Conflictos
derivados de la ocupación del suelo en áreas
suburbanas
Silvia
Marenco
Carolina
Mancinelli
Depto
de Geografía y Turismo
UNS. Bahía Blanca
Resumen
El
crecimiento horizontal de una ciudad, debido a la demanda de espacio producto
del aumento demográfico y/o de la actividad económica, se refleja en la
formación de una franja periurbana, que se extiende en
distintas direcciones más allá de la trama consolidada. Este borde es un área de
transición, en continuo cambio, donde se yuxtaponen distintos usos del suelo –
desde agrarios y comerciales hasta residenciales y recreativos- que le otorgan
una apariencia distintiva por su heterogeneidad.
La
población ha manifestado una marcada tendencia a residir en el sector suburbano
de la ciudad con el propósito de buscar mayor tranquilidad, seguridad y estar en
contacto con la naturaleza. Esta área de transición, entre lo urbano y lo rural
presenta una serie de conflictos derivados de la progresiva adaptación hacia
usos residenciales. En este trabajo se pretende analizar y determinar qué tipo
de problemas se manifiestan a medida que se va concretando la implantación de
nuevos usos, teniendo en cuenta además la modificación de la normativa desde el
Código de Planeamiento Urbano de la ciudad de Bahía Blanca.
Introducción
Históricamente
las zonas periféricas de las ciudades eran conocidas como el lugar que alojaba a
los sectores sociales más empobrecidos. La distancia al centro y a los mejores
servicios, tradicionalmente reguló el valor de la tierra y cargó a este sector
de connotaciones peyorativas.
En
un prolongado proceso de traslados y reorganizaciones se fue gestando un nuevo
modo del uso de las ciudades. Hoy se valoriza la trama menos densa, el aire
libre, el paisaje predominantemente verde, la vida más distendida y el medio más
sano que posibilita la localización suburbana, relegando a las áreas céntricas
principalmente las funciones administrativas, de negocios o de
gobierno.
El
crecimiento de las ciudades a nivel mundial es un fenómeno irreversible, al cual
no escapa la ciudad de Bahía Blanca. El siglo XX sobre la base del abaratamiento
y la generalización del uso del automóvil y de otros medios de transporte, de
una alta tecnificación agrícola y del desarrollo del hormigón armado, produjo
una explosión demográfica de las ciudades jamás antes imaginable así se generó
la congestión descontrolada y la degradación del ambiente urbano, especialmente
en las zonas céntricas antes privilegiadas. El área central bahiense, comienza a
mostrar algunos signos de saturación en dicho sector. Esta situación, unida al
deseo de una mejor calidad de vida, genera la expansión de la ciudad hacia
distintos puntos de la periferia. En algunos de ellos han aprovechado ejes de
circulación de vinculación regional, donde además de los usos residenciales han
surgido centros comerciales y de recreación, y centros de distribución
mayorista, otorgando un gran dinamismo al área en su
conjunto.
En
el área de estudio (Barrio Los Chañares), la población ha manifestado una
marcada tendencia a residir en el sector suburbano de la ciudad con el propósito
de buscar mayor tranquilidad, seguridad y estar en contacto con la naturaleza, a
pesar de la escasa dotación de servicios e infraestructura que ofrece. El
propósito de este trabajo es analizar y determinar qué tipo de problemas se
manifiestan a medida que se va concretando la implantación de nuevos usos, y
cuál es la forma de resolución de los conflictos a partir de la modificación de
la normativa desde el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad de Bahía
Blanca.
La
evolución hacia nuevas formas de ocupación y uso que se produce en el sector de
estudio se ve favorecida por el cambio de la normativa de los Usos del Suelo; se
espera que dicha modificación desaliente la instalación de usos incompatibles,
aún existentes en el sector. No se prevé, sin embargo, en el corto plazo un
desarrollo de grandes centros comerciales. Esto se debe a las características de
área recreativa al aire libre, en tanto parque lineal, muy definidas en la
actualidad, constituida por la “Camino Parque Sesquicentenario”, que bordea al
barrio en el sector sudoeste; asimismo se destaca su proximidad a las rutas
nacionales de conexión interregional (Ruta 33 y 35).
Problemas
derivados de la ocupación del suelo en áreas suburbanas
El
crecimiento horizontal de una ciudad - debido a la demanda de espacio producto
del aumento demográfico y/o de la actividad económica -, se refleja en la
formación de una franja periurbana, que se extiende en
distintas direcciones más allá de la trama consolidada. Este borde es un área de
transición, en continuo cambio, donde se yuxtaponen distintos usos del suelo –
desde rurales y comerciales hasta residenciales y recreativos- que le otorgan
una apariencia distintiva por su heterogeneidad.
“
En las márgenes de la ciudad, en el ámbito de la franja marginal, es
característico, por tanto, que se de una conmixtión de aprovechamientos del
suelo, que van desde la existencia de pueblos rurales antiguos e intactos a la
presencia de modernas colonias residenciales; desde toda una variedad de
instalaciones comerciales –incluidos centros de compras propios de extrarradio-
a los elementos propios de los servicios e industrias de la ciudad que se suelen
situar justamente en localizaciones marginales” (Carter, H.,1983: 432).
A
ello se añade que, en tanto la urbanización avanza sobre el medio rural, se
produce una transformación en el uso del suelo y se sucede una ocupación
dispersa y discontinua, dejando amplios vacíos. De este modo, se observa cómo
las tierras sin uso o destinadas a actividades productivas – horticultura,
criaderos, entre otras- se convierten en urbanas ante las presiones de la
dinámica expansiva de las ciudades, o son abandonadas a la espera de
valorización inmobiliaria. Al mismo tiempo, la dinámica de la población que se
instala, con el tiempo expulsa las actividades preexistentes, cambiando los
hábitos de vida de acuerdo a las condiciones que ofrece el sector. Sin embargo
este no es un proceso rápido, debido fundamentalmente a la falta de inversores
inmobiliarios, aunque el cambio en la normativa favorece al conjunto.
Se
constata una modificación en la relación entre las actividades, la sociedad y el
territorio, donde el modo de vida urbano se impone adaptando el espacio. Este
proceso genera conflictos entre los primitivos habitantes del sector y “los
nuevos” residentes, con perspectivas diferentes respecto del hábitat y del uso
del entorno natural.
El área de
estudio conforma un espacio de implantación relativamente reciente en la trama
urbana de la ciudad de Bahía Blanca, en el sudoeste de la provincia de Buenos
Aires. El Barrio los Chañares, al cual se hace referencia, está ubicado al
noroeste de la ciudad de Bahía Blanca sobre la franja marginal de la misma,
surge en 1980, luego de un loteo realizado por la firma Vinelli.
La
subdivisión parcelaria del barrio contempló espacios generosos, la mayoría de
los terrenos superan los 3.000 metros cuadrados de superficie, y cuentan
con un gran frente, lo que apunta a consolidar un área de baja densidad, del
tipo quinta urbana.
Es oportuno
destacar que el sector estudiado, en cuanto a su denominación como espacio
Suburbano, es nuevo por lo cual tiene una historia corta, ya que anteriormente
era solo espacio rural ocupado por campos de propiedad privada. Entre los
propietarios del sector se puede mencionar a las familias Del Else, Urra y Lelli. A partir del año 1980, en que se produce el loteo del
Barrio Los Chañares, el sector emerge como una opción de segunda residencia, ya
que no poseía ningún servicio que facilitara el asentamiento de población
permanente. Con el tendido de la
Red de Energía eléctrica, en el año1986, comienza a instalarse
población en forma estable. En 1990 ya residían permanentemente más de 100
familias. En la actualidad por diversos motivos, entre los que predominan la
seguridad o tranquilidad y la posibilidad de un mayor contacto con la
naturaleza, entre otros, el número de personas instaladas ha aumentado
alcanzando a 200 las familias que residen en el barrio. Ello se debe a que
“…los matrimonios con hijos, en período de formación, valoran más las áreas
suburbanas por su seguridad, calidad ambiental y social del entorno.” (Zárate
Martín, 1991:123)
Desde
el surgimiento, este barrio y el aledaño (Don Ramiro) pertenecían a la
jurisdicción de la
Sociedad de Fomento de Villa Bordeu, en el año 1993 luego de
varias gestiones ante el Municipio, los vecinos del sector, logran el
reconocimiento de la individualidad e identidad, a partir de la constitución de
una Sociedad de Fomento propia.
El
sector y la normativa municipal: el Código de Planeamiento
urbano.
En
el mes de Noviembre del año 1980, momento del loteo del Barrio Los Chañares,
según el código de zonificación Municipal, que tenía vigencia desde la década
del ’70, el sector se definía como:
Zona
Rural (RU). En esta zona se permite la explotación agropecuaria propiamente
dicha, al tiempo que plantea la posibilidad del asentamiento de algunos usos
complementarios del área urbana.
Debido
a la presión ejercida por los vecinos y al abandono creciente de las primitivas
actividades de tipo rural, como viejos tambos, o criaderos de aves, en el año
1986 con la reformulación del Código de Zonificación el sector estudiado cambia
el estatus funcional, al promoverse el uso de tipo residencial.
La
nueva denominación es SUR 2, cuya definición corresponde a un área apta para la
vivienda unifamiliar de baja densidad de carácter suburbano y escaso
equipamiento (parcelas mayores). El uso agropecuario se permite con ciertas
restricciones. A éstas se añade la normativa referida a la relocalización de hornos de ladrillo y criaderos de
aves.
De
acuerdo al la información obtenida en una entrevista, realizada a funcionarios
municipales, se destaca que debido a reiterados conflictos de convivencia
planteados por los vecinos y los propietarios de los criaderos, se debe aplicar
el Ítem 7 de la citada normativa, la cual establece que “la Comisión Asesora
de Planeamiento efectuará en cada caso un estudio para determinar la
conveniencia de la localización proyectada” (Código de Planeamiento Urbano,
1993). Frente a ese tipo de actuaciones, en el año 1990 se promueve la
erradicación tanto de los criaderos como de los hornos de ladrillos. Debido a
ello, en la actualidad, no se admiten los usos mencionados, privilegiando
netamente aquellos de carácter residencial.
Cabe
destacar también que la normativa exige la dotación de infraestructura y
servicios, como acción previa a cualquier proceso de parcelamiento, para
preparar al área, con equipamientos básicos y adecuados para la instalación de
población. Así lo establece el Decreto-Ley
8912 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo, del año 1977, en el orden
provincial. La escasa dotación de infraestructura básica de servicios y
equipamiento, se debe a que el loteo del Barrio Los Chañares es anterior a la
concreción del primer Código de Planeamiento Urbano del año 1971, por tanto no
fueron previstos en dicha normativa.
Uso
del suelo contemplado en el Código de Planeamiento Urbano
Según
el Código de Planeamiento Urbano vigente, como se mencionara en el item anterior, el sector del barrio Los Chañares encuadrado
en la zona SUR 2 puede incluir a los siguientes usos que están
permitidos:
v Sanidad:
clínicas, sanatorios o institutos privados
v Servicios:
Alimentación en general, escuela para animales, estación de servicio, estudio y
consultorio profesional anexo vivienda., hotel por horas, velatorio y
lavadero de automotores
v Agropecuarios:
criaderos, chacras de producción, criaderos de aves, tambos,
frutas.
v Comercios
minoristas: productos alimenticios, kioscos, autoservicios, supermercado total,
vivero, venta de animales domésticos.
v Cultura-Culto-Esparcimiento:
autódromo, estadio, hipódromo, biblioteca local, cancha de tenis, cine, teatro,
club social, natatorio, templo.
v Administración
pública: estafeta postal, policía, comisaría
v Comercio
minorista: farmacia, maquinarias, materiales de
construcción
Con
relación a los usos propuestos se plantean las siguientes
observaciones:
1) Los
usos deben ser entendidos no solamente en sus aspectos potencialmente negativos
para cada área, sino también en sus aspectos positivos en cuanto pueden
contribuir a consolidar áreas de crecimiento
2) Con
relación a las áreas, fundamentalmente en los sectores de crecimiento, puede
ampliarse la gama de funciones compatibles con la vivienda uni y multifamiliar.
3) Con
relación a las molestias hay que evitar superposición de reglamentaciones ya que
toda la actividad productiva está sujeta a reglamentaciones específicas de
habilitación.
4) Cabe
indicar que es preciso reconocer que las presuntas incompatibilidades entre usos
y zona, para cierto rango de los mismos, son perfectamente
salvables.
Teniendo
en cuenta los usos y ocupación del suelo en el sector suburbano, hay que
destacar que aquellos existentes y que no se ajusten a la reglamentación vigente
podrán conservarse transitoriamente, siempre y cuando los mismos no representen
un conflicto grave en relación al carácter establecido para el
área.
A
raíz de todo lo expuesto, y luego de realizar el relevamiento en el terreno se
verifica que los usos del suelo que se encuentran en el Barrio Los Chañares
presentan las siguientes características: predomina el uso de residencia de tipo
familiar, existen algunos comercios minoristas de aprovisionamiento diario a la
población residente y aledaña como: venta de comestibles (dos locales),
materiales de construcción (un local), venta de leña (un local), asimismo se
destaca una casa de fiestas y una metalúrgica. A estos usos se agregan otros
propios de los sectores rurales como: un tambo, una extractora de miel y un
horno de ladrillos (Figura 2).
Como
se puede apreciar en cuanto a los usos que se encuentran en el barrio, podemos
decir que se observa una retracción de actividades características de la
periferia como son los criaderos y la horticultura que, otrora, formaban parte
del paisaje periurbano de la ciudad. Ante el avance de
la urbanización, los espacios vinculados a la producción intensiva son relegados
para destinar estas superficies a otros usos; allí el valor de cambio supera el
valor de uso. Un porcentaje (25%) de estos terrenos permanecen sin un
aprovechamiento definido, probablemente a la espera de una mayor renta
inmobiliaria. En este sentido los criaderos abandonados constituyen un
testimonio de esta tendencia.
En
el caso de los hornos de ladrillo, en enero de 1990 se sancionó la ordenanza
municipal -Expte. 60-HCD/90 119-6338/89- que prohíbe
la extracción de tierra en el interior de ejido de la ciudad para evitar una
mayor degradación del suelo. Igualmente aún no se han retirado del sector la
totalidad de los hornos, lo cual conforma un punto de conflicto entre los
vecinos y los dueños del mismo, debido a las molestias causadas en cuanto al
humo que producen y a los olores no deseados.
En
efecto, las actividades de tipo explotación intensiva, como es la horticultura,
no constituyen actualmente una demanda activa e importante de la tierra y, en
general, no presenta mayor resistencia al crecimiento urbano. La actividad
hortícola, se encuentra en estos espacios en franco retroceso debido a que su
escala productiva no las hace competitivas respecto de otras áreas más alejadas
y menos constreñidas por los procesos de urbanización. Se prevé que a
mediano-corto plazo estos terrenos constituirán una oferta significativa para el
mercado inmobiliario de la ciudad. En síntesis se observa una paulatina
reconversión de uso del suelo, de tierra rural a urbana.

Ocupación
del suelo
El
proceso de periurbanización que ha sufrido Bahía Blanca se ve espacializado en
una ocupación discontinua del uso –inducida por diversos factores- y la
conformación de un tejido urbano disperso y desequilibrado en sus bordes. De
este modo, la ciudad se expande de manera dispersa dejando amplios terrenos
vacantes, yuxtapuestos a otros usos típicos de franjas periurbanas, tales como
segundas residencias, casas quintas, hornos de ladrillos, centros comerciales,
clubes, entidades recreativas. La heterogeneidad y dinámica de este espacio
quedan reflejadas en un patrón de uso del suelo característico de la periferia y
diferenciado del resto de la ciudad.
“...La
lógica expansiva periurbana, lejos de tender a la
consolidación de la trama construida, genera nuevos espacios de baja
consolidación a los que debe dotar de infraestructura social. La urbanización en
islas es la manifestación concreta de este proceso y la desarticulación –desde
un punto de vista funcional- el pattern o modelo
territorial resultante”.
(Pintos 1994, pág.387)
La
aparición de segundas residencias en el sector de estudio en la década del 80
supuso un cambio en el espacio rural circundante al área urbana consolidada que,
con el transcurso del tiempo, adquiere las características de un espacio periurbano. “La residencia secundaria o de fin de semana
puede considerarse como un aspecto del proceso de urbanización.” (Colombara, 1998,: 63). (Figura 3) Actualmente, se
verifica un cambio en los comportamientos residenciales tradicionales en el
sector. La población que decide radicarse de forma permanente en la franja periurbana busca mejorar su calidad de vida. La vida en la
ciudad ya no es igual que hace años. Hoy existe una mayor necesidad de alejarse
del centro, del ruido y permanente movimiento, para “refugiarse” en áreas donde
se pueda descansar.
La
franja periurbana se ha tornado en una alternativa
atractiva, en la actualidad con el desarrollo de una corriente ecológica
que promueve “el retorno a lo natural”. De este modo, se atenúa la dicotomía
ciudad-campo que existía en décadas pasadas y, las quintas, así como también los
barrios parques se valorizan como lugar de residencia y
esparcimiento.
La
decisión de efectuar un cambio de domicilio y la elección del sitio puede
responder a diferentes fuerzas, tales como la necesidad o aspiración de un mayor
espacio, las características físicas del mismo, los deseos familiares, el
estadio dentro del ciclo de vida y el modo de vida, entre otras. Cabe agregar
tal y como lo manifiesta Zárate Martín, que:
“La
toma de decisiones que mueve el cambio de residencia a nivel individual o
familiar se realiza a través de un proceso en el que intervienen distintas
consideraciones. Destacan entre ellas, la información recibida o disponible, la
influencia de estereotipos mentales, la cantidad de dinero que se puede destinar
a la vivienda y la variedad de alojamiento y lugares adecuados a las propias
necesidades que existen dentro de la ciudad. El resultado final es la formación
de áreas residenciales de características sociales bastante homogéneas y
muy definidas dentro de la ciudad.”
(Zárate Martín, A., 1991: 36)
Según
datos obtenidos en el relevamiento del terreno, la ocupación del sector es casi
total, 32 % de vivienda permanente, 42 % semipermanente (vivienda de fin de semana) y 25 % de lotes
vacíos. Con respecto al 1% que conforman otros usos se refiere a los lotes
ocupados tanto por la
Plaza como por el espacio destinado a la Sociedad de Fomento del
barrio, como puede observarse en la figura siguiente.

Fuente:
Elaboración propia en base a relevamiento del terreno
Se
llevó a cabo una encuesta entre los habitantes (permanentes y semipermanentes), en ella se reflejan las razones de
aquellos que aún deseándolo no habitan en forma definitiva en el barrios; las
razones esgrimidas fueron las siguientes: la distancia al centro, la escasa
frecuencia horaria en el transporte público de pasajeros, la falta de servicios
básicos (gas natural, cloacas, asfalto, y dependiendo de los sectores, agua de
red). La energía eléctrica es el único servicio presente en todo el barrio, en
tanto el agua potable proveniente de la red de la ciudad, recién se extiende a
partir de 1999, quedando aún por abastecer a un importante sector, si bien se
han conformado consorcios vecinales para tal fin. Estas carencias obligan a la
disposición de dos vehículos por familia, para zanjar el problema del
transporte, y mayores ingresos, para afrontar los gastos de calefacción en el
invierno, y gastos en electricidad para obtener agua de los pozos a través de
bombeo. Con respecto al 25 % de lotes vacíos cabe destacar, que no son
terrenos completamente baldíos, sino que de ello no se ha establecido ningún
uso, igualmente poseen cerco perimetral y algún mantenimiento periódico lo cual
favorece a que no constituyan focos de conflictos con el resto de los
residentes, al evitar así la conformación de basurales clandestinos.
Otro
elemento importante a tener en cuenta es la modificación en la estructura de
precios del suelo urbano (en este caso suburbano), caracterizado por una
tendencia hacia el incremento en los valores. En este sentido, un análisis
preliminar, permitió verificar en el área esta tendencia, favorecida no solo por
las condiciones del entorno y las intervenciones públicas en materia de
infraestructura (agua potable de red y energía eléctrica), sino también en
cuanto a la legislación urbana inductoras del uso
residencial.
Reflexiones
finales
El
Barrio Los Chañares se presenta como un espacio dinámico, en constante
evolución. Debido a las condiciones socioeconómicas propias de la década de los
noventa y principios de este nuevo siglo, donde los procesos de expansión urbana
se manifiestan en forma creciente, evidenciando nuevos tipos de hábitat, esta
parte de la periferia de la ciudad de Bahía Blanca constituye un germen
característico de los espacios suburbanos. Si bien los centros comerciales aún
no aparecen, se espera que el área, por su proximidad con ejes de conexión
regional y nacional, evoluciones hacia las formas típicas de estos
espacios.
La
tendencia marcada hacia la residencia en forma permanente por parte de sus
habitantes en busca de tranquilidad, seguridad y contacto con la naturaleza,
afirma las condiciones del barrio. Si a esto se suma la dotación de los
servicios de infraestructura básica, en la totalidad del mismo, la afluencia
será mayor. Esta tendencia hace que surja la necesidad de lograr la
compatibilidad tanto de los usos, para disminuir la competencia por la ocupación
del suelo, con actividades no deseadas por la población residente actual y
futura (los residentes semi-permanentes). Esta
compatibilidad que, si bien en la actualidad está respaldada por el Código de
Planeamiento Urbano, en la realidad la desaparición definitiva de los usos
conflictivos no se concreta.
Existen, sin
embargo algunos factores alentadores, respecto a lo mencionado precedentemente,
en lo referido a los valores del suelo que se han incrementando en forma
exponencial y que actúan como expulsores de las actividades extractivas (hornos
de ladrillos) y las de cría de aves de corral y el tambo. En este último caso,
se trata de una actividad tradicional y de subsistencia, debido a que la escala
de trabajo la hace prácticamente inviable desde el punto de vista
económico.
El proceso
emergente de periurbanización moderna, se manifiesta
aún en forma incipiente, se espera que los conflictos entre los distintos
actores sociales, se atenúen frente a la irreversible transformación ya iniciada
en el área.
Bibliografía
-
Benedetti,
Graciela (1993). Camino Parque Sequicentenario: Una
Alternativa de Espacio Recreativo. Universidad Nacional del Sur. Departamento de
Geografía.
-
Bróndolo
Margarita y otros (1994). Geografía de Bahia Blanca.
Bahia Blanca. Editorial
Encestando.
-
Carter,
Harold (1983). El estudio de la Geografía Urbana.
Ed. Nuevo Urbanismo, Instituto de Estudios de Administración local,
Madrid.
-
DIARIO
LA NUEVA
PROVINCIA. (2005). Satisfacción y Esperanza. La región. Bahía
Blanca. Domingo 31 de julio de 2005
-
Estébanez,
José (1988). Los espacios urbanos. En Puyol, Rfael,
et.al. Geografía Humana. Cátedra Geografía,
Madrid.
-
Formiga,
Nidia; Garriz, Eduardo; Prieto, María Belén. Efectos
dinamizadores y articulaciones en la configuración
territorial.
-
Formiga,
Nidia y Garriz Eduardo (1997). La marginalidad
socio-espacial en un centro urbano intermedio. Bahía Blanca. Universidad
Nacional del Sur, Departamento de Geografía.
-
Municipalidad
de Bahía Blanca (1993). Código de planeamiento Urbano, Bahía
Blanca.
-
Provincia
de Buenos Aires (1977). Decreto-Ley de Ordenamiento Territorial y Uso del suelo
8.912.
-
Roccatagliata,
Juan (1996). “Ordenamiento Territorial y sistema de ciudades”. Centro de
investigaciones Ambientales, Universidad Nacional de Mar del
Plata.
-
Vinuesa
Angulo, Julio y Vidal Domínguez, M. Jesús (1991) “Los procesos de urbanización”.
Ed. Síntesis, Madrid.
-
Zárate
Martín, Antonio (1991) “El espacio Interior de la ciudad” Ed. Síntesis.
Madrid.
-
Zinger,
Susana, et. Al (1989-90) Bahía Blanca: Análisis de la aptitud del medio natural
para la expansión urbana, en Revista Universitaria de Geografía, Vol. IV Nº 1 y
2. Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca.
Área
de estudio
Ponencia presentada en el Simposio El Espacio Rur-Urbano. Octavo
Encuentro Internacional Humboldt. Colón, Entre Ríos, Argentina. Jueves 28
de setiembre de 2006.