Evaluación de Impacto y Evaluación de Riesgo,
herramientas de gestión ambiental.
Aportes conceptuales para su
interpretación
Adriana B. Pereyra
y
Lidia Soria
Profesoras
Adjuntas , División Geografía, Universidad Nacional de Luján
Resumen
En
esta ponencia se desarrollaran aportes conceptuales para la interpretación de la
Evaluación de Impacto y la Evaluación de Riesgo, consideradas como herramientas
de gestión ambiental. En especial se realizará un análisis teórico de la cuestión ambiental , los
antecedentes de la inserción de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), tanto
en la escala internacional como en América Latina y en Argentina, así como la
conceptualización del Riesgo
Ambiental, su definición y paradigmas.
Por otra parte es importante mencionar que desde los Seminarios de Metodología de Evaluación de Impacto
Ambiental y Riesgo ambiental de la carrera de Licenciatura en Información
Ambiental de la UNLu se llevaron a cabo investigaciones empíricas a las cuales
se hará referencia en este trabajo.
Introducción
Desde hace algunas
décadas, con mayor énfasis a partir de la década del noventa el vocablo ambiente
se ha incorporado al lenguaje común de la población. Sin embargo, su uso
cotidiano no implica necesariamente un análisis complejo de su significado,
situación que se observa en la interpretación que distintas leyes de orden
nacional y provincial le asignan, así como en medios de comunicación. Podemos
advertir que, según sea el perfil profesional de quien trata el tema, diferente
podrá ser la utilización e interpretación del vocablo ambiente y en consecuencia
esto se evidencia en la manera de encarar la problemática ambiental, es decir
como una cuestión del ambiente físico y biológico ó en otro caso como una
cuestión social.
Gallopín ha abordado
este tema desde la ecología con una amplitud de criterio que conllevan al
desarrollo, análisis e interpretación de los factores críticos para la comprensión de la relación sociedad –
naturaleza generando herramientas conceptuales para el abordaje de las
cuestiones ambientales, que son de carácter complejo. Al respecto Funtowicz,
1994 explica que hablar de complejidad no significa mayores dificultades, sino
mayores vínculos de interacciones, interdependencia, jerarquías y auto
organización. Entre otros autores, Reboratti, 2001 trata la evolución histórica
del concepto ambiente, las problemáticas que derivan de sus traducciones y desde
la geografía da cuenta de una problemática social.
Por su parte, Leff,
enmarca a “la cuestión ambiental como una problemática de carácter eminentemente
social: esta ha sido generada y está atravesada por un conjunto de procesos
sociales. Sin embargo, las ciencias sociales no han transformado sus conceptos,
métodos y paradigmas teóricos para abordar las relaciones entre estos procesos
sociales y los cambios ambientales emergentes.”
La
degradación ambiental como resultado de prácticas inadecuadas, ausencia de
legislación, modelos productivos donde la racionalidad económica y la visión cortoplacista son una
constante, es el fiel reflejo de una sociedad que decide con un enfoque parcial
sobre el ambiente que la rodea y de la que es parte, aún falta incorporar una visión sistémica que permita reflexionar
holísticamente.
Entendemos al ambiente
desde la organización espacial como el espacio construido socialmente en el cual
la sociedad actúa sobre el medio físico y construido por el hombre generando un
ambiente o entorno a diferentes escalas de actuación: local, regional, nacional,
etc.
En
consecuencia, podemos definir a los problemas ambientales como determinado tipo
de interacciones pautadas entre las poblaciones humanas y el sistema biofísico
de referencia, que interrumpen o alteran procesos de flujo de materia y energía
o alteran la disposición funcional de los elementos de un sistema complejo
generando cambios impredecibles que muchas veces implican la transformación
total del mismo. Por lo tanto, así como lo afirma Gonzalez L. De G su expresión
adquiere distintas dimensiones: temporales, espaciales, biofísicas,
tecnológicas, organizacionales, cognitivas y simbólicas que corresponden a una
determinada cultura. En este contexto,
vemos como los problemas ambientales requieren y exigen de una
articulación de un conjunto de disciplinas científicas y técnicas para encontrar
explicaciones, diagnosticar problemas y proponer soluciones. La
incorporación entonces, de
la dimensión ambiental ha favorecido la producción de conocimiento que muchas
veces queda exclusivamente en el marco académico y no se traduce en el accionar
cotidiano de los organismos a cargo
de la gestión ambiental. Brañes, 1991, la define como “ el conjunto de
actividades humanas encaminadas a procurar una ordenación del medio ambiente y
contribuir al establecimiento del un modelo de desarrollo sustentable. Este
propósito comenzó a visualizarse en un cierto momento como un objetivo social y,
por ende, como una función estatal. Como consecuencia de ello, la gestión
ambiental pasó a ser una función más del estado, lo que dio origen al
establecimiento de sistemas administrativos a través de los cuales habría de
ejercerse dicha función”.
Como advertimos la
gestión ambiental es una función del estado y es en este marco donde se inserta
la Evaluación de Impacto Ambiental, que si bien tiene sus primeros antecedentes
en la década del ’70 en los Estados Unidos, ha iniciado desde entonces un largo
recorrido a escala planetaria incorporándose tanto a los procesos de gestión
ambiental de bloques económicos como de estados a escala individual.
Antecedentes
de la EIA a escala
internacional
Entre los antecedentes
de la introducción de la EIA a escala internacional encontramos a la OCDE (Organización de Comercio y
Desarrollo) que en 1977 elaboró directrices sobre procedimientos ambientales. El
PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) que entre 1981 y 1983
marcó la necesidad de incluir a la
EIA en la etapa de planificación. A escala de los continentes, podemos decir que
Europa fue incorporando gradualmente el procedimiento de EIA aunque ya no con la
eficacia del modelo norteamericano. En una primera etapa fueron los países de
manera individual y luego al consolidarse la Unión Europea el tema es articulado
en la legislación comunitaria. A título individual Francia lo incorpora en 1976
en riesgos de salubridad, tecnológicos y peligrosos, Alemania con leyes
sectoriales, Grecia en 1986, Irlanda en 1977 con una ley de planificación,
España entre 1986 y 1989. Dinamarca en la planificación urbana, Holanda también
lo incorpora, Reino Unido presenta
instrumentos sectoriales y dispersos para la introducción de la EIA en una
primera etapa. Otros países como Hungría y Rusia lo incorporan hacia finales de
la década del ochenta y Portugal en 1990.
La Agencia Europea de
Medio Ambiente en 1975 establece un procedimiento común para la creación y
actualización de una base de información en materia ambiental. Pero recién en
1990 se establece un reglamento, la red de información y otro tipo de exigencias
de auditoría y gestión ambiental.
La realidad asiática y
africana encuentra mayores similitudes con la situación
latinoamericana.
En Asia, Tailandia ha
sido el primer antecedente, Japón desde 1973 incluye para determinados proyectos la
exigencia de EIA pero adquiere formalidad en 1984.
La India desde 1977
posee un marco legal para obras en cuencas hídricas pero es posterior la
incorporación para otras temáticas.
En Oceanía, Australia
posee un sistema parecido al americano.
América
Latina y la EIA
La
introducción de la EIA en los países en desarrollo, permite advertir que no fue
una política de estado propia por proteger el ambiente cuando existían o
coexisten otros problemas prioritarios, esta incorporación llegó en un paquete
signado por las necesidades impuestas por el sistema de relaciones
internacionales y el desarrollo interno de estos países. Mencionamos que el apoyo
crediticio para determinadas políticas, programas, proyectos viene impregnado de
un paquete administrativo al que se denomina ciclo del proyecto y en el que una
de las partes consiste en la evaluación ambiental del mismo. Situación que ha
llevado a varios países a que introduzcan la EIA de manera sectorial como general. En
particular se advierte que las características que sigue el procedimiento son
prácticamente similares, pero la principal diferencia se establece en la escasa
participación que se le da a la población.
Algunos de los
problemas identificados en relación a la instrumentación de la EIA son, entre
otros: organismos fragmentados, ausencia de legislación específica, ausencia o
limitada participación pública, escasez de recursos humanos capacitados, ausencia de información básica, falta de
infraestructura técnica, ausencia de autoridad ambiental y/o debilidad en la
toma de decisiones por parte de la autoridad
ambiental.
México ha sido uno de
los primeros países en adherir a la propuesta desde 1978 y posteriormente con
instituciones creadas para tal fin.
Los países andinos han
adoptado de manera similar la EIA. Colombia en 1973 adoptó su Código Nacional de
Recursos Naturales, Venezuela en 1976, ya en los noventa tanto Bolivia como
Colombia y Ecuador tenían dependencias específicas ambientales. Perú lo
incorpora a través del Ministerio de Energía y Minas a través de la Dirección de
Asuntos Ambientales.
Brasil desde 1988 exige
la EIA en el marco de ciertas actividades que puedan alterar el ambiente.
Paraguay desde 1993,
Uruguay en 1994 y Chile cuenta con la ley 19.300- Ley de Bases del Medio
Ambiente- de 1994 por la cual
incorpora el Sistema de Evaluación de Impacto
Ambiental.
Argentina no ha sido
ajena a esta situación y en su camino hacia el presente existen hitos que
muestran el interés por la cuestión ambiental.
Durante los años ’70
existían algunas legislaciones parciales vinculadas a lo ambiental, pero en 1973
se crea la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano dependiente del Ministerio de Economía
como respuesta a la Conferencia de Estocolmo de 1972. En 1981 pasó a depender de
la Secretaría de Salud Pública y con el advenimiento de la democracia,
Saneamiento Ambiental pasó a la Secretaria de Vivienda y Ordenamiento Ambiental
dependiendo del Ministerio de Acción Social. En 1987 se crea la Subsecretaria de
Política Ambiental en la Secretaria General de la Presidencia y en 1989 es
reemplazada por la Comisión Nacional de Política Ambiental. En 1991 se crea la
Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano que hasta el presente ha
cambiado de nombre varias veces, llamándose hoy Secretaría de Desarrollo
Sustentable y Política Ambiental. Por lo tanto, actualmente la injerencia de
la cuestión ambiental en la escala
nacional se encuentra bajo su jurisdicción.
Riesgo
ambiental
Dentro de la cuestión
ambiental debemos incluir todo lo inherente al Riesgo Ambiental, que si bien
presenta ciertos rasgos distintivos que lo definen, viene a ampliar y
concretizar específicamente algunos aspectos de la Evaluación de Impacto
Ambiental. Si bien, tiene otros orígenes y líneas de pensamiento que rigen su
accionar, en la mayoría de los países en desarrollo es un tema con ciertas
limitaciones y menor difusión en el común de la población. La Ley de EIA de la Provincia de Chubut
contiene un apartado vinculado a
Riesgos Industriales. Esto nos muestra que si la finalidad de los Estudios de
Impacto Ambiental es predecir cambios que resulten de la implementación de un
proyecto, los riesgos son parte de ello y por lo tanto deben enunciarse y
calcularse. Sin embargo, la estructura tradicional de los EsIa, rara vez exigen explícitamente este
punto.
Podemos definir al
Riesgo como cualquier fenómeno de origen natural o humano que signifique un
cambio en el ambiente ocupado por una comunidad que sea vulnerable a ese
fenómeno. El riesgo se compone de dos elementos: la amenaza y la vulnerabilidad
que interactúan. Por lo tanto, la amenaza es entendida como la probabilidad de
ocurrencia de un evento potencialmente desastroso durante cierto período de
tiempo en un sitio dado. La Vulnerabilidad se interpreta como la incapacidad de
una comunidad para absorber, mediante el autoajuste, los efectos de un
determinado cambio en el ambiente. De la ecuación A+-V resulta el
riesgo.
Entre sus antecedentes
Kolluru, 1998 cita los riesgos de
contaminación de agua transportada en tuberías de plomo reconocidos tanto por
los griegos como por los romanos. La contaminación del aire durante la
Revolución Industrial, la epidemia de cólera en Londres en 1885, etc. Ya en
épocas más recientes como disciplina formal la evaluación de riesgos aparece en
las décadas de 1940 y 1950 en la industria nuclear, refinación de petróleo y de
procesos químicos, como también en la aeroespacial. En cambio las evaluaciones
de riesgo para la salud adquieren relevancia en 1976 con la publicación de la Agencia
Norteamericana del Ambiente y las Guías para Evaluación de Riesgos
Carcinogénicos. Desastres que han marcado una ventana de oportunidad para la
reflexión han sido Chernobyl en
Rusia y Bhopal en la India.
Es decir, este autor norteamericano permite visualizar que los antecedentes
corresponden al orden de los riesgos tecnológicos.
Allan Lavell Thomas,
1996 aborda los riesgos desde la teoría social de los desastres planteando un
enfoque holístico que involucre tanto las variables de orden natural, social,
tecnológico y contaminante en la
Gestión Integral del Riesgo. Las temáticas tratadas por La Red de Estudios
Sociales en Prevención de Desastres en América Latina analizan desde una
perspectiva social los mal llamados desastres naturales: sismos, tsunamis,
huracanes, tormentas, tornados, deslizamientos de tierras, sequías,
inundaciones, etc. y busca aplicar modelos de presión y liberación de desastres
para comprender la amplitud de los procesos que se conjugan al momento de una
situación de crisis o stress social como se caracteriza al desastre, como desde
otro modelo denominado de acceso a recursos intentan explicar la incapacidad de
la población para hacer frente y recuperarse de una situación límite.
El análisis de los
paradigmas que han regido la gestión de desastres identifica dos fuertes líneas
de pensamiento, entre otras. La primera correspondiente al paradigma fisicalista
en el que el impacto sólo se mide por números de viviendas, superficies,
muertos, etc., y sobre todo el enfatizar en el desastre como producto y no como
proceso. Esto lleva a considerar y creer que la solución se halla en los medios
ingenieriles y forma parte, de la
ventana de oportunidad que muchos políticos ven al momento de enfrentar la
situación en el conocido durante, es decir mientras se desarrolla el
fenómeno.
Desde la sociología
norteamericana la otra significativa línea de pensamiento le
otorga un rol activo al análisis de la vulnerabilidad remarcándose su
trascendencia en la producción del desastre. Los desastres ya no aparecen como
impredecibles e inmanejables sino que la ecuación R= A x V (riesgo es igual a
amenaza por vulnerabilidad) constituye una herramienta de gran valoración. Ambos
elementos A y V dan lugar al riesgo al que Wilches Chaux (1996) lo define como
cualquier fenómeno de origen natural o humano que signifique un cambio en el
ambiente ocupado por una comunidad
que sea vulnerable a ese fenómeno. Muchas veces se considera al Desastre como
producto porque de esta manera se analiza exclusivamente el fenómeno –el
durante-. Sin embargo, estos eventos y su riesgo latente de carácter dinámico
forman parte de un proceso que se actualiza permanentemente. En este contexto es
conveniente diferenciar los diferentes momentos de gestión del riesgo, el antes,
el durante y el después. Al respecto, Lavell (1997) explica que el antes está
estrechamente vinculado con aquellos eventos que pueden prevenirse o reducir la
intensidad de los mismos, el durante al momento mismo del evento y el después se
relaciona con las actividades de reconstrucción y
rehabilitación.
Hablar de gestión
global necesariamente nos lleva a referirnos a la Gestión ó Manejo, Lavell diferencia Gestión de la Amenaza
destinada a reducir la probabilidad de que ocurra ó disminuya su intensidad. El
segundo elemento denominado Gestión de Vulnerabilidad está encaminado a tomar
aquellas medidas que reduzcan la Vulnerabilidad de la sociedad y en tercer orden
la Gestión de la Emergencia ante el inminente evento. La cuarta instancia
llamada Gestión de la Rehabilitación y reconstrucción es la que busca normalizar
la situación y encaminar hacia el equilibrio. Estas instancias no pueden dejar
de lado a los diferentes actores sociales involucrados y es entonces, cuando el
imaginario y la percepción que estos tienen se manifiesta de formas diferentes
generando conflictos u otras situaciones. Entendemos por actores sociales a
las unidades reales de acción en la
sociedad. Estos pueden ser políticos, estatales, comunitarios y económicos.
Tanto desde la Escuela
norteamericana como desde La Red de Estudios Sociales se plantea la preocupación
por identificar los problemas o situaciones de peligro a las que están expuestas
las poblaciones sea de una empresa o de un territorio, establecer la relación
dosis-exposición como el vínculo amenaza – vulnerabilidad, para poder imaginar y
predecir cuáles son los riesgos derivados de los procesos productivos o de
ocupación y organización espacial y por lo tanto, administrarlos y establecer
mecanismos de gestión para prevenir, mitigar, preparar, alertar y cuando no sea
posible evitar las situaciones peligrosas actuar en la emergencia y continuar en
la rehabilitación y reconstrucción.
Bartell, S, 1998
propone como pasos metodológicos para una Evaluación del Riesgo Ambiental los
siguientes:
1.
Identificación del peligro
2.
Evaluación de la Exposición – Evaluación de Exposición
Respuesta
3.
Caracterización del Riesgo
4.
Administración del Riesgo.
Por su parte, Kolluru, 1998 presenta al modelo norteamericano desglosado en
etapas:
A.
Evaluación del Riesgo:
Identificación del peligro
Evaluación de toxicidad
– Evaluación de Exposición
Caracterización del
Riesgo
Administración del riesgo: Desarrollo y clasificación de
alternativas
Selección de remedio, diseño y
puesta en práctica
Vigilancia y
Revisión
La evaluación de
impacto ambiental de la definición a la aplicabilidad
Las
Evaluaciones de impacto ambiental (EIA), como objetos e instrumentos de la
gestión ambiental, como ya se dijo, tienen su inicio en los años ´70, favorecidas por un contexto
internacional y acompañadas por una serie de transformaciones
político-institucionales que se desarrollaron a escala planetaria, regional y local .
Desde los organismos de financiamiento se las han definido como instrumentos de
evaluación de las políticas públicas llevada a cabo por los
países.
Entendemos a la
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) como “el procedimiento jurídico
administrativo que tiene por objetivo la identificación, predicción e
interpretación de los impactos ambientales que un proyecto o actividad
produciría en caso de ser ejecutado, así como la prevención, corrección y
valoración de los mismos, todo ello con el fin de ser aceptado, modificado o
rechazado por parte de las distintas administraciones públicas competentes”
(Conesa Fdez Vitora, 1995,p: 26.
El principal objetivo de
la aplicación de la EIA, es, revertir el deterioro y prevenir las futuras
alteraciones ambientales negativas que provocan las acciones, programas,
proyectos y políticas que aún no han introducido la dimensión ambiental; o
se encuentren en una etapa inicial o heterogénea en la gestión ambiental
de su territorio y recursos. Esta caracterización se expresa actualmente -en
todas las escalas jurisdiccionales- tanto en las diferentes condiciones y
evolución en la gestión del ambiente como en la resignificación que cada
comunidad hace sobre el desarrollo sustentable y la “calidad de vida” de sus
habitantes.
La aplicación de la EIA,
exige conocer y discutir algunos de los factores implicados en actuaciones
generadoras de impacto y control ambiental, tales como: la manifestación de los
efectos sobre el ambiente, las causas del impacto, las repercusiones en el
espacio, los actores sociales involucrados, la percepción del conflicto, las
posibilidades de intervención, los niveles adecuados de responsabilidad para su
resolución como los objetivos a lograr.
Esta herramienta de gestión se tradujo en
la práctica en la exigencia de Estudios de Impacto Ambiental cuyo objetivo ha
sido predecir, identificar, valorar y corregir las consecuencias o efectos
ambientales que determinadas acciones pueden causar sobre la calidad de la vida
del hombre y su entorno. Puede
apreciarse entonces, que algunos estados introdujeron esta herramienta para
mejorar su calidad de vida tomando
real conciencia de las implicancias que determinados proyectos generan en el ambiente. Mientras que en otros la
incorporación se hizo por exigencias de los organismos internacionales de
financiamiento Por lo tanto, en diversos casos el real significado fue la exigencia para proyectos
energéticos, industriales, viales, agropecuarios, comerciales, forestales, mineros, etc.
entre otros. Exigencia que por parte del promotor del proyecto no solo requiere
la presentación del Estudio de Impacto Ambiental, sino también el
fortalecimiento institucional de
los organismos con inherencia sobre el tema, la capacitación de recursos humanos
especializados y la preparación de
comités de expertos para la realización de la EIA y posterior dictamen de la Declaración de Impacto
Ambiental cuyas opciones básicas
son: la aprobación, el rechazo o modificación del proyecto original.
En
cuanto a los tipos de EIA algunos autores (Conesa, Echechuri y otros) clasifican a los diferentes
tipos según la envergadura del proyecto y el grado de afección del mismo
en:
Informe
de Impacto Ambiental: se
aplica a proyectos con bajo impacto.
Evaluación
simplificada de impacto ambiental : se
aplica a proyectos que se supone tendrán impacto medio: consistente en la
identificación, caracterización y valoración cualitativa del impacto ambiental
utilizando para ello escalas de puntuación (Echechuri, pág.
32)
Evaluación
detallada de impacto ambiental: se
aplica a aquellos proyectos que se supone de antemano tendrán impactos fuertes.
Contienen todas las fases de la secuencia metodológica
detallada.
Estos
tipos de EIA se diferencian del Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) que
constituye el estudio técnico de carácter interdisciplinar propiamente dicho y
de las Evaluaciones estratégicas que tienen como objeto la evaluación de las
consecuencias ambientales de determinadas políticas, planes y programas producen
en el territorio.
Como
herramienta de prevención de impactos no deseados, la aplicación de las EIA, está reglamentada en la mayoría de los
países por distintas leyes de carácter nacional o provincial, en las cuales se
establecen los distintos criterios y requisitos.
En nuestro país la legislación
de EIA es de carácter nacional, provincial y sectorial. Desde el ámbito nacional
las cámaras legislativas
presentaron proyectos ley de
EIA durante
el año 1998 y luego de
varios procesos legales finalmente
se sanciona y se promulga en
noviembre de 2002 la Ley 25675 de política ambiental o Ley General del
Ambiente. Dicha ley establece los presupuestos mínimos para el logro de una
gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la
diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable. Considera
los principios de la política ambiental y los presupuestos mínimos y determina
la competencia judicial y los instrumentos de política y gestión, entre ellos el
de EIA. Posteriormente por Decreto
2413/02 se observa los artículos 3º, 19º. 29º y 32º.
Es
necesario destacar que hasta el año 2002 existía un vacío legal, que armonizase
los procedimientos en el marco
regional y en discusiones del MERCOSUR, por la ausencia de un cuerpo legal a
diferencia de los otros países miembros que si contaban con una ley marco. La
mayoría de las provincias ya contaban con instrumento legal en las que se incluían apartados de impacto
ambiental y procedimientos de EIA.
Fases de
los estudios de evaluación de impacto ambiental
Entre
las principales fases de los estudios y/o términos de referencia que se
solicitan encontramos los siguientes:
§
Resumen
ejecutivo
§
Marco
jurídico
§
Descripción
y ubicación del proyecto
§
Inventario
ambiental o estado pre-operacional del ambiente
§
Propuesta
metodológica
§
Identificación
de acciones del proyecto
§
Identificación
de factores ambientales susceptibles de ser afectados
§
Identificación
de efectos
§
Valoración
o ponderación de impactos ambientales
§
Evaluación
de impactos ambientales
§
Medidas
de mitigación
§
Plan de
monitoreo y control
§
Viabilidad
ambiental del proyecto.
Metodologías
usuales en EIA
Existen
numerosas técnicas y metodologías de EIA. Cada una de ellas son mas o menos
aptas según las fases de EIA que se consideren. Entre ellas encontramos métodos
de listas de control, matrices de interacción, diagramas de sistemas, etc. Entre
ellas las principales son:
- Listas de
chequeo
- Matrices
causa-efecto
Diagramas de redes, diagramas
de flujo y/o redes de
interacción
- Métodos visuales. Técnicas
cartográficas,
sistemas de información geográfica
- Métodos basados en indicadores
·
Criterios
relevantes integrados
·
Cuestionario
y encuestas a la población afectada
·
Consultas
a expertos
En
el siguiente cuadro se sintetizan las etapas de las EIA, las metodologías
usuales y la utilidad relativa de las mismas según las etapas del
proyecto:
Aplicación
de las metodologías en el proceso de EIA
Tarea
del proceso |
Metodologías |
Utilidad
relativa |
Identificación
de impactos |
§
Matrices
simples y en etapas
§
Diagramas
de redes
§
Listas
de control simples y descriptivas |
Alta
y Media
Alta
Media |
Descripción
del medio afectado |
§
Matrices
simples y en etapas
§
Listas
de control |
Baja
alta |
Predicción
y evaluación de
impactos |
§
Matrices
simples y en etapas
§
Diagramas
de redes
§
Lista
de control descriptivas |
Media
Media
Media
Alta |
Selección
de la actuación propuesta (según valoración de
alternativas) |
§
Matrices
simples y en etapas
§
Listas
de control |
Media
Baja
Medio |
Resumen
y comunicación de estudio |
§
Matrices
simples y en etapas
§
Listas
de control simples (cuestionarios) |
Alta
Baja
Media |
Fuente:
Canter (1999)pag.73 modificado.
Sin embargo, cabría preguntarse si como resultado de la aplicación de
estas técnicas, las problemáticas ambientales pueden resolverse. Como se ha
concluido en investigaciones empíricas -realizadas por el equipo-, se afirma que
la confiabilidad de estos instrumentos están sujetos a la conformación de
equipos interdisciplinarios, a la veracidad de los datos y fuentes de
información disponibles, al alcance y limitaciones explicitas de las técnicas y
procedimientos utilizados, que en la mayoría de las veces, minimizan la
articulación territorio – ambiente. Sin olvidar la otra escala, que son las
decisiones del sector público y privado que influyen en las decisiones técnicas
de la evaluación ambiental de proyectos.
Estudios
de caso de EIA y de Riesgo ambiental
A lo largo de los seminarios de metodologías de EIA y de riesgo ambiental, correspondiente a
la carrera de licenciatura en información ambiental de la Universidad Nacional
de Luján, los alumnos realizaron
estudios sobre diferentes problemáticas vinculadas a la evaluación ambiental de
proyectos. Entre ellos los siguientes:
Ø
Altamirano y Bulo. 2002. Estudio de impacto ambiental de la construcción
y explotación de un complejo recreativo nocturno en la costanera del Partido de
Zárate.
Ø
Arona, Oviedo, M y Rudiferia, F. 2001. Estudio de Impacto Ambiental del
Camino de acceso a Puerto Palmas en el Partido de
Campana.
Ø
Amuchástegui, G, Bernasconi, Fasano, Iraola, Orsi. 2002. Riesgo por
inundaciones en un barrio del Partido de la Matanza, provincia de Buenos
Aires.
Ø
Batalla, M, Jimenez, M.; Pannucci, M.; y Titiro, M.. 1999. Estudio de Impacto Ambiental de un
establecimiento agropecuario dedicado a la cría de aves para exportación.
Partido de Exaltación de la Cruz. Provincia de Buenos Aires.
Ø
Bassi, P. Y Betanzos, M.
2001. Estudio de impacto ambiental del proyecto de pavimentación en un barrio
suburbano del Partido de Zárate.
Ø
Betancort, N., Coria, L, Crespo, A. Y Sanchez, S. 2002. Evaluación de
Riesgos Sanitario Ambiental en la
localidad de Mariano Moreno. Provincia de Buenos
Aires.
Ø
Bianchi, M.; Casagrande, M.; Gelhorn, N.; y Mermoz, M., 2001. Estudio de
Impacto Ambiental de la construcción y operación de una estación de servicios en
un área suburbana del Partido de Campana.
Ø
Fernandez, R. Y Flores, G. 2000. Estudio de impacto ambiental de un
complejo residencial, turistico y comercial en el Partido de
Campana.
Ø
Fernandez y Flores, 2001. Evaluación de Riesgos Ambientales derivados de
la actividad petroquímica en la ciudad de
Campana.
Ø
García, M, Gauto Sanchez, G., Maffioly, P. Pannucci, M y Zagel, M. 2001.
Impacto Ambiental de los incendios forestales en Zárate, provincia de Buenos
Aires.
Ø
Horst y Ubaldo 2002. Estudio de Impacto Ambiental de un
establecimiento minero industrial
dedicado a la elaboración de ladrillos en el Partido de
Campana.
Ø
Silva,
L. Y Falcán, M. 2002. Evaluación de riesgos de seguridad pública en un paso a
nivel en la ciudad de Moreno, provincia de Buenos Aires.
Conclusiones
Las Evaluaciones de Impacto
y las Evaluaciones de Riesgo
ambiental son herramientas de gestión que no pueden ser consideradas
aisladamente. En los países del norte, en el presente, la Evaluación de Riesgo Ambiental
comprende elementos que hacen a
la Evaluación Ambiental de
Proyectos, es decir, evaluar un proyecto desde el punto de vista ambiental
implica conocer los riesgos a la que esta expuesta la sociedad y por ende, establecer los mecanismos de
gestión que hacen al manejo ambiental del territorio. América Latina y en
especial la Argentina se encuentran aún lejos de incorporar estas herramientas
de manera conjunta en el marco de políticas ambientales, sin embargo desde el
sector industrial puede visualizarse a partir de la normativa de seguridad e
higiene aplicabilidad sectorial.
Desde el marco metodológico y técnico se utilizan tanto en Riesgo como
en Evaluación de Impacto técnicas similares, la diferencia esta en que la
Evaluación de Riesgo busca cuantificar y medir la probabilidades de ocurrencia
de manera más exacta y no siempre se cuenta con la base de datos estadística,
antecedentes y elementos que permitan llevarla a
cabo.
Por lo tanto, como conclusión preliminar podemos enunciar que es
necesario el enfoque holístico e interdisciplinario con herramientas legales que
acompañen la exigencia de llevarlo a cabo, a su vez con organismos de gestión
fortalecidos institucionalmente que posean equipos técnicos capacitados y
preparados para responder a este planteo.
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Colombia. Cap.2
Ponencia presentada en el Simposio
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Merlo, San Luis – Argentina. Miércoles 21 de setiembre de
2005.