MUNICIPIO Y PARTICIPACION. LA PLATA
1991-2007
Arq. D.P. Daniel A.
Pussó
Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño – Universidad Nacional
de Mar del Plata
Profesor Adjunto Regular Urbanismo 1 y Profesor Adjunto Regular
Urbanismo 2
Director del Grupo de Investigación Desarrollo Urbano y Grupos
Sociales
Director del Proyecto: Presupuesto Participativo para Ciudades
Intermedias
Centro de Estudios del Desarrollo Urbano (CEDU).
FAUD-UNMDP
RESUMEN
Entre el año 1991
y 2007 el Municipio de La Plata tuvo el mismo Intendente, el Dr. Julio Alak del
Partido Justicialista, y consecuentemente hubo continuidad en la gestión de
gobierno. Tiempo suficiente que permite evaluar las prácticas participativas
promovidas en la gestión urbana, la convicción en su implementación, sus
resultados y realizar un balance final para comprender el papel asignado a
dichas instancias de participación.
En la Ponencia se
analizan los casos de las Juntas Comunales y la experiencia del Presupuesto
Participativo, la elección directa de los Delegados Municipales, las Audiencias
Públicas, el Plan Estratégico y el Consejo de Ordenamiento Urbano y Territorial
(COUT).
En base a esas
experiencias se sacan conclusiones generales que permiten evaluar la gestión
municipal en relación a las modalidades participativas.
Al respecto puedo
adelantar que en el caso en estudio la voluntad de incorporar los nuevos
instrumentos no viene asociada a una convicción de su utilidad, ni de su
potencialidad para construir ciudadanía o empoderamiento ciudadano, sino que
simplemente se aspiró a poder presentar una gestión “moderna” y a la “moda”, con
marketing hacia afuera, pero sin continuidad ni integración coherente, donde las
nuevas formas tratan de ocultar que las habituales viejas prácticas de toma de
decisión siguen vigentes.
From 1991 to 2007 the Municipality of La Plata had the same Intendant, Dr. Julio Alak, for the Justicelist Party, and consistently there was continuity in the management of government. Sufficient time that allows to evaluate the participative practices promoted in the urban management, the conviction in the implementation, its results and to realize a final balance to understand the role assigned to the above mentioned instances of participation.
In the Presentation there are analyzed the cases of the Communal Meetings and the experience of the Participative Budget, the direct election of the Municipal Delegates, the Public Hearings, the Strategic Plan and the Council of Urban and Territorial Classification (COUT).
On the basis of these experiences there are extracted general conclusions that allow to evaluate the municipal management in relation to the participative modalities.
In the matter I can advance that in the case of study the will to incorporate the new instruments it does not come associated to a conviction of his utility, not of his potential to construct citizenship or to give the power to the citizen, but simply one aspired to be able to present a "modern" management and to the "mode", with marketing towards out, but without continuity or coherent integration, where the new forms try to conceal that the habitual old practical of to get decisions are still in force.
Esta Ponencia
presenta y evalua la diversas modalidades de participación en la gestión urbana
promovidas por la Municipalidad de La Plata, en los años recientes, y concluye
con una interpretación global de la experiencia llevada adelante por la gestión
gubernamental, con continuidad desde el año 1991 a 2007.
En oposición a los
“planes documento” con su visión estática de la realidad, tecnocráticos, con una
única mirada y poco operativos, desde la disciplina se propició rescatar la
concepción estratégica para identificar problemas y líneas de acción
consensuadas para superarlos, la participación ciudadana que reconoce la
multiculturalidad presente en la Sociedad, y la definición precisa de los
mecanismos de gestión y los actores responsables de instrumentar las propuestas
de intervención.
Consolidada la
globalización neoliberal, se difundieron desde los países centrales ideas y
realizaciones que reflotan la planificación, ahora con el adjetivo
“estratégica”. Gestada conceptualmente en el ámbito militar y adoptada en los
ámbitos empresariales llega a la actividad pública con toda su carga
economicista. Con los criterios de competitividad, de “vender la ciudad”, de
marketing, con la concepción de que las cuestiones urbanas deben ser
independientes de los colores del poder político de turno, con énfasis en la
cooperación público-privada. Trayendo también asociadas ideas referidas a la
gestación de proyectos urbanos, la descentralización y la participación
ciudadana. [1]
Se conocieron las
experiencias del Presupuesto Participativo de Porto Alegre y la de Montevideo y
en el país Córdoba y Rosario son pioneras en sumarse a las nuevas
prácticas.
El gobierno
municipal de La Plata, que en 1991 había iniciado su gestión expresando que su
método era el de ir resolviendo los problemas urbanos en la medida en que se
iban haciendo evidentes, pasa a incorporar las modalidades que se estaban
imponiendo en las principales ciudades del país y los avances en la democracia
semidirecta que la reforma constitucional de 1994 en la Nación y su correlato
Provincial habían habilitado.
Al eclosionar la
crisis social y política de Diciembre de 2001 los gobiernos buscaron la
recuperación de la fe en las Instituciones, garantizar su “gobernabilidad” y
mantener las viejas prácticas políticas que aseguren que no cambien las
relaciones de poder. Frente a la demanda social de mayor democratización en las
prácticas de gestión para lograr las soluciones de fondo, los nuevos
instrumentos permiten a los gobernantes interactuar con la comunidad,
mostrándose abiertos al diálogo y a las preocupaciones de la gente.
Aunque en sus
discursos la participación sea mencionada, se privilegiaron las cuestiones
formales, simbólicas y los gestos antes que la más genuina expresión democrática
de permitir la participación en la toma de decisiones.
Una vez que amainó
el reclamo ciudadano comenzaron a escucharse argumentaciones que expresaban la
supremacía de la democracia representativa, que “emana de la Constitución”,
sobre la democracia participativa cuyo rol es perfeccionar a la primera; que la
democracia semidirecta impacta sobre la representación y entonces afecta la
gobernabilidad al no ayudar a legitimar a los representantes; que debe
defenderse la competencia de la representación y no debe invadirse la decisión
política.
En este marco el
Municipio de La Plata fue abandonando poco a poco sus prácticas
participativas.
En la Ponencia se
analizan los casos de las Juntas Comunales y la experiencia del Presupuesto
Participativo, la elección directa de los Delegados Municipales, las Audiencias
Públicas, el Plan Estratégico y el Consejo de Ordenamiento Urbano y Territorial
(COUT).
JUNTAS
COMUNALES
Son un órgano de
participación para los vecinos e instituciones de la ciudad creado por la
Municipalidad de La Plata en el año 1998 con el fin explicitado de “encontrar
los mecanismos y las formas más adecuadas para afianzar la integración entre la
sociedad y su comuna”. Mientras las Juntas Comunales permiten el ejercicio del
derecho de los vecinos el Municipio se propone con este mecanismo agilizar la
gestión pública.
Se establecen como
funciones de las Juntas Comunales:[2]
“1. ESTIMULAR la participación
ciudadana.
2. INFORMAR al Administrador Comunal (Delegado)
sobre el estado y necesidades del
vecindario
3. COLABORAR en la formulación de programas de
interés zonal: salud, acción social,
cultura, deportes,
saneamiento ambiental, etc.
4. PROPONER al Administrador Comunal
anteproyectos de obras, servicios y trabajos
públicos de interés
comunitario
5. EMITIR opinión fundada sobre programas que el
Administrador Comunal someta a su
consideración.
6. FISCALIZAR la ejecución de obras y servicios
prestados en el ámbito del Centro
Comunal.
Integración:
A. Representantes de entidades de bien público,
cooperativas u otras asociaciones civiles
Registradas en la Dirección
de Entidades de Bien Público, Colectividades y
Cooperativas con domicilio o
asiento principal de actividades en el ámbito del Centro
Comunal.
B. Vecinos que en función de su arraigo,
prestigio y notoriedad en la comuna sean
designados por el Intendente
o a propuesta de la Junta.
Constitución:
A. Convocatoria a la Asamblea
Constitutiva.
B. Plenario de la Asamblea
Constitutiva.
C. Elección de la Comisión Ejecutiva de 21
miembros.
D. Rubricar el Libro de
Actas.
Mandato:
Duración: Un año, pudiendo ser
reelectos.
Carácter de la Función:
“Ad-honorem”
Consejos Comunales
Sectoriales:
Las Juntas Comunales podrán crearlos, por sí o a
propuesta del Intendente para atender los siguientes
temas:
1. Obras y Servicios Públicos. 2.Salud y
Bienestar Comunitario. 3. Seguridad. 4. Cultura. 5. Educación. 6. Medio
Ambiente. 7. Deporte y Recreación. 8. Gestión Tributaria. 9. Control
Urbano.”
Se constituyeron
18 Juntas Comunales, dos de las cuales abarcaban por mitad el Casco Fundacional
de la Ciudad.
La experiencia en
cada una de las Juntas fue dispar. El llamado a la convocatoria se fue haciendo
sucesivamente para cada Junta. Se invitó a las Instituciones registradas y salía
un pequeño recuadro de convocatoria el mismo día de su realización en el diario
local, sin la existencia previa de notas periodísticas que difundieran
convenientemente y con anticipación la iniciativa.
La composición
institucional fue distinta según el carácter de centralidad y consolidación de
los distintos territorios. Hubo Juntas con Instituciones que poseían una fuerte
ligazón con las necesidades de su comunidad, en aquellos sitios de urbanización
más reciente, donde hay carencias y mucho por hacer, por un lado, mientras que
por otro, en el casco fundacional o en áreas ya plenamente consolidadas,
predominaban Instituciones sociales y deportivas que nunca tuvieron entre sus
inquietudes constitutivas la atención de demandas comunitarias. En estos casos
la participación institucional se reduce a la presencia de representantes con
voluntad y preocupación por barrio, pero que actuan a título individual, sin
rendir cuentas, ni representar ninguna base social.
A su vez el
carácter asociativo de las Instituciones era variable, destacándose por ejemplo
Los Hornos donde desde larga data sus Instituciones estaban nucleadas en una
entidad superior de reconocida labor.
Entre las
Instituciones aparecía un buen número de Centros Culturales de fuerte ligazón
con el Partido oficialista con lo cual se garantizaba una fuerte afinidad
política. Organizaciones ligadas a otras fuerzas políticas, organizaciones no
gubernamentales independientes, centros de estudiantes, asociaciones
profesionales, no formaban parte de los convocados.
En consecuencia,
la iniciativa nacía con una convocatoria que plantea la participación de las
instituciones y no directamente de los vecinos, con un fuerte control del
Partido gobernante y sin que la convocatoria tenga toda la amplitud que la
búsqueda de una auténtica participación requiere.
En general se
pretendía que la Junta fuera constituida en la primer reunión, sin buscar
ampliar la convocatoria, salvo que algunos de los participantes lo reclamaran
con intensidad. Una vez constituida la Junta muchos de los partícipes de las
primeras convocatorias, a las que daban marco e imponían con su voto a las
autoridades, dejaban de asistir. Cada Junta se componía de un Presidente, un
Vicepresidente, un Secretario General y en lugar de tener vocales a cada uno de
los restantes miembros se los denominó Secretarios: de Actas, de Obras Viales,
de Alumbrado Público, de Limpieza, de Minoridad, de Registración Dominial,
etc.
Se daba así un
pomposo nombre al cargo, haciendo prevalecer la cuestión formal por encima de
las temáticas prioritarias en el ámbito de cada una de las Juntas y sin promover
desde su inicio la acción en equipo. En general los encargados de implementar
las Juntas trataban de seguir las indicaciones al pie de la letra sin apartarse
del libreto prearmado. Entonces la alta atomización temática que muchas veces
dejaba en soledad y por azar a cargo de una Secretaría a un vecino que no se
sentía identificado o con conocimientos y confianza para abordarla. Esto hacía
que el ejercicio práctico de muchas de las Secretarías no existiera, salvo que
la temática tomara centralidad y fuera tratada en las reuniones
generales.
Las temáticas
abordadas por las Juntas fueron muy diversas, como diversa es la realidad
socio-urbana de cada una de ellas y según fuera las características de sus
miembros. El uso propagandístico de la acción oficial se pudo advertir
inicialmente por dos mecanismos. El primero era el de presentar en la Junta
demandas que tenían que ver con planes que ya tenía resuelto el Ejecutivo
Municipal, de manera tal que apareciera su respuesta positiva ante la Junta.
Simultáneamente llevando a los Funcionarios municipales, que se mostraban
solícitos y dispuestos a escuchar reclamos y hacer lugar en sus agendas para
tratarlos. Incluso el Intendente “pasaba” periódicamente por las Juntas para
exponer sus políticas y tener un contacto cara a cara con los
“vecinos”.
Pero en la medida
en que no se tenía el control de la situación y los reclamos salían de los
causes previstos por la Administración comunal se producían problemas por la
falta de respuesta. Fue así que la Junta de Los Hornos decidió autodisolverse
como forma de expresar su descontento. Su vacío fue cubierto por una nueva Junta
con algunas Instituciones manejadas por el oficialismo.
Con las Juntas en
funcionamiento, y con una Dirección de Juntas Comunales que las atendía en la
Secretaría de Gobierno, se constituyó un equipo de trabajo Supervisado desde la
Subsecretaría de Planeamiento y Desarrollo Urbano con el fin de desarrollar los
Planes de Desarrollo Local en el ámbito de cada una de las Juntas a partir de la
definición del Presupuesto Participativo.[3]
En la primer
experiencia, en el año 1998, el planteo propuesto planteaba la realización de
tres reuniones de trabajo en semanas consecutivas para definir:[4]
1.
El relevamiento de
las demandas.
2.
El ordenamiento de
esas demandas. Clasificándolas en tres categorías:
-
Obras o acciones a
ejecutar por la Municipalidad con el Presupuesto 98.
-
Proyectos a
realizar por la Municipalidad a través del Presupuesto
99.
-
Tareas de gestión
a realizar por la Municipalidad o la Junta Comunal.
3.
La prioritación de
las demandas para las dos categoría finales de la segunda
reunión.
A los efectos de
la efectiva inclusión de lo solicitado por la Juntas el material elaborado fue
llevado a las reuniones del gabinete municipal al momento de definir el
presupuesto del año 1999. Con dicha resolución se concluyó la etapa del Plan de
Desarrollo Local identificando obras y acciones incluidas en el presupuesto
municipal del año 1999, gestiones a realizar ante otros organismos y estudios de
factibilidad a realizar.
Como evaluación de
esta experiencia puedo decir:
-
Frente a la
magnitud de las prácticas de presupuesto participativo realizadas en las
ciudades brasileñas, en particular Porto Alegre, donde mediante un proceso
continuo durante todo el año los vecinos deciden como van a utilizar los
recursos públicos, con amplia difusión e información, con inclusión y generación
de ciudadanía, con ejercicio de democracia directa, que involucran un porcentaje
muy alto de participación, esta experiencia es ínfima, embrionaria, casi a
escondidas, a la cual el nombre de Presupuesto Participativo le queda
grande.
-
Los invitados a
participar fueron un número muy reducido de personas, no más de 25 por Junta, y
como explicaba anteriormente casi nadie al opinar y tomar decisiones está
representando más voluntades que la suya propia. Solo de manera muy parcial y
mostrando su desacuerdo el Equipo Técnico permitió ampliar la convocatoria en la
primer reunión.
-
Previamente a la
discusión no se conoce cual es la asignación presupuestaria aproximada que se ha
de invertir en el ámbito de la Junta Comunal. Dicha asignación previa no existe
y la forma de asignar el Presupuesto depende de los mecanismos de negociación y
poder habituales entre las distintas áreas del ejecutivo municipal. Por lo tanto
la asignación de prioridades no tiene un elemento central que permitiría elegir
prioridades entre necesidades de distinto rubro presupuestario. Solo se pueden
establecer un orden de prioridad dentro de cada rubro.
-
Más allá de
establecer las prioridades la decisión final queda en la evaluación económica y
de conveniencia a la que se acuerde entre los miembros del gabinete, para los
cuales no tiene carácter vinculante lo solicitado.
-
Al ser un proceso
rápido, con poca información, y sin que técnicamente se elaboren proyectos que
tengan por detrás un diagnóstico elaborado y se enmarquen en la visión general
de la problemática urbana se pueden dar los casos de que los vecinos soliciten
cosas que no les sean convenientes o que la solución solicitada no sea la mejor,
que un proceso participativo real permite trabajar y resolver, o que al
solicitar cuestiones que sean de escala urbana y no barrial la demanda quede en
el olvido si simultáneamente no la levantan otras Juntas
Comunales.
-
El rol asignado a
las Juntas Comunales fue minimizado. Simultáneamente a esta experiencia el
Municipio planteó un Plan Estratégico para la ciudad, que se trabajó
aisladamente del Plan de Desarrollo Local. Aún más, tampoco se planteó una
integración de las 18 Juntas para abordar temas de escala
urbana.
Las experiencias
de los años subsiguientes fueron aún más pobres que la aquí relatada, pese a
ello la propaganda municipal y los propios discursos del Intendente proclaman
que en La Plata se ejerce el Presupuesto Participativo.
Entre las
actividades generales planteadas para las Juntas podemos
mencionar:
1)
La realización del
Primer Congreso de Participación Comunitaria, organizado por el Municipio y la
Secretaría de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior de la
Nación, como tarea conocimiento mutuo y reflexión sobre la temática por parte de
los miembros de las Juntas Comunales. Realizado el 30 de Mayo de
1998.
2)
La presentación de
la Información referida a la modificación del Sistema Unico de Transporte
previamente a la realización de la Audiencia Pública convocada para su
tratamiento. En este caso el material de difusión tenía deficiencias
comunicacionales serias y careció de la claridad necesaria para hacer entendible
la propuesta. A nivel verbal se llevó información que explicaba criterios no
siempre coincidentes con lo que la propuesta implicaba. Aún para profesionales
con formación poder entender el sistema propuesto requería incluso mapear los
cuantiosos recorridos. En este marco para muchas de las Juntas fue imposible
formar una opinión.
3)
El tratamiento de
los Corsos. Ante potenciales conflictos entre quienes desean la realización de
los desfiles de Carnaval y los vecinos frentistas o muy cercanos a los mismos
que ven perturbada su tranquilidad se derivó a las Juntas la tarea de chequear
en los vecindarios aledaños a los Corsos planteados la aceptación o no de los
mismos.
4)
La difusión de las
acciones de preservación en el marco de la postulación de la ciudad de La Plata
a ser considerada Patrimonio de la Humanidad. Se hicieron reuniones con
invitación a las Juntas Comunales.
5)
La realización de
talleres barriales en cada una de las Juntas en ocasión de la segunda instancia
de realización del Plan Estratégico.
Las Juntas
subsistieron hasta el final del mandato cada vez con menos fuerza y
presencia.
ELECCION DIRECTA
DE LOS DELEGADOS MUNICIPALES[5]
En el Partido de
La Plata existían hasta 1992 siete Delegaciones Municipales en el área exterior
al Casco Urbano Fundacional, contando las más extensas de ellas con
Subdelegación. El rol que cumplían era el de administrar localmente algunos
servicios locales como el mantenimiento de calles, reposición de luminarias,
mantenimiento de la forestación, etc. El Delegado era designado por el
Intendente Municipal. Entre 1992 y 1999 se va pasando a un esquema de diez
Centros Comunales y seis Subcentros Comunales.
El nuevo esquema
es más acorde a las políticas de descentralización que comenzaban a imponerse en
los discursos políticos y a implementarse en grandes ciudades como Córdoba y
Rosario. Busca dar mayor homogeneidad a la división territorial, reconociendo
las nuevas realidades que el proceso de urbanización había dado en el Partido de
La Plata y acotando cada uno de los espacios a administrar. En lugar del
Delegado municipal se empezó a hablar del Delegado Administrador y se creaban
las Juntas Comunales, por Decreto 741/92 para hacer las veces de un órgano
participativo colegiado de organizaciones vecinales para apoyar su tarea. El
esquema se completaba con la designación de los Administradores Comunales por
parte de los propios habitantes de la jurisdicción mediante elección directa con
voto secreto. Se debían elegir 16 Administradores Comunales pues el Casco Urbano
de la ciudad por sus características y cercanía con el Palacio Municipal no los
requeriría, estableciéndose en cambio una Dirección General de Casco Urbano, que
en los hechos no se articuló a las tareas de las Juntas de Casco Norte y Casco
Sur.
En el proceso de
instrumentación la discusión se planteó en dos niveles:
-
En el plano
político la oposición de la Alianza planteaba que era necesario asignar recursos
económicos propios, es decir, un presupuesto a administrar por cada uno de los
Centros Comunales.
-
En el plano formal
se planteaba la no reglamentación de los instrumentos de democracia directa y
semidirecta de la Constitución Provincial no permitía la asignación de fondos
por parte del Municipio para poder realizar las elecciones. Esta dificultad se
salvó incorporando al proceso electoral la colaboración de Organizaciones No
Gubernamentales que promueven la creación de
ciudadanía.
Los candidatos
podían ser postulados por organizaciones vecinales o
autopostularse.
Para las
elecciones del 26 de Noviembre de 2000 se postularon una centena de candidatos.
Con cuatro postulantes para el Centro Comunal con menor cantidad de
presentaciones y más de una decena en el Centro más disputado, pero con en
general con un número alto de candidatos.
El grueso de las
postulaciones correspondían a personas afines al Partido Justicialista en
ejercicio del gobierno municipal, que al momento era el que ampliamente tenía
más desarrollado su trabajo territorial. Le seguían dirigentes vecinales con
arraigo en su comunidad y trabajo reconocido, y finalmente, en menor medida,
algunos postulantes pertenecientes a otras fuerzas políticas en áreas donde
tuvieran cierta actuación.
La participación
en las elecciones fue de un 16 % del padrón. Votaron más de 40.000 personas
sobre un padrón de 251.580 electores. Los comicios los organizó la Municipalidad
de La Plata, con la participación de las Juntas Comunales y la Federación de
Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata y la fiscalización de 150
dirigentes de la Asociación Conciencia.
Los resultados
dieron por ganadores en su mayoría a candidatos ligados al Partido
oficialista.
Se habilitaron los
nuevos Centros Comunales, construyéndose incluso algunos edificios nuevos para
ellos. Mejoró la atención administrativa, por la mayor cercanía a los vecinos,
pero no se incrementaron las acciones participativas. Los Administradores
Comunales tendieron a ser un freno para que los reclamos no llegaran al
Intendente. Produciéndose situaciones de conflictividad cada vez que algún
Administrador cambiaba de bando en la interna del oficialismo. Así terminaron
renunciando, y expresando su disconformidad por la no atención a las demandas
vecinales, o directamente fueron destituidos como recientemente pasó con el
Administrador del Centro Comunal de Olmos.
Al vencer el plazo
de duración de los mandatos, en Diciembre de 2003, no se produjo un nuevo
llamado a elecciones y se prorrogaban los mandatos o se iban renovando los
administradores, demostrando la falta de convicción en la modalidad y también el
temor a confrontar en los barrios, donde se había producido a partir de la
crisis del 2001 un debilitamiento de la inserción del Justicialismo y la
aparición de las organizaciones de desocupados que por primera vez empezaban la
disputa política en esos territorios.
Con un esquema que
tenía potencialidad la experiencia realizada mostró que se privilegiaba la
acción propagandística, se intentaba aprovechar las modalidades en boga para
mostrar una renovación pero con el fin de mantener el control de la situación
como con las viejas prácticas, y que no existía una auténtica vocación
participativa.
AUDIENCIAS
PUBLICAS
Son una instancia
donde en forma verbal y en unidad de acto los ciudadanos proponen a
Administración Municipal la adopción de medidas en relación a las actuaciones
político-administrativas que aquella ha informado. Se las ha incluido también en
el nuevo Código de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo.
Para ejemplificar
la implementación del instrumento de la Audiencia Pública relataré la realizada
en Febrero de 1999 convocada por el Municipio de La Plata por el Sistema Unico
de Transporte.[6]
Como el Sistema de
Transporte demostró un alto grado de ineficiencia, incumplimiento de servicios y
ventajas prometidas, insatisfacción operativa y alto costo que derivaron en una
alta conflictividad se produjeron dos Audiencias Públicas más, de carácter
informal, promovidas por sectores opositores a la gestión municipal en el
tema.
El sistema a
implementar plantea cambios rotundos para el 50 % de las líneas, de adjudicación
municipal, no alterando las líneas provinciales que seguirían con sus
recorridos. A la falta de complementación e incertidumbre sobre su eventual
competencia, se sumaban la posibilidad de recambios empresarios e inestabilidad
laboral de los choferes. La conflictividad de la situación ya se dio desde el
principio y generó temores en el Ejecutivo Municipal.
Para realizar la
Audiencia se eligió un Club del Casco Urbano en el sector sureste, no en el Area
Central donde las convocatorias se ven beneficiadas por una mayor accesibilidad
de los participantes. Se instalaron vallados en las esquinas y hubo una
importante presencia policial fuertemente pertrechada, que amedrentó a muchos
que se acercaban.
La Audiencia
congregó a unas 750 personas, de las cuales 600 eran choferes de colectivos y
contó con cerca de 50 oradores. Los choferes guiados por su Sindicato confluían
en intereses con las demandas empresarias y ejercieron una fuerte presión sobre
los oradores que defendían el nuevo sistema.
Ante las
deficiencias de los instrumentos de difusión y la complejidad del tema solo 7 de
las 18 Juntas Comunales tuvieron oradores.
El Municipio
además de presentar inicialmente la propuesta con los funcionarios de las áreas
específicas ubicó a dos profesionales al final de las exposiciones para defender
“técnicamente” la propuesta.
Pese a la tensión,
que hizo pensar al Municipio en suspender la Audiencia y que hubiera
desencadenado un conflicto mayor, la Audiencia se desarrolló con normalidad por
más de tres horas.
Cada orador
contaba con 5 minutos para su exposición y podía entregar por escrito su
presentación. La Audiencia fue filmada.
Es criticable que
el mecanismo no obliga a quien lo lleva adelante a realizar una devolución de
todo lo expuesto. No se explicita que se adopta y que se desecha de lo planteado
por los participantes. Devolución que merecen los que aportan sus puntos de
vista y que deberían recibir la opinión fundada de las decisiones
tomadas.
El mecanismo no es
vinculante. El Ejecutivo adopta o no sugerencias sin explicar ni fundamentar sus
decisiones. Con este carácter no es entonces una instancia de participación
real, sino solamente simbólica, discrecional, utilizada como válvula de escape
en la que se de la apariencia de apertura y un ámbito más para llevar la
difusión de la acción pública.
PLAN
ESTRATEGICO[7]
En propias
palabras del Municipio un Plan Estratégico consiste en lo
siguiente:
“Un Plan Estratégico es una herramienta de planificación integral
que permite tener un diagnóstico claro de nuestra situación y entre todos
consensuar propuestas para el logro de objetivos
comunes.
Un Plan Estratégico es un acuerdo entre las
Instituciones Públicas y la Sociedad Civil para avanzar en una forma moderna,
participativa y democrática en la tarea de pensar y organizar el desarrollo,
permitiendo establecer medidas para que todos los Agentes Económicos y Sociales
puedan elaborar sus propias estrategias de acuerdo a los objetivos que se
establezcan para la Ciudad y la Región.
Un Plan Estratégico es un Espacio de Concertación
que trasciende a los gobiernos, los nombres propios, la filiación partidaria,
para transformarse en la herramienta fundamental del desarrollo local y
regional. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de la
región, integrando a los diferentes sectores de la comunidad y a las
instituciones en pos de un objetivo
común.”
La experiencia del
Plan Estratégico tuvo dos etapas. La primera se desarrolló durante 1999,
coordinada por la Fundación CEPA, y contó con la realización de tres talleres
realizados en el Pasaje Dardo Rocha con la participación de unas 250
personas.
En ellas se
elaboraron una serie de premisas y se concluyó con la elaboración de cinco ideas
fuerzas: La Plata Capital: Ciudad Puerta del Mercosur, La Plata: Faro Cultural,
La Plata: Tecnópolis, La Plata: Ciudad Ambiental del Sur, La Plata:
Municipalidad Participativa para la Promoción del Desarrollo.
Como observación a
esta experiencia podemos decir que la participación planteada fue muy acotada,
solo se trabajó en el Centro de la Ciudad y el grueso de los participantes
fueron funcionarios y agentes provinciales y municipales e Instituciones y
representantes empresarios con mayor vinculación con el
municipio.
La segunda etapa
fue llevada adelante por otro equipo de trabajo y fue siguiendo los pasos que
habitualmente se cumplen al llevar adelante los Planes
Estratégicos.
-
Se firmó el 6 de
Agosto de 2001 el Acta de Constitución de la Junta Promotora, constituida por el
Intendente Municipal, el Arzobispo de La Plata, el Presidente de la Universidad
y otros representantes de Instituciones de la ciudad.
-
Se desarrollo un
Concurso de Ideas para La Plata, en el año 2001, con 14 ideas
premiadas.
-
Se constituyeron
las Autoridades el 24 de Septiembre de 2001, con la participación de más de 200
Instituciones, con la siguiente estructura
organizativa:
Consejo General: Como órgano de máxima
participación ciudadana cuya función es la supervisión de etapas y objetivos del
Plan y su aprobación. Está presidido por el Intendente y conformado por
instituciones, entidades, asociaciones, asociaciones, empresas, y personalidades
significativas de la vida económica, social y cultural de La Plata y su
región.
Comité Ejecutivo:
Encargado del proceso de elaboración del Plan. Lo preside el
presidente
de la Universidad
Nacional de La Plata y conformado por representantes de las instituciones que
constituyen el núcleo promotor del Plan.
Area de
Coordinación y Asesoramiento: Su función es coordinar el proceso de elaboración
del Plan, así como su implementación. Está en directa relación con el Comité
Ejecutivo y los Equipos Técnicos.
-
Se llama en
Octubre de 2001 a participar de Talleres Participativos, en el Pasaje Dardo
Rocha para recepcionar proyectos de corto plazo y costo mínimo, con el fin de
dinamizar la primera etapa del Plan.
Se trabajó con cinco áreas temáticas y
de los más de 100 proyectos presentados se seleccionaron posteriormente 5 para
implementar y el resto se incorporó a un banco de Proyectos del Plan. A ellos
integró el Municipio sus programas y proyectos.
-
Se presentó el
Plan Estratégico el 19 de Noviembre de 2001.
-
En Noviembre de
2002 se realizan nuevamente talleres participativos. En este caso participaron
en su elaboración el Municipio y la Universidad mediante un convenio que
constituyó un grupo de trabajo al efecto.
En esta oportunidad se plantaron 18
talleres locales, en el ámbito de cada una de las Juntas Comunales y con
invitación a la comunidad local para tratar las cuestiones locales, y 5 talleres
temáticos que se realizaron posteriormente la síntesis y profundización de la
escala general.
Con lo tratado en
los talleres locales y en los temáticos se plantearon conclusiones generales que
se fueron integrando en un diagnóstico de la situación, a partir de los cuales
se definieron objetivos y lineamientos estratégicos y se realizó la publicación
que hace el raconto de toda la experiencia.
Desde entonces y
hasta principios de 2007 no hubo acciones significativas y no se habló más en
los medios de comunicación del Plan. Las ideas del Concurso no se llevaron a la
práctica y poco se supo del destino de los proyectos que inicialmente se
seleccionaron.
A principios de
2007 se firmó un nuevo convenio entre la Municipalidad y la Universidad que
posibilitó que en gabinete y sin ninguna relación con la comunidad, se
formularan nuevas líneas estratégicas, nuevos proyectos y una nueva publicación
que hizo su aparición y fue profusamente difundida en la campaña electoral de
ese año.[8]
Como evaluación de
la experiencia podemos plantear:
-
Que la
participación se centra principalmente en lo Institucional y en segunda
instancia se hace la apertura a la ciudadanía. Esto facilita que los grupos
sociales más organizados: Instituciones públicas, grupos empresarios,
asociaciones profesionales, etc., sean los que puedan expresar con mayor fuerza
sus visiones de la ciudad y sus requerimientos, mientras que el grueso de la
población, que atraviesa otras situaciones tiene menores posibilidades de
expresarlas e instalarlas en la agenda pública.
-
Se plantean los
Proyectos en primera instancia. Las discusiones se plantean con requerimientos y
los diagnósticos se reducen a apreciaciones, no siempre veraces o corroboradas
de la realidad, que no se profundiza en la etapa de trabajo técnico. Los
coordinadores de los talleres realizaron un serio trabajo de recopilación,
síntesis y adecuación de los materiales tratados, pero no tenían la tarea de
realizar el diagnóstico profundo de los problemas y no estaban articulados a
todo el conocimiento que acumulan las estructuras municipales, que no se pone al
servicio de realizar ese diagnóstico esencial para poder evaluar la conveniencia
de las propuestas requeridas.
-
El trabajo técnico
realizado no es convalidado por los participantes y las decisiones sobre las
acciones a incorporar se toman en ámbitos muy cerrados.
-
La apertura a la
Comunidad requiere de mayor constancia, mayor difusión de convocatoria,
continuidad, más tiempo de trabajo con ella.
-
En consecuencia se
puede suponer que en estas condiciones el Plan puede constituirse en un ámbito
muy permeable para convalidar Proyectos de grupos de presión que confluyan con
el interés del gobierno municipal.
-
La acción final
del año 2007 transgrede la propia esencia de los planes estratégicos al
realizarlo exclusivamente en gabinete y tiñe la acción pública de un tinte
político-partidario al utilizar un instrumento financiado con recursos públicos
en arma de campaña, desacreditando el instrumento. Igual descrédito ante la
opinión pública obtuvo la Universidad.
CONSEJO
ORDENAMIENTO URBANO Y TERRITORIAL (COUT)
Es un órgano de
participación institucional de carácter permanente que se constituyó para
cumplir las funciones de colaboración, consulta, asesoramiento y concertación de
políticas entre el Municipio y las Instituciones de carácter técnico y
profesional ligadas a la problemática urbanística.
Lo conforman: el
Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, el Colegio de Ciencias
Naturales, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y el Departamento de
Geografía de la Facultad de Humanidades, de la Universidad Nacional de La Plata
y la Cámara Argentina de la Construcción, representando a la Municipalidad la
Dirección de Planeamiento.
Las Instituciones
representadas en el COUT reciben un monto mensual de $ 1.000 por su
participación. Las reuniones son periódicas.
La experiencia
realizada muestra el tratamiento de una diversidad de temas. Están las
cuestiones que corresponden efectivamente al Consejo: interpretación de las
normas, cuestiones excepcionales o novedosas no contempladas en las mismas,
planteos que pueden poner en duda la conveniencia de la continuidad de ciertas
normas, las obras de significación urbana; pero también está la práctica
incorrecta del Municipio de llevar expedientes de trámite habitual, que deberían
contestarse directamente aplicando la normativa vigente.
Por parte del
Municipio también se advierte una búsqueda de obtener en ese ámbito la
aprobación de sus puntos de vista, para poder acreditar una convalidación
“técnica” obtenida en un ámbito de “neutralidad” frente a otros actores
institucionales, incluso el Concejo Deliberante.
Se ha dado el caso
de temas que podían ser conflictivos en el ámbito del Consejo, que pese a ser
pertinentes a él no son enviados por parte del Ejecutivo
Municipal.
Desde el punto de
vista de las Instituciones participantes los ámbitos de apertura de las
discusiones suelen ser muy reducidos, e incluso a veces se trata de
participaciones personales. Entonces el COUT no se esta nutriendo de un debate
democrático, amplio, de generación de ciudadanía al interior de las
Instituciones que lo conforman. En la medida en que la información sea difundida
y mayor sea la participación menos posibilidades habrá de que se tomen medidas
discrecionales o se convaliden acciones o normas que no respondan a los
intereses legítimos del conjunto social.
En la actualidad
el COUT continúa con su labor y con el paso del tiempo se han tratado de ir
mejorando sus mecanismos de funcionamiento.
CONCLUSION
GENERAL
Las conclusiones
que pueden extraerse de todas estas experiencias, en un municipio donde un mismo
Intendente garantiza una extensa continuidad de gestión de dieciseis años, son
las siguientes:
-
Se iniciaron
acciones que de haber sido llevadas con vocación más abierta, coherencia,
continuidad y capitalización de experiencias hubieran sido de alto impacto en la
comunidad. Pero indudablemente no había tras de si una voluntad democrática de
generar empoderamiento ciudadano.
-
A las mismas solo
se les dió el impulso inicial y se propagandizaron, pero luego no se las
sostuvo. Se priorizó el plano formal, el cubrir todo lo que está de “moda” en
las grandes ciudades y el obtener rédito político, pero sin tener la convicción
de porque sería importante llevar esas acciones adelante, y probablemente
subestimando la capacidad intelectual y de observación de la
población.
-
Se buscó tener el
control de las acciones, la conducción de las líneas de gobierno, en los
mecanismos tradicionales pero aggiornando las modalidades. Mostrarse abierto,
pero seguir con las viejas prácticas.
-
Se trató de
articular, comprometer y subordinar a otros actores Institucionales con el fin
de legitimar la acción de gobierno.
-
En muchas
instituciones y en los ciudadanos con real voluntad cívica y participativa el
efecto es negativo, se desconfía ante cada convocatoria frente a la acumulación
de experiencias donde participaron poniendo tiempo y esfuerzos, para finalmente
no ver ningún fruto y terminar sintiéndose usados. De esta manera, cuando se
quiera realizar un proceso participativo auténtico, los obstáculos a vencer
serán mayores. Así la pseudo participación constituye una práctica altamente
dañina.
Tomando el término
participación como define María Teresa Sirvent[9] de participación real o efectiva a la que
necesariamente incluye la posibilidad de formar parte de la toma de decisiones y
de participación formal o simbólica a la que excluye la facultad decisional, no
cabe duda que la gestión de 1991 a 2007 cae en esta segunda categoría y por lo
tanto la participación no alcanza su carácter auténticamente
democrático.
Tomando las
categorías de Valerie Peugeot[10], comenzando desde los niveles más altos podemos decir
que la experiencia platense no se condice con la participación auténtica, que es
el cuarto nivel y equivale a la participación real de Sirvent, donde los
ciudadanos comparten el poder.
Los tres niveles
inferiores al no incluir la toma de decisiones quedan en el plano de la
participación formal o simbólica. Es en ellos donde debemos encuadrar, incluso
con deficiencias, el caso estudiado. Esos tres niveles son los
denominados:
-
Concertación:
Cuando pese a participar en la preparación del proyecto la decisión sigue
estando finalmente en la autoridad.
-
Consultación:
Cuando previamente a la toma de decisiones se realiza una investigación que
incluya consultas, como en la audiencia pública, o directamente se aplique el
instrumento de la consulta popular.
-
Proceso de
Información Local: Es el grado más bajo. Implica solo la comunicación: Desde
arriba es información descendente y desde abajo solo habilita el oir las
quejas.
“Al poner
en duda el ejercicio del poder, al generar procesos educativos y de toma de
conciencia, al generar empoderamiento ciudadano, la participación auténtica
entra en colisión con las relaciones de poder actuales. De allí entonces que la
participación ofrecida en las experiencias locales de planificación, gestión y
reorganización administrativa, las técnicas empleadas y los instrumentos
normativos elaborados quedan en el plano simbólico-formal para que tras una
apariencia de cambio las prácticas políticas sigan teniendo las mismas
características tecnocráticas, discrecionales y de ocultamiento, que permiten la
subsistencia de las relaciones de poder vigente”.
LA PLATA, Junio 19
de 2008
BIBLIOGRAFIA
[2] MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. Juntas Comunales. Un
órgano de participación al servicio de los vecinos, las instituciones y la
ciudad. Tríptico. La Plata, 1998
[3] MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. Subsecretaría de
Planeamiento y Desarrollo Urbano. Programa: Gestión y Planificación
Participativa. Proyecto: Plan de Desarrollo Local del Partido de La Plata.
Presentación de la Propuesta ante las Juntas Comunales. Documento / 1. La Plata,
1998
[4] MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. Plan de Desarrollo
Local. Presupuesto Participativo. Hay un cuadernillo para cada una de las Juntas
Comunales. La Plata, 1998
[5] Diario EL DIA. Diversas notas en el período
previo y posterior a la elección de los Delegados Municipales. La Plata,
2000
[6] Diario EL DIA. Amplia difusión en notas
previas, cobertura de la Audiencia y notas posteriores. La Plata, Febrero de
1999
[7] UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA –
MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. Plan Estratégico La Plata 2010. La Plata, Agosto de
2003
[8] UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA –
MUNICIPALIDAD DE LA PLATA. La Plata Plan Estratégico 2010. La Plata,
2007
[9] SIRVENT, MARIA TERESA. “Estilos participativos. ¿Sueños o
realidades?” en Revista Argentina de Educación. 5, pags. 45-59. Bs. As.,
1984.
[10] PEUGEOT, VALERIE. ”La democratie en quete de
participation”. Texto para el Seminario Internacional: El Renacimiento de la
Cultura Urbana. Ciudades con Proyecto. Rosario,
1999.