denominar estructura social (Clemens, 2001). Según
el análisis de Clemens, “el entorno institucional local puede ser definido como
la estructura social local dentro de la cual circula una diversidad de reglas.
Tanto la estructura como las reglas pueden ser caracterizadas por diferentes
niveles de formalidad; desde organizaciones formales y leyes, hasta relaciones
de amistad y normas de comportamiento” (Clemens, 2001).
En la problemática que se analiza en esta tesis, se puede ver reflejado
el surgimiento de reglas impuestas desde el Estado ante la imposibilidad de
exportar carnes, una materia prima que ocupa un lugar primordial en el producto
bruto de nuestro país y de la provincia de La Pampa. No obstante la imposición
“desde arriba” del conjunto de normas y reglamentaciones para poder
comercializar carnes, los productores aceptaron las normas y se apropiaron de
ellas, institucionalizándolas y cumpliéndolas. Esta integración de los
productores a la estructura institucional ha generado el surgimiento, a mi modo
de ver, de un capital social, que se constituyó en un recurso productivo vital
para la superación de este problema. Entendiendo el concepto de capital social
como “..el conjunto de normas, instituciones y organizaciones que promueven la
confianza y la cooperación, aunque sin olvidar que el capital social debe
ser entendido también como
capacidad organizativa, madurez emocional y psicológica, salud física y aptitud
social para el desarrollo moral, estético y personal” ( Caravaca Barroso,
Gonzalez Romero, Pérez, 2006:142). En el abordaje de la problemática de la
fiebre aftosa, las prácticas implementadas y la formación de conciencia
constituyen las condiciones culturales en las que tienen lugar los procesos
económicos y están vinculados directamente a los resultados
obtenidos.
Los productores como
protagonistas
Los productores
entrevistados, manifiestan no tener
objeción en la continuidad de la aplicación de la vacuna antiaftosa. La vacuna
se aplica dos veces al año, tiene un costo de dos pesos con treinta centavos por
animal (incluido el costo del médico veterinario vacunador).
Entre los productores se observa una actitud de naturalidad ante el
procedimiento de la vacunación y no se visualiza ninguna resistencia a
implementarla.
Así comenta un médico
veterinario del Departamento Capital la relación
productor-vacunación;
“¿Cuando Vacunamos?
Pedime turno, me dicen los productores que son clientes y saben que también
realizo ese trabajo. Saben que es algo que hay que hacer porque si no, no pueden
mover hacienda” (G.L).
El mismo consiste en solicitar el turno a la fundación correspondiente al
Departamento; el que es otorgado por un coordinador, con fecha y horario
precisos. Luego que se concreta la misma, se realiza un acta la cual es firmada
por el propietario o encargado del establecimiento donde se vacunaron los
animales. El veterinario entrega dicha acta en la Fundación correspondiente (ver
Formulario de Acta en página 60). El productor debe abonar en ese lugar el costo de la vacuna más el operativo;
luego entrega la certificación en SENASA, con este trámite se da por finalizadas
las exigencias sanitarias.
Foto Nº
1
Vacunación de un
rodeo bovino

Fuente:
Cuadernillo de Actualización Técnica para Veterinarios. Biogénesis-Bagó
2008.
Figura Nº
1

De lo expuesto hasta aquí se puede afirmar que las acciones coordinadas
por el Estado Nacional con los diferentes actores (públicos, privados,
productores, profesionales) son posibles y también necesarias. A partir de esta
experiencia está instalada la capacidad de trabajo en forma conjunta y recursos
humanos formados para concretar
diversas acciones en pos de mejorar la producción de carne bovina.
Es importante revalorizar el trabajo diario de los productores en la
lucha para controlar la aftosa en los rodeos vacunos argentinos. Así relata un
Ingeniero Agrónomo las dificultades de este trabajo…
“Indudablemente hay
que continuar con el control. Sería conveniente que se realice una sola
vacunación al año y que las fechas estuvieran pensadas de acuerdo a las épocas
de pariciones. Por que es difícil juntar las vacas con ternero en pie sobre todo
en las zonas de monte ya que este procedimiento se realiza cortando el agua. Lo
ideal sería llegar a una sola vacunación al año para hacer un solo movimiento de
hacienda al año. En los campos limpios no es tan complicado”. (R. S)
.
El precio de la carne se encuentra por estos días en la tapa de todos los
periódicos y en el comentario de toda la sociedad. Lo que aparenta haber quedado
olvidado es la crisis sanitaria que se atravesó en distintos períodos y que cerró los mercados
internacionales.
Las medidas que pretendieron mejorar la situación sanitaria de los rodeos
bovinos argentinos y que por consiguiente colocaban al país en el
status sanitario del circuito de países libre de la enfermedad aftosa; quedaron
desdibujadas frente a medidas coyunturales. Medidas como el cierre a las
exportaciones, acuerdos de precios, imposición de precios referenciales. Esta
situación agrega incertidumbre y desaliento a los productores ganaderos. En
relación con la planificación de políticas, un dirigente rural sostiene que…
“El Estado debe
pensar y planificar políticas ganaderas a largo plazo. Políticas públicas que
apunten a mejorar la productividad y la sanidad animal. Que sean consensuadas
entre todos los sectores, público y productivos, que se piensen para que no
ganen los más poderosos del sector.
Respecto al control
de la aftosa lo más negativo fue levantar la vacunación en el gobierno de Menem.
Se deben continuar las dos vacunaciones anuales y aprovechar y valorar la
concientización que lograron los productores de vacunar y aplicar el plan de
control de esa enfermedad” (U. F)
El Estado ha sido el promotor y ejecutor del control sanitario en la
lucha contra la fiebre aftosa. El éxito de esta política, planificada para
insertar a las carnes argentinas en el mercado internacional sin ninguna
restricción, fue y es sostenido por el accionar de los productores. Ellos fueron
y son protagonistas del control sanitario, mediante su trabajo diario y
responsabilidad en el cumplimiento de las normativas propuestas por el Estado.
Dedicar un capítulo a los productores, teniendo en cuenta sus vivencias y
perspectivas es de suma importancia para culminar el análisis propuesto en la
presente tesis.
Es importante aclarar que para este estudio no se tiene en cuenta la
tipología de productores, si son pequeños, medianos o grandes. Sin embargo,
conviene realizar una lectura de datos que proporcionen una idea respecto a la cantidad de
explotaciones y productores que conforman el área de
estudio.
Según el Censo Nacional Agropecuario 2002, existen en el Departamento
Capital 361 EAPs. Al respecto, M. Labey
(2007) compara los datos intercensales de la escala de extensión de las
explotaciones agropecuarias para el departamento Capital, “(…) entre 1.969 y
1.988 desaparecen las unidades de hasta 25 has. y para el Censo Nacional
Agropecuario 2.002 hay 5. En las EAPs de 25 a 100 has. hay una considerable
disminución, de 73 existentes en el departamento para 1969, quedan 45 en 1.988 y
26 en 2.002, es decir aproximadamente un 65% menos EAPs de estas dimensiones. En
las explotaciones de hasta 200has. se pasa de 95 a 70 y 53 en los tres censos
analizados. Entre 1.969 y 2.002 disminuyen de 230 a 217 el número de EAPs con
superficies que tienen entre 200 y 1.000 has. en el departamento en estudio. En
relación a las extensiones superiores a 2500 has., aumentan el número de
unidades, incluso se registran tres (3) unidades de explotación con más de
10.000
hectáreas para 1.988, mientras que en 1.969 no se
registraban explotaciones de esta escala productiva” (Labey M, 2007:129).
De acuerdo a los datos del año 2007 que proporciona el Registro Nacional
Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), existen en el Departamento
Capital 430 unidades productivas. Estos datos nos indican que se pueden
considerar productores no solo a los propietarios de tierras sino a todos
aquellos que realizan una actividad productiva, en este caso la ganadería
bovina. La actividad puede estar emprendida por propietarios, arrendatarios o
personas que adquieren ganado y lo entregan a capitalizar. También chacareros
que nacieron en el campo y continúan con la actividad, productores que no
residen en la zona rural pero se desplazan periódicamente a su establecimiento
para realizar las tareas agropecuarias; nuevos sujetos rurales, considerados
como tales aquellos que se iniciaron en la actividad agropecuaria en los últimos
veinte años pero cuya procedencia no es del sector.
Siguiendo las palabras de Miguens (2007) “Durante los últimos cincuenta
años, el sector productor se ha agrupado en cada una de las zonas del país, en
las llamadas Comisiones Locales de Sanidad Animal, que colaboran con los
representantes del sector sanitario oficial en acciones de diagnóstico temprano
de las enfermedades, en particular la fiebre aftosa, y de seguimiento de las
campañas de vacunación contra esta enfermedad, entre otras enfermedades del
ganado (…)” (Miguens, 2007:480).
La participación activa de los productores en las acciones de aplicación
de vacunas a los rodeos es uno de los factores de éxito en la lucha por el
control de la aftosa. Son los productores los que asumen el costo de la
aplicación de la vacuna contra la fiebre aftosa con adyuvante oleoso que se
aplica semestralmente.
A través de los años, los productores han transformado sus prácticas
profesionales y han tomado como parte de su cultura de trabajo las ventajas de
la prevención de las enfermedades mediante la vacunación, por sobre medidas curativas, muchas veces más
costosas de implementar y a veces poco eficaces. De este modo expresan los
productores entrevistados sus prácticas y sus ideas respecto a la
vacunación…
“Vacunar, está muy
bien, es la única manera de seguir teniendo status para exportar” (F. C).
“Ahora vacuna todo el
mundo, este es un plan funcional” (C. D).
“No hay dudas, cuando
es la época de vacunación, hay que solicitar turno, sino después no podes mover
hacienda” (L. R).
“Cuando se puede
pedimos que venga a vacunar nuestro veterinario, y aprovechamos para hacer otros
trabajos” (A. F).
Durante todo el proceso de control y lucha por erradicar la enfermedad,
los productores ganaderos, trabajan con el asesoramiento profesional de los
médicos veterinarios y del Servicio Sanitario Oficial. Sin esta relación
trialéctica no serían posibles las acciones sanitarias
preventivas.
“Las políticas sociales deberían capitalizar los recursos humanos y
materiales en acciones concertadas que comprometan al conjunto del tejido social
local. La localización de las políticas sociales no termina con las reformas
institucionales descentralizadoras; es necesario que existan sujetos-actores
capaces de llevar a cabo una
verdadera cogestión de las políticas sociales” (Arocena,
1995:115).
Para dar cuenta de esta acción conjunta, la experiencia de un veterinario
es ilustrativa…
“Llegué al
establecimiento, los animales estaban encerrados, cuando empezaron a pasar por
la manga observé exceso de baba, un olor a descomposición que es característico
de la enfermedad. Se examinaron más animales en el yugo. Se suspendió el trabajo
que habíamos planificado realizar. Inmediatamente le dije al productor que tenía
que informar a la fundación y no se
opuso. Luego del alerta, personal
del Senasa visita el establecimiento y procede a tomar muestras para el
diagnóstico definitivo” (G. L).
El jefe técnico de la Fundación Capital
(FUNCAP) explica el proceso de denuncia de los casos de aftosa de la siguiente
manera;
“Una vez que el
veterinario o productor denuncian la presencia de aftosa y senasa la confirma,
se interdicta el campo. La hacienda n se puede mover, se vacuna todo el ganado
de esa propiedad y se realiza un anillo alrededor del mismo para proceder a
vacunar también” (D. D).
En el estudio realizado, los productores entrevistados y los productores
en general, se comportaron como sujetos cogestores de las políticas propuestas
por el Estado. Sin la participación activa de los principales actores del primer
eslabón del circuito productivo de la carne, el control de la enfermedad no
sería posible. De hecho en los momentos que ese control se debilitó, fue debido al
incorrecto accionar de más de un responsable en la cadena de producción y
comercialización.
Reflexiones
finales
A partir del estudio de
diferentes fuentes y documentos oficiales se abordó el rol de los diferentes
actores que intervienen en el primer eslabón del circuito de la ganadería en la
provincia de La Pampa.
El análisis de la información y las entrevistas realizadas con
productores, agentes sanitarios y técnicos
responsables en el control de la aftosa permite construir el estado de
situación del circuito de la ganadería y su status sanitario.
Las medidas nacionales como la limitación a las exportaciones de carne,
perjudican al sector ganadero. En tanto, a nivel provincial se visualizan
perspectivas de un trabajo conjunto entre el sector oficial y el productivo. El
plan de activación ganadera que impulsa el estado provincial es un intento que
procura dinamizar el sector ganadero ya que involucra a todos los actores de la
cadena productiva y de comercialización de la carne.
El precio de la carne se
encuentra por estos días en la tapa de los periódicos y en el comentario de toda
la sociedad. Lo que aparenta haber quedado olvidado es la crisis sanitaria que
se atravesó en distintos períodos y que
cerró los mercados internacionales. Las medidas que pretendieron mejorar
la situación sanitaria de los rodeos bovinos argentinos y que por consiguiente, colocaban al país en el
status sanitario del circuito de países libre de la enfermedad aftosa, quedaron
desdibujadas frente a medidas coyunturales. Medidas como el cierre a las
exportaciones, acuerdos de precios, imposición de precios referenciales agregan
incertidumbre y desaliento a los productores ganaderos.
Productores que fueron y siguen siendo los verdaderos protagonistas del
control sanitario, siendo el Estado el promotor y auditor de dicho proceso, se
encuentran desprotegidos, ante las nuevas medidas implementadas desde
2006 a
la fecha. Por lo tanto, en este contexto es el propio Estado el que desaprovecha
el esfuerzo sanitario realizado por todos los actores de la producción bovina y
desconoce la red de instituciones y actores que él mismo organizó y puso en
funcionamiento.
La producción ganadera es un negocio a largo plazo, requiere de inversión
en pasturas, control sanitario, planificación del manejo reproductivo,
asesoramiento de profesionales. Para que este circuito funcione adecuadamente
necesita medidas estructurales, que aseguren cierta estabilidad a los
productores. Para ello, y luego de lo expuesto en las líneas precedentes,
considero que el rol del Estado es vital como promotor del mejoramiento de
instituciones como SENASA, INTA y la red de instituciones y asociaciones que
trabajan en el control de la aftosa, así como es responsable de la
implementación de planes de largo plazo.
La importancia que la producción ganadera tiene para la economía y como
fuente de trabajo en Argentina y en La Pampa, favorecida por la creciente
demanda externa, muestra la necesidad de que se investigue y divulgue el
funcionamiento de este circuito de producción. Este trabajo y la investigación
en la cual se encuadra, pretenden ser un aporte para que se conozca y analice la
organización de los productores en torno al control sanitario de los rodeos y la
relevancia de las tareas coordinadas entre el Estado y los
productores.
Esta ponencia tiene
la intención de revalorizar el trabajo diario de los productores en la lucha
para controlar la aftosa en los rodeos vacunos argentinos. Sostener en el tiempo la vacunación de
los rodeos garantiza a la
Argentina el aumento de las exportaciones y la apertura de
mercados nuevos.
La geografía, como
ciencia social, explica o intenta explicar fenómenos o problemas que atañen a la
sociedad. Las relaciones sociales que se generan bajo el actual sistema
económico mundial constituyen procesos de cambio. En este trabajo se analizan
las relaciones globales, estatales y locales que surgieron a partir de las
normas que regulan el comercio internacional de carnes
bovinas.
Las exigencias del
mercado internacional, las leyes de dicho mercado y el marco jurídico
internacional y nacional, establecieron una red de relaciones de escala global,
nacional y local, cuyos actores estatales o privados, individuales o
institucionales, tejieron una trama de relaciones que atraviesan el campo de la
gestión, la tecnología, el consumo y la vida cotidiana de los productores de
ganado bovino.
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