Escenarios
posibles de los procesos espaciales de reacomodación del mapa del gas,
frente a la
crisis energética regional.
Su impacto en
el sudoeste bonaerense
Lic. Ana Lía
del Valle Guerrero
Abstract
El objetivo del presente trabajo es
analizar, las posibles consecuencias, en las relaciones geopolíticas y
socioeconómicas que pueden producirse por la utilización del recurso natural
gas, como factor de ¿Integración o de Depencia? y su influencia, como variable
crítica del sistema energético
nacional y regional, que está basado en la utilización de un recurso natural no
renovable como es el gas, ya sea como fuente de energía primaria o, como fuente
de energía secundaria, transformado en energía eléctrica en una proporción
superior al 40% en el caso de Argentina, como fuente esencial de energía en el
caso de Chile y como energía alternativa a la hidroeléctrica en el caso de
Brasil, debido a las intensas sequías que ha sufrido ese
país.
En este marco Bolivia es, en la
actualidad, la pieza clave para compensar los déficits que se producen en cada
uno de estos países, pero con relaciones internacionales diferentes con cada uno
de ellos, lo cual lleva a un terreno geopolítico de suma complejidad, en el cual
el gas se transforma en la variable crítica del sistema energético
regional.
El gas es considerado la variable
crítica de este sistema, no sólo por los múltiples usos que presenta y las
dependencias que genera entre los países de la región sino también, por la
inestabilidad política de los países involucrados y la presión ejercida por las
empresas multinacionales que intervienen en la explotación del recurso.
Un problema adicional es que las
estimaciones de reservas probadas, para los dos países exportadores de la región
presenta diferentes problemas, por un lado en Argentina, de acuerdo a informes
técnicos y sin ratificación actual de las empresas encargadas de la exploración
de nuevas reservas, no van más allá de fuentes de abastecimiento para los próximos 12
años, por otra parte, en el caso de Bolivia, principal fuente de abastecimiento
de la región, a pesar de tener un horizonte de abastecimiento mucho más amplio,
la nueva ley de hidrocarburos, sumada a la inestabilidad política del país, pone
en riesgo futuras inversiones de las empresas encargadas de las tareas de
exploración, debido a un incremento que lleva a un 50% los pagos por regalías e impuestos de las empresas
petroleras.
En este marco se propone analizar
los escenarios posibles de los procesos
espaciales de reacomodación del mapa del gas, frente a la crisis energética
regional y su impacto, a escala local, en el sudoeste
bonaerense
La metodología utilizada para
elaborar el trabajo ha sido el uso de la teoría de sistemas, aplicada a los
modelos energéticos de la economía, junto a conceptos claves de la geopolítica,
para proponer los posibles escenarios energéticos, de acuerdo a los cambios que puedan producirse en las
relaciones entre países exportadores e importadores de
gas.
El presente trabajo se realiza
dentro del marco de la tesis de Maestría en Política y Estrategia cuya
denominación es “El rol estratégico del gas como variable crítica del sistema
energético nacional y regional”, actualmente en
elaboración.
El objetivo principal de la presente
ponencia es analizar desde el punto
de vista de la geopolítica y mediante la aplicación de modelos energéticos, los
escenarios posibles que se pueden presentar como consecuencia de la crisis
energética nacional y regional.
Precisión de
conceptos:
“La geopolítica es la ciencia que estudia
las mutuas relaciones, influencias y acciones entre el Estado y el Espacio, a
fin de aportar conocimientos o soluciones de carácter político”
(Marini,1985,44).
“El espacio geopolítico es el área
geográfica en cuyo seno actúan recíprocamente los factores geográficos y
políticos que se desea estudiar o resolver”
(Marini,1985,45)
El método geopolítico se basa en una visión prospectiva de la realidad
que lleva a ir hacia el futuro e imaginar escenarios posibles, para luego,
regresar al presente, y encontrar el mejor camino para llegar a ese destino
imaginado o posible, a través de una serie de pasos que
incluyen:
·
Comprensión del
problema (objetivo
político, dimensión espacio-temporal, delimitación del área y los estados
afectados)
·
Análisis de los factores del espacio
geopolítico(interrelación entre los factores
estables y variables, evaluación aislada de cada uno y priorización del grado de
influencia en función del objetivo buscado, extracción de las primeras
conclusiones parciales)
·
Formulación de soluciones
posibles(integración de conclusiones
parciales y formulación de conclusiones generales, formulación de las soluciones
posibles o cursos de acción, verificación de su viabilidad y selección y prioridad ce cada
una)
·
Análisis de las voluntades
opuestas( se
repiten los 3 primeros pasos para cada estado del área en análisis cuyos
intereses pueden coincidir, diferir u oponerse a la solución del
problema)
·
Determinación de las soluciones
posibles modificadas (determinación de los cursos de
acción propios teniendo en cuenta los de los diferentes estados
involucrados).
·
Selección de las soluciones más
favorables.
En este marco de conceptos
geopolíticos es que se pretende analizar la actual crisis energética nacional y
regional, realizando los dos primeros pasos, comprensión del problema y análisis
de los factores del espacio geopolítico, para llegar a extraer algunas
conclusiones parciales sobre la situación energética regional.
En posteriores documentos se completarán los pasos del
método geopolítico para finalizar el análisis que, por cuestiones de espacio y
tiempo, no se pueden realizar para este congreso.
Sumado a estos conceptos de la
geopolítica, desde la economía, la técnica de escenarios es un instrumento de la
prospectiva que permite reducir el
grado de incertidumbre en la toma de decisiones, que completa el análisis
propuesto.
Para ello se recurre a la
utilización de una variedad limitada de escenarios, que tienen en cuentan
variables socioeconómicas como población total, estimaciones de crecimientos al
2015,IDH, consumo de energía eléctrica por habitante y nivel de ingresos por
habitante de los países involucrados en el análisis. A esto se agregana las
variables de características físicas de los países como clima, relieve,
hidrografía, posición geográfica y reservas de recursos minerales; ambas
variables conforman lo que Pierre Célèrier, desde la geopolítica, denomina
factores estables, y factores variables, siendo las condiciones físicas los
factores estables y las socioeconómicas los factores variables. Sobre ambos
factores actúan las decisiones políticas que se toman en cada país, y el
contexto histórico dentro del cual se desarrollaron las relaciones
internacionales entre los países analizados.
El esquema teórico-explicativo
referido al funcionamiento del sistema a escenificar toma entonces esta serie de variables limitadas en función
de de las finalidades de la
situación a analizar, en este caso, el gas como variable crítica del sistema
energético nacional y regional.
El “escenario de referencia” sobre
el que se harán las contrastaciones es el del 2004, y luego se plantearán
escenarios alternativos, que por contraste con el de referencia, incorporarán
hipótesis marcadamente diferentes a las de este último, tomando en cuenta
cambios relevantes que han comenzado a manifestarse en los aspectos
socioeconómicos, políticos y energéticos, del área analizada, identificando la
naturaleza interdependiente o de causalidad, unidireccional o bidireccional,
entre los países que integran la región, así como la de aquellos acontecimientos
de escala mundial que inciden en el marco
regional.(Pistonesi,204)
La variable crítica del sistema
energético regional es el gas, con sus múltiples usos, y las diferencias que
presentan los países de la región en la posesión de este
recurso.
Los actores estatales involucrados
que conforman el espacio geopolítico a analizar son, Argentina, Chile, Brasil y
Bolivia, de forma inmediata y los involucrados en un segundo término, Uruguay,
Venezuela, México y Perú.
Estos países forman parte del bloque económico del
MERCOSUR, ya sea como países miembros o asociados, y por lo tanto, se trata de
un problema de escala regional, cuya solución fortalecería la integración
regional, así como también definiría las dependencias entre los países de la
región, sobre todo, cuando la base del conflicto es un elemento clave para el
desarrollo económico regional.
Esto en cuanto a la dimensión
espacial, en cuanto a la dimensión temporal, mayo de 2005, marca un momento de
recrudecimiento de la crisis, puesto que luego de los conflictos surgidos en la
región durante el 2004, con centro en la crisis energética Argentina y su
impacto en las exportaciones del recurso en el área en estudio, 2005 marca una
continuación de los problemas derivados de situaciones que dependen de la
naturaleza, como la continuación de la sequía que afecta a la región, a la que
se suman, los problemas de inestabilidad política en países de la
región
La
incertidumbre y la inestabilidad regional, resurgen con mayor fuerza por los
problemas políticos internos de los países involucrados, como es el caso de
Bolivia donde a la crisis política interna, con escalada de violencia socia, por
el pedido de nacionalización de los recursos hidrocarburíferos, se le agregan,
conflictos con las grandes multinacionales.Se suma a ello, las presiones de organismos
internacionales como el FMI, sobre Argentina, así como también la presión de
Estados Unidos, sobre Brasil y Argentina, para que funcionen como garantes del equilibrio regional ante los
problemas políticos de Bolivia y Venezuela. Mientras que lo anterior se da en el
marco regional, en el contexto mundial el precio del barril de petróleo por
encima de los u$s 50, refuerza las preocupaciones por el tema energético, y por
el gas como bien sustituto en particular.
En primer término de acuerdo
con los pasos establecidos
corresponde delimitar el problema para comprenderlo. Se comenzará entonces por
definir energía y la importancia del recurso.
La energía puede ser considerada
desde diferentes puntos de vista, como ser el económico ya sea como factor de
producción, como bien de consumo o como materia prima; también se lo puede
considerar como fuente o como forma de energía, y desde la geopolítica, como un
recurso estratégico vital para el
desarrollo de un país.
Dentro de las formas de energía cabe
incorporar otro concepto que es el de Recurso Natural, este tiene a su vez dos
formas distintas de clasificarlo, una tradicional en función de su renovabilidad
como recursos renovables o no renovables, como es el caso del gas, y otra, más
adecuada a la postura asumida en esta investigación, que es el dinámico, que
considera recurso natural a aquel cuya valoración la realiza “una sociedad
determinada- con su bagaje técnico, su estructura económica y social y sus
relaciones con otras sociedades – en un cierto momento de la historia”.
(Prudkin,N, 1994:5).
Si pasamos a la nueva concepción de recurso natural, en
función de la variedad de usos que se puedan obtener de él, podemos agregar al
concepto clásico utilización para la producción de energía calórica
domiciliaria, su aptitud para asegurar el funcionamiento de variedad de
industrias, ya sea como insumo o como materia prima principal como es el caso de
la industria petroquímica. También para abastecer al sistema eléctrico nacional y regional ya
que en gran medida las centrales termoeléctricas tienen turbinas que son
abastecidas por gas, por lo cual un problema en su abastecimiento generaría
consecuencias a nivel domiciliario para la población en general a través de los
cortes de luz e indirectamente a la industria que es una gran consumidora de
electricidad, dependiente del gas. En el caso de Argentina se suma la presión
ejercida por el consumo del parque automotor de GNC, que se amplió, aún más,
después de la crisis económica del 2001.
Planteada la importancia de
actualizar el concepto de recurso natural en función de la variedad de usos,
cabe agregar, como esto implica la necesidad de modificar la percepción y la
valoración que debe hacerse del mismo desde el punto de vista tanto político
como estratégico.
Desde el punto de vista estratégico
si tenemos en cuenta lo expuesto hasta el momento es innegable la importancia
que debe tener este recurso para nuestro país y para la región, no sólo el
recurso, sino la propiedad y el uso que se hace del mismo.
En el marco del proceso de reforma
del Estado en Argentina, las empresas estatales fueron progresivamente
desestatizadas, la decisión de transferir al capital privado tanto las áreas de
explotación de recursos energéticos, en una primera etapa, como el capital
accionario mayoritario, en la segunda fase, aparece como fuertemente
contradictorio con la estrategia seguida en otros países de América Latina, con
referencia a la participación del Estado en el manejo de sus recursos naturales
estratégicos, tal es el caso de la principal empresa petrolera argentina YPF,
que paso a manos de capitales españoles como Repsol-YFF, y la participación de
empresas privadas argentinas como Perez Companc, cuyas acciones pasaron a manos
de la empresa estatal brasileña Petrobras. Ambas empresas también se encuentran
muy bien posicionadas en el manejo de los recursos petroleros y gasíferos de
Bolivia.
En la gran mayoría de los países que
cuentan con una productora de hidrocarburos que ofrece al mercado interno el
producto para su comercialización y además lo exporta, los respectivos
gobiernos, han decidido no resignar el control fundamental del ente respectivo
por diferentes motivos.
En primer lugar se considera que la
explotación de un recurso natural no renovable y a la vez, estratégico para el
desarrollo nacional debe estar administrado por quien representa los intereses
generales de la Nación, esta es la razón básica por la cual Petrobras sigue en
poder del estado brasileño más allá de que este autorizada a celebrar contratos
de producción bajo concesiones específicas con empresas privadas. En otros
países además de este motivo se considera que estas empresas aportan divisas
muy importantes para el presupuesto
de la Nación, como es el caso de los países exportadores de petróleo como
México, Venezuela o Colombia.
Argentina y Bolivia, los dos países
exportadores de gas en la región, aparecen como las excepciones que resignaron
la conducción de sus recursos naturales estratégicos y que, por lo tanto,
resignaron la defensa de su patrimonio nacional y de una fuente importante de
ingresos de divisas. Bolivia ha reaccionado decididamente frente a esta
situación con un fuerte compromiso de su población en el reclamo de la
nacionalización de los hidrocarburos, Argentina lo ha hecho tímidamente con la
creación de la petrolera estatal Enarsa, como empresa testigo en el área
petrolera con una asociación con actores privados en la explotación off-shore de
la plataforma continental argentina, eso sí , donde antes se tenía el 100% de la
propiedad del Estado, ahora se inicia con una participación en el capital
accionario de sólo el 53%, que
serán intransferibles, un 12% que
corresponden a las provincias y un 35% que será ofertado al sector
privado.
CARACTERIZACIÓN DE LOS ESCENARIOS EN
ANÁLISIS AL 2004
Situación en
Bolivia
Variables socioeconómicas de Bolivia
(INDEC,2004)
Población: 9.000.000
(2002)
Estimación de crecimiento
poblacional al 2015: 11.000.000
PBI per
cápita(2002): u$s 900
IDH
(2000): 0,653 – Ranking:114
Uso de energía por habitante (2001):
496 Kg TEP
Además según datos del Instituto de
Estadísticas Boliviano para el 2004
36% de la población está inactiva o
es desempleada
64% de la población vive bajo la
línea de pobreza
82% de ellos en el campo, de mayoría
indígena
37% de indigentes
1/3 de la población tiene menos de 14
años
5% son
jubilados
51% de los niños son anémicos y 27%
se enfermó de diarrea aguda, dos de las frecuentes causas de mortalidad
infantil
Variables Físicas
Se encuentra dividido en dos
sectores el este con mejores condiciones climáticas y el oeste, el altiplano
boliviano, que presenta condiciones de extrema aridez y grandes amplitudes
térmicas diarias, a pesar de ello presenta las mayores densidades de población debido a su riqueza minera,
como estaño, plata y gas.
En el caso de Bolivia, principal
país gasífero de la región, con reservas de gas natural descubiertas por 54,9
billones de pies cúbicos(0,5 % de las reservas mundiales, segundo lugar en
América, luego de Venezuela), a 6000 metros de profundidad, con una producción
que representa el 0,2 % del consumo mundial. A pesar de ello, sólo el 1% de los
bolivianos recibe gas natural y otro 1 % gas en garrafas.
Situación
Socio-Política
Bolivia es uno de
los países que mejor ejemplifica la paradójica relación inversa que suele darse
entre pobreza y riquezas naturales. Es la nación más pobre de Sudamérica, con
dos tercios de sus casi nueve
millones de habitantes bajo el nivel de pobreza y, sin embargo, siempre ha
poseído grandes recursos naturales: la plata de Potosí en la época del imperio
español, una poderosa minería de estaño durante el siglo XIX y parte del XX, e
importantes reservas de petróleo y gas natural. Su población se encuentra
dividida entre la élite de ascendencia europea y el resto de la población:
indígenas aymaras y quechuas, sobre todo. Los primeros viven en la ciudad de
Santa Cruz, la mayor y más desarrollada del país, que aporta la tercera parte
del PIB, controla los recursos y cada vez busca mayor autonomía , mientras el
resto sobrevive con salarios de 50 dólares mensuales.
Esa división social
es exportable al mundo de la política. Bolivia asiste desde hace meses al choque
entre dos concepciones de lo que debe ser un Estado y de cómo debe organizarse
la sociedad. Esa lucha la encarnan dos personas tan diferentes como los
proyectos que defienden,por un lado, Carlos Mesa, el ex-presidente del país,
partidario de una democracia liberal, y por otro, Evo Morales, líder indígena
cocalero y principal figura de la oposición, que aspira a un modelo social
cercano al cubano de Fidel Castro o al venezolano de Hugo Chávez. Uno pertenece
a esa élite de ascendencia europea y el otro es un líder sindical aymará que no
terminó la educación primaria.
Contrastando sus reservas con su
consumo interno actual, Bolivia tendría gas para 1253 años, teniendo en cuenta
que posee un mercado interno de reducido tamaño y con bajos ingresos, que no
justifican las inversiones en infraestructura necesarias para el aprovechamiento
del gas, la expectativa de su población de llegar a industrializar el gas y no
sólo exportarlo, choca con su
posición geográfica de país mediterráneo, puesto que para su aprovechamiento,
por ejemplo, en la producción de urea para fertilizantes o de productos
petroquímicos, como en el caso de Bahía Blanca en Argentina, no es posible por
la inexistencia de instalaciones portuarias próximas para la
exportación.
La realización de mejoras en la
Hidrovía Paraguay- Paraná- Plata, sería una opción que permitiría articular
transferencias entre ferrocarriles, camiones, barcazas fluviales y barcos de
ultramar que favorecerían las exportaciones de minerales mediante el transporte
multimodal y permitirían una salida, fluvial-marítima a
Bolivia.
Otra alternativa es la exportación
del gas a través de gasoductos para su posterior uso, mediante plantas de regasificación
en Estados Unidos, pero esta opción choca con el nacionalismo boliviano que lo
rechaza.
Como un nuevo objetivo el presidente Mesa, había propuesto reactivar el proyecto de exportación de
gas boliviano a puertos mexicanos a través del puerto de Ilo en Perú, según lo
anunció el vicecanciller boliviano Jorge Gumucio. El presidente de México,
Vicente Fox, afirmó que no hay plazos para el acuerdo, pero se habló del año
2009, y de una inversión de 6000 millones de dólares para construir el
gasoducto.(Clarín,6-5-05,p.32). Estas intenciones quedaron congeladas hasta
tanto se defina la situación institucional en Bolivia.
Desde el punto de vista de la
propiedad del recurso su situación
ha sido cambiante, en 1935 y en 1969, nacionalizó sus hidrocarburos, pero desde
1997, cuando entró en vigencia el modelo privatizador, la empresa estatal
Yacimientos Petrolíferos Bolivianos abandonó la exploración y producción y
pasaron a manos de12 petroleras extranjeras a través de 76 contratos de
operación.
La importancia de una decisión tanto
política como estratégica, en el uso de los recursos naturales llevó a la
llamada Guerra del Gas en Bolivia que terminó derrocando a su presidente Sánchez
de Losada, por un intento de proveer gas a Estados Unidos a través de puertos
chilenos.
La promulgación de la nueva Ley de
Hidrocarburos en Mayo de 2005 aprobó la norma que impone regalías del 18% e
impuestos por otro 32% para la producción de crudo y gas natural, que no podrá
ser deducible ni acreditable por las compañías extranjeras en sus casa matrices,
lo que es considerado por las firmas como una “regalía encubierta”, obligará a la renegociación de contratos
de varias empresas y cambiará las condiciones que la argentina preveía para
abastecer al norte argentino con gas de Bolivia. La petrolera brasileña
Petrobras(la más importante de Bolivia) ya anunció que podría reducir futuras
inversiones en el país.
Se establece también en ella, la
propiedad del estado sobre los recursos energéticos “en boca de pozo” con el fin de
fiscalizar el negocio desde el origen y recuperar el poder de decisión sobre el
uso y el destino del petróleo y del gas. El reclamo de un sector radical de su población es el de la
nacionalización del recurso, lo cual pone en estado de alerta a las empresas
multinacionales que se encuentran en su territorio.
Resulta difícil
conciliar dos visiones tan diferentes que tienen de Bolivia políticos como Evo Morales representante del socialismo
que pide una economía centralizada y nacionalizaciones, con la de los políticos
e industriales cruceños de pensamiento neoliberal y partidarios de la
descentralización. Ninguna de estas dos posturas cuenta con un apoyo de un 51%
que asegure su elección para el gobierno como lo establece la constitución y al
no existir la segunda vuelta electoral como en el caso de Argentina la decisión
recae en manos del Congreso, por ello es tan difícil la gobernabilidad del país,
ningún grupo llega a sumar más de un 20 % de apoyo
electoral.
Casi 200 golpes de
Estado en cien años y un sistema de relevos que funciona en base a dimisiones,
es el marco histórico en el que se produce la tercera renuncia consecutiva del
presidente Mesa en Junio de 2005. Durante la crisis actual, el Ejército ha
anunciado que permanecerán al margen mientras se mantenga el Estado de Derecho,
pero intervendrán en caso de desmembramiento territorial.
A esta situación de inestabilidad
política, se agrega la conflictividad social, las divisiones internas del país y
las condiciones socioeconómicas de extrema pobreza de buena parte de la
población, lo que conforma un marco de inestabilidad e incertidumbre en el país
clave dentro de la estrategia energética regional.
Relaciones de Bolivia con Brasil, el principal gasoducto que conecta ambos
países se extiende entre Santa Cruz de la Sierra y San Pablo y fluyen por él 15
millones de metros cúbicos diarios, sobre 30 millones proyectados, en su
capacidad máxima, con un mercado tan grande como el argentino en su totalidad,
está operado por Petrobras y Repsol, que tienen en estudio, el tendido de un
gasoducto paralelo a este.
En este momento, el beneficiado en
esta relación es Brasil, ya que había acordado la provisión de gas a un precio
mayor al del mercado argentino, u$s2,40 incluyendo el transporte, contra u$s2,08
de Argentina sin incluir el transporte y por largo tiempo importó muy poco, a
pesar de haberse comprometido a una demanda de 30 millones de metros cúbicos
diarios, para convertirlo en electricidad en sus usinas térmicas, para ello
construyó un gasoducto, por el que envía el fluido que compra, pero debido a un
menor consumo, que no excedió de los 18 millones de metros cúbicos, Bolivia
quedó en deuda con Brasil, lo cual redunda en su beneficio en las actuales
circunstancias de incertidumbre que se dan en ese país.(Ámbito
Financiero,2-5-05).
Por otra parte, frente a la actual
situación de incertidumbre y de inestabilidad política, la principal empresa
petrolera que opera en Bolivia, Petrobras, de capitales brasileños, hizo público
que sus decisiones de inversión dependen de la reglamentación de la nueva Ley de
Hidrocarburos.
Una alternativa de Bolivia para
aumentar sus ganancias sería transformar el gas en energía eléctrica y
exportarla a Brasil, pero las redes de transmisión son aún muy precarias y se
deben hacer grandes inversiones que el estado boliviano no puede afrontar en
forma aislada.
De acuerdo con estos datos se puede
concluir que Bolivia necesita el aporte de capitales extranjeros para su
desarrollo energético y que Brasil necesita el gas, en un proceso de integración
armónico las necesidades de ambos son compatibles, uno pone los recursos y el
otro el capital. La realidad política es otra.
Brasil también tiene la opción de
invertir en exploración y explotación en su nuevo yacimiento de Mejillones y
asegurarse así el autoabastecimiento sin dependencia de Bolivia, sin embargo, su
política energética es estratégica, y prefiere siempre, tener otras alternativas
más allá de sus propios recursos.
Relaciones de Bolivia con
Chile, el contexto
histórico regional derivado de la Guerra del Pacífico, en la cual Bolivia perdió
su salida al mar, es determinante en su relación negativa con Chile. Su
resentimiento se manifiesta cuando exporta el gas a Argentina con la condición
expresa que “ni una molécula de gas se exporte a Chile”, principal importador
del gas argentino, también cuando uno de los detonantes de la caída de su ex
presidente, Sánchez de Losada fue la exportación de gas a Estados Unidos a
través de puertos chilenos.
Las relaciones son por lo tanto
inexistentes, y las posibilidades de cambiar gas por salida al mar parecen muy
remotas. Aunque en política nada es imposible. La opción de Chile de negociar
con Perú, tiene un efecto negativo sobre Bolivia, ya que lo aleja de su papel de
principal abastecedor de energía de la región.
Relaciones de Bolivia con Argentina,
exportó gas en el
período comprendido entre 1972 y
1999, en el 2004 volvió a exportar durante la crisis
energética argentina. Por este gas, 7 millones de metros cúbicos diarios,
Argentina paga un promedio de casi 3 veces más que el gas producido en
Argentina, en el 2004 se pagó en frontera 1,61 dólares el millón de BTU, en mayo
de 2005, creció un 75 % la importación y el precio aumentó a 2,08 dólares, sin
incluir el transporte. (Se debe tener en cuenta que el valor interno en
Argentina, en ese mismo período, era el equivalente a 1 dólar el millón de BTU,
por lo tanto, se exportaba a 1 dólar y se importaba a 2
dólares).
Bolivia considera que los precios
son bajos ya que sustituye a derivados del petróleo como el fuel o el gas oil, y
teniendo en cuenta el precio del barril de petróleo se encuentra por encima de
los 50 dólares, considera que el valor del gas debería estar en por lo menos 4
dólares el millón de BTU (4 veces más de lo que se paga en promedio en
Argentina).
La firma de la nueva Ley de
Hidrocarburos puede afectar a las relaciones de ambos países ya que se renegociarán contratos y la construcción
del gasoducto desde Tarija, fundamental para asegurar el abastecimiento de gas
en el Noreste argentino, entrará en un compás de espera hasta tanto se defina la
situación política interna de Bolivia.
Desde el punto de vista diplomático
se han generado conflictos con el canciller Bielsa de Argentina por directivas
dadas al ministro de Defensa Rafael Pampuro, sobre evacuación de argentinos que
se encuentran en Bolivia, (entre 700 y 900 argentinos viven en La Paz y El
Alto), cuando el Ministro de Defensa hizo declaraciones diciendo que en Bolivia “…hay un vacío
político manifiesto y sectores con distintos intereses, lo que hace que la
situación se torne difícil…”, motivo una protesta formal del gobierno boliviano.
Sumado a esto, generó nuevos roces el envío del asesor de la Subsecretaría de
Política Latinoamericana de la Cancillería, Isaac Rudnik, quien había viajado en
calidad de observador político, y su misión era ponerse en contacto con el
embajador argentino, con el asesor presidencial brasileño y mantener discretos
contactos con los dirigentes de los movimientos sociales, entre ellos Evo
Morales.
Esto molestó también al presidente Mesa
ya que, Rudnik también coordina el equipo de relaciones internacionales del
movimiento piquetero argentino Barrios de Pie, y tiene vínculos con la izquierda
boliviana que datan de los años setenta.
(Clarín,28-5-05,42).
Las relaciones con Argentina son
entonces bastante conflictivas, por un lado por la desconfianza que genera la
posibilidad que el gas sea re-exportado hacía Chile, país que depende del gas
argentino, por otro, las recientes actitudes del los ministros de Relaciones
Exteriores y de Defensa han generado nuevos roces y recelos con respecto a la
posición de apoyo del gobierno argentino al gobierno boliviano, o a su
oposición, como es el dirigente Evo Morales, con quien se mantuvieron contactos
durante la crisis política boliviana.
Situación en
Chile
Variables socioeconómicas de Chile
(INDEC, 2004)
Población: 16.000.000
(2002)
Estimación de crecimiento
poblacional al 2015:
18.000.000
PBI per Cápita en dólares: u$s 4250
(2002)
IDH : 0,831(2000) – Ranking:
38
Uso de energía por habitante: 1545
kg TEP
Características
Físicas
Es un país estrecho y alargado,
recorrido por la cordillera de los Andes en toda su extensión, esto favorece la
existencia de recursos mineros que son base de su economía, en particular el
cobre. En el norte y centro es más árido, y hacía el sur recibe los vientos
húmedos del anticiclón del Pacífico Sur que le brindan la posibilidad de un
cambio de paisaje hacia los bosques fríos de loa Andes del Sur. Cuenta con ríos
que no son aprovechados en toda su potencialidad, porque una decisión de
Política Energética los llevó a apostar al abastecimiento de gas desde
Argentina, mediante el Protocolo de integración energética de 1995 y por lo
tanto invertir en gasoductos en lugar de en represas de energía
hidroeléctrica.
Su posición geográfica hace
necesario el uso de elementos de calefacción, y su relieve montañoso encarece
los costos de las obras de infraestructura que no amortizan los gastos por su
reducido mercado interno y de bajo poder adquisitivo.
Chile se caracteriza por ser un
importador neto de energía, con un mercado interno reducido y de bajo nivel de
ingresos que en muchos casos mantiene el uso de carbón de leña y de gas en
garrafas. En su matriz de energía primaria para el año 2001 sólo el 26,3 %
corresponde al gas. A pesar de ello es fundamental su uso transformado como
energía eléctrica, sobre todo, en la zona norte para la explotación del cobre,
para lo cual cuenta con dos gasoductos que lo abastecen desde el noroeste
argentino.
Situación de Chile en relación con
Argentina: en 1995
firmó el Protocolo de Integración Energética con Argentina, por el cual ésta se
comprometía a proveerlo de gas por un período de 35 años, aunque existía la
cláusula de asegurar previamente el abastecimiento interno del país, Chile
considera que, por la firma preexistente de este tratado a la crisis energética
del 2004 en Argentina, el mercado chileno debería haber sido considerado como
parte del mercado interno argentino.
La no aceptación de esta postura por
parte del gobierno argentino generó roces con el gobierno chileno, y en los
inicios del invierno del 2005 la situación vuelve a repetirse. La dependencia
energética de Chile en relación con Argentina se hace evidente al conocer que el
100% del gas que consume es argentino y lo recibe a través de 7 gasoductos en
los que participó en los gastos de construcción, por los que fluyen 14 millones
de metros cúbicos diarios. Además el 37 % de la generación eléctrica se basa
en usinas termoeléctricas
abastecidas por gas argentino, tres de ellas generan el 20 % de la electricidad
que abastece a las dos terceras parte de la población. En el caso de su capital,
Santiago de Chile, el 25 % de los usuarios depende del gas que le llega de
Mendoza, mientras que los yacimientos de gas del N.O. argentino abastecen al
Norte de Chile, sobre todo para su uso en los yacimientos de
cobre.
La política energética de Chile que
tenía la opción de basarse en un mayor aprovechamiento de la energía
hidroeléctrica, optó en 1995, por la importación de gas “barato” desde
Argentina. A raíz de lo sucedido en el 2004, que también tuvo repercusiones en
la política interna de Chile, se ha mencionado ya varias veces que se acabó el
tiempo del gas barato y están comenzando a replantearse sus alternativas
energéticas, una de ellas, la de negociar con Perú, afecta a Argentina ya que
cambiaria de su papel de exportador al de importador.
Situación de Chile en relación a
Bolivia: a pesar de
su proximidad y de los importantes yacimientos de este país, las relaciones
entre los dos países son tensas a raíz de la pérdida de salida al mar de Bolivia
luego de la Guerra del Pacífico con Chile, los sentimientos nacionales de los
bolivianos impiden cualquier utilización de los puertos chilenos para la
exportación del gas a otros países y ha generado conflictos como el caso de las
Guerra del Gas mencionado anteriormente.
La posibilidad de cambiar “salida al
mar por gas”, subyace en las relaciones entre los dos países, pero, se
evidencia, un peso mayor, de los sentimientos nacionalistas bolivianos y
chilenos, por encima de los intereses económicos que podrían beneficiar a ambos
países.
Situación de Chile en relación a
Brasil: las
relaciones entre ambos países desde el punto de vista energético son
inexistentes.
La idea de solucionar el
abastecimiento energético a través de la importación de gas licuado de petróleo
y su posterior envío a plantas de regasificación, ha incluido tratativas con
Indonesia, tal vez, con los nuevos yacimientos de gas encontrados en Brasil,
esta opción tenga menores costos importándolo desde allí o desde los yacimientos
de Trinidad y Tobago en el Caribe.,
Una nueva alternativa es la que
incluye a Perú, que desde su gran yacimiento de Camisea, y a través de la
construcción de un gasoducto hasta Chile, podría abastecerlo. Además, cambiando
la dirección de los fluidos, se podrían utilizar los gasoductos ya existentes
que lo conectan con Argentina para reenviar gas a Argentina y como alternativa,
también a Brasil.
Esta intención ya cuenta con la
propuesta de financiamiento del BID, con una inversión de 2.500 millones de
dólares, y llevaría gas desde los yacimientos peruanos de los Andes hasta San
Pablo, rodeando Bolivia. Se utilizaría el gasoducto de Camisea, que ya llega
hasta la costa del Pacífico, en Pisco. De allí arrancaría un nuevo ducto, hasta
elNorte de Chile, que luego se conectaría con los gasoductos argentinos Atacama
y Norandino, y a través de la red argentina, el gas seguiría a Uruguay y Brasil.
( Clarín, 19/6/05, pg.13).
Esta sería una opción que a pesar de
los costos y dificultades por el tipo de relieve por el que debe correr el
gasoducto, provocaría un cambio fundamental para Chile que de importador neto de
Argentina pasaría a ser un abastecedor. Por otro lado también provocaría que
Chile cambiara la dependencia de Argentina, por la de
Perú.
Situación en
Brasil
Variables socioeconómicas de Brasil
(INDEC, 2004)
Población: 174.500.000
(2002)
Estimación de crecimiento
poblacional al 2015:
201.000.000
PBI per cápita en dólares: u$s 2830
(2002)
IDH : 0,757 (2000) – Ranking :
73
Consumo de energía eléctrica por
habitante: 1074 kg. TEP
Variables Físicas
Brasil por su superficie 8.511.996
Km2 es el tercer país más extenso de América y el mayor de América del Sur,
tiene una amplia red hidrográfica que facilita la utilización de una energía no
contaminante como es la energía hidroeléctrica que implica el gasto en las obras
de infraestructura y de mantenimiento, pero no en la materia prima, aunque para
obtenerla, depende de la naturaleza y se ve afectado por las sequías como las
del 2004, que continua en el 2005. A pesar de su extensión la población se
asienta sólo en las zonas costeras ya que la selva amazónica impide el mayor uso
del espacio.
En cuanto a su consumo de energía tiene a
su favor, a diferencia de los otros países, que a pesar de su gran población el
consumo residencial no es tan importante debido a que se extiende en su
totalidad en una de las zonas cálidas del planeta, por lo cual un consumo
importante, como es el gas para calefacción no se utiliza, por otra parte, el
bajo nivel de ingresos de sus población hace que la inversión en obras de
infraestructura como gasoductos no sea rentable y utiliza mayormente gas en
garrafas, siendo mayor el uso del gas para la industria que para la población
en general. Además, el uso de alconafta, reduce el consumo de gas para el
transporte, a diferencia del caso de Argentina en la cual, la crisis económica
ha llevado a una intensificación del uso del GNC en todo el parque vehicular,
agregando otro factor de presión sobre este recurso.
También posee una matriz energética
diversificada, con uso de otras energías alternativas como la eólica y la solar.
En su matriz energética para el 2001 el gas representa sólo el 6,6 % del
consumo
El descubrimiento de nuevos
yacimientos gasíferos off-shore en el área de Mejillones, abre nuevas
posibilidades en cuánto a su dependencia de abastecimiento de gas desde otros
países de la región.
También, al contrario de Argentina y
Bolivia, mantiene el control de la empresa petrolera estatal Petrobras, una de
las más importantes de la región y con importantes inversiones tanto en Bolivia
como en Argentina.
Petrobras desarrolló a instancias
del poder político brasileño una capacidad que la hace una de las principales
empresas petroleras del mundo en exploración y producción off-shore, también por
una decisión política el 90 % del abastecimiento eléctrico es hidráulico y el
parque automotor utiliza alconafta como combustible, dentro de esta estrategia
energética el gas es sólo un complemento, pero tratan de manejarlo porque son
propietarios de casi el 75% de las reservas de Bolivia y a través de la compra
de Pecom por Petrobras avanzaron fuertemente en el mercado argentino en las
distintas etapas de la cadena energética. La estrategia general y regional de
Petrobras es avalada desde el gobierno ( Caruso,2002).
El párrafo anterior muestra una
clara diferencia en cuanto al manejo de la política energética de Brasil que
abarca distintos frentes y con fuertes vínculos entre lo público y lo privado en
pos de un objetivo común que favorece al país.
Situación de Brasil en relación con
Bolivia: su
política energética ha sido previsora, como se expresó en el punto de las
relaciones entre Bolivia y Brasil, y ha firmado contratos con Bolivia a un
precio mayor al del mercado, en el momento de la firma, que luego no consumió,
pero que, en el 2005, le permite tener un saldo a su favor ante problemas de
abastecimiento desde Argentina.
La penetración de Petrobras en el
negocio del gas en Bolivia es también una garantía para su
aprovisionamiento.
Situación de Brasil en relación a
Chile: no existen
intercambios energéticos entre ambos países. A futuro podría existir esa
posibilidad de acuerdo a lo expresado en el punto de las relaciones entre Chile
y Brasil, incluyendo a Perú como otra alternativa de abastecimiento
energético.
Situación de Brasil en relación con
Argentina: en las
situaciones de problemas de abastecimiento de energía hidroeléctrica, motivados
por las sequías, Brasil ha recurrido a importaciones de gas desde Argentina,
pero no es un importador neto de energía como en el caso de Chile, además ha
compensado sus importaciones de gas con exportaciones de electricidad hacia
Argentina en el pico de la crisis energética del 2004.
Resumiendo se pude decir que Brasil
tiene problemas de abastecimiento de energía circunstanciales, pero no es un
importador neto de energía como es el caso de Chile. Además tiene una política
energética activa que moviliza a través de Petrobras, que avanza en diferentes
frentes dentro de la región como en Bolivia y Argentina, sumado al
descubrimiento de nuevas reservas como en el caso de Mejillones, a su vez
internamente ha desarrollado políticas activas que han favorecido el uso de
alconafta en el transporte, el uso de energías alternativas como la eólica y la
solar e inclusive en las zonas secas del Nordeste brasileño se observa la
utilización de lámparas de bajo consumo en el alumbrado público y domiciliario.
Todo esto le permite un mejor posicionamiento frente al problema energético a
nivel regional, sobre todo teniendo en cuenta que tiene el mayor desarrollo
industrial y la mayor población de la región, que superaría los 200 millones en
el 2020 .
Situación en
Argentina
Variables socioeconómicas de
Argentina (INDEC,2004)
Población: 36.500.000
(2002)
Estimación de crecimiento
poblacional al 2015:42.900.000
PBI per Cápita en dólares: u$s 4220
(2002)
IDH : 0,844 (2000) – Ranking 34
(2002
Uso de energía por habitante: 1593
kg TEP
Variables
físicas:
Argentina es el cuarto país de
América por su extensión, tiene una gran variedad de climas que le permiten una
gran variedad de cultivos, que favorecen el comercio con los países de la región
y en particular con Brasil. A pesar de compartir la Cordillera de los Andes con
Chile recién en los últimos años a comenzado a tomar auge la explotación minera,
ya que su economía se basa en la exportación de productos agrícola ganaderos.
La presencia de climas templados y
fríos en buena parte de su territorio hacen necesario el uso de sistemas de
calefacción en el período invernal, las condiciones socioeconómicas de la
población permitían el consumo de gas natural y justificaban los gastos de
instalación de gasoductos sobre todo hacía el Gran Buenos aires ya que la mala
distribución de la población hace que allí se concentre un tercio de la
población del país.
A demás de la concentración de la
población, para facilitar el abastecimiento, también el relieve plano no ofrece
obstáculos las obras de infraestructura necesarias.
El nordeste del país con escasa
población y menor consumo por su situación de pobreza estructural no se
encuentra abastecido de gas natural y se pensaba desarrollar a partir del
tendido de un gasoducto desde Bolivia, actualmente
detenido.
La distribución de las zonas de
mayor producción no coincide con las de mayor consumo, esto genera regalías que
favorecen más a algunas provincias, como es el caso de Neuquén y Santa
Cruz.
En la matriz energética de Argentina
el consumo de gas representa el 46 % del total.
La reciente propuesta de crear una
petrolera estatal como empresa testigo en el sector, Enarsa (Energía Argentina
Sociedad Anónima), es una muestra de una toma de conciencia de las autoridades
de la Nación en cuanto al grado de “descontrol” en que se halla el sector
energético aunque la propuesta parece bastante apresurada y con poca
intervención en los sitios donde existe el conflicto, puesto que las áreas en
las que intervendría serían zonas no licitadas en la plataforma continental,
estas áreas off- shore implican mayores costos de inversión y mayores riesgos,
sin seguridad de encontrar las nuevas reservas que necesita el país.
Por otra parte, las grandes inversiones en infraestructura
que están propuestas en el país,
necesitan tener la seguridad que tendrán el recurso gas para transportar, hecho
este, sobre el cual existen incertidumbre en cuánto a ¿cuáles son las reservas
reales con las que cuentan las empresas petroleras?.
Y por último, un problema grave
desde el punto de vista del fortalecimiento de los procesos de integración
regional, como son los problemas generados por el incumplimiento de contratos y
el corte de suministro de gas y electricidad a Chile, principalmente, así como
también a Uruguay y Brasil. La búsqueda de alternativas para solucionarlo con
Venezuela y Bolivia, que han generado un nuevo frente de conflicto internacional
con Chile a raíz de las condiciones impuestas por Bolivia (…no exportar ni una
molécula de gas a Chile…).
Por lo tanto, para aumentar la
seguridad en el abastecimiento del recurso, es necesario reducir la
vulnerabilidad a través de una revisión de las regulaciones y leyes aplicables
en el plano interno y externo, haciendo una evaluación completa de los recursos
energéticos existentes en el país, una racionalización en el uso de los mismos
teniendo en cuenta que son recursos no renovables, pero que se pueden utilizar
de un modo sustentable.
Lamentablemente, todos estos
aspectos de fondo, están ocultos por una situación económica precaria de buena
parte de la población, preocupada por la posible suba de tarifas y sus efectos
en su economía doméstica, más allá de las consecuencias en el logro de los
intereses nacionales que darían bases
sólidas a un país que necesita con urgencia, recuperar su credibilidad a
nivel mundial, para lograr su inserción en un plano de igualdad con otras
naciones.
Es indispensable que el gobierno nacional decida aplicar una política
energética estratégica, dejando de lado la búsqueda de réditos políticos en el
corto plazo, y que, pensando en el
largo plazo y en el marco de un
sistema energético regional tome las decisiones que aseguren, un
abastecimiento de energía sostenible para el país y la
región.
Situación
de Argentina en relación con Bolivia como
se vio anteriormente Bolivia ha sido siempre la alternativa para solucionar los
problemas energéticos de
Argentina,
por lo tanto, la crisis política actual, afecta a la seguridad energética del
país y se debería tener un papel más directo, y menos conflictivo al actual,
como se puso de manifiesto en los entredichos producidos con los ministros de
Relaciones Exteriores y de Defensa de
Argentina.
Argentina
en este esquema propuesto de ¿integración o dependencia?, manifiesta una
dependencia del recurso gas de Bolivia y el proceso de integración con ese país
se caracteriza por el recelo y la desconfianza, ya sea por su apoyo, directo o
no, a fuerzas de la oposición en Bolivia y por su carácter de exportador
principal de gas a Chile, “enemigo” manifiesto de Bolivia.
Situación
de Argentina en relación a Chile en este
caso Argentina es un exportador
neto a Chile, y este por lo tanto tiene una gran dependencia del gas argentino.
Los procesos de integración parecían estar garantizados con el Protocolo de
Integración Energética de 1995, pero la realidad y las decisiones políticas
mostraron lo contrario, Chile no es parte del mercado interno argentino, como
este pretende ser considerado, y la prioridad de abastecimiento lo tiene el
servicio residencial, luego las industrias y las centrales termoeléctricas y,
por último, la exportación.
De todos
modos, la realidad también es que los gasoductos de exportación del noroeste,
que aportan a la actividad del cobre en Chile, son independientes de los
nacionales y no se puede desviar su contenido para el consumo
interno.
El mapa
del gas regional cambiaria si Chile decidiera invertir en el gasoducto con Perú
y abandonar su dependencia de Argentina, que ha demostrado no ser un abastecedor
confiable. Además, si como mencionamos anteriormente se cambiara la dirección de
los fluidos en los gasoductos existentes, Argentina pasaría de exportador a
importador.
Situación
de Argentina en relación a Brasil el
abastecimiento a este país es circunstancial, sobre todo motivado por las
sequías que afectan a su sistema hidroeléctrico, pero que se ven compensados por
las importaciones que realiza Argentina en forma de energía
eléctrica.
El
principal problema que afecta a Argentina en relación con Brasil es el alto
grado de penetración que ha logrado la empresa estatal brasileña Petrobras en
todas las etapas de la cadena energética desde la producción al transporte y
distribución, sumado a su alianza estratégica con Repsol YPF, lo cual le da
mayor peso en las intervenciones en el mercado argentino y dificulta su control
por parte del estado.
Conclusiones
Parciales y Escenarios
Posibles
A lo
largo del desarrollo para cada país se ha ido planteando el proceso histórico en
el cual se enmarca la situación del 2004, con continuación en el 2005 que
muestra un mayor impacto de factores de inestabilidad política, y la pregunta
sería ¿es posible la integración energética entre países
inestables?
Esto
plantearía el escenario socioeconómico, político, territorial y energético
regional, a partir del cual , se pueden pensar dos alternativas bien
contrastadas:
Escenario
1: este escenario equivale a patear el tablero y cambiar el mapa regional del
gas, y estaría dado por la construcción del gasoducto desde Perú, que provocaría
dos cambios fundamentales, Bolivia pasaría de ser el país exportador clave de la
región, a quedar marginado del abastecimiento regional, y Chile pasaría de su
papel de importador neto de energía
de Argentina, a ser el principal proveedor de energía a Argentina, Brasil y
Uruguay, generando a su vez una fuerte dependencia de un actor extraregional,
Perú, tanto para Chile como para la región.
El
principal problema de este escenario es el costo, 2500 millones de dólares,
aunque ya existe el inversor interesado, el BID, pero todavía no se conocen las
bases de este acuerdo, también, en caso de realizarse, el tiempo de realización
de la obra, es otro factor a considerar, sobre todo por las dificultades que
presenta el relieve de la región y lo inminente de las necesidades energéticas
en la región.
Escenario
2: sería un acuerdo entre Bolivia y Chile intercambiando gas por salida al mar,
con lo cual, Chile dejaría de depender de las “inciertas” exportaciones de gas
de Argentina, en este esquema también, simultáneamente, Brasil consolida su
abastecimiento a partir del aprovechamiento de la cuenca de Mejillones, lo que
le permitiría una menor dependencia de Bolivia y Argentina, e inclusive, pasar a
un papel de exportador.
Bolivia,
en este escenario, perdería nuevamente su papel energético clave en la región.
También Argentina se ve afectada en este escenario ya que pierde su principal
comprador, Chile, y la alternativa de abastecer a Brasil y pasaría también de
exportador a importador, por la disminución de sus reservas y el crecimiento del
consumo interno de gas dentro de su matriz energética..
La
inestabilidad política de Bolivia, con la incertidumbre que genera como
proveedor principal de energía a la región, marca un problema común en ambos
escenarios lo que genera que a pesar de contar con las mayores reservas, que
aseguren futuros requerimientos de la región, las decisiones de abastecimiento
puedan llevar a cualquiera de los dos escenarios planteados que dejan a Bolivia
fuera del mapa regional del gas.
Otro
punto a tener en cuenta es el tamaño de los mercados consumidores que harán uso
de esa oferta de gas, por su tamaño el mayor es el de Brasil, pero por las
condiciones socioeconómicas del país y por las condiciones climáticas, el
consumo residencial no es importante y su utilización mayor se concentra en la
industria.
En el
caso de Argentina ambos componentes son favorables al crecimiento del consumo,
el aumento del PBI sumado al crecimiento de la actividad industrial, están
favoreciendo un aumento del consumo por encima de la oferta ambiental, que
deberá ser cubierto por las importaciones.
En el
caso de Chile y Bolivia el mercado
interno es escaso, aunque con mayor actividad industrial en el caso de Chile y
una necesaria dependencia de abastecimiento de energía sea de Argentina, Bolivia
o Perú.
Teniendo
en cuenta que el recurso gas existe en la región y que las necesidades de
consumo son diferentes en los países que la integran, la necesidad de que el
cono sur adopte una estrategia regional del gas para satisfacer las diferentes
demanda, a través de decisiones de inversión en infraestructura y de búsqueda de
fuentes de financiamiento que permitan cubrir esas necesidades, es una realidad
innegable.
Como
exportador neto de energía a nivel regional,Bolivia perdería su papel, pero la
exportación a Estados Unidos, más allá de los sentimientos nacionalistas del
país, es una alternativa siempre vigente ya sea vía Chile, Perú o
Méjico.
Con
respecto a Argentina, de continuar exportando gas a Chile, Uruguay y Brasil, a
la vez que manteniendo el crecimiento de su consumo interno, sin realizar
inversiones en exploración e infraestructura, este uso insostenible del recurso
puede llevar al agotamiento prematuro de las reservas por un consumo por encima
de la oferta ambiental.
Como
consecuencia de ello y a nivel de la región del sudoeste bonaerense, la
industria petroquímica y de fertilizantes con grandes plantas, como PBB-Polisur,
Mega, Profértil, perdería su principal insumo, con lo cual el cierre de plantas
y el impacto económico en el empleo en la región seria de dimensiones
insospechadas.
La
dinámica territorial del mapa del gas muestra así procesos espaciales que
abarcan la escala regional, nacional y local, con consecuencias socioeconómicas
en cuanto a la generación de empleo y calidad de vida de la población, que
dependen de decisiones políticas y estratégicas, de actores privados y
estatales, que deben tener en cuenta, al momento de la toma de decisiones, la
incertidumbre de los procesos de integración y las dependencias que se generan,
en un marco de países inestables en lo político y económico, con una dificultad manifiesta para
identificar cuales son los intereses nacionales, para diseñar luego una política
exterior conjunta que adopte una visión estratégica de la integración energética
regional.
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