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El españolismo
quiere adoctrinar aún más a la infancia
El Gobierno quiere imponer a las comunidades los
contenidos de cada curso de la ESO
La
reforma de humanidades incluirá el aumento de una hora de lengua y otra de
matemáticas
SUSANA PÉREZ DE PABLOS, Madrid
El Gobierno planea imponer a las comunidades los contenidos
que se deben estudiar en cada curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)
limitando su actual libertad para distribuir el currículo según los criterios y
necesidades de cada autonomía. Esta medida se desprende de un documento enviado
por el Ministerio de Educación al PSOE, CiU y al consejero de Educación vasco,
que recoge las principales medidas que abordará la ministra Pilar del Castillo
para reformar los contenidos mínimos (los que marca el Gobierno para toda
España), entre los que se encuentran los de humanidades. El texto refleja
solamente un aumento de una hora semanal de lengua y otra de matemáticas en el
primer ciclo de la ESO (1º y 2º).
El nuevo
proyecto, que incluye además la obligación de introducir la informática como
asignatura optativa en todos los centros de secundaria, disminuye la
capacidad de decisión de las comunidades en la organización del
currículo y contiene medidas que pueden provocar un gran impacto en las
relaciones del Gobierno con ellas.
Pilar del
Castillo pretende dar un repaso a los contenidos de todas las asignaturas por
medio de cuatro reales decretos principalmente con un doble fin: impulsar las
enseñanzas de humanidades y aportar una mayor concreción a los
contenidos de la asignaturas de la ESO y el bachillerato. La ministra retoma así
el proyecto de la ex titular de Educación, Esperanza Aguirre, que en la pasada
legislatura no pudo sacar adelante el reforzamiento de las humanidades por el
rechazo de todos los partidos parlamentarios, excepto el PP.
El
Gobierno tiene potestad para establecer los llamados contenidos mínimos
de la educación, que representan el 65% de los que estudian los
alumnos en las comunidades sin lengua propia y el 55%, en las que sí la
tienen. Pero en el acuerdo político que lograron los socialistas en 1991 para
establecer estos contenidos, al que se llegó después de dos años de
negociaciones, se deja a las comunidades que organicen por cursos el reparto de
las contenidos marcados para toda la etapa de la secundaria. Las comunidades
podrían considerar la introducción de esta medida como una invasión de sus
propias competencias y una pérdida de la confianza en su capacidad de organizar
el currículo.
Esta
modificación implicará además relevantes cambios organizativos en el currículo
de algunas comunidades, especialmente de Cataluña, donde el sistema educativo
implantado es más flexible y variado que el del Gobierno y está organizado por
créditos y no por asignaturas. Es un sistema similar al que se utiliza en las
universidades desde que se implantaron los nuevos planes de estudios.
El equipo
de Pilar del Castillo ha iniciado una ronda de conversaciones con el PSOE, CiU y
el Gobierno Vasco con el fin de buscar el consenso para su proyecto. El
documento entregado en los últimos días a los representantes de otros partidos
está formado por fichas independientes distribuidas por materias, el mayor
número de las cuales se refiere a las modalidades del bachillerato, en las que
se introducen, sin embargo, cambios menores. Se incluyen, por ejemplo,
matizaciones en los temarios de materias como electrotecnia, mecánica,
tecnología industrial, biología y dibujo técnico.
La única
referencia que aparece en el texto a los cambios horarios es un incremento en
una hora del horario lectivo de lengua y matemáticas en los dos primeros cursos
de la ESO. La intención del Gobierno parece ser aumentar en dos horas la carga
lectiva semanal de estos dos cursos, que actualmente asciende a 28 horas. Sin
embargo, este incremento del horario ya lo han puesto en marcha comunidades como
Andalucía, Cataluña y el País Vasco.
Según los
cálculos de los expertos, la ampliación de cada asignatura tiene un coste anual
en toda España de unos 4.000 millones de pesetas. Esto significa que, si se saca
adelante esta reforma, el Ministerio de Educación debería destinar 8.000
millones de pesetas anuales adicionales a este concepto. Esta cantidad debería
ir destinada principalmente a la financiación de profesorado.
El
documento también señala la obligación de que todos los centros ofrezcan la
asignatura de informática como optativa desde los 12 años. Sin embargo, las
materias optativas no están reguladas por medio de las enseñanzas mínimas, que
marcan sólo las obligatorias. La Ley de Orgánica de Ordenación General del
Sistema Educativo (LOGSE) señala como únicas asignaturas optativas de la ESO de
oferta obligada para todos los centros de España la Lengua extranjera y la
Cultura Clásica, por lo que sería de dudosa legalidad introducir una más por
medio de modificaciones en las enseñanzas mínima y sin tocar la ley. El
establecimiento de las materias optativas (como Astronomía o Profundización en
la Lengua) es ahora competencia de las comunidades.
La incorporación de la informática irá probablemente en
detrimento de la elección de la Cultura Clásica por los alumnos, que deberán
optar entre Cultura Clásica, Informática y Lengua Extranjera