Radioaficionados unen a Barranquilla con
damnificados |
Roberto Grau
tratando de comunicarse con la isla, desde la estación de Salim Gechem en
Barranquilla. Foto Johan Osorio
Por
Joaquín Medina
“Los radioaficionados constituyen la columna vertebral
de todas las situaciones de emergencia en el mundo a nivel de
telecomunicaciones”
En Haití, minutos después del terremoto, en medio de
la tragedia y la destrucción, el sacerdote Jhon Henault corre a enviar una señal
de auxilio. Su ciudad ha quedado destruida. El capellán, quien es también
radioaficionado, sale con su equipo de comunicación a buscar energía para poder
conectarlo y transmitir las ondas sonoras. Extrae la batería de uno de los
tantos vehículos arruinados que se encontraban apiñados en las pequeñas calles
de Puerto Príncipe, Haití. Conecta un par de cables a la consola de transmisión
y logra comunicarse con otra persona en Gran Bretaña. Ese radioaficionado
británico se encargó de retransmitirlo al resto del mundo. Fue quizá el primer
mensaje de auxilio desde la isla.
Un equipo de rescate logró
contactarse con el sacerdote que se encuentra en buen estado de salud. En estos
momentos radioaficionados de La Florida se han comunicado con él.
En
Barranquilla, Roberto Grau, radioaficionado con el indicativo HK1AA (son siglas
otorgadas por los ministerios de comunicaciones de cada país), fundador de la
Brigada de Socorro del Caribe y Salim Gechem HK1NK, se han comunicado en las
últimas horas a través de sus equipos de radioaficionados con colegas de la
isla, Venezuela, República Dominicana y Cuba.
El colombiano, Andrés
Álvarez HJ6NVV, se encuentra en Puerto Príncipe realizando labores para
establecer comunicaciones con los equipos de emergencia. Hay más de 151 unidades
trabajando en el momento.
Las comunicaciones internacionales con Haití
están reducidas por daños en el cable submarino que se encuentra entre el país
afectado y las Bahamas.
Grau Lleva más de 40 años de ser un
radioaficionado. Su labor comunitaria y desinteresada lo ha convertido en agente
de solución para momentos difíciles de la comunidad. “En estas situaciones de
emergencia, las personas que tienen familiares trabajando, residiendo o de
vacaciones acuden a nosotros para tratar de contactarlos”. El veterano de las
comunicaciones ha prestado su voz de ayuda en emergencias como: el terremoto de
México en 1985 y el de Nicaragua de 1972. En Colombia con la tragedia de Armero,
Popayán y la reciente ocurrida en
Armenia.