LA TERRITORIALIZACIÓN
DE LAS
ACCIONES DEL ESTADO EN VIVIENDA SOCIAL. EL CASO DE LA CIUDAD DE BAHÍA BLANCA EN LA ÚLTIMA
DÉCADA
Eduardo
J. Gárriz
Nidia Formiga
Departamento de Geografía y
Turismo – Universidad Nacional del Sur - Argentina
Resumen
El trabajo está relacionado con la investigación de
las áreas residenciales en el sector Sur-Oeste de Bahía Blanca,
ciudad media localizada en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires,
Argentina, y en la incidencia
de las políticas habitacionales que han
reforzado la estructura física y social del área.
Se
focaliza en las políticas habitacionales, a través de las acciones
llevadas a cabo por el Estado, con el propósito de resolver problemas de déficit
habitacional, entre los que se destacan situaciones de conflicto surgidas de las
ocupaciones ilegales de tierra. Sin embargo, los diversos programas y proyectos
no alcanzaron a producir una transformación significativa en el hábitat y
una solución al déficit habitacional.
Abstract
The
work is related with an investigation of the residential areas in the South-West
sector of Bahía
Blanca, medium size city located in the Southwest of the
Province of Buenos Aires, Argentina, and how the housing policies have
reinforced the social and physical structure of this area.
The
focus is the housing policies, through the actions of the State, with the
purpose of solving problems of housing deficit, among those arisen conflicting
situations of the illegal occupations. However, the diverse programs and
projects didn't reach a significant transformation in the habitat and a solution
to the housing deficit.
La ciudad, como
producto social, se manifiesta en diferentes paisajes a través de diversas
materialidades, las cuales surgen como marcas indivisibles de las diversas
formas de habitar de sus habitantes, siendo su resultado un espacio fragmentado,
diversificado y segregador que pone en evidencia las diferencias y distancias
sociales entre sus habitantes. Pero por detrás de estas formas y su significado
en el imaginario individual y colectivo,
es importante destacar la diversidad de actores que intervienen en la
construcción de las ciudad, sus acciones que marcan la forma en que se
materializa y como se entrelazan
con el contexto general, que permite distinguir que los mismos actores no
actúan en la misma forma ante diversos contextos.
El interés central
del trabajo es resaltar la acción del Estado en los últimos años, asumiendo un
rol principal mediante acciones de regulación y la ejecución de políticas
públicas vinculadas con la construcción de vivienda.
El propósito es
destacar la magnitud de las intervenciones, el tipo de participación, los
sectores beneficiados, los tipos de viviendas construidas y el impacto que ha
tenido en los distintos sectores de
la ciudad, lo que podríamos
destacar como la espacialización de las acciones del Estado con relación a la
vivienda. En este contexto el
Estado ha participado ó participa no sólo desde lo económico como financiador de
la vivienda, sino también elaborando normativas y marcos regulatorios que han
solucionado problemas en cuanto a regularización dominial y mejoras urbanas que reestructuran tanto
la morfología de ciertos espacios como
la producción social del hábitat.
En los 90, se destaca
en el contexto de condiciones restrictivas, la “incipiente diversificación de
los lineamientos de políticas dirigidas a los grupos de menores ingresos, siendo
las mas significativas, las políticas ex post enfocadas a la regularización
dominial” (Rodríguez, 2007:
58)
Superada la crisis
del 2001, “En el sector habitacional, en este contexto, se generó un brusco giro
re-centralizador, orientado a paliar la grave crisis económica y financiera...
Las políticas habitacionales y de infraestructura urbana y territoriales se
concentran en un área clave con nivel ministerial, manteniendo así estas
inversiones como motor de las políticas de empleo y contención social. De este
modo, nuevamente se otorga un rol central a la obra pública. La producción de
vivienda se contextualiza como un eslabón de esa cadena” (Ibíd.: 63), asumiendo
importancia creciente el gobierno nacional a través de la Subsecretaría de Desarrollo
Urbano y Vivienda, dependiente de la Secretaría de Obras Públicas del
Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de
la
Nación.
Bahía
Blanca, ciudad intermedia localizada en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires ha
evidenciado cambios importantes en su estructura económica, en relación con los
procesos nacionales y globales, que implican la incorporación de agentes y
actividades cuyas acciones se
desarrollan en el ámbito internacional, con significativa incidencia en la
organización del territorio.
Dentro
de ese contexto, la problemática habitacional correspondiente a los hogares de
menores recursos permanece como asunto pendiente en la agenda de la gestión
local, con limitados avances en la última década y propuestas que no logran concretarse.
Estas iniciativas se concentran en un sector de la ciudad cuyos rasgos
morfológicos y condiciones del sitio, son los menos atractivos y con menores
condiciones para constituir un hábitat adecuado y que permita una adecuada
integración a la trama urbana consolidada, así como el acceso a los servicios
urbanos.
Las
configuraciones territoriales son resultado de la espacialización de las
acciones que han conformado un territorio diferenciado funcional y
morfológicamente. Hay diferencias significativas en la estructuración del
territorio, que se hace más patente y ostensible en lo residencial, que ha
determinado una fragmentación notoria entre, especialmente, los grupos situados
en los extremos de la escala social.
Gran
parte del hábitat popular del sur-oeste marginal es producto de la acción del
Estado- directa o indirectamente- a partir de los emprendimientos habitacionales
para vivienda social.
El
resultado es un hábitat de baja calificación, con grandes limitaciones. Tiene
que ver con las condiciones del sitio donde se asienta la ciudad y los rasgos de
las áreas ocupadas en cada caso particular.
El
sector alto, sobre la terraza o “lomas”, de mejor calidad ambiental y
paisajística, es ocupada por las áreas residenciales de prestigio, un eje
dinámico de expansión de actividades y servicios especializados modernos. La
planicie donde se desarrolla la mayor proporción de la trama consolidada
presenta adecuadas condiciones físicas de habitabilidad, de drenaje, etc. En
este sector se concentran las actividades centrales tradicionales, con adecuada
provisión de infraestructura y equipamiento, así como la mayor
accesibilidad.
Hacia
la franja costera es donde se encuentran las áreas con condiciones más
desfavorables para el habitar y es el sector de menor calidad ambiental, en
cuanto a recursos naturales, ya que se trata de suelos muy bajos y salinizados,
propensos a inundaciones, próximos al complejo portuario industrial moderno y
globalizado.
Es
por ello que también recibe más directa e inmediata los efectos contaminantes de
las industrias petroquímicas. En
este sector donde se acumulan las negatividades, es también donde se localiza la
mayor proporción de asentamientos carenciados y también de los próximos
conjuntos habitacionales, derivados de planes nacionales de la política de
vivienda en ejecución.
En el espacio
bahiense se destaca el sector sur-oeste en el que se concentran las
desigualdades, las carencias y la marginalidad, social y ambiental (Figura 1). Y
es en este sector donde se registran importantes intervenciones, debido a que es
allí donde también se localiza una amplia disponibilidad de tierras del Estado,
destinadas a programas de vivienda social. Desde hace algo más de una década, se
iniciaron acciones que han
resultado en cambios importantes en ciertas áreas; sin embargo, la situación de
precariedad prevalece en gran parte del sector, ya que los diversos programas y
proyectos no alcanzaron a producir una transformación significativa en el
hábitat. En este contexto, el interés de la ponencia está focalizado en el
estudio de las políticas habitacionales- entendidas de manera general como el
conjunto de decisiones y acciones, directas e indirectas, del sector público en
materia habitacional- a través de
las acciones llevadas a cabo por el Estado y otros agentes, con el propósito de
resolver problemas de déficit habitacional, entre los que se destacan las
situaciones de conflicto surgidas como consecuencia de las ocupaciones ilegales
de tierra.
LAS POLÍTICAS DE
VIVIENDA DE INTERÉS SOCIAL
El accionar del
Estado ha sido variable, según las condiciones socioeconómicas y políticas en
que se registraron sus intervenciones, lo que ha motivado la aplicación de
distintos programas habitacionales, con resultados variables debido a los
cambios en los agentes intervinientes, en los estilos de gestión y las
modificaciones que se introducen durante la ejecución de los emprendimientos.
La actuación del
Estado, a través de la formulación de políticas habitacionales define (mediante
distintas fases: diseño, implementación, seguimiento) diversas formas de
intervención y relación entre ciertos actores, estableciendo mecanismos de
gestión que estructuran roles y relaciones, formas de ejecución y pautas de
localización en la producción del hábitat” (Rodríguez, op. cit.:
23).
Las políticas
habitaciones reflejan la forma de actuar del Estado y en tal sentido “Las
políticas habitacionales no se reducen a la expresión normativa de una presunta
voluntad del Estado, sino que además se manifiestan en un conjunto de toma de
posiciones que reflejan una cierta filosofía política y una concepción sobre el
modo en el que deben resolverse determinadas cuestiones sociales”
(Ibíd.:24)
Siguiendo
a Vinuesa Angulo (2008) se puede decir que “La vivienda como
espacio privado necesario para satisfacer el derecho básico de los ciudadanos a
disponer de un alojamiento digno y adecuado, es el principal configurador del
espacio urbano y el primer consumidor de territorio…”.
Como
se indica en un estudio sobre la situación habitacional en la Provincia de Buenos Aires
para 2001 (SDU-UQ: 2007), tanto la
vivienda como el concepto de
vivienda adecuada y los indicadores utilizados para medir el grado de
satisfacción de las necesidades habitacionales son construcciones sociales. Los
autores hacen referencia a un documento del Comité de Derechos Económicos
Sociales y Culturales en el que se
destacan como aspectos a ser
considerados en cualquier contexto los siguientes:
§
Seguridad
jurídica de la tenencia, en especial frente al riesgo de
desalojo.
§
Disponibilidad
de servicios materiales, facilidades e infraestructura.
§
Gastos
soportables, dentro del presupuesto familiar.
§
Habitabilidad,
considerando el concepto de vivienda saludable.
§
Asequibilidad,
en especial para los hogares de menores recursos.
§
Lugar,
que permita un adecuada accesibilidad y conexión a la trama
urbana
§
Adecuación
cultural de la vivienda, que responda a los valores, necesidades y
requerimientos de los hogares que los habitan.
Se
considera de sumo interés y prioridad tomarlos en consideración, ya que la
vivienda no sólo tiene la función de cobijo sino que, especialmente en los
grupos de menores recursos también se constituye en lugar de trabajo y como
espacio de acumulación, resguardo y manejo de recursos para la
sobrevivencia.
En
el estudio, como síntesis se establece como condiciones que debe reunir la
vivienda:
§
Seguridad
como unidad física: condiciones de estabilidad y durabilidad
estructurales.
§
Saneamiento
y bienestar: disponibilidad de servicios básicos.
§
Independencia
habitacional
§
Seguridad
en la tenencia
§
Accesibilidad
al espacio público y adecuada inserción en el entorno.
§
Adecuadas
condiciones ambientales
La
realidad muestra que “La construcción de la
vivienda colectiva económica, como manifestación experimental del estado, ha
establecido -y aun establece- una relación poco dinámica con los ciudadanos. La
representación ciudadana que ejercen las autoridades se invierte cuando el
estado prefigura de modo representativo la forma de vida de sus ciudadanos en un
formato común para todos.”(Diéguez y Tella 2008)
A partir de fines de
2004, se destaca la puesta en marcha de Programas Federales, en cuyo marco se han iniciado una serie
de operatorias en todo el país, orientadas en gran parte a la producción masiva
de viviendas llave en mano y a cargo de grandes empresas constructoras.
En la página oficial
se indica que el "Sistema Federal de la Vivienda", establecido en
la Ley Nacional N° 24.464 y promulgada el 27/03/95, fue
creado con el objeto de facilitar las condiciones necesarias para posibilitar a
la población de recursos insuficientes, en forma rápida y eficiente, el acceso a
la vivienda digna, conforme lo previsto en el Art. 14 de la Constitución Nacional.
Este Sistema está integrado por el FO.NA.VI. - Fondo Nacional
de la
Vivienda -, los Organismos Ejecutores Provinciales y de
la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, los cuales son responsables de la
aplicación de la
Ley en sus respectivas jurisdicciones, y el Consejo
Nacional de la Vivienda.
Se indica que se
realizan acciones tendientes al logro de los siguientes objetivos
prioritarios:
- Atender la demanda
habitacional destinada a familias de recursos insuficientes, mejorando la
calidad de vida de los adjudicatarios, facilitando el acceso a una
vivienda.
- Disminuir el déficit
habitacional en las distintas jurisdicciones.
- Promover el desarrollo
tecnológico del sector de la construcción mediante la aplicación de técnicas y
materiales que conduzcan a mejorar la calidad de los productos, con disminución
de tiempos y costos.
- Contribuir a la
generación de empleos directos e indirectos, apoyando el fortalecimiento de las
economías regionales y locales.
En el texto se señala
que los recursos del FO.NA.VI. están destinados a financiar, total o
parcialmente, los emprendimientos que cumplan con el objetivo de la Ley y se ejecutan con la
intervención de los Organismos Ejecutores de vivienda a nivel provincial y de
la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, por acción directa o con la
participación de municipios, comunas o entidades intermedias, siendo su
responsabilidad las de programación, ejecución, control, adjudicación y recupero
de las inversiones realizadas.
Además, en dicho
sitio se indica que, generalmente,
los siguientes emprendimientos, financiados total o parcialmente, se desarrollan
a través de la implementación de diversas líneas de acción, estando facultados
los organismos ejecutores al dictado de normas y reglamentaciones que tiendan al
fiel cumplimiento del destino impuesto por la citada Ley
- Construcción de
viviendas, por acción directa o a través entidades intermedias mediante el
otorgamiento de créditos individuales o mancomunados.
- Otorgamiento de
créditos individuales para la compra, mejoramiento, terminación y/o ampliación
de viviendas.
- Provisión de materiales
y/o mano de obra.
- Desarrollo de programas
de Lotes con Servicios y/o Núcleos Húmedos.
- Ejecución de obras de
urbanización, de infraestructura básica y de equipamientos
comunitarios.
Una síntesis de los
diversos programas en ejecución se
presenta en el esquema siguiente y el desarrollo de los mismos esta disponible
en la página oficial www.vivienda.gov.ar/programas
.html
Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda - FO.NA.VI.
o Programas Federales:
- Fed
REACTIVACIÓN
- Fed SOLIDARIDAD
- Fed
CONSTRUCCIÓN
- Fed MEJOR
VIVIR
o Programas:
- Fed
EMERGENCIA
- PROPASA
- PROMHIB
- PROSOFA
- ROSARIO
HABITAT
- PROMEBA
o Otros
Programas:
- CARITAS
Por lo tanto, como
organismo rector de la política habitacional se encuentra la Subsecretaría de
Desarrollo Urbano y Vivienda, dependiente de la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios de la Nación, que “marca una concepción de
la vivienda como mero objeto físico y de cambio, sin llegar a cuestionar las
causas fundamentales de dicho problema, que pertenecen sin dudas al complejo
campo de los social” (Gargantini, 2005: 100).
Sin embargo, a pesar
de esta oferta, se considera que se carece de una política habitacional adecuada
a las necesidades y capacidades de las familias de escasos recursos, que permita
implementar un proceso de mejoramiento del hábitat popular sustentable y que
permita aprovechar el capital social y humano existente en estos grupos de
la población.
Las diferentes políticas socio-habitacionales (es decir, de
viviendas de interés social, implementadas para grupos de escasos recursos) se
han orientado a la producción de viviendas y no corresponden al concepto de
construcción de hábitat o de servicios habitacionales, según Yunovsky.
En tal sentido se
debería utilizar una definición amplia, como indica Herzer en cuanto a que “se
trata de una vivienda adecuada en un período adecuado como parte de un proceso
colectivo; que sea accesible que se pueda pagar (sea alquiler o compra); que
esté relativamente bien ubicada (que se acceda mediante transporte público), que
tenga comodidades para la familia que la va a habitar; que disponga de
servicios-luz, agua y cloacas, que se construya sobre suelo adecuado, que dé
seguridad y privacidad a la familia y que se adecue culturalmente a sus
necesidades. En pocas palabras que cumpla con los derechos expresados en el
derecho a la vivienda”. (Herzer 2005: 36).
Debido a que, en
general, son financiadas por el Estado, con créditos subsidiados y construidas
por empresas privadas, las viviendas no han respondido adecuadamente a las
necesidades de los hogares destinatarios y no se ha logrado una diversificación
de la oferta, que podría haber incrementado el número de soluciones habitacionales concretadas y lograr una
reducción del déficit.
Una crítica reiterada
se hace a los criterios de selección, para acceder a estos planes, que en muchos casos no son accesibles a
personas con graves problemas de vivienda, por la composición del grupo
familiar, o bien por los requisitos
al demandante, que se orientan más a personas con empleos formales.
Además, la
persistencia en la oferta de viviendas llave en mano no permite el acceso a
otras opciones correspondientes a soluciones progresivas y tecnologías
adecuadas a condiciones locales. En
gran número de casos, las soluciones aportadas corresponden a unidades diseñadas
para otras realidades, con materiales que no responden a las condiciones
ambientales, “concentrando los recursos en modelos que imitan situaciones
ajenas, en muchas ocasiones sin fundamentos técnicos y bajo concepciones
sectoriales del hábitat humano” (Gargantini: 105). Las propuestas técnicas no
toman en consideración las necesidades de sus futuros habitantes, en relación
a las prácticas cotidianas y
actividades económicas desarrolladas en el ámbito
familiar.
Las nuevas viviendas
diseñadas para los actuales programas, responden a tipologías únicas para la
construcción de unidades habitacionales a escala nacional. Estos prototipos se
conforman sobre una estructura de 44 m2, aproximadamente, y cuentan con
dos dormitorios, baño, cocina y estar-comedor. Lo más saliente es que los
beneficiarios no tienen poder de elección, ni tampoco se trabaja con técnicos
que podrían aportar proyectos consensuados, para establecer una relación “más
amigable” entre habitantes y viviendas, como elemento básico del
hábitat.
Es así que “en este
contexto de pobreza, no se plantean elementos de diseño. Como si la pobreza por
ingresos fuera universalizable, extensible y homologable a todos los planos de
la existencia y los arquitectos populares no pudieran ejercer la práctica del
diseño, como parte de la transformación de las condiciones de vida con los
grupos de mas bajos ingresos”. (Rodríguez et al:
2007:108-109).
Siguiendo a Lombardo
(2007), se considera que en la producción social del espacio urbano el proceso
de espacialización se realiza a través de:
§
la calificación del
espacio –referida a la provisión de infraestructura, equipamiento y servicios, a
las distintas áreas de la ciudad.
§
La valorización del
territorio – los precios del suelo, de los edificios y sus modificaciones según
la calificación de las distintas zonas de la ciudad para las diversas funciones
urbanas –
§
La diferenciación
espacial – las diversas cualidades que las distintas zonas y lugares urbanos
presentan entre si.
Complementando lo
anterior en cuanto a la idea de producción de hábitat deberían tenerse en cuenta
los siguientes aspectos: (Herzer op. cit: 37)
a)
Seguridad de la
tenencia:
b)
Creación de un
ambiente sostenible
c)
Desarrollo de
instrumentos financieros adecuados
d)
Participación,
valoración de las necesidades y recursos de los grupos atendidos
e)
Integración social y
mejoramiento urbano-mejoramiento barrial
CAMBIOS EN LOS
INICIOS DEL SIGLO XXI
De acuerdo a
información obtenida, para Bahía Blanca se
encuentran asignadas, dentro de los Programas Federales, un total aproximado a
las 4.230 viviendas. Según anunció el Intendente Breitenstein, ‘el plazo para la
construcción de las viviendas fue estimado en tres años, 1200 corresponden
directamente al municipio y 3000 fueron gestionadas con instituciones, también
con la necesaria participación de la comuna’. En ese momento, el
jefe comunal destacó que ‘se hizo en su momento una convocatoria a aquellas
instituciones que estuvieran dentro de los requisitos del Plan Federal, las que
tenían terrenos los aportaron, las que no trataron de conseguirlos, y también
existieron muchas que no pudieron cumplir las pautas establecidas’. Estimó que
en 60 días se comenzaría el proceso de licitación, de 180 o 200 viviendas por
mes y se esperaba en ese año avanzar en un porcentaje importante de las
adjudicadas para el municipio. Finalmente, Breitenstein aclaró que ‘para no
generar expectativas, es importante destacar que hemos decidido no llamar a
ninguna inscripción’. Según se indica en la nota, se asignaron a Bahía Blanca
4.233 viviendas, con un monto de aproximadamente 300 millones de pesos. Se
indica en la nota que la Municipalidad construirá 1219 unidades en Loma
Paraguaya y Villa Rosas y las 3014 restantes serán destinadas a entidades
intermedias de la ciudad.
Las unidades
habitacionales a construir, serán de dos dormitorios. En planta baja con una
superficie de 55,70
m2, y dúplex de 60,18 m2.
Considerando el
tiempo transcurrido y los periodos proyectados, todavía es muy escaso el nivel
de materialización de las acciones. “Desde la implementación del denominado Plan
Federal de Viviendas en nuestro país, Bahía Blanca ha sido una de las ciudades
que más dificultades ha encontrado para concretar complejos habitacionales
dentro de los lineamientos de esta operatoria, al punto que, en determinados
momentos, dirigentes políticos de primer nivel no dudaron en señalar que
era ‘la única ciudad del interior
sin estas obras’.” (LNP 30/12/07).
Un nuevo impulso y
perspectivas de cambio importantes se perfilan a partir de abril de 2007, a nivel local. Para responder a
estas nuevas responsabilidades de la gestión municipal, por Decreto 355/07, se
establece el Instituto Municipal de Vivienda, Tierra y Hábitat, con el objetivo
general de llevar adelante la aplicación de las políticas de vivienda, tierra y
hábitat de este Municipio. En el documento
se hace referencia que se ha detectado, en los últimos años, una demanda
creciente de vivienda, registrándose más de 5.600 familias bahienses que carecen
de vivienda o habitan en inmuebles precarios, sumándose a ello requerimientos de
mejoras, asistencia constructiva y dotación de infraestructura básica de
servicios. Los ambiciosos objetivos
que se propone esta nueva dependencia quedan expresados en el Artículo 2º al señalar que se establecen como
principios rectores:
-
Formular las
políticas de vivienda y tierras en el ámbito local.
-
Contribuir al acceso
a una vivienda digna a los habitantes del Partido de Bahía Blanca, postergados
por razones económicas y sociales.
-
Gestionar el ingreso
de tierras al erario municipal.
-
Garantizar la
regularización dominial de los inmuebles a favor de los destinatarios de las
diferentes operatorias.
-
Gestionar,
administrar y ejecutar planes, programas y proyectos
habitacionales.
-
Mejorar las
condiciones de calidad de vida urbana.
-
Promover el
mejoramiento de sectores urbanos deprimidos.
Esta dependencia
municipal es la que articula, con los niveles provincial y nacional, la gestión
de las operatorias de los Programas Federales.
Se presentan a
continuación los Programas Federales actualmente en ejecución en Bahía Blanca, indicando sus
características principales, objetivos, como así también las distintas
operatorias que comprenden y su localización (Figura 2).
1. Programa Federal de
Construcción de Viviendas Fed
CONSTRUCCION
También se lo
identifica como Programa Federal Plurianual de Construcción de Viviendas Etapa II
El Programa busca
atender a los hogares de bajos recursos que necesitan una vivienda a través de
la financiación con recursos presupuestarios nacionales. Está dirigido a
fortalecer el proceso de reactivación económica de la industria de
la construcción.
Las características generales de las viviendas establecen
superficies mínimas que variarán desde los 44 m2. a los 49m2, según la zona
geográfica, partiendo de un costo por vivienda que oscilará entre $33.000 y
$65.000, en función de su localización.
En cuanto a los
objetivos establecidos para este Programa son muy ambicioso pues pretende
consolidar la evolución decreciente del déficit habitacional; fortalecer el
proceso de reactivación económica del sector habitacional y de la industria de
la construcción; contribuir a la disminución del índice de desempleo a través de
la generación de 360.000 puestos de trabajo; instrumentar programas de
capacitación para la provisión de los recursos humanos necesarios y mejorar la
calidad de vida de los hogares.
Operatorias del Programa
Plurianual
* 160 viviendas, en
chacra 344, sector norte, adjudicada, falta firma de
contrato.
* 146 viviendas, en
Arias-Chubut-Levalle-Moore, adjudicada, falta firma del
contrato.
* 22 viviendas, en
General Cerri, adjudicada, falta firma de contrato.
* 172 viviendas, en
Villa Esperanza, licitada; se abrió el sobre Nº 2 con las
ofertas.
* 276 viviendas,
Sindicato Trabajadores de la
Industria de Agua Gaseosa y Afines, en Berutti 2.500. Ya licitada se espera
anticipo financiero, mediante la modalidad TPU (Terreno y Proyecto Urbano, provisto por
el oferente).
* 256 viviendas, en
Undiano y Tierra del Fuego y Villa Harding Green. Licitada,
se
espera el anticipo
financiero.
* 160 viviendas,
Sindicato de Luz y Fuerza, en chacra 292. Licitada, se espera el anticipo
Financiero, mediante
la modalidad
TPU.
1.a. Subprograma Federal de Construcción de
Viviendas con Municipios
Consiste en el financiamiento directo de
la Nación para
la ejecución de obras de vivienda, que se realizan mediante convenios con los
respectivos municipios.
Operatoria Subprograma Federal con
Municipios
* 105 viviendas, en
Don Bosco y vías del FC, en construcción, 67% de avance.
* 80 viviendas, en E.
Rosas, Moore, Arias y vías, en construcción, 63% de
avance.
1.b. Subprograma Federal
de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios
Consiste en el financiamiento de
la Nación para
la urbanización integral de villas y asentamientos precarios.
Operatoria Subprograma
Federal de Urbanización de Villas y Asentamientos
Precarios
* 183 viviendas
nuevas y 231 mejoras, en barrio Spurr, licitada, se espera el anticipo financiero.
* 54 viviendas y 72
mejoras, relocalizaciones camino de interconexión, pliego en
confección.
1.c. Subprograma Federal
para el Mejoramiento del Hábitat Urbano, Obras de Infraestructura y Obras
Complementarias
Consiste en el financiamiento de
la Nación para
obras de infraestructura y obras complementarias imprescindibles para la
habilitación de las viviendas correspondientes a cualquiera de los Programas
Federales.
Operatoria Subprograma
Federal de Mejoramiento del Hábitat Urbano.
* 114 viviendas,
Cáritas, red de agua y cloacas al 82% de avance; gas y electricidad, al 50%. (
nexos para infraestructura)
2. PROGRAMA REACTIVACIÓN
El Programa pretende
reactivar los planes de vivienda financiados con los recursos provenientes del
Fondo Nacional de la
Vivienda -FONAVI- y ejecutados por los organismos provinciales
-IPV-, a través del aporte de un financiamiento no reintegrable del Gobierno
Nacional.
Se lleva a cabo en
dos etapas: denominadas Reactivación I Etapa y Reactivación II Etapa. La primera
etapa se encuentra finalizada y la segunda en sus tramos finales.
Actualmente, el
Programa se encuentra en su segunda etapa en la cual se incorporó como mano de
obra para la construcción de las viviendas a los beneficiarios del Plan Jefes y
Jefas de Hogar, pasando formar parte del sector formal del
empleo.
Los objetivos de este
programa son reactivar la construcción de viviendas cuyo margen de avance en
obras es de un nivel muy bajo o se encuentra directamente paralizado; promover e incentivar a que dicha
reactivación de viviendas se lleve a cabo a través de los recursos del FONAVI
con el auxilio financiero de la Nación y contribuir a la generación de empleo a
través de la inserción de mano de obra actualmente desocupada dentro del mercado
laboral.
Operatorias Solidaridad Reactivación
II-IPVBA.
* 28 viviendas, en
Villa Rosario Sur, se terminaron obras de infraestructura.
Operatorias Completamiento
reactivación II-IPVBA
* 16 viviendas, en
Aldea Romana, para completar, 92% de avance.
* 46 viviendas, en
Villa Harding Green, para completar, 65% avance de obra.
* 9 viviendas, en
Chubut-Arango-J. M. de Rosas-E. Rosas, para completar, 78% avance de obra.
3. OTROS
EMPRENDIMIENTOS
3.1 A nivel
municipal
Operatoria Programa Municipal de
Vivienda.
Son emprendimientos
locales de pequeña magnitud, financiados por el municipio y para beneficiar a
familias en emergencia habitacional y de escasos recursos.
* 3 viviendas, Villa
Harding Green, se encuentra a la firma del contrato.
3.2 A nivel nacional
Operatoria Programa Agua +
Trabajo
Es importante
destacar este programa que se está
implementando en la ciudad, que
depende directamente de la
Presidencia de la Nación, para la extensión del servicio
de agua en áreas carenciadas. Los
habitantes aportan el trabajo y el Municipio los organiza, aporta materiales y
dirección técnica. Se forman cooperativas de trabajo por cuadra y se capacita a
los frentistas en esta tarea, lo que luego les permite participar en mercado. En
este programa se asigna un valor muy importante a la participación de las
mujeres.
Se han organizado
dentro de esta operatoria, tres cooperativas integradas cada una por 16
personas; ocho que sean beneficiarios de planes sociales y ocho desocupados. Se
organizan a través de las Sociedades de Fomento.
Es evidente el bajo
grado de materialización de los Programas Federales en la ciudad ya que, desde su
implementación, recién en febrero de 2007, luego de varios procesos licitatorios
anulados, postergados o desechados, sólo se ha logrado poner en marcha la
construcción de 185 unidades, distribuidas en dos conjuntos habitacionales, que
corresponden a:
. 105 viviendas ubicadas en proximidad del
barrio Vista Alegre (entre calle Don Bosco y la línea del ferrocarril),
y
. 80 viviendas,
localizadas en el área delimitada por Emilio Rosas, Fitz Roy, las avenidas Jorge
Moore y Arias y las vías del ferrocarril.
En ambos casos se
evidencia un avance promedio del alrededor del 80%, en la ejecución de la obra.
Por otra parte, el 1º
de julio el intendente Cristian Breitenstein estuvo presente en la entrega de
las
actas de posesión y
llaves de las primeras 26 viviendas construidas en el barrio Spurr, en Villa
Rosas, pertenecientes a un plan de 231 unidades. Una de las
beneficiadas indicó: "Es un cambio importante para nosotros, porque, para un
obrero, hacer una casa como esta es imposible. Así que estoy feliz y muy
agradecida a la comisión de vecinos del barrio que trabajó de una manera
única".
Aquí en el barrio Spurr, como se ha indicado, la operatoria
comprende las mejoras de las 231 unidades y la construcción de 183 unidades
nuevas, cuya ejecución incluye obras de infraestructura en las 23 manzanas del
sector, incluidas redes de gas, agua, cloacas, electricidad y cordón cuneta.
LA
CONFORMACIÓN DE LOS
ESPACIOS PERIFÉRICOS CARENCIADOS
En el contexto de la
problemática urbana actual es necesario evaluar en qué medida la gestión
atiende las acciones e impactos
derivados de los nuevos emprendimientos industriales, en forma equilibrada con
la atención a los requerimientos del conjunto urbano, de la población
local. Las inversiones
públicas que demandan las nuevas
actividades y espacios van en detrimento de las áreas carenciadas que siguen
esperando turno para se atiendan, resuelvan sus
necesidades.
Si se quiere actuar
para incrementar la seguridad urbana es imperativo, además de las políticas
específicas – especialmente económicas, llevar a cabo acciones tendientes al
mejoramiento del hábitat popular periférico, para dotarlo de equipamiento e
infraestructura de servicios en
forma adecuada y lograr su efectiva integración al conjunto urbano consolidado.
Para ello, es necesario que también en estas áreas se conformen núcleos de
servicios que proyecten nuevas centralidades, mediante la concentración de
equipamientos colectivos que
revaloricen estos sectores y se
conviertan en atractivos subcentros
periféricos(por el tipo de actividades y por su diseño) con un adecuado
acondicionamiento del entorno, con particular énfasis en las áreas verdes. Además, se requiere de una adecuada accesibilidad al resto del espacio urbano para
promover la movilidad e integración de estos grupos sociales actualmente
marginados. En contraposición a la
tendencia predominante, se requiere democratizar la ciudad, haciendo efectivo el
derecho a la ciudad y convirtiendo a todos los habitantes en ciudadanos.
Dos condiciones se destacan como importantes: 1) la
necesidad de calidad y simbolismo que
deben caracterizar a estas construcciones para constituirse en áreas
calificadas del espacio urbano
periférico, que es el que presenta las mayores carencias; 2) la participación de
la comunidad desde la formulación a la gestión de estos conjuntos. Es preciso
atender a la estructura urbana para conformar un espacio articulado, para superar las condiciones que, como
señala Borja, son características de la no-ciudad: insuficiente desconcentración
funcional por falta de subcentros, sectores periféricos relativamente
aislados y con marcadas
deficiencias en dotación y calidad de
servicios e infraestructura,
Muy
bien son caracterizados como precariópolis estos espacios periféricos en el caso
de Santiago de Chile (Los resultados de
estas iniciativas de vivienda pública son lo que hemos denominado
precariópolis estatal, que corresponde a un espacio monofuncional,
segregado y fragmentado, definido por la presencia de los servicios de
urbanización –electricidad, agua potable, luz eléctrica y en algunos casos
calles pavimentadas. En estos lugares, la población habita en residencias con
tamaños cuyo promedio no supera los 45 m2 edificados y por la ausencia del
resto de clases sociales, equipamientos y algunos servicios básicos y no
básicos, como colegios, centros de salud, áreas de esparcimiento y centros de
comercio, entre otros (Hidalgo, 2007, citado en Hidalgo, Borsdorf,Zunino
2008 ).
REFLEXIONES
FINALES
En
la parte alta de la ciudad se observa, en la última década, un incremento
constante en la ocupación del suelo y en la dotación de infraestructura. Los
rasgos destacados y positivos del paisaje se van acentuando y mejorando:
asfalto, cloacas, iluminación, áreas verdes, etc. En tanto, el sector opuesto permanece en
estado lamentable. Como un ejemplo simple y cotidiano, se tiene que la
maquinaria de las delegaciones no dan respuesta a la demanda de arreglo de las
calles de tierra con los problemas de intransitabilidad, no sólo cuando llueve,
sino también por los enormes baches y zanjas existentes. Esto incide
directamente, por ejemplo, en la prestación de servicios de transporte
público.
Como indica Rodríguez
(op.cit:16) “De hecho, en el continente, las políticas de ejecución de nuevas
viviendas se diseñan pensando y priorizando notoriamente a las empresas
constructoras convencionales y las políticas de mejoramiento barrial tienen
escaso y acotado desarrollo”. Y agrega esta autora, “Consideramos que la
localización urbana y el acceso a la infraestructura, bienes y servicios
constituyen un componente relevante para
la caracterización de la desigualdad. Por ello se
refuerza la segregación urbana, se contribuye a incrementar la desigualdad tanto
por las pautas de localización espacial como por las asimetrías en términos de
la provisión de los diversos servicios urbanos (que pueden manifestarse en un
territorio acotado, por lo que algunos denominan fragmentación lo que nosotros
consideramos como una manifestación particular de la segregación socio-espacial”
(Ibíd.: 20)
La
diferenciación socioespacial es evidente y se ha constatado en diversos
estudios: a) a partir del análisis cuantitativo de variables censales y de las
categorías socio-ocupacionales; 2) de la información cualitativa proveniente
tanto de encuestas como de entrevistas. El contraste entre los extremos de las
categorías es más que evidente, entre el norte-noreste, donde se ubican los
estratos más acomodados, de mayores ingresos, frente a la marginalidad del sur-oeste.
Además de constatar la existencia de las desigualdades, lo más significativo es la marcada
desventaja en la calidad de vida de los hogares de menores recursos, ostensible
en las condiciones del hábitat.
La
diferenciación socio-espacial que muestra rasgos marcados en el ámbito bahiense,
es de particular significación en cuanto a las carencias que se observan en las
áreas residenciales y, si bien no alcanzan grandes dimensiones en cuanto al
déficit habitacional, los problemas vinculados a la vivienda y el entorno son aspectos a subrayar
dentro de la problemática del hábitat popular. A las condiciones de vida
materiales inadecuadas, afectadas por graves carencias, se agregan situaciones
de ilegalidad que afectan su seguridad y estabilidad. “Los sectores excluidos
del mercado obtienen las peores localizaciones urbanas y/o viven en las mayores
condiciones de precariedad (físicas y socio culturales) (Rodríguez,op.cit.:
19).
Estos grupos de
población, que no pueden participar en el mercado inmobiliario, requieren una
respuesta de tipo social desde la gestión local.
La
situación en Bahía Blanca, dadas sus características de ciudad intermedia, se puede considerar
como manejable a nivel de la gestión local. En general, aunque algunos están presentando un alto
dinamismo, no se han planteado situaciones conflictivas. En el caso de las
ocupaciones ilegales, en gran medida se trata de asentamientos consolidados y la
mayor parte se encuentra en proceso de regularización de la situación dominial.
Es por ello que el acento se pone en el mejoramiento del hábitat y en el concepto más amplio de servicios habitacionales; la política de
vivienda no puede estar
desvinculada del ordenamiento urbano, por sus implicancias
ambientales.
La realidad
muestra que si no hay respuesta
desde el Estado, dado que estas familias no pueden participar en las formas
legales existentes en el mercado, la necesidad de resolver su problema
habitacional llevará a la conformación de asentamientos ilegales, nuevos o
incrementando los existentes. De esta forma se crean conflictos de propiedad, de
localización, en la provisión de servicios básicos, en la calidad del medio
ambiente, etc. y así es que se profundizan las desigualdades
socio-espaciales
Si el objetivo es
evitar estas situaciones conflictivas, sería necesario analizar y evaluar las
distintas propuestas relativas a hábitat popular, tomando en consideración la
experiencia local y general en proyectos de este tipo, para capitalizar esas
experiencias y definir algunas acciones que se consideren más adecuadas y
viables.
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Ponencia presentada en el Décimo Encuentro
Internacional Humboldt. Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. 13 al 17 de
octubre de 2008.