ARBOLADO PÚBLICO: GÉNESIS Y CONDUCTA
SOCIAL
Un caso de estudio en la ciudad de Quilmes –
Provincia de Buenos Aires - Argentina
Gabriela Eda
Campari
RESUMEN
La
incipiente traza urbana de principios del SXIX, producto del reparto de solares,
chacras y estancias, estableció un primer ordenamiento espacial del paisaje
quilmeño.
A
través de la valorización del área fundacional, con la apertura de calles y la
construcción de edificios públicos, fue conformando un marco estructural para la
inserción de las crecientes funciones políticas y administrativas del Estado.
Fue en la plaza principal el lugar más cercano a las transformaciones impulsadas
por la reciente jardinería pública, que experimentó las primeras intervenciones
compositivas de ornato mediante la alineación de ejemplares arbóreos, y el
despliegue posterior de Ordenanzas Municipales que reglamentaron la plantación,
y los lineamientos de acción social en relación a los nuevos cuidados y
precauciones relacionados al arbolado.
En
su recorrido cronológico de intervención, el arbolado ha evidenciado
transformaciones sociales que lo sitúan, a principios del SXXI, en contextos
ajenos para el cual ha sido concebido. Por tal sentido, el presente trabajo
tiene como finalidad, abordar una primera aproximación al análisis del arbolado
público alineado en las aceras de calles y avenidas de la ciudad de Quilmes, en
el cual se evidencien rasgos de la conducta humana como agente de degradación,
que comprometan con su accionar, el permanente valor del arbolado como servicio
público, patrimonio natural y cultural urbano.
ANTECEDENTES
Quilmes, Partido conurbano de la provincia de Buenos Aires, es un sitio
ubicado a 34º 50’ de latitud sur y 58º
15’ de
longitud oeste, con una superficie de 94 km2 y una población estable de 511.234
según el Censo Nacional de 1991. Declarada ciudad en 1916, forma parte del
conglomerado que se extiende al sur de la Ciudad Autóctona
de Buenos Aires, sobre el eje del Área Metropolitana, encontrándose
aproximadamente a 20
km del microcentro de la capital y a 44 km de la ciudad de
La Plata.
Conformado por las localidades de Bernal, Ezpeleta, San Francisco Solano,
Villa la
Florida, Don Bosco, el Partido con ciudad cabecera en Quilmes, tiene como
límite noreste el Río de La
Plata, noroeste los Partidos de Avellaneda, Lanús, Berazategui
y Florencio Varela, hacia el sudeste Lomas de Zamora y el Partido de Almirante
Brown en el sudoeste.
Quilmes fue fundado el 14 de agosto de 1666 cuando se estableció la
reducción de la Santa
Cruz de Quilmes, destinada a asentamientos forzados de las
poblaciones indígenas de los indios Quilmes y Acalianos. Con el objeto de
conseguir resultados prácticos, facilidad de replanteo, distribución y defensa
(CHUECA GOITÍA, 1990:129), ni la barranca quilmeña, ni el río impidieron que la
cuadrícula que ordenaban las Leyes de Indias se impusiera ante el trazado del
sitio, hecho que resultó ser un módulo de repetición para la conformación de las
ciudades como lo fue Quilmes.
La
incipiente traza urbana de 1818 producto del reparto de solares, chacras y
estancias estableció un primer ordenamiento espacial. El paisaje modificado
quedó sujeto a la traza fundacional que dio origen al pueblo quilmeño. A través
de un accionar meditado se buscó las ventajas del terreno para emplazar el
pueblo y facilitar su vida de relación. En ese reparto quedaron establecidos los
sitios para la Plaza
Mayor (hoy Plaza San Martín), la Cuadra para las casas de los
Capitulares y Cárcel, la cuadra para la Iglesia -habitaciones de los Curas- y las Plazas
de la Caridad
(hoy Plaza Falcón), de los Labradores (hoy Plaza Wilde), y del Regocijo (ex
Mercado Municipal).
La
valorización del área fundacional estuvo dada cuando se dio comienzo a la
apertura de calles y a la construcción de edificios públicos que sirvieron de
marco estructural para la inserción de las crecientes funciones políticas y
administrativas del Estado.
En
la época en que el Partido de Quilmes todavía no había adoptado su fisonomía
característica, en la zona ya se emplazaban casa-quintas, ranchos y algunas
casillas que hasta las más humildes viviendas disponían de cierto terreno
cultivado. Según las descripciones realizadas por (CRAVIOTTO, 1996:39) con
respecto a la vegetación que se encontraba sobre el relieve topográfico de la
zona, los sauces criollos y llorones, alisos, sarandíes negros y suiñandí,
cortaderas y juncales se disponían en los grandes bajos. En las barrancas
matorrales de calafate, ñapindá, flor de seda y mata ojo. En la planicie
espinillo, porotillo, acacia, sombra de toro, brucuyá, zarza mora y tasi entre
otras. En las partes más altas pequeños montes de talas, espinillos, algarrobos
y chañares. Grandes montes de durazneros se medían por extensiones los cuales
suministraban fruta y leña.
De
calles de tierra apisonada con cercos vivos o construidos y terrenos baldíos que
se encontraban en el centro del pueblo utilizados como potreros para los
animales “Quilmes era el lugar preferido de veraneo para las familias
aristocráticas porteñas, las cuales tenían casas con cochera, caballeriza,
jardín, árboles frutales entre aromos de espinillo y magnolias” (TRAVERSI,
1949:12).
Los
terrenos conformados delimitaron su área a través de cercos construidos; estos
elementos lineales sirvieron de borde (LYNCH, 1998:62) para establecer una
ruptura entre el espacio público y privado. La presencia de la vegetación tuvo
protagonismo en el interior de los terrenos cultivados, con árboles de sombra o
frutales como lo fueron los ejemplares de ombú, eucaliptos, araucaria, castaño,
ciprés, tala, o materializando una división parcelaria dispuestos en grupos o
alineaciones como ser de higueras, casuarinas, paraísos, sauces y acacias según
el Plano Topográfico de 1890 (ALES, 1963).
En
torno a la plaza principal se fue ordenando el paisaje con la apertura de calles
que organizaron el espacio para ser ocupado a través de los edificios
institucionales: la iglesia, la municipalidad, la escuela y la comisaría. La
plaza principal como un lugar de identidad, relacional e histórico (AUGE,
1992:84) ceremonial, festivo y de paseo fue el lugar cercano a las
transformaciones, al comercio, al transporte y a los acontecimientos del pueblo.
La plaza principal la cual dejó de ser un baldío cubierto de cicuta en
primavera, (CRAVIOTTO, 1966:227) se consolidó como espacio verde a través de la
jardinería pública. Impulsada por razones de higiene y ordenamiento, la plaza
experimentó los primeros lineamientos compositivos de ornato en 1887 mediante la
alineación de copudos paraísos en sus flancos y por caminos en diagonal cuyo
recorrido estaba acompañado con árboles de sombra en ambos costados y un añoso
pino centrado en cada ángulo (TRAVERSI, 1949:97).
En
1888 se crearon, en el pueblo quilmeño, las Comisiones Vecinales en las cuales
recayó la inspección sobre la higiene domiciliaria y de los establecimientos
públicos. Estas vigilaron el cumplimiento de las Ordenanzas Municipales,
funciones que se incorporaron con obligatoriedad al rol del Estado. Este
urbanismo higienista estatal recibía diversas medidas tendientes al mejoramiento
de la localidad en lo referido a la venta de pan, carne y leche como también
sobre la existencia de los árboles y plantas en las calles y caminos.
Por
ese entonces se estableció la ordenanza sobre el tipo de cercos que se debían
emplear para cercar los terrenos. Se hizo extensiva para todos los propietarios
o encargados de las fincas o terrenos que se encontraban dentro de la traza del
pueblo, la cual obligaba a cercar el frente de la propiedad lindante con la vía
pública. Para el caso de las calles cercanas a la plaza principal la separación
se debía materializar con edificios, paredes de ladrillo o verjas de hierro, en
cambio para los terrenos más alejados de la traza fundacional y las restantes
quintas sobre la barranca, la opción era más económica por lo que respondía a
verjas de madera o tejido de alambre. La prohibición quedó establecida para la
plantación de cercos o plantas sobre la línea municipal que invadiesen la vereda
estorbando el tránsito. Por consiguiente los cercos vivos existentes debían ser
arrancados para construir en su lugar aquellos que se habían establecido. Cabe
mencionar que la misma ordenanza contempló la siguiente medida: "Se podrán poner
árboles de sombra o plantas de adorno en el cordón de la vereda con previo aviso
de la
Intendencia (...)” (Legajo Nº 30, 1888). Esta medida sería
ajustada años posteriores debido a los inconvenientes causados en su aplicación.
En
el año 1894 por ordenanza (Legajo Nº 8, 1898) se dispuso la plantación de
especies arbóreas de plátanos y/o paraísos al borde de las veredas a una
distancia de 5
metros entre sí. A su vez se estableció la alternativa de
que los vecinos en todas las demás calles pudiesen plantar las mismas especies,
siempre en cuanto quedase respetada la distancia establecida por ordenanza.
En
1904 se establecieron una serie de capítulos que reglamentaron la plantación de
los árboles en las calles de la planta urbana, con respecto a la distancia de
plantación de árboles y a las autorizaciones respectivas. "La ciudad de Quilmes
a pesar de su excelencia de su suelo, carece de una falta absoluta de
plantaciones, reuniendo (...) los medios suficientes para hacerla en vasta
escala.(...) Con la poda de los plátanos de las plazas y de los álamos y sauces
de la rivera, se tendría una base valiosa para la formación de un vivero, cuya
necesidad imprescindible se palpa día a día" (Memoria Municipal, 1917/18:126).
La
Intendencia tenía el poder de rechazar el permiso de los
árboles que pudiesen alcanzar un desarrollo desmedido y antiestético, como
también acordar la obligación de conservar los árboles podados con una altura
inferior a los 5
metros. Con respecto a los cuidados, se estableció la
prohibición de arrancar ramas de las plazas y caminos como también todo accionar
que destruya el árbol o sus aparatos protectores.
La Ordenanza
Nº 114 de marzo de 1921 hizo obligatoria la plantación de
árboles en todas las calles y avenidas de la planta urbana de Quilmes en
aquellas veredas que tuviesen 2,50 o más metros de ancho. Por primera vez las
plantaciones quedaron a cargo de la Intendencia, siendo el cuidado, riego y la
reposición de ejemplares en caso de pérdida por negligencia a cuenta de los
vecinos. La misma exceptuó la plantación en las veredas que conformaban la trama
céntrica, donde los árboles podían resultar un obstáculo para el intenso
tráfico. Plátanos, tipas, robles y otros similares de hojas caducas eran los
permitidos para la plantación, destacándose la importancia de guardar cierta
uniformidad en las calles para lo cual resultaba más conveniente emplear una
sola especie. "La comuna desea cumplir en forma intensiva una de sus
obligaciones de índole urbanística, cual es la de aumentar la forestación de los
centros poblados con el objeto de que de ello se deriven los beneficios sociales
que importan las plantaciones arbóreas en las ciudades máxime en las que como la
nuestra, día a día sufren mayores recargos en su atmósfera para la
multiplicación de las actividades industriales. Cubiertas las necesidades
higiénicas de referencia surjen las de índole estético y luego las de orden
económico, todas indivisibles en la administración urbana. Superar esas
necesidades hace a la función del gobierno comunal y por ello se pone en
ejecución este vasto plan, que no lo dudo contará con el fervoroso apoyo de toda
la población. Pero no solo en eso descansa la implantación de la Semana del Arbol. Existe
otro (...) que se refiere al aspecto moral de la presencia del árbol en las
ciudades (...) Quiere la
Municipalidad inculcar en el cerebro y en el corazón de cada
niño un verdadero amor al árbol, que no nazca sólo de la declamación laudatoria
sino de la efectiva intervención en su cuidado, precediendo a su colocación y
observando sus maravilloso crecimiento y sus magníficos frutos (...) que derive
de la sabia enseñanza que a partir de hoy se procura brindar a nuestros niños”
(Memoria, 1946:48).
Los
amplios terrenos con quintas y jardines se fueron delimitando por el
fraccionamiento menor de las parcelas. La vegetación se fue acotando a espacios
más reducidos en el caso de que estuviese presente, mientras que los árboles
fueron dispuestos en el espacio público de la vereda, sostenidos a través de
ordenanzas que determinaron la plantación de los mismos en la trama urbana.
"Preocupación constante de esta Dirección ha sido y sigue siendo, el arbolado de
las calles y paseos públicos. El árbol como valor ornamental o elemento
moderador de la luminosidad estival, desde el punto de vista urbanístico pasa a
ser en nuestro medio (...) un factor social de suma importancia (...) se ha
procedido a la plantación de 2.000 árboles. Ello en procura también del
saneamiento del aire viciado de nuestra populosa ciudad fabril. (...) Otro de
los propósitos perseguidos por esta Dirección es crear en nuestro medio una
conciencia de amor al árbol (...) con motivo de celebrar el Día del Arbol, se
procedió a realizar un importante acto en la Escuela
Provincial N° 14 de Ezpeleta" (Intendencia Municipal de
Quilmes, 1953).
En
1971 se declaró de interés comunitario la construcción y/o conservación de
cercas y aceras de todos los inmuebles con frente a la vía pública de acuerdo
con las Normas de Ordenamiento Urbano para la Zonificación
Preventiva del Partido de Quilmes. En las especificaciones para
la reparación y/o construcción de aceras la inserción de los árboles de
alineación tuvo una escueta mención en el decreto "Los cordones de cerramiento o
remate de aceras y en huecos para árboles" (Decreto N°10.444, 1971:25).
El
paisaje urbano condicionado por el tráfico y la verticalidad de lo construido,
también se vio sujeto al cambio de rumbo de las acciones concernientes al
arbolado de alineación. La crisis económica, la tercerización de trabajos
operativos, el déficit de propuestas viables de arbolado, la adultez de algunos
ejemplares arbóreos, la producción reducida de los viveros municipales, el
sostenimiento de normativas aisladas y la falta de planificación construyeron el
contexto en el cual hoy el arbolado público de alineación se encuentra inserto.
Así fue como la tierra apisonada de las calles constituyó en una primera época
un recurso natural (DOLLFUS, 1990:39) para hacer efectiva la circulación. Los
trabajos de adoquinado que llegaron con posterioridad al igual que la
construcción de veredas que reordenaron las vías de tránsito peatonal, se le
sumaron los adelantos del alumbrado eléctrico público ubicado en el centro de
las bocacalles y las alternativas de transporte como lo fue el tranvía.
La
acción del hombre hizo que el paisaje no se creara de una sola vez (SANTOS,
1996:64), así las lámparas de tipo incandescentes sustituyeron a las anteriores,
el pavimento reemplazó al adoquinado y el aumento del tránsito vehicular
sustituyó a las vías del tranvía, mientras que la edificación en alto ha dejado
obsoleta la relación de escala que existía con las primeras construcciones del
pueblo.
El
paisaje conformó un conjunto de formas heterogéneas en donde distintas épocas y
elementos quedaron subordinados a un movimiento global (SANTOS, 1996:64). La
calle principal, la de las quintas se transformó en la calle peatonal más
comercial del Partido, saturada de publicidad, entre edificaciones antiguas y
marquesinas modernas, constituye uno de los elementos más representativos de la
imagen de la ciudad de Quilmes la cual refleja la complejidad del paisaje
urbano.
El
desarrollo de la sociedad y las complejas modalidades que acompañan a esta
aglomeración urbana, han reflejado en el trazado de redes la densidad de la
población. La red como construcción de una infraestructura para canalizar
flujos, a través de un ordenamiento lineal y continuo ha permitido la
interrelación con los distintos puntos habitados (DOLLFUS, 1978:73). Cuanto más
compleja es la vida de los actores sociales que accionan sobre el espacio, mayor
es el número de funciones y usos diversos que se interrelacionan y es de esta
manera como el paisaje resulta heterogéneo (SANTOS, 1996:62). "La gente cree que
el árbol que plantó en la vereda le pertenece, y no es así. La ordenanza 8114
deja bien en claro que el arbolado urbano le pertenece a la Comuna.
Lamentablemente esta norma no está reglamentada lo que no permite un buen
contralor de lo que ocurre con este arbolado. (...) Creemos que es una batalla
perdida, sin embargo podemos concienciar para que la poda esté bien hecha (...)
Este es un tema cultural, que entendemos sólo se puede combatir con educación, y
por eso estamos programando una campaña de concientización (...) luchar por el
problema grave, que es el desconocimiento de la gente de tratar el árbol que
está en la puerta de su casa, que es la única reserva forestal que tiene la
ciudad" (Perspectiva Sur, 18/1/00:5-6).
Delimitación del área de estudio: El área quedó sujeta a la trama
ortogonal conformada por 42 manzanas las cuales abarcan una zona comercial y
otra residencial, según la reglamentación de los usos, ocupación del suelo y
parcelamiento de la tierra en el Partido Por consiguiente el polígono de estudio
quedó conformado por las calles y/o avenida caracterizadas a continuación:
1-
Calle Alberdi: como límite norte, zona residencial de casas bajas de principios
de SXX y recientes construcciones en alto que fueron transformando el tejido
urbano. Alberdi presenta la particularidad de ser una vía de circulación
primaria, de tránsito mediano con doble dirección y llegada directa desde la
avenida Yrigoyen a las dependencias de la nueva Municipalidad. De aceras muy
anchas (más de 5
metros de ancho), las cuales en ciertos tramos ofrece
diferencias de altura con respecto al nivel de la calle y una franja destinada a
una cubierta vegetal, que varía según la intervención de los frentistas. Esta
calle mantiene una particularidad dado que ha mantenido por tramos las
alineaciones de plátano (Platanus acerifolia) que correspondieron a las
plantaciones originales realizadas por el Municipio.
2-
Peatonal Rivadavia: como límite sur, en contraposición a la anterior se extiende
sobre una zona comercial la cual tuvo referencias históricas significativas en
la traza fundacional del pueblo quilmeño. La calle de las “Quintas” como lo era
en la primera época fue dejando atrás sus características residenciales por las
comerciales de moda. Rodeada de alta movilidad vehicular en sentido transversal,
Rivadavia tuvo la particularidad de haber sido peatonalizada, nivelada y
acondicionada para el tránsito peatonal intensivo como una alternativa de paseo
y de reunión. Contenidos en canteros elevados se encuentran las plantaciones de
ligustro variegado (Ligustrum lucidum for. aureo-marginatum) que refuerzan la
partición del espacio peatonal a través de la alineación.
3-
Calle Sarmiento: como límite este se extiende sobre un sector que corresponde a
las inmediaciones de los antiguos edificios cívicos y de la plaza mayor la cual
conserva la alineación de plátano (Platanus acerifolia) como envolvente.
Heterogéneo en cuanto a las características de las construcciones de su entorno,
Sarmiento se caracteriza por ser una vía secundaria inmersa en la zona comercial
anteriormente mencionada. El otro tramo se encuentra en zona residencial en el
cual los nuevos emprendimientos edilicios han transformado su fisonomía a través
de las alternativas en el tratamiento de fachadas, de veredas, en las nuevas
entradas vehiculares y en los accionares reflejados con respecto al arbolado
urbano.
4-
Avenida Yrigoyen: el límite oeste se encuentra dado por esta gran vía de
circulación primaria, de doble dirección, con un tránsito vehicular intenso y
una circulación diaria de personas que se trasladan a través de los servicios de
transporte de colectivos y ferroviario. Por tramos de tipo comercial y por otros
librados al abandono, sobre esta concurrida avenida tienen lugar dos de las
famosas cadenas de supermercados y la redacción del periódico local. Si bien el
ancho de vereda sería el conveniente (más de 4 metros de ancho) para
realizar cualquier tipo de plantación, y dadas las condiciones reinantes del
tránsito vehicular, la presencia de la vegetación para este caso es casi nula.
METODOLOGÍA
La
instancia metodológica se dividió en dos partes, las cuales se instrumentaron
por un lado a partir de la elaboración de un relevamiento técnico documentado
fotográficamente y por otro mediante la elaboración de entrevistas.
Con
el objeto de obtener datos cuali y cuantitativos se llevó a cabo un relevamiento
de los ejemplares. El tamaño de la muestra quedó determinado por las 42 manzanas
que conformaban el área de estudio.
A
través de una planilla técnica se relevaron todos los árboles, arbustos y/o
palmeras existentes en las veredas de calles y avenidas, como también aquellos
sitios potenciales cuyo signo estaba dado por las planteras construidas que
carecían de árbol y/o ejemplar alguno. La planilla se componía de campos a
relevar que hacían referencia a la dirección, especie, circunferencia, estado
seco, tutorados, descope y datos concernientes al maltrato y a las
interferencias, información que requería un mayor análisis dado el objetivo
planteado.
A
fin de complementar el relevamiento de datos, se recurrió a la fotografía como
herramienta testimonial, para materializar observaciones directas de la
interacción de actores sociales y su contexto. Se realizaron diferentes tomas
fotográficas del área de estudio, dirigidas a registrar las diversas conductas
adoptadas con respeto a la presencia o no del árbol y las consecuencias
negativas derivadas de un tratamiento incorrecto. A su vez metodológicamente se
trabajó en el marco de la escuela geográfica de la percepción, la cual toma al
paisaje haciendo hincapié en el interés por los vínculos y el peso que arrojan
las subjetividades sociales al interactuar y construir el espacio social.
“Actualmente para la valoración del paisaje en los planes territoriales,
además de evaluar factores como la cobertura vegetal, la pendiente (...) suele
tenerse en cuenta la opinión de los usuarios potenciales (...) expresable
mediante encuestas u otros sistemas de investigación social que ayudan a
descifrar las preferencias subjetivas del público” (CAPEL, 1982:45). Es la
historia oral, los elementos significativos y las reacciones ante el problema,
lo que dejan traslucir las formas de ver el paisaje. "Todo lo que vemos, o que
nuestra visión alcanza es el paisaje. Este puede definirse como el dominio de lo
visible, lo que la vista abarca. No sólo está formado por volúmenes, sino
también por colores, movimientos, olores, sonidos, etc. (...) Por tanto el
paisaje como el espacio resultan de movimientos superficiales y de fondo de la
sociedad, de una realidad de funcionamiento unitaria, de un mosaico de
relaciones, de formas, de funciones y sentidos” (SANTOS, 1996:59).
Para tal caso se recurrió a la elaboración de 8 entrevistas a actores
sociales claves en base a interviews (DUVERGER, 1996:286) técnica que permitió
obtener un disparador de respuestas más libres, por la ductilidad y la
adaptación de la misma. Las preguntas se orientaron a indagar acerca del
conocimiento del árbol del frente de su casa (cuidados, sombra, molestias), si
colaborarían en caso de recibir asesoramiento, apreciaciones sobre las tareas
realizadas por la
Municipalidad, opinión con respecto a los problemas y
beneficios de los árboles urbanos.
Cabe destacar en esta instancia que dada la complejidad y las
dificultades surgidas por los términos establecidos de tiempo, se ha dejado
abierta la continuidad de las indagaciones a efectos de que futuros estudios
puedan llevarse a cabo, si se cuenta con los medios y recursos necesarios para
su accionar.
RESULTADOS
Se
relevó una cantidad total de 1132 ejemplares pudiéndose establecer la existencia
de 27 (26,95) ejemplares/manzana es decir unos 7/cuadra, siendo un 42% árboles
adultos de 1
a 1,60 metros de diámetro. El total de especies
relevadas sumó 63, siendo las especies predominantes el fresno americano
(Fraxinus americana) con 304 ejemplares y el plátano (Platanus acerifolia) con
170. El 71,42% son árboles, el 20,63% son arbustos y el 6,34% son palmeras entre
las cuales la pindó (Arecastrum romanzoffianum) contabilizó una cantidad de 13
ejemplares. Tanto el fresno americano (Fraxinus americana), plátano (Platanus
acerifolia), sófora (Sophora japónica), tilo (Tilia sp.), crespón (Lagerstroemia
indica) mantuvieron el carácter de especies predominantes, según datos
comparativos existentes en el Municipio, a excepción del acer (Acer negundo) que
de estar en un 7º lugar pasó a ubicarse estadísticamente tres lugares
inferiores. Si bien el plátano (Platanus acerifolia) representa la 2º especie
predominante, registró una baja en la cantidad de árboles comparativamente a
años anteriores. En relación a la diversidad es decir al número de especies
aumentó de 56
a 63. En general todas las especies sufrieron un aumento
en cuanto a su cantidad, pero en especial la diferencia fue considerable para el
ligustro variegado (Ligustrum lucidum for. aureo-marginatum) que aumentó un
133%. Por el contrario sucedió con el acer (Acer negundo) el cual de 25
individuos pasó a tener 23. La diferencia a favor que da el muestreo realizado
con respecto a la cantidad total de ejemplares pudo estar fundada por diversos
motivos, uno de ellos es que haya aumentado la plantación de árboles en las
veredas, lo cual sería positivo a escala local, o simplemente porque existió un
error de conteo en los trabajos anteriores.
Otros resultados registrados respondieron a 13 árboles secos (1%), 46
árboles faltantes (4%), un 6,65 % presentó un descope parcial. De los 261
árboles/arbustos jóvenes 58 solo estaban tutorados (22,22%). Un 5% de los
ejemplares relevados presenta algún tipo de agresión antrópica por causa de
elementos externos al árbol que condicionan el normal crecimiento del individuo.
Un 36% correspondió a las amarras (A), un 22% a los cestos de basura (B), 12% a
carteles (C), 9% escrituras o gravados en cortezas (E), mientras que un 2% a
cestos y carteles conjuntamente (B/C). Entre el 12% que agrupa a diversos tipos
de agresión se encontraron casos de elementos punzantes clavados, maderas
clavadas, troncos pintados, elementos de relleno en huecos de la corteza entre
otros.
Un
39% sufre algún tipo de interferencia. El 18% correspondió al cableado aéreo de
empresas de servicio (C), 18% a la presencia de todo tipo de postes en uso o en
desuso (P). Con un 4% se reunieron aquellos tipos de interferencias diversos que
se han encontrado como ser marquesinas, balcones, tensores, toldos, pilares (O).
Un 2% reunió a los casos en los cuales los cestos de basura condicionaban el
desarrollo del ejemplar (B) y con un 1% a los carteles sean éstos de
señalización, de propaganda, etc. (CA). Los registros fotográficos reflejaron
los casos relacionados a las prácticas clandestinas como ser podas drásticas,
eliminación de ejemplares por entradas vehiculares, realce de fachadas, o nuevas
construcciones; las situaciones problemáticas derivadas de una intervenciones no
adecuadas, casos en los cuales el árbol pasó a cumplir una función de sostén de
elementos adicionados o de incorporación de materiales diversos como ser
maderas, cemento, ramas y trapos, entre otros, a fin de subsanar caseramente las
cavidades en los troncos de los mismos. A su vez se han registrado aquellos
inconvenientes causados por la presencia de postes, luminarias, tensores y
amarras, como así también el árbol como soporte ideal para la colocación del
canasto, el clavado de ganchos sujetadores, de cadenas para prevenir los robos
del recipiente que aloja los residuos domiciliarios.
A
partir de los resultados de las entrevistas a testigos claves se pudieron
definir claramente dos tipologías: una que reflejó una respuesta positiva frente
a la existencia del individuo arbóreo y otra una actitud indiferente. Con el
objeto de ejemplificar cada una se transcribieron los párrafos más
significativos de las entrevistas a fin de no exceder la capacidad convenida
para la exposición del presente trabajo. Las entrevistas no revelaron la
identidad de los entrevistados con el objeto de preservar la privacidad de los
mismos.
Tipología A Actitud positiva frente a la existencia del individuo
arbóreo: En los 6 casos consultados existió una coincidencia por tener un cierto
conocimiento del árbol que tienen en su frente. Dos de los casos declararon
haberlos plantado y en ambos se da la característica de ser un tipo de vivienda
edificio ajardinado. En uno de ellos el portero se remontó a seis años atrás
"Terminada la obra el árbol que había en la vereda estaba seco, la misma
propietaria que hizo el jardín consiguió el árbol, primero le habían traído otro
pero no era ese el que quería para el edificio, así que éste era el que buscaba"
señalando el liquidambar (Liquidambar stiracyflua). El otro edificio prestaba
servicios un paisajista realizando las tareas de diseño y mantenimiento, dada mi
sorpresa al encontrar una serie de lapachos (Tabebuia sp.) plantados en la
vereda me comentó "Nos guiamos por el lapacho que se encuentra en la otra cuadra
el cual merece su admiración, pero cuesta mantenerlos y el crecimiento está
siendo muy lento". El resto sabía cual era la especie si se estaban refiriendo
al tilo (Tilia sp.), plátano (Platanus acerifolia) o fresno americano (Fraxinus
americana). Fue en un solo caso en los cuales los propietarios se acercaron
mientras estaba realizando unas mediciones y entablaron ellos mismos la charla.
"Es muy limpio, la hoja es parecida al del vecino pero no florece igual,
entonces es una acacia?"
El
tema del cuidado se hizo extensivo en casi todos menos en un comerciante de
artículos varios de bazar que respondió "no porque así solo está bien".
El
disfrute de la sombra estuvo presente en las tres casas particulares de
principios de siglo en las cuales los ejemplares eran adultos habiendo
desarrollado buena copa, características idénticas se registraron en el comercio
mencionado. Lo contrario se dio en los edificios donde los ejemplares todavía
tenían muy poco desarrollo.
Las
preguntas negativas acerca de si el árbol le molesta o si lo sacaría no
prestaron conformidad." En esta cuadra había más tilos pero lo fueron eliminando
con kerosene, entonces la
Municipalidad al verlos secos los fue retirando y después
plantan otra cosa, señalando el ficus (Ficus benjamina) del negocio de al lado.
El tilo no me estorba la vidriera, me da beneficios que hace que lo valore aún
más. El comerciante hace lo que quiere con los árboles".
"En
la cuadra había muchos árboles, pero vos te das cuenta los que hay, y no solo
eso, este fresno debe hacer más de setenta años que está plantado acá. Cuando
vine a vivir ya estaba, en cambio si te fijas los pocos que quedan son muy
nuevos, porque los reemplazan rápidamente".
Sí
mostraron una actitud positiva con respecto a la posibilidad de colaborar si los
asesoraran. "Lo riego todos los días en verano, es por eso que el follaje tiene
un verde más intenso" (...) "Doné 200 plantines de fresno a la Municipalidad y por
suerte los destinaron a una zona de viviendas".
En
relación a las tareas que realiza la Municipalidad varias fueron la críticas de cierta
ineficiencia ante la realidad. "La Municipalidad no controla".
"El
supermercado (...) construyó un sector para descarga de camiones, pero como los
camiones tienen que hacer cola de espera, los tengo parando en el frente de mi
casa (la casa se encuentra a una cuadra). A raíz de eso un día dieron marcha
atrás y partieron este plátano enorme. Me dio mucha pena y tenía miedo de que se
secara, entonces lo atravesé con dos pernos para que pueda recuperarse y se
recuperó. El otro tiene estos huecos que son muy grandes, los estoy rellenando
con un material que sale muy caro.
Estos trabajos los tendría que hacer la Municipalidad
pero...".
"Las empresas constructoras hacen casa nueva, vereda nueva y árbol nuevo.
En la esquina había árboles más grandes, los sacaron, por lo menos la arquitecta
tuvo la decencia de plantar dos más".
Cuando se hizo mención de los problemas que traen aparejados los árboles
en la ciudad la mayoría lo relacionó con el levantamiento y rotura de veredas.
Uno sin embargo acotó:
"El
árbol no causa problemas, es como si vos a un hijo a los 30 años le pones un
zapato de cuando tenía 9. Necesita su lugar para crecer y desarrollarse. La
gente no respeta eso, el árbol es una vista más de lo que nos pasa a los
argentinos".
En
los beneficios vuelve a surgir la sombra que proyectan los árboles en verano y
hubo dos menciones que lo relacionaron con la belleza y la oxigenación. Y en
cuanto a las referencias nuevamente la sombra se llevó todos los
elegios."Disfrutamos en verano porque la sombra es muy densa".
Tipología B Actitud indiferente frente a la existencia del individuo
arbóreo: En 2 de los entrevistados el diálogo resultó mucho más forzado que el
anterior. Los temas no fluyeron ni despertaron otros comentarios que pudieran
hacer un aporte más significativo. En relación al conocimiento que se tenía por
el árbol de su frente, uno de los casos una peluquera, cuyo negocio se
encontraba en una de las transversales muy cerca de la peatonal no reparó en el
árbol seco que lindaba con la parcela de al lado. "Estaba así cuando vine". "Me
resultan indiferentes, no conozco nada, y sí molestan te tapan la vidriera".
Cuando se le pidió que por lo menos mencionara alguna preferencia para el
arbolado de la ciudad dijo la sombra "Me gusta caminar debajo de la sombra en
verano".
El
segundo caso tenía la particularidad de ser un edificio de la década del '60,
con vereda hecha a nueva pero sin árboles. Una de las propietarias argumentó que
desde que vive ahí hace más de 30 años nunca hubo árboles plantados y la verdad
que no sabe por qué. La oxigenación y la belleza las enumeró como dos de los
beneficios de los árboles en la ciudad, mientras que la sombra volvió a aparecer
como preferencia.
COMENTARIO FINAL
El
árbol plantado ha finales del '20 o del '30 se ha desarrollado en un espacio
público con exigencias totalmente diferentes a las que presenta hoy en día.
Con
la llegada del cableado aéreo, las luminarias bajas, la difusión masiva de los
medios gráficos, el aumento del tránsito vehicular y la generación de gran
cantidad de residuos y de servicios, hizo que el espacio que se le había
asignado quedase cada vez más reducido y en ciertos casos sacrificado según el
uso que se le delegase; al que se le han sumado las falencias en la formulación
y actualización de normativas como reguladoras del accionar humano.
Por
consiguiente no resulta ajeno decir en esta instancia, que a partir del arbolado
de alineación se crean situaciones conflictivas debido a que existen intereses
contrapuestos de los actores sociales tanto en lo público como en lo privado
evidenciados en rasgos de conducta social.
Sin
más la degradación es evidente por la madurez que presentan los ejemplares y por
lo tanto merecen nuestra atención buscar las alternativas necesarias y viables
para que la comprensión y la planificación puedan conjugarse consensuadamente.
El
campo de acción resulta ser muy amplio e imprescindible el cual requerirá del
trabajo
interdisciplinar, que despierte el interés de aquellos que posean la
voluntad política para gestar cambios de actitud, mediante propuestas que
incluyan: la intervención social organizada como una herramienta alternativa
para el cause de las problemáticas detectadas, la formulación de programas de
educación ambiental, el fomento de la valorización del arbolado público a partir
de la memoria colectiva y la formación de agentes multiplicadores de conductas
responsables para el manejo del arbolado, como recurso natural del paisaje
urbano que habitamos.
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